Tributos para la nobleza en Nueva España, siglos XVIII-XIX

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Tributos para la nobleza en Nueva España, siglos XVIII-XIX
Ana Lilia Nieto Camacho
El Colegio de la Frontera Norte
Un signo evidente de nobleza en el imperio español consistía en el privilegio de recibir rentas
por parte del monarca. En Nueva España, los tributos que los indios debían al rey como signo de
vasallaje fueron el sustento de esas rentas. El monarca había cedido el aprovechamiento de los
tributos a particulares en forma de encomiendas o mercedes monetarias. A principios del siglo XIX,
los mayores rentistas del rey en Nueva España eran el marqués del Valle de Oaxaca, los
encomenderos en Mérida y los herederos del emperador Moctezuma, sin embargo, otros nobles
seguía porfiando por el privilegio de obtener pensiones del rey. Entre ellos se encuentran algunas
ramas menos afortunadas de la familia Moctezuma, aquellos que recibieron encomiendas en el siglo
XVI pero ninguna otra merced que consolidara su fortuna, e incluso caciques empobrecidos
provenientes del Perú. El contexto imperial permitía que nobles residentes en lejanas latitudes
reclamaran derechos sobre ramo de tributos novohispano, tal como lo hacía una Moctezuma desde
Filipinas, o que algunos otros hicieran valer su rango y privilegios fuera de su lugar de origen, como
es el caso de la cacica María Josefa Joaquina Inca, quien se decía descendiente tanto de Moctezuma
como del último gobernante inca, y que buscó afanosamente rentas y empleos para su noble linaje
desde la corte de Nueva España. El objetivo de este trabajo es analizar la importancia del tributo
indio para la prosperidad de la nobleza aún a principios del siglo XIX, así como examinar la
capacidad de los nobles para gestionar sus privilegios económicos en el marco del gobierno
imperial y observar hasta qué punto las reformas administrativas del siglo XVIII pudieron afectar
sus ambiciones de consolidar su patrimonio y asegurar su futuro a partir del patronazgo real.
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