parábolas - Apostol Alex Gonzalez

Anuncio
PARÁBOLAS
(Primera Parte)
INTRODUCCIÓN
En el Evangelio de Mateo se mencionan siete parábolas concernientes al Reino, cada una de
ellas es un paso en el que se refleja cada nuestra vida en el Señor, hasta llegar al final
tomando lugar en el reino manifiesto de Dios.
DESARROLLO
I.
EL SEMBRADOR Mt 13:3-23.
En esta parábola se evidencian dos tipos de Palabra: una que es trasladada pero escondida
para que no se entienda y la otra es explicada Mt 13:11 para que la entienda solo un grupo
seleccionado.
En la parábola notamos varias situaciones:
1.
El sembrador:
Se habla de un sembrador que salió a sembrar. En este caso el sembrador es el Hijo y la
semilla sembrada es la Palabra de Dios y los terrenos somos nosotros. Ahora notemos que no
fue sembrado sobre terreno virgen, ya otro, el Padre, había sembrado en nosotros pre
existencialmente.
2.
La semilla:
No se nota que el sembrador haya usado diferentes semillas durante la siembra. Él usó la
misma semilla y en el proceso de siembra notamos que:
Como eran cuatro terrenos, la semilla, la Palabra, fue dividida en cuatro porciones, lo
cual proyecta el plan de Salvación, plan tierra, la promesa de salvación dada por Dios
desde tiempos eternos, pero ahora sembrada en cuatro evangelios.
Todos los terrenos fueron sembrados, lo cual indica que no quedará nadie sin recibir
la semilla, todos somos sembrados pero con diferentes resultados.
3.
El tipo de terreno es determinante para los resultados:
El terreno en que se siembra la semilla somos nosotros y en nosotros la semilla debe brotar y
dar fruto. Ahora bien, del tipo de terreno dependen los resultados y se notan los siguientes:
3.1
A orillas del camino: Mt 13:4,19
El primer terreno estaba a orillas del camino. Los que tienen este tipo de terreno son
aquellos admiradores de Cristo, que deciden quedarse en las orillas, fuera del camino.
Admiran a Cristo pero desde lejos. Dicen que sienten bien en la forma como viven y nunca
aceptan el plan de salvación.
Notemos que: Bartimeo estaba a orillas del camino, cuando Jesús pasó, se metió al camino y
como resultado volvió a ver.
3.2
En pedregales: Mt 13:5, 20, 21
Este terreno tiene piedras, normalmente son terrenos con una capa arable muy delgada, lo
cual indica superficialidad.
Estos terrenos reciben la semilla con gozo en el alma, se les habla de Cristo y lo reciben bien,
son muy entusiastas y participan toman parte en la congregación. Pero su participación
realmente es superficial, no tienen tierra profunda, posiblemente sus convencimientos no
pasan del diente al labio.
Pero al momento de dar testimonio de la Palabra viva en ellos, y al ver las vanidades de la
vida, como la Palabra no está profundamente en ellos, caen y se secan.
3.3
Sobre espinos: Mt 13:7,22
Estos terrenos reciben bien la semilla, la cual brota, pero como tienen espinos, viven entre
tantas preocupaciones, que finalmente ahogan la semilla brotada.
3.4
La tierra buena: Mt.13:8,22
La tierra buena es la que recibe bien la semilla, la cual brota y produce frutos. Fructificar
quiere decir cambio de vida.
Ahora bien notemos que:
.
La misma semilla presenta diferencias en la fructificación: La semilla sembrada es la
misma, sin embargo, encontramos tres niveles de fructificación mencionados por el
Señor en orden descendente, cien, sesenta y treinta, Él ve primero los que dan mas
fruto, posiblemente aquellos que tienen cambios espirituales mas profundos en su
vida.
.
La cantidad de fruto depende del terreno: Si la semilla es la misma, seguramente la
misma tierra buena tiene diferencias. Esto es, que los frutos que produzcamos en el
Señor dependen de cada quien, de su empeño personal en el reino.
4.
Recomendaciones:
Tomando ejemplo de la naturaleza, vale la pena saber como hacer producir nuestro propio
terreno, buscando la máxima producción, tomando en cuenta que la semilla ya está y que la
cosecha depende de los trabajos que se realicen en el terreno:
4.1
Colocación de metas: Es lo primero que se hace. En este caso debemos tomar en
cuenta que el ciclo de cultivo, nuestra vida, tiene una duración limitada, la cual no
sabemos. Por lo tanto, debemos buscar que nuestros frutos estén presentes
diariamente.
4.2
Cuidado de la siembra: La Palabra sembrada, Palabra de Salvación debe ser cuidada
con temor y temblor. Para ello debe procurársele varios cuidados.
Riego: es la oración.
Abono: es la Palabra.
Limpias y paso de cultivadora: para quitar las malezas y remover la tierra para
favorecer el recubrimiento de las raíces. Esto es la ministración.
II.
EL TRIGO Y LA CIZAÑA
El trigo y la cizaña son dos plantas que se parecen mucho, de hecho, en toda su etapa de
crecimiento vegetativo es un poco difícil de distinguirlas. Para ello debe esperarse el
momento de fructificación, porque no hay árbol bueno que de frutos malos, ni árbol malo
que dé frutos buenos Mt 7:16-17. Al momento de evidenciarse el fruto de ambos, se sabe
con certeza si lo que tenemos es trigo para cosechar, o es cizaña para quemar.
Esta segunda parábola del reino también corresponde a una de nuestras etapas en el
proceso de edificación del reino de Dios.
En ella notamos lo siguiente:
1.
El hombre que siembra y el campo: Mt 13:24
El hombre que siembra es el Hijo del Hombre y el campo es el mundo, en el cual notamos
que caen dos clases de semilla:
.
La buena semilla: En este caso, los hijos del Hijo, granos de trigo, sembrados en el
mundo para reproducir en nosotros la imagen del Hijo de Dios, Cristo Jesús.
Notemos que el trigo, cuando fue sembrado ya era trigo solo que en grano, no se
volvió trigo en el campo.
.
La mala semilla: En este caso, los falsos hermanos, hijos del malo, los cuales
finalmente se parecerán a su padre. Note que la cizaña fue sembrada cizaña, solo que
en grano, venía cizaña.
Ambas simientes compiten viviendo en el mismo campo, obstaculizándose una a otra sus
mutuas actividades, el trigo para ser trigo y la cizaña para ser cizaña.
2.
El enemigo siembra su semilla: Mt 13:25.
En la parábola hay hombres, siervos y segadores. Los hombres se notan durante la siembra,
en una de cuyas etapas se duermen. A esto corresponde el hecho de que nos damos cuenta
del momento en que el enemigo viene y siembra su simiente, es como si estuviéramos
dormidos.
Como hombres limitados en nuestra naturaleza actual, siempre llegará el momento en que
dormidos no nos demos cuenta que en el campo está siendo sembrada también cizaña.
3.
Aparece la cizaña: Mt 13:26.
Esto indica que durante su crecimiento están juntos, no distinguiéndose cual es el trigo y cual
la cizaña.
Cuando el verdadero hijo empieza a fructificar se evidencia también la cizaña, no antes. Es
que al diablo le interesa estorbar cuando ya ha nacido el fruto.
3.1
El fruto del trigo:
Es un alimento delicioso cuando está tostado y sirve para la harina con que se hace el pan. Es
un fruto delicioso en la congregación, con las siguientes propiedades:
Amor para el hermano e implícitamente para Dios, testificando con esto que es un
verdadero conocedor de Dios.
Paciencia, bondad, sin jactancia, ni arrogancia, decoroso, tolerante, que perdona, ve
primero por los demás, se alegra con la verdad, todo lo sufre, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta, nunca pasa 1Cor 13:4-8.
3.2
El fruto de la cizaña:
La harina obtenida de su fruto es vomitiva y en su grano crece un hongo que al mezclarse con
la harina de trigo la vuelven amarga y venenosa. El fruto de la cizaña se distingue porque:
No puede amar al hermano 1Jn 2: 11 y mucho menos a Dios a quien desconoce.
Es inmoral, impuro, sensual, idólatra, le gusta la hechicería, pleitos, celos, enojos,
rivalidades, disensiones, sectarismos, envidias, borracheras, orgía y cosas semejantes,
con cuyas características nunca entrará al granero de nuestro Padre Celestial Gal
5:19-21.
4.
Los siervos: Mt 13:27
No son los hombres sino los siervos, los ministros, quienes se dan cuenta que en el campo
fue sembrada cizaña. Esto proyecta dos situaciones:
Solamente el ministro distingue cual es trigo y cual es cizaña, cuando aún ambos están
creciendo, pero ya tienen frutos.
Los ministros son especialmente los que distinguen el trigo de la cizaña por
discernimiento.
5.
Cuidando el trigo: Mt 13:29.
Hay varias razones para no cortar la cizaña:
Trigo y cizaña tienen raíces que se entremezclan en la tierra. Estos son intereses
conjuntos entre hermanos verdaderos y falsos, situaciones reñidas con la Palabra de
Dios y que por lo tanto debieran cortarse.
El trigo inmaduro se confunde con la cizaña que no da fruto.
La espiga de trigo aún no llena se confunde con el fruto de la cizaña.
6.
Creciendo juntos: Mt.13:30
La parábola evidencia una siega o corte final, que será realizada por los segadores, los
ángeles, al final de los tiempos, para lo cual primero será recogida y atada la cizaña y luego el
trigo llevado al granero.
Descargar