EL ARCO IRIS Y SUS COLORES. Cat Infantil

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EL CASO DEL ARCO IRIS Y SUS COLORES
escrito por Saltimbamqui
Hoy era día de lluvia y Jorge, estaba esperando a que parase para poder salir a jugar al
fútbol con su mejor amigo Raúl. Después de una hora, el cielo comenzó a despejarse y
paró de llover. Salió el arco iris, pero parecía que no, porque salió como transparente, ¡no
tenía ningún color! ¿Alguien se los habría robado? O, ¿los habría perdido por el camino?
Jorge se extrañó y fue a preguntárselo a su madre:
- ¡Mamá, mamá! ¿Los arco iris son transparentes?
Y su madre contestó:
- ¡Claro que no! Está repleto de colores que son rojos, naranja, amarillos, verdes,
azules, añil y violetas.
Jorge sin perder ni un segundo dijo:
- ¡Pues mira, este arco iris no tiene colores!
Lo malo es que las nubes, habían tapado el arco iris aposta y se estaban riendo. Jorge era
una especie de persona bastante diferente de los demás. Si quería, podía sentir las
emociones de las cosas o de las personas. Su madre ya se hartó de esperar tanto tiempo y
se fue. Al fin se marcharon las nubes y allí seguía el arco iris, sin colores, como si
estuviera triste o le faltara algo. Jorge oyó susurrar al arco iris:
- Jorge, se me han perdido los colores, ayúdame a buscarlos.
Por suerte, al día siguiente Jorge tenía un viaje con su clase a distintos sitios del mundo.
La duración era de una semana, para poder hacer todas las actividades.
Llegó el martes y se fueron todos en autobús. Jorge se sentó con su novia Sofía y fueron
charlando. Primero, viajaron a Francia. Jorge se separó de los demás y oyó de nuevo al
arco iris:
- Mis colores están de vacaciones, o al menos es lo que dice la nota que me ha
puesto Rojiza, el color rojo. El verde dice que se ha ido a un bosque que está cerca de
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aquí.
De repente Jorge observó un bosque y fue corriendo. Vio todo tipo de cosas, pájaros,
serpientes, osos pescando en el río y cosas verdes que se movían en el árbol. Jorge era un
buen escalador y subió el árbol.
¡Resulta que era la familia de Verdoso! Tenía por lo menos veinte verdecitos, que son
bebes de color verde. Pero Jorge le contó al verde lo que le pasaba al arco iris, y a
Verdoso le dio pena. Se despidió de su mujer y sus hijos y se fue al arco iris.
Ahora solo faltaban 6 colores más: el rojo, el naranja, el amarillo, el azul, el añil y el
violeta. Jorge era muy honrado, y le gustaba ayudar a las personas:
- Arco iris, no dudes en que te ayudaré a buscar todos tus colores-dijo.
- ¡Muchas gracias!-respondió el Arco Iris.
Lo malo es que este día ya se había acabado, y como estaba de viaje, tenía que montar su
tienda de campaña y sacar la comida del táper que le había hecho su madre con mucho
cariño. Jorge durmió con su novia Sofía y compartieron la comida. Resulta que Sofía
tenía espaguetis, la comida favorita de Jorge, pero él tenía verduras y pescado. Ella era
más de comer verduras o pescado, así que de cada plato, se repartieron la mitad. Os
preguntaréis, ¿los espaguetis estaban fríos? Pues no. Era increíble, pero la profesora se
había traído su sartén. Echaron la comida de cada niño en la sartén y la pusieron encima
del fuego que habían hecho con ramas secas.
Ya era el día siguiente y Jorge le contó la historia a Alba. Ella también quería ayudarle.
Ahora iban a viajar a Portugal. Resultó que el Arco iris recordó que a Brillantina, el color
amarillo, le gustaba ver a los niños aprender portugués mientras se sentaba en una nube
tomando el sol.
Primero, tenían planeado ir a una granja, donde verían los animales, les echarían de
comer y aprenderían a montar a caballo. El arco iris, también recordó que al color naranja
le encantaban los animales. ¡Todos los animales eran sus hermanos! Se podría decir que
Nayema, el color naranja, era la madre de todos los animales, porque los alimentaba, los
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cuidaba, etc.
Todos los niños ansiosos por ver a los animales y también por ir al baño, se bajaron del
autobús rápidamente en cuanto llegaron. Jorge y su novia, se dispusieron a buscar al
color naranja por todas partes. Buscaron en el corral, en el prado, junto a las cabras,
vacas, etc., pero no lo vieron. Después de rebuscar por casi toda la granja, fueron al
establo y ...
¡Allí estaba Nayema dando de comer a los caballos! Hablaron con ella y se volvió al arco
iris muy rápidamente gracias a la coz de un caballo.
Ahora solo quedaban el rojo, el amarillo, el azul, el añil y el violeta.
Era ya por la tarde, y esta vez irían a la capital de Portugal, Lisboa. Los niños, también
venían aquí a la escuela para dar alguna que otra clase de portugués. Ya llegaron a
Lisboa, a un colegio llamado Inmaculada. Muchos niños estaban allí dando clase de
portugués, pero la profesora estaba sentada corrigiendo exámenes. ¿Sabéis quién estaba
explicando todo? ¡Era Brillantina, el color amarillo! Ella era muy amiga de los niños y
por eso, les ayudaba. Otra vez convencieron al color amarillo para que volviera con el
arco iris.
Ahora solo quedaba el rojo, el azul, el añil y el violeta.
Después tenían pensado ir a Inglaterra, a su capital, que es Londres a observar el Big
Ben, que es muy conocido en todo el mundo por ser además, de gran tamaño. Ya se iba
acabando el día y por lo tanto, cenaron, se cepillaron los dientes, y se fueron a la cama.
Ya era el día siguiente y todos ansiosos, se montaron en el bus velozmente para llegar lo
antes posible. Pasadas varias horas, llegaron y decidieron subir hasta arriba, para ver lo
grande que era.
Dentro, vieron unas cosas extrañas rojas, que se paseaban de lado a lado. ¡Era Rojiza y su
familia! De nuevo, los chicos le pidieron por favor que volviera al arco iris. Ella aceptó,
se despidió y saltó al arco iris.
Ahora solo faltaban tres colores: el azul, el añil y el violeta. De nuevo el día ya se había
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acabado, y por eso todos se fueron a la cama.
Y así llegó otro nuevo día en el que iban a ir a Grecia, especialmente a alguna playa.
Todos se montaron en el bus, y fueron muchísimas horas. Pero al fin, llegaron y
contemplaron la hermosa playa. Tenía unos acantilados muy grandes y altos y un mar de
agua muy limpia y azulada. Los niños no esperaron ni un segundo, ¡todos salieron
disparados para bañarse enseguida! Jorge y Alba se pusieron las gafas de bucear que
llevaban. Eso sí, ocurrió una cosa muy rara. Al meterse los dos y sumergirse bajo el agua,
vieron la arena moverse, y como no sabían lo que era, comenzaron a escarbar. Al poco
tiempo, asomó la cabeza una cosa rara azul. Al principio se pensaron que era un pez, pero
era... ¡el color azul, llamado Aqua! Estaba buscando comida y como se aburría aceptó la
petición de volver al arco iris cuando se lo dijeron los chicos.
¡Solamente había que encontrar dos colores más para completar el arco iris!
Estuvieron allí, en la playa todo el día. ¡Hasta acamparon allí! Todos se fueron a dormir.
Ya pasó la noche y se levantaron.
Hoy iban a ir a China, a ver su gran muralla. Cuando llegaron contemplaron la muralla.
En verdad, se oyeron muchos:
- ¡Guau, es lo más!
Y también:
- ¡Alucinante, espectacular!
Alba y Jorge vieron cosas como un color azul raro. Alba que es muy lista dijo:
- Es color añil. Es un tipo de azul.
Jorge lo comprendió, pero decidió seguir mirando.
No paraba de moverse. Se había escondido en una especie de cueva en la muralla. Jorge
decidió meter la mano, ¡sacó al color añil llamado Mark!
Mark se enfadó con Jorge por sacarle de su casa. Él le pidió que por favor volviera al
arco iris. Le respondió que no. Pero esta vez se lo preguntó Alba:
- Por favor Mark, te pediría que volvieras al arco iris para poder completarlo.
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Muchas gracias.
Por la gran amabilidad de Alba, Mark decidió hacerlo.
¡Ahora solo faltaba un único color, el violeta!
Estuvieron hasta por la tarde, por lo tanto aun les quedaba tiempo para hacer algo más.
Decidieron ir al último país. Pero a las diez de la noche, tenían mucho sueño y por eso,
pararon y acamparon. Llego el último día de esta maravillosa aventura por algunos
países. Esta vez, iban al suyo, España. Más bien, a su capital Madrid. Visitarían el museo
de arte "Reina Sofía" donde hay pinturas muy bonitas. Los niños se sorprendieron al ver
unas pinturas tan bonitas. Jorge y Alba vieron algo en el suelo como violeta observando
el cuadro. Se acercaron y... ¡era Violetta, el color que faltaba! Ella era amante del arte.
Jorge le pidió que si podía volver al arco iris. Ella le dijo:
- ¡Claro que si, si me necesitan hago lo que sea!
Y así el arco iris recuperó todos sus colores. Alba y Jorge se separaron y fue cada uno a
su casa. Estaba el día tan nublado que se puso a diluviar. Cuando paró, salió el sol. Y
acompañándole, el arco iris.
Un susurro recorrió toda la ciudad:
- Gracias...
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