La responsabilidad patrimonial del estado juez en Venezuela.

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LA RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL ESTADO JUEZ EN VENEZUELA
Judith Useche
Docente e Investigadora del
Instituto de Derecho Comparado
Facultad de Derecho
Universidad de Carabobo
Leticia Acosta
Colaboradora
Resumen
En la evolución de la responsabilidad patrimonial del estado encontramos tres etapas
diferenciables. En la primera etapa, la irresponsabilidad del soberano era incuestionable, en la
segunda etapa se admite parcialmente la responsabilidad
del Estado por las personas empleadas en el servicio público; en la última etapa, se admite la
responsabilidad, la cual viene a ser la regla, es decir, el principio es la responsabilidad y la
excepción es la irresponsabilidad.
La responsabilidad del Estado en Venezuela tiene fundamentación constitucional, esta es la
responsabilidad civil, id est, patrimonial.
En Venezuela se acoge el criterio de las faltas separables del Sistema Francés, vía jurisprudencial
y ahora expresamente previsto en el nuevo Texto Constitucional. La Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela ha consagrado la responsabilidad del Estado-Juez por error
judicial, retardo u omisión injustificada, no obstante los jueces o juezas serán personalmente
responsables, se puede afirmar que constitucionalmente están consagradas la falta en el servicio
y la falta personal.
Palabras Caves
Responsable- Responsabilidad patrimonial- Estado-Juez- Servicio Público- Administración de
Justicia- Daño- Perjuicio- Resarcimiento- Reparación. Falta Personal Falta del Servicio
PATRIMONIAL RESPONSIBILITYOF THE STATE-JUDGE'S IN VENEZUELA
ABSTRACT
IN THE EVOLUTION OF THE PATRIMONIAL RESPONSIBILITY OF THE STATE WE
FIND THREE DIFFERENT STAGES. IN THE FIRST STAGE, THE SO VEREIGN'S
IRRESPONSIBILITY WAS UNQUESTIONABLE, IN THE SECOND STAGE IT IS
ADMITTED THE RESPONSIBILITY OF THE STATE PARTIALLYBYPEOPLE HIRED IN
THE PUBLIC SERVICE; IN THE LAST STAGE, THE RESPONSIBILITY IS ADMITTED,
WHICHBECOMES TO BE THERULE, THATIS TO SAY, THE PRINCIPLE IS THE
RESPONSIBILITYAND THE EXCEPTION IS THE IRRESPONSIBILITY
THE RESPONSIBILITY OF THE STATE IN VENEZUELA HAS CONSTITUTIONAL
FOUNDATION, THIS IS THE CIVIL RESPONSIBILITY, ID EST, PATRIMONIAL.
IN VENEZUELA, THE APPROACH OF THE DETACHABLE LACKS OF THE FRENCH
SYSTEM IS WELCOMED, VIA JURISPRUDENTIAL AND NOW SPECIFICALLY
FORESEEN IN THE NE W CONSTITUTIONAL TEXT.
THE BOLIVARIANA, CONSTITUTION OF VENEZUELA, HAS CONSECRATED THE
STATE-JUDGE'S RESPONSIBILITY BY JUDICIAL MISTAKE, DELAY OR UNJUSTIFIED
OMISSION, NEVERTHELESS THE MEN-JUDGES OR WOMENJUDGES WILL BE
PERSONALLY RESPONSIBLE, IT COULD BE AFFIRMED THAT CONSTITUTIONALLY
FAILINGS ARE CONSECRATED, THE LACK IN THE SERVICE AND THE PERSONAL
LACK.
Key Words:
RESPONSIBLE- PATRIMONIAL RESPONSIBILITY-STATE-JUDGEPUBLIC SER VICE ADMINISTRA TION OF JUSTICE - I DAMAGE - DAMAGE - INDEMNITY-REPAIR.
Introducción
En las últimas décadas el interés por el Derecho Público ha ido in crecendo, por cuanto el Estado
ha venido interviniendo, en todas las actividades del quehacer nacional, lo que hace necesario la
existencia de un ordenamiento constitucional adaptado a las nuevas realidades, que permitan someter al Estado al bloque de la legalidad, sin tantos privilegios, id est, donde ese IUS
IMPERIUM, no sea una prerrogativa para no hacer lo que debe hacer, es decir, para justificar la
inactividad de la Administración bien por no hacer o por un hacer que no ha sido eficiente y
eficaz, so pena de incurrir en responsabilidad.
A medida que el Estado comenzó a intervenir más en los asuntos, de la vida cotidiana y en lo
extensos sectores de la vida económica, se hizo necesario plantearse la responsabilidad que el
Estado pudiera tener en cualquiera de las actividades en que este involucrado, bien por un hacer
o un no hacer en el ejercicio de la actividad administrativa.
La actuación de la Administración puede acarrear incidentalmente daños residuales y una
constante creación de riesgos que es preciso evitar que reviertan, sobre un patrimonio particular
en verdaderas injusticias, amparadas por un injustificado privilegio de exoneración.
Decía Hariou que el principio de legalidad y su garantía en el contencioso-administrativo- y el de
la responsabilidad patrimonial de la Administración son los dos grandes pilares sobre los que se
asienta el Derecho Administrativo: " Hay dos correctivos de la prerrogativa de la Administración
que reclama el instinto popular: que la Administración actúe, pero que obedezca a la Ley; que
actúe pero que pague el perjuicio."
La Constitución de 1961 establecía en el artículo 3 el principio de la responsabilidad y
concatenado con el artículo 206, consagraba que esa responsabilidad era viable por los actos
dictados por la Administración contrarios a derecho, por desviación de poder o por inactividad de
la Administración.
Igualmente, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela Consagra la
responsabilidad patrimonial del Estado.
El Estado venezolano encuadrado en la Teoría social de Derecho está obligado
constitucionalmente a garantizar a toda persona conforme al principio de la progresividad y sin
discriminación alguna, el goce y el ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los
derechos humanos. Su respeto y garantía son obligatorios para los órganos del Poder Público de
conformidad con la Constitución, los tratados sobre los derechos humanos suscritos y ratificados
por la República y las leyes que los desarrollen.
Actualmente, tiene gran interés el tema in comento y muy concretamente el tópico desarrollado
en el presente trabajo, partiendo de la premisa que el nuevo Texto Constitucional, consagra la
responsabilidad del Estado Juez, en tal sentido toda persona podrá solicitar del Estado el
restablecimiento o reparación de la situación jurídica lesionada por error judicial, retardo u
omisión injustificado, pero también se establece constitucionalmente la falta personal del juez;
estamos hablando de la responsabilidad de tipo extracontractual.
El novísimo Texto Constitucional consagra a la República Bolivariana de Venezuela como un
Estado democrático y social de Derecho y de Justicia. El Estado de Justicia, no es otra cosa que
garantizar la justicia por encima de la legalidad formal, id est, garantizando una tutela judicial
efectiva, es decir garantizando el acceso a los órganos de justicia, al debido proceso y a la
ejecución de la sentencia.
I
ANTECEDENTES SOBRE LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO
1.- Evolución
La evolución de la responsabilidad patrimonial del Estado, la doctrina la destaca en tres etapas
perfectamente diferenciables.
Hasta el siglo pasado la irresponsabilidad del soberano era un hecho incuestionable, que
encontraba su fundamento en el antiguo principio formulado por los juristas ingleses, según el
cual " The king can do not wrong" ( El rey no se equivoca) Este principio propio de la Edad
Media encontró eco en las teorías del Estado Absolutista; esta situación se mantuvo así, aún, con
el advenimiento y desarrollo de la Revolución Francesa.
Una segunda etapa, se inicia a partir de la célebre sentencia Blanco-Tribunal de Conflictos
francés, 8/02/1873 que sentencia "La responsabilidad que puede incumbir al Estado por los
daños causados a los particulares por el hecho de las personas que emplea en el servicio público,
no es ni general ni absoluta, tiene sus reglas especiales.... " Se admite la responsabilidad de la
Administración en el ejercicio de la potestad pública por el hecho de las personas empleadas en
el servicio público; sin embargo, la responsabilidad sigue siendo la excepción y la
irresponsabilidad la regla.
La última etapa se une con la actual, en la cual la regla se ha invertido en forma absoluta , id est,
el principio es la responsabilidad y la irresponsabilidad es la excepción.
En la actualidad, se encuentra plenamente aceptada la responsabilidad del Estado por el ejercicio
del Poder Público, al punto que constituye uno de los correctivos de las prerrogativas y potestad
de encontrar un fundamento válido para justificar la responsabilidad patrimonial del Estado,
incluso los propios tribunales administrativos formularon doctrinas abstractas y generales,
finalmente se llega al principio de igualdad ante las cargas públicas, como fundamento de la
responsabilidad del Estado. Este principio, fue desarrollado en Francia por Tessier, pronto fue
apoyado de manera considerable, considerándose como doctrina unitaria ante la responsabilidad
del Estado, según la cual la acción administrativa se ejerce en "interés de todos", si los daños que
resulten de ella para algunos, no fuesen reparados, éstos serían sacrificados por la colectividad,
sin que nadie pueda justificar tal discriminación, la reparación establece el equilibrio roto en
detrimento de ellos.
En Venezuela, al igual que en el Derecho Comparado, la responsabilidad del Estado, tiene su
fundamento en el Principio de la igualdad ante las Cargas Públicas.
1.1 Reglas para determinar la Responsabilidad del Estado.
La Constitución Bolivariana consagra la distinción entre la responsabilidad por falta en el
servicio o cuando esta puede ser imputada al funcionario, es decir, la responsabilidad personal,
así se desprende de lo previsto en el artículo 49 numeral 8, el cual establece: El debido proceso
se aplicará a todas las actuaciones judiciales y administrativas y, en consecuencia: "Toda persona
podrá solicitar del Estado el restablecimiento o reparación de la situación jurídica lesionada por
error judicial, retardo u omisión injustificados. Queda a salvo el derecho del o de la particular de
exigir la responsabilidad personal del magistrado o magistrada, juez o jueza y del Estado, y de
actuar contra éstos o éstas" (Subrayado nuestro).
En este orden de ideas, debemos hacer mención al Sistema Francés, donde la responsabilidad del
Estado comporta un régimen excepcional, que obedece a una teoría propia en base a dos
categorías: la responsabilidad por falta en el servicio y la responsabilidad por falta personal.
*La Falta de Servicio
En la sentencia del Tribunal de Conflictos del 30 de julio de 1873, recaída en el caso Pelletier, se
dispuso "Considerando que la demanda pelletier se funda exclusivamente sobre ese acto de alta
policía administrativa, que fuera de ese acto el no imputa a los demandados ningún hecho
personal de naturaleza a comprometer su responsabilidad particular, y que en realidad la
pretensión esta dirigida contra ese acto en sí mismo en la persona de los funcionarios que lo
ordenaron o colaboraron con el mismo. "
Según Long, Weil y Brainbant del espíritu de la sentencia Pelletier se desprende, que la falta
personal fue concebida como aquella que se separa suficientemente del servicio de modo tal que
el juez puede constatarla sin hacer con ello una apreciación sobre la marcha misma de la
Administración.
La falta de servicio por el contrario, es el hecho del agente esta tan estrechamente ligado al
servicio que su aprobación por el juez implicaría automáticamente una apreciación sobre el
funcionamiento del servicio.
*Falta de Servicio " Una falta en el funcionamiento normal del servicio público, que incumbe a
varios agentes de la Administración pero que no le es imputable personalmente."
Pueden distinguirse tres tipos de falta de servicio:
- Cuando el servicio público funcionó mal
- Cuando el servicio público no funcionó
- Cuando el servicio público funcionó tardíamente.
*Falta Personal. Es aquella en la cual responde el agente personalmente, sobre su patrimonio
ante el juez civil. La falta personal es por oposición a la falta de servicio aquella que se separa
del ejercicio de la función.
La jurisprudencia francesa ha ampliado la noción de falta de servicio y muchos hechos que al
principio se consideraron faltas personales se aceptan como fuentes de responsabilidad en el
campo administrativo.
La jurisprudencia patria ya en 1963 se pronunciaba en este sentido, aceptando la doctrina de las
"faltas separables" e igualmente en 1964 se pronunció al respecto " La doctrina moderna ha
calificado como faltas no imputables a la Administración, sino personalmente al funcionario no
sólo las cometidas al margen del ejercicio de la función pública, sea o no en el seno de la vida
privada, pero en todo caso en circunstancias extrañas a aquel ejercicio, sino además, las faltas cometidas aparentemente en el ejercicio de la función pública, pero que intelectualmente puedan
ser separadas de la misma por tratarse de faltas intencionales o de faltas graves, esto es, debidas a
un error inexcusable... "
II
LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO JUEZ
2. 1.. DERECHO COMPARADO
a)
Inglaterra: Desde el siglo XVII aproximadamente esta plenamente aceptada para los
jueces superiores o profesionales la inminity from civil libabiliry, es decir, la inmunidad absoluta
no solo cuando actúen culposamente sino también cuando lo hacen dolosamente. Esta
irresponsabilidad, suele justificarse en la independencia del juez, buscando tal como lo señalo en
1868 KELLY C.B.- proteger a los ciudadanos en cuyo beneficio los jueces deben ser libres para
ejercitar la función propia con plena independencia; en el mismo sentido, en el caso Battomley
vs. Braugham de 1908, el juez Channel señalo que la inmunidad no era un privilegio de los
jueces sino que " se corresponde más bien, a un derecho de los ciudadanos por directo y
específico interés a la independencia del juez."
Se hace distinción entre la actuación judicial fuera o dentro de su competencia ( intra vires y ultra
vires) a los efectos de establecer responsabilidad, la misma no es aplicable a los jueces superiores
dado que éstos gozan de la facultad de determinar su propia competencia.
Se ha entendido, luego de algunos debates teóricos que cuando actúan dentro de su competencia
son irresponsables por las faltas cometidas, así se sostuvo en el caso In ReMcc (A Minor) de
1985.
Sin embargo, si se trata de un caso ultra vires, ya que la competencia de estos jueces es limitada,
se ha sostenido hasta el momento que tal responsabilidad debe venir acompañada de una
demostración de mala fe en el actuar del juez.
Debe destacarse que la responsabilidad - cuando existe- es siempre personal del juez, el Estado
nunca es responsable, por estar así determinado en la Crown Proceedings Act de 1947, dirigida a
imputar a la Corona (Estado) la misma responsabilidad que se imputa a los ciudadanos, cuando
sus agentes cometan actos ilícitos, excluye expresamente los actos realizados en el ejercicio de
las funciones judiciales.( Información del año 90)
b)
Estados Unidos: Debido al origen común del derecho inglés. Se aceptaba originalmente,
el principio de inmunuty from civil libability, sin embargo como consecuencia de la Guerra Civil
de Secesión se produjo la sección 1983, dictada en 18'71, la cual tuvo su origen en la Enmienda
XIV, dirigida a tutelar los derechos de las minorías »contra las violaciones que pudieran producir
los gobiernos estadales y locales, estableciendo que cualquier persona que , con el pretexto de
aplicar una norma provoque, directamente o indirectamente, la perdida de los derechos
garantizados en la Constitución y las leyes, deberá responder enjuicio.
En el caso Bradley vs Fisher de 1872, proceso iniciado por el abogado Bradley, pidiendo
indemnización por daños y perjuicios por la expulsión del Colegio de Abogados ordenada por el
juez, la Corte Suprema estableció que un juez con competencia general estaba dotado de
irresponsabilidad absoluta, independientemente de la existencia o no de dolo. La responsabilidad
nace sólo cuando el juez actúa in clear absence of jurisdictión. De este caso se derivan- a decir de
Montero Aroca- dos consecuencias que han llevado a la irresponsabilidad absoluta de todos los
jueces:
La irresponsabilidad referida a los jueces con competencia general. Aun cuando, en determinadas
sentencias se le ha ido reconociendo a jueces con competencia limitada (jueces de condado y
jueces de paz), alcanzando a todos los que ejercitan la función jurisdiccional.
La distinción entre exceso de jurisdicción y falta absoluta de jurisdicción.
c)
Francia: La responsabilidad personal del juez se exigía en el derecho francés con base a la
prise á partie. Sin embargo, en lo que se refiere al Estado Juez, aun cuando el principio general
era la irresponsabilidad del Estado, salvo prescripción especial en contrario- entre las que se
encontraba el error judicial- el artículo 11 de vigente Ley del 5 de julio de 1972 (Código de
Procedimiento Civil) admite nuevos cauces en el tema, inspirándose en evidentes principios del
Derecho Administrativo.
El Estado debe reparar el daño causado por el "funcionamiento defectuoso del servicio de
justicia", si bien cuando exista solamente "causa grave o denegación de justicia", Es cierto que
este texto no se aplica a la Jurisdicción Contencioso Administrativa por el propio ámbito de
aplicación de la ley, pero no es menos cierto que el juez administrativo acabará bajo la influencia
de la solución dada para el judicial ordinario.
d)
Alemania: En la República Federal Alemana, la cuestión es más compleja, en
determinados supuestos se aplica el principio de la responsabilidad del Estado, tal acción se
encuentra prevista en el artículo 34 de la GG( Ley Fundamental de Bonn 1949) estableciendo "
Si alguien, en ejercicio de la función pública que le fuere confiada, violare los deberes que la
fun-, ción le imponga respecto de un tercero, la responsabilidad recae en principio sobre el
Estado o el órgano a cuyo servicio se encuentra". La doctrina ha precisado como la expresión
"alguien" 0emand) abarca también al juez. Como señala Bullinger, "el dogma de la
independencia judicial justifica la irresponsabilidad personal del juez, pero no sin más, la del
Estado, porque lo único aquí excluido es la vía de regreso Bullinger, Derecho Público y Derecho
Privado, Madrid. (1 976,p. 140)
e)
Italia : La responsabilidad del Estado se acompaña a la de los funcionarios y a la de los
dependientes establecida en el artículo 28 de la Constitución y en los principios de la legislación
ordinaria, de modo qué una ley que niegue al ciudadano dañado por el juez su pretensión contra
la Administración sería contraría ala justicia de un ordenamiento que incluso a nivel
constitucional, otorga acción al menos a las víctimas de la actividad administrativa. (Garri, La
Responsabilitá della -pubblica.Ammnistrazione, Turín, 1975, pp. 137 y ss.)
f)
España: En el ordenamiento español se admite desde antiguo la responsabilidad directa
del Estado como consecuencia de errores judiciales, su fundamento se encuentra en la posición
que la Administración y el juez ocupan en el sistema constitucional.
En lo que respecta al juez se ha sostenido que, frente a una interpretación generalizada que parte
del dogma de la personalidad del Estado como se expone en la doctrina alemana, hoy debe
aceptarse como explicación más correcta la de que el juez, vox iuris, se configura como un
órgano del Derecho, entendiendo como función de la comunidad, no del Estado, que únicamente
le sostiene, organiza y presta su fuerza. Esta afirmación tiene su fundamento en el artículo 40 de
la LOE, según el cual " La Administración (.. .) asume el cumplimiento de los fines del Estado" y
se recoge en la Ley Orgánica de la Justicia, Base 23, en la que se establece expresamente del
servicio público de la justicia, lo que se relaciona, también en el artículo 40 de la LRJAE, que
establece lo atinente al funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos.
El artículo 121 de la Constitución española contempla sólo dos fuentes de indemnización por
hechos imputables al Poder Judicial: el error judicial y el funcionamiento anormal de la
Administración de Justicia, El funcionamiento anormal sería el género y el error judicial la
especie.
La Constitución española, en el artículo 106.2, dispone: " Los particulares, en los términos
establecidos por la ley, tendrán derecho a ser indemnizados por toda lesión que sufran en
cualquiera d° sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión
sea consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos."
En sentencia del Tribunal Supremo, Sala Segunda del 8 de octubre de 1987, consideró
precisamente que el Estado Responde de los daños causados por la Administración de Justicia,
porque ésta es una "sub especie muy caracterizada", pero sub especie al fin de los servicios
públicos.
En resumen el artículo 121 CE, que se refiere a la indemnización por error judicial y
funcionamiento anormal de la Administración Judicial, hay que interpretarlo como una garantía
reforzada de esos casos, no como una limitación al derecho fundamental a la tutela judicial de los
derechos e intereses legítimos, ni como una excepción al principio general de indemnidad,
consagrados en la Constitución.
2. 2. Responsabilidad del Estado Juez en Venezuela
En la novísima Constitución de la República Bolivariana de Venezuela se establece
expresamente la responsabilidad del Estado Juez.
A la luz de la Constitución vigente, el tema de la responsabilidad del Estado Juez adquiere
relevancia, pues, si bien es cierto que el hecho de que no estuviese expresamente prevista está
institución en la carta magna de 1961, no implicaba que dicha responsabilidad no fuese exigible,
en el entendido de que la previsión constitucional en la cual se encontraba consagrada la
responsabilidad patrimonial, era amplia como para abarcar a la responsabilidad del Estado Juez,
sin embargo, es notorio que, la falta de consagración expresa trajo como consecuencia que esta
institución no haya sido desarrollada en Venezuela, lo que se evidencia del escaso número de
sentencias que pueden servir de referencia jurisprudencia) al respecto, quizás por lo delicado que
puede resultar el tratamiento de esta institución dada su trascendencia, más aún, cuando se corre
el riesgo de convertirla en una suerte de instancia de revisión para las decisiones judiciales, sobre
todo en el caso del error judicial, pero siendo que este tema requiere un desarrollo más amplio
procuraremos dedicarle un estudio posterior.
Ahora bien, respecto a la consagración de la Responsabilidad del Juez en Venezuela, antes de la
Constitución vigente, podemos observar que encontramos en el ordenamiento jurídico positivo
normas tales como el artículo 18 del Código de Procedimiento Civil que establece la
responsabilidad genérica de los funcionarios judiciales, es decir, del juez, del secretario, del
alguacil y de los auxiliares de justicia, cuyo carácter de funcionarios lo establece el mismo texto
legal. Asimismo, encontramos que el juez puede ser sancionado por denegación de justicia a
tenor de lo dispuesto en el artículo 19 del referido Código y el artículo 27 ejusdem, señala en
primer lugar la responsabilidad disciplinaria del Juez, la cual se halla desarrollada en leyes
especiales (Ley del Consejo de la Judicatura y Ley Orgánica del Poder Judicial), el mismo
artículo señala la responsabilidad civil, que sin duda se considera de acción privada en virtud de
que corresponde al interesado iniciarla. Seguidamente, se establece la responsabilidad por falta,
dejando, en cierta manera, sentado el supuesto del dolo en el establecimiento de la responsabilidad. Asimismo, observamos que el Título IX, de la parte primera, del Libro Cuatro, establece al
referirse a los procedimientos especiales contenciosos, la posibilidad de interponer demandas
para hacer efectiva la responsabilidad de los jueces en materia civil, este recurso se conoce en la
práctica como recurso de queja, y está regulado en el artículo 829 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil. Además, una responsabilidad especial se establece en materia de interdictos
posesorios en el artículo 711 y en el artículo 699 del Código antes indicado, se establece la
responsabilidad del juez en caso de insuficiencia de la garantía.
La referencia anterior nos lleva a concluir que en Venezuela si está planteada la posibilidad de
exigir al juez y aún, a los funcionarios judiciales que respondan por las actuaciones que realicen
en el ejercicio de sus funciones, sin embargo, una nota característica de este tipo de
responsabilidad es que la misma es exigible al sujeto que desempeña la función judicial, por lo
que debe entenderse que en materia civil se establece una responsabilidad subjetiva o intuito
personae, lo que inevitablemente nos lleva a concluir que - tal como ha sido sostenido en
reiteradas oportunidades por una parte de la doctrina- las normas o reglas civilistas resultan
insuficientes para exigir responsabilidad civil. Muestra de ello es que, las normas de
procedimiento que de una u otra forma regulan la posibilidad de exigir responsabilidad por las
actuaciones judiciales, si bien son aplicables en materia de responsabilidad civil, resultan
limitantes respecto de la responsabilidad del Estado, como administrador de justicia. Aun así, la
responsabilidad del Estado por las actuaciones judiciales es exigible aún antes de la consagración
expresa de esa Institución a nivel constitucional.
Ahora bien, es claro que la consagración específica del Constituyente restablecida en la nueva
Constitución viene a reafirmar esta Institución dentro de nuestro Ordenamiento Jurídico, más aún
cuando las normas previstas en la Constitución en materia de responsabilidad del Estado ya son,
por si solas, lo suficientemente amplias como para abarcar la responsabilidad de todos los
poderes públicos -incluyendo el Estado Juez-, en el entendido que resulta -evidente que cuando
el actuar de la Administración supone para sus destinatarios concretos un sacrificio patrimonial,
esto impone al Estado la obligación de asumir el resarcimiento del daño causado.
Sin embargo, consideramos necesario, para establecer un marco teórico apropiado, entrar a
revisar las previsiones constitucionales en materia de responsabilidad del Estado Juez,
entendiendo que, en aras de una tutela judicial efectiva, el Estado venezolano, conforme a lo
dispuesto en el artículo 6 de la Constitución de 1999, garantizará una justicia responsable.
Además, el artículo 26 Constitucional instituye el principio de efectividad jurisdiccional, el cual
no, tiene una doble función en materia de responsabilidad patrimonial, por un lado, el particular
qué sufra una lesión en su patrimonio puede demandar y obtener la responsabilidad civil y, por
otro lado, este principio implica el derecho a demandar y a obtener la reparación a través de
recursos y procedimientos efectivos.
2.3 Marco Jurídico
La responsabilidad del Estado en Venezuela, comienza desde el mismo momento en que la
norma constitucional, consagra en el artículo 6: " El gobierno de la República Bolivariana de
Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será siempre democrático,
participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable. pluralista y de mandatos
revocables." (Subrayado nuestro) La disposición constitucional que consagra la jurisdicción
contencioso-administrativa, de alguna manera, permite que la institución de la responsabilidad
patrimonial pueda ser desarrollada por vía jurisprudencial, dado que faculta a los Tribunales
Contencioso-Administrativa para "( ... )condenar al pago de sumas de dinero y a la reparación de
daños y perjuicios originados en responsabilidad de la Administración; conocer de reclamos por
la prestación de servicios públicos; y disponer lo necesario para el restablecimiento de las
situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por la actividad administrativa (...)" (artículo 259 de la
Constitución Bolivariana de Venezuela).
En lo que se refiere directamente a la responsabilidad del Estado por las actuaciones judiciales,
se destaca, en primer término el artículo 49, numeral 8, el cual es del siguiente tenor: "El debido
proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y administrativas y, en consecuencia
(omisis) 8. Toda persona podrá solicitar del Estado el restablecimiento de la situación jurídica
lesionada por error judicial, retardo u omisión injustificados. Queda a salvo el derecho del o de la
particular de exigir responsabilidad personal del Magistrado o Magistrada, Juez o Jueza y del
Estado, y de actuar contra éstos o éstas".
La norma antes transcrita consagra el derecho del ciudadano de accionar contra el Estado en caso
de violación o vulneración de sus derechos como consecuencia de la actividad judicial,
estableciendo correlativamente la potestad del Estado de emplear los mecanismos necesarios
para el restablecimiento de la situación jurídica infringida, evidentemente que uno de estos
mecanismos de restablecimiento consiste en la posibilidad de acordar indemnización al particular
por los daños sufridos por la actuación judicial de que se trate, toda vez que, conforme al artículo
259 de la Constitución, la jurisdicción contencioso-administrativa tiene competencia para
condenar al pago de sumas de dinero y a la reparación de los daños y perjuicios causados por la
administración. Además, esta disposición, reiterando el principio consagrado en el artículo 4 de
la vigente Carta Magna, establece la corresponsabilidad de la Administración pública y de los
funcionarios que se encuentran a su servicio, dejando a criterio del particular afectado la opción
de accionar contra uno u otro, el cual establece: "La República Bolivariana de Venezuela es un
Estado federal descentralizado en los términos consagrados por esta Constitución, y se rige por
los principios de integridad territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia y
corresponsabilidad." ( Subrayado Nuestro)
Asimismo, el artículo 255, establece que:
" ....Los jueces o juezas son persona -responsables, en los términos que determine la ley, por
error judicial, retardo u omisiones injustificadas, por la inobservancia sustancial de las normas
procesales, por denegación de justicia, parcialidad, y por los delitos de cohecho y prevaricación
en que incurran en el desempeño de sus funciones". (Subrayado nuestro)
Igualmente el artículo 139-Constitucional, establece: " El ejercicio del poder Público acarrea
responsabilidad individual por abuso o desviación de poder o por violación de esta Constitución
o de la ley." (Subrayado nuestro).
Conforme a lo dispuesto en los artículos anteriores, podemos señalar que en Venezuela debe
hablarse de responsabilidad derivada de un error judicial -tal como lo ha señalado la doctrina, al
referirse a la responsabilidad de la Administración judicial- de responsabilidad por
funcionamiento anormal en materia de actividad de los tribunales, la cual puede manifestarse de
diversas maneras tales como retardo u omisiones injustificadas, por la inobservancia sustancial
de las normas procesales, por denegación de justicia, entre otros, imputable al funcionamiento de
la Administración Pública.
Se desprende de las disposiciones constitucionales ut supra citadas, al igual de lo previsto en el
artículo 49 numeral 8 constitucional, la responsabilidad personal del juez, que no es otra cosa que
la falta personal del Sistema francés, acogida por nuestra jurisprudencia por vez primera en 1963,
ahora pan rango constitucional.
De las normas antes transcritas se desprender una responsabilidad directa y objetiva del Estado
en dos supuestos generales, por un lado, responsabilidad por todas las actividades
jurisdiccionales propiamente dichas, es decir, por sentencias erróneas, error judicial - siendo
partidarios de la necesidad de que este error sea previamente determinado o reconocido
expresamente en una decisión o resolución judicial-; y por otro, la responsabilidad derivada de
actividades no propiamente jurisdiccionales pero relacionadas Fon tal función, (retardo u
omisiones injustificadas por la inobservancia sustancial de las normas procesales, por
parcialidad, por denegación de justicia, entre otros.)
Decimos que se trata de una responsabilidad directa por considerar que en virtud, del principio
de integridad patrimonial, la Administración responde directamente frente a las víctimas por los
daños causados por sus
agentes, tanto por faltas puras del servicio como por las posibles faltas de los magistradas o
juezas, dejando a salvo, tal como lo establece la norma constitucional, la posibilidad que la
persona que se sienta afectada por una actuación judicial pueda optar por ejercer una acción
directa contra los funcionarios o autoridades que han causado el daño o demandar directamente
al Estado, sin perjuicio que el Estado pueda ejercer posteriormente la acción de regreso contra
sus agentes.
En la realidad siempre las víctimas de la lesión o daño irán contra el Estado, obviamente, por la
situación económica de los agentes, por cuanto su patrimonio resultaría insuficiente para
responder por los daños causados, lo que originaría que el fallo de responsabilidad quedare
ilusoria.
Asimismo, afirmamos que se trata de una responsabilidad objetiva por cuanto, no es necesario
establecer el dolo o la culpa del agente, sino que es suficiente con demostrar el daño.
En este orden de ideas el encabezamiento del artículo 25 5 constitucional, es de importancia
capital para minimizar la responsabilidad civil del Estado "El ingreso a la carrera judicial y el
ascenso de los jueces o juezas se hará por concursos de oposición públicos que aseguren la
idoneidad y excelencia de los o las participantes...." (Subrayado Nuestro)
En tal sentido se evidencia una gran responsabilidad en la selección de los jueces o juezas, por
tanto y en cuanto de no ser estrictos en el cumplimiento de los requisitos para tal escogencia, en
la medida que tengamos operadores de justicia idóneos, excelentes, capaces, se minimizarán los
riesgos que engendra para el Estado la reparación patrimonial, lo cual pudiera hacer quebrar al
Estado, por ello, no solo deben ser responsables civilmente, también deben estar sujetos a
responsabilidad administrativa y penal.
El artículo 140 establece: "El Estado responderá patrimonialmente por los daños que sufran los
particulares en cualquiera de sus bienes y derechos, siempre que la lesión sea imputable al
funcionamiento de la Administración Pública."
De la disposición ut supra citada se puede apreciar que el Constituyente en esta norma
constitucional, acogió del Sistema Francés las "faltas separables," la falta en el servicio público,
en cualquiera de las circunstancias que se pueda dar, es decir, por un hacer o por un no hacer.
Este criterio acogido jurisprudencialmente en 1963, por el máximo Tribunal de la República,
ahora con rango constitucional.
III
CONSIDERACIONES Y PROPUESTAS PARA EXIGIR RESPONSABILIDAD DEL
ESTADO JUEZ
Una referencia a las normas del derecho comparado nos permite formarnos una idea global de la
necesidad de establecer una vía expedita para la exigencia de la responsabilidad del Estado,
entendiendo ésta como un procedimiento cuya duración, costo y trámites permita a los
ciudadanos ser indemnizados por los daños sufridos sin mayores complicaciones, pero que
igualmente, pueda considerarse como una garantía a la independencia del poder judicial,
entendida como una protección en beneficio de los ciudadanos que requieren de un sistema
judicial libre para ejercitar sus funciones, razón por la cual, el principio de responsabilidad, lejos
de constituir un mecanismo sancionador, debe ser un medio útil para que el Estado Juez y
aquellos sujetos que, de una u otra forma, están involucrados en la actividad judicial puedan
brindar una tutela efectiva, que redunde en una justicia expedita y confiable.
Tomando en consideración lo expuesto acerca de la responsabilidad del Estado y, concretamente,
la responsabilidad del Estado Juez, se plantea la necesidad de desarrollar un sistema
indemnizatorio que, tal como se ha señalado en el derecho comparado, nos permita hacer
efectiva la reparación de los daños que sufran los particulares como consecuencia de las
funciones del Estado, porque, si bien es cierto que la Constitución vigente prevé un sistema de
responsabilidad patrimonial, también es cierto que no dispone de la aplicación de un medio
procesal para exigirla, limitándose a señalar que el Estado debe ser responsable, es decir, que en
casos de daños ocasionados a los particulares por una actuación del Poder Público o de la
Administración, el Estado debe indemnizar a quien ha sufrido la lesión. Por tal razón,
consideramos que, al menos en el caso de la responsabilidad derivada del funcionamiento
anormal de los tribunales, es importante establecer un mecanismo de determinación y, por
supuesto, de exigencia de la misma, pero corresponde a las leyes o a la jurisprudencia definir
cual debe ser este mecanismo o procedimiento.
Sin pretender, establecer un procedimiento para hacer efectiva la responsabilidad del Estado
Juez, procuraremos proponer ciertos parámetros dentro de los cuales pueda ser exigible esta
responsabilidad, partiendo de la premisa según la cual, a los fines de interponer demanda contra
el Estado por indemnización de una lesión causada por el funcionamiento anormal de los
tribunales, es necesario que se determine que se ha producido un daño y, posteriormente, deberá
establecerse el monto de esta indemnización. Entre los parámetros fundamentales tenemos:
l.- Estimamos necesario fijar cuáles son los requisitos fundamentales para que proceda una
acción para exigir responsabilidad del Estado Juez. Al respecto, debemos señalar:
a)
Realidad de un daño, que haya causado un perjuicio patrimonial: Se requiere que la
actividad del Estado haya causado una lesión resarcible, entendiendo ésta como un daño
antijurídico, siendo innecesario determinar si el causante del daño actuó de forma ilegal o ilícita,
siendo suficiente con demostrar la existencia del daño. Asimismo, es necesario que este daño que
ha sido causado al particular haya ocasionado un detrimento personal o patrimonial evaluable
económicamente, es decir, que sea cuantificable.
El daño indemnizable debe haberse producido en forma real y efectiva, no siendo resarcible -tal
como lo ha sostenido la jurisprudencia española- los meramente conjeturados, eventuales o
hipotéticos.
b)
Imputabilidad de la Administración frente a la actividad dañosa: La lesión causada debe
ser imputable a la Administración, es decir, debe ser atribuible jurídicamente esa lesión a una
relación existente entre el Estado y el daño. Para tal efecto, resulta útil determinar el marco en el
cual se ha producido el daño (actuación judicial, por ejemplo), y que éste resulte suficiente para
justificar la imputación del mismo al Estado.
c)
Nexo de causalidad entre la actividad administrativa y el resultado dañoso:
Generalmente, el daño se produce como consecuencia de una pluralidad de hechos y
condiciones, pero es necesario que pueda establecerse un hecho decisorio proveniente de la
actuación del Estado Juez, idóneo para producir un daño y que pueda considerarse como causa
de éste.
2.- En caso que proceda la responsabilidad del Estado Juez, es necesario que alguien la determine
y, a tal fin se hace necesario establecer un proteso a través del cual pueda producirse tal
determinación. Consideramos que la naturaleza de este proceso debe establecerse como una
acción autónoma que proceda contra todas las actuaciones u omisiones de la administración de
justicia, entendidas como funcionamiento anormal de los tribunales, incluyendo las resoluciones
o fallos definitivamente firmes, es decir, aquellos que hayan agotado todas las instancias de
revisión previstas para el caso de que se trate (Primera instancia, apelación y, en las materias en
las que sea procedente, casación). Tal consideración se encuentra fundamentada en la necesidad
de resguardar los derechos de los justiciables y la seguridad jurídica, especialmente, en los casos
en los cuales la responsabilidad derive de sentencias erróneas o error judicial.
Decimos que es una garantía a la seguridad jurídica el establecimiento de una acción autónoma
para tal determinación porque es menester evitar que se emplee esta acción como una instancia
de revisión posterior de los recursos que han adquirido firmeza. Es importante, entonces, dejar
claro que por vía de determinación de responsabilidad del Estado Juez no se debe revisar la
actuación del juzgador desde dentro de lo actuado en autos, sino desde fuera, no siendo posible
replanear, como si se tratara de otra instancia, lo que ya quedó resuelto con carácter firme una
vez agotados previamente los recursos previstos en el ordenamiento, sino que el Juez, si bien
;puede valorar todo cuanto conste en autos a los fines de establecer la procedencia o no de la
declaración solicitada, al momento de decidir debe limitarse e determinar si la actuación de que
se trate le causó una lesión o no al solicitante y, en todo caso, señalar si dicha lesión es
indemnizable.
En resumen, la naturaleza del proceso para la determinación de la responsabilidad se delimita
sobre la base de su objeto y de los efectos que produce. En caso de error judicial, no puede
considerarse una instancia, porque para interponerlo deben haberse agotado antes todas las
instancias, y la resolución errónea debe, por consiguiente, ser firme. Por ello mismo, tampoco
produce efectos rescisorios sino meramente declarativos, y queda abierta tan sólo la posibilidad
de la indemnización, pero, en ningún caso de anulación de la resolución judicial errónea, por
existir para ello recursos especiales que -tal como se ha señalado anteriormente- deben haber
sido previamente agotados, todo ello con el fin de excluir toda posibilidad de convertir el proceso
de declaración o determinación de responsabilidad, especialmente en el caso de error judicial, en
un mecanismo indiscriminadamente revisorio del juicio de hecho contenido en la resolución
tachada de errónea.
Ahora bien, en el caso de que la responsabilidad se derive de una resolución o decisión judicial
que haya causado un daño a un particular, es admisible que la determinación de la existencia del
error o del daño pueda venir dada como consecuencia de un recurso de revisión (bien sea,
apelación o casación, dependiendo del caso concreto) tramitado según las normas adjetivas
propias de la materia de que se trate. Todo esto, porque lo que persigue la acción autónoma
propuesta es obtener una declaración judicial que reconozca la existencia de un daño causado por
una actuación judicial -en este caso, la existencia de un error- para que sea exigible la
reclamación de una indemnización por parte del Estado y, este requisito declarativo queda
cumplido a través de un pronunciamiento, realizado por el Tribunal competente para revisar la
sentencia errónea.
La anterior previsión -inspirada en lo que ha sido el desarrollo jurisprudencial de esta solución en
España- se fundamenta en que, siendo el recurso de revisión un remedió procesal previsto ante
los distintos órdenes jurisdiccionales para dejar sin efecto sentencias firmes por motivos tasados
y extraordinarios, debe entenderse que los errores judiciales que se ponen de manifiesto en este
tipo de recursos son de la suficiente envergadura como para que no haya que tramitar ningún otro
procedimiento que ponga de manifiesto tales errores, y se pueda optar directamente por solicitar
indemnización.
Esto en virtud de que habiéndose establecido en el ordenamiento, un mecanismo o recurso de
revisión de sentencias, expresamente regulado para los casos de que se trate y estando previstos
en las respectivas leyes los motivos de procedencia de estos, se persigue que concurriendo uno
de los motivos de revocatoria de un fallo en concreto, si de este motivo se revelase la existencia
de un error judicial con efectos indemnizatorios, el Tribunal competente pueda daclararlo, y
evitar las dilaciones inútiles que se generarían de ser necesario que el particular ejerciese,
posteriormente, un recurso para obtener una declaración del error judicial.
3.-Siendo necesario obtener la declaración del error judicial o del funcionamiento anormal de los
tribunales (una actuación u omisión de la administración de justicia) ha causado un daño
indemnizable, surge la interrogante ¿Quién determina que el funcionamiento anormal es
productor de un daño?, o dicho de otra manera, ¿Cuál es el órgano competente para emitir tal
declaratoria? Estimamos conveniente que quien emita un pronunciamiento que determine o
califique que se ha producido un daño como consecuencia de un error judicial o del
funcionamiento normal de los tribunales sea un Juez.
Al respecto, consideramos necesario aclarar, que si bien es cierto que, conformidad con el
artículo 259 de la Constitución vigente, la demanda para solicitar indemnización por los daños
causado por el Estado Juez debe Interponerse ante la Jurisdicción contencioso-administrativa,
por ser esta competente para condenar al Estado a pagar sumas de dinero, eso no es obstáculo
para sostener que la determinación previa de la existencia del error judicial o del funcionamiento
anormal por parte de los órganos judiciales pueda ser declarada por un tribunal de la misma
jurisdicción ante la cual se produjo la actuación u omisión generadora del daño que se reclama.
Es más, para ser categóricos, consideramos que los competentes para emitir tal declaratoria debe
ser los tribunales que sean competentes para conocer de la materia afín al proceso en el que se
produjo el daño que motivare la reclamación. ;Tal afirmación, la consideramos pertinente en
virtud del principio de especialidad porque el Juez más idóneo es aquel especialista en la materia
de que se trate, ya que él puede establecer los parámetros dentro de los cuales debe estar
enmarcada la actuación judicial, a los fines de calificar si el daño que se denuncia puede
entenderse como producto de un funcionamiento normal o anormal de los tribunales, en igualdad
de circunstancias, igualdad de tratamiento, sea cual sea su origen o la vía en que se declare,
concediendo la preeminencia al objetivo de corregir la equivocación e indemnizar el daño.
4.- Dijimos que si se produce un daño a un particular por el funcionamiento anormal del órgano
judicial, ese daño debe ser indemnizado, previa declaratoria de la existencia del mismo. Ahora
bien, ¿Quién puede solicitar la declaratoria, de ser necesario el ejercicio de la acción autónoma, y
Quién está legitimado para pedir la posterior indemnización?. El interesado, entendido como el
legitimado activo para accionar contra la Administración, en principio debe ser aquel sujeto que
ha sufrido un daño como consecuencia de la actuación de un error judicial o del funcionamiento
anormal de los tribunales.
También estarán legitimados los titulares de derechos subjetivos o intereses legítimos que
pudieran resultar afectados por la Administración Judicial. También debemos resaltar, la
creación en el nuevo Texto Constitucional de la Defensoría del Pueblo, la cual tiene a su cargo
las promoción, defensa y vigilancia de los derechos y garantías establecidas en la Constitución y
los tratados internacionales sobre derechos humanos, además de los intereses legítimos,
colectivos y difusos, de los ciudadanos y ciudadanas.
El artículo 281- constitucional- numeral 2, establece:
Son atribuciones del Defensor o Defensora del Pueblo:
"Velar por el correcto funcionamiento de los servicios públicos, amparar y proteger los derechos
e intereses legítimos, colectivos y difusos de las personas, contra las arbitrariedades,
desviaciones de poder y errores cometidos en la prestación de los mismos, interponiendo cuando
fuere procedente las acciones necesarias para exigir al Estado el resarcimiento a los
administrados de los daños y perjuicios que le sean ocasionados con motivo del funcionamiento
de los servicios públicos. (Subrayado Nuestro).
En consecuencia podemos afirmar, que la Defensoría del pueblo tendrá legitimación activa para
coadyuvar en la acción que se intente contra el Estado, en procura del resarcimiento del daño
ocasionado por el hacer o no hacer de la Administración de justicia, tomando en cuenta que la
misma es un servicio público.
5.- Una vez declarada la existencia de la responsabilidad del Estado por el daño causado a un
particular, mediante demanda interpuesta ante la Jurisdicción Contencioso-Administrativa se
solicitara la indemnización, por el principio de integridad patrimonial y siendo actualmente la
justicia competencia del Poder Nacional, resulta obvio, que el sujeto de Derecho Público
responsable será la República.
La demanda en cuestión esta destinada a evaluar económicamente el daño causado. Creemos que
el tema de la indemnización es bastante complejo dado la dificultad que comporta valorar
económicamente el daño producido, además tomando en cuenta que pudieran existir causas que
puedan ser excluyentes de la indemnización, en tal sentido nos limitaremos a señalar que de
acuerdo con el principio de la reparación integral de los daños y perjuicios sufridos, debe
procurarse que la indemnización atienda a criterios objetivos; por ello es necesario que el daño
este acreditado y probado, por lo cual debe ser requisito sine qua non la declaratoria previa de la
responsabilidad.
Conclusiones
Una vez más se ratifica la existencia del principio de responsabilidad del Estado, entendiéndose
este extensible a todas las actividades o a la inactividad del Estado en cualquiera de sus
manifestaciones.
El Texto Constitucional vigente consagra la responsabilidad del Estado-Juez, institución esta que
será muy útil a los fines de mejorar significativamente, el servicio público de la administración
de justicia garantizando así, el principio de la tutela judicial efectiva, que viene a ser el fin último
del Constituyente de 1999, en lo que se refiere al órgano jurisdiccional; por lo tanto es
impretermitible la idoneidad y excelencia de los integrantes del Poder Judicial venezolano,
habida cuenta que será en principio el Estado, quien responderá por los daños y perjuicios
ocasionados por el ejercicio de esta actividad, ya que será insuficiente el patrimonio del juez para
el resarcimiento del daño ocasionado por su conducta en el ejercicio de la función jurisdiccional.
Se han establecido ciertos parámetros que hagan viable la solicitud de reparación del daño
causado con ocasión del funcionamiento anormal del servicio público de administración de
justicia o por error judicial. En tal sentido debe contemplarse un régimen propio de la
responsabilidad patrimonial del Estado en cualquiera de sus manifestaciones.
La responsabilidad es directa, id est, la Administración responde directamente frente a las
víctimas por los daños causados por sus agentes, tanto por faltas en el servicio, como por las
faltas personales de los jueces o juezas, sin perjuicio de la acción de regreso que intente el Estado
contra sus agentes.
Se trata de una responsabilidad objetiva, por cuanto sólo es necesario demostrar el daño.
Bibliografía
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