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movimiento
Por la desobediencia cívica
Tres fragmentos
texto de José Bové y Gilles Luneau
e próxima publicación en El Viejo Topo, el libro de Bové y Luneau Por la desobediencia
cívica contiene una reivindicación de la desobediencia cívica, o civil, según se mire,
como método de transformación social. Aquí se reproducen tres fragmentos, tomados
de tres partes distintas del libro. Y no es ocioso señalar aquí que José Bové será candidato a la presidencia de la República Francesa en los próximos comicios.
D
FRAGMENTO I
La “desobediencia” danesa frente al nazismo
La más espectacular y la más importante desobediencia a los nazis fue la de un pueblo entero, los daneses. El
Reino de Dinamarca era neutral en el conflicto; esto no
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impidió a las tropas hitlerianas invadirlo en abril de 1940.
El país era una plaza estratégica para el control de las
importaciones de hierro sueco; indispensables para el
esfuerzo nazi de guerra, y para brindar una retaguardia a
las tropas en marcha hacia Noruega.
Los ocupantes, poco numerosos, dejaron en su lugar
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las instituciones –monarquía, gobierno, parlamento. El
representante del Reich en Copenhague intenta dictar su
ley al gobierno danés. Obtiene en 1941 la firma del pacto
anti-Komintern y medidas reprimiendo la libertad de expresión de los comunistas. Después trata en varias ocasiones de instaurar medidas represivas antisemitas. En
vano: tropieza con el rechazo categórico del Rey Christian X. Para desarticular este peligro, y dar ejemplo, el Rey
sale a dar su paseo diario con una estrella amarilla pegada a su capa. Los daneses lo imitarán.
En noviembre de 1942, las relaciones germano-danesas se degradan aún más cuando el gobierno danés chantajea a los alemanes: amenaza con dimitir si imponen leyes antisemitas. Paralelamente los daneses apoyan en
masa a su gobierno: salen a la calle enarbolando tarjetas
rojas y blancas en homenaje al rey y… una estrella amarilla sobre el pecho, rebautizada “Por el Semita” (en burla
a la medalla alemana que rezaba “Por el mérito”)…
A finales de agosto de 1943, bajo presión directa de
Hitler, el ejército alemán decreta el estado de emergencia
y la pena de muerte por el delito de sabotaje. La Wehrmacht pretendía apoderarse de la flota danesa que, en
1943, contaba con cincuenta y dos navíos de poco tonelaje: los daneses hunden treinta y dos barcos e hacen zarpar a seis más. El gobierno dimite el 29 de agosto. En septiembre, nazis “especialistas en asuntos judíos” llegan a
Dinamarca: fijaron la fecha de la noche del 1 al 2 de octubre para proceder a la captura de todos los judíos daneses. El 28 de septiembre, advertido de la operación por su
superior, el Agregado Militar alemán Georg Ferdinand
Duckwitz previno a los daneses de la inminencia del peligro.
La administración danesa, incluida la policía, pone todo su empeño en detener la maquinaria de deportación.
Movilizados desde hacía un año ejerciendo la resistencia
civil de las masas, todos los daneses se precipitaron para
salvar a los judíos. Las asociaciones, en particular las femeninas, acudieron donde las familias judías para prevenirlas y ayudarlas a huir. Se vio cómo los miembros de las
familias danesas aumentaban en número, y la población
de algunas islas se duplicó por la afluencia de esos huéspedes part i c u l a rmente perseguidos. En f rentados a la hostilidad de la policía danesa, los nazis abandonaron los registros. El pueblo “desobediente” logró esconder la casi
totalidad de los siete mil judíos del país. Sin embargo, 472
personas no escaparon a las garras de la Gestapo.
El 3 de octubre, la iglesia católica danesa condena públicamente la persecución. Una carta pastoral leída en
todas las parroquias del país denuncia la política antisemita y hace un llamamiento a ayudar a los judíos. Una
bendición que confirmaba la solidaridad general. Paralelamente los patriotas daneses habían contactado a Suecia, que había permanecido neutral en el conflicto mundial, y obtenido que acogiera a las personas perseguidas.
A pesar de la presión de la Gestapo, se llevó a cabo una
inmensa operación, montada a escala nacional, que permitió evacuar de noche, en barcos de pesca, a seis mil
ochocientas personas al otro lado de Kattegat, el gran estrecho que une el Mar del Norte con el Báltico.
Todo se realizó con calma y determinación, a pesar de
la violencia de los nazis, rabiosos por no poder poner las
manos sobre sus presas. Algunos de los organizadores del
salvamento fueron arrestados, otros murieron en la acción bajo las balas alemanas, como Claus Heilesen, un
estudiante de ingeniería de veinte años muerto mientras
ayudaba al embarque de una nave con destino a Suecia.
Los prisioneros fueron enviados al campo de tránsito de
de Theresienstadt, donde las condiciones de vida eran
sensiblemente mejores que las de otros campos –pudieron beneficiarse del apoyo de la Cruz Roja y de los compatriotas daneses residentes en el país. Setenta y siete
prisioneros murieron allí.
Desde el rey hasta el hombre de la calle, pasando por
los funcionarios de las instituciones, la resistencia civil
de toda una nación protegió a la parte de los suyos –los
judíos– que estaba amenazada de deportación con el fin
abominable que ya se presentía en la época. La sociedad
danesa cerró filas ante el peligro; rechazó el discurso de
odio que quería separar a una parte de los suyos del cuerpo social. Una solidaridad que se hubiera querido ver
también en los otros países ocupados…
FRAGMENTO II
Resurgimientos: los Demo del País Vasco francés
Según convenga al momento histórico, los movimientos de liberación nacional, o fuertemente movilizados
por su identidad encuentran a la desobediencia cívica en
los caminos de sus estrategias. Ella ayuda a precisar los
me dios de lucha y sirve muchas veces de puerta de salida en las treguas de su guerra.
La desobediencia cívica no-violenta ha fortalecido así
su presencia en el Movimiento Vasco: al lado de grupos
de insumisión al servicio militar, de la resistencia no-violenta a la construcción del embalse de Itoiz y del apoyo a
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los prisioneros políticos vascos (Presoekin Elkartasun KiLos Demo se encargan de rectificar la anomalía: se apodeak), un nuevo movimiento, Demokrazia Euskal Herriaderan de los veintiún sillones vascos para, en sentido esrentzat (Democracia para el País Vasco) funda su acción
tricto, repatriarlos a Bayona. El préstamo del Parlamento
militante en la no-violencia activa. En su origen, los De - de Na va r ra provoca una declaración inmediata del
mo, como se les llama familiarmente en el país, es un
Presidente del Consejo General François Bayrou (“Este es
pequeño grupo de militantes de la izquierda abertzale del
un paso más en la estrategia de la tensión”) que pone a
País Vasco francés que se reúne para buscar qué hacer
los capaces de reír del lado de los Demo y les asegura una
que no haya sido hecho todavía, para hacer comprender
cobertura mediática. El 15 de marzo del 2000 las veintiual gobierno francés algunas reivindicaciones expresadas
na butacas son entregadas en Bayona con gran pompa,
mayoritariamente por la población.
en la Plaza de Saint-André, frente al edificio en construcA finales del año 1999, la tregua de las organizaciones
ción de una delegación del Consejo General y bajo los
armadas (ETA en el sur, Iparretarrak en el norte) y la huelaplausos de trescientas personas venidas a asistir al
ga de hambre por turnos de los prisioneros políticos vasacontecimiento a pesar de la lluvia y de la policía. Al día
cos para exigir sus derechos tensan la situación política
siguiente, los servicios del Departamento, vuelven a lleentre aquellos que se sienten satisfechos con la evolución
varse los sillones republicanos a Pau, lo que permite a los
de las cosas y los que la encuentran
Demo poner un anuncio de “búsquedemasiado lenta. Los Demo quieda” por el “robo de sillones”, con una
ren “imaginar nuevas formas de acfoto robot con la apariencia de un
ción que permitan intentar desblocierto François B. Con la misma ina desobediencia cívica
quear la situación sin recurrir a la
tención, los Demo han creado un moviolencia”. Para ellos, “el déficit devimiento semiclandestino, el Frente
tiene dos destinatarios.
mocrático no concerniría a las reiDemo de Liberación de las Mari a nEl primero
vindicaciones nacionalistas vascas,
nes2. Prisioneras de sus pedestales, las
es
el
poder,
la
política.
de cualquier forma minoritarias en
Ma rianne están obligadas a asistir a
El segundo
el País Vasco francés, si no a las reilos Consejos Municipales donde, sovindicaciones reclamadas mayoribre esta cuestión departamental, la
es la opinión pública.
tariamente por la sociedad”. Ellos
voluntad mayo ri t a ria fue pisoteada.
identifican cuatro aspiraciones
¡Los Demo asumen también el deber
mayores, sobre las cuales van a concentrar su acción.
de liberar la mayor cantidad posible de estatuas en las alLa creación del Departamento País Vasco es una reivincaldías del país vasco!
dicación que se remonta a la creación del de Piri n e o s - AtLa segunda reivindicación de los Demo es la de un eslánticos, en 1790, rechazada en la época por sus habitantatuto de cooficialidad para la lengua vasca, y especialtes. Tres siglos más tarde, los sondeos (64% de la población
mente la extensión del bilingüismo por todo el servicio
del País Vasco francés a favor), las manifestaciones (12.000
público del País Vasco del norte. La elección de esta reipersonas en Ba yona el 9 de octubre de 1999 –lo jamás visto
vindicación se apoya en el voto por unanimidad del esdesde 1944), la mayoría de los carg os electos locales (80%
quema de planificación del territorio por el consejo de
de los concejales y 63,7% de las alcaldías a favor) justifilos cargos electos del País Vasco en 1997, en el que figuracan como mínimo llevar el debate a las instituciones. Por
ba un escrito preconizando el bilingüismo. Habiendo lleparte del gobierno, rechazo categórico a avanzar ni un
gado a un punto muerto los progresos políticos en este
ápice. Puesto que el Estado rechaza el Departamento tan
aspecto, los Demos tomaron por objetivo la compañía de
solicitado, ¡los Demo van a crearlo simbólicamente! El
los ferrocarriles, SNCF. Desde el 2001, decenas de accioedificio de gobierno del Departamento se confunde con
nes, como un torneo de naipes en sus railes, tienen como
el del viejo Parlamento de Navarra1, en Pau. A causa de las
objetivo el monolingüismo de sus infraestructuras.
sutilezas jacobinas, de los cincuenta y dos consejeros geLa tercera reivindicación es el respeto a la ley sobre el
n e rales del De p a rtamento de los Piri n e o s - At l á n t i c o s,
acercamiento de los presos políticos vascos. Desde meveintiuno son del País Vasco. Para un vasco del norte, la
diados de los años 80, los gobiernos francés y español
sede del De p a rtamento País Vasco es Ba yona. Es pues aquí
practican una política de alejamiento sistemático de los
donde deben tener su escaño los elegidos y no en Pau.
prisioneros vascos, mientras que la ley (europea, france-
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sa, española) precisa que, una vez condenado, el prisionero debe ser encarcelado lo más cerca posible de su familia. Además de alejarlos, la política de dispersión de
prisioneros impide a los familiares organizarse colectivamente para visitarlos con el fin de disminuir los gastos.
Para alertar a la opinión, el 6 de enero del 2000, dos Demos vestidos de amarillo suben a los muros de la prisión
de Bayona y despliegan allí una banderola pidiendo el
acercamiento de los presos, mientras que abajo otros tres
militantes escriben las mismas reivindicaciones en el
muro y firman “Democracia para el País Vasco”. La policía
no tarda en llegar. En el momento de ser interpelados,
antes de que les toquen las manos de los que se los deben
llevar, se vierten una lata de pintura roja encima. Los
policías dudan antes de echarle el guante a estos individuos que chorrean pintura… ¡De manera que los Demos
ganan el tiempo necesario para terminar su obra! Y los
periodistas el de captar la escena…
La cuarta reivindicación es la de la creación de una Cámara de Agricultura del País Vasco. Además de los candidatos elegidos, la gran mayoría de los campesinos la reivindica. Si los poderes públicos no satisfacen esta demanda, el
ejemplo del cobertizo para la cría de ovejas de La Blanquière en Larzac corre el riesgo de repetirse y una bella
construcción podría ver la luz del día para abrigar el futuro de los campesinos.
FRAGMENTO III
Criterios de la desobediencia cívica
Todo acto que se oponga a la ley no significa desobediencia cívica. A fin de evitar amalgamas, fijemos los seis
criterios que califican en nuestra opinión un acto de desobediencia cívica (y que son requeridas conjuntamente
para que pueda ser calificado así).
Es un acto personal y responsable: el desobediente actúa para ser coherente con lo que piensa. Desobedece
con todo conocimiento de causa. Conoce los riesgos judiciales que enfrenta y está listo a asumirlos. No trata de
sustraerse a las sanciones.
Es un acto desinteresado: se desobedece a una ley que
se estima contraria al interés general. A diferencia de la
desobediencia criminal, la desobediencia cívica no tiene
ningún viso de ganancia personal.
Es un acto de resistencia colectiva: no se desobedece
solo, se moviliza y aglutina en relación con el asunto que
exige una ruptura con la legalidad. Desobedecer no es
solamente estar en contra: un acto de desobediencia cívica se inscribe en la perspectiva de un proyecto para la
sociedad. Este proyecto da sentido al acto. La desobediencia cívica participa de la solidaridad y la desarrolla.
Es un acto no violento: la desobediencia cívica tiene por
finalidad convertir al adversario, no derrotarlo militarmente. Lo respeta. Los medios utilizados tienen pues una
importancia capital. Si se atacan bienes, sólo puede ser
en una dimensión simbólica, con humor, a rostro descubierto. Con la finalidad de mostrar que la propiedad privada no puede oponerse al interés general.
Es un acto transparente: se actúa en pleno día, sin esconderse, sin secreto.
Es un acto último: se desobedece después de haber
agotado todos los medios de diálogo humanos e institucionales.
La desobediencia cívica tiene dos destinatarios. El primero es el Estado, el poder, la política: se desobedece a
una norma para interpelar al poder político. El segundo
es la opinión pública: se trata de convencerla de la legitimidad de la desobediencia para expandir el movimiento
social, la acción colectiva.
La desobediencia cívica es un acto que exige un gran
dominio de sí, porque desobedecer no es un comport amiento cotidiano. Ella llama a una reflexión sobre la tra n sf o rmación social: ¿qué se desea tra n s f o rmar a partir de
esos actos que uno se apresta a realizar? Por natura l eza, las
personas que practican la desobediencia se inscriben en el
campo político, es decir, en la lógica de la transformación
de la sociedad, de su organización. Transformación ya sea
de la ley, ya sea de la estru c t u ra social del país, ya sea de
una organización internacional. La desobediencia cívica
no es una empresa de desmantelamiento de la sociedad,
sino una voluntad de construirla de otra forma. La desobediencia cívica es una demanda de dere c ho
Nota
1. Fundado por Luis XIII, El Parlamento de Navarra-Bearn era
un tribunal de justicia con sede en Pau. En 1927 el Conseil géne ral des Pyrénées-Atlantiques recupera de las ruinas el edificio
histórico, donde se instalará la Assemblée departamental. En el
año 2000 se inaugura junto a él un nuevo edificio que alberga
las actividades de carácter administrativo, reservando el Parla ment de Navarre para las sesiones plenarias del Consejo General del Departamento Pyrénées-Atlantiques. (N. de T.)
2. Marianne, una mujer tocada con un gorro frigio, simboliza a
la República Francesa. (N. de T.)
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