Negocio `embotellado`

Anuncio
Negocio ‘embotellado’
El consumidor que elige el agua que se embotella paga mil
veces más por galón que el agua del grifo
Agua: dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O); pero también sinónimo de
salud y máximo símbolo del culto al cuerpo. Su aspecto sigue... digamos que igual.
Su sabor y olor quizás no tanto. No es noticia que la calidad del agua en Panamá
(considerada por años como una de las mejores del mundo) ha decaído. Un estudio
de mercado realizado en 2001 por la firma Dichter & Neira reveló que cerca de un
40% de una muestra de 400 personas –con ingresos mensuales superiores a los
800 dólares– consideraba que el agua de grifo había empeorado en los últimos
cinco años.
Como contraparte, un 66% calificó de “buena” o “excelente” el agua embotellada.
La industria mundial del agua embotellada –Panamá no es la excepción– está
registrando un impresionante crecimiento anual. Se calcula que en el mundo las
ventas anuales superan los 35 mil millones de dólares. Panamá apenas mueve ocho
millones de dólares en el mercado local (muy por debajo de los 100 millones de
dólares que acapara anualmente el negocio de las gasesosas o los 60 millones de
dólares del de jugos). Pero la industria local sigue animada.
El negocio
Tres de las mayores empresas en Panamá que se dedican a purificar el agua
(Aquaviva, Aguas Cristalinas y Puríssima) aseguran que la venta de agua
embotellada se incrementará sustancialmente en los próximos años. En Panamá, el
consumidor que elige el agua que se embotella o se vende en los expendedores
automáticos, paga mil veces más por galón que el agua del grifo.
“El mercado está creciendo... lo único es que veo que hay demasiada agua”, dice
Leonardo Brostella, presidente de Puríssima.
Actualmente hay en el mercado más de una docena de empresas involucradas en el
negocio de tratamiento de agua. Además de competir entre sí, deben compartir el
mercado con las más de 12 marcas de agua envasada importada que se venden
aquí.
La comercialización de agua embotellada importada representa una dura
competencia para Puríssima al momento de fijar los precios en el mercado,
reconoce Brostella.
El negocio de Puríssima comenzó en 1993 con cinco dueños colombianos, pero no
tuvo éxito. En 1996, Brostella decidió distribuir el agua embotellada Puríssima y un
par de meses después compró el negocio.
Su producción es de unas 15 mil cajas mensuales; un 65% se vende en el área
metropolitana y el resto en el interor del país.
Puríssima –que obtiene el agua cruda de Miraflores– recién empezó este año a
vender su marca en los supermercados; y según Brostella “estamos
posicionándonos”en la comercialización de agua en garrafón (19 litros o
cinco galones). La empresa compra sus envases en el mercado local, a
excepción de los garrafones, que los importan de Costa Rica y México.
Al igual que Puríssima, Aguas Cristalinas también obtiene el agua cruda del
acueducto de Miraflores, y además de un pozo en Cerro Azul.
La empresa comenzó a purificar agua en Panamá en 1986. “La gente pensó que
estábamos locos”, cuenta Raúl Montenegro, su director.
Convencido de que al agua iba a ser el negocio del futuro, la empresa decidió
seguir con sus planes de purificar y comercializar el vital líquido.
Con una producción anual de un cuarto de millón de garrafones, Montenegro
considera que las empresas que procesan agua en Panamá no son competencia
para Aguas Cristalinas.
Su producto está certificado por la National Sanitation Foundation (NSF) –
organización independiente sin fines de lucro que ideó en 1984 un programa para
certificar agua embotellada basado en los reglamentos de la FDA de EU–. La
certificación exige algo más que inspecciones de improvisto. También incluye una
prueba exhaustiva del agua embotellada respecto a más de 140 contaminantes
químicos, radiológicos y microbiológicos. Las inspecciones se realizan anualmente.
Aquaviva –otra de las empresa que purifica agua en Panamá– también está
certificada por la NSF, y además es miembro de la Water Quality Association
(WQA).
Tanto Aquaviva como Aguas Cristalinas utilizan un mínimo de seis pasos (que van
desde pasar el el vital líquido por filtros de carbón activado hasta la ozonificación)
para purificar su agua.
Las dos empresas –a diferencia de Puríssima– utilizan la ozonificación (“le inyectan”
ozono al agua) como un desinfectante adicional, sin color ni olor, que prolonga la
fecha de expiración del producto.
Montenegro explica que el proceso de purificación de Aguas Cristalinas dura unas
seis horas y permite la producción de 10 mil galones de agua purificada.
El producto insignia de Montenegro es el agua en garrafón y el envase lo importa
de República Dominicana.
Normas de salud
El agua purificada en bidones o garrafones, tiene una gran demanda en el mercado
local. De allí que las empresas que se dedican a la purificación del vital líquido en
Panamá consideren el agua en garrafón uno de sus productos más rentables.
Las empresas embotelladoras de agua están obligadas a realizar análisis
microbiológicos y físico–químicos al agua, envases y tapas periódicamente, a fin de
asegurar el control de calidad del producto terminado.
Desde hace dos años rige la Resolución No.181 del 10 de agosto del 2001, por la
cual se reglamenta el embotellamiento de agua en envases retornables.
También las empresas embotelladoras de agua en envases retornables
deben tener un procedimiento escrito de limpieza y desinfección de los
envases retornables, y serán responsables del agua desde su
fabricación hasta los puestos de venta.
Un reciente estudio independiente de la organización conservacionista World Wide
Found (WWF) advirtió que el agua embotellada que se vende en algunos países
puede no ser segura o más saludable que el agua que sale del grifo en muchos
países.
Las autoridades de Salud han recibido múltiples denuncias por la venta de agua
embotellada contaminada, en distintos establecimientos comerciales de la
República.
En 2001 fue retirada del mercado en forma definitiva el producto conocido como
Agua Ofmolife. Un par de semanas después fue sacada de circulación
temporalmente el Agua de la Montaña y luego se retiró el agua de la marca
Puríssima.
En abril de 2002 El Ministerio de Salud autorizó nuevamente la venta del producto y
anunció que el agua Puríssima estaba libre de la presencia de bacterias patógenas.
Competencia y costos
Con 17 años en el mercado local, Montenegro explica que el equipo que utilizan
para la purificación del agua es sumamente costoso. Por ejemplo, una “llenadora”
(la máquina con la que llenan los envases de agua purificada) cuesta unos 80 mil
dólares.
Con él coincide Moisés Attías –gerente de Aquaviva– quien señala que en el negocio
de agua purificada no se habla de una “inversión inicial”, sino más bien de una
“inversión constante”.
Aunque Attías prefirió no dar cifras de inversión, Montenegro dijo que en los últimos
cinco años Aguas Cristalinas ha invertido más de un millón de dólares con el fin de
mantenerse a la vanguardia del negocio de agua embotellada.
Aquaviva obtiene el agua cruda de Chilibre y maneja una producción anual de un
millón de galones de agua purificada. Sus ventas han crecido un promedio de 15%
al año.
Con respecto a la competencia, Attías dice que “hasta cierto punto nos hemos
centrado más en la consolidación del producto... pero siempre mirando de reojo a
la competencia”.
Montenegro, por su parte, asegura que “nos han tratado de tumbar a punta de
precio” –refiriéndose a la competencia–. Pero agrega que “mi norte no es la
competencia, sino ofrecer un producto de calidad para los consumidores”.
Descargar