comunicación 3 - Siervas de San José

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SIERVAS DE SAN JOSÉ
BODAS DE ORO 2015
COMUNICACIÓN 3
Bueno… esto tiene ya sabor a despedida, pero no nos marcharemos sin contaros todo
lo vivido desde nuestra última comunicación.
Como os decíamos, este tercer momento lo hemos dedicado al “Encuentro con
nuestras raíces desde la persona de Butiñá”.
Iniciamos el trabajo con Eulalia Ramírez. Fueron dos días intensos dedicados a
adentrarnos en la persona de nuestro Fundador. Eulalia nos explicaba, con todo
detalle y emoción, la vida y el trabajo de Butiñá desde lo que ella ha vivido y recogido
de los archivos familiares y de la Compañía durante este tiempo dedicado a “rastrear
sus huellas”. Creo que no ha habido lugar de España donde pisara Butiñá que ella no
haya visitado. Por eso no se cansaba de decirnos: “esto que os digo no es de mi
cosecha; todo está documentado”. Pero lo que nos entregaba no eran datos fríos;
iban cargados de sentimientos, de vida. Imposible hacer una síntesis. Recogemos
solamente dos frases comentadas por Eulalia que hablan de la grandeza, profundidad y
talante de Butiñá: “Fue un trabajador infatigable, un operario modelo tanto en
tiempo de crisis como de sosiego” y “Ni las Josefinas lograron separarlo de la
Compañía, ni la Compañía llegó a desvincularlo de las Siervas de San José”.
Como complemento… nuestro viaje a Gerona, para visitar el lugar donde Butiñá nació
y vivió con su familia antes de la entrada a la Compañía, y así tomar contacto con lo
que hoy son “recuerdos significativos” de la vida de nuestro fundador. Salimos de
Salamanca a las 7 de la mañana del día 18.
Después de un largo viaje llegamos a Gerona. Antes habíamos pasado por Zaragoza
para visitar a la “Pilarica”. En la basílica de Nuestra señora del Pilar, asistimos a la
Eucaristía que se iniciaba en el momento de nuestra llegada. Visitamos también la SEO
y sus alrededores y continuamos nuestro viaje.
Al llegar a Gerona, ya al final del día, nos estaban esperando, a la bajada del autobús,
tres hermanas de las Hijas de San José, fue un recibimiento cálido y acogedor. En su
casa residiríamos estos dos días. Tomamos un refrigerio y nos retiramos a nuestras
habitaciones. Era necesario, después de tan largo viaje, descansar y tomar fuerzas para
el día siguiente.
Nuestra primera visita fue a Bañolas. Nos acompañó Patro Equillor, hija de San José,
que se vino desde Calella para compartir con nosotras estos dos días. Y…llegamos a la
casa donde nació Butiñá. A la entrada, una fotografía de nuestro fundador de tamaño
natural que parecía decirnos “entrad… que os estamos esperando”. Efectivamente allí
nos esperaban las hermanas de la comunidad. Nos recibieron con efusivos abrazos,
que hablaban de cariño, de acogida.
Después, el recorrido por las estancias de la casa-museo. Todo, colocado y decorado
con exquisito gusto: documentos y objetos personales, cartas, libros, fotos... Allí estaba
la habitación donde nació Butiñá, allí también se hacía memoria de su muerte.
Patro nos invitó a vivir este recorrido no como una visita turística sino como “una
peregrinación” por esta casa “Tierra Sagrada” para todas, y… así lo vivimos: como
momento profundo de interiorización y de oración en torno a la persona de nuestro
fundador. Terminamos esta visita a la casa en la planta baja: en el lugar donde en
tiempos de Butiñá estaba la tienda de la familia, han puesto una tienda, de “Comercio
Justo”, abierta al público, también muy bien ambientada, como símbolo y recuerdo de
aquel primer comercio butiñano. La atienden las hermanas y algunos voluntarios.
Bueno… no podía faltar la visita al Lago de Bañolas y una “paseadita” en el barco. Y…
así lo hicimos. Nos acompañaron las hermanas de la comunidad y comimos juntas en
un restaurante cerca del lago, donde estuvimos hasta la hora reservada para el
embarque. La tarde estaba espléndida y el lago muy sereno, por lo que el viaje resultó
muy agradable. Antes de regresar a casa visitamos la iglesia en la que fue bautizado
nuestro fundador. Al llegar, tomamos un refrigerio y compartimos una oración de
acción de gracias por todo lo vivido en el día. Regresamos a Gerona y después de cenar
pasamos un rato con la comunidad.
En la mañana siguiente, después de la Eucaristía y el desayuno, tuvimos una reunión
con Patro en la que nos compartió el proceso // la historia // de la fundación de las
primeras comunidades de Siervas en Cataluña y cómo desde los comienzos estuvieron
muy acompañadas y ayudadas por Butiñá. A continuación pasamos a conocer la casa
de la Cuesta de Santo Domingo, un piso en el mismo edificio en que vivían Butiñá y su
comunidad de jesuitas, donde se instaló la primera comunidad en Gerona, al poco
tiempo de su fundación, antes de pasar a la casa ubicada en el terreno donde viven
actualmente, cuya capilla fue bendecida por el P. Butiñá.
Aunque ya llevábamos un día con las Hijas, aún no conocíamos las dependencias de la
casa, así que regresamos para conocerla. Fue Josefina Gómez, otra de las Hijas, la que
nos explicó con todo detalle tanto la historia de la casa como los museos, una
auténtica “Joya”, ante los que quedamos “anonadadas” por su belleza y riqueza.
Con una profunda oración ante el mausoleo de Butiña, preparada por Patro, y un
GRACIAS a las Hijas de San José por su cálida acogida y su dedicación, concluimos
nuestra visita a Gerona. Nos despedimos de las hermanas y continuamos viaje a la casa
de ejercicios de los Jesuitas en Manresa, donde hemos estado cinco días para, en
ambiente de oración, “Hacer una lectura de fe de la propia historia”.
Nos acompañó el P. Francesc Riera, S.J. que nos invitó a salir del ruido, a vivir “horas
con el Señor” en un diálogo de amistad: como un amigo habla a otro amigo.
Condujo nuestra oración, a la luz del Evangelio, de forma muy vivencial, ayudándonos
a confrontar, paso a paso, nuestra vida con la de Jesús y nuestro contexto histórico del
siglo XXI con el contexto del siglo I. Su calidad pedagógica y su preparación bíblica
fueron una gran ayuda para todas.
Antes de regresar a Salamanca fuimos a Barcelona para visitar la basílica de la Sagrada
Familia que nos cautivó por su grandiosidad y belleza. Disfrutamos de la compañía de
las hermanas de las dos comunidades con quienes compartimos una comida fraterna.
Visitamos el Monasterio de Monserrat y volvimos a Manresa para pasar la noche.
Por la mañana del día 27 salimos de regreso a Salamanca. Pasamos por Santo Domingo
de la Calzada donde visitamos la catedral y el museo y después por Burgos para hacer
una parada y ver la Catedral.
El día 28 dedicamos la mañana a recoger nuestra experiencia de este mes: podemos
decir que el encuentro ha sido, sin duda alguna, una gracia y un verdadero e
invaluable regalo para todas. Finalizada la evaluación, pasamos a la Eucaristía de
despedida a la que asistieron algunas hermanas de las distintas comunidades de
Salamanca. En ella hicimos la renovación de nuestros votos. Con la Eucaristía y la
comida de fiesta que tuvimos a continuación dimos por terminado el encuentro.
Y... ahí empezó “la diáspora”: unas el día 28 y otras el 29, fuimos abandonando la
tierra salmantina que tanta significación tiene para todas. Pero nos llevamos el
recuerdo de una experiencia profunda de fraternidad.
Gracias María y Antonia por vuestra cercanía, dedicación y entrega.
Gracias a la Congregación y gracias también a nuestras comunidades y compañeros/as
de trabajo que suplieron nuestras ausencias para que pudiéramos disfrutar de este
encuentro.
Gracias a las que, de diferentes maneras, os habéis hecho cercanas con vuestros
mensajes y recuerdo.
Un abrazo para todas
Hermanas de Bodas de oro
Salamanca, 29 de junio de 2015
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