El juicio previo: ¿es necesario?

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VIII Congreso nacional de Derecho Procesal Garantista
Tema: El juicio previo: ¿es necesario?
FACULTAD DE DERECHO
UNIVERSIDAD NACIONAL DE CATAMARCA
Participantes:
BERBER, José Leonardo
GARCÍA, Cecilia Roxana
1) Introducción
El objeto de la presente ponencia es considerar al juicio previo,
establecido en las constituciones de los países democráticos republicanos, y si
su imposición resulta exigible en todos los casos o si es posible obviar este
aspecto, dentro de determinados límites para que la actividad resolutiva de
conflictos resulte mas efectiva, práctica y económica. De lo que se trata es de
considerar la posibilidad de que los particulares vean tutelados sus intereses,
sin que por ello signifique vulnerar los preceptos constitucionales realizando
una adaptación de los sistemas legales vigentes, que resulte compatible con la
misma.
2) Prelusión
El juicio previo, “consiste en que el juez natural no puede imponer
una condena sin que haya realizado un proceso que culmine con una
declaración fundada en culpabilidad.”Se requiere mínimamente la fijación legal
de un programa de carácter general en que se establezcan las etapas
fundamentales para concluir con una sentencia válida.
Lo que se pretende, es recalcar con estos conceptos la necesidad
e imposición constitucional de que en cualquier tipo de proceso, el que inicie la
acción, por ende su titular, debe ser un órgano ajeno a cualquier dependencia
del poder judicial, y por ende es allí donde deben resolverse las
contravenciones.
Los elementos que tradicionalmente integran el juicio previo son:
a) acusación b) defensa c) prueba d) sentencia. En nuestra exposición vamos a
pretender enunciar una posible via de resolución de conflictos, fuera de la
competencia jurisdiccional, y la incidencia y adaptación necesaria que debería
formularse a la legislación para que no resulte vulnerante de los derecho y
garantías reconocidos en la actualidad por los estados civilizados. Vamos a
encarar estas cuatro etapas del juicio previo desde nuestra tesis.
a) Acusación
“Es el derecho Facultad que le asiste a los sujetos procesales
para ocurrir ante los tribunales competentes en tutela de sus intereses, a través
de una pretensión legítima.”
Nosotros consideramos que no es necesario, ni imperioso que en
todos los casos, los sujetos accedan a una instancia jurisdiccional para lograr la
satisfacción a sus intereses. Proponemos por esta razón la necesidad de
implementación de una política legislativa adecuada a las necesidades de la
práctica, que otorgue mayor eficacia en cuanto a la resolución de conflictos
jurídicos y seguridad jurídica, en cuanto se pueda verificar con claridad el
espacio de tiempo en el cual se mantenga viva una situación jurídica
determinada; sin que por ello (a nuestro entender) signifique de modo alguno
una interpretación restrictiva o contraria a la constitución.
Para lograr la aludida eficacia es preciso descongestionar de
causas los tribunales existentes en el país; ello se puede lograr con la
implementación de un sistema razonable, en el que puedan ser resueltos una
mayor cantidad de controversias que se resuelven en la realidad, en cuanto al
proceso civil, y por los intereses privados que por este campo son
sobresalientes, se otorgue la mas amplia facultad jurídica a los operadores
para resolver los conflictos con técnicas modernas, que pueda lograr o
favorecer la estabilidad jurídicas de las situaciones controvertidas, y con ello
favorecer así a la seguridad jurídica. Es así como pevia a la autorización estatal
correspondientes, se debería otorgar algún tipo de matrícula especial para
estudios jurídicos, con determinadas condiciones impuestas por ley, para
resolver conflictos con una fuerza, sino idéntica a la de una sentencia; al menos
que brinde una garantía tal que la asemeje lo mas posible. Para completar la
idea sería preciso dotar al sistema de una estructura idónea, para llevar a cabo
las actividades de autorización previa, fiscalización y control de los estudios
comprendidos; además debemos dejar aclarado que mas allá de la fuerza con
la que pretendemos dotar aquellos laudos, no significa contradecir la letra y el
espíritu de nuestra carta magna, pues, dejamos a salvo el derecho de todo
habitante a recurrir a la jurisdicción para que se controle lo actuado en forma
particular, ya que es indiscutible que el interprete último, en todo tipo de
conflicto, debe ser el órgano judicial.
En lo que respecta a otro tipo de procesos, en lo que están en
juego mayormente, intereses públicos, como lo es el proceso penal; vemos
como la desorbitancia de expedientes que, sobrepasan la capacidad de
funcionamientos de la institución judicial, y se contrapone con la necesidad ( en
el mundo de la realidad) y obligatoriedad de promoción de oficio que se exige
respecto de determinados delitos , lo cual conduce a que la eficacia en la
resolución de conflictos se vea opacada, y la seguridad jurídica parezca muy
lejana.
La solución estaría dada por la implementación de un sistema
legal en el que la oficiosidad, en la promoción de la acción quede limitada a
delitos de mayor entidad, y como contrapartida que se amplíen el espectro de
delitos cuya acción sea privada, y mayormente dependiente de instancia
privada, por ejemplo para delitos referentes a la propiedad privada
Y yendo un poco mas lejos prevemos la posibilidad de que los
delitos de acción privada sea posible la resolución de conflictos a través del
método que propusimos en el párrafo anterior. Esta es la forma, que aunque
sin brindar detalles sobre la redistribución de acciones en sede penal, nos
parece la más adecuada para lograr la aludida eficacia y seguridad jurídica. En
lo que respecta a esta mencionada seguridad jurídica ella se va a lograr según
nuestra postura, a alivianar los plazos de prescripción lo cual debería darse en
la práctica legislativa de un modo progresivo hasta llegar a un máximo de
cuatro años, en las causas, en la que se vean comprometidos los intereses
mas altos de la sociedad o sea intereses públicos, y un máximo de dos años
para aquellas causas a las que le hemos previsto la posibilidad de resolución
privada en los estudios jurídicos autorizados, llámense procesos civiles,
comerciales, etc. Y en los penales con la amplitud que creemos conveniente
debe dárseles a las acciones privadas.
b) Defensa
“Esta garantía supone, elementalmente, la posibilidad de ocurrir
ante algún órgano judicial en procura de justicia, así como la de aportar ante
ese órgano las alegaciones y pruebas que respalden los derechos invocados.”
En nuestra tesis, de modo alguno se ve hostigado este principio,
pues si bien planteamos la desconcentración de las causas en sede
jurisdiccional; los sujetos van a poder encontrar satisfacción a sus intereses a
través de una composición, en la que la defensa de sus derechos no van a
estar vulnerados, pues siempre van a tener garantizados el acceso a la
jurisdicción; ya sea para revisar lo actuado fuera del tribunal, en el caso de que
esta resolución se plantee como previa y obligatoria en la legislación, ya sea
que ello no ocurra y sea meramente facultativo, caso en el cual podrán acceder
directamente ante los tribunales competentes, caso tal en que la aludida
garantía adquiera la plena operatividad que todos conocemos.
c) Prueba
“La podemos definir como todo elemento o dato que se introduzca
legalmente al proceso, y sea susceptible de producir en el ánimo de los sujetos
un conocimiento cierto y probable de los hechos y actos objeto de la discusión,
y ello sirva como base del fundamento de la sentencia válida. “
Compatibilizando, y adecuando a ella nuestra proyección, este
aspecto se presentaría de la siguiente forma:
*En la causa, en las que aparece como posible la resolución via
laudo a través de los arreglos Inter estudios o negociación, el aspecto
probatorio resultaría en cierto modo desprovisto del rigorismo, principalmente
en cuanto a su introducción del que posee el proceso judicial; puesto que en
esta composición de intereses lo que se pretende es darle celeridad a la
resolución de conflictos, por lo cual lo mas oportuno resultaría la discusión
interparte, a través de medios pacíficos, ya que ambos conocen de manera
anticipada y en forma mas o menos aproximada los elementos de prueba con
los que cuenta el otro sujeto, en el caso de que pudiera llegarse a la instancia
jurisdiccional.
*Este laudo mas allá de que pretendamos darle cierta estabilidad
jurídica no puede asemejarse a la cosa juzgada judicial, por lo cual creemos
que esta resolución resultaría inatacable luego de pasado un año, a través del
instituto de la prescripción. Creemos que el ataque debe provenir de lo que
regule la ley especial de un modo similar a los contratos, pero con mayor
estrictez que estos. En el caso de que el laudo padezca de algún vicio en los
elementos que lo integran, este podría ser impugnado en vía judicial,
abriéndose la puerta de la operatividad, de lo que ya conocemos por la
introducción de las pruebas en el proceso.
Lo mismo ocurriría en los casos en que siendo facultativa esta
resolución vía extra judicial, el sujeto optase por dirigirse a la vía judicial.
d) Sentencia
“Se entiende la resolución definitiva respecto a una relación
jurídica mediante el dictado de un fallo, que se funde en la consideración
razonada de las pruebas y en la ley “. Debe haber congruencia entre lo
pretendido y lo resuelto por el juez.
Como antes dijimos, en nuestro planteamiento, no pretendemos
darle a los laudos o resoluciones Inter. Estudios la fuerza de la sentencia
judicial, pues de ello resultaría una irritante violación de los preceptos
constitucionales, de modo tal, que nadie puede tener la última palabra sin ser
estrictamente un órgano jurisdiccional. Lo que si pretendemos es brindarle al
laudo determinada estabilidad para que lo resuelto a través de ello pueda tener
existencia real en el mundo de lo jurídico; y no pueda la cuestión de fondo ser
tratada
después de que se considere prescripta, según los plazos antes
señalados. De todos modos el órgano judicial sería en todos los casos quien
tenga la última palabra, y consideramos que funcionaría a modo de excepción
de previo pronunciamiento judicial.
Nuestra idea se funda en la practicidad que podría tener este
mecanismo de resolución extrajudicial, pues consideramos que en la mayoría
de los casos no sería necesario llegar ante los tribunales competentes, y en el
caso de que así suceda, la existencia de un laudo y el plazo de prescripción
funcionarían de manera similar a un filtro con lo que las causas que lleguen a
tribunales se verían altamente reducidas.
Somos concientes de que nuestra idea, no es prefecta ni mucho
menos, y que se presentaría como necesaria una renovación de la legislación
que posiblemente nuestro estado no este en condiciones de afrontar.
Pero desde nuestro lugar consideramos que su implementación
podría resultar provechosa, práctica y mas económico, que lo que resulta el
proceso jurisdiccional.
Solamente pretendemos brindar una alternativa válida, a la
doctrina de la insignificancia y a la oportunidad reglada y discrecional que
ostentan las legislaciones de países mas avanzados, con el aditamento de que
sean los particulares, en la mayoría de los casos, quienes decidan respecto de
sus situaciones jurídicas, quitándole en cierto modo, esta actividad de el actuar
estatal, esto para referirnos a las causas en que prime el interés público, ergo
penales; pues en las causas con interés netamente particular no debería
aparecer inconveniente alguno dada la disponibilidad material de la pretensión.
Se presentaría como imperioso un sistema legal sobre nulidades
respecto de los laudos para establecer la existencia, de que vicios y
presentados de que manera acarrearía una nulidad absoluta o relativa, y con
sus
respectivas
consecuencias;
en
el
primer
caso
se
presenta
la
imprescriptibilidad, en el segundo caso la prescriptibilidad por un año, pasado
ese tiempo el juez deberá declarar la imposibilidad de modificar y exigir su
ejecución si así fuese planteado, puesto que en ningún caso los estudios
podrán contar con fuerza tal para ejecutar su acuerdo.
Conclusiones:
1°) El actuar de situaciones de conflictos, se presenta como
obtuso ante las nuevas exigencias de la vida en sociedad.
2°) El debido proceso establecido en el mas alto grado de la
legislación estatal, es un derecho que le cabe a todo ciudadano, en el caso de
que este pretenda encontrar satisfacción a sus intereses a través de un
procedimiento judicial.
3°) En nuestra tesis consideramos, que no es obligatorio optar
por el juicio previo, sino facultativo; obligatorio como paso previo a la instancia
judicial según lo establezca la legislación.
4°)
Lo que si se presentaría como imperioso es la actividad
estatal, vinculada a la autorización, previo control y fiscalización permanente de
los estudios matriculados.
5°) El sistema legal debe ser el encargado de ampliar los casos
de instancia privada, en la que se refiera a causas penales, sumado a ello la
reducción de los plazos de prescripción.
6°) Es adecuado, en la mayoría de los casos, dejar la resolución
de su controversia a los particulares, en forma independiente del órgano
judicial.
7°) Resaltamos la eficacia del sistema que proponemos, en que
se verán resultados mas rápidos y económicos, para una mayor cantidad de
conflictos; y la seguridad jurídica por los mecanismos de prescripción de la
acción e impugnación de los laudos interestudios.
8°)
De todos modos no se verá limitado en ningún caso, el
derecho a acceder a la jurisdicción, pues lo que pretendemos con esta tesis es
dotar de eficacia al sistema y no desvirtuarlo violentando nuestra carta
fundamental.
9°)
Lo que en definitiva pretendemos es no solo limitar la
actividad del tribunal en lo que a proceso respecta, sino fundamentalmente
evitar en la medida de lo posible que los conflictos se diriman ante ellos, con lo
que viendo reducida su actividad creemos que su labor va a resultar mas
adecuada y eficaz.
Bibliografía:
•
Velez Mariconde, tomo 1 y 2
•
Cafferata Nores,(Introducción al Derecho Procesal Penal)
•
Claria Olmedo, Tomo 1 (Actualizado por Vazquez Rossi)
•
Claria Olmedo, Tomo 2(Actualizado por Chiara Díaz)
•
Lino Palacio, Derecho Procesal Civil Tomo 1
•
Vazquez Rossi, Tomo 1, 2
•
Bidart Campos, Tomo 2
•
D´ Albora Francisco
•
Binder
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