C. pygerythrus. No puedo dejar pasar esta oportunidad sin tratar de

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DE
HISTORIA
NATURAL
SU
C. pygerythrus.
No puedo dejar pasar esta oportunidad sin tratar
de justificar mi opinión. Cualquiera que, sin conocer mi humilde trabajo sobre la nomenclatura de los primates, lea la pág. 341 del
tomo o de la Review of the Primates,
sacará la impresión de que
yo he querido hacer de estos monos sudafricanos dos especies, pygerythrus y pusillus. No hay tal cosa; lo único que yo he sostenido,
y sigo sosteniendo, es que el Cercopithecus
sudafricano no puede
llamarse pygerythrus,
porque sus caracteres no son los del animal
así llamado por Federico Cuvier. He visto, aunque el Dr. Elliot crea
lo contrario, muchos ejemplares procedentes del África del Sur, y
sé que los hay más claros y más obscuros, más grises y más amarillentos, pero jamás he visto ninguno que sea v e r d s como el «vervet»
de F . Cuvier; no como es este «vervet», ó C. pygerythrus,
ahora,
cuando lleva cerca de un siglo expuesto á la luz y al polvo y hasta
ha perdido un trozo de cola, sino como era cuando vivía en el jardín
de Plantas, cuando lo describió Cuvier y lo pintó Werner, y aun
como era pocos años después, cuando Isidoro Geoffroy insistió repetidamente sobre la gran diferencia que había entre este mono y los
que llegaban del Cabo.
Según el Dr. Elliot, se sabe lo que es el C. pygerythrus
de Cuvier, y no se sabe bien lo que es el C. pusillus. Yo creo precisamente lo contrario. Pygerythrus
es un mono de pelaje verde amarillento, con el escroto verde, y cuya patria se ignora por completo;
pusillus es un mono gris amarillento, con el escroto azul, y del que
sabemos con toda seguridad que ha sido obtenido en el Sur de África. Cuando vemos que el Cercopithecus
que. vive en el África
austral tiene el pelaje más ó menos gris y el escroto azul, ¿cuál de
los dos nombres adoptaremos para designarlo?
Concedo, sin embargo, al Dr. Elliot que puedo haberme equivocado en mis apreciaciones, lo mismo acerca de Pithecus ¿rus que de
Cercopithecus
pygerythrus;
pero lo que no puedo aceptar, dicho
sea de paso, es que en cada uno de los géneros á que estas especies pertenecen establezca dicho autor un subgénero
Neocebus,
dándose así el caso de coexistir, no ya dos nombres subgenéricos
iguales, sino hasta debidos á la misma persona y publicados en la
misma obra.
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