RESOLUCIÓN DE LA COMISIÓN NACIONAL PARA LA

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RESOLUCIÓN DE LA COMISIÓN NACIONAL PARA LA PARTICIPACIÓN
DE LOS TRABAJADORES EN LAS UTILIDADES DE LAS EMPRESAS
Al margen un sello que dice: Poder Ejecutivo Federal.—Estados Uniáos Mexicanos.
México, D. F.—Secretaría del Trabajo y Previsión Social.—Comisión Nacional'
para el Reparto de Utilidades.
ANTECEDENTES
1. Por reformas a las fracciones VI y IX del inciso A^ del articulo 123 constítucional, contenidas en el Decreto del 20 de noviembre de 1962, publidado en el Dioño Oficial de la Federación de fecha 21 del mismo mes, se creó la Comisión Nacional para la Participación de los Trabajadores en las Utilidades de las Empresas.
Su iategracióoj competencia y fancioiiamieQto, para determinar el porcentaie
de las utilidades de las empresas que corresponde a ios trabajador», así como el caso
previsto por la L^ FimdaBientai para proceder a su re^dsión, quedaron establecidos
en las disposición» del Título Segundo, Capítulo V bis y del Título Octavo, Capítulo IX~3j así como en el artícelo Sexto Transitorio de las reformas y adiciones a la
Ley Federal del Trabajo, consignadas ea el Decreto del 29 de diciembre de 1962^
publicado el día 31 del citado mes.
2. Cooio lo ordena la L^ Federal del Trabajo en sos artículos 428-M, fracción llf y Sexto Transitorio, el Secretario del Trabajo y Previsión Social espidió con
fecha 29 de enero de 1963, la convocatoria a que se refieren los preceptos legales
citados, que fue publicada en el Diaño (Jficiál de la Federación del día 30 del
mismo mes y año.
De coiifomiidad COR la convocatoria aludida, fueron requeridos los trabajadores
y patronos sindícalizados y los patronos independientes, para que por medio de delegados nombrados de acuerdo con. la ley de la materia, concurrieran el 20 de febrero
del año en curso, a la Convención que se llevaría a cabo en la Secretaría del Trabajo
y Previsión Social^ para el^r cinco representants propietarios de los trabajadores y
cisco representantes propietarios de los patronos y sus respectivos suplentes, que^
con los reprsentantes del gobierno int^rarían el Consejo de Representantes de la
Comisión Nacional para la Participación de los Trabajadores en las Utilidades de
las Empresas.
3. Por acuerdo del secretario del Trabajo y Precisión Social, de fecha 5 de
febrero de 1963^ poblicado en el Diario Oficial de la Federación el día 7 siguieiitCj,
se amplió hasta el 23 del mismo mes el término para celebrar la Convención, en
yirtiid de haberse considerado insuficiente el plazo inicialmeiite fijado.
4. La Con¥ención se llevfS a cabo en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social
ante su titular, en la fecha indicada y en ella fueron electos los representantes de las
ramas de industria y actividad^ a qae se refiere la Convcxiatoria y quedó integrada
la Comisión coaforme a la ley.
5. Para ceieplir con la fracción I del artícalo 428-U y con el Sesto Transitorio
de la Ley Federal dd Trabajo^ ei pr^idente de la Comisión ordenó publicar eii el
Ukmo Oficial de la Federación del 19 de marzo del año en curso^ un aviso que
concedió tin plazo de ties meses a trabajadores y patronos y a sus organismos representativos, para que aportaran a la Comisión estudie» y sugereocias, acompañados
de los documentos y pruebas correspondieates.
6. En la primera junta del Consejo de R^resentant» celebrada el 19 de marzo
del afio en curso, el pr«id€Bte de la Comisión, en camplimieiito de la fracción I del
artículo 428-L^ sometió al Consefo el Plan de Trabajo de la Dirección Técnica.
290
DCX;UM.EHTOS
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De acuerdo con lo ordenado por el afiácolo 428-P, fracción 11^ el Consei'o de
Representaste, durante so segunda sesión celebrada el día 15 del mismo mes^
aprobó, con las modificaciones propuestas por los consejeros iepr«eiitantes, el mencionado Plan de Trabajo,
7- Tomando en cuenta la situación de las personas físicas y morales dedicadas
a las actividades económicas coa bajo nivel de ingroos, obtenidos merced al esfaerzo
preponderaiitemente de carácter personal, a las qoe sería antia:oiiómico obligar a
compartir sus utilidades^ con riesgo de cegar fuentes de trabajo y de producción de
las ciases menos afortenadas^ la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, previa consulta con la de Industria y Comercio, el 18 de marzo de 1963 resolvió^ ee cumplimiento y con apoyo en el artículo 100-P, fracción VI, de la IáJ Federal del Trabajo,
fijar el capital mísiimo de las empresas exceptuadas de repartir utilidades, conforme
a los puntos sigoieiites:
Primero. Las personas físicas cuyo capital no genere un ingreso anual d^arado
al Impuesto sobre la Renta, superior a $ 120 000.00.
Segundo, las pereonas roorate cuyo capital sea inferior a $ 25 000.00 y cuyos
ingresos aouales declaradc» al Im.piiesto sobre la Roita no occedan de $ 125 000.00,
Para los efectos de la anterior eseiiciÓR se entiende por ingreso la cantidad
total percibida por la «apresa, ya sei que se encuentre gravada en ima o en ¥arias
cédulas.
En caso de que la declaración comprenda un periodo inferior a un afiOj, los
ingresos deberán elev'arse al periodo de un. añp.
8. Con el fin de cumplir con las atribuciones y deberes que le impone el
artículo 428-P, fracciones III, V, VI y VIH, de la Lw Federal del Trabajo, el Consejo de Repr«entaiit« practicó y leiíizó directamente las investigacioae y estudios
que juzgó convenientes para el mejor complimeoto de su función^ solicitó y obtovo
opiniones de diversas asociaciones de trabajadores y de patronos, recibió Sugerencias
presentadas por tiabajadores j patronos y designó las comisiones para el desarrollo
del Plan de Trabajo de la Dir^ción Técoicaf de acuerdo con el precepto l^al citado,
9. La Dirección Técnica de la Comisión practicó las investigacióne y reilizó
los estadios previstos en el Plan de Trabajo aprobado por el Consejo de Repr«entaiites y en repetidas ocasiones se dirigió a las cámaras de comercio e industriaj, sindicatos, instituciones federales y estatales y de enseñanza superior, con el objeto de
recabar y considerar los docomentos presentados, en acatamiento de las fracción» I
II y III del artículo 42S-S de la Ley Federal del Trabajo.
10. El 31 de octubre terminó el periodo de investigaciones y «üidios salalado
por la Ley y se dio por desarrollado el Plan de Trabajo aprobado por el Consejo de
Representantes, a que se refiere el párrafo némero 6 de «tos antecedaites, según
lo ordenan los artículos 428-Uj fracción II, y Sexto Transitorio.
11. Dentro del periodo resolutivo fijado por la fracción III del artículo 428-ü,
el Consejo de Representantes dictó rata resolución, después de haber aceptado incorporar el informe de la Dirección Técnica a qae se refí«e el artículo 42S-S^ fracción V, de la Ley Federal del Trabafo.
CONSÍBESANBOS
Primero
12. Al enviar el Poder Ejeciitivo a la Cámara de Senadora dd. Congrio de la
Unión, la imcíati¥a de rrfonnas al artículo 123 ConstítacioBalj relativas a la partici-
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EL TRIMESTRE ECONÓMICO
pación de los trabajadores en las utilidades de las empresas^ reiteró la tendencia
ideológica del Congreso Constituyente de 1917, por lo que hace a "su firme propósito de establecer un régimen de justicia social", base de la Declaración de Derechos
Sociales de la Carta Fundamental. UBO de esos dereclios,. en todo acorde con una
vieja aspiración de la clase trabajadora^ fue el de la participación en las utilidades
de las empresas.
13. Para lograr esa finalidad —se asegura en los considerandos de la Iniciativa
de la reforma-—^ resulta indispensable determinar' el monto de las utilidades de las
empresas, como piiiTíor paso, y en seguida fijar nn porcentaje de dicha utilidad, repartible entre los trabajadores.
14. La ciiastificacióii de las titílidades en las empresas, debe basarse en la renta
gravabie, determinada coBÍomie a la Ley del Impuesto sobre la Renta, según lo prescriben los artículos 123^ inciso A, fracción IX^ subiociso e)^ de la Constitución v
100-J de la Ley Federal del Trabajo.
15. Por cnanto al porcentaje de las utilidades susceptibles de repartirse entre
la fuerza de trabaiOj qurfó encargada de fijarlo una Comisióo Nacional^ tan pronto
se practicaran las investigaciones y se realizaran los estudios necesarios y apropiados
para conocer las condiciones generales de la economía nacional, después de tomar
en consideración la necesidad de fomentar el desarrollo industiial del país^ el interés
razonable que debe percibir el capital y la necesaria reinversión de capitales.
16. Congruente con las inodificaciones coastitucionales aludidas, la subsiguiente
Iniciativa Presidencial de reformas a la Ley Federal del Trabajo, reafirma el derecho
al reparto de utilidades dentro del "proceso evolutivo de la |ustícia social mexicana".
17. En la Parte medular la iniciativa sostiene "que los trabajadores participarán
en las utilidades de su empresa en la proporción que determine la. Comisión Nacional, conforrne a ur¡ tanto porciento qtie se aplicará a esas otilidadeSj de lo que se
desprende la obligación de hacer partícipes a los trabajadores de las utilidades de las
empresas en donde prestan sus servicios, conforme a nn porcentaje aplicable a la otílidad determinada.
18. En la exposición de motivos de la reforma a la I^y Federal del Trabafo, se
dice, al glosar el artículo 100~H, que en "la Coiistitoción se señalan algunos de los
criterios generales qoe deberá tomar en consideración la Comisión en el Hioniento
de dictar su resolución".
19. Tales criterioSj, mencionados en forma enurjciativa, son "la necesidad de
fomentar el desarrollo industrial del país, el interés razonable que debe percibir
el rapital y la necesaria reinversión de capitales; criterios éstos que servirán de guía
para que la Comisión señale un porcentaje más o menos ele^'ado, según la importancia que atribuya a cada uno de ellos",
20. De conformidad con lo expuesto^ la Comisión debe precisar el conceíato
de renta gravable, fijar el porcentaje de las utilidades que correspoDda a los trabajadores y señalar la aplicación concreta del porciento para cada uno de los sujetos al
reparto, materia de ios párrafos siguientes.
SEGUNDO
21, El reparto de otilidades en favor de los obreros^ es un nue\'o derecho laboral
que tiene como fundamento la participación de la fuerza de trabajo en los beneficios
de las empresas. Por esto^ es pertiiicnte estudiar el concepto de la utilidad de las
empresas como liecho generador del reparto de utilidades,, o sea el de renta gravable
como base de esa participación.
DOCUMENTOS
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22. La institución del reparto de utílidades reconoce qee taato el capital invertido, como la fuerza de trabajo empleada en la producción, son los dos factores esenciales que, combinados, producen las utilidad^.
23. La reforma legal, aparte de hacer hincapié eii la necesaria participación de
los trabajadores en la utilidad de las empresas qniso^ en forma tajante, señalar que el
nuevo derecho tiene «n fundamento distinto al del salario (artículo 100-S de la L^
Federal del Trabajo).
El salario^ se dice en la exposición de motivoSj "es la cantidad que debe pagarse
invariablemente al trabajador a cambio de so actividad, en tanto que la participación
de utilidades es el derecho que corresponde al tiabajador a participar en los beneficios de la producción". Este derecho nace en el momento en que la utilidad existe
y en proporción a los factores que prepooderantemente intervieocB para generarla.
24. I^ Comisión considera fiindamental, para la debida aplicación de la reforma, dejar clarameete establecido que la utilidad perteneciente a los trabajadores
debe tomarse de las ganancias de las empresas^ sin afectar los gastos ni los costos de
ellas, por tener un distinto fondaiaento del que reconoce el salario.
25- Si la participación de la utilidad perteneciente a los obreros se aplicara de
tal suerte que incidiera en los gastos o en los costos de las empresas,, se estaría afectando el precio de los artículos elaborados o de los semciíK prestados^ lo que provocaría un alza de ellos^ con lo cual se desvirtuaría la institución, dando lugar a que
e] péblico consumidor pagara^ a bravés de los precios, las utílidades destinadas a los
trabajadores. Además, esto valdría a confundir el reparto de utilidades con un
aumento adicional a los salarios^ concepto que ha distingoido drásticamente nuestra
legislación.
26. Eo fornia congruente coa lo anterior,, para efectos de la determinación de
la utilidad repartible a los trabajadoreSj no procede la dedaccién de la cantidad que
corresponde a los mismos por concepto de participación^ por lo que no se autoriza
la creación de pasivos o el pago de la participación coa cargo a los costos o gastos - del
ejercicio. Las situaciones anteriores se regirán por el artículo Séptimo Transitorio
del Decreto de Reformas ¥ Adiciones a la Ley Federal del Trabajo de 29 de diciembre de 1962.
27. La paitidpación de utilidades en favor de los obreros se determina coaforme a ue porcentaje sobre los beneficios de las empicas. Asi se cumple con la
aspiración constitocional de hacer partícipes a los trabajadors en las ganancias de
las empresas en donde laboran^ desde el preciso moiaento en que se ha generado
uíia utilidad^ sin importar el monto de la laisina,
Cualquier otro mecanismo de aplicación de la reforma, que sitúe el hecho generador del deieclio al reparto en una etapa dístíata que no sea aquella en la que se
produzca la utilidad misma, o bieo^ que pretenda sustituir el reparto de utílidades
con algona otra forma velada de salario o de complemcBto adicional a los salarios,
destruye en su raíz la institución constitucional y bace nugatorio un derecho de
tanta importancia, como ha acontecido en otxas partes, caando no se ha reconocido
en su pureza la teoría de la participación de utílidades y se han establecido sustitutivos inoperantes.
28. Lo anterior quiere decir que en el momento de generarse la utilidad nace
el derecho de los dos factores, capital y trabajo, para repartirla conforme al porcentaje
seiiaiado en el artículo 19, una vez hechas las deducciones concedidas por concqsto
de reinversión y de interés del capital iovertido, segóe se detalla en el párrafo 40 de
esta Resolución así como las deducciones derivadas de la tarifa inserta en el artículo 5*?, que atiende, esencialmente^ a la comparación de la iBagnitud del capital inver-
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EL TRIMESTRE ECONÓMICO
tido frente a la magnitud de la fuerza de trabajo r^jaerida. Los porcíentos de
deducción de dicha Tarifa —íjue aumentan en la medida en que hay un mayor
capital mvertido en las empresas en relación coa la fuerza de tTabafo—, el poccentaje de utilidad perten^ente a los obreros y las deducciones por concqato de reinversióo. e interés dd capital^ se Ufaron a detemimar después de haberse efectuado los
estudios relativos a la necesidad del dsarrollo ecoeómico, teniendo a la vista la situación general de la ecoaomía del país.
El porciento aplicable a la utilidad repartible neta en favor de los trabajadores,,
se fijó "más o menos elevado"^ como se dice en la exposición de motivos de las
reformas ü la Ley, con el propósito de dejar el exúdente, además de las dedocciones
señaladas en el párrafo anterior^ en favor de los dueños de las empresas, con. la finalidad de mantener el indispensable draarrollo económico del país.
29. El hecho generador del reparto de utilidades es la renta gravable de las einpresas con las modificación» que la misma Ley pr^isa y que le dan características
propias. En efecto, el hecho generador del derecho a la participación obrera eii los
beneficios, es la utilidad del ejercicio, independí^itemenle de la afectación que pudiera sufrir por pérdidas rastradas a% ejercicios aíiteriores (articulo 100-R de la 'L,€v
Federal del Trabajo).
Por lo dicho es de afirmarse que la participación obrera en las utilidades nace
en coaiito apar^ca la utilidad ea un ejercicio dado y no permite compensaciones en
el caso de pérdidas registradas con antelación.
30. El concepto de utilidad se encuentra definido eo la L^ del Impuesto sobre
la Renta. A diclia Ley acude la reforma legal crradora del derecho obrero a la participación de utilidades, para fijar la base del reparto,
31. La misma Ley en su artículo 29^ considera como iagreso cualquiera percepción en efectivo, en valores, en especie o en crédito^ que iHodifíqüe el patrimonio
del contribuyente, estableciéndose ee la parte final del mismo artículo^, que en los
preceptos de la L^ se determinará el in^eso gravaWe.
32. El concepto de "renta gravable", citado por la Constitución y la Ley Federal del Trabajo,, por su a>ateoido, coincide con la ^pr^ión ''ingreso gravable" atilizada por la L^ del Importo sobre la Renta.
33. De lo anterior resulta que el concepto "renta gravable" o ''ingreso gravable" para los efectos' de la "utilidad repaitíble"" entre los trabajador» y los propietarios, varia conforme a las disposiciones contenidas en la cédula en que tribute el
sojeto obhgado al reparto. El hecho de que algunas empresas estén exentas del pago
del Impuesto Sobre la Reata^ no implica que queden liberadas de la obligación de
r^artir utilidades^ p«es la Constitución y la Ley Federa! del Trabajo no"' las esceptáan, razón por la cual los trabajadore a su ser¥Ício tienen el derecho de participar
en las utilidades que generen. Aquellas empr^as que no «ten obligadas a presentar
declaracioiies del ImparatO' sobre la Renta, deberán hacerlo únicamente para efectos
de la participación de utilidades, a fin de complir con lo dispuesto por el artículo 123
CoBstítaciona!, fracción IX, cuya supreniacía sobre las demás leyes queda establecida por la misma Constitución en su artículo 133.
34. Con apoyo es las reformas l^slativas y en los estudios realizados por la
Comisióíi, se han elegido como base aquellas cédulas de la L^ del Impuesto sobre
la Renta que más faciliten la determinación del concepto de renta gravablej, para ios
rfectos del reparto de utilidad^ a los trabajadores.
35> La renta gravable de que habla la reforma^ & la base de la cual se parte
para llegar a la utilidad repartible, establecida para cada caso en los capítulos II a IX
de la Resoloción contenida en este documeeto.
DOCUMENTOS
IfS
Dicha utilidad repartible se modifica con la deducción de la Tarifa establecida
ai el artículo S^^ para llegar a la utilidad repartible nefaj. sobre la cual se deberá
aplicar el porciento determitiado en el artículo 1? de la Resoluciéa en favor de los
trabajador».
36. Segón lo dichOf se infiere que las modificaciones a la renta gravable^ pro
¥iaien tanto de la Constitucióe y la Ley F^eral del TrabaiOj como de la Ixy del
Impuesto sobre la Rento.
37. Para las personas moráis la reata gravable a que se refiereR las Hormas
creadoras del nuevo der«;lio corr^ponde a la gansBcia distriboible determinada en
la Cédula Vil,, con las modificaciones que príaceden de coefoimidad con las disposiciones de la Constitución y la L^ Federal del Trabajo, como qa«la expresado €ú- el
capítulo II de la Resolución.
38. Esta cédula tieiie su base en la utilidad distribuible determinada mediante
los aumentos y deducción^ a la utilidad contable {artículo 151 de ia Ley del Impuesto sobre la Renta) y es en ella en donde las empresas acumolan las gíinaiicias
prcKi^entes de cualquier fuente^ gravadas por otras cédulas,
39. Se admitieron para efectos de esta Roolución, los aumentos a la utilidad
contable señalados en la fracción I del artículo 151 de la Ley del Impuesto sobre la
Renta y las deducciones consignadas en los incisos íI), b), c) y íÍ) de la fracción II
de dicho artículo, en virtad de coíncidif con los propósitos de la reforma.
40. Se admitió, por concepto de fomento a las reinversiones y por el interés ül
capital invertido, una deducción del 30 % sobre la cantidad resultante del párrafo
anterior, ;^ra obtCBCr así la utilidad repartíMe.
41. Las pérdidas que afecten a las utilidades por distribuir, a las reservas de
capital o al capital aiisiiio, a qoe se refieren los incis*^ i) y j) de la mencionada
fracción 11 del articulo 151, ao podrán deducirse para efectos del reparto de utilidades a los trabajadoreSj en complimiento a lo dispuesto por el artícelo 100-R de la
Lej' Federal del Trabajo.
42. Las personas morales qoe no declaren ganancias distribuibles para efectos
de la Cédula Vil, pero estén so|efas a la obligación de repartir utilidades, detemiinarán su utilidad repartible neta sigmeado el procedimieBto establecido para las personas físicas.
43. Cuando Ic^ sujetos al reparto sean personas físios contribuyentes en Cédulas Ij 11 o Oí, con ingresos anuales mayores de $ 300 000.00, la renta gravable corresponde a la utilidad fiscal determinada conforme a la Ley del Iimpuesto sobre la Renta,
o s^, la diferencia que resalta entre el ingreso qoe percibe el contribuyente durante
el e|ercicio y las dedocciones autorizadas por la misma I,^ en sos artículos 29, 75,
89, 90, 91 y demás relativos.
44. Estas personas deberán modificar su renta gravable retando los impuestos
conrespoediorates a dicbas cédulas y ei sa caso^ el de la Tasa sobre Utilidad^ Excedentes, Sobre oe resultado se aplicará el 30 % ^ra efectos de reinversióa e interés
de capital»^ que se deducirá de la reata gravable, para llegar a la utilidad repartible. De «ta manera se les conc«ie tin tratamieiito semejante al de las personas
m orate.
De la utilidad repartible íeadráii a so favor k drfucción resultante de la aplicaciÓB de la Tarifa inserta en el artículo 5? de la Resolüdén y en esta forma se
filará la utilidad repartible neta sobre la qae del^xá aplicarse el porceataie a que
alode el artículo 1^.
45. Las personas físicas coiitribuyenl« c»n ingfoos menores de $ 300 000,00
aníialtt en las Cédulas I, II o III y mayor« de $ 120 000.00 al año, sujetas al reparto
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EL TRIMESTRE ECONÓMICO
conforme a la. resolacióii de la Sairetarfa del Trabajo que se mencioKa en el párrafo 7
de este docomento txibutanj, de acuerdo con la Ley del Impuesto sobre la Renta,
sobre la utilidad fiscal derivada de sus ingresos brutos obtenidos durante el ejercicio.
46. El tratamiento dado a estos contribuyes tes constituye ona excepción a la
idea general de rentaj ya que en lugar de tomarse en cuenta la utilidad gravaHe^
se aplica al ingreso bruto una cuota fija anual. Lo anterior fiie el resultado de considerar una utilidad teórica s^ón el giro del negocio y conforme al ingreso, por lo qoe
dichos contiibuyCBtes tributan sobre una presunta utilidad fijada por la Ley impositiva (artícalo 209 de la Ley del Impuesto sobre la Renta).
47. Dicho sistema rígido de cuota fija otorga a estos causantes la ventaja de no
llev'ar libros de contabilidad, por lo cual no es posible allegarse los elementos necesarios para determinar coa presión la utilidad real obtenida.
48. La Comisión^ siguiendo el procedimiento establecido por la Ley del Impuesto sobre la Renta para determioar la utilidad teórica de estos causantes^ adoptó
como utilidad repartible el 17 % de sus ingresos brutoSj según cálculo promedio
obtenido de la comparación aritmética entre el impuesto fijo sobre ingresos total»
que señala el artículo 209 de la L.€y del impuesto sobre utilidades gravables que establ«;e el artículo 55.
49. Cofigraentemente con lo señalado para las personas morales y personas físicas con ingresos mayores de $ 500 000.00 en el año^ se aotoriza a estos causantes a
deducir de la utilidad determinada según el párrafo anterior, el impuesto que corresponda a la cédula en que tributan, y a este resultado se aplicará el 30 % por concepto de reinversión e interés de capitales, con lo cual se obtiene la utilidad repartible
neta susceptible de reparto confomie al porcentaje señalado en el artículo 19
50. Los causantes en Cédula V con ingresos hasta de $ 500 000.00 en el año,
qae se aco|an al régimen de clasificación, tributan, de acuerdo con la Ley del Impuesto sobre la Renta^ sobre sus ingresos brutos obtenidos en el efercicio fiscal.
51. El tratamiento reservado a estos contriboyenteSj constítoye también una
esc^dóo a la idea general de renta, porque en logar de tomarse en cuenta la utilidad
gravablCy se aplica al ingreso bruto una cuota fífa anual para el pago del impuesto.
Esta cuota gravita sobre una utilidad teórica calculada sobre los ingresos totales obtenidos por el contribuyente, de tai manera que tributan sobre ona presunta utilidad fijada por la L^ impositiva (artículo 121 de la Ley del Impaesto sobre la
Renta),
52. La. Comisión, siguiendo el criterio establecido por la Ley del Impuesto
sobre la Renta para detenninar la otílidad teórica de estos causaiit«j, adoptó como
utilidad para el reparto^ un porcentaje de dicha utilidad teórica, calcolada comparando la Tabla etablecida por el artículo 121 de la Ley impositiva, con la Tarifa
que contiene el artículo 120 de la misma Ley, para obtener así una utilidad estimada
del 75 % délos ingresos total».
53. Para estos mismos sujetos al rqsarto que declaren sin acogerse al régimen de
clasificación, la raata gravable será la diferencia qoe resulte entre el ingreso que
perciba el contribuyente durante cada año natural y las dedocciones antori^adas por
los artículos 118 y 119 de la Ley del Impuesto sobre la Renta.
54. En concordancia con lo señalado para las personas moxales y físicas causantes en Cédulas I, II y III se autoriza a estos causantes a deducir de la otilidad determinada según los párrafos anteriora, el impuesto correspondiente en Cédula V, con
lo cual se obtiene la utilidad repartible neta sobre la que deberá aplicar el porcíeiito
determinado en favor de los trabajadores.
55. Páralos casos comprendidos en las incisos sigoientes, se seguirá el procoiimiento establecido en los capítulos del II al VI de la Resolución^ partiendo de las
DOCUMENTOS
297
normas fijadas en la Ley del Impuesto sobre la Renta y haciendo los ajustes indispensables a la utilidad repartible^ de acoerdo con la reforma a la Ley Laboral, para
llegar a la utilidad repartible neta, en cada caso:
a) De sucursales y agencias de empresas extranjems.
b) De roita gravable detenniBada por virtud de convenio aate la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público.
c) De determinación estimativa del ingreso gravable.
d) De empresas con eíeicicios que abarquen un periodo meaor del fiscal.
e) De empresas sujetas a la participación con parte de la producción exenta de
diclia oHi^ción.
f) De casos no previstos en los incisos anteriores.
56. Al adoptar la otilidad de las empresas como liecho generador del dereclio
obrero al reparto en todos los casos, se cumple con los requisitos de la reforma legal,
toda ves que: a) separa el concepto de *'salario" del de "utilidad"; b) evita que la
participación de ntilidades afecte los gastos y, por consiguientej los costos de las
mercancías y semcics; e) concede, en consecuencia^ un increnaento real en los ingresos de qoienes la reciben, y, d) no permite que se afecte la otilidad repartible de!
ejercicio con pérdidas de ejercicios anteriores.
TERCERO
57. La Comisión Nacional para el Reparto de Utilidades tiene como atribución
primordial, S^úB los subincisos a) y b) de la fracción IX del inciso A del artícolo
123 Constituciona! y los artículos iOO-G y lOÚ-H de la Ley Federal del Trabajo,
fijar el porcentaje de participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas^ tomando en cuenta, entre otros criterios, la sitoacióa económica general
del paíSj la necesidad de fomentar su desarrollo, el interés razonable que debe percibir el capital y la necesaria reinversión de capitales, segén se expresó en el considerando primeío.
58. Para cumplir con lo anterior es necesario precisar la utilidad base sujeta ai
reparto, a lo coal deberán hacerse los ajustes o deducciones pemiitídos por la L^'
del Impit^to sobre la Renta, en cuanto no contravengan las disposiciones de la
Ley Federal del Trabajo y las deducciones propias de esta Instítución, a fin de llegar
al concepto de utilidad repartible neta, sobre la cual debe aplicarse el porcentaje
perteneciente a los trabajadores.
59. La utilidad repartible neta se obtiene siguiendo el procedimiento a que
se refieren los capítulos II al VI de la Resolución, una vez que la utilidad sujeta a!
reparto se lia van hecho los aumentos y ías deducciones segén cada caso^ basados
en la Ley del Impuesto sobre la Renta y en las reformas de la Ley Frferal del Trabajo, y la dediiccióii que se establece en la Tarifa consignsda ea d artfcalo 5? de la
misma Resolución.
60. Para formular la Tarifa, la Comisión Naciooal relacionó los factores capital
invertido y fuerza de trabajo empleada, que cOBJiiíiteiiiente constituyen la empresa
y producen las utilidad^, con la mira de imputar a cada uno de ellos ona parte
de las utilidades obtenidas.
61. El concepto de capital invertido, para el propósito de esta Resolución se
fija acudiendo al de capital en giro, noción claramente precisada en los artículos 186
a 190 de la Ley del Impiiesto sobre la Renta.
62. Para valorar la fuerza de ti-abajo empleada en las empresas, los sujetos al
reparto deberán sumar todas las erogaciones anuales qoe motivaron el pago del
Impuesto sobre la Renta en Cédula IV, consignadas en el artículo 95 de esa Ley,
298
EL -TRIMES'ra.E ECONÓMICO
A la Silvia anualmente obtenida conforme a lo establecido en el párrafo anteriorj se deberán aumentar los sueldos pagados durante el año, anteriores al misino
gravado por la Cédula IV, con lo cual se obtendrá cada año la suma que representa
la fuerza de tTabajo empleada, que es la Tarifa es motivo de coniparacióii coa el
capitel.
63. I^ Tarifa se compone de dos secciones fundamentales: la primera, establee el factor qoe raulta de dividir el capital entre la foeiza de trabajo. La segunda,
consigna el pordento de deducción aplicable a la utilidad repartible, según sea el
factor de relación entre el capital y el trabajo.
64. La primera sección de la Tarifa que abarca las dos primeras columaas verticalra, se refiere en su nivel ÍBÍcial s etapresas cuyo capital llega a ser hasta el doble
de la fuerza de trabaío,, y en 15 escalonamientos crecieintes se llega, al final, a las
empresas que cuentan con on capital superior en 30 veces o más, a la fuerza de
trabajo.
65. En donde hay más capital que fuerza de trabajo, debe de haber mayor
participación en la ganaBcia para el primero por lo que debe existir un porciento
de deducción apli^ble a la utilidad repartible, que aumentej según sea mayor la
relación existente entre el capital invertido y la faerza de tTabajo empleada,
66. El porcienlo de deducción aludido en el punto anterior se consigna en la
segunda sección de la Tarifa^ en sus dos ultimas columnas verticales. En el nivel
inicial de la Tarifa^ las eiiipr«as que tengan hasta el doble de capital con relacióa
a la fuerza de trabajOj deberán restar de la utilidad el 10 % y así, en 15 «calonamientos consecutivos^ con ua aomento constante del 5 % adicional a partir del
segundo nivelj se llega hasta el 80 % de deducción de las otílidades, concedido
a las empresas qoe cuentan con 30 veces o más de capital^ en comparación con la
iueíza de trabajo.
67. En la primera columna de la Tarifa se consigna an límite inferior relativo
al factor de comparación eotre capital y trabajo^ al cual corresponde el porciento de
deducción fijo de la tercera coluinea. El excedente a ese límite inferior hasta e!
limite superior qoe apar^íe en la segunda columna, se multiplica por la cifra que
figura en la última columna y el resultado asi obtenido se adiciona al porciento
de deducción fijo, para llegar al porciento de deducción total aplicable a la utilidad
repartible. La cifra que se obtenga serf. la dedacción concedida sobre la misma
utilidad repartible.
Ejemplo: ED el caso de que una empresa tenga 2,5 veces capital en relación
con el trabajo^ deberá aplicar la Tarifa de la siguiente Kianera:
a) Por cnanto a la relación dos veces capital sobre la fuerza de trabaio, la relación consignada en la columna "límite inferior"^ se aplicará el 10 % ñjo
de la tercera columna.
b) El excedente del límite inferior^ o sea, 0.5 en este caso, se multiplicará por
la cifra 5.0 que aparece en k última columna, lo que dará un rsoltadc?
de 2.5,
c) El 10 % del inciso a) se adicionará al resultado del inciso b), es decir,
10.0 + 2.5, lo que dará 12.5, qoe será el porcieato de deducción aplicable
a la utilidad repartible.
Por los antecedentes y consideración^ antes expresados y con fuadamento en
los preceptos leales que en ellos se invocao, esta Comisión Nacional para la Participación de los trabajador» en las utilidades de las empresas^ r«uelve:
DOCUMENTOS
2f9
Capítíilo I. Disptmiciones generales
Art. 19 Los trabajadores participarán en las etílidad» de las empresas donde laboran,, en un 20 % de la utilidad repartible neta.
Art. 29 Para deteimiHaE la utilidad repartible neta,, se tomará como base la
renta gravable conforme a la Ley del Impasto sobre la Renta^ de acuerdo con la actividad qae desarrolle el sujeto al reparto j las inodifícacioii« señaladas para cada caso
en partícelar en los capítulos II a IX de «ta R^olución. En la detenninacióii de ^a
atílidad repartible, no es deducible la cr^cióii de pasivos ni Im pagos liechcK pot
concepto de participación de utilidades con drgo a los costa y gastos del ejercido.
En las situaciones anteriorK a la reforma, se estará a lo dispuesto por el artículo 7^
Transitorio del Decreto de Reformas y Adiciones a la Ley Federal del Trabap de
29 de dicianbre de 1962,
Art. 39 Para obtenet el factor de relación entre el capital iavertído y la luerEa
de trabajo empteda a que se refiere la Tarifa consignada en el aitícolo 59^ se tomará
como concepto de capital el de capital en giro, al que se alude en los artícultK 186
a 190 de la Ley del Impuesto sobre la Renta.
Art. 4? Para valorar la fuerza de trabajo empleadaj referida en la Tarifa del
artículo 59, se deberá considerar la suma de todas las erogacioH« anuales de la empresa que causen la Cédala IV^ atimentada con los soeldos inferiores al mínimo
gravado por la L^.
Art, Sí* Una vez determinado el factor que corresponda a la relación capital
y fuerza de trabajo, se obtendrá un porcieiito de dedaccióe conforme a la siguiente
Tarifa
FACTOK DS; COMPAKACIÓW
EÍÍTSE EL CAFITAt. T LA
FUEmZA DE TRABAJO
Límite
inferior
Hasta
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
de
Limite
miperior
2
2
3
4
5
6
7
8
9
10
12
14
16
20
25
30
a
a
a
a
a
a
a
a
a
a
a
a
a
a
2.9
3.9
4.9
5.9
6.9
7.9
8.9
9.9
11.9
13.9
15.9
19,9
24.9
29S
en rfdante
POSCIENTO DE DEDUCCIÓN APILICAB-LS
A 1*4 UTIIJBAB EEPARTÍEI-E
Porciento fijo úpUcable
(d limite infermr
10
10
15
20
25
30
35
40
45
Sfi
5;;
Ui
m
70
75
80
Cifru aplicable sobre el
excedente del límite inferior hasta el superior
5.0
5.0
5.0
5.0
5.0
5.0
5.0
5.0
2.5
2.5
2.5
2.5
LO
LO
300
■
EL TRIMESTRE ECONÓMICO
El porciento de deducción obtenido se aplicará sobre la utilidad repartible y el
resultado se restará de dicha otílidad^ para obtener la utilidad repartible neta.
Capítulo 11. Di? las personas morales
Aft. 69 La base de la participación de los trabaiadores en las utilidades^ tratándose
de personas morales, será la ganancia distxiboible gravable aa la Cédula Vil de la
Ley del Impuesto sobre la Renta^ determinada de la sigmente manera:
L A la utilidad contable se le harán los aumentos a que se refieren los distintos incisos de la fracción I del artículo 151 de la Ley del Impuesto sobre la Renta
y de esa suma se deducirán los pagos de impuestos y difereacias en pagos de impuestos a que se refieren los incisos tí)j b), c) y d) de la ftacción 11 del mismo artículo.
IL Del resultado que se obtenga conforme a la fracción^ se deducirá la soma
que resulte de aplicarle el 30 %, para efectos de fomento a la reiBversión de capitales e interés al capital invertido.
Art. 79 Sobre la utilidad repartible determinada conforme al artículo anterior^
se aplicará el porciento de deducción de la Tarifa inserta en el artículo 59
La cifra que resulte de la aplicación del porciento antes referido, se deducirá
de la utilidad repartible.
Art, 89 Una. vez liechas las operaciones consignadas en los artículos 69 y 7^?
se babrá determinado la utilidad repartible neta^ sobre la cual se deberá aplicar el
porcentaje establecido en el artículo 1? de esta Resolución.
Art. 9^ Las personas morales sujetas al reparto que no declaran so ganancia
distribeible para efectos de la Cédula VII^ determinarán el monto de la participación de los trabajadores en sus utilidades de acuerdo con lo establecido en el capítulo III si se trata de cansantes mayores^ o en el capítulo IV, si se trata de caosantes menores.
Capítulo IIL De
IíJS
personas fhicas con ingresos múyores de
$300 00QMO anuales
Art. 20. La base de la participación de los trabajadores en las utilidades, tratándose
de personas físicas contribuyentes en las Cédulas I, II o HI, con ingresos mayores de
$ 300 000.00 anualeSj, será la renta gravable o sea la diferencia que resulta entre el
iagreso qiie percibe el contribuyente durante un ejercicio y las deducciones autorizadas por los artículos 29, 30, 31, 75, 89, 90, 91 y demás relativos a la Ley del Impuesto
sobre la Renta.
Art. 11. Al resultado obtenido conforme lo dispuesto por el artículo anterior^
se podrá deducir el impuesto que corresponda a la utilidad el qercício en las Cédulas
Ij II o III y en las Tasas soíjTe Utilidades Excedentes.
Del monto así obtenido, se xestará la cantidad que resulte de aplicarte el 30 %,
para efectos de la reinversión e interés de capitales.
De esta manera se habrá obtenido la utilidad repartible sobre la cual se deberá
aplicar el porciento de deducción de la Tarifa inserta en el artículo 59, cuyo resultado se restará de dicha utilidad.
Art. 12. La cifra resultante de las operaciones consignadas ea el artículo anterior, será la utilidad repartible neta sobre la cual deberá aplicarse el porcentaje establecido en el artícelo 1?, de esta ResoliiciÓB.
DOCUMENTOS
301
Capítuo IV. De les personas físicm con ingresos tnenores de
$300 000.00 anuales
Art, 13. La base de la participación de los txabajadoi^ en las utilidades de las personas físicas coa ingresos menores de $ 300 000.00, pero mayores de $ 120 000.00 al
año, causantes en las Cédalas I, II o III, será el 17 % sobre sus ingresos brutos, que
es el porcentaje de utilidad teórica promedio, resultante de la tabla que aparece en el
artículo 209 de la Ley del Impuesto sobre la Reiita,
Art. 14. Estos sujetos deducirán el monto del Impuesto sobre la Renta que
corresponda a los ingresos totales del ejercicio. Del total así obtenido se restará la
cantidad que resulte ele aplicarse el 30 % para efectos de la reinversióii e interés
de capitales.
Art. 15. Efectuadas las operaciones consignadas en el artículo anterior, se tendrá la utilidad repartible netaj, sobre la cual deberá aplicarse el porcentaje establecido
en el artículo 1?
Capítulo V. De las sucursales y úgerwicm de empresm extranjeras
que operan sin capital propio
Alt. 16. La base de la participación de los tiabajadors en las otilidades de las sucursales y agencias de empresas extranjeras que operen sin capital propio, es la señalada
en el capítulo II de esta Resolución. Para determinar la otilidad repartible neta,
se seguirá el procedimiento establecido 'en dicho capítulo.
Art. 17. Para los efectos de la Tarifa contenida en el articolo 5?, el capital será
el 40 % del monto de su activo en libros^ que se determinará de acuerdo con lo
«tablecido eo la fraccióo I del articulo 187 de la Ley del Impuesto sobre la Renta.
Capítulo VL De los profesionistas, técnicos, artesanos y artistas
Art. 18. Los causantes en Cédula V pagarán uoa participación sobre la renta gravsble establecida en los artículos 19 y 20, pero el monto de la participación no podrá
exceder del importe de un m^ de salario, de scuerdo con lo dispuesto por el artículo
100-Qj fracción IL de la Ley Federal del Trabajo.
Art. 19. La base de la participación de los trabajadores en las utilidades de los
sojetos al reparto, causantes en Cédula V, que oo se acojan al régimen de clasificación, será la ren^ gravable, o sea la diferencia que resulta entre los ingresos que percibcB y las deducciones autorizadas por los artículos 118 y 119 de la Ley del Impuesto
sobre la Reiíta.
Al resultado obtenido, se podrá hacer la deducción del impuesto en esta cédula
qoe corresponda a la utilidad del ejercicio, con lo que se detennina la utilidad repactible neta, de la que participarán los trabajadores en el poicentaje establecido en el
artículo 19
Ar£, 20. L-a base de la participación de los trabajadores en las utilidades de los
sujetos al reparto, contriboyeBtes en Cédela V, qoe decljiíen conforme al sistema
de clasificación, será el 75 % sobre sos ingresos brotos, utilidad teórica obtenida de
la Tabla de Clasificación a qae se refiere el artículo 121 de la Ley del Impurato
sobre la Renta, a la que podrá dedocirse el impuesto correspondiente a dicba cédula,
para llegar a la utilidad repartible neta, sobre la cual se aplica el porciento de participación del artículo 19
mi
EL TRIMESTRE ECONÓMICO
Capítulo VIL Del convenio y la estimativa
Art. 21. Para los causantes que celebran convenios con la Secretaría de Hacienda
y Crédito Público en los términos del artículo 28 de la Ley del Impuesto sobre la
Rentaf la base de la participación a los trabajadores será la utilidad establecida en
d conveaío, con las modifícacioiies señaladas en los capítulos 11 a VI de esta Resolocíón¡j según corx«ponda.
Art. 22. En los casos ee qoe la Secretaría de Hacienda y Crédito Péblico determine estímatívameote el ingreso gravable, por algona de las causas a que se refiere
el artícolo 210 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, ese ingreso gravable será la
base de la partácipación sobre la coal debe determinarse la utilidad repartible neta^
aplicando las reglas establecidas en los capítulos 11 a VI de esa resolución, según
proceda.
Capítulo VIII. De km ejercmos irreguJm'es y las excepciones
Art. 23. Las empr«as cayo ejercicio fiscal abarque parte del año de 1962 y de 1963,
se suietarán al régimen establecido en el artículo 25 de esta resolución,
Arí. Z4-. Las empresas exceptuadas de la obligación de repartir etilidaíle al
amparo de las fracciones I y II del artículo 100-P de la Ley Federal del Trabaío,
cuando el vencimiento de la franquicia no coincida con el cierre del e)ercicio fiscal,
se sojetaráa al procedimiento señalado por el mismo artículo 25.
Art, 25' Las empresas que se encuentren en los casos previstos por ios artículos
23 y 24, determinarán la utilidad repartible neta proporcioBal, coaforiBe al siguieate
procedimiento,
I. Calcularán la utilidad repartible neta de acuerdo con los capítulos lí a VI
segÚB sea el caso.
IL La utilidad repartible neta se dividirá entre 365 o el número de días que
abarque el ejercicio fiscaL a fin de determinar la utilidad repartible neta diaria.
111/El resaltado anterior deberá multiplicarse por el número de días compreadidos dentro del lapso de la obligación al reparto.
IV. La cantidad así determinada es la utilidad repartible neta proporcional y a
ella se aplicará el porcentaje establecido eo el artículo 19
Art. 26, Las emprraas exceptuadas de la obligación de repartir utilidades en los
térmioos de la fracción II del artículo 100-P de la Ley Federal del Tiabajo, ona vez
concluida la vigencia de la excepción prevista en la fracción I del mismo artículo,
determinarán la utilidad repartible a que se refieieii los capitalos II a VI de esta
Resolución, siguiendo el critmo establecido por el párrafo tercero del artículo 17 de
la Ley del Impuesto sobre la Renta.
Capitolo IX, De los casos no cmnprendidos en los capítulos antenotes
Ar£, 27. Todos aquellos sujetos obligados al reparto que no queden comprendidos
es los casos señalados en los capítulos II a VIII que aiitaiederij deterininaráii la utilidad repartible^ deduciendo de la utilidad contenida en la d^araciÓH pr^eatada a la
Sa:ietaría de Hacáenda y Crédito Público, el monto del Impuesto sobre la Renta
corr^pondieate a la misma utilidad.
Art. 28. Las empresas exentas del pago del Impeesto sobre la Rente sujetas
al reparto de titilidad«y deberán precisar sa utilidad repartible neta siguiendo el
procáiimieiito establecido para los causante que no gozan de esa franquicia fiscal
y tendrán derecho a drfucir el monto del imptjesto no pagado por virtud de la
eseucióii.
DOCUMENTOS
3Ü?
Arf. 29. En los casos a que se refiere este capítulo en que paeda determioarse
el capital en giro se aplicará la dedncción a que se refiere la Tarifa del artículo 5?
Cuando no se opere con capital en giro, se limitará la participación obrera en
la utilidad al monto de un mes de salario, como lo establece el artículo lOO-Q^ fracción II de la Ley Federal del Trabajo,
Art. 30' Sobre la utilidad, repartible neta determinada conforme a los artícelos
anteriores, se aplicará el porcoitafe «taí>l«;ido en el artículo 19
Así lo resolvieroa y firmaron, en cumplimiento de los artícelos 428-H, fracción líl;
428-P, fracción IX, y 428-U, fracción lII, de la Ley Federal del TrabajOj en s^ión
permanente iniciada el día 6 de diciembre de 1963, proseguida los días 10 y 11 y
terminada el día 12, de ese propio mes y año, los miembros que iategran el Consejo
de Representantes de ia Comisión Nacional para la Participación de los Trabafadores
en las Utilidades de las Empr«as por onanimidad de los votos de ciudadanos representantes de los trabajadores: Adolfo Flores Chapa, rúbrica,—Mbsrto Juárez Blmwm,
rúbrica.—Jesús Yurén Agailar, rabrica.—Eitrí^ue' Rangel, rábrica.—-B&K Chunmcero., rúbrica.
Representaotes de los patronos^ de los ciudadanos: Lie. José Campillo Sáinz,
rubrica.—C.P.T. Carlos A. Isonrd^ rúbrica,-—Rmniro Álatcm-e, rúbrica.—Heriberto
Vidales^ rúbrica.-—Lie. Ricardo García Sáinz, rúbrica.
Representantes del Gobierno, ciudadano: Lie. Hugo B. Marg^irif Presidente
de la ConiisiÓD Técnica^ rúbrica.—-Dr. Octmño A. Hernández^ Director Técoico,
rúbrica.
Firmaron asimismo los Repr^entantes Suplentes de los Trabajadores, ciudadanos: Alfredo Rodrí^ez^ rúbrica.-—Francisco Ballirm Tahares^ robrica.—José Ortiz Fetrícioli, rúbrica.—Smnuel Ruiz Mora, rúbrica.—Francisco Benitez^ rúbrica.
Representantes Suplentes de los Patronos, ciudadanos: Lie. Rafael hebrijOf rúbrica.—Lie. César Roel, rábrica.-—Lie. Femando Yllanes Ramos, rúbrica.—-Lie.
Jenaro García^ rúbrica,—Lie. Alfonso Ortega Yélez, rúbrica.
Asesores Representantes del Gobierno^ ciudadanos: Lie. Caños Berges^ rúbrica,-—-Lie. Everardo GalMrdo fr.^ rúbrica.
Asesores de la Dirección Técnica^ ciudadanos: Dr, Roberto Martínez Le C^hunche, rúbrica.—Lie. Setlvüdor Mora Hurtado, rúbrica.
Asesores Auxiliares de la Dirección Técnica^ d«igiiaclos por la Representación
de los Trabafadores, ciudadanos: Lie, y Dip, Joaquín Gamboa Pascoe, rúbrica,—Lie. Juan. Moisés Calleja, rubrica.
Asesores Auxiliares de Ja Dirección Técnica, designados por la Representacióa
de los Patronos, ciudadanos: Lie. GuiEermo Prieto Fortuna rúbrica.—-Lie. Gtmtítvo
Romero Koí6ecfe, rúbrica.
Hago constar: el Secretario del Consejo de Repr^entantes^ ciudadano doctor
Octavio A. Hernández^ rúbrica.
En ciiiíiplimiento de lo dispuesto por el artículo 428-L, fracción V, en relación con el articulo 42S-Uy fracción V, y con el Sexto Transitorio de la Ley Federal del Trabajo, ordeno que esta Reolución se piibliqoe en el "Diario Oficisd de la
Federación del día 13 de diciembre de 1963.
México, D. F., a 12 de diciembre de 1963.—El Presidoíte de la ComisiÓBf
Lie. Hugo B, híargáin^ rubrica.
(Resoloción publicada en el Diarí.o Oficial de la Federación^ del %dem« 13 de
diciembre de 1963).
DECLARACIONES FORMULADAS POR EL SUBSECRETARIO DE LAS
NACIONES UNIDAS A CARGO DE LA SECRETARÍA EJECUTIVA
DE LA COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA
(CEFAI.), DR. JOSÉ ANTONIO MAYOBRE, ANTE LA
REUNIÓN AL NIVEL MINISTERIAL DEL CONSEJO
INTERAMERICANO ECONÓMICO Y SOCIAL
(CíES), DE LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS
AMERICANOS (OEA)
Sao Paulo, Brasil, noviembre de 1963
Hubiera deseado, ai dirigirme por primera vez al Consejo Interamericano Económico y Social €n mi condición de Secretario Ejecutivo de la CEPAI,, traer a este
auditorio una nota de optimismo sobre las condiciones y las perspectivas de la
ecoBomía latinoamericana. Pero ni el entusiasmo ni la fe son suficientes para desmentir la irrefutable veracidad de los heclios,, ni está justificado que personeros de
organismos internacionales, ante el justo temor de aparecer como "profetas del desastre", ocultes la realidad que están viviendo y palpando o dejen germinar esperanzas
infundadas frente a UK futuro cargado con oscuras nubes de incertidumbre. No
seráj pues, la satisfacción ni la confianza la nota predominante en esta intervención, ni tampoco la resignación y el abandono del que se rinde sin combatir ante
las circunstancias adversas.
La hora de la verdad
América Latina está atravesando desde hace algunos años una de las crisis estructurales más profundas de su historia. De no modificarse im conjunto de circunstancias y actitudes dentro y fuera de su territorio^ es poco probable que logre vencer o qne pueda impoiir que se agraven las serias dificultades actuales, Pero tales
circunstancias y actitudes no son insuperables, ni faltan ejemplos de pueblos y
continentes que han logrado salir victoriosos frente a situaciones aún más difíciles.
Y reuniones como la presente, y como otras que en distintos niveles se están llevando a cabo en el Hemisferio, ofrecen la oportunidad para analizar con frialdad
los problemas, para determinar los puntos neurálgicos donde hay qne concentrar la
acción, para analizar ciíticamente la conducta seguida y los esfuerzos intentados
y para extraer las experiencias que permitirán mejorar nuestros instrumentos de
lucha. Muy principalmente, éstos son los momentos para esponer con toda claridal y franqu^^a a los hombres de nuestros países cuáles son los esfuerzos y los
sacrificios que deben hacer y a las naciones amigas de otros continentes la cooperación qne deben prestar, si desean mejoTar las condiciones de existencia y alumbrar
con la «peranza a doscientos veinte millones de seres humanos que tienen derecho
a una vida mejor.
Se acentúa el débil crecimiento de la economía tatinoamericana
El cxecimieato de la economía latinoamericana^ tomada en sii coiíjonto, ha venido
■deteriorándose sistemáticamente en los últimos tiempos, y a jozgar por las estadísticas disponibles el año 1962, acusa un acentnamiento de esa tendencia. La tasa de
crecimiento del pr^ucto interno bruto cayó de un promedio del 5.7 por ciento
304
DOCUMENTOS
305
en 1945-50 a 4.2 por ciento ea 1955-60, para descender a uo 3 por ciento aproximadamente en 1962, El prodacto por habitante, que en los últimos seis años apenas había registrado on aomento de poco más del 1 por ciento, en 1962 no registró
incremento alguno.
Las cifras globales están influidas por las deficiencias e inexaciátudes de muchas estadísticas nacionales. Si ahondamos aunque ses. un poco en los detalles^
podemos observar que algunos países han experimentado en los últimos años uoa
violenta disminución del ritmo de ciecimieiito del íagreso real o simplemente han
■wsto bai'ar las cifras absolutas de su ingreso por habitante; que en otros,, un penoso
estancamiento parece ser la situación prrfominante eii los últimos años, y que son
apenas unos pocos los que han logrado mantener un desarrollo satisfactorio en. el
incremeoto de su producción global y por habitante.
A esta situación de lento e insuficiente crecimiento del pcoducto frente a «na
población que aumenta a una tasa que se aproxima en promedio al 3 por ciento anual,
se agrega en muchos casos ona inestabilidad monetaria y de precios q«e tiene caracteres crónicc« en algunos de ellos, y que somete a empresarios y consomidor» a
una situación de iBcertiduuibre, perjudicial al desarrollo de las inversiones y al sostenimiento —ya que no al aumento— de los niveles de vida. En determinados
países, la inflación ha adquirido características de extrema gravedads, al punto de
poaer en peligro la tranquilidad social y el iiiisnio progreso económico, mientras
que otios, al intentar contener ona ecpansión monetaria excesiva mediante la aplicación de planes de estabilización^ se han visto obligados a imponer restricciones
al crédito privado o al gasto público, lo qee ctea, como es lógico^ teosiones en el
organismo económico y paralización o reducción temporal en muclias actividades.
El deterioro de Im exportaciones latinomnericanas
En todo este panorama hay un conjunto de factores que sería largo analizar en eS"
tos momentos, pero es innegable que los problemas del comercio exterior tienen
uoa alta ponderación. Por eilo^ y porque estamos en vísperas de la Conferencia
Mundial de Comercio y Desarrollo, me ha parecido conveniente referirme a ellos en
esta oportunidad.
Es harto conocido que América Latina no íia participado en la expansióa del
comercio exterior que se ha venido operando en los últimos tiempos en otras áreas
del mundo. Antes de la guerra^ nuestro coBtiiiente repr^entaba un 7 u 8 por ciento del comercio mondial, al paso que hoy esu relación ha d^cendido al 6.5 por ciento.
Mientras el volemen del comercio mundial se ha duplicado dode 1938, el incremento de las aportaciones latinoamericanas lia sido apenas del 70 por ciaito^ y
del 40 por ciento si se escluye el petróleo. A esta circanstancia, ya alarmaete de
por s!, se agrega el deterioro qoe hao experiaientado en los áltimos diez años los
precios de nuestros productos tradicionales de exportación. Si tomamos como punto
de refereada los años 1954-55, observamos qiie no obstante el incremento de 38 por
ciento en el volomoi de nuestras exportaciooes, la capacidad de compra de las mismas sólo sobió en un 12 por ciento. Dicbo en otros términos,, el deterioro de la
relación de precios asaló en dos tercios el incremeíito del volumen de las esportaciomes.
No necesito canssr al presente auditorio con un análisis detallado de las cons«:íiencias de esta, sitaación psra nuestro desarrollo. EQ presencia de nn crecimiento demográfico explosivo^ la limitación de los iíigr«os en moneda estranjera
lia repercutido directamente en la capacidad de inversión de nuestras economías
306
EL TMMESTRE EGONÜMICO
j ha reducido la importación de bienra de capital^ que, en su mayor parte, no
pueden proveiiir por aliora sino de los países industrializados. En los casos de mayor gravedad^ la scasez de divisas lia comprimido sustaiicialmente el volumen de
importaciones de productos de consumo esenciales y ha sido factor importante y a
vec« fundamental, de la inflación.
Distarmones y dificultades crecientes en la sustitución de itnportaciodies
Nuestros países fian tratado de hacer fíente al deterioro de sus exportaciones mediaote «n esfuerzo acelerado de sustítoción de importaciones y el uso en mayor
escala del fínaaclamiento externo recorriendo a préstamos e Inversiones privadas
foráneas.
Lo priaiefo lia perniitído un crecímienlo de la producción industrial qoe constituye, sin lugar a dudas^. el signo más promisorio en la transformación ^tractural
de nuestras economías. Hay que reconocer, sin embargo^ que el heclio de habei
tenido que U^'ar a cabo la industrialización ante la presión de ana escasez de recursos de moneda estiaii|eia y^ en general, frente a una perspectiva desfavorable del
comercio exterior, ha ocasionado frecuentemente distorsiones ea ese proceso que
suelee repercutir directamente en la productividad^ la eficiencia y los niveles de
precios y costos y que en ocasiones ha origiiiado situaciones monopolísticas o de privilegios para algunos sectores. Pero lo qae es aán más grave^ en la medida en que
el proceso de sustátiicíón avaiíza se van agotando tanibiée las posibilidades de mantener un ritmo satisfactorio de crecimiento industrial a consecoencia de la estrechez de los mercados nacionales y se aproxima peligrosamente el momento de un
estaocamieRto en ese sector.
El finsmciútniento extemo no ha compCTisado las pérdidas ocasi-onadas por el s^rio
desmejm'€tm.ient& de los términos del intercambio
En cuanto al financiamiento externOj es bien sabido que Aiiíérica Latina ha osado
intensamente en los últimos años los préstamos a largo plazo para inversiones y
el capital compensatorio para financiar los déficit de los balances de pagos^ así
como también la inversión privada directa. En conjunto, ese financianiiento de
origen externo llegó a representar un 11 por cieoto de la inversión total en los
años 1960-61. En cifras absolutas y en dólares de 1950, las entradas netas de capital por todo concepto en el periodo 1955-61 totalizaron 8 mil millones de dólar»,
exceptuando a Cuba.
En condiciones normales^ un aporte de semejante magBitiíd habría significado
una contribocióa aprecíable para acelerar el desarrollo económico de América Latina.
So fundón ha sido completamente distinta a causa del deterioro de nu^tro comercio exterior. La pérdida de ingresos del Continente por el efecto negativo de la
lelacióií del intercambio excede holgadamente de los 10 mil millones de dólares.
De tal modo, el aporte de capital extranjero apenas ha seirido para compensar^ en
forma incompleta^ las pérdidas ocasionadas por el deterioro de los precios. Si a
esto se agrega que el servicio de la deuda exterior ha agravado la situación deficitaria del balance de pagos ya crónica en muchos de nuestros países, y que ese servicio^
con excepción de Cuba y Venezuelaj representó en 1961 un 22 por ciento de los
ingresos corrientes de divisas por exportaciones de bienes y servicios, podemos apreciar cómo el financiamieiito extemo en las condición» acíuate no ha significado
11.a sastiüito satisfactorio del comercio exterior y cómo está seriamente limifada
DCX;üMENTOS
307
la capacidad de endeudamiento de América Latina frente a sus n^esidades de
crecimiento en el foturo ÍBmediato.
Imprescindible la ucción coordinada de IíM países Mtinoamericíinos dentro de la región y en la Conferencia. Mundial sobre Comercio y Desarrollo
No es fácil eliminar el «traiigolainiento que impone a nuestro desarrollo el sectoí
extemo. Si bien es cierto que han contribuido, a este orden de cosas, imprevisioneSj,
ausencia de vigorosas políticas nacionales y diversos factores atriboibles a nosotros
mismos y que ahora se están comprendiendo con mayor claridad, BO lo es mencs
que han gravitado factores estructisrales externos y ciertas condiciones económicas
y políticas del cuadro mundial que deberáo examinarse con mucha atención en. la
próxima Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo. Al lado de fenómenos
tales como la menor elasticidad-ingreso de la demanda de la mayor parte de los
productos básicos y la sostitocíón y economía de materias primas originadas por
los cambios tecnológicos, han repercutido gravamcBte, en nuestra posición comercial, las políticas proteccionistas^ de subsidios, de preferencias y discriminaciones,
y las restricciones cuantitativas vigentes en los países industrializados qoe constituyen
los mercados tradicionales de América Latina^ factor» adversos que parecen estar
agravándose con la formación de bloques regionales. De alii que sea imprescindible
la acción coordinada de los países latinoamericanos para actaar en el ámbito mundial
y en la propia región latinoamericana.
En el décimo período de sesiones de la CEPAI- celebrado en Mar del Plata en
mayo de este año^ los países miembros decidieron que se celebrara an seminario
al nivel de expertos gubernamentales para tratar de armonizar la posición que
América Latina lia de presentar en la Conferencia Muadial de Comercio y Desarrollo, Ese seminario está siendo preparado activamente por la secretaria de la CEFAL
y se llevará a efecto en Brasilia ei próximo 20 de enero. Esperamos que allí, en
una rigurosa y detenida apreciación de los hechos^ se establezcan las bases para una
posición conjunta de América Latina en la Conferencia y para una política de comercio exterior de carácter continental.
La marcha de la Alimtza para el Progreso: avances lobados son insuficientes
Una de las mayores responsabilidades de esta reunión es analizar el funcionamiento
y los resultados del programa multilateral convenido por los gobiernos en Punta
del Este con el fin de acelerar el desarrollo económico y social del Continerite.
Esta evaluación es particolarmente importante porqoe ya ha transcurrido tiempo
suficiente como para formular juicios al r«p«:to y porque mimerosas y contradictorias apreciaciones están emitiéndose diariamente desde todos los sectores de opinión.
Desde el primer momento, la CEPAI. lia apoyado sin reservas las aspiraciones
y los principios establecidos por los gobiernos en el programa de la Alianza para
el Progreso y sigue cre}.'endo que su ejecución constituye on camino efectivo para superar el siibdesanollo. En su condición de miembro del Comité Tripartito, lia
colaborado, junto con la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos y con el Banco Interamericano de Desarrollo en importantes acti^adades
ligadas a su efecuciónj en especial en la formación de grupos asesores para colaborar
con varios gobiernos en la elaboración de sus planes de desarrollo. Más ftindamentalmentCj la consecoción de los objetivos del desarrollo ecorsómico y social establecidos en Punta del Este ha coastitiiido y coastitaye desde su estaHecimiaito
hace quince años, la razón de ser y la sustancia del trabajo de iiw^tra organización.
508
EL TRIMESTRE ECONíSMICO
Por «tas razones considero obligación nuestra exponer algunas ideas acerca de cómo
vemos en ios actuales momentos la marcha de la Alianza para el Progr^o,
No se paede n^ar que en los últimos dos afioSj y bajo el impulso del compromiso adquirido^ se va generalizando en los sectores responsables y en los gobiernos
de América Latina, una nueva concepción para abordar los problemas del desarrollo
ecoeómico e impulsar la transformación de las condiciones sociales imperantes.
Venciendo las natural^ resisteBcias, se ha venido imponieodo la idea de que en
las actuales condiciones, la planificación es el instrumento más adecnado, para llevar a cabo una política de desarrollo^ y que los bajísimos niveles de vida de le»
grandes sectores de la población tienen que ser superados por reformas proferidas
en la esixoctura socíaL Numerosos gobiernos han elaborado planes de desarrollo y
otros trabajan activamente en este terreno. Le}'es de refomia agraria están en vías
de ejecución, han sido aprobadas o están debatiéndose eo varios países, si bieo el
contenido y profundidad de la transfomiaciÓTi a que se aspira varían en cada caso
según las características del m«iio y las coadiciones políticas y sociales dominantes.
Asimismo, se lian realizado algunos progresos ern materia tributaria, aooque se
«tá muy distante de llevar a cabo la verdadera y necesaria reforma impositiva. En
ciertas actividades, el avance es más visible y general^ como sucede con la vivienda
y con las obras sanitarias, seguramente por la imayor facilidad de realizar este tipo
de inversiones^ la posibilidad de obtener créditos y la escasa oposición que a tales
proyectos pr^entan los intereses creados. Todo esto es apreciable y es on comienzo
de acción^ pero hay que admitir que es poca cosa en coinparación con las metas
propuestas y con la mageitad y la urgencia de la transformación q«e las circunstancias exigen. De allí que no deba extrañar la insatisfacción y las críticas que se escuchan a nieBudo^ si bien es necesario distinguir entre los que de buena fe desearían
que se acelerara el paso y se ahondara es las reformas y los que tratan de destruir
el programa mismo por no querer reouociar a privilegios antisociales o por razones
de orden político.
Es imposible aislar el análisis de lo realizado dentro del programa de la Alianza para el Proceso del debilitamiento de la economía y del deterioro del comercio
exterior de que he hablado anteriormente. Lo que se ofrece a la vista de todo el
mundo es que dspués de dos años de haber iniciado ese programa estamos Diuy
lejos de alcanzar las metas mínimas que se fijaron en él y que en muchos países
el «tancamíento, el retroceso o la espiral- inflacionaria son el elemento predominaote. Ante una perspectiva de este género no puede esperarse un florecimiento
del espíritu de empresa, y en el mejor de los casos, la misma inversión publica
financiada a través del crédito internacional alcanza apenas a llaiar parcialmente
el vacío resultante de la disminución en la inversión privada. La programación de
la economía raizada eii circimstaacias taa adversas tiene asimismo que estar limitada en sus metas, cuando no ocuae que el programa mismo es postergado por el
gobierno ante la presión de los problemas inmediatos de desequilibrio eii el presupuesto y en el balance de pagos.
En la base de todo este cúmulo de circtjnstancias adversas se encuentra, repito una vez más, la situación de nuestro comercio exterior. Mientras no mejoren
sustaocialmente los mercados de nuestros productos básicos será difícil para gran
parte de nuestros países emprender con seguridad en ambicioso esfuerzo de desarrollo; justamente en aquellos países que no lian experimentado iiiayor« dificultades en el sector extemo de so economía es donde se aprecia un ritmo más
sastisfactorio de crecimiento y mayor seguridad en la ejecución de los planes o
proyectos a largo plazo.
DOCUMEMTOS
309
Necesidad de acelerar Im reformas estructur^es
Con lo expuesto no pretendo coBcentrar todo el peso de la situación sobre el comercio exterior, ni maclio menos restar importancia y urgencia a las refonnas intcarnas de diversa índole que deben acometer noratros países con mayor ritmo e intensidad. Tocios estansc^ conscientes de que la iiiestebilidad política y la amenaza
consfeiite a las íostitaciones democráticas son un factor perturbador de todo progreso. Nadie se atrevería a negar qoe son impostergables las medidas conducentes
a una mejor distribución del ingrtto y a redacír las grandes disparidad^ en la
fortuna y en las oportunidades de meforar que disten en nuestro retrasado m^io
social; que la reforma agraria y la reorganízacióa de la agrictiltura sobre bases más
justas y modernas es noa necesidad inaplazable en la mayoría de los país» de América Latina; que existen poderosos sectores económicos qoe no contriboyen al
fínancianiiento del Estado en, proporción adecuada; qoe el ahorro mt&no es insuficiente y el coosumo de lujo exceivo; que la administración pública es, por lo
generalj ineficiente y primitiva y qoe la carropción y d. favoritismo deben ser «radicados de los medios gubernamentales; que es necesario asegurar la estabilidad
en los plan« económicos y dar confianza y seguridad al capital privado y a los
trabajadoreSs, mediante una política económica y laboral consecuente y sostenida,,
Y de que todas estas reformas son impostergables para lograr el desarrollo económico. Todo esto hay que hacerlo, por difícil que sea, y sin ello no podrá lograrse,
como no se logró en el pasado, una verdadera transformación estroctural. Lo que
lie intentado exponer es que niientras persistan las condiciones actuales de nuestro
coKiercio exterior no podremos aprovechar CB toda su amplitud los rraoltados de
esas reformas. Las difícultades para llevarlas a cabo serás mayores y para muclios
países será punto menos que imposible alcanzar la meta de crecirníeato -—ya modesta de por sí-—■ fijada en el acta de Punta del Este.
Fallas en la aplicación de la Carta de Punta del Est.e y necesidad de fortalecer su
cúrácter multilaterúl
La reonión acriial deberá examinar también cómo se han venido cumpliendo los
acuerdos de PuTi.ta del Este en cuanto a la ccwperación muí tila teral,, en particular
en los aspectos fiíianciero y de organizacióo. Los informes de los ex presidenta
Lleras y Kubitscliek y la proposición de ambos estadistas para la creación de xm
Comité Interamencano úe Desarrollo es materia qae coriesponde discutir y decidir
a los gobiernoSp y, por lo fcanto^ nos abstendremos de emitir opinión a este respecto.
Con todo, no nos par«;e impertinente hacer algunos comeatarios sobre la forma
en que se ha venido actuando en la ccK>peracióii maltilateral,
Ea el informe presentado a «te consejo por la Nómina de los Naeve se esfeblece que "diversos acontecimientos y decisiones le lian becho perder todo su vigor
a la imagee de la Alianza como un esfuerzo cooperativo y multilateral a largo plazo
y le ratán dando al programa un peligroso caiActer de inestabilidad y coatingeoda".
Compartimos plenameote esta afírmaciónj así como él análisis hecho en ese mismo
infoTnie sobre los factor» que han contribuido a esa situación. Ellos puaieii
r«uniirse en la inse^odad que cxrasíonan las r«inccion« anuales a que á Congreso de los Estados UnidtK somete las partidas para ayuda exterior; It» intentos
de modificar y condicionar imilateralmente la cooperación financiera coa acuerdo
a criterios que no son aniversalmente compartidos, ni siqmeta en el mismo país que
otorga los créditos, y el h^ho de que '*la ayuda del programa de la Alianza se trata
310
EL TRIMESTRE ECONÓMICO
de ligar cada ve; más estrechamente a los problonas internos de los Estados Unidos^ a la caída de las resen,'as, a los déficit presupuéstales y del balance de pagos, al
aumento de la deoda péHíca, e inclusive, como algunos lo señalan, a la pérdida
de los mercados mundiales". Asimismo, nos parece alarmante que se tratai de
establecer criterios restrictivos que no obedecen al interés mismo de los paises
latinoamericanos^ ni a la ecoBomicidad de la inversión en los proyectos de industrias básicas como siderúrgicas, papel y celulosa^ química, petróleo, aluminio y
obras. Debe leconocerse plenamente la forma vigorosa en que el Ejecutivo de los
Estados Unidos ha resistido a muclias de estas tendencias y es de esperar que se
mantenga su firme actitud de sostener y fortalecer los principios básicos de la Alianza. De todos niodos^ la presión cootínuada en las direcciones arriba indicadas es
uno de estos factores negativos que siembra dudas en los partidarios del programa
y alienta y da instriimestos a sas opositores.
Parece haber consenso general en el sentido de que debe darse a los órganos de
ejecución de la Alianza una composición acorde con su naturaleza multilateral y
de que es aconsejable dotar a esos instrumentos de mayor eficacia y autoridad. Es
indudable que una de las mayores deficiencias lia sido la dispersión de las facultades de decisión y el heclio de que los fondos más importantes hayan sido nnanejados
por él gobierno de los Estados Unidos, con lo cual se lia creado la imagen de una
ayuda bilateral, sojeta a influencias predominantemente políticas, y se ha dado la
impresión de abandonar o debilitar el concepto básico del finaiiciamiento de programas de desarrollo y su reemplazo por las ayudas de emergencia. En consecuenciaj nos parece legítima y urgente la corrección de semeiantes fallas, pero creemos
que no debemos hacemos excesivas ilusiones en cuanto al poder milagroso de los
cambios administrativos. Junto a «tos cambios^ liay que atacar también las causas
de fondo qoe han eotorpecido hasta hoy el éxito del programa, y nos parecería
que condenarnos al fracaso al organismo que se proyecta crear^ si junto coo la iniciación de sus labores^ se redoceri los foodos cooperativos para el financiamieiito^
se condiciona el otorgamiento de préstamos en forma onilateralj o no se adoptan
decisiones audaces para meforar las condiciones de nuestro comercio exterior.
Es urgente intensificar la inte^ación económica regional
Hace algunos momentos he hecho una rápida referencia a las limitaciones qoe impone ni desarrollo indostrial, y en general al desarrollo ecoaómico de América
Latina, la estrecha de nu^tios mercados Bacionales. Esta afirmación es válida
aún para aquellos países de mayor población y con un grado más alto de diversificacióii. La utilización en escala apropiada de valiosos recursos naturales, las veiitafas
de la producción en gran escala, la posibilidad de incrameiitar la productividad y
rebajar los costos para competir en el mercado mundial de productos industriales
no son posibles sino a base de niercados muy amplios y de ana producción masiva.
Estas circonstancias han sido fuxidam en tales en el' esfuerzo hacia la integración
emprendido por países de alta industrialización y de mercados muy superiores a los
noffitroSj, como son los de la Eoropa occideataí» Si a estas necesidades^ impuestas
por la economía corítenciporánea, añadimos las condiciones ya mencionadas de iaestabilidad de nuestro comercio exterior y las limitaciones para mantener por largo
tiempo un proceso razonable de sustitíicíón de importacióneSj se comprende, fácilHientej qoe la opiníóo sensata del Contioente vaya cada día dándose coeita más
exacta de que el ónico camino s^uro para garantizar auestro desarrollo está en la
integración económica.
D€X;üMENTOS
311
Los paíSQ centroamericanos dieron un ejemplo ai resto del Hemisferio cuando hace di» años lograron sobreponerae a los conc^tos e intereses locales y empreadieion la ardua tarea de crear un Mercado Coinán CentroaiBericano, que
estó ya en el terreno de las realidades. Más difícil y más compleja era, sin duda, la
empresa de reunir las volanfadra del coniunto de América Latina para la integración económica, y, sin embargo^ voiciendo todos los incotiveníentes, la Zona
Latíiioamencana de Libre Comercio lleva ya más de dos años de existencia y ha
logrado progresos sigaificativos en el incremento del intercambio ioterlatinoamericano.
Los actuales momentos son decisivos para el futuro de la ALALC y de ia Inte^ación
El esfueiEO realizado, claro está, no es sino en paso inicial eii xxn camino largo y
nada fácil. El hecho de qne el Tratado de Montevideo se limitara a crear un área
de libre comercio y estableciera nn laborioso proceso de negociaciones para hacerla
€f«:tlva era el reflejo de las dudas que abrigaban los gobiernos en cuanto a la
posibilidad efectiva de la integración^ y del temor de que mi paso demasiado aodas
resultara en perjoicio de las economías nacionales. En el tiempo transcurrido se
han hecho importante avances en el incremeoto del comercio intrazonal, se han
disipado miiclias de las dodas y se ha arraigado y extendido la convicción de qae la
integración es Bccesaria, Al inisiiio tiempo^ se han puesto de manifíesto las limitaciones qae encierra el laborioso y difícil sistema de las n^ociaciones tal como hoy
se llevan a cabo, se han. descubierto noevos problemas que deberán resolverse para
acelerar la integración y se baii ^tado preparando o ensayando nuevas mrfidas
para acelerar ese proceso. Me atrevería a decir que los actuales inomeatos son
decisivos para el futuro de la ALAXC y la idea de la integración. Avanzada como
fia sido la etapa de las rebafas de arancel» sobre los productos tradicionales del
comercio intrarregional, se corre el peligro de un estancamiento fatal en las R^ociaciones si no se pasa de inmediato^ o en nn plazo muy cortOj, a nuevos instrumentos de acción, con vista a la crración de un merrado común latinoamericano. En
rae camino^ parece ya inaplazable la elaboración de tina tarifa y de oii régimen
aduanero comimes que pennitan acelerar las desgravacioH» y someterias a un régimen automático. Miiclio se puede adelantar^ asimismo^ mediante la complementadón e integracióa sectoriales, ea «pedal en aquellas industrias básicas eií qoe el
desarrollo o aun incipiente y qae, por sas dimensiones y «-tructura, requieren de
un mercado latíiioamericaeo para trabajar coa eficiencia, o en aquellas que táenea
posibilidades inmediatas de exportar. En este camino, la CEFAI,, en cooperación con
los órganos ejecutivos de la ALALC y coe otras organizaciones interamericaDas, está
trabajando activamente en la preparación de los «tudios técnicos que permitiiáa
a los gobiernos ¡uzgar y decidir acerca de una posible int^racióii industrial latinoamericana. De no menor urgencia es el estudio y las decisiones sobre los elementos
de infraestructura que impiden o estorban el proceso de integracióo^ tales como
los tiaasportes, las coiBunicacionra y los sistemas de relaciones comerciate y financieras entre los países de la región, y eri lo cual también está colaborando la organización que repr«ento. En cada una de las mencionadas raferas de actividad habrá
que tomar en caenta y buscar una solución satisfactoria para los países de «caso
y mediano daarrollo qoe aspiran^ con juste razóo, a que la integración ecoBÓmica
latinoamericana se tradozca en beneficio para todos. He dicho en otra oportunidad
que los países mencionados tienea más posibilidades de cr^míento dentro de naa
gran comunidad, siempre que se llwe a efecto tina poMtira d«tinada a voicer su
312
EL TRIMESnmE ECONÓMICO
retraso lelatívo. Pare^ indispoisable proceder de inmediato a elaborar semejaete
política en la cual^ a más de un trato adecuado en materia arancelaria^ habría que
movilizar los recorsos técnicos y fioancierm intannacionales en una mayor acción
enérgica dirigida a ¥Cíicer las dificaltad^ que impiden su mayor desarrollo.
Las responsúhílidtides y decisiones políticas que hay que encetrar
Todo lo expuesto en aiateria de integración depende de una condición fundsfiiaital y ésta es la conciencia de qae la iotegración es, en el fondo y por sobre todo^
mi fenómeno político^ y que requiere decisiones al nivel político. Por profondas
qne sean las razones económicas que hacen imprescindible la aaióo de los países
latínoaineiicaiios^ no debemos ignorar qae hay en ese proceso aspiraciones que
rebasan la esfera de la producción, del intercambio y de los niveles de inpeso. En
dio va en joego nuestra soberaBÍa como naciones libr« y el peso de nuestras opiniones en la esfera interaacional, donde cada día se acentúa la tendencia a la formación áe grandes y poderosos Hoqu«. Por eso, las decisiones fondamentales y la
responsabilidad de las mismas deberán ser tomadas y asamidas por los responsable
políticos de la coinuHÍdad latinoaroericana..
Señor Presidente: en el curso de esta exposicióo he debido tratar separadamente
aspectos de un mismo fenómeno, que no soiij sin embargo, independientes los
unos de los otros, sino que forman una «iiidad conceptual y política. Las reformas
estructurales internas, la planifícaciónj la mefora de las condiciona del comercio
exterior^ la colaboración internacional, la integración económica, ao son circunstancias qoe puedan concebirse aisladamente, sino partes de un todo y elementos
integrantes de ona política económica donde las diversas medidas han de tomarse
ai fonna simultánea y coordinada. Concebir de otra manera el problema del sobdesarrollo latínoamericaRo sería condenarse a nuevos fracasos y a mayores desengaños. Se impone ahora un esfuerzo simultáneo en extensión y en profundidad mediante una política de desarrollo que es compleia, qoe exige tefuerzos y sacrificios^
pero qiie es impostergable sí queremos complir con la responsabilidad" de nuestra
generación ante nuestros pueblos y ante la historia. Hago votos porque estas deliberaciones conduzcan a resultados efectivos en el cumplimiento de la misión, bonrosa en que nos ha tocado participar.
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