Semblanza del Dr. Hernán Lillo Nilo. Reconocimiento de la Escuela de Kinesiología de la PUCV a su aporte. Ceremonia del 5 de noviembre de 2010 Estimado Profesor Dr. Hernán Lillo y su digna esposa Sra. Clara Acuña, Académicos, Profesores, Administrativos y estudiantes de nuestra querida Escuela: Don Hernán Lillo Nilo nació en Talca en la segunda década del siglo ya pasado. Su padre fue administrador de Correos y junto a su mujer tuvieron 8 hijos. Su madre enviudó cuando los niños eran aún pequeños. Estuvo 2 a 3 años estudiando en Curicó y unos pocos meses en una Escuela pública de Santiago, para después continuar sus estudios en el Liceo de Aplicación. De sus hermanos, uno estudió Arquitectura, dos estudiaron Leyes y uno Pedagogía en Castellano, que se distinguió en el teatro. Don Hernán conoció a su señora, Clara Acuña Vargas, en Viña del Mar. Tienen un hijo, Fernando, y 4 nietos. Doña Clara es Doctora en Filosofía y Psicología. Estudió en la Universidad Católica de Valparaíso y en Madrid, España. Ella hizo clases en esta universidad y en la Universidad de Nueva York. El Profesor Lillo hizo sus estudios de Medicina en la Universidad de Chile y se tituló en 1950 aprobado por unanimidad (máxima distinción). Comenzó a ejercer en Santiago y después se trasladó a los EEUU donde primero en San Francisco, California hizo su especialidad de Traumatología y Ortopedia en adultos y niños.. También hizo después su especialidad en Medicina Física y Rehabilitación en la Universidad de Nueva York, nada menos que con Howard Rusk, el co-autor de ese clásico texto de Kinesiología. Además, por si fuera poco, realizó una residencia de cirugía de la poliomielitis en Atlanta, Georgia, recibió una beca de la Fundación Charles F. Merrit en New York y California, una práctica quirúrgica en cirugía de reemplazos articulares en San Francisco, invitado a México (Clínica La Primavera), hizo una especialización de cirugía en Artritis Reumatoídea en Edinburgo, Escocia, una estada de post grado por invitación en el Royal National Orthopedic Hospital en Londres, y fue conferencista invitado del Hospital Saint Joseph´s de San Francisco, California. Ha sido Consejero Regional del Colegio Médico, trabajó en el ya desaparecido Hospital Enrique Deformes, en Valparaíso, Jefe del Servicio de Traumatología del Hospital Van Buren, fundador del Servicio de Rehabilitación del Sanatorio Valparaíso, hoy Hospital Eduardo Pereira, ha trabajado en el Hospital Gustavo Fricke, Ferroviario y Naval, en la Clínica de la Cámara Chilena de la Construcción en Viña del Mar; fue Asesor de Traumatología de la Dirección del Servicio de Salud Viña del Mar-Quillota, Médico del Servicio Médico de la Asociación Chilena de Seguridad en Viña del Mar, Director Médico del Centro médico Seal y Director del Departamento de Salud de la Municipalidad de Quillota y Director del Hospital de Sewell en Rancagua. Ha sido coordinador-Jefe del Departamento de Traumatología de la Unidad de Emergencia de la Clínica Reñaca. Ha desempeñado numerosas jefaturas y pertenecido también a numerosas sociedades científicas, de las que destaco: Sociedad Médica de Valparaíso, Sociedad Chilena de Medicina Física y Rehabilitación, Sociedad Chilena de Ortopedia y Traumatología, Sociedad Chilena de Reumatología, Sociedad Latinoamericana de Ortopedia y Traumatología y American Academy of Orthopedic Surgeons. Ha sido Presidente del Compin Viña del Mar. Ha presentado más de cien trabajos científicos. Ha publicado un libro de Atención Médica de Urgencia. Fue uno de los primero cirujanos en operar columna por vía anterior. Ha desarrollado una técnica quirúrgica de rodilla que todavía practica junto a su colega, el Dr. Waldo Nagel. Ahora pasaremos a conocer al otro Hernán lillo, el poeta, autor de por lo menos tres poemarios: “Ser…Ir…Pasar”, “Poesía de la Mesa redonda”, “Sombras…Solidaridad y Esperanza”, de otro libro sobre su hermano dramaturgo, de otro libro en preparación; el esquiador muy premiado, el tenista; El Rotario, el Fundador y Presidente del Comité de Derechos Humanos de Viña del Mar junto a otros Médicos y Abogados que ayudaron a tantos; el Médico que atendía gratuitamente a pacientes pobres de un barrio periférico; el Superintendente del Cuerpo de Bomberos de Viña del Mar, el co-fundador de la 7ª Compañía en Viña del Mar Alto; el Director Regional del Programa de Capacitación Bomberil en Reanimación Cardiopulmonar (programa que extendió a nuestros alumnos); el Dirigente deportivo en fútbol y esquí; el quijotezco candidato a diputado; el pintor de acuarelas de paisajes de nueva York o de Lo Barnechea; el panelista estable del Canal Quinta Visión, Canal de la Salud. Ha hecho docencia en la Universidad Valparaíso, en la Universidad del Mar y en la nuestra. Recuerdo cuando fui a solicitarle muchos años atrás, que hiciera clases en nuestra incipiente carrera y su inmediata buena disposición. Desde ese entonces cada cohorte de egresados guarda un recuerdo de aprecio, respeto y admiración por el Profesor Lillo, aquel que con paciencia escucha de los problemas de salud de sus alumnos y familiares, aquel que los atiende gratuitamente, el de las clases interesantes, entretenidas, matizadas de anécdotas y plenas de una extensa y fructífera experiencia. Es el del chiste de los fenicios, el de las salidas graciosas, necesarias en medio de la seriedad de alguna reunión. Respetuoso al máximo, pero asertivo, alopécico lingual (es decir, sin pelos en la lengua), dice las cosas y siempre tiene y tendrá mucho que decir, que aportar y que hacer, porque como vemos, su vida la ha dedicado al servicio: a sus pacientes y a quien se le cruce en su transitar. Es de los que son valientes y capaces de tener el humor para hacer bromas de sí mismo; esos, como él, son de los más grandes, porque en la simpleza y la humildad se encierran la bella complejidad y la grandeza. Siempre tiene preocupación por sus estudiantes. Ha facilitado libros, publicaciones, órtesis. Lo hemos visto recitar sus poesías en la celebración de la semana de Kinesiología y en la sede regional del Colegio Médico. Pero hay un rasgo de su personalidad muy destacable: siempre ha manifestado un gran respeto y aprecio por la labor que ejercen los profesionales de la salud tales como Terapeutas Ocupacionales y kinesiólogos. Aquí se muestra el genuino Fisiatra. La visión que ha tenido quizás siempre y que tiene de estas profesiones, es plenamente vigente, actual y con visión de futuro. Esta visión no abunda en su gremio. Él cree honestamente en un modelo multiprofesional y donde el centro lo ocupa el paciente. Él siempre ha dignificado nuestra labor, él ha comprendido lo que en algunos casos ni nuestros mismos colegas comprenden: que nuestra profesión es importante, que nuestra profesión tiene mucho que decir y presentar y lo que tiene que hacer, debe realizarlo bien, porque nuestros pacientes demandan servicios de calidad técnica y humana, porque la realidad demográfica y de morbilidad actual y futura del mundo, requieren terapia física de primer nivel. ¡Cómo me habría gustado trabajar en equipo con el Dr. Lillo en alguno de los hospitales que se han mencionado! Los académicos, los profesores, los estudiantes y los administrativos de la Escuela de Kinesiología, le hacemos, Profesor Lillo, este reconocimiento a sus méritos humanos y profesionales, que usted ha invertido y seguirá invirtiendo en todos nosotros y que confiamos atesorar, manteniéndolos en la memoria viva de nuestra Escuela. “¡Gracias Jefe!” Profesor Jorge Michalland