Capítulo 4 Controversias entre Relajantes Musculares Prof. Dra. Idoris Cordero-Escobar Cuba Introducción Los bloqueadores neuromusculares son fármacos de uso indispensable para la realización de diferentes procedimientos quirúrgicos, sobretodos aquellos que requieran adecuada relajación muscular. Muchas son las controversias relacionadas con su uso. La primera controversia data desde 1954, cuando Beecher y Todd1 sugirieron un incremento de las muertes anestésicas atribuibles a la introducción en la práctica anestésica de los relajantes musculares. ¿Cuál de ellos utilizar? ¿Qué dosis? ¿Los de acción corta, intermedia o prolongada? ¿En qué forma administrarlos? ¿En bolos o en infusión continua? ¿Qué estímulos aplicar? ¿Qué monitores utilizar? ¿Cuándo utilizar dosis de mantenimiento? ¿Cuándo descurarizar? ¿En que momento extubar?, son solo algunas de las preguntas que se pueden plantear cuando se trata este tema. Sin lugar a dudas, constituyen una de las drogas más controvertidas en la práctica anestesiológica. En este capítulo se intenta dar respuesta a dichas interrogantes. Despolarizantes o no despolarizantes E ste cuestionamiento ha persistido hasta la actualidad. La succinilcolina, único relajante muscular despolarizante disponible en la actualidad tiene como principal ventaja su rápido inicio de acción, su corta duración y la rápida recuperación de sus efectos. Para muchos se consideró el agente de elección para la intubación traqueal especialmente en aquellos pacientes con estómago lleno; sin embargo, hoy se conoce que las fasciculaciones pueden ser causa de broncoaspiración. Además, existen numerosos efectos secundarios dentro de los que se pueden señalar incremento de la presión intracraneal, intragástrica e intraocular. Incremento del potasio sérico, con la posibilidad de producir fibrilación ventricular y asistolia. No debe administrarse en pacientes con lesiones neurológicas, extensas quemaduras, inmovilización prolongada y con traumatismos múltiples. En el paciente renal, existe riesgo de arritmias cardíacas. Puede aparecer mioglobinemia. En niños, se puede producir bradicardia extrema, contracción de los maseteros e hipertermia maligna. En presencia de colinesterasas atípicas pueden cursar con prolongación del tiempo de bloqueo muscular. Libera histamina y se observan con cierta frecuencia reacciones alérgicas potencialmente peligrosas.1,2,3,4 Los relajantes no despolarizantes, pueden ser esteroideos y benzilisoquinolineos. Se clasifican de acuerdo al tiempo de inicio de duración de acción: prolongada, intermedia y corta (tabla 1). Son drogas muy solubles en agua y poco solubles en grasas. Son compuestos polares ionizados que presentan pequeña capacidad para atravesar membranas. Los relajantes musculares se unen a proteínas plasmáticas en mayor o menor grado, a excepción del pancuronio que no lo hace de forma significativa.3,4 El volumen de distribución de los relajantes musculares oscila entre 80 y 140 mL/kg, lo que no es mucho mayor que el volumen sanguíneo. Si el volumen de distribución se reduce, la potencia del relajante aumenta.3,4 Después de una inyección endovenosa de la droga, su unión a las proteínas plasmáticas, influirá en la cantidad de droga libre para trasladarse a otros sitios. Esta droga circula para uno de dos lugares: para los receptores y produce bloqueo neuromuscular o para otros receptores, que actúan como drenadores para lugares distantes del sitio de acción. Durante la recuperación, la droga es alejada del receptor y retorna al plasma, ahora estas fuentes drenadoras de drogas ayudarán al mantenimiento del nivel plasmático y disminuye su velocidad de eliminación. www.anestesia-dolor.org Tabla 1. Clasificación y datos farmacológicos de algunos relajantes musculares. Nombre Clasificación química Atracurio Benzilisoquinolineo Cisatracurio Benzilisoquinolineo d-Tubocurarina Dibenziltetrahidroisoquinolineo Mivacurio Benzilisoquinolineo Pancuronio Aminoesteroideo Vecuronio Aminoesteroideo Rapacuronio Aminoesteroideo Rocuronio Aminoesteroideo * Después de 2 X DE95 Los relajantes musculares no despolarizantes más frecuentemente utilizados en la práctica clínica anestesiológica son: bromuro de pancuronio, bromuro de pipecuronio, bromuro de vecuronio, besilato de atracurio, besilato de cisatracurio, doxacurio y mivacurio. El bromuro de pipecuronio, es un relajante muscular no despolarizante, que condiciona mejor estabilidad hemodinámica que el bromuro de pancuronio ya que no libera histamina. Produce efectos inhibitorios de los receptores localizados en las terminaciones nerviosas noradrenérgicas de las células del marcapaso de la aurícula derecha, por lo que no modifica la tensión arterial ni la frecuencia cardiaca.3 En el caso de los relajantes musculares que se eliminan generalmente por el hígado y el riñón, su metabolismo y excreción del compartimento sanguíneo central son indispensables para su recuperación. Las curvas de decrecimiento plasmático de estas drogas, pueden ser expresadas matemáticamente por un modelo farmacológico compartimentado con una función biexponencial. El metabolismo de los relajantes musculares del tipo esteroideo, está dado por los derivados de sus ésteres. Alrededor de 15 a 40 % sufre desacetilación en las posiciones 3 y 17. Los congéneres 3 OH poseen actividad farmacológica mientras que los 17 OH no conservan ninguna actividad. Los derivados OH representan apenas 5 a 10 % de la droga madre.3,4,5 Los metabolitos 3 OH son más importantes en cantidad y en potencia. Poseen la mitad de acción del pancuronio y una duración de acción y una farmacocinética semejante a las de éste. El vecuronio se metaboliza de forma semejante al pancuronio y su principal metabolito es el derivado 3 OH. En ratas, alrededor de 15 % de la dosis aparece en la orina y 40 % en la bilis sin modificar.3 El atracurio y el cisatracurio, son metabolizados por dos vías. Este fármaco sufre eliminación de Hoffmann, proceso puramente químico en el que se pierden las cargas positivas por fragmentación molecular hacia landanosina (amina terciaria) y un acrilato monocuaternario. En condiciones químicas adecuadas, estos productos metabólicos pueden utilizarse para sintetizar el producto original. No tienen actividad neuromuscular ni cardiovascular de importancia clínica. El proceso de eliminación de Hoffmann no es biológico, por lo que no necesita de ninguna función hepática, renal ni enzimática. La otra vía de eliminación, es la ester hidrólisis que puede ser una vía más importante de lo que se pensaba inicialmente. Se ha señalado que importantes DE95 (mg/kg) Inicio (min)* Duración de acción 0.25 0.25 0.5 0.08 0.06 – 0.07 0.05 – 0.06 1 – 1.2 0.3 2-3 3-6 Intermedio Intermedio Prolongado Corto Prolongado Intermedio Corto Intermedio 2.5 – 4.5 3.5 - 6 2-3 1 – 1.5 1.5 – 2.5 cantidades de atracurio pueden eliminarse par diferentes vías.3-8 La laudanosina ha recibido enorme atención par su toxicidad y metabolismo. Por los riñones se elimina entre 43 y 67 % de estos fármacos, de forma inalterada por la orina en 24 horas. La absorción, distribución, metabolismo, excreción y mecanismo de acción de estas drogas dependen fundamentalmente de la dosis del fármaco en cuestión y sobretodo de las condiciones clínicas de los pacientes. Ello influye considerablemente en el tiempo de duración total del bloqueo.9,10 Con relación al rapacuronio, se pensó que sería el primer bloqueador no despolarizante que combinaría las características de rápido inicio de acción y corta a intermedia duración de acción.9,10 Inicialmente, el promedio de incidencia de eventos adversos eran similares para el rapacuronio (8 %) que para la succinilcolina (6 %), aunque la incidencia de broncoespasmo, taquicardia y reacción en el sitio de la inyección se presentó marcadamente superior para el rapacuronio y el rash eritematoso y las mialgias ocurren más frecuentemente con la succinilcolina; sin embargo, en adultos la mayor incidencia de complicaciones con el rapacuronio fue el broncoespasmo (3.4 %), en tanto que en los ancianos fue la hipotensión arterial (5.3 %) y en los niños la taquicardia (4.8 % en menores de 1 año y 7.9 % en mayores de un año). Desde un comienzo se identificó el broncoespasmo, habitualmente leve y fugaz; pero que ocasionó la muerte en cinco niños por lo que la FDA lo retiró del mercado. Dosis de mantenimiento Las dosis de mantenimiento constituyen otro tema controvertido. Para ello, debe tenerse en cuenta el tipo de relajante muscular administrado y las condiciones clínicas del paciente. Se debe valorar fundamentalmente la hemodinamia, la hipocalcemia e hipomagnesemia, los estados de acidosis y la alcalosis, así como la hipotermia. La insuficiencia hepática y renal son determinantes que afectan algunos parámetros farmacocinéticos (tabla 2) que obligan a vigilar las dosis de mantenimiento de algunos de estos fármacos. Deben administrarse cuando se haya recuperado la función neuromuscular 25 % del valor inicial y sólo se aplicará 25 % de la dosis inyectada inicialmente. www.anestesia-dolor.org Tabla 2. Parámetros farmacocinéticos en estado normal, daño hepático y renal Pancuronio Aclaración plasmático (mL/kg/ min) Normal IH IR 1.8 1.1-1.5 0-0.9 Vecuronio 3.0-5.3 2.4-4.3 2.5-4.5 Atracurio 6.8 6.5-8.0 5.5-7.0 Cisatracurio 4.3-5.3 6.6 3.8 Mivacurio 1.8 0.9 1.8 Rocuronio 2.9 3 3 IH = Insuficiencia hepática, IR = Insuficiencia renal Volumen de distribución (mL/kg) Normal IH IR 274 310210430 260 200-510 210240250 470 172 200140280 220 195 161 161 112 124 112 175 320 260 Vida media de eliminación (min) Normal IH IR 132 208240270 1050 50-110 49-98 80-150 21 20-25 18-25 22-30 1-3 87 24 97 25-34 97 Un ejemplo de la respuesta a un estímulo tetánico se puede ver en la figura 2: Monitoreo de la relajación muscular Desafortunadamente el monitoreo de la relajación muscular no es una práctica usual en la anestesiología clínica a pesar de que existen diferentes patrones de estimulación empleados en la vigilancia del efecto farmacológico de estas drogas sobre la placa neuromuscular.11-20 Estímulo único. Consiste en un estímulo supramáximo simple a un nervio periférico a una frecuencia que oscila de 1 a 0.1 Hz. Este tipo de estimulación se utiliza generalmente durante la inducción de la anestesia ya que acorta el tiempo necesario para determinar y expresar el grado de bloqueo de los receptores a nivel de la placa motora. Se puede repetir a intervalos superiores entre 10 y 12 segundos, con impulsos regulares de intensidad supramáxima de + 50 a + 60 mA por impulso y 0.2 segundos de duración. Cuando se aumenta 70 % del número de receptores ocupados por acetilcolina se obtiene una contracción muscular (twitch). En la figura 1 se muestra un ejemplo de la respuesta producida por estímulos simples o únicos. Tren de cuatro. Es el estimulo más utilizado en el monitoreo de la relajación muscular. Se conoce como train of four o simplemente TOF. Es una corta serie de estímulos supramáximos a frecuencias bajas de 2 Hz/segundo. Cada tren se repite con frecuencias no inferiores a 10 o 12 segundos de forma continua o intermitente. La estimulación con tren de cuatro, ofrece las siguientes ventajas: la posibilidad de estimar cuantitativamente el grado de bloqueo neuromuscular sin necesidad de una respuesta control previa, simplemente con contar el número de respuestas evocadas por las cuatro estimulaciones. También se puede determinar su profundidad. Cuando el bloqueo neuromuscular está establecido, la abolición de la cuarta respuesta del tren de cuatro es equivalente a un bloqueo neuromuscular de 75 %; la presencia de dos respuestas equivale a 80 %, mientras que una sola respuesta equivale aproximadamente al 90 %. En la figura 3 se muestra la respuesta a un estímulo en tren de cuatro. Las respuestas a las estimulaciones siguientes disminuyen progresivamente con debilitamiento de la contracción y sólo la respuesta al primer estímulo no está condicionada con las siguientes. Los relajantes musculares modifican ambos fenómenos. Estimulación tetánica. No es más que el empleo de “trenes” de estímulos tetanizantes. Se realiza con series de pulsos bifásicos cada l0 segundos, a frecuencias de 50 - 100 Hz, durante 5 segundos. Esto es 50 estímulos cada segundo o de 100 Hz, con 100 estimulaciones/segundo y se obtiene una contracción tetánica. www.anestesia-dolor.org La capacidad de utilizar el coeficiente T4/T1 que es la amplitud de la cuarta respuesta frente a la primera respuesta del mismo tren de cuatro. Esta proporciona: • Un método adecuado de expresar la funcionabilidad de la transmisión neuromuscular, en el mismo paciente y en diversos tiempos. Una comparación directa del grado de bloqueo neuromuscular entre un paciente y otro. • La posibilidad de medir la idoneidad del recobro del bloqueo neuromuscular, con un cociente superior al 60 %, los pacientes son capaces de sostener la cabeza durante 6 segundos, y cuando este es superior al 75 % se correlacionan con signos clínicos de adecuada recuperación.6 • La estimulación en tren de cuatro puede realizarse con el paciente despierto, pues cuando son informados debidamente, toleran siempre muy bien las pocas descargas que a efectos de calibración, se precisan antes de anestesiar al paciente.7 Contaje de respuestas post-tetánico (CPT). Consiste en aplicar un estímulo supramáximo sostenido de 50 Hz durante 5 segundos y la observación de la respuesta muscular evocada al estímulo único aplicado a una frecuencia de 0.1 Hz (1 segundo), después de 3 segundos de aplicar el estímulo tetánico. Este tipo de respuesta se conoce con el nombre de facilitación post-tetánica. El CPT y su intensidad nos dan una idea del bloqueo profundo y del efecto residual ante el cual estamos presentes. Por otra parte, si en un momento dado no tenemos ningún tipo de respuesta durante la determinación del tren de cuatro podremos considerar que estamos en presencia de un bloqueo total de la transmisión neuromuscular pero no sabemos cual es el grado de intensidad del bloqueo ya que por debajo de cero no hay respuesta. Sin embargo, este método de producir respuestas mayores que las normales nos puede dar idea de la intensidad del bloqueo contando las respuestas en el CPT hasta predecir en cuánto tiempo pueden empezar a aparecer las respuestas al estímulo simple o al tren de cuatro. En la figura 4 se presenta la respuesta a un estímulo en contaje post-tetánico: Por otra parte, se ha estudiado el comportamiento del CPT para la aparición del TOF y establece curvas como elemento de suma importancia para la determinación del momento de la reversión de los efectos residuales. Estimulación de doble descarga. También existe la estimulación de doble descarga que consiste en dos descargas de tres estímulos a 50 Hz con un intervalo de 0.75 segundos. Si medimos las intensidades de dichas respuesta evocadas veremos que la segunda inhibe la intensidad de la primera. La razón de la doble descarga se correlacionaba con los resultados de la relación T4 /T1 y que el agotamiento era más digno de confianza en la doble descarga que con el tren de cuatro, sobre todo en los límites críticos de 4 a 7 %. También se determinó que la doble descarga es mucho más segura para identificar el bloqueo residual y la denominada triple ráfaga, que es poco utilizado en la práctica clínica. El empleo de la monitorización desde el comienzo de la anestesia, en especial cuando se hacen registros gráficos, tiene la ventaja de la visualización continua, que evita los riesgos de las variaciones individuales y las interacciones farmacológicas y facilita la adecuada reversión. Se utiliza habitualmente el nervio cubital y se observa la respuesta motora del músculo aductor del pulgar (figura 5). Aunque la sensibilidad del músculo aductor del pulgar a los bloqueadores neuromusculares es mayor que la del músculo del diafragma, desde el punto de vista clínico la presencia de dos respuestas del músculo aductor resultarán en suficiente parálisis del diafragma para prevenir la tos, hipo y los movimientos respiratorios durante la ventilación mecánica. Durante la realización del tren de cuatro se producen cuatro estímulos de 2 Hz cada 0.5segundos, la respuesta normal son cuatro contracciones de igual fuerza. Después del bloqueo neuromuscular la fuerza de la contracción muscular disminuye y la medida de la reducción en la contracción muscular es una expresión del grado de bloqueo neuromuscular. La respuesta al tren de cuatro comienza a disminuir cuando los receptores colinérgicos están bloqueados entre 70 y 75 %. En presencia de relajantes musculares no despolarizantes, cuyo bloqueo es de tipo competitivo, la fuerza de la contracción en respuesta a los estímulos decae con cada uno de ellos.11-18 La intensidad del estímulo necesario para conseguir una respuesta puede variar, pero nunca debe ser menor de 25 mA. Pueden ser necesario estímulos más intensos (50-60 mA) en pacientes con aumento de la circunferencia de la muñeca, por ello se debe realizar una estimulación antes de iniciar el bloqueo, ya que una inadecuada estimulación con intensidad baja puede conducir a una sobreestimación del grado de bloqueo, que redundará en dosis inapropiadas. Así, antes del bloqueo neuromuscular debe determinarse la estimulación supramáxima. Esta es definida como el nivel en el cual un aumento adicional del estímulo no incrementa la respuesta. La estimulación supramáxima suele estar entre 25-60 mA. El tren de cuatro puede estar influenciado por la localización de los electrodos, tipo de electrodos y por la impedancia de los electrodos y de los tejidos, lo cual ha de tenerse en cuenta.3-7,18-22 www.anestesia-dolor.org La monitorización de las variables de respuesta obtenidas durante el período intraoperatorio, es indispensable para conocer que grado de relajación y en el momento de la misma en que encuentran los pacientes, así como para analizar de forma objetiva los resultados del uso de estos fármacos y garantizar excelentes condiciones de intubación, una vez que conocemos el grado de relajación existente.1,3,7 • Dosis de mantenimiento (DM 25-25). Es el número de dosis administrada cuando el estímulo inicial se recuperó hasta el 25 %. Se ha publicado que los fármacos de uso mas reciente conservan estas características, por lo cual hemos querido hacer una investigación cuyos objetivos se basan en identificar si existen diferencias entre la administración de diversos relajantes musculares no despolarizantes de acción intermedia y corta en el logro de tiempos óptimos y de condiciones de intubación adecuadas al utilizar dosis fraccionadas de los mismos, así como, determinar los incidentes clínicos atribuibles exclusivamente a estos fármacos, en cada grupo de estudio.3 Para su evaluación se debe estimular el nervio cubital mediante tandas de impulsos eléctricos supramáximos de onda cuadrada, en tren de cuatro de 0.2 segundos, con intervalos de 15 segundos e intensidad de 0.1 Hz. Se colocarán los electrodos en la cara interna y ventral del antebrazo sobre el trayecto del nervio cubital y un transductor en la cara palmar del pulgar para registrar la respuesta. La calibración automática sólo se considerará válida con una ganancia de 1 a 2, un estímulo supramáximo de 50 a 60 amp y un artefacto inferior a 5 %. Una vez calibrado el equipo, se procederá a administrar la dosis del relajante muscular a utilizar y estudiamos las siguientes variables que se muestra en la figura 6. ¿Que tipo de monitor debemos utilizar para evaluar la respuesta neuromuscular? Existen diferentes equipos para medir la función neuromuscular. Los pioneros fueron los dinamómetros, que medían fuerza de contracción muscular. Mas tarde comenzaron a utilizarse equipos que por estímulos visuales daban el número de respuestas al estímulo eléctrico pero estos eran muy subjetivos. Después se comenzaron a emplear los monitores que medían fuerza de desplazamiento. Dentro de ellos los mecanomiógrafos (figura 7). Tipo de monitor para valorar la relajación neuromuscular Hace algunos años se comenzaron a emplear los equipos que recogían potenciales de acción. En este grupo se empleó el electromiógrafo (figura 8). • Tiempo de instauración del bloqueo máximo (IBM). Es el tiempo que transcurre entre la inyección del relajante muscular y la abolición de las sacudidas (twitch) hasta un 10% o menos. Su valor es determinado en segundos. • Tiempo de eficacia clínica (TEC). Abarca el tiempo desde la inyección del medicamento y la recuperación del 25 % de la altura control del “twitch” y se expresa en minutos. • Índice de recuperación (IR 25-75). Es el tiempo requerido para que la altura del twitch asciende del 25 % al 75 %. Su unidad de medida es en minutos. • Tiempo de duración total (TDT). Tiempo transcurrido desde la inyección de la droga y la recuperación del 90 % de la altura del twitch inicial, sin administrar nuevas dosis. Su valor se expresa en minutos. Estos equipos necesitan de precarga y su uso está relacionado más bien con la investigación pura. Posteriormente se comienza a comercializar el acelerómetro, que mide aceleración (figura 5). Este equipo basa sus principios en la segunda ley de Newton o ley de la dinámica. Si se conoce que la fuerza es directamente proporcional a la masa por la aceleración, en igualdad de masa, la fuerza será proporcional a la aceleración.1,12,13 Para medir la aceleración se ha empleado un dispositivo piezo-eléctrico de cerámica que se fija con bandas adhesivas al pulgar. El desplazamiento del mismo, crea una señal eléctrica proporcional a la aceleración. La exposición de este electrodo a una fuerza genera un voltaje eléctrico proporcional a la aceleración del pulgar en respuesta a la estimulación nerviosa. www.anestesia-dolor.org Esta señal eléctrica producida cuando se mueve el pulgar es analizada y ejecutada por un sistema de grabación, el cual permite sea almacenada y posteriormente reproducida a través de una interfase en un computador personal IBM compatible, previamente programado con un software lector de tarjeta. Se ha señalado que la precisión de este método parece ser comparable con las mediciones mecánicas.3,6,7 ¿En qué momento descurarizar y extubar? El uso de los relajantes musculares y su reversión se encuentra ampliamente difundida en la práctica anestesiológica; sin embargo, la parálisis muscular producida por dichas drogas no siempre pueden antagonizarse con seguridad u ocurre en ocasiones, la reversión parcial y como consecuencia accidentes que pueden ser fatales.3,13 Las drogas utilizadas para revertir los relajantes musculares son llamadas anticolinesterásicas. Las más utilizadas son el edrofonio y la neostigmina, pero su uso causa efectos muscarínicos indeseables, señalándose como la complicación mas temida la recurarización parcial con la consiguiente parada respiratoria y el aumento de su potencial letal. La respuesta a los relajantes musculares y su reversión dependen de fluctuaciones individuales en la farmacodinamia de estas drogas. Lunn11 describió que entre 10 y 17% de las muertes anestésicas están relacionadas con fallos respiratorios durante el postoperatorio inmediato por reversión incompleta de estos relajantes musculares. La monitorización de la función neuromuscular muestra un alto margen de seguridad para estos pacientes pues no sólo nos orienta el grado de relajación muscular intraoperatoria, sino el grado de recuperación de la función neuromuscular al finalizar el acto quirúrgico y así poder precisar la indicación de drogas anticolinesterásicas y el momento adecuado para extubar a los pacientes.13 El primer método cuantitativo utilizado para medir la recuperación muscular fue la evaluación de la fuerza necesaria para producir la extensión de la pierna después de relajarlo con curare, así como la evaluación de la capacidad vital y la fuerza muscular necesaria para apretar la mano fuertemente después del uso de galamina, la intensidad de su efecto valorado por la ventilación por minuto.3,5,7,13 Otros midieron la fuerza inspiratoria y la compararon con la capacidad de levantar la cabeza en distintas pruebas respiratorias.3 Durante la recuperación anestésica, con cierto estado de conciencia puede valorarse con cierta subjetividad el grado de relajación muscular mediante la capacidad de mantener elevada la cabeza durante seis segundos, de generar una presión negativa sobre la vía respiratoria ocluida, abrir y cerrar los ojos (la apertura de los ojos es un tétanos sostenido y el párpado está entre los primeros músculos afectados por los relajantes musculares), ausencia de nistagmo, respiración sin jadeos ni movimientos bruscos torácicos y suspiros coordinados y efectivos. El único método adecuado para monitorizar la función neuromuscular es la estimulación de un nervio motor periférico accesible y la medición de las respuestas evocadas en el músculo esquelético por él inervado. La reversión del bloqueo neuromuscular por drogas anticolinesterásicas es dependiente de la labilidad de la acetilcolina para liberar los receptores ocupados por agentes relajantes musculares no despolarizantes. Basados en estos principios algunos autores recomiendan realizar la descurarización siempre que se monitorice la función neuromuscular de estos pacientes.3,4 Bevan12 realizó una investigación en las salas de recuperación anestésica en la que demostró que los pacientes relajados con pancuronio mostraban valores de contracción muscular por debajo de 70 % al compararlos con la altura del twitch inicial y señaló que los pacientes relajados con vecuronio y atracurio, tenían cifras muy superiores. Se recomienda la descurarización, cuando la recuperación de la altura del twitch alcance valores cercanos a 50 % de su valor inicial, cuando se utilizan relajantes de acción prolongada. Cuando se realiza con valores de altura del twitch de 25 %, puede aparecer recurarización parcial como complicación secundaria a la reversión del bloqueo. Si contamos con monitor de función neuromuscular los pacientes se pueden extubar con seguridad, cuando el cociente T4/T1 sea mayor de 70 %. Conclusiones Se concluye que el bloqueo neuromuscular y su recuperación ocurre en cada paciente individualmente, tras la administración de agentes bloqueadores competitivos donde la variación individual en la farmacología de estas drogas no permiten predecir con exactitud sus efectos. Los métodos de valoración corriente del grado de relajación y la administración de potentes relajantes musculares, traen aparejados una innecesaria e inaceptable alta proporción de pacientes con riesgos de curarización residual, que solo será evitable en la medida que conozcamos la farmacocinética y la farmacodinámica de estas drogas. Referencias 1. Beecher H K, Todd D P. Increased death with the muscle relaxant drugs. Ann Surg 1954;140:2-5. 2. Pacific G Ho R. Succinilcolina: Mitos Y Realidades. Rev Col Anest 1997;25:3: 245-250. 3. Miller R D, Saavarese J J. Farmacología de los relajantes neuromusculares y su antagonismo. En: Miller R D Anestesiología 5da. ed., Cap. 26. Madrid. Ed. Interamericano. 2000. pp 811 - 821. 4. Cordero E I. Cabodevilla DA. Farmacología de los relajantes musculares En: Anestesiología Clínica. Colectivo de autores. Ed. Damují. Rodas. 2002. Capítulo 9. pp 169-172. 5. Martyn JJ. Neuromuscular physiology and pharmacology in anesthesia. Edited by Miller RD. 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