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poner o no a facturar al cliente
Esa es la cuestión
L.C. Gerardo García Campa
Para soportar fiscalmente una transacción comercial, ¿será
más sencillo para el cliente, que su proveedor le mande la
factura por e-mail, o que él la obtenga por su cuenta a través
de internet? Analicemos el nuevo criterio vinculativo del Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Antecedentes
En materia de comprobación fiscal, las reformas han sido
múltiples y a la fecha difíciles de recordar. Empero, para no
remontarnos muy atrás, recuérdese la reforma al Código
Fiscal de la Federación (CFF), publicada en el Decreto del 7
de diciembre de 2009, en donde se impone como obligatorio
el comprobante fiscal digital a través de internet (CFDI), a
partir del 1 de enero de 2011, según disposición transitoria
del mismo decreto.
Con ello comenzaba la era de la renovada factura electrónica, esa cuya expedición implicaba su certificación por
parte de un proveedor autorizado por el SAT; no obstante, en
la fracción V del artículo 29 del CFF, no se precisaba concretamente la entrega al cliente del archivo electrónico del CFDi,
sino solamente de la impresión del mismo, es decir, seguíamos
operando con CFDi de papel.
Entonces llegó una nueva reforma al CFF, a través del
decreto del 12 de diciembre de 2011, y se puso un poco de
orden en los artículos 29 y 29-A al 29-D, al compilar y simplificar todos los requisitos de los comprobantes fiscales para
quedar literalmente en un sólo lugar: el propio CFF; ésta
Integrante de la Comisión de Desarrollo Fiscal 1-Bosques del CCPM. Director General de asesorfiscal.mx gerardogarcia@
asesorfiscal.mx
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inició su vigencia el 1 de enero de
2012 y se mantuvo sin cambios
durante 2013.
Dentro de las mencionadas
reformas se precisó en la fracción
V, del renovado artículo 29, la
obligación para el contribuyente,
de “entregar o enviar” el CFDi a
sus clientes a más tardar dentro
de los tres días siguientes a aquél
en que se realizara la operación,
pasando a segundo término el
proporcionarles la representación
impresa del CFDi cuando le fuese
solicitada por el cliente.
La costumbre en
materia fiscal no
necesariamente se
hace ley
Hasta aquí, la costumbre de algunos
clientes y proveedores era recibir y
enviar sus facturas electrónicas
(según correspondiera), en su representación impresa por medio de
un archivo electrónico en formato
PDF, además de proporcionarle al
cliente una impresión en papel de
la misma. Empero, en muchos casos había de recordárseles que
también proporcionaran el archivo
XML correspondiente al CFDi.
Asimismo, otros proveedores
tomaron como excusa el alto volumen de sus operaciones para evitar
cumplir en tiempo con la obligación
de entregar o enviar el CFDi a sus
clientes, por lo que comenzó a
proliferar la práctica de “permitirles”
realizar su propio comprobante
fiscal, a través de los sistemas que
dichos proveedores tenían disponibles en línea por internet.
En este escenario, el proveedor
sentía que “cumplía”, por cuenta
de su cliente, con la obligación de
“entregarle o enviarle” su comprobante fiscal, en lugar de hacerlo
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dentro de los tres días siguientes, olvidando por completo que el primer
párrafo del artículo 29 del CFF siempre ha establecido la obligación a
los proveedores de expedir los comprobantes y no a sus clientes.
La fracción V del artículo 29 y su reforma
fiscal en 2014
Esta práctica se hizo del dominio público en poco tiempo para los
consumidores (clientes), por lo cual en lugar de esperar a que les
expidieran su factura o se la mandaran por e-mail (en el mejor de los
casos), generaban su factura con los tickets simplificados que les entregaba el proveedor, quien incluso les imponía un número determinado de días para elaborarla, pues de lo contrario perdían el derecho de
expedirla.
Entonces llegó la tan anunciada reforma fiscal para 2014 en el decreto del 9 de diciembre de 2013, volviendo a ajustar el esquema de
comprobación fiscal, eliminando los artículos 29-B al 29-D del CFF,
así como modificando, entre otros conceptos, la multicitada fracción V
del artículo 29, para cambiar varios aspectos:
• Plazo máximo de entrega o envío del CFDi. Antes, dentro de los
tres días siguientes a que se realizó la operación; ahora, inmediatamente después de que el comprobante fue certificado por el SAT o
el proveedor autorizado.
• Poner a disposición del cliente el CFDi. Antes, no se precisaba
esta otra forma de “enviar” el comprobante fiscal; ahora, se implementa esta manera de enviarle al cliente su CFDi, con la estructura
del archivo electrónico en formato XML contenida en el Anexo 20
de la Resolución Miscelánea Fiscal vigente (RMF). En la vida real,
es común ver sistemas de facturación en línea, de donde se pueden
descargar los CFDI que previamente han expedido los proveedores.
• representación impresa del CFDi. Antes, se proporcionaba al
cliente cuando la solicitara y debía cumplir con requisitos adicionales
dispuestos en la RMF, con ella podía soportarse la deducción fiscal;
ahora, también se entrega cuando el cliente la solicite con los requisitos fiscales de la RMF (aún cuando ya no se establece), pero su
cambio más importante es que “únicamente presume la existencia
de dicho comprobante fiscal”, lo cual implica que por sí misma, no
sirve para soportar la deducción fiscal.
Nuevo criterio no vinculativo del SAT
El pasado 5 de octubre de 2014, el SAT publicó en su portal en internet
un comunicado de prensa en donde señala que es indebido pedir al
comprador que genere su propia factura; lo anterior, mediante un anteproyecto del Anexo 3 “Criterios no vinculativos de las disposiciones
fiscales y aduaneras” de la RMF, el cual estrena un capítulo titulado “5.
Código Fiscal de la Federación” y su primer criterio “01/CFF. Entrega
o puesta a disposición del comprobante fiscal digital por Internet”.
contribuyente le pudiera expedir el comprobante
dispuesto en el artículo 29, primer párrafo, y su fracción IV, antes señalado.
Tercer párrafo:
01/CFF. Entrega o puesta a disposición del com-
En ese sentido, se considera que realiza una prác-
con la obligación cuando el emisor únicamente remite a una página de Internet.
El artículo 29, primer párrafo del CFF establece la
obligación para los contribuyentes de expedir compro-
establecimientos, sucursales, puntos de venta o páginas
electrónicas, en vez de cumplir con remitir el compro-
actividades que realicen, por los ingresos que se perciban o por las retenciones de contribuciones que efectúen,
para lo cual de conformidad con su fracción IV, antes
de su expedición deberán remitirlos al SAT o al provee-
el cliente, solo ponga a disposición del cliente una página electrónica o un medio por el cual invita al mismo
cliente para que este por su cuenta proporcione sus
se valide el cumplimiento de los requisitos establecidos
en el artículo 29-A del mismo Código, se le asigne un
folio y se le incorpore el sello digital del SAT.
Artículos
Efectivamente, este nuevo criterio consta de cuatro párrafos y, dada su importancia, se transcribe
como está redactado en dicho anteproyecto, para
hacer un mejor análisis luego de cada párrafo.
Primer párrafo:
permitir en el mismo acto y lugar que el receptor proporcione sus datos para la generación de dicho comprobante en el propio establecimiento.
Inicia aclarando el aspecto toral de todo CFDI: la
obligación de expedirlo por los contribuyentes, luego
de haberlo remitido al SAT o a un proveedor autorizado, para que éste realice el procedimiento de
Segundo párrafo:
Por su parte, el artículo 29, fracción V del citado
ordenamiento prevé que una vez que al comprobante
yentes deberán entregar o poner a disposición de sus
digital por Internet y, cuando les sea solicitada por el
cliente, su representación impresa, por lo que se considera necesario que el contribuyente que solicita el
para generarlo.
Continúa precisando que una vez sellado, el contribuyente debe entregar o poner a disposición de su
cliente el XML del CFDI y, en caso de solicitárselo,
le entregue también la representación impresa del
mismo, lo cual implica que previamente el cliente
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Una vez aclarada la operación que debería realizar el contribuyente
obligado a expedir un CFDI, en este párrafo la autoridad confirma que
realiza una práctica fiscal indebida el contribuyente, que en lugar de
expedir el CFDI que le solicita su cliente, únicamente ponga a su disposición un sistema en internet que le permita a éste obtener su
propio comprobante, negándole la posibilidad de tenerlo ahí mismo,
donde se está llevando a cabo la operación por la que derivó la obligación de expedirlo.
Cuarto párrafo:
En efecto, dicha práctica se considera indebida, ya que el contribuyente
emisor no cumple con su obligación de expedir el comprobante fiscal y tam­
poco con su remisión al SAT o al proveedor de certificación de comprobantes
fiscales digitales por Internet con el objeto de que se certifique, ya que
traslada al receptor del comprobante fiscal digital la obligación de recopilar
los datos y su posterior emisión.
Como se aprecia, en el criterio se reafirma que dicha práctica es
indebida porque el emisor del CFDI contraviene lo dispuesto por el
artículo 29 primer párrafo, fracción iV del CFF, al pasarle su obligación
al receptor del comprobante.
Este criterio, sin duda, vendrá a poner sobre aviso a muchos contribuyentes que, como ya lo comentamos anteriormente, han hecho
una interpretación desafortunada del CFF en sus distintas reformas
desde que nació el CFDI en 2011. Situación que debería implicar un
cambio inmediato de la costumbre adoptada de unos años atrás a la
fecha, en relación con obligar al cliente a realizar su propia factura,
lo cual romperá con sus actuales esquemas de facturación, pero que
es indubitable cambiar.
¿Debería ser más flexible
este criterio?
La pregunta surge porque ha sido tan común la costumbre de algunos
clientes de obtener su propia factura cuando realizan una transacción.
Incluso, hasta podríamos decir exitosa, puesto que muchos consumidores no tienen o quieren detenerse a esperar un comprobante fiscal
porque los emisores tardan mucho en generarlo, o simplemente porque
se trata de insumos donde es más fácil buscar la página web que nos
indiquen y evitarse largas filas y pérdida de tiempo.
Esta problemática es una de tantas que han surgido luego del cambio tan radical de pasar de la factura en papel a la electrónica. El
contribuyente ha sido rebasado en su manera de hacer procesos aparentemente tan simples como facturar; sin embargo, la disposición
fiscal actual es muy clara y una mala costumbre de ninguna manera
puede ir más allá de la ley.
Es muy importante el esfuerzo que hace la autoridad fiscal para precisar la aplicación de las disposiciones legales vigentes, pero sería interesante que buscara regular de alguna manera este mecanismo adoptado
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como costumbre; o bien, permitirles
a los contribuyentes más tiempo
para expedir sus comprobantes.
Conclusión
Es evidente que los cambios tecnológicos han propiciado que
muchos contribuyentes, por la
“facilidad” que implica dejar de
hacer una factura, hubieran recurrido a la ley del menor esfuerzo,
y les endosaran a sus clientes la
obligación de expedir sus propios
comprobantes fiscales.
Empero, es tiempo de que corrijan esta situación y migren hacia
la forma correcta de expedir sus
comprobantes fiscales a la antigüita; esto es, solicitándoles a sus
clientes los datos de identificación
para generar con ellos los CFDi
correspondientes.
Si el CFDi no se puede generar
por alguna circunstancia del negocio, un problema en el sistema,
demasiados clientes esperando,
etcétera, el proveedor podría entregarles a aquellos que ya han facturado antes en ese local, un comprobante simplificado de la operación
y anotar en la copia que conserva
el registro federal del contribuyente
(RFC) del receptor para que, posteriormente, se lo entregue vía email o ponga a su disposición en su
página web, el CFDi de la transacción.
Finalmente, recordarles a todos
los contribuyentes que el CFF
sanciona con una multa que va de
los $12,070.00 a los $69,000.00 a
aquellos que no expidan, no entreguen o no pongan a disposición
de los clientes los CFDi de sus
actividades; e incluso en caso de
reincidencia, el SAT podría clausurar preventivamente el establecimiento por un periodo de tres a
15 días (artículos 83, fracción Vii;
y 84, fracción iV).
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