LOS DIOSES OLÍMPICOS - IES Arucas

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ZEUS Y SUS HIJOS OLÍMPICOS
1.- CARACTERÍSTICAS GENERALES.
Reciben el nombre de Dioses Olímpicos un grupo de divinidades que residen en la
cima del Monte Olimpo en el norte de Tesalia. Estos dioses griegos se definen por sus
relaciones mutuas dentro de una sociedad que es, fundamentalmente, la de una familia
patriarcal.
Estos dioses existen para siempre, pero no desde siempre, ya que han tenido un
origen y sus figuras están encuadradas en un esquema genealógico. Así pues, la
eternidad de los dioses debe entenderse en el sentido de “ser para siempre” que
desconoce la muerte y la corrupción de la carne, aunque pertenecen a distintas
generaciones y se han quedado fijados en una determinada edad en relación de unos con
otros.
De este modo, a Zeus se le da el epíteto de “Padre de hombres y dioses” no porque
sea un progenitor universal, sino porque dentro de la familia de los Olímpicos ocupa ese
papel, es decir, es el señor de la casa y un padre poderoso que ejerce su autoridad. A su
lado están otros miembros de su misma generación, la de los hijos de los Titanes Crono y
Rea. Así Hera es su esposa legítima, la señora de la casa y la que comparte el trono
gracias a su matrimonio con Zeus, su hermano y esposo. Poseidón y Hades comparten el
poder con Zeus tras repartir éste el mundo, después de haber vencido a los Titanes. De
esta forma, Poseidón es el soberano de los mares y de las zonas subterráneas, mientras
que Hades es el soberano de las sombras y de los muertos. Por otro lado, Deméter es la
protectora de las cosechas y de la agricultura, Hestía es la encargada de guardar el fuego
del hogar, etc.
Así pues, la distribución de competencias y poderes de los dioses de esta primera
generación olímpica está claramente trazada como también lo está la distribución de
funciones entre los dioses de la segunda generación. De este modo, el ámbito familiar
viene bien para acoger a todos estos dioses que, a veces, pueden enfrentarse por culpa
de los seres humanos, pero que mantienen un equilibrio hecho sobre contrastes.
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2.- ZEUS.
2.a.- Características generales.
Es el primero de los dioses por su poder y su saber. Por encima de todos los demás
ejerce su función de “Padre” protector de dioses y mortales. Le pertenece por conquista y
por su dignidad la soberanía del cielo, que obtuvo tras el reparto de dominios con sus
hermanos Poseidón y Hades. En las luchas por esa soberanía, después de abatir a su
padre Crono, tuvo que someter a los Titanes y a los Gigantes y más tarde al monstruoso
Tifón. Por otro lado, con su asentamiento en el trono celeste ha establecido el orden
cósmico que existirá para siempre. Así pues presenta como dios las siguientes
características generales:
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Es un monarca providente que escucha a sus súbditos y que representa la justicia,
pues resuelve los conflictos e impone sus designios, que son de eterno
cumplimineto. Por eso el único pecado que no perdona a los mortales es la
soberbia o creerse superior a los demás.
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Entre sus poderes destaca la posesión del rayo, arma decisiva que para él forjaron
los Cíclopes Brontes, Estéropes y Arges.
-
Su animal emblemático es el águila soberana y solitaria.
-
Se deja llevar frecuentemente por sus fuertes apetencias eróticas, que han
acabado unas veces en matrimonios con diversas diosas (siempre monógamos,
pues no existe la poligamia en la mitología griega), otras muchas veces en
aventuras ilegítimas tanto con diosas como con mujeres mortales y una única vez
en un amor homosexual con Ganimedes.
-
Por todo lo anterior, es el padre de una infinidad de hijos, de los que son dioses los
que tienen una madre diosa (Ares, Atenea) y son mortales los que tienen una
madre mortal (Helena, Perseo, Hércules, etc). De este modo, la mayoría de las
casas reales griegas lo tendrán como lejano antepasado y en la Ilíada de Homero
se le califica como “pastor de reyes”.
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2.b.- Los matrimonios de Zeus.
Zeus se casó en siete ocasiones diferentes con distintas diosas. A continuación se
detallan cada uno de estos matrimonios y el resultado de los mismos:
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Con la Oceánide Metis (Prudencia) tuvo a la diosa Atenea.
-
Con la Titánide Temis (Equidad) tuvo:
- a las 3 Parcas, regulan la duración de la vida con ayuda de un hilo que
una hilaba, otra enrollaba y la tercera cortaba.
- a las 3 Horas, que representan el buen gobierno (Eunomía), la justicia
(Dice) y la paz (Irene) respectivamente.
-
Con la Oceánide Eurínome tuvo a las 3 Gracias (Aglaya, Eufrósine y Talía), que
simbolizan todos los encantos, belleza y atractivos y que se suelen asociar a las
Musas, especialmente en poesía.
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Con su hermana Deméter tuvo a Perséfone.
-
Con la Titánide Mnemósine (Memoria) tuvo a las 9 Musas. Zeus yació con
Mnemósine durante nueve noches seguidas y ésta dio a luz en un mismo parto a
las nueve Musas, que favorecen las artes y las actividades de la mente y del
espíritu. Se las asocia con Apolo por lo que una de sus residencias habituales es
el monte Parnaso cerca de Delfos.
-
Con Leto (hija del Titán Ceo y la Titánide Febe) tuvo a los gemelos flechadores
Apolo y Ártemis.
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Con su hermana Hera se casará definitivamente después de derrotar a Crono y a
sus aliados, aunque en numerosas ocasiones le será infiel. De este modo Hera se
convertirá en un modelo de castidad conyugal y protectora, por ello, de la fidelidad
del matrimonio humano. Sin embargo, Hera, al no poder vergarse contra su
marido, lo hará siempre contra las amantes y los hijos ilegítimos de éste. Así pues
de la unión de Zeus y Hera nacerán:
- Hebe, diosa de la juventud, que puede concedérsela a los niños para
hacerlos adultos o a los viejos. Cuando Hércules asciende al Olimpo para
convertirse en un dios se casa con él.
- Ilitía, diosa protectora de los partos, que puede adelantar o retrasar tal y
como hizo con los nacimientos de Euristeo y de Hércules.
- Ares.
- Hefesto, que propiamente no es hijo de Zeus, pues Hera lo tuvo por
generación espontánea.
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2.c.- Algunas infidelidades de Zeus.
Las infidelidades de Zeus se pueden dividir en dos grupos: las que cometió con otras
diosas y las que tuvo con mujeres mortales. A continuación se nombran a las amantes y a
los hijos de éstas más importantes:
A) descendencia no legítima con otras diosas:
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con la Pléyade Maya (hija de Atlas y la Oceánide Pleíone) tuvo a Hermes.
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con otras Pléyades tuvo los siguientes hijos mortales:
- con Electra tuvo a Dárdano (fundador de Troya) y a Harmonía (la
esposa de Cadmo, el fundador de Tebas)
- con Pluto (Riqueza) tuvo a Tántalo, del que descienden los Atridas.
- con Taígete tuvo a Lacedemón, fundador de Esparta.
B) descendencia no legítima con mujeres mortales:
- con Alcmena tuvo a Heracles (Hércules), que posteriormente será divinizado.
- con Sémele tuvo a Dionisos, que también será divinizado.
- con Dánae tuvo a Perseo, fundador de Micenas.
- con Protogenía (hija de Deucalión y Pirra) tuvo a Aetlio, que dará nombre a Etolia.
- con Egina (hija de Éaco y Endeis) tuvo a Peleo, el padre de Aquiles.
- con Europa tuvo a Minos, rey de Creta, a Sarpedón y a Radamantis.
- con Leda tuvo a Helena y a Pólux.
- con Níobe tuvo a Argo, el fundador de Argos.
- y un largísimo etc.
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3.- ATENEA (MINERVA).
Atenea es hija de Zeus y de la Oceánide Metis (Prudencia ò Sabiduría). Cuando Metis
está embarazada, Gea y Urano le comunican a Zeus que, si su esposa queda en cinta por
segunda vez, el Destino tiene dispuesto que engendre un varón que le destronará para
reinar sobre todos los dioses. Por este motivo, para impedir el cumplimiento de dicha
profecía, Zeus devora a su esposa Metis cuando a ésta le queda poco para dar a luz, por
lo que Atenea prosigue su gestación en el interior de su padre, concretamente en su
cabeza. Finalmente, cuando le llega el momento de nacer, Prometeo (Hefesto en otras
versiones) le propina un fuerte golpe a Zeus en la cabeza, tras el cual nace Atenea, bella
y belicosa, completamente adulta y armada de pies a cabeza.
Las principales características de Atenea son:
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es una diosa virginal, pero belicosa,
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protege a los reyes y a los grandes guerreros (Perseo, Hércules, Ulises, etc.),
animándoles en la lucha y en el respeto al enemigo,
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patrocina también la inteligencia y las artes manuales,
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pero, sobre todo, es la defensora de la ciudad que lleva su nombre: Atenas.
El origen de la protección de Atenea sobre Atenas está contado en el mito de la
disputa entre ésta y Poseidón. Así pues, ambos dioses aspiraban a la posesión del Ática y
cada uno le otorgó a sus habitantes un don: Poseidón golpeó con su tridente una roca de
la Acrópolis de Atenas y de ella hizo brotar un mar; Atenea, por su parte, hizo crecer un
olivo. Tanto el agua como el olivo se enseñaban a los turistas como reliquias todavía en el
siglo II d.C. Para resolver este pleito, Zeus nombró varios jueces (unas versiones
mencionan los nombres de varios reyes legendarios de la ciudad; otras a los propios
Dioses Olímpicos), que fallaron en favor de Atenea. Poseidón se irritó enormemente e
inundó toda la región, aunque posteriormente se le rindieron también los máximos
honores.
A Atenea se la representa con casco, armadura, escudo y lanza, y su símbolo es la
lechuza, que desde entonces simbolizará también la inteligencia.
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4.- Perséfone (Proserpina) y Deméter (Ceres).
Perséfone es hija de Zeus con su cuarta esposa, Deméter, diosa de la agricultura, de
la fertilidad de los campos y también hermana del rey del Olimpo. Madre e hija eran objeto
de veneración en el santuario de Eleusis, ciudad próxima a Atenas, en la que se
celebraban “los misterios eleusinos”, que eran unos ritos ocultos dedicados a ambas
diosas y de los que tenemos noticias a través de fuentes indirectas.
Perséfone destaca por ser la reina del Hades. En efecto, se encontraba ésta
recogiendo flores en una pradera, cuando Hades, tío suyo y hermano de Zeus y de
Deméter, surge inesperadamente de la tierra, ya que era el rey del mundo subterráneo, y
rapta a la joven, llevándosela consigo a las profundidades de su reino. Su madre Deméter
recorre el mundo entero buscándola incesantemente, pero no consigue encontrarla. Así
pues, la representación procesional de dicha búsqueda se convertirá en el núcleo central
de los misterios de Eleusis.
Finalmente, el Sol comunica a Deméter el paradero de su hija y ésta, al enterarse de
que Zeus ha consentido en que se produzca el rapto, toma la figura de una mujer anciana
y, tras vagar por el mundo, se sienta junto a un pozo de la ciudad de Eleusis. Allí una
anciana alegra momentáneamente a la diosa con sus chistes, por lo que ésta decide
establecerse en la ciudad y ordena al rey de la misma que le construya un templo junto al
pozo Calicoro. A continuación, para presionar a su esposo Zeus y obligarle a que exija a
Hades la devolución de Perséfone, se niega a volver al Olimpo e impide que las semillas
germinen, por lo que los seres humanos empiezan a pasar hambre y a morir.
Ante esta situación, Zeus ordena a Hades que libere a Perséfone y éste cumple la
orden de su hermano, no sin antes dar de comer a su amada una granada con lo que ésta
ya no podrá abandonar nunca de manera definitiva su reino, pues nadie puede abandonar
el Hades si ha comido alguno de sus frutos. Ante esta situación, Hades y Deméter llegan
al acuerdo de que Perséfone viva con su madre la mitad del año y la otra mitad con su
esposo, con lo que se explica mediante este mito el cambio de las estaciones del año.
Primavera y verano son estaciones fértiles porque Deméter está contenta con la
compañía de su hija, mientras que el otoño y el invierno son estaciones estériles porque
Deméter está triste al estar Perséfone con su marido lejos de ella.
Los atributos de Deméter son la hoz y un manojo de espigas de trigo y de amapolas.
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5.- APOLO Y ÁRTEMIS (DIANA).
Zeus engendró en su prima Leto ó Latona, su sexta esposa, a los gemelos
flechadores Apolo y Ártemis. Cuando Latona estaba en cinta, Zeus la abandona por Hera
y ésta, al aproximarse la hora del parto, prohibe que ningún lugar en la Tierra le diese
acogida. Sin embargo, Poseidón, se apiadó de ella y la llevó a una isla flotante y árida
que había en mitad del Mediterráneo; allí levantó una ola gigantesca que cubrió toda
la isla con una bóveda de agua, ocultándola de la luz del sol y Latona pudo
alumbrar a sus hijos. Como agradecimiento a partir de entonces aquella isla
flotante y árida quedó fijada al fondo del mar, fue muy fértil y se llamó Delos, que
significa "la brillante" por haber sido la cuna de Apolo, el dios de la luz.
Así pues, durante el parto nace primero Ártemis, completamente adulta, y luego ésta
ayuda a su madre para que pueda nacer también su hermano Apolo, por lo que, además
de Ilitía, estos dos gemelos también ayudarán en los alumbramientos humanos.
Posteriormente, los dioses hicieron varios regalos al pequeño dios, pero el que más
agradeció Apolo fue el arco y las flechas que le fabricó Hefesto, el divino herrero,
porque serían su atributo más característico, como lo fueron también de su hermana
Artemis, una experta arquera. Sin embargo, Ártemis se convierte en una diosa
cazadora, mientras que su hermano causa con ellas las enfermedades y la muerte.
La primera hazaña de Apolo al poco de nacer es la de dar muerte con sus poderosas
flechas y con la ayuda de su hermana Ártemis a la serpiente Pitón, que era hija de Gea y
que en los comienzos desempeñaba labores proféticas en Delfos, al pie del Monte
Parnaso. Esta es la principal razón de que Apolo, tras su victoria, fije en ese lugar su
santuario más importante desde donde continuará la tradición de revelar el futuro. Así
pues, desde su santuario se difunde por todo el mundo antiguo el enorme prestigio de sus
oráculos, revelados por la Pitia, la pitonisa que transmite las indicaciones del dios tras
entrar en trance por el consumo de plantas alucinógenas. Allí se elevaba el gran templo
del dios, al que acudían gentes de todas partes a pedir consejo, incluso de fuera de
Grecia. En este santuario de Delfos se celebraban también los Juegos Píticos en su
honor, que tras los Olímpicos eran los más importantes de Grecia. Finalmente hay que
destacar que Apolo comparte Delfos con su hermanastro Dionisos, ya que en invierno se
lo cede para que le rindan culto las Ménades.
Pero a Apolo, más que por sus dotes adivinatorias, se le conoce por su
condición de dios de las artes y, especialmente, de la música. Acompañado siempre
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por las Musas (que eran nueve y protegían las distintas facetas de las artes), solía
celebrar animadas reuniones en el Olimpo y también en el monte Parnaso. El
instrumento preferido de Apolo era la lira, que había sido un regalo de su pequeño
y travieso hermano Hermes y, desde el primer momento, demostró una gran
habilidad en su ejecución. Sus armónicas melodías agradaban a todo el que las oía
y el orgulloso dios no consentía que nadie se atreviese a compararse con él; si
alguien lo hacía, se arriesgaba a soportar crueles castigos. El sátiro Marsias que
tocaba muy bien la flauta se atrevió a desafiar a Apolo; el dios aceptó el desafío con
la condición de que el vencedor hiciera lo que quisiera con el vencido; venció Apolo
y castigó a Marsias a ser despellejado vivo.
Apolo es también el patrón de la colonización del Mediterráneo y del Mar Negro, ya
que desde Delfos ofrece su bendición a las empresas audaces de los navegantes y
colonos que van a fundar nuevas ciudades. Por otro lado, Apolo representa la luz y fue
adorado como dios solar en sustitución de Helios, el primitivo dios del sol, de este modo
conducía cada día con sus bravos caballos el carro del sol por el firmamento a la
distancia exacta de la tierra para que no la quemara y le diera el calor suficiente.
Por último, hay que destacar que, en contraposición con Dionisos, se le representa en
los mitos como un dios sereno, claro y distante, que evita las emociones extremas,
aunque también es orgulloso por ser el más bello de todos los dioses y representa la
belleza masculina; todavía la palabra "apolíneo" se utiliza cuando se quiere hacer
referencia a un hombre muy hermoso.
Sin embargo, Apolo fue bastante desdichado en sus amores. La ninfa Dafne prefirió
convertirse en laurel antes que unirse a él. La ninfa Castalia también prefirió ahogarse en
la fuente que lleva su nombre a la entrada de Delfos. Por otro lado, la troyana Casandra
prefirió mantenerse virgen y no cedió ante el deseo de Apolo, por lo que éste la castigó
con el don de la profecía, pero sin que le creyese nadie. A su amado Jacinto lo mató
accidentalmente al golpearle en la nuca mientras se ejercitaba con el disco y a la ninfa
Corónice también la mató, estando embarazada de su hijo Asclepio, aunque esta vez en
venganza por haberle traicionado con un humano. Así pues, aunque evita las emociones
extremas es también bastante vengativo, como hemos visto en el caso de Corónice y
como hizo contra el propio Zeus, cuando el rey de los dioses fulminó con un rayo a
Asclepio, el dios de la medicina, por haber resucitado a un muerto. Apolo como venganza
dio muerte a los cíclopes que fabricaban las armas de Zeus, por lo que éste lo castigó
obligándolo a servir como esclavo en la casa del mortal Admeto en el reino de Feras.
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Ártemis es, por su parte, una diosa virgen inviolada e inviolable, que mantiene su
doncellez como un privilegio otorgado por su padre. Sin embargo, en comparación con
Atenea, su belleza es exultante, agreste e incluso eróticamente atractiva.
Como divinidad casta es protectora de las muchachas en la pubertad y en algunos
momentos decisivos de sus vidas como en las bodas y en los partos. Sin embargo, es,
sobre todo, la protectora de los animales salvajes, a los que protege con un cortejo de
ninfas y paseando por los bosques en un carro tirado por cuatro ciervos. Así pues, evita el
Olimpo para refugiarse en lo más profundo de los bosques.
Los mitos la representan como una diosa vengativa. Así, además de matar a la
serpiente Pitón, juntamente con Apolo, uno de sus primeros actos fue vengar la ofensa
que Níobe le había hecho a su madre. Níobe, hija de Tántalo, se consideraba superior a
Latona porque había tenido muchos hijos e hijas; Ártemis, para castigarla mata a todas
las hijas y Apolo a todos los hijos. En otra ocasión convirtió en ciervo al cazador Acteón
e hizo que fuese devorado por sus propios perros, como represalia por haber visto
desnudas, mientras se bañaban en el bosque, a la propia diosa y a sus ninfas. Por otro
lado, exigió del rey Agamenón el sacrificio de su propia hija, Ifigenia, porque había
matado una cierva en su santuario de Aulis y éste había dicho "¡Ni la propia Artemis
podría haberla matado así!", aunque otra versión del mito cuenta que la diosa se
compadeció de Ifigenia, la cogió del altar cuando iba a ser sacrificada y la llevó a
Táuride donde la convirtió en su sacerdotisa. También mata con un jabalí a Adonis,
el protegido de Afrodita, por haber estado ésta implicada en la muerte de su devoto
Hipólito. También era absolutamente inflexible con la castidad y virginidad de sus
ninfas: a Calisto, que había sido seducida por el mismo Zeus, la convierte, quizás
alentada también por Hera, en osa, provocando que el propio hijo de Calisto
estuviese a punto de matarla porque era un gran cazador; en este momento Zeus se
compadece de los dos, los lleva al cielo convirtiéndolos en Osa Mayor y Osa
Menor.
Igual que Apolo fue identificado con Helio, dios del sol, se identificó a Artemis con
la diosa de la luna, Selene, y por tanto todas las leyendas que se contaban de Selene
pasan a ser propias de Artemis. Este es el caso de Endimión, un joven pastor tan
hermoso que Selene se enamoró de él y lo cubrió de besos mientras dormía; el joven
no se despertó nunca y duerme eternamente en la ladera de una montaña, mientras la
diosa lo visita noche tras noche.
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6.- ARES (MARTE).
Ares es hijo de Zeus y de Hera, su última esposa, aunque no goza del afecto de su
padre ni de casi ninguno de los demás Olímpicos. Es el dios de la guerra, de la fuerza
bruta, feroz y sanguinario, pero torpe y sin inteligencia, ni siquiera para guerrear bien. Por
este motivo es vencido frecuentemente por Atenea, que representa la inteligencia y la
táctica guerreras. Así, en La Ilíada Atenea lo derriba golpeándolo con una roca y, en otra
ocasión, el héroe Diomedes, ayudado también por esta diosa, le asesta un lanzazo en el
vientre del que brota sangre y que lo deja mal herido.
Sin embargo, Ares es amado por Afrodita, la diosa más bella del Olimpo, ya que,
pese a su anteriores defectos, era muy bello. Afrodita estaba casada con Hefesto por
mandato de Zeus, aunque su marido era el dios más feo de todos, estaba siempre sucio
de carbón y era cojo, por esta razón, Afrodita le fue infiel en numerosas ocasiones,
especialmente con Ares, que se convirtió en su amante más estable. Sin embargo, llegó
el día en que Hefesto los descubrió y para ponerles en evidencia hizo como que no se
enteraba de nada mientras en su fragua fabricaba una red muy fina casi invisible. Cuando
la tuvo terminada, se acercó con sigilo a los enamorados y los enredó de tal forma con ella
que no pudieron soltarse. Entonces llamó a los demás dioses para que acudieran a ver la
escena y castigaran aquella traición, pero los habitantes del Olimpo, en lugar de pedir
venganza para el pobre Hefesto, encontraron la situación tan divertida que empezaron a
reír sin parar y los amantes, aprovechando el revuelo, se marcharon cada uno por su lado.
De la unión de Ares y Afrodita nacieron varios hijos: Eros, dios del amor deseado, y
Anteros, del amor correspondido; Dimo, “el terror”, y Fobo, “el miedo”; además de una
hija que equilibraba los caracteres tan opuestos de sus padres, Harmonía, que, por esto,
quedó siempre como el símbolo de la concordancia entre contrarios. De todos estos
hijos, el más famoso fue Eros, llamado en latín Cupido, y que era un niño travieso y
caprichoso, aunque tan encantador que todo el mundo lo quería. Estaba muy
acostumbrado a hacer lo que le venía en gana y a disparar sus peligrosas flechas donde le
apetecía y sin reparar mucho en las consecuencias, ya que con unas clavaba el deseo y la
pasión y con otras el desdén.
Finalmente, Ares es también el padre de las Amazonas, pueblo de mujeres guerreras
que vivían solas y que sólo se acercaban a sus vecinos para tener descendencia, criando
unicamente a las hembras. Estas mujeres se caracterizaban por ser belicosas, hábiles
jinetes y arqueras; su nombre se interpreta como “las sin pecho” (ἀ-μαζός).
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7.- HEFESTO (VULCANO).
Es hijo de Zeus y Hera, pero a veces se dice que fue engendrado por Hera sola, que
estaba envidiosa porque Zeus había alumbrado a Atenea.
Es un dios cojo y de este defecto se daban varias explicaciones. La más frecuente es
que, durante una pelea entre Zeus y Hera sobre Heracles, Hefesto salió en defensa de
su madre y entonces Zeus lo cogió por un pie, lo lanzó fuera del Olimpo y estuvo
cayendo durante un día entero hasta que aterrizó en la isla de Lemnos, de ahí que fuese
en esta isla donde se encontraba su templo más importante. Según otra explicación,
nació ya cojo y su madre avergonzada lo arrojó desde lo alto del Olimpo, entonces fue
recogido por Tetis y Eurínome que lo criaronn ayudadas por las ninfas y a quienes
Hefesto hará muchas joyas y regalos. Posteriormente, para vengarse de su madre
construye un trono de oro y se lo envía a Hera, pero en cuanto se sienta en él, su madre
queda sujeta al trono sin posibilidad de liberarse, pues sólo Hefesto podía liberarla.
Entonces los dioses encargaron a Dioniso, gran amigo de Hefesto, que le convenciera, y
éste lo hace emborrachándolo y llevándoselo montado en un asno al Olimpo, donde fue
aceptado como dios después de desatar a su madre.
Es el dios de los metales y la metalurgia; reina sobre los volcanes, que son sus
talleres, y en ellos trabaja cοn sus ayudantes, los Cíclopes. Con los Cíclopes es el
encargado de proveer a los dioses y a los héroes de todos sus instrumentos: fabrica los
rayos para Zeus, construyó el tridente de Posidón, el carro de Apolo, las flechas de
Artemis...; prepara las armas para Atenea, construye por encargo de Tetis las armas para
su hijo Aquiles, fabrica la diadema de Hera, como símbolo de diosa suprema, etc. Es,
además, un inventor para quien ningún artilugio es imposible como lo demostró con el
trono de Hera y también cuando fabricó una red invisible de oro con la que aprisionó a
su mujer, Afrodita, y a su amante, Ares, mientras hacían el amor. Participó también en la
creación de Pandora, cuyo cuerpo modeló con barro. Es, por tanto, el dios del fuego y se
le suele representar en su fragua con el martillo y el yunque, patrono de la metalurgia y
de los artesanos que a ella se dedican.
Estuvo casado con Afrodita y, aunque fue un matrimonio lleno de infidelidades
porque ésta no lo amaba, él nο quiso separarse de la diosa. La tradición le atribuye varios
hijos, ninguno de ellos con Afrodita, siendo el más famoso de todos Erictonio, primer rey
de Atenas, que nació del semen de Hefesto rechazado por Atenea, engendrado en la
tierra y luego criado en la Acrópolis.
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8.- HERMES (MERCURIO).
Es hijo de Zeus y de la Atlántide Maya que lo dio a luz en el monte Cilene en Arcadia.
Allí se convierte en una divinidad pastoril que protege el ganado y que inventa la flauta
para que los pastores se entretengan mientras cuidan los rebaños.
Su representación más habitual consiste en una piedra cuadrada decorada con un
falo erecto y coronada con el busto del dios barbado, que se situaba en las encrucijadas o
ante una casa para atraer la suerte, pues también es el dios de la magia y de las
ganancias inesperadas, pues propicia los juegos de azar. También se le representa como
un joven esbelto y ágil, que protege a los deportistas en las competiciones deportivas y
que lleva unas sandalias aladas, un gorro de viaje y en la mano empuña el bastón de
mensajero o caduceo, que también emplea como varita mágica: este bastón, con dos
serpientes enroscadas en él, fue considerado un símbolo de paz.
Así pues, su principal función es la de ser mensajero de los dioses y protector de
los que realizan este trabajo, así como de los heraldos y de los traductores. De este
modo, Zeus lo envía a prevenir a Ulises contra los hechizos de Circe y también lo envía a
la isla de Calipso para que lo libere; también lleva a las tres diosas ante Paris para que
éste juzgue quién era la más bella: es él quien llevó a Dioniso niño ante las Ninfas
para que éstas lo cuidasen; quien bajó a Pandora con su caja a la tierra para que
fuese la perdición de los hombres, etc. Por otro lado, también actuaba como
mensajero de Hades, y procuraba avisar con dulzura a quienes tocaba realizar el
último viaje; por esta función se le daba el nombre de Hermes Psicopompo.
De entre las misiones encargadas por Zeus destaca la de la recuperación de
la princesa Ío, a la que el rey de los dioses convirtió en ternera para que Hera no
le descubriera. Sin embargo, la recelosa esposa, sospechando algo raro, decidió
custodiar a la “vaca” con Argo, un gigante de cien ojos, que nunca dormía del
todo, ya que cuando descansaba sólo la mitad de sus ojos se cerraban. Así pues,
cuando Argos estaba dormido, Hermes consigue con su caduceo que también
cierre los otros cincuenta ojos y aprovecha ese momento para darle muerte,
liberar a Ío, pero no puede devolverle la forma humana, porque Hera descubre la
treta de Hermes y envía un tábano que ataca a la “ternera” y la hace huir
despavorida.
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Además de esto, es el dios de la habilidad y de la astucia rápida. Así, en el mismo día
de su nacimiento, viendo que Apolo guardaba un rebaño de vacas sagradas,
decidió robárselas, pero se puso las sandalias al revés y fue dejando huellas que
marcaban el camino contrario al que él había seguido. Cuando llegó a la cabaña
donde había tenido lugar su nacimiento, escondió el ganado e inventó un nuevo
instrumento musical: la lira, que fabricó con un caparazón de tortuga. Apolo,
mediante sus dones adivinatorios, suρο quién le había robado el ganado, y corrió a
buscar al ladrón: la madre, desconsolada, insistía en que era imposible que el
niño pudiera haber hechο eso. Pero Apolo, que conocía la verdad, cogió al
pequeño y lo subió al Olimpo para presentar sus quejas ante Zeus. El descaro del
pequeño hizo tanta gracia a Zeus que le perdonó. Por su parte, Apolo acabó
perdonándolo también, ya que Hermes le regaló la lira para compensarle por el robo.
Así pues, por su astucia y su capacidad de seducción con las palabras, es el protector de
los ladrones y de los comerciantes. Además, se le atribuyen multitud de inventos: la
astronomía, el alfabeto, la gimnasia, la escala musical y los pesos y medidas.
No se le conocen muchos amores, aunque destaca su relación con la diosa Afrodita
de la que nació un niño al que pusieron un nombre que era parte del de la madre y
parte del padre, Hermafrodito. Este muchacho, de gran belleza, mientras se bañaba
desnudo en una fuente, despertó la pasión de una ninfa, que no fue correspondida,
aunque se metió en el agua con él y le suplicó amor con infinitos besos y caricias. Así
pues, la ninfa pidió no separarse nunca de él y, entonces, los dos cuerpos se fundieron
en uno hasta formar un ser que era la suma de los dos, incluidos los dos sexos. Sus
padres, hicieron que esa fuente tuviera el poder de cambiar de sexo a quien
bebiera de sus aguas. Y así, actualmente, la palabra "hermafrodita" designa a los
seres vivos que reúnen los dos sexos: el caracol, por ejemplo, es uno de ellos.
Su hijo es el dios Pan, una divinidad agreste, mitad humano, mitad cabra, amigo de
faunos y sátiros, que persigue alegre a las ninfas y que toca su rústico caramillo. Pan es,
por tanto, hijo de Hermes y de Dríope, hija del rey de Arcadia Licaón. Cuando nació, su
madre se asustó ante el ser monstruoso que acababa de dar a luz, pero Hermes envolvió
al recién nacido en una piel de liebre y se lo llevó al Olimpo, donde lo mostró a los demás
dioses; al verlo, todos se regocijaron, particularmente Dioniso, que lo acogerá más tarde
en su cortejo. Y los dioses le pusieron el nombre de Pan, porque les alegró el corazón a
“todos”.
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9.- DIONISOS (BACO).
Su nombre más antiguo en griego es Διόνσσος, aunque también se le conoce con el
de Βάκτος, que dará a lugar a su nombre principal en latín, Bacchus, Baco en español.
Zeus se enamoró de Sémele, hija de Cadmo y de Harmonía, el fundador de la ciudad
de Tebas, y tras mantener con ella relaciones, la dejó en cinta de Dionisos. Cuando Hera
se enteró del adulterio, decidió vengarse a la vez de ambos amantes, para lo cual
convence a Sémele de que le pida a Zeus que se una a ella con la misma grandeza y los
mismos atributos con que lo hace con Hera. El incauto Zeus cae en la trampa, pues en el
ardor de su amorosa pasión le jura a Sémele por la laguna Estige que le dará lo que le
pida, por lo que ésta le demanda lo que le había aconsejado Hera. Así, el rey de los
dioses se ve obligado a cumplir su promesa y se le presenta lanzando rayos y truenos,
que para una diosa son inofensivos, pero letales para una mortal. Sin embargo, Zeus,
antes de que Sémele muera, le extrae el fruto aún nonato de su relación y se lo cose en el
muslo para que complete su gestación.
Así pues, nace Dionisos del muslo de Zeus y, a pesar de que su madre era una mujer
mortal, es considerado un dios desde su mismo nacimiento. A continuación, su padre se
lo entrega a Hermes y éste lo confía a Íno, hermana de Sémele, para que lo críe como si
fuera una niña, pero Hera enloquece a sus padres adoptivos y nuevamente Hermes tiene
que rescatarlo, conviertiéndolo esta vez en un cabrito y entregándoselo a unas ninfas.
Cuando Dionisos llega a la edad adulta, descubre el cultivo de la vid y se lo enseña a
los seres humanos, pero poco después lo encuentra Hera, que aún sigue resentida contra
él, y lo enloquece. En ese estado recorre varios países hasta que la diosa Cibeles lo
purifica, le enseña los rituales orgiásticos y le proporciona los instrumentos adecuados
para celebrarlos: la flauta, el tambor, las castañuelas, los platillos y el tirso. Después de
esto conquista la India y, a continuación, llega a Tracia donde el rey Licurgo hace
prisioneros a sus bacantes y sátiros. Sin embargo, Dionisos libera a sus seguidores y, tras
volverlo loco, hace que éste mate a su propio hijo y que luego lo maten a él los tracios.
Posteriormente, el dios llega a Tebas y allí obliga a todas las mujeres, incluídas sus tías, a
marchar al monte Citerón y a celebrar en él las Bacanales. Su primo Penteo, que era el
rey de la ciudad, acude al momte a impedir estos ritos, pero es despedazado por su
propia madre, Ágave, y sus tías, que lo confunden con un animal salvaje. Después de
estos acontecimientos, Dionisos baja al Hades y recupera a su madre Sémele, para luego
ascender ambos al Olimpo, donde residirán para siempre como dioses.
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Un mito bastante extendido considera a Ariadna su esposa, a la que salvó, tras
compadecerse de la muchacha que había sido abandonada por Teseo en la isla de
Naxos. Así pues, se enamoró de ella y se la llevó al Olimpo. Allí tuvieron como hijos a
Toante, Estáfilo, Enopión y Pepareto, de los que destaca Toante, que, siendo rey de la
isla de Lemnos, es salvado por su hija Hipsipila, cuando las mujeres matan a todos los
hombres antes de la llegada de los Argonautas.
Dionisos es, en esencia, el dios de la viña, del vino y del delirio místico. En Grecia, se
extendió por todas las ciudades el culto en su honor. Dioniso celebraba unos ritos
orgiásticos con un séquito muy numeroso: un grupo de ninfas de los bosques
llamadas Ménades o Bacantes, que bailaban
unas danzas desenfrenadas,
totalmente ebrias y fuera de sί; los Sátiros, una especie de divinidades parecidas al
dios Pan y que representaban los poderes fecundantes de la Naturaleza, y,
finalmente, el viejo y gordo Sileno, ayo del alegre Dioniso, a quien había criado y
acompañado en sus numerosos viajes. Todos estos personajes organizaban unas
fiestas desmesuradas, en las que no se ponían límites a la bebida, ni a la alegría, ni al
sexo, ni a los bailes... hasta acabar en una especie de locura colectiva.
Las fiestas que se celebraban en Grecia en honor a Dioniso, muy similares a estos
ritos, se llamaban Bacanales, que tuvieron gran aceptación entre el pueblo, que las
celebraba una vez al año con gran alegría. Parece ser que en la celebración de estas
fiestas, que incluían danzas, cantos y recitaciones en las que se narraban hist orias,
tuvo su origen el teatro. Los actores tenían a Dioniso corno su dios protector.
En época romana, los Misterios Dionisíacos penetraron en Italia, donde encontraron
una gran acogida entre las poblaciones poco civilizadas del centro y del sur del país. Sin
embargo, aunque el Senado prohibió las Bacanales, sus sectas místicas siguieron
guardando la tradición dionisíaca hasta bastante entrado el período imperial.
El símbolo de Dioniso era la vid, las hojas de pámpano y el mirto; normalmente era
llevado en un carro tirado por tigres o panteras en recuerdo de sus viajes por
Oriente.
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