estampas para recordar a foto de guillermo angulo LA CALLE TEXTOS DE C omo una forma de celebrar los 150 años de nuestra Independencia, la Librería Camacho Roldán decidió editar en 1960 una serie de libros bajo el título Colombia país de ciudades. En el primer volumen de la colección, dedicado a Bogotá, aparecían textos de respetados intelectuales, políticos y empresarios de la época. Al final, casi en las sombras, un joven reportero llamado Gabriel García Márquez firmaba un vívido retrato del día a día en las calles de la capital de la república basándose en fotos de Guillermo Angulo, Armando Matiz y Hernán Díaz. Hasta donde sabemos, este material no había vuelto a ser publicado desde la primera edición, hace cincuenta años. 80 así era nuestra ciudad, nublada y lluviosa, a solo 500 metros por debajo de las nieves perpetuas. Había una torre central, con un reloj, y una calle central cuyos transeúntes de paraguas al brazo vestían de colores oscuros, hablaban en voz muy baja y se iban a la cama a las ocho de la noche. Éramos, se decía, un millón de personas, que nos las arreglábamos de muchos modos para vivir. Teníamos una manera muy propia de estar alegres: los días de fiesta íbamos a misa, tocábamos campanas y quemábamos pólvora en los suburbios. Era la pirotecnia de la felicidad. 81 … en la mañana foto de guillermo angulo había una hora que parecía puesta entre paréntesis en el tiempo: la hora del café. En el paralelo 5, a la misma altura en que los aborígenes de Nueva Guinea se alimentaban de carne humana y se fumaba opio en Singapur, hombres solemnes vestidos con demasiada corrección hablaban de un tema que en nuestra ciudad era siempre nuevo y siempre primitivo: la política. 82 … durante muchos años, los visitantes extranjeros anotaron en sus diarios una comprobación que año tras año habían registrado las estadísticas: había más hombres que mujeres en las calles. Pero nosotros nos dolíamos de que no existiera una estadística de la casualidad. Entonces hubiera podido comprobarse que en un instante fugaz y asombroso pasó por las calles de la ciudad la mujer más bella del mundo. foto de armando matiz 83 foto de guillermo angulo había una cierta dureza en nuestra manera de progresar. Lo hacíamos a saltos, sin estar muy seguros de dónde iríamos a caer. Pero solo así podíamos hacerlo, y así habíamos llegado a ser una ciudad moderna con el pasado a la vuelta de la esquina. Ni siquiera nos sorprendíamos de que un día los niños nos preguntaran, perplejos, por qué se habían vuelto tan siniestros los bomberos. los sabios nos habían dicho: “Mirad los libros foto de guillermo angulo por fuera y conoceréis por dentro a la ciudad”. Obedeciendo a esa enseñanza, habría podido descubrirse que el espíritu de la ciudad estaba hecho de versos sentimentales, de manuales de divulgación científica y de relatos de aventuras interplanetarias. Pero, a despecho del trascendentalismo de los sabios, era mejor la anécdota: un cliente que por deformación profesional miraba a hurtadillas la última página de una novela policíaca, para descubrir sin comprar el libro quién era el asesino. ... como todos los foto de armando matiz habitantes de las ciudades civilizadas de aquel tiempo, nos preocupaba más la actualidad que el futuro. Sabíamos, con pocas horas de diferencia, cuál era el punto de vista del canciller de Pakistán. Creíamos en la letra impresa, en el poder adquisitivo del dinero y en la necesidad del sueño. Nunca supimos si fue ese nuestro mejor defecto o nuestra peor virtud. llovía de un modo cruel en foto de guillermo angulo 84 85 nuestra ciudad. Uno podía pasar muchas horas frente a la ventana, en espera de que ocurriera algo, y nada se veía distinto de la lluvia. Pasados diez, veinte años, el espectáculo podía seguir siendo el mismo. Pero valía la pena esperar: tarde o temprano ocurría una cosa increíble. ... creyendo foto de hernán díaz foto de armando matiz que después de eso solo podía venir el diluvio, podía cometerse el error de cerrar la ventana. Habría dejado de verse entonces una escena de cine que en nuestra ciudad habría resultado fantástica si hubiera sido una escena de la vida real... ... y una escena de la vida real que en el cine habría sido fantástica. al menos en una cosa nuestra foto de guillermo angulo ciudad era igual a todas las ciudades del mundo: en los domingos vacíos e interminables. Tratábamos, inútilmente, de llenarlos con actos insignificantes... 86 ... entonces, foto de hernán díaz por un momento, éramos felices en el goce de la ociosidad: comíamos con las manos tendidos en la hierba, nos hacíamos tomar un retrato que por el resto de la vida nos sirviera de motivo para reírnos de nosotros mismos, dormíamos a la sombra de los árboles con la cara cubierta con un sombrero, nos moríamos de amores inverosímiles... 87 ... por no quedarnos solos foto de hernán díaz en la casa, salíamos en busca de acompañamiento, y a veces éramos felices un domingo a las tres de la tarde, solos en medio de la muchedumbre... ... el lunes, una gabriel garcía márquez foto de hernán díaz certidumbre nos llenaba de fortaleza: tarde o temprano volvería a ser domingo. 88 (aracataca, 1927). Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1982. 89