II CONCURSO DE CUENTOS Y FOTOGRAFÍAS CONCURSO DE

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II CONCURSO DE CUENTOS Y FOTOGRAFÍAS
CATEGORIA CUENTOS
PRIMER LUGAR:
GABRIELA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
Por: Luz Azul
Érase una vez en la ciudad de Lima, una señorita llamada Gabriela, a quien sus padres dieron todo de si para que
estudiara en un colegio de buen prestigio en Lima.
Por muchos años ella escuchaba los comentarios de sus tíos y primos que le decían lo bien que le iba a su primos;
Hermelinda en Italia, trabajando como enfermera y a Samuel que trabajaba en Canadá como Chef. Gabriela anhelaba
en su corazón poder viajar y tener su oportunidad. Ella pensaba que sólo saliendo fuera de Perú podría alcanzar sus
sueños. Había terminado la secundaria pero ahora ¿Qué haré? Se preguntaba. No tengo dinero para viajar a los
Estados Unidos se decía Gabriela. Ese era el país de las maravillas para ella, el lugar donde encontraría todo lo que
necesitaba y quería. Su padre le animó a que estudiara Administración en un Instituto Privado ubicado cerca de su
casa. Gabriela aceptó y decidió estudiar lo que su padre le recomendaba; sin perder su sueño de que algún día viajaría
a su país de las maravillas. Cuando Gabriela estaba en el segundo año de estudios se presentó a una entidad del
Estado, donde se le otorgó la oportunidad de realizar sus prácticas pre profesionales. Ella recibía un pago mensual por
las prácticas que realizaba. Ahorraba lo más que podía. Gabriela terminó su carrera técnica y se graduó como Técnica
en Administración. Con este título, en la empresa en la que estaba como practicante pasó a ser una trabajadora
contratada con una retribución mensual tres veces más a la que venía percibiendo como practicante. Ella se
encontraba contenta por su actual situación y sus padres estaban muy orgullosos de ella.
Al paso de varios años, Gabriela seguía en la misma empresa, con su misma remuneración, la cual se había vuelto
insuficiente para suplir sus necesidades; ella se sentía frustrada en el ámbito profesional y personal. Así que decidió ir a
la embajada Estadounidense y solicitar su visa, la cual luego de muchos trámites y entrevistas, le fue concedida.
Teniendo la visa americana no lo dudó y decidió cumplir sus sueños. Ella viajó sola a los Estados Unidos, a Miami.
Cuando Gabriela llegó a Miami estaba realmente impactada por todo lo que sus ojos veían, no lo podía creer, por fin
sus sueños, serían realidad. Saliendo ya del aeropuerto, se preguntó: “¿ahora que hago? ¿A dónde voy? ¿Qué carro
tomaré? ¿Un taxi?”, luego de observar el panorama, decidió tomar un taxi e ir a la casa de su tía que vivía allí. Ella
había viajado con una bolsa de viaje considerable; pensaba que con ese dinero le alcanzaría para alojarse, comprar
sus alimentos y movilidad por lo menos un mes o dos, mientras ella encontraba un empleo. Luego de ubicar a su tía y
después de ponerse al día de las noticias de la familia y del Perú, esta le dijo que el lugar en donde vivía era pequeño y
que sólo la podría alojar por pocos días, pero que, le ayudaría a conseguir trabajo. Gabriela comprendió la situación de
su tía y agradeció que le ayude a encontrar trabajo. El primer trabajo que encontró Gabriela fue de lavaplatos de un
pequeño restaurante. El pago no era bueno pero ante la premura de empezar a trabajar, lo aceptó. Pasado ya un mes
todo el dinero de su bolsa de viaje se agotó y sólo dependía económicamente de su ingreso como lavaplatos. Ella
cuidaba mucho su trabajo, era rápida y muy cuidadosa.
Gabriela consiguió una pequeñísima habitación en la azotea de una casa, en realidad era la que podía pagar, pues
todos los demás lugares triplicaban lo que ella ganaba en ese momento, incluso para poder subsistir le fue necesario
buscar un trabajo adicional. Gabriela trabajaba en dos lugares para poder pagar su habitación, alimento y tener algo
que ahorrar. Pasaron los meses y Gabriela tenía nuevos trabajos, era mesera en un restaurante de comida rápida y
cuidaba niños. Su vida no era nada parecida a la que tenía en Perú. Ella ahora sacrificaba sus horas de sueño y
agotaba sus fuerzas para alcanzar lo que tanto anhelaba. Pero sentía una profunda soledad y nostalgia por su familia.
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No era fácil contactarse por Internet o por teléfono con sus padres; estos servicios eran caros y ella debía ahorrar. ¡Qué
decir de su alimentación! La comida era totalmente diferente a la de Perú. Le costo mucho asimilarla y comerla con
agrado. Ya habiendo pasado un año de haber emigrado a Miami, Gabriela tenía un buen ahorro en dinero, podría
cumplir muchos de los sueños que tenía, pero pensó, meditó y dijo: “Vine a este país en busca de mis sueños y puedo
decir que si conseguí el dinero para cumplir muchos de ellos, pero acaso si hubiera trabajado igual en mi país, con
tanto ímpetu, corazón, ganas y dedicación ¿no hubiese logrado lo mismo o más?”. Ella pensó: “en este país habrá
trabajo para mi pero difícilmente será de un nivel profesional. En cambio en mi país puedo desarrollarme como la
Técnica en Administración que soy, además podré agregar a mis conocimientos las experiencias y circunstancias
vividas en Miami. Estaré junto con mi familia y amigos.”
Gabriela decidió volver a su país y realizarse como la profesional que era y con el dinero que pudo ahorrar, con sus
padres constituyó una empresa dedicada al servicio de diseño, fotocopiado e impresión de documentos y gráficos. Ella
aprendió mucho de su experiencia en otro país que no era el suyo. Supo que si otros logran éxitos y sueños en países
extranjeros, no es porque el suyo no le ofrezca las oportunidades para ello, sino porque cuando las tuvo no le puso
ímpetu, corazón, ganas y dedicación para lograrlo. Entendió que su país era el PAÍS DE LAS MARAVILLAS que tanto
buscaba y en el que hoy se realiza, triunfa y se hacen realidad sus sueños.
Autora: Mercedes Viane Olaguivel Carrillo
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