JUNTAS, QUE DEBE Y PUEDE SER MATERIA DE SUS LAUDOS

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381721. . Cuarta Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XLVII, Pág. 671.
JUNTAS, QUE DEBE Y PUEDE SER MATERIA DE SUS LAUDOS. Si bien es verdad que
conforme a la fracción XVI del artículo 111 de la Ley Federal del Trabajo y a la
jurisprudencia de la Suprema Corte, los trabajadores, al ser reinstalados mediante orden de
una Junta, tienen derecho a que se les paguen los salarios caídos durante la tramitación del
conflicto, también lo es que para que la Junta pueda condenar al patrono al pago de esos
salarios, es requisito indispensable que se exijan en la demanda respectiva, pues el
procedimiento ante las Juntas corresponde a aquel sistema procesal que se conoce con el
nombre de procedimiento dispositivo, en el cual el Juez se encuentra ligado necesariamente
por la petición de las partes, de tal manera que la resolución que dicten, saliéndose de lo
pedido, carece de eficacia jurídica; a este procedimiento se opone el sistema inquisitivo en el
que el Juez sí puede, aun sin existir demanda de parte, intervenir de oficio, en favor de algún
interesado, y por mayoría de razón, fallar más allá de lo pedido; el primer sistema se
encuentra consignado en todas nuestras leyes procesales, y en la Ley Federal del Trabajo está
expresamente aceptado, al disponer su artículo 551, que los laudos deben ser claros, precisos
y congruentes con la demanda y con las demás pretensiones deducidas en el negocio, y que
en ellas se harán las declaraciones que dichas pretensiones exijan, condenado o absolviendo
al demandado y decidiendo sobre todos los puntos litigiosos que hayan sido objeto del
debate; por lo que es claro que las Juntas, en sus laudos, no pueden condenar sino a aquellas
prestaciones que se hubieren reclamado en la demanda y que consiguientemente hubieren
sido objeto de la litis; este artículo se encuentra en declaración con la fracción I del 512, que
previene que al exponer el actor su reclamación, fijará lo que pide y la causa o título que tiene
para ello, de tal manera que aun cuando el actor tenga otras acciones o hubiere podido exigir
mayor cantidad de la reclamada, la Junta, a virtud de los preceptos citados, se encuentra
impedida para dictar un laudo, condenando a prestaciones diversas o a mayores cantidades
que las que fueren demandadas. Aceptar el principio contrario, sería canto como destruir los
preceptos citados, introduciendo la confusión y el desorden en los procesos, puesto que nunca
sabrían las partes cuáles son los puntos controvertidos, sin que pueda argumentarse en
contrario, que los derechos de los trabajadores, conforme a lo dispuesto en los artículos 123,
fracción XXVII de la Constitución y 22, fracción IX, de la Ley Federal del Trabajo, son
irrenunciables, porque son cosas diversas el renunciar a un derecho y el no exigirlo ante los
tribunales; lo primero está prohibido por las disposiciones invocadas, pero no existiendo
precepto alguno que autorice a las Juntas a intervenir oficiosamente, en beneficio de los
trabajadores, es claro que si los mismos no presentan su demanda o no reclaman aquello a
que crean tener derecho, no es posible que los tribunales se los concedan.
Amparo en revisión en materia de trabajo 5320/35. Andrade Elvira y coagraviada. 17 de
enero de 1936. Mayoría de cuatro votos. Disidente: Salomón González Blanco. Relator:
Alfredo Iñárritu.
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