DR. RODOLFO HERNÁNDEZ GÓMEZ, CANDIDATO

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DR. RODOLFO HERNÁNDEZ GÓMEZ,
CANDIDATO PRESIDENCIAL
DEL PARTIDO UNIDAD SOCIAL CRISTIANA (PUSC) DE COSTA RICA
*Discurso pronunciado en el XX Congreso de ODCA,
Foro internacional “Nueva Agenda Latinoamericana”
23 de agosto de 2013, México D.F
DESAFÍOS Y PROPUESTAS HUMANISTAS PARA LA REGIÓN
Muy buenos días a todos, aunque ya llegamos a la tarde es un buen día, rodeados de gente muy buena y
gente demócrata cristiana. Mi agradecimiento a Don Jorge Ocejo Presidente y a los organizadores de esta
actividad por haberme cursado una invitación; a mis compañeros de mesa, al ex presidente Saca y futuro
Presidente de El Salvador, a Rosa María Payá, es un placer conocerla y también un agradecimiento a las
personas que me antecedieron en el uso de la palabra.
Antes de empezar quisiera hacer un agradecimiento muy especial a dos países que nos acogieron hace
muchos años, a la familia demócrata cristiana en Costa Rica, que hemos pasado también por un par de
diásporas. Esa primera diáspora, para utilizar esa palabra que por lo general se ha utilizado para un evento
histórico judío, yo la utilizo para la historia de nuestro partido porque tuvimos la primera diáspora en 1948
cuando perdimos una guerra, porque eso no fue una revolución en Costa Rica, y fueron dos países a
quienes les guardamos un profundo agradecimiento porque recibieron a nuestras familias, y los que
nacimos después de esa época les tenemos en nuestro corazón: México y Venezuela recibieron a nuestra
familia.
Esta segunda diáspora que se inició hace aproximadamente 12 años también está pasando y estamos
regresando a nuestra casa, a nuestra casa que le llamamos Unidad Social Cristiana de Costa Rica. Hemos
regresado y hemos dado pasos que algunos a propios extraños les han sorprendido, porque cuando
empecé el 16 de marzo es poco tiempo el que he estado en esta contienda, la intención de voto para ese
día decían que sólo iba a votar el 1% por el candidato de la Unidad Social Cristiana, aunque por el resto
con diputados, etc. podían votar un 4% de los electores. Quiero compartir con ustedes que el cambio ha
sido en este poco tiempo, 4 meses y medio, muy importante, en este momento la intención de voto para
este servidor en Costa Rica en 4 meses y medio de caminar en esta senda es del 23% de los votantes en
Costa Rica, y nos faltan 5 meses. Si subimos 23% en 4 meses, en 5 meses yo creo que tenemos una
opción real en este momento de regresar a dirigir los destinos de nuestra querida Costa Rica.
En América Latina hay 160 millones de pobres, un continente de pobres que cada vez aumentan más y un
continente en que la riqueza cada vez se reparte en menos manos. Por eso hemos visto que esto no solo
Costa Rica, se ve en toda Latino América, los ricos se han vuelto más ricos y los pobres se han vuelto más
pobres, posiblemente porque en esta temporada las ideas neoliberales basadas en macroeconomía han
privado, por eso a veces los números son muy engañosos. Cuando le hablan a uno de producto interno
bruto y de per cápita esas son generalidades, eso no está viendo los efectos de la microeconomía de
nuestras naciones que es el beneficio de los ciudadanos.
En Centroamérica también tenemos millones de pobres y lo vemos en todos los países hermanos del área:
en Guatemala, en El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá y quienes sufren más son las mujeres y los
niños, que no pueden atender siquiera sus necesidades básicas, y eso hay que vivirlo y en los años que he
estado como director del Hospital Nacional de Niños en Costa Rica lo he vivido todos los días, el padre o
madre que faltaban a mi cita y después me explicaban que su salario es tan bajo que ese día tenían que
escoger entre pagar los pasajes del bus para ir a mi consulta del hospital o darle de comer a sus hijos. Eso
fue calando porque hace años yo dije que aunque venía de una familia que había participado en la política,
que yo no iba a participar en esta política. Si he participado en la política social y en la política de salud,
pero eso fue calando a través del tiempo y yo dije hasta aquí, haré el intento de volver a conducir a Costa
Rica por el camino de la justicia social.
En Costa Rica que somos menos de 5 millones, somos 4.6 millones de habitantes hay un poco más de un
millón de pobres, medio millón de ellos que les estaba contando que son los que tienen que escoger entre
si desayunan o almuerzan o cenan porque el dinero no les alcanza para las tres alimentaciones básicas
del día.
Hemos regresado en algunos aspectos a estándares que hacía 30 años que no los veíamos, hay 10,000
desnutridos en Costa Rica. Esa cruda realidad me partió el alma, me da coraje y me sensibiliza cada vez
más.
Lo que ocurre no sólo en Costa Rica sino en Latinoamérica a todos nos provoca vergüenza y así lo han
externado las personas que hicieron uso de la palabra anteriormente. Conté la palabra "justicia social"
nueve veces en los discursos, conté la palabra "felicidad" seis veces en los discursos. Vergüenza es lo que
nos debe dar por disimular, avalar, ignorar o respaldar lo que otros han hecho para favorecer a los que se
deberían defender solos, y abandonar a quienes solos se defienden de un sistema injusto, intolerable, casi
criminal, totalmente divorciado de la doctrina que todos quienes estamos aquí decidimos defender.
Con relación con otras naciones hermanas no estamos tan mal, porque Costa Rica puede ufanarse de
haber sentado las bases de su paz social hace más de 60 años, es un país con un sistema de salud
universal, solidario, equitativo. Es un país con garantías sociales, es un país sin ejército, pero hemos
retrocedido en muchas áreas, tenemos un sistema de seguridad social con su instrumento que lo pone a
funcionar que es la Caja Costarricense de Seguro Social que nos ha permitido desterrar las enfermedades
transmisibles y prevenibles por vacunación, y prevenibles por medidas básicas de saneamiento ambiental.
En Costa Rica tenemos varios años que nadie muere de diarrea.
La mortalidad infantil es una de las más bajas del continente, en la actualidad es 8.7 por cada mil nacidos
vivos, se nos muere menos de un niño por cada 100 que nacen, sin tener legalizado el aborto, así que se
nos suma el irremediable tres por mil que nacen con malformaciones incompatibles con la vida, y lo
sumamos. La expectativa de vida al nacer es de 78.3 años para los hombres, y para las mujeres 82 años,
igual o superior a algunos países desarrollados.
El abastecimiento de agua potable cubre el 99% de la población, la electricidad también, lo mismo que la
telefonía. Pero no todo es miel sobre hojuelas, faltan camas, medicinas, especialistas en los hospitales
públicos. Tenemos un déficit de 400,000 casas para la gente necesitada y seguimos despilfarrando el
dinero en licitaciones y concesiones que se prestan a malos entendidos. La red vial está muy deteriorada y
la construcción de infraestructura pública se ha detenido. Las fuentes de empleo son insuficientes, el déficit
fiscal público proyectado a diciembre dl 2013 va a superar el 5% y la inequidad va en aumento. Cada día
hay más jóvenes y adolescentes atrapados en las redes de las drogas, cada día crece el número de
jóvenes decepcionados porque no consiguen empleo, especialmente en las áreas rurales hay hombres y
mujeres a quienes no les alcanza el dinero para vivir porque reciben poco por sus cosechas, porque los
gobiernos los han abandonado y porque las promesas de una vida mejor no se concentran en hechos
reales, sin embargo la pobreza y la inequidad no son los únicos problemas.
Las empresas turísticas grandes y pequeñas reciben los coletazos de los problemas económicos
generados hace unos años en Estados Unidos y ahora en Europa. La economía no crece lo suficiente, la
inflación aún no está controlada y la desesperanza se apodera de los empresarios, de los académicos, de
los hombres y las mujeres de todas las edades.
La inseguridad pública golpea a todos por igual, el narcotráfico y el crimen organizado han extendido sus
tentáculos a pesar de los esfuerzos realizados para contrarrestarlos. La corrupción y la impunidad desfilan
como modelos en pasarela y donde todo ocurre y no pasa nada. El futuro no es para nada halagüeño, este
panorama nos obliga a quienes tenemos opciones reales de ganar las elecciones que se celebrarán dentro
de menos de 6 meses, a elaborar propuestas de soluciones.
Como dije antes, la desigualdad en la distribución del ingreso es ofensiva y se ha venido incrementando en
las últimas décadas. Mientras que el 20% con mayores niveles acumula un porcentaje mayoritario del
ingreso total, el 20% más pobre apenas tiene con que comer y no le alcanza para satisfacer otras
necesidades básicas y mucho menos para incrementar su capital humano.
Ese es el efecto de dos fallas en el sistema actual. En primer lugar las políticas económicas y sociales para
distribuir mejor el ingreso no están funcionando adecuadamente o son insuficientes; y en segundo lugar el
crecimiento real de la producción, que no ha sido capaz de generar suficientes beneficios para todos los
costarricenses, permitiendo una injusta concentración de la riqueza.
Uno de nuestros principales compromisos es reducir la pobreza. El porcentaje de familias pobres en Costa
Rica se redujo del 27% al 20% en el gobierno socialcristiano del 90 al 94, pero ha permanecido sobre 20%
en las últimas dos décadas en Costa Rica. Ese estancamiento en la lucha contra la pobreza es inaceptable
e injusto desde los puntos de vista económico y social, y lo vamos a revertir con las políticas públicas
adecuadas.
La justicia social, diez veces ya mencionada en las ponencias, será el eje vital sobre el que girará la acción
prioritaria de nuestro gobierno. El país tiene una deuda social que se ha convertido en una vergüenza
inaceptable.
Así es, en 5 meses y 8 días ganaremos las elecciones y reorientaremos recursos y programas para atender
pronta y eficientemente estas desigualdades que nos colocan ante el mundo como una democracia que no
funciona, no porque fallen sus mecanismos, sino porque han fallado las personas obligadas a gobernar sin
perder de vista que los menos favorecidos también son seres humanos que reclaman y merecen mejores
condiciones de vida.
Los frutos del progreso se reparten en forma desigual, los ingresos de las mayorías son insuficientes por lo
que no pueden acceder a buenos sistemas de educación ni entrenamiento individual, y el sistema de salud
pública exhibe grandes deficiencias y limitaciones. Las familias de mayores recursos en cambio, tienen
acceso a educación y a medicina privadas y puede acceder a mejores empleos posteriormente, por eso me
encantó cuando el Papa Francisco dijo que la nueva esclavitud es cuando los seres humanos no tenemos
la misma oportunidad de educación y de trabajo, porque nos mantiene pobres, la nueva esclavitud del siglo
XXI.
Hay un círculo vicioso en detrimento de los más menesterosos que se debe romper. El norte será
redimensionar las políticas públicas para tratar de brindar mayores oportunidades a las mayorías. La
desigualdad en la distribución del ingreso que se acumula anualmente en forma paulatina ha producido
como efecto la concentración de la riqueza en grupos cada vez menos numerosos de la población, y
simultáneamente en un empobrecimiento de los sectores medios y bajos, que es impostergable revertir
mediante una tributación mayor de esos grupos para redistribuir mejor el ingreso mediante el gasto social y
con políticas públicas para democratizar la economía mediante el estímulo a los pequeños y medianos
productores.
Procuraremos las políticas conducentes para revertir esa situación injusta e inconveniente para la
democracia y la paz social. Tenemos retos importantes en temas como energía, ambiente y naturaleza.
Vamos a impulsar acciones tendientes a generar energías limpias como la hidroeléctrica, la geotérmica, la
eólica, la energía solar y el uso intensivo del gas natural. Vamos a proteger nuestros recursos naturales
renovables y nos vamos a convertir de verdad en un país carbono neutral.
Impulsaremos fuentes de empleo con un agresivo programa de construcción de obra pública y daremos las
condiciones para atraer inversiones, especialmente en los campos donde se requiera la mano de obra
calificada y bien pagada. Volveremos a nuestras fuentes originales para que renovadas se conviertan en el
ariete principal que mueva la renovación de nuestro mundo, que la persona humana sea de nuevo el centro
de nuestra atención y el eje impulsor de una sociedad más libre, más democrática, más próspera y más
feliz.
El Presidente Ocejo lo mencionó, que teníamos que enfocarnos en la felicidad de los pueblos, ya no son los
gobiernos en donde los ciudadanos le sirven al gobierno. Hay que volver a las bases, los gobiernos y las
democracias fueron creados hace muchos años para ponerse al servicio de sus habitantes.
Hacer felices a las personas debe ser nuestra obligación primera y para ello debemos poner todo nuestro
empeño, dar nuestro mejor esfuerzo, nutrirnos del compromiso social de quienes nos antecedieron y no
olvidarnos jamás que nuestra obligación como dirigentes políticos responsables es vivir de acuerdo con lo
que decimos que somos. No actuar así sería contribuir a colocar una lápida encima de la obra de quienes
antes que nosotros, se atrevieron a soñar, a construir a desperdigar por todo el continente la cimiente que
hoy estamos en obligación de rescatar.
Nuestro compromiso es demostrar que la democracia funciona y ejercitarla a favor del amor, del honor, de
la solidaridad, del bienestar de todos, pero muy especialmente de los desposeídos, que ni siquiera pueden
comer 3 veces al día, porque el dinero que disponen es insuficiente mientras otros derrochan como si el
mundo se fuera a acabar mañana.
Muchísimas gracias por la invitación a participar en este foro, muchísimas gracias por la oportunidad que
nos han dado para redescubrir que nosotros demócratas cristianos, somos capaces con nuestra doctrina
de transformar positivamente nuestros países y convertir una vez más al nuestro en el continente de la
esperanza.
Muchísimas gracias.
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