Teórico 2 Se retomó el concepto de relato: M.I. “Enunciado y

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Teórico 2
Se retomó el concepto de relato:
Conjunto de hechos finito que se suceden en el tiempo y que mantienen entre sí una
relación de causalidad. Narrar es un tipo de discurso oral o escrito en el que alguien le
comunica algo a alguien. El texto que es producido por la narración es un relato, es hacer
presente hechos (acontecimientos) temporalmente anteriores.
Los hechos guardan entre sí una relación lógica y cronológica. El relato va respondiendo a
la pregunta y después pero también y por qué.
Se reflexionó sobre el sentido o significado del relato:
la narración no argumenta con conceptos, es un modo de hacer ver y de dar a entender.
Por eso la clave del funcionamiento del relato es la distinción entre mostrar y decir (telling
y showing, Henry James). La narración revela significados sin nombrarlos, los hace ver.
Busca mostrar un sentido que está implícito.
Se conceptualizó el concepto de situación de enunciación y de narración ( ver Filinich,
M.I. “Enunciado y enunciación”; “ La enunciación narrativa”)
Relatos que vamos a analizar son textos escritos, su soporte es lingüístico. Por lo tanto,
tenemos que empezar preguntándonos qué es lenguaje. Reflexionar sobre el lenguaje
implica reflexionar sobre el sujeto hablante, su relación con el lenguaje, con su
interlocutor, por los efectos de su discurso.
Emile Benveniste cuestiona la concepción del lenguaje como instrumento de
comunicación. Si pensamos en instrumentos (hacha, pico, pala) estamos pensando en
elementos separados del hombre, exteriores a la naturaleza humana. No lo es el lenguaje:
el lenguaje se funda la especificidad de lo humano, la identidad del sujeto, permite tomar
conciencia de si, objetivarse, contemplarse, es lo que lo distingue de las demás especies.
Por el lenguaje, dirá, funda su concepto de ego.
Concebir un sujeto hablante implica concebirlo como locutor que dirige su discurso a otro:
el yo implica necesariamente el tú. La condición dialógica es inherente al lenguaje.
Una primera persona se dirige a una segunda: esto se manifiesta en los pronombres (yo –
tu), la tercera , la no persona, remite a aquello de lo que se habla.
El sujeto del discurso o sujeto de la enunciación que emite un enunciado , es el centro de
referencia alrededor del cual se organiza el discurso. Los elementos indíciales o deícticos
que organizan las relaciones temporales y espaciales en torno al sujeto (eso , eso, ahora,
mañana) son formas vacías cuya significación depende del discurso.
Situación narrativa de una narración ficcional
El relato literario es un acto verbal, comporta todas las características propias de ese
acontecimiento por lo cual el sujeto se instala como locutor y asume el lenguaje para
dirigirse a otro, condición dialógica del lenguaje que el relato actualiza. En el relato, como
en todo acto comunicativo, la primera persona designa al locutor y la segunda al
alocutario, o sea a los dos participantes del acto comunicativo o narración. A su vez, la
tercera remite a una no-persona que, en términos de Benveniste, refiere a aquello que es
objeto del discurso, tanto a fenómenos, procesos, objetos como a la persona que no
participa del acto de comunicación que, como tal es objeto y no sujeto del discurso .
A diferencia de la situación comunicativa de un relato factual que es parte de una
comunicación real, los relatos ficcionales ponen en escena una comunicación comunicada
un doble proceso de enunciación: la relación entre el lector y el autor es indirecta,
mediada por una enunciación ficcional que está constituida por el narrador y el narratario,
dos interlocutores autónomos creados por el autor los que de ningún modo deben
confundirse con los participantes de la situación o enunciación real (el autor y el lector) . El
narrador asume la posición de sujeto de la enunciación para dirigirse al narratario,
determina la configuración del universo ficticio.
La obra constituye un universo autónomo que tiene sus leyes propias, del cual quedan
excluidos el autor y el lector, que no pueden inferir en el curso de los acontecimientos.
Cuando el autor se manifiesta, lo hace ficcionalizado: se introduce en el universo por él
creado. Interviene en el mundo de ficción. Borra las fronteras entre enunciación literaria y
ficticia. Las cuestiones acerca del lector y del autor se ubican en un nivel enunciativo que
no será estudiado por una teoría de la narrativa sino que han sido objeto de reflexión para
una teoría de la recepción. Interesan solamente cuando interfieren en el universo de
ficción.
El yo de la enunciación ficcional no se confunde con el yo de la enunciación literaria. El
narrador adopta el lugar del sujeto de la enunciación en el interior del universo de ficción,
por fuera queda la función autor.
Desde una perspectiva lógica, diríamos que el estatuto de existencia del universo creado
por autor y narrador difieren totalmente. Para el autor y lector se trata de un mundo de
ficción para el narrador, un mundo real. El análisis de los protagonistas de la situación
narrativa implica el deslinde entre la situación real en la que están comprometidos autor y
lector en tanto construcciones textuales y contextuales y la situación ficticia en la que se
ponen en escena a dos interlocutores autónomos creados por el autor.
El texto narrativo ficcional como todo enunciado lingüístico comporta en principio dos
niveles: la historia y la narración.
El qué y el cómo. Lo narrado y la narración
Los formalistas rusos lo diferenciaron a través de los conceptos de fabula y sujet . Boris
Tomasevskij define fabula como el conjunto de motivos considerados en su sucesión
cronológica y en sus relaciones de causa y efecto ; al sujet como el conjunto de esos
mismos motivos pero dispuestos con arreglo al orden que e observan en la obra.
En los 60 esos conceptos son reformulados por el teórico estructuralista Tzvetan Todorov
en Las categorías del relato literario como historia y discurso.
“cierta realidad ( sucesos) que habrían sucedido , personajes que, desde ese punto de
vista, se confunden con los de la vida real. Esa misma historia podría habernos sido
referida por otros medios: por un film, pro ejemplo, podríamos haberla conocido por el
relato oral de un testigo sin que ella estuviera encarnada en un libro. “
(A diferencia de los formalistas, la historia, según Todorov, abarca todo el mundo narrado
no solo las partes relevantes de la acción).
“existe un narrador que relata la historia y frente a él a un lector que la recibe. A este
nivel no son los sucesos referidos los que cuentan sino el modo en que el narrador nos
la hace conocer. “
( A diferencia de los formalistas no solo atiende al orden de los sucesos sino que abarca
todo el espectro de la comunicación literaria, perspectiva, etc.)
Aislar estos dos niveles permite la comprensión del relato como unidad:
la categoría de historia comprende el nivel de las lógica de las acciones y la “
sintaxis “ de los personajes ( en tanto los personajes, que no son estudiados desde su
psicología sino en tanto promueven acciones o acontecimientos, actúan sobre el conjunto
de la historia, estableciendo una “sintaxis” que permite conectar los diferentes niveles de
la historia );
la del discurso, el tiempo, el aspecto y los modos de hacer conocer esa historia.
Cada nivel supone unidades que sostienen relaciones entre sí (dentro del nivel y entre
niveles). Cada unidad adquiere sentido al integrarse en una unidad de nivel superior.
La historia o argumento es en realidad una abstracción, señala Todorov, no existe por si
misma, siempre es percibida y contada por alguien. El texto presenta el relato de esa
historia , a partir de ese discurso el lector abstrae la historia.
Historia, relato y narración (Gerard Genette)
La primera distinción entre dos niveles –historia y discurso- que los primeros
estructuralistas proponen (Barthes, Todorov) es replanteada por Gerard Genette en 1972.
Para Genette esta bipartición resulta insuficiente porque no da cuenta del proceso
narrativo que convierte a la historia en relato.
Según Genette, el vocablo relato puede designar en efecto :
1. el enunciado narrativo, que puede ser oral o escrito
2. la sucesión de acontecimientos reales o ficticios
3. el acto de narrar tomado como tal
Estas tres acepciones del vocablo relato son dimensiones fundamentales de cualquier
texto narrativo. Según Genette, es solo la designación, la que corresponde al texto
narrativo, la que puede llevar ese nombre: relato.
La 2. designación, que corresponde al « contenido narrativo » sería la «historia ».
La 3 , que corresponde al « acto narrativo productor y por extensión, el conjunto de la
situación real o ficticia en la que toma lugar » se llama la « narración ».
Historia: el conjunto de acontecimientos que son objeto del discurso narrativo ;
designaría de ese modo una instancia conceptual que no tiene existencia efectiva y que
está constituida por hechos que se organizan en un orden cronológico ideal que jamás
podría ser trasladado a la linealidad del relato.
Narración: situación narrativa que comprende al acto por el cual el narrador se dirige al
narratario y
Relato : discurso narrativo que, tanto oral o escrito, nos permite conocer la historia como
la narración que la sostiene; remite al producto material constituido por signos
lingüísticos que conforman un todo significante, que es también denominado por las
teorías de análisis del discurso ‘enunciado’ o ‘texto’.
una historia o conjunto de acontecimientos (nivel diegético)
en todo relato
-------------------------------------------------------------Un Narrador narra en
a un Narratario
En una determinada situación narrativa (narración)
Historia y narración no existen sino por medio de un relato. Reconocemos en él, los
acontecimientos que relato, objeto del relato; la actividad que lo crea. Para Genette, todo lo
que se puede describir en un texto narrativo aparece en el nivel del relato. Solo el texto
producido, el relato es susceptible de análisis. La narración o acto de narrar despliega al
mismo tiempo historia y relato, así engloba los otros niveles.
Por lo tanto, Genette analizar un relato implica analizar la relación entre H y R, entre R y N
: el modo en que la historia se da a conocer en el R; cómo se halla implicada la narración en
el R.: situación narrativa.
Si un relato engloba diferentes historias, el narrador cede su voz, da lugar a otras
situaciones narrativas. La historia dentro de la historia supone una situación de
enunciación dentro de otra:
Instancia narrativa de la primera historia o diéresis es extradiegétia
Instancia narrativa de l segunda historia o metadiegésis sea diegética
Por qué podemos decir que encontramos en "La forma de la espada” una doble
situación narrativa?
En "La forma de la espada", de Borges, el acto de narrar se explicita, con la particularidad
de que la situación narrativa representada incluye otra situación narrativa.
Personaje del nivel diegético se transforma en un narrador de un relato segundo. Esa
segunda enunciación surgida del nivel diegético da lugar a una segunda historia ubicada
en un nivel metadiegético.
En este relato “enmarcado” (un relato incluye otro relato), el primer narrador -Borges_
(que luego se convierte en narratario de la segunda historia) cede la palabra a un segundo
narrador, el irlandés, que le cuenta una historia. En este relato “enmarcado” (un relato
incluye otro relato), el primer narrador -Borges_ (que luego se convierte en narratario de
la segunda historia) cede la palabra a un segundo narrador, al inglés de la Colorada ( que
dice ser irlandés y que tienen una cicatriz), quien le cuenta una historia.
Por qué?
Esa inversión de perspectiva y roles genera un efecto de lectura especial: el narratario,
Borges, lo escucha de un modo que no sería igual si conociera la verdad.
La historia __los hechos __ que se narran dependen de la forma en que son narrador, de la
perspectiva que elige el narrador para contarla. Todos somos, en cuanto lectores, una
proyección del protagonista, nos hacemos cómplices de su traición.
“Al fin me dijo con su voz habitual:
- Le contaré la historia de mi herida bajo una condición: la de no mitigar ningún oprobio,
ninguna circunstancia de la infamia.
Asentí. Esta es la historia que contó, alternando el inglés con el español, y aun con el
portugués:
‘Hacia 1922, en una de las ciudades...’ (...)”
“-¿Usted no me cree? –balbuceó-. ¿No ve que llevo escrita en la cara la marca de mi
infamia? Le he narrado la historia de este modo...”
En las dos citas, a través de formas pronominales o verbales, se señala a los
participantes de la situación narrativa: “me dijo”, “le contaré”, “asentí”, “¿usted no me
cree?”.
Al final:
“Borges: a usted que es un desconocido , le he hecho esta confesión. No me duele tanto su
menosprecio.” ( dice el narrador Vincento Moon)
* a través de la palabra del Inglés sabemos que el yo del discurso es el propio Borges
Benveniste: todo discurso remite necesariamente a un sujeto que sólo puede ser un
"yo".Pero la utilización de las distintas personas gramaticales no hacen sino ocultar ese yo.
Por ello, el "Borges" interlocutor del inglés no es menos figural que el mismo protagonista
del relato: una figura lingüística que, al igual que en el otro caso, se devela al final. El
ámbito del texto es el discurso, el lenguaje antes que el contenido referencial. La "verdad"
del cuento sólo se encuentra en su lenguaje.
Al final, el narrador, Moon, dice:
“Borges: a usted que es un desconocido , le he hecho esta confesión. No me duele tanto su
menosprecio.”
Este Borges no puede ser confundido con el propio Borges quien pertenece al mundo real
y no puede entablar un diálogo con sus personajes que pertenecen al universo de la
ficción. Tampoco con el autor implícito pues se le atribuyen frases acciones que se escapan
de su competencia. Su nombre aparece ficcionalizado en la figura del narratario, actúa y
habla como un ente de ficción.
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