Inversión: el juego ahora se llama consistencia1

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Nota de Actualidad al 09/10/06
Inversión: el juego ahora se llama consistencia1
Por Jorge Vasconcelos
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Con la creación de la Agencia de Inversiones, el gobierno acaba de dar una clara señal acerca
de la importancia que le asigna a la promoción de nuevos emprendimientos. Los datos del
segundo trimestre acercaron la tasa de inversión al 21 % del PIB a precios constantes, pero
hay consenso que se necesita más si es que se aspira a un sendero sostenible de alto
crecimiento. Ahora bien, es interesante notar que la búsqueda de un plus de inversiones se da
en una transición en la que se producen cambios en las características del período post-crisis,
particularmente en lo que hace a los precios relativos.
Ratio Rentabilidad / Facturación
(datos de empresas que enviaron sus balances a la Bolsa)
19%
17,8%
18%
17%
16%
15,1%
15%
14%
13,3%
13%
12%
11%
10%
9,6%
9%
8%
7%
6%
2do Trim-98
2do Trim-03
2do Trim-05
2do Trim-06
Fuente: IERAL de Fundación Mediterránea sobre datos de Economática.
Computando 127 empresas que presentan sus balances ante la bolsa argentina se tienen
algunas tendencias que confirman esta idea del cambio de etapa (con datos al segundo
trimestre):
- La rentabilidad en pesos corrientes, que creció al 28,9 % anual acumulativo entre
2001 y 2006 inclusive, en el último año subió 9,8 %, bastante por debajo de aquel
promedio.
- Las ganancias como porcentaje de la facturación, que en 2003 alcanzaron un pico de
17,8 %, descendieron a 15,1 % en el segundo trimestre de 2005 y a 13,3 % en
igual período de 2006.
Los costos de ventas, que descendieron en 2002 a un 49,6 por ciento de los ingresos
de las firmas, comenzaron a recuperar terreno y en 2006 significan un 56,8 % de los
ingresos.
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Nota publicada el día 06/10/06 en el diario El Cronista
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-
En varios sectores con alta ponderación de insumos “dolarizados”, en 2006 los
costos como porcentaje de los ingresos ya superan los ratios previos a la devaluación
del peso (textil, vehículos, alimentos). En aquellos con costos más vinculados al peso
(salarios) se encuentran en general por debajo, pero con una brecha cada vez menor
(siendo que aquella no era una situación “de equilibrio”) . Computando todos los
sectores, en 2006 los costos como porcentaje de los ingresos son apenas 2,7 puntos
porcentuales inferiores a los de 1998 (56,8 % contra 59,5 %).
Cabe destacar que, aún cuando la rentabilidad sobre facturación está cayendo, el ratio del
segundo trimestre de 2006 ( 13,3%) es 3,7 puntos porcentuales superior al que estas
empresas exhibían en 1998 (9,6 %) y está en un nivel semejante al de las firmas brasileñas
que cotizan en la bolsa de San Pablo (ratio rentabilidad/facturación de 13,9 %. Asimismo, la
carga financiera de la deuda de las empresas se encuentra en mínimos históricos.
Pese a esa relativa holgura, los balances muestran que el nivel de inversiones (adquisición
de bienes de uso) en los últimos cuatro trimestres fue equivalente a 106,4 % de lo
amortizado en el ejercicio cuando, por ejemplo, en 1998 ese guarismo había sido de 131,2
% (datos colectados por Economática). Ese potencial de recuperación adicional de las
inversiones hace que sea clave la percepción del futuro. Con una inflación del orden de 10
% anual, las empresas que evalúan un proyecto de inversión focalizan su atención no sólo
en el comportamiento esperado de oferta y demanda en el mercado en cuestión, sino
también en si los precios de insumos y precios de venta habrán de evolucionar en paralelo o
existe el riesgo de alguna tendencia divergente. El empresario puede acertar en la
proyección de las cantidades, pero equivocarse en la tendencia de los precios y, si sus
valores de venta se rezagan frente a los costos, la rentabilidad puede evaporarse en poco
tiempo.
Vale decir, cuanto se intenta predecir el comportamiento de las inversiones, dado este nuevo
contexto, lo que pasa a primer plano es la cuestión de la consistencia. El juego ahora se
llama consistencia, porque no basta con tener una buena fotografía del país, sino que
quienes inviertan buscarán anticipar una película positiva por los próximos años.
La Agencia de Inversiones, además de atender interrogantes sobre la cuestión energética,
recibirá seguramente muchas consultas vinculadas con la consistencia de las variables,
aunque esto exceda su competencia.
Resta saber, además, si para la promoción del plus de inversiones es suficiente con la
Agencia, o si luego de algún tiempo se concluye en que se requieren instrumentos
adicionales. Del proyecto de presupuesto 2007, surge que el gobierno no ve todavía
necesidad de nuevos pasos en esta materia. Pero si se tiene en cuenta lo que ofrecen países
que compiten con la Argentina en la atracción de inversiones, caso de Chile y Brasil,
entonces no habría que descartar que en el futuro sea necesario alguna revisión.
Específicamente en el terreno tributario, ¿qué podría plantearse? : a) corregir el sesgo
antiexportador de la política tributaria; b) incentivar una mayor formalización de la
economía, reduciendo la incidencia del impuesto al cheque y considerando parte de las
contribuciones patronales como crédito fiscal iva, y c) también medidas pro-inversión, a
través del desdoblamiento de la alícuota de ganancias, favoreciendo a las firmas que
reinviertan utilidades. A esta altura del segundo semestre de 2006, el gobierno no parece
apreciar señales preocupantes ni por el lado del empleo ni de la inversión como para
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justificar cambios de cara a 2007. Sin embargo, la experiencia de la Agencia puede que
lleve a una revisión de la Agenda.
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