Rehabilitación psicosocial en enfermos mentales crónicos

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23/05/00 22:54
TEMA 99. −
LA REHABILITACIÓN PSICOSOCIAL EN ENFERMOS MENTALES CRÓNICOS.
ÍNDICE: ESTRUCTURA:
• diagnóstico psiquiátrico
• diagnostico funcional o evaluación funcional
• psicofarmacología práctica
• Adiestramiento en habilidades sociales
• abordaje conductual de la familia
• rehabilitación ocupacional
• Apoyo comunitario: recursos disponibles, públicos, privados, normalizados o especializados.
Definición De La Enfermedad Mental Crónica Y Desarrollo Histórico.
1. DIAGNÓSTICO PSIQUIÁTRICO:
Dadas las graves limitaciones, incapacidades y minusvalías de la mayor parte de personas con trastornos
mentales crónicos, muy a menudo se requiere de un enfoque combinado para la rehabilitación psiquiátrica
utilizando el adiestramiento en habilidades y estrategias de modificación ambiental. Para lograr la máxima
adaptación posible paciente deben integrarse la medicación psicotrópica, la hospitalización plena o parcial,
tratamiento de casos, el adiestramiento en habilidades, los clubes sociales de autoayuda, las actuaciones
ambientales y las iniciativas de cambios sociales. El énfasis en cada uno de estos tipos de intervención variará
según la naturaleza del trastorno, el nivel premórbido del paciente y la fase de la enfermedad.
Con el consenso emergente de que los trastornos psiquiátricos mayores son trastornos biomédicos vinculados
con el estrés, los enfoques de la rehabilitación han surgido de tradiciones empíricas y eclécticas donde se
enfatiza el desarrollo de las habilidades del paciente o de ambientes de apoyo para afrontar las incapacidades
y minusvalías que comportan enfermedades como la esquizofrenia o los trastornos afectivos.
La práctica de la rehabilitación psiquiátrica emplea técnicas de evaluación e intervención basadas en
orientaciones como el aprendizaje social y la terapia conductual (Liberman y Evans, 1985; Paul y Lentz,
1977; Liberman y Foy, 1983.. La terapia centrada en el cliente y la psicología desarrolló a lo largo de toda la
vida (Strauss y Carpenter, 1981.)
La persona con incapacidad psiquiátrica debe comprometerse cuanto sea posible en el establecimiento de los
objetivos de la rehabilitación; éste es un proceso que precisa desarrollar una relación de mutua confianza,
respeto y empatía entre el paciente y los profesionales. El modo de intervención más deseable combina un
tratamiento psicofarmacológico racional con un enfoque pedagógico que adiestra a los pacientes directamente
en el conocimiento y en las habilidades que precisan para desenvolverse en la sociedad.
La evaluación de los niveles de los síntomas es tomada como la medida adecuada para afrontar los trastornos
mentales crónicos:
• Las personas con incapacidad psiquiátrica grave pueden aprender habilidades.
• Las habilidades de las personas con incapacidad psiquiátrica se relacionan directamente con las medidas de
resultados en la rehabilitación.
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• Las intervenciones para desarrollar habilidades mejoran a los enfermos psiquiátricos.
• El desarrollo de recursos ambientales mejora los resultados de la rehabilitación de las personas con
incapacidad psiquiátrica.
Para conceptualizar la rehabilitación psiquiátrica, la analogía con «la llave y la cerradura resulta muy
adecuada. Es deseable mejorar al máximo el desenvolvimiento social e instrumental del sujeto por medio de
procesos de adiestramiento y reeducación. Con todo, la persistencia de limitaciones y déficits puede desalentar
al paciente, a la familia y al propio equipo de rehabilitación. Los esfuerzos para mejorar el repertorio de
habilidades paciente constituyen «la llave. » Sin embargo, en ocasiones es necesario modificar «la cerradura,
esto es, el entorno del paciente. Intervenciones recientes dirigidas a perseguir la modificación del entorno
familiar han producido dramáticas reducciones en las recaídas, exacerbaciones y reingresas de pacientes con
esquizofrenia (Strachan, 1986.). Otros ejemplos de actuaciones ambientales son el tratamiento protegido, el
empleo transitorio y los clubes psicosociales.
Las directrices profesionales de la rehabilitación son:
• Optimismo: los cambios deseables son posibles. Los principios aprendizaje humano deben interrelacionarse
con las necesidades paciente.
• La creencia que la motivación para el cambio puede provenir tanto de los logros de la rehabilitación del
paciente y su medio natural como del propio paciente.
• La confianza en que construyendo a partir de intereses y consecuciones del paciente, incluyendo
tratamiento de apoyo y familiar, incluso las pequeñas mejoras pueden llegar a cambios funcionales tan
significativos que eleven la calidad de vida paciente.
Los principios de la rehabilitación pueden vincular a los profesionales e investigadores de la rehabilitación
psiquiátrica en un campo cohesionado y de base empírica. La práctica de la rehabilitación tiene sus raíces en
multitud de marcos: clínicas y centros de salud mental, hospitales psiquiátricos, hospitales generales, centros
psicosociales y programas comunitarios de ayuda. Más que en cualquier otro momento, se concibe la
rehabilitación psiquiátrica como un ámbito práctico, educativo y de investigación legítimo y creíble,
complementario con los actuales ámbitos de prevención y tratamiento; y como un componente necesario
sistema de salud mental, de su planificación y decisiones políticas.
DIAGNOSTICO FUNCIONAL O EVALUACIÓN FUNCIONAL.
Tanto los clínicos como los investigadores han centrado su atención en los síntomas esquizofrénicos llamados
positivos: alucinaciones, delirios y trastorno del pensamiento. Los síntomas negativos son déficits en áreas
tales como: Actividad y esfuerzo (no−motivación), capacidad para experimentar alegría (anhedonia),
necesidad de contacto social (asocialización), curso y proceso de pensamiento (logicidad), expresión y
experiencia afectivas (afecto embotado), y energía. Los primeros teóricos, como Bleuer, consideraban los
síntomas negativos como el primer trazo de la esquizofrenia. Durante los últimos cincuenta años se ignoraban,
puesto que son difíciles de recoger fiablemente y no contribuían a establecer diagnósticos. Recientemente, los
síntomas negativos han atraído de nuevo la atención de los clínicos e investigadores. Se han desarrollado
instrumentos que permiten valorar fiablemente estos síntomas, por ejemplo el Schedule for the Assessment of
Negative Symptoms (Andreasen, 1982.) Los hallazgos de la investigación establecen que la sintomatología
negativa tiene un mayor impacto sobre el desenvolvimiento social y ocupacional durante la fase pospsicótica
y también en otros trastornos. De cómo afecten los síntomas negativos al desarrollo de las actividades
cotidianas, dependerá en gran medida el « marco para la evaluación funcional que se establezca. »
Pese a que la mayoría de pacientes mentales poseen ya un diagnóstico, evaluaciones diagnósticas minuciosas
pueden contribuir significativamente en la calidad de la atención que reciben. Los diagnósticos de un paciente
pueden variar con el tiempo o pueden acumularse. Supone una gran ayuda tanto para tratamientos
farmacológicos como psicosociales, un diagnóstico esmerado. Registrar correctamente los síntomas facilita
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una apropiada prescripción farmacológica, la decisión sobre tratamientos y ubicación paciente, la elección de
actividades terapéuticas y mejorar las estrategias paciente para afrontar y dominar la psicopatología.
EVALUACIÓN FUNCIONAL:
antecedentes, conductas consecuentes, mediadores, mantenedores de conductas problema, excesos y déficits,
capacidades residuales, atención a sintomatología positiva y negativa.
La valoración de los síntomas de los trastornos mentales severos y crónicos, nos ofrece un diagnóstico fiable.
Ello constituye el primer paso necesario en el tratamiento y rehabilitación del paciente mental crónico. Un
diagnóstico adecuado posibilita la selección adecuada del tratamiento farmacológico del trastorno del
paciente. La selección y utilización apropiadas de los tratamientos psicofarmacológicos es un elemento clave
situado a la base del proceso rehabilitador.
Complementando a la evaluación sintomatológica, existe la evaluación funcional que se convierte en
prerrequisito a la hora de proporcionar actuaciones adecuadas para los severamente incapacitados desde el
punto de vista psiquiátrico. La evaluación funcional ayuda a identificar los excesos, déficits y logros
conductuales que facilitan o perjudican el desarrollo de las funciones sociales y ocupacionales.
Como se ha planteado previamente, el tratamiento y la rehabilitación de los pacientes mentales crónicos deben
iniciarse con un cuidadoso inventario de las capacidades del paciente o, lo que es lo mismo, qué es capaz de
hacer en su vida diaria y qué acostumbra a hacer.
La utilización de la evaluación funcional es clave para identificar las necesidades terapéuticas, determinar los
objetivos de rehabilitación y registrar los progresos y el resultado de los esfuerzos de rehabilitación (como lo
son también las orientaciones de adiestramiento en habilidades sociales, tratamiento familiar y rehabilitación
ocupacional.)
Una concepción general para la evaluación funcional operativiza los problemas en términos conductuales
valiéndose de las dimensiones de frecuencia, intensidad, latencia y forma o calidad de las acciones y
verbalizaciones del paciente. Esta conceptualización se sirve de un enfoque multimodal en el que se
examinan, en su totalidad, los niveles de expresión conductual y la experiencia subjetiva, poniendo especial
atención en la fiabilidad, validez y utilidad del proceso de evaluación. Las dimensiones multimodales incluyen
el pensamiento y el afecto, las habilidades sociales e interpersonales y las capacidades para la vida autónoma.
Las áreas de intervención se definen en términos de déficits, excesos y logros conductuales en orden a
determinar y fijar prioridades en los objetivos de la intervención. Una vez que se hayan definido claramente
los problemas existentes, el proceso de evaluación se centra en la identificación de los determinantes
biológicos y ambientales de los problemas.
Se llama análisis funcional al proceso de obtención de información de las condiciones ambientales que
se suelen dar con anterioridad a la aparición de la conducta problemática y de las consecuencias que
acostumbran a seguir.
Un análisis funcional explicita los antecedentes y las consecuencias de las conductas problema, tanto en el
ambiente actual como en el pasado, cuya aparición contribuye a iniciar y mantener el patrón multimodal de
problemas conductuales. El clínico puede valerse de múltiples métodos e instrumentos para recoger la
información de la evaluación funcional. Uno de estos métodos es la entrevista conductual. El segundo es la
observación directa de la conducta. La autoobservación constituye un tercer modo para obtener una imagen
fiable de la frecuencia y contexto de los problemas del paciente. Un cuarto método sería el empleo de escalas,
cuestionarios y exámenes relativos a habilidades y capacidades específicas. Todos estos métodos deben
desarrollarse a lo largo del programa de rehabilitación para supervisar y evaluar la evolución del paciente. Las
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informaciones obtenidas a través de las sucesivas y periódicas reevaluaciones pueden utilizarse en la toma de
decisiones clínicas sobre los objetivos, las intervenciones y el ritmo de la rehabilitación.
El Módulo para el manejo de la medicación se puede conseguir en el Psychiatric Rehabilita Consultants,
Camarillo−UCLA Research Center, Box A, Camarillo, CA 9301 1. USA.
3. PSICOFARMACOLOGÍA PRÁCTICA
Los fármacos psiquiátricos ayudan a mejorar los problemas y síntomas que una persona padece en su
pensamiento, sus sentimientos, su socialización, en el trabajo y el ocio y en el cuidado sí mismo.
En psiquiatría se utilizan seis tipos principales de fármacos y cada uno de ellos se dirige a enfermedades o
problemas específicos. Estos tipos son:
• Neurolépticos o antipsicóticos,
• estabizantes del estado de ánimo,
• antidepresivos,
• tranquilizantes,
• hipnóticos−sedantes y
• Estimulantes.
Las medicaciones antipsicóticas son útiles en el tratamiento de algunos de los síntomas de la esquizofrenia.
No existe diferencia en la eficacia o acción terapéutica de un tipo de antipsicótico frente otro.
Los efectos secundarios constituyen la principal causa de no−seguimiento de las pautas de medicación. Los
efectos secundarios más comunes de los fármacos neurolépticos son: la discinesia tardía, hipotensión,
síntomas extrapiramidales, sedación, trastornos endocrinos y síntomas anticolinérgicos. Los programas de
enseñanza y los grupos de manejo de la medicación son útiles para proporcionar a los pacientes
información acerca de los medicamentos y los efectos secundarios
Siempre que sea posible, habrá un período sin medicación para la evaluación y el análisis previo al
tratamiento con fármacos antipsicóticos. Cuando se inicie un tratamiento farmacológico antipsicótico, es
importante recordar que su acción y efectos llevan tiempo. Las diferencias individuales en la absorción,
transporte y eliminación fármaco; peso corporal y metabolismo provocan una gran variación interindividual
en cuando a dosis, inicio de la acción y eficacia final del medicamento. La dosis óptima vendrá determinada
por el aumento de dosis de medicación sólo cuando el paciente deje de presentar mejoras en el nivel de dosis
previo. Utilice la más baja dosis posible para que proporcione la máxima cantidad de mejoría en el
pensamiento, sentimiento, socialización ocio y autocuidado paciente.
4. ADIESTRAMIENTO EN HABILIDADES SOICIALES.
Tabla 25. Ventajas adiestramiento en habilidades sociales en grupo.
• Proporciona oportunidades naturales y espontáneas para practicar las habilidades.
• Proporciona un marco para la evolución de las habilidades exhibidas de modo infernal.
• El reforzamiento de las habilidades aprendidas se amplía por medio de la retroalimentación de los
pacientes.
• Se multiplican las opciones de mejoramiento y resultan más creíbles si las llevan a cabo los
compañeros. Los compañeros pueden ayudar en la realización de las tareas para hacer en casa.
• La motivación para seguir el adiestramiento surge a partir de los pacientes −veteranos, más
avanzados.
• Las orientaciones y expectativas favorables sobre el adiestramiento pueden brindarse tanto por los
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compañeros como por los terapeutas.
Puesto que los síntomas e incapacidades de los trastornos psiquiátricos severos se encuentran relacionados con
el afrontamiento y la competencia de un individuo vulnerable, el adiestramiento en habilidades sociales puede
mejorar el dominio de una persona ante el estrés, reducir la probabilidad de recaídas y elevar su adaptación
social.
En el adiestramiento en habilidades sociales para pacientes psiquiátricos crónicos, mientras que los medios
para el adiestramiento en habilidades sociales han mejorado y ha aumentado su validación empírica durante
los últimos diez años, su uso se limita, todavía, a una pequeña proporción de profesionales de orientación
conductual. Muchos servicios y clínicas ofrecen grupos de socialización para los pacientes mentales crónicos,
pero muy pocos ofrecen adiestramiento sistemático y estructurado en habilidades sociales. Uno de los grandes
retos se centra en conseguir una vasta difusión y una fiel replicación del adiestramiento en habilidades
sociales.
La importancia de la selección cuidadosa del modo de adiestramiento para satisfacer las individuales de los
pacientes resulta clara. Muchos pacientes pueden beneficiarse del adiestramiento básico en habilidades
sociales por medio de la representación de papeles. la obstante, para aquellos pacientes que tienen un nivel
superior de funcionamiento social puede ser más beneficioso un enfoque donde se enfaticen las estrategias
cognitivas de resolución de problemas. Y al contrario, con aquellos pacientes más retraídos y distractibles se
puede precisar un tipo de adiestramiento más estructurado basado en los procedimientos de mantenimiento de
la atención.
La generalización y el mantenimiento son cuestiones claves para el éxito de cualquier programa de
adiestramiento en habilidades sociales. Una de las estrategias a tener en cuenta para mantener las habilidades
sociales en los ambientes naturales es continuar el adiestramiento intensivo de la clínica o el hospital con
sesiones de repaso tras el período de tratamiento.
Otra de las estrategias para promover la generalización y la durabilidad de las habilidades sociales es la
asignación de tareas para hacer en casa. Esta asignación de tareas o la instrucción al paciente de que emplee
sus recién adquiridas habilidades en su vida cotidiana pueden ser un medio eficaz de facilitar la generalización
de las habilidades. Un adiestramiento mínimo, bajo el formato de instrucciones verbales intermitentes y
reforzamiento de las respuestas trabajadas en el ambiente natural, puede también producir el traslado del
aprendizaje. Una vez que estén establecidas las respuestas entrenadas en el ambiente natural, la eliminación
gradual de las instrucciones y del reforzamiento elevarán la probabilidad de que permanezcan las nuevas
respuestas.
La aplicación del adiestramiento en habilidades sociales con pacientes esquizofrénicos es un campo
relativamente nuevo. Su desarrollo se inició tras la llegada de la medicación antipsicótica. Hasta la fecha, los
procedimientos de adiestramiento en habilidades sociales han tenido un relativo éxito a la hora de enseñar a
los pacientes conductas situacionales específicas en los marcos clínico y académico.
A medida que avanza la investigación, es necesario desarrollar otras áreas del programa, especialmente por lo
que se refiere a la generalización. Estudios recientes demuestran que los pacientes que han seguido un
adiestramiento en habilidades sociales son percibidos por las personas de la comunidad como más adaptados
socialmente.
No obstante, estamos al comienzo, únicamente, para documentar el grado en que el adiestramiento en
habilidades sociales conduce a un mejor y duradero funcionamiento social, a una calidad de vida y a las
remisiones clínicas. La utilidad final del adiestramiento en habilidades sociales puede depender de la solución
de tales aspectos. Sin embargo, basándonos en la actual investigación, evaluación y revisiones del
adiestramiento en habilidades sociales, no existe razón alguna para asumir que tales retos pendientes no se
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lograrán.
5. ABORDAJE CONDUCTUAL DE LA FAMILIA,
autoayuda, apoyos, estrés, habilidades resolución de problemas, técnicas conductuales, habilidades de
comunicación, técnicas asertivas.
Las técnicas de adiestramiento en habilidades sociales, son frecuentemente utilizadas por los profesionales
durante el curso del abordaje familiar para mejorar la adaptación Social y las habilidades de un miembro
concreto de la familia.
Las familias de pacientes con trastornos mentales crónicos están destinadas a asumir las
responsabilidades primarias de atención que les han sobrevenido a causa de la desinstitucionalización.
Los profesionales de la salud mental de hospitales y otros centros de atención a los enfermos psiquiátricos
crónicos graves están iniciando la educación de las familias sobre la naturaleza de enfermedades como la
esquizofrenia, su adiestramiento en habilidades específicas útiles para afrontar el manejo a largo plazo
enfermo mental, y empezando a proporcionar apoyo a las familias afectadas por el estrés y la tensión de la
enfermedad crónica.
Para aquellos enfermos mentales con minusvalías que viven con sus familias, la importancia de éstas puede
apenas exagerarse. Los familiares representan, a menudo, la fuente primordial de compañerismo, de
participación en actividades y de ayuda para afrontar los problemas cotidianos.
Las responsabilidades de abordar el caso de los familiares enfermos mentales frecuentemente ocasionan estrés
y conflictos en la unidad familiar. Los familiares pueden verse sobreimplicados con un familiar enfermo a
cuyos ojos puede aparecer incapaz de defenderse por sí mismo. Sin una labor de apoyo y educativa por
parte de los profesionales, los familiares pueden no comprender la naturaleza de la esquizofrenia
crónica, en cuyo caso no disminuirán las expectativas acerca del paciente hasta un nivel más realista. La
esquizofrenia puede considerarse una enfermedad relacionada con el estrés. La tensión en el hogar con la
frustración, la desilusión, el criticismo, la intrusividad y la desmoralización pueden contribuir a que exista un
clima emocional que favorezca la recaída. Una reaparición o incremento de los síntomas psicóticos en una
persona con predisposición biológica a la esquizofrenia puede interpretarse como el resultado de un equilibrio
precario entre el estrés ambiental y las habilidades de resolución de problemas individuo y su familia. Un
exceso de estrés o unas habilidades de resolución de problemas deficientes y un afrontamiento deficitario
pueden conducir a exacerbaciones sintomáticas. Los objetivos tratamiento conductual familiar son: reducir la
tensión en el sistema familiar transmitiendo al paciente y a su familia una información clara sobre la
esquizofrenia u otros tras− tornos mentales graves en términos sencillos, enseñar habilidades de comunicación
y de resolución de problemas, y aumentar el seguimiento de la medicación y de los programas de
rehabilitación social. Otra de las finalidades tratamiento es mejorar la adaptación social y la calidad de vida
paciente y sus familiares a través de la enseñanza de habilidades funcionales con tal que puedan satisfacer sus
necesidades y los servicios sociales y sanitarios precisos. La terapia conductual familiar está altamente
estructurado y es sistemática. Se basa en los principios aprendizaje y en el cambio conductual. Sin embargo,
se desarrolla de forma alentadora y cálida por parte de los terapeutas con el fin de procurar un ambiente de
aprendizaje para el paciente y su familia.
El terapeuta es firme y directivo, aunque amable y favorecedor. Su estilo hace que la familia consiga los
distintos objetivos pedagógicos de la terapia. En la fase inicial tratamiento se presenta la información en
forma didáctica empleando folletos y soporte visual sobre la naturaleza, evolución y tratamiento de la
esquizofrenia. Se solicita a los familiares que expresen sus percepciones y experiencias y al paciente se le
anima a comentar los síntomas como «experto» en esta área. El terapeuta presenta la esquizofrenia como un
trastorno que produce serios problemas en distintos aspectos de la vida: el trabajo, el autocuidado, la
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socialización, el pensamiento y el ánimo.
La explicación acerca de la etiología y el tratamiento trastorno se ajusta al nivel de sofisticación de cada
familia. El proceso pedagógico ayuda a aligerar el peso de culpabilidad, de hiperresponsabilidad, de confusión
y de indefensión de las familias. Los familiares llegan a ser menos críticos, castigadores e intrusivos sobre la
conducta del sujeto y aprenden a proponer objetivos más realistas para ellos y su pariente enfermo.
El estrés asociado a los trastornos mentales crónicos continuamente plantea necesidades de resolver
problemas. Los pacientes y sus familiares aprenden juntos cómo comunicarse eficazmente entre ellos y con el
mundo que les rodea. Comunicarse, afrontar y resolver eficazmente los problemas conjuntamente posibilitan
reducir el deterioro y las incapacidades de los trastornos mentales graves, permiten reducir la carga familiar y
aumentar al máximo la adaptación social e instrumental. Las habilidades de comunicación y de resolución de
problemas se imparten sistemáticamente a través de una explicación de cada habilidad, instrucciones
graduales para el empleo de la habilidad, demostraciones y práctica por medio ensayo conductual y tareas
para hacer en casa destinadas a lograr la generalización. El elogio y el reconocimiento de los pasos hacia la
adquisición de la habilidad refuerzan el proceso de aprendizaje. Los resultados de los estudios controlados
sobre el tratamiento conductual familiar y otras orientaciones análogas sugieren que estas terapias
pueden reducir el estrés y la carga familiar y las recaídas. Las mejoras en la adaptación social pueden
obtenerse tanto en el caso de los pacientes como en los familiares. Podemos ser optimistas ante el impacto de
las orientaciones de tratamiento familiar basadas en los principios aprendizaje y en métodos facilitadores de
las habilidades de relación interpersonal. Cabe esperar claros progresos si se extiende la participación familiar
en EL abordaje de la esquizofrenia y otros trastornos. Es obvio que los familiares, cuyo contacto con el
paciente es máximo, pueden magnificar el impacto de los servicios de salud mental. Proporcionando a los
pacientes y familiares un conocimiento objetivo y conceptual de la enfermedad mental y cómo afrontarla,
cómo comunicarse y resolver problemas, los profesionales de la salud mental pueden mejorar su eficacia de
forma rentable.
EJEMPLO DE UN CASO Paul estaba estabilizado con flufenazina y asistía con sus padres al tratamiento
familiar, cuando expuso su dificultad para relacionarse con los compañeros centro académico en que se había
matriculado. Como quiera que progresaba adecuadamente en el aprendizaje de las habilidades de
comunicación en las sesiones familiares, el terapeuta decidió dedicar algún tiempo a ofrecer adiestramiento en
habilidades sociales para relacionarse con sus compañeros de estudio. Paul: dispuso a representar una escena
en la cual se acercaba a una compañera tras la clase. Recibió m, amiento e instrucciones terapeuta sobre cómo
iniciar una conversación e invitarla a estudiar juntos en la cafetería. Tras repetir dos veces la representación,
Paul se sintió capaz de llevar a casa la tarea al día siguiente. El terapeuta le proporcionó una tarjeta a modo de
recordatorio donde aparecían acciones tales como realizar contacto ocular, hablar con tono de voz firme y
gesticular.
REHABILITACIÓN OCUPACIONAL. O LABORTERAPIA.
Es evidente que la rehabilitación ocupacional es un esfuerzo integral y dinámico que representa mucho más
que meramente encontrar trabajo para los pacientes mentales recuperados. En este capítulo se ha presentado
toda una serie de servicios que son un modo para la recuperación laboral total. Si bien los profesionales solos
o los centros de salud mental no pueden ofrecer todos los servicios necesarios, es posible acceder a un amplio
índice de rehabilitación si se trabaja juntamente con otros profesionales, otros servicios de rehabilitación y se
combinan elementos para facilitar la total recuperación laboral.
Las disciplinas dirigidas a la rehabilitación de los individuos con deterioros y minusvalías están
expandiéndose y cada vez son más especializadas. Muchas universidades ofrecen cursos de doctorado y
masters para consejeros en rehabilitación. Además, se instruye a personas en técnicas de evaluación
ocupacional. La subespecialización de este tipo de profesionales viene refrendada por más de media docena de
organizaciones profesionales y más de diez publicaciones especializadas. Por desgracia, los canales de
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relación y comunicación entre la rehabilitación y los profesionales de la salud mental son difíciles y llenos de
incomprensión de las filosofías, objetivos y métodos de unos y otros.
En los años venideros, será esencial para las disciplinas de la salud mental familiarizarse con las bases
conceptuales y las técnicas específicas empleadas por los profesionales de la rehabilitación, y viceversa. Si no
existe una cercana colaboración de los psiquiatras y terapeutas de los pacientes psiquiátricos crónicos, la
atención y rehabilitación de los pacientes se resentirá.
Como en cualquier proceso dinámico, el curso de la rehabilitación no será el mismo para todo el mundo.
Algunos pacientes seguirán todos y cada uno de los pasos expuestos y se asegurarán un empleo competitivo.
Otros, debido a múltiples limitaciones, sólo podrán acceder a los talleres protegidos. Y otros precisarán de
muy escaso adiestramiento y podrán lograr directamente un trabajo. Finalmente, algunos pacientes irán yendo
de uno a otro nivel, a medida que desarrollen nuevas habilidades o que aparezcan nuevas necesidades.
se presenta el proceso de rehabilitación ocupacional como un procedimiento racional con un orden secuencias
de fases en el que la mayoría de individuos obtienen trabajos u otras salidas laborales más adecuadas. El
trabajo puede aparecer inesperadamente y entonces ser aceptado, muchas veces sin que el individuo esté
preparado para hacer frente a sus rigores. En ocasiones, el profesional de la salud mental puede elevar su nivel
de intervención y puede integrarse y apoyar con mayor ímpetu al paciente y al empresario.
El trabajo en sí mismo puede convertirse en el punto de encuentro de los elementos olvidados de la adaptación
y la «dureza» laboral. Las oportunidades, así como las habilidades, son vitales para el desarrollo de una
trayectoria laboral, siendo importante mantener un sistema flexible y adaptativo. El distintivo de un sistema
eficiente y efectivo consiste en cómo se adapta a las necesidades paciente para una ejecución productiva, y no
en cómo se adaptan a él las personas.
Para finalizar, un éxito ocupacional trasciende a las habilidades laborales abarcando a la competencia
social global paciente restablecido.
Encontrar y mantener un trabajo requiere de habilidades sociales eficaces, estrategias para afrontar los
extrusores diarios, una terapia farmacológica prudente, apoyo comunitario, educación familiar, capacidad de
resolución de problemas, manejo efectivo de la sintomatología y una facultad para integrar estos factores de
protección en un tono eficaz (Liberman y col.) , 1986.). Deficiencias en cualquiera de los registros anteriores
pueden provocar la pérdida trabajo o el fracaso ocupacional. Por todo ello, quizá más que en cualquier otra
área, se pone de manifiesto la importancia de integrar los múltiples elementos de la rehabilitación
psiquiátrica integral en la rehabilitación ocupacional.
En adelante se exponen los factores de protección para una rehabilitación total y eficaz de los enfermos
mentales recuperados en sus trabajos y en la comunidad.
7. APOYOS COMUNITARIOS..
La responsabilidad de la atención continuada y a largo plazo de los enfermos mentales crónicos se ha
trasladado de los hospitales públicos a las comunidades donde han sido abocados desde los primeros. El
Instituto Nacional de Salud Mental inició el programa de apoyo comunitario para ayudar a estados y ciudades
a desarrollar una serie de servicios asistenciales comunitarios. Estos servicios esenciales son el tratamiento del
caso, alternativas residenciales e intervención en las crisis.
El tratamiento del caso posibilita al paciente mental crónico la máxima utilización de los recursos existentes.
La actuación residencial incluye las siguientes alternativas: hospital, viviendas grupales, vivienda intermedia,
centros y hogares asistenciales, viviendas supervisadas y viviendas satélite. Los servicios de actuación en las
crisis intervienen a corto plazo y con frecuencia poseen una orientación médica y una intervención múltiple.
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El Programa de tratamiento asertivo comunitario (PTAC) es un tratamiento global, extensivo y
comunitario dirigido a los enfermos mentales crónicos. El modelo facilita apoyo social in vivo,
adiestramiento para la vida independiente, provisión asertiva de servicios; provisión coordinada,
extensiva y longitudinal de tratamiento, y servicios individualizados. Los estudios sobre el programa
PTAC han demostrado su eficacia en la reducción de costes y los índices de hospitalización.
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