Herencia, derechos y deudas hereditarias A caballo regalado hay que mirarle los dientes Las herencias, que suelen ser percibidas como un regalo, pueden acarrear dificultades inesperadas, más allá de la voluntad de fallecidos y beneficiarios. Laura Araujo [email protected] L as herencias deben tomarse con la debida precaución, son como las rosas, que pueden lastimar con sus espinas más allá de la intención del obsequio. Las deudas que contrajo y no saldó una persona fallecida pueden alcanzar a sus herederos y afectar su voluntad de beneficiarlos. Los herederos deben considerar varias posibilidades y factores antes de resolver cómo aceptar la herencia. Y los cuidados no refieren a las buenas intenciones o sentimientos que involucra la circunstancia, tienen que ver con los bienes materiales que están en juego. La urgencia de cobro de los acreedores no cesa con la muerte de su deudor. Para los descendientes, entonces, estar advertidos y actuar con asistencia legal, es proteger sus derechos y acotar los efectos no deseados de la herencia que les tocó en suerte. ¿Aceptar con condiciones? Cuando existen deudas del difunto o suponemos que pudiera haberlas, existe el recurso de aceptar la herencia “bajo beneficio de inventario”, esto supone limitar la responsabilidad al patrimonio del difunto sin afectar el patrimonio personal del heredero. Los patrimonios se consideran independientes, la condición de heredero es totalmente ajena a la de deudor o acreedor. Un padre, por ejemplo, puede haber recibido un préstamo de su hijo y no haberle pagado al momento de su fallecimiento. Pese a ser heredero, el hijo es previamente acreedor, cobrará su crédito antes de recibir su beneficio hereditario. Si el heredero no acepta la herencia de esta forma, “bajo beneficio de inventario”, queda obligado incluso con sus bienes personales al pago de las obligaciones de la herencia. En esta situación es obligatorio para el heredero asumir la condición de administrador de los bienes de la heren- cia, pues con ellos deberá pagar a los acreedores del difunto. ¿Herencias son Tendencias? El heredero no puede descuidar el patrimonio heredado. La negligencia en la conservación de los bienes lo hace responsable, ya que es de esos bienes que los acreedores tienen la expectativa y derecho de cobro. Además, la ley le exige al heredero que realice un inventario, al menos estimado, de los bienes de la herencia so pena de perder el beneficio. Digamos, en alivio de nuestro atribulado heredero, que muchas veces ya existe un inventario, por ejemplo cuando el difunto dejó testamento y realizó expresamente una relación de sus bienes. Una vez pagadas las deudas a los acreedores y legatarios, es un Juez quien debe declarar al heredero libre de cualquier responsabilidad. En caso que los bienes no hubieren resultado suficientes para el pago de la totalidad de las deudas, y previa rendición de cuentas ante los acreedores y legatarios no cubiertos, también será el Juez el que deberá declarar que el heredero no es responsable por el faltante. En algunas situaciones, la ley prevé la obligación de aceptar la herencia bajo beneficio de inventario, como una forma de proteger el patrimonio de aquellos herederos que están en una situación especial. Ese es el caso de los menores de edad y los incapaces. Es muy probable, también, que aún siendo adulto y capaz, un heredero reciba el mismo consejo de un abogado cuidadoso de los intereses de su cliente. ¿Podemos vender y comprar herencias? La ley permite al heredero vender la herencia, eso comprende todo lo que recibe el heredero del difunto, esto es, los activos y pasivos, que se denomina patrimonio hereditario. El heredero no vende, entonces, un bien determina- do, sino un global indistinto, y, frente al comprador, solamente es responsable de su calidad de heredero. Si bien el heredero trasmite el pasivo de la herencia al comprador, no deja de deberle a los acreedores de la herencia, que no se ven perjudicados por la venta y que, más aún, pueden consentir la operación. Por otro lado, el comprador del patrimonio hereditario va a tener que reembolsarle al heredero vendedor todo lo que este hubiese pagado de las deudas heredadas. Supongamos que se recibe una herencia que totaliza 1.500.000 dólares, que los acreedores reclaman 300.000 dólares y que la “venta” se concreta por 900.000 dólares. Se produce una verdadera ficción desde el punto de vista patrimonial, en la sucesión el comprador pasa a ocupar la misma posición que tenía el heredero al momento del fallecimiento del difunto y puede obtener 300.000 dólares de ingresos. Las sucesivas generaciones generan un tránsito de valores y bienes que, además de tradición cultural, testimonio de lazos familiares y otros afectos, exige realismo, mesura, inventiva y conocimiento. Apuntes • Es posible limitar la responsabilidad del heredero al patrimonio de la herencia, no afectando así su patrimonio personal. • Para ello, es necesario que el heredero cumpla con determinados requisitos para no perder este derecho. • En algunos supuestos, ello es obligatorio, caso de los menores de edad y de los incapaces. • Es posible vender la herencia. No se dispone de cada bien como en una compraventa común, sino que la disposición afecta a todos los activos y pasivos de la herencia.