liderada por el periodista Daniel Santoro

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Página 20 * POLÍTICA
Buenos Aires, jueves 9 de marzo de 1995 *
CLARÍN
EL GOBIERNO AUN NO CONSIGUE JUSTIFICAR LA OPERACIÓN
Graves irregularidades en la venta
de cañones argentinos a Ecuador
El Gobierno aún no puede explicar cómo fueron a parara Ecuador
dos cargamentos de cañones y armas portátiles argentinos que
estaban destinados, originalmente, a Venezuela. Además, para
aumentar la confusión en el gobierno argentino, el Ministerio de
Defensa venezolano negó que haya gestionado una compra de
armas en nuestro país. Los ministerios de Defensa, Relaciones
Exteriores y Economía autorizaron la operación, que comenzó a
gestarse en Fabricaciones Militares.
La operación que le permitió a Ecuador adquirir cañones pesados argentinos
y 36 toneladas de armas portátiles y municiones en plena guerra contra el Perú,
en febrero pasado, estuvo plagada de
graves irregularidades que hasta ahora
el gobierno argentino no encuentra la
manera de justificar.
El principal argumento del Gobierno,
según el cual la venta de las armas había
sido contratada legalmente por Venezuela y triangulada üegalmente a Ecuador
por una empresa intermediaria de origen
norteamericano, recibió ayer un fuerte
impacto cuando el ministro de Defensa
venezolano, general Moisés Orozco, reveló a Clarín que su país no había gestionado ninguna compra de material bélico a
la Argentina.
Cuando se le preguntó específicamente si Venezuela había comprado material
bélico a la Argentina, Orozco contestó:
"No, de ninguna manera. Ni siquiera se
negoció una compra de armamento argentino".
Las declaraciones de Orozco aumentaron el cortocircuito existente entre los ministros de Relaciones Exteriores, Guido
Di Telia, y de Defensa, Osear Camilión,
por este tema, al punto que anoche voceros de ambos ministerios no sabían cómo
contestarlas.
En una entrevista telefónica, Orozco
adelantó que ordenará una investigación
para determinar si es verdadero o falso
el certificado de destino final del armamento firmado por el jefe del Servicio de
Armamento de su cartera, coronel Edgar
Tomás Millán Zabala. Ese documento está en poder del gobierno argentino y su
existencia fue adelantada ayer por Clarín
en forma exclusiva.
La investigación, dijo Orozco, estará a
cargo del agregado militar de Venezuela
en Buenos Aires y del inspector general
de las fuerzas armadas, general del aire
Tulio Prado Fernández. Fuentes militares venezolanas afirmaron a Clarín que
tienen la "sensación de que se trata de un
documento apócrifo".
Las irregularidades
De acuerdo con una investigación realizada por Clarín, las irregularidades que
se observan en el trámite de esta venta
que incluyó cañones de 155 milímetros
con un alcance de 40 kilómetros y un alto
poder de destrucción son las siguientes:
* La autorización a la empresa intermediaria norteamericana Hayton Trade
está firmada por Millán Zabala, quien tiene rango de coronel lo que no lo habilita
para la firma de documentos de compra
de armas. Este dato no llamó la atención
al Gobierno cuando se aceptó el certificado de consumidor final del 5 de diciembre pasado (ver facsímil).
* De los cuatro cargamentos que debían hacerse de acuerdo con el contrato,
solo dos salieron del aeropuerto de Ezeiza el 17 y 18 de febrero pasado. Los otros
dos se suspendieron cuando los servicios
de inteligencia peruanos detectaron que
las armas iban a parar a Ecuador, y así lo
informaron a autoridades argentinas. Nadie en el Gobierno, hasta ahora, pareció
sorprenderse por el hecho de que Venezuela no reclamaba por los dos cargamentos fallantes.
* Los planes de vuelo de la empresa
norteamericana Fine Air -que se encargaría del transporte entre Ezeiza y la ciudad
venezolana de Maiquetía- incluían una escala en Guayaquil (Ecuador). Y pese a que
Ecuador estaba en guerra con el Perú, fueron autorizados por la Fuerza Aérea Argentina.
* El Brasil (que como la Argentina es
garante del tratado de paz existente entre
el Perú y Ecuador desde 1942) había prohibido hacía varias semanas a Fine Air
volar por su espacio aéreo debido a que
sospechaba que se dedicaba a la triangulación de armas. En el gobierno argentino
nadie alcanza a explicar por qué aquí se
tomó idéntica medida recién el viernes
de la semana pasada, cuando ya se habían
Facsímil del documento que el Gobierno
argentino posee para demostrar que las
armas eran para Venezuela. Sin embargo, en
aquel país dudan sobre si es verdadero
o falso.
enviado dos cargamentos.
* El interventor de Fabricaciones Militares, Luis Sarlenga, pidió a la Cancillería
un tratamiento "urgente" de la autorización de la venta, el 31 de agosto del año pasado. Pero el embarque se realizó recién a
mediados de febrero, es decir casi seis
meses después, cuando ya había estallado
la guerra entre Ecuador y el Perú.
9 En declaraciones a Radio Del Plata,
el ministro de Defensa, Osear Camilión,
reiteró ayer que no hubo una venta directa a Ecuador y admitió oficialmente, por
primera vez, que el cargamento "fue desviado a uno de los países beligerantes".
Cuando se le consultó sobre si Venezuela
era el responsable de la maniobra, contestó que "no hay ningún país que esté directamente involucrado (en la triangulación). Evidentemente que se ha usado de
intermediario". De los comentarios de
Camilión se deduce que el Gobierno, al
menos oficialmente, aún no sabe cómo se
realizó la maniobra.
Por otra parte, el caso puso al desnudo
ciertos cortocircuitos entre Camilión y Di
Telia Anoche, cuando se conoció la desmentida del ministro de Defensa venezolano, el canciller estaba preparando un
cuestionario para plantear a su par de
Defensa una serie de dudas. De acuerdo
con su propia investigación, Di Telia tiene
redactada una hoja de ruta sobre los supuestos pasos de la maniobra que permitieron que el armamento argentino llegue
a Ecuador. Quizás el tema sea motivo de
discusión hoy, en la reunión del gabinete.
Investigación de Daniel Santoro,
Walter Curia, Javier Calvo y
Julio Morales (en La Rioja)
Una operación con la firma de tod
La venta de armas fue autorizada por Menem y controlada por Defensa, Cancillería y Economía
Todos dejaron su firma estampada. De arriba para
abajo, la lista incluye al presidente Carlos Menem, al ministro de Defensa, Osear Camilión, al vicecanciller Fernando Petrella, al viceministro de Economía Carlos Sánchez, al secretario de Asuntos Militares Jorge Baeza, y al
director de Fabricaciones Militares Luis Sarlenga,
Todos, de una u otra forma y tal como reclama la ley,
avalaron la venta de cañones y armas portátiles con supuesto destino a Venezuela; cargamento bélico que, finalmente, fue a parar a Ecuador en febrero pasado, cuando
la guerra entre ese país y Perú estaba en pleno auge.
Menem. —junto a Camilión- debió refrendar el decreto final que dio luz verde para que partiera el cargamento.
Antes de esto, Petrella, Sánchez y Baeza debieron
certificar, cada uno en nombre de su ministerio, que la
operación estaba en regla. A Sarlenga, en cambio, le correspondió la patada inicial en este partido: fue quien pidió al Ministerio de Defensa un tratamiento urgente de
la "solicitud venezolana" para comprar aquellas armas.
Sarlenga es el personaje menos conocido de esta historia de tráfico de armas que aún el Gobierno no puede
explicar del todo. Sarlenga, director de Fabricaciones Militares, no es riojano pero lo parece. Su vida pública comenzó en La Rioja a mediados de los '80, al calor de su
amistad con el diputado y ex ministro de Economía, de
esa provincia y de la Nación, Erman González.
También su vida como empresario empezó en la tierra de Menem, para la misma época, bajo los beneficios
de la promoción industrial.
A Sarlenga no le fue bien en ese terreno. Su fábrica
de disyuntores eléctricos, FAASE, una planta modelo
por entonces, cerró hacia 1988. Unas 50 personas quedaron en la calle e iniciaron un largo conflicto en reclamo
del pago de salarios atrasados. No tuvieron suerte, al
igual que el Banco de la Provincia de La Rioja y el Banco Nacional de Desarrollo, dos de los principales acreedores de Sarlenga.
Cuando Menem llegó al Gobierno y tiempo después
Erman González recaló en el Ministerio de Economía, este ingeniero de 53 años pasó a ocupar lugares de relevancia en las instituciones a las que les debía dinero: presidió, por ejemplo, el Banco de la Provincia de La Rioja y
fue miembro del directorio del BaNaDe y de la Caja Nacional de Ahorro y Seguro.
La llegada de Erman a Defensa le permitió ubicarse
como interventor de Fabricaciones Militares. Su misión
en marzo de 1992 fue vender ocho empresas estatales y
reconvertir otras cinco, todas de armamentos.
Cuando Camilión remplazó a Erman, el sillón de
Sarlenga se movió como en un terremoto. El actual ministro le pidió la renuncia y Sarlenga, un hombre bajo y
robusto, la presentó sin más trámite ante el secretario de
Planeamiento de Defensa, Guillermo Etchechoury. Ese
mismo día, Sarlenga fue a la Casa Rosada y, como si fuera
un milagro, cuando salió de allí ya había recuperado su
cargo.
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