MARKETING Y RR.HH. Carencias de los directores comerciales JUAN CARLOS ALCAIDE CASADO, director de MdS (www.marketingdeservicios.com / www.Jcalcaide.com), miembro de Top Ten (www.toptenms.com) y conferenciante de Lid. Diferentes estudios e investigaciones realizados en España han permitido elaborar una lista de las principales carencias que muestran los directores comerciales; por ejemplo, los llevados a cabo por IESE, Development Systems, CECS, Accenture, EADA, Instituto de Dirección y Organización de Empresas y Universidad de Alcalá de Henares, entre otros. Estas carencias, como es lógico, afectan negativamente la gestión del área comercial en su totalidad, lo que incide negativamente en la capacidad y potencial de las empresas para generar ingresos y sustentar sus niveles de rentabilidad. Es decir, que se trata de un problema que afecta a toda la empresa y, en consecuencia, el área de RR.HH. no puede mantenerse al margen del mismo. El problema se acrecienta cuando detectamos que muchas de esas carencias no son resultado únicamente de una deficiente formación formal sino que son actitudes, comportamientos y creencias personales, cuya solución debería encomendarse no a cursos, seminarios y eventos similares sino a un proceso continuado de coaching personalizado e individualizado, ya que no todos los directores comerciales sufren de las mismas carencias. Una rápida revisión de las carencias a que nos referimos nos permite evaluar la importancia del problema y la necesidad de enfrentarlo debidamente: 1. Tendencia a la comodidad (muchos directores comerciales tienden a gestionar sus empresas con “el piloto automático”), lo que lleva al inmovilismo, es decir, a hacer las cosas como se han hecho siempre. Capital Humano 100 100_s_Marketing RRHH_242.indd 100 2. Escasa visión de las reales prioridades de la gestión, dedicando más tiempo a lo “urgente” que a lo “importante”. 3. Escasa percepción de la importancia estratégica clave del puesto que ocupan, lo que lleva a considerar que la prioridad empresarial es la venta inmediata, mientras que en las empresas de avanzada la prioridad es la estrategia a medio y largo plazo de la empresa. 4. Deficiente capacidad para realizar diagnósticos objetivos de las situaciones del mercado y del entorno; conciben el mercado como formado únicamente por los clientes directos de la empresa. 5. Falta de una visión global e integral de las empresas, algo que se hace cada vez más importantes ya que en la actualidad no se trata tan sólo de mejorar la “forma como yo hago mi trabajo” sino la “forma como toda la empresa hace su trabajo”. 6. Mantenerse aferrado a la visión transaccional de la relación con los clientes (lo importante es la venta que tenemos por delante en el momento), en vez de adoptar el enfoque relacional, en el que lo importante es la secuencia de transacciones que podremos realizar con el mismo cliente mientras seamos capaces de retenerlo y mantenerlo como tal. 7. Deficiente capacidad de planificación, lo que les lleva a carecer de una visión de futuro a medio y largo plazo para su área o departamento. 8. Excesiva visión localista y “parroquial” de la actuación de la empresa. 9. Deficiente gestión de RR.HH, deficiente liderazgo para la conducción de equipos, incapacidad para delegar y dificultades para dinamizar el trabajo en equipo, convencer e influir en el personal para lograr la creación de grupos activos fuertemente comprometidos con la implantación de las estrategias y la consecución de los objetivos. 10. Miedo a la asunción de riesgo. 11. Asignar escasa importancia a las necesidades de formación del personal bajo su mando o la asunción de enfoques equivocados en los procesos de formación de los comerciales y vendedores. 12. Sentido de “posesión” y defensa del puesto de trabajo (tienden a rodearse de personas fieles, más que de colaboradores eficaces). 13. Estilo de gestión enmarcado en un fuerte sistema administrativo, lo que hacen que dediquen una parte muy reducida de su tiempo establecer contactos directos con clientes. 14. Gestión orientada al pasado ya que se asume la continuidad de lo existente, lo que provoca escasa flexibilidad en la gestión, a pesar de que, como se ha dicho tantas veces, “lo único permanente en los mercados es el cambio”. Nº 242 • Abril • 2010 24/03/2010 13:29:15 15. Tendencia al desarrollo de estructuras burocráticas (incluso en las empresas medianas). 16. Escasa capacidad para establecer directrices; es decir, estructurar una visión de futuro para el área bajo su mando (incluso a largo plazo) y determinar las grandes líneas estratégicas que deben seguirse para que esa visión se convierta en una realidad. 19. Poca disposición para aprender, cualidad indispensable para mantener un proceso continuo de actualización, lo que lleva a confiar en exceso en las rutinas del área. 20. Poca capacidad para tomar decisiones bajo presión. 21. Deficiente desarrollo de las habilidades para la creatividad. 22. Escasa escucha activa. 17. Bajos niveles de habilidades de comunicación y motivación. 23. Tendencia a ser desorganizado y a gestionar mal su propio tiempo. 18. Bajo nivel de creación de estructuras dinámicas o de cambios organizativos permanentes, lo que conduce a una gestión basada en la continuidad de los procesos y los sistemas, no en su ruptura, y a una muy baja tendencia a mantener la innovación de sistemas y enfoques como valor de la gestión. 24. No se conciben a sí mismos como los principales responsables del entrenamiento, crecimiento y desarrollo personal de los miembros de sus equipos sino como simples administradores del statu quo. Es de señalar, en honor a la verdad, que muchas de las carencias que hemos mostrado en la lista anterior no son exclusivas de los directores comerciales, también se encuentran en los demás niveles directivos de las empresas españolas, en todas sus áreas. Pero, como dice el proverbio: “mal de muchos, consuelo de tontos”. Posiblemente, la principal carencia que muestran muchos directores comerciales es la de no saber o no ocuparse por lograr que su personal dé el salto y abandone los viejos hábitos, cada vez menos eficaces y productivos, para adoptar enfoques más acordes con los mercados modernos. En la Figura 1 mostramos las características diferenciales entre el “ayer” y el “hoy” del rol del comercial. Muy posiblemente, en muchas empresas ésta sea la primera área de actuación a la que tendrán que dar prioridad RR.HH. Queda clara nuestra posición, es urgente que RR.HH, vía formación, se tome en serio la actualización profesional de los directores comerciales. FIGURA I > EL COMERCIAL, ANTES Y AHORA AYER HOY Muy hablador: capacidad para hablar mucho y muy Se relaciona con los clientes con base en la comunicación “persona a persona”, uno-a-uno rápido. o one-to-one. Dispara su discurso aprendido de memoria. Gestiona la relación con sus clientes con base en “yo gano-tú ganas”. No escucha al cliente. Su trabajo es la satisfacción de necesidades. No acepta un “no” como respuesta, insiste, insiste, insis- Gestiona los contactos con el cliente consciente de que uno de sus objetivos es mantener te, aun a riesgo de molestar e indisponer al cliente. y consolidar la relación a largo plazo; aplica los principios y los enfoques de la venta relacional, abandonando el enfoque de la venta transaccional. Presiona y agobia al cliente. Coordina recursos de la empresa para servir al cliente (finanzas, producción, logística...) Simpático (pero, en realidad, sin gracia alguna). Planifica su trabajo y organiza eficazmente su tiempo. Su objetivo es conseguir el pedido del cliente que tiene Traslada “la voz del cliente” dentro de la empresa. ante sí (enfoque transaccional de la venta). Trabaja siguiendo la idea de la venta puerta a puerta. Utiliza la influencia y sintonía con el cliente para lograr sus metas de ventas. Sus instrumentos son bolígrafo, agenda y maletín (aun- Su objetivo es captar buenos clientes y retenerlos como tales la mayor cantidad de tiempo que este último sólo sea para guardar los papeles). posible. Sin formación, improvisado en la profesión, sin tiempo Gestiona sus clientes con base en un análisis minucioso de ingresos, gastos y beneficios para actualizarse. de su área de responsabilidad. Utiliza la manipulación como herramienta de venta y plantea la relación con los clientes con base en. “Yo gano” (lo que le suceda al cliente no le interesa). Su principal objetivo es conseguir nuevos clientes, aún a sabiendas de que no sean de mucho fiar. Su meta permanente es la de alcanzar los objetivos de volumen: vender, vender, vender. Se trabaja con el mínimo coste comercial posible. Investigador: aporta información del mercado, está atento a nuevas oportunidades de mercado y de necesidades de los clientes. Posee y aplica sus dotes como negociador eficaz. Recomienda acciones para evitar problemas, incidencias, quejas y reclamaciones. Da soluciones desde el punto de vista del cliente (empatía). El vendedor debe lograr para sí y para la empresa el Escucha más que habla: lo importante es llegar a conocer las necesidades del cliente. mayor beneficio posible. Se limita a aplicar las rígidas normas y políticas esta- Está abierto y dispuesto a la incorporación y uso de las nuevas herramientas informáticas, blecidas en la empresa. en especial del CRM. Nº 242 • Abril • 2010 100_s_Marketing RRHH_242.indd 101 101 Capital Humano 24/03/2010 13:29:15