REDES INTELIGENTES, CONSTRUYENDO LA RED ELÉCTRICA DEL FUTURO El proceso comienza en las grandes centrales donde se produce la energía. Esta energía se transporta por medio de la red eléctrica de alta tensión hasta las proximidades de los puntos de consumo. A partir de aquí la energía se distribuye y entrega a los usuarios en millones de puntos de suministro. De manera eficiente, sostenible y garantizando un servicio de calidad. La red de distribución es muy compleja y extensa, compuesta por multitud de centros de transformación y por miles de kilómetros de líneas de media y baja tensión. Además es viva, crece y se extiende dependiendo de las necesidades, asegurando que el servicio eléctrico acompañe el desarrollo del país y el bienestar de los ciudadanos. Eso también irá ligado a una evolución tecnológica que permitirá controlar la red a distancia para prestar nuevos servicios a los usuarios y mejorar la gestión de la red eléctrica. En definitiva, una red eléctrica inteligente. Una red con un servicio de mayor calidad a los clientes con capacidad de adaptarse ante cualquier problema o situación. Con sensores para medir, supervisar y analizar su estado de funcionamiento permitiendo detectar de forma temprana averías, reduciendo de esta manera pérdidas. Preparada para albergar de forma masiva la generación renovable distribuida. Con un sistema más eficiente y contribuyendo a la preservación del medio ambiente. Con una relación más dinámica con los usuarios a través de contadores inteligentes para que puedan tomar sus decisiones de forma más activa sobre sus necesidades Tendrá la responsabilidad de facilitar la futura integración de los vehículos eléctricos permitiendo unos servicios de carga que conjuguen la necesidad de los usuarios, las capacidades técnicas del sistema y un enfoque económico eficiente. En definitiva, construyendo la red inteligente, estamos construyendo la red eléctrica del futuro. 1