Postura CONFEPACH frente a la Conservacion y Ordenamiento

Postura CONFEPACH, tema:
“Convención sobre la Conservación y Ordenamiento
de los Recursos Pesqueros en Alta Mar en el Océano
Pacifico Sur, adoptada en Auckland(2009)
Presentación al SENADO, REPÚBLICA DE CHILE
Expositor:
Hugo Arancibia Zamorano
Presidente CONFEPACH
Valparaíso, Mayo 8 de 2012
Manuel Rodríguez #190. Talcahuano. Fono: (41) 2853167. Mail:
[email protected]
www.confepach.cl
Señor Presidente de la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y
Acuicultura del Honorable Senado de la República, señores parlamentarios e
invitados, me es grato presentar la posición de nuestra organización,
CONFEPACH, respecto de la Convención sobre la Conservación y
Ordenamiento de los Recursos Pesqueros en Alta Mar en el Océano Pacifico
Sur, adoptada en Auckland, el año 2009.
Quisiera, en primer lugar, despejar la duda sobre la legitimidad que
tienen los Pescadores Artesanales para opinar respecto de un instrumento
internacional de regulación pesquera aplicable fuera de las ZEE (alta mar).
Para ello argumentaré considerando aspectos; legales, económicos y de
conservación.
Sabrá usted señor Presidente que los pescadores organizados de Chile
hemos bregado desde la Cumbre de Río de Janeiro sobre el Medio Ambiente
y el Desarrollo (1992), para que se regulara la actividad pesquera en alta mar.
De hecho, nuestro país fue uno de los principales impulsores del Acuerdo de
Nueva York sobre pesca en alta mar, que fuera aprobado en el año 1995, por
la Asamblea General de las Naciones Unidas, y del cual Chile aún no es parte.
En efecto, durante los debates llevados a cabo en la Conferencia
Internacional que condujo a la adopción de tal acuerdo, los pescadores
artesanales de los distintos continentes, estuvimos de acuerdo en que el
éxito de ese instrumento nos importaba y que por lo mismo debía contener
posiciones que reflejaran tal interés.
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Por ello y por la labor que efectuamos en la Conferencia, es que hoy se
lee expresamente en su texto que los Estados que adopten medidas de
conservación y ordenamiento deben tener en cuenta “los intereses de los
pescadores que se dedican a la Pesca Artesanal y de Subsistencia”,
convirtiéndose de esta forma en la primera instancia que explícitamente
considera los derechos e intereses de los pescadores artesanales y de
subsistencia en un acuerdo de carácter global destinado a la regulación de la
pesca en alta mar.
Señor Presidente, también se encuentra un enfoque similar en el
Código de Conducta Responsable para la Pesca de la FAO, donde se estipula
que en las medidas de conservación y ordenación deben tenerse en cuenta
los intereses de los pescadores artesanales y de subsistencia.
En este contexto, la Convención de Auckland (2009), cuya ratificación
nos convoca, recoge tales principios y los hace aplicables especialmente en
relación a pescadores artesanales, comunidades costeras, pueblos originarios
y mujeres pescadoras, en particular de países en vías de desarrollo. En
definitiva, todo Estado y la misma Comisión de tal convención tiene que
aplicar medidas de conservación y ordenamiento teniendo en cuenta los
derechos e intereses de tales colectividades, entre ellos y fundamentalmente
los pescadores artesanales y de subsistencia.
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Zanjado el hecho de que las normas expresas y los principios generales
del derecho de pesquerías nos amparan positivamente, no sólo para opinar
en esta materia, sino que nos conduce a defender nuestros intereses en este
ámbito, permítanme
referirme brevemente entonces a cuáles son esos
intereses.
Usted sabe señor Presidente que durante muchos años la pesca de
recursos transzonales y altamente migratorios se reguló en Chile bajo un
régimen de control del esfuerzo pesquero. Este esquema no logro incentivar
a la flota pelágica industrial para aventurarse a efectuar capturas en alta mar,
a pesar de algunas tímidas disposiciones que contenía la Ley de Pesca, que
buscaban favorecer tales emprendimientos. De hecho tal flota fue y sigue
siendo una flota predominantemente costera, o de media agua a lo más, a
pesar de la envergadura y potencia de las naves empleadas para desarrollar
la actividad.
Por otra parte, aún recordamos los mecanismos que llevaron a la flota
industrial nacional a expandirse a niveles insostenibles. El resultado lo
sabemos todos, a partir del año 2.000,
se aplico una dura política de
contracción de personal, que condujo a la adopción de un régimen de
manejo por cuotas. Claro, esto hizo evidente que la conservación del recurso,
particularmente del jurel, que era un problema que afectaba directamente al
desempeño comercial de la flota y que el recurso estaba presentando
condiciones de sobrexplotación. Por eso, finalmente la competencia en alta
mar con otras flotas se hizo crítica.
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Al respecto consideramos que no nos compete juzgar las políticas que
se llevaron a cabo para enfrentar este problema, pero es evidente que una
de ellas fue la iniciativa de crear la organización regional de pesca, luego del
fracaso de la iniciativa, que fue el llamado Acuerdo de Galápagos, por no
contar con el suficiente sustento jurídico y político.
En este contexto analizaremos los aportes de la Convención de
Auckland a la conservación de los recursos pesqueros del Pacifico Sur.
Consideramos
que es un instrumento en línea con el derecho
internacional. ¿Y cuál es el contenido de ese derecho? No podemos dejar de
mencionar que otorga un rol preponderante al Estado Ribereño y esto
coincide con nuestro interés, por una parte, porque la misma Convención de
las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, al regular las obligaciones del
mismo Estado ribereño sobre la Zona Económica Exclusiva, exige que al
aplicar medidas de conservación, el Estado costero debe tener en cuenta las
necesidades económicas de las comunidades pesqueras ribereñas.
Específicamente las normas del inciso octavo del artículo 3 de la
Convención de Auckland, que protege la posición de las comunidades
costeras, y las de su inciso b) del párrafo 2 del artículo 19, que extiende esa
protección explícitamente a la pesca artesanal, la pesca de subsistencia, los
pueblos originarios y las mujeres en la pesca, son avances que nos
proporcionan instrumentos efectivos para proteger nuestros intereses
respecto de los recursos altamente migratorios.
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Es conocido por todos que en alta mar del Pacífico Sur se ha capturado
sin regulación alguna. La falta de regulación de esta región ha tenido un
efecto de llamada a las flotas pesqueras internacionales, muchas de ellas
subsidiadas. Por lo tanto, de fracasar una vez más la implementación de un
acuerdo regional de pesca, mantendremos esta región sin regulación y los
pescadores de menor escala seremos directa e indirectamente afectados.
Porque, como usted sabrá señor Presidente, la conservación de los recursos
se mide por la fracción explotable de ellos y una disminución de esta se
produce necesariamente por una disminución en la disponibilidad de esos
recursos, en toda la cadena, desde el alta mar hasta la costa, siendo
necesariamente los más afectados quienes se ubican en la base de ella, ósea
los pescadores artesanales y de subsistencia.
Sin embargo, la Convención nos proporciona un foro para velar por la
conservación de esos recursos, foro del que hoy no disponemos. Los
pescadores artesanales somos una parte débil en las relaciones de influencia
que se dan en la pesca, tanto nacional como internacionalmente. Por eso es
que para nosotros el derecho es tan importante; que él esté explicitado.
Porque los pescadores artesanales no tenemos la capacidad financiera ni
política de llevarnos nuestras inversiones a otras jurisdicciones. Nosotros no
estamos amarrados a nuestras costas, a pesar que ellas sean esquilmadas.
Por eso el foro de la Convención de Auckland, que esperamos fortalecer, es
una oportunidad para nosotros de defender nuestras posiciones e intereses.
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Quisiera
también referirme brevemente a la estructura de la
Convención de Auckland. Creemos que ella recoge en general, el desarrollo
del derecho internacional de pesquerías, incluidas sus prácticas y principios.
El proceso de adopción de decisiones no se aparta de los conceptos de
consistencia entre las zonas económicas exclusivas y la alta mar. Asimismo,
establece órganos subsidiarios que protegen la posición del pescador
costero. Además establece un régimen de recolección de datos e intercambio
de información que es absolutamente necesario hoy en día. Un mecanismo
de deberes y derechos del Estado del puerto, que se ha mostrado como una
herramienta eficaz para desincentivar la pesca ilegal, no declarada o no
reportada. Asimismo, cuenta con disposiciones sobre vigilancia y aplicación
efectiva de las medidas adoptadas, así como con un sistema de observación
científica. No menos importante es la disposición acerca de los mecanismos
de solución de controversias, que refieren al Acuerdo de Nueva York, de
1995, sin innovar respecto a la adhesión de los Estados respecto de este
acuerdo. En suma, se trata de un instrumento moderno que en todo caso
está abierto a revisión cada cinco años.
No obstante las concordancias planteadas anteriormente por nuestra
organización, consideramos que como País es necesario estar a la altura de
los desafíos que presenta este Instrumento, ya sea en términos de la
investigación pesquera, así como en lo institucional y las relaciones
internacionales. También es importante considerar que un País pesquero,
junto con
ocupase
de
los volúmenes desembarcados de recursos
pesqueros, se debe ocupar de su valor agregado.
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Además consideramos que en esta materia se debe aplicar DS 123, en
especial a naves que abastecen a buques factoría que operan en alta mar.
Por lo tanto, manifestamos nuestro apoyo a la ratificación de la
Convención sobre la Conservación y Ordenamiento de los Recursos
Pesqueros en Alta Mar en el Océano Pacifico Sur, adoptada en Auckland.
Por último, creemos que con la ratificación de la Convención de
Auckland, está comprometido el honor de nuestro País. El entorno vecinal y
global
es hoy en día cada vez más exigente y Chile no puede ser un
observador
pasivo
de
procesos
internacionales
que
le
incumben
directamente. Señor Presidente en esta importante materia debemos liderar
los procesos.
HUGO ARANCIBIA ZAMORANO
PRESIDENTE
CONFEDERACION NACIONAL
DE FEDERACIONES DE PESCADORES ARTESANALES
DE CHILE-CONFEPACH
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