Dos poemas - revista universidad de sonora

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REVISTA UNIVERSIDAD DE SONORA
Dos poemas
Sucede que en algunas ocasiones, muy de vez
en cuando, no llevo registro del suceso, ni
creo que merezca nota alguna
(a pesar de tal creencia escribo esto para decir
que:)
Algunas veces
El llanto es un desierto
Que me roba la humedad
Mientras me moja
El llanto en esas raras veces es arroyo mar
laguna río brisa lluvia soledad es pergamino
pútrido olor papel seco pétalo escupido
Pero es sólo a veces
Ya casi ni lo digo
anoche dejé de quererte
de improviso
ahora estoy como tortuga
liberada del caparazón
al descubierto
sin ese fardo encima
pero expuesta, desvalida
desde anoche
no tengo escudo
ya no te quiero más
Josefa Isabel Rojas
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IMAGINARIO
La voz viene del desierto
Para Luis Rey Moreno
La voz viene del desierto y trae
un paisaje alucinado en sus alas: un coralillo
escribiendo cartas de amor a sus muertos:
una pitaya en forma de corazón: unas manos-fuente que
reflejan una luna ausente: un zentzontle extraviado
en el delirio de sus arpegios: un crepúsculo-arco iris.
La voz se quiebra en la distancia y marca una ruta de senderos en un desierto
que se sueña en una cama de hielo con alondras fosforescentes alumbrando un laberinto
de sahuaros:
vigilantes silenciosos y robustos: anatomía de la resistencia: sangre
de un dios-diosa —o viceversa— proyectando sombras púrpuras sobre la blanca
piel de arena milenaria.
La voz viene de un desierto donde una asamblea de cachoras invoca unas cuantas
gotas de lluvia.
La voz cruza el océano y llega a otro desierto donde una estampida de canguros juega
carreras con un tren a toda marcha.
Mario Licón Cabrera
Sombras en el desierto
No puedo evitarlo. El desierto me pone nervioso. Tres o cuatro años cruzándolo y sigo sin
acostumbrarme a él. Es imposible. Temo las sombras en el desierto.
Cuando ella. Venía conmigo y todo era distinto. Breve viaje con sus palabras, con sus caricias. A fin de cuentas todo viaje, incluso el más largo, no es sino una suma de pequeños
pasos. Le repetía. ¿Y eso?, preguntaba. Lo leí en algún lado. Cuando venía conmigo yo era
brillante. Ella era mis pequeños pasos.
La vida como. Nunca nadie me ha preguntado cómo fue. Es extraño. O quizá lo más extraño
es que siempre he querido que me pregunten ¿Qué pasó? ¿Qué le pasó? Quiero contestar
que el desierto es un espejismo puro, una trampa, el rompecabezas que extraña una pieza.
Un accidente del tiempo. La vida, la vida juntos, fue como un accidente del tiempo. Breve.
Nada.
Si tan sólo. Regresar el tiempo. La posibilidad de volver atrás, de recorrer de nuevo esa
carretera, ese desierto con los sentidos todos. Evitar este destino de sombras. Mi desierto
en el alma.
Cada día. Es peor. Cada viaje es inicio y fin. Cada viaje es la memoria. El vértigo. Sigo viajando.
Derrotado por las sombras en el desierto.
Sylvia Aguilar Zéleny
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REVISTA UNIVERSIDAD DE SONORA
Poemas para sobrevivir en el desierto
1. Paradiso
De todo esto quedará para ti la memoria de un árbol
Hoja que se desprende para dejar el tacto gastado de raíz
Ausencia que habitamos con los huesos ennegrecidos por el fuego
Agua del torso, desnuda flexión del brazo que sostiene a la estatua
En espera del reino por venir, fluye tu gracia confundida con el oro
Al margen de la niebla, mi olvido es un relámpago
—equivoca
el sitio donde cae
He aquí los nombres comunes al invierno:
He aquí la canción del gavilán extasiado en la belleza
del Diluvio
Aforismos sobre Hermosillo
Sin sol, Hermosillo se desvanece en la oscuridad.
*
2. Palma sola
En esta palma sola cabe toda la lluvia, oscilación del fuego heracliteano
Esta palma resuena en las capas más nítidas del aire
Engendra y destruye paisajes con la idea del mar
Enuncia, bajo signos vitales, la existencia de un mundo anterior al lenguaje
Solitaria raíz volcada al pensamiento
esta palma se mece entre dos aguas
La frialdad de la aurora la baña; luz pura sin vibración de calor
Su presencia en la tarde lluviosa es un enigma
La conciencia no llega a descifrarla
Solamente la vemos transcurrir, dócilmente
Sin esta palma sola
el universo entero sería inhabitable
El sol coloca sus ojos en Hermosillo. Lo persuade para que su presencia llegue intacta a sus habitantes. Coloca su energía en el asfalto
y se proyecta con rudeza en los cristales. Avanza silenciosamente
por toda la ciudad para entrar a cualquier rincón en su papel de
guardián. Nadie se salva.
*
Hermosillo no construye barreras alrededor de la ciudad para defenderse del extranjero ni organiza ejércitos para cualquier tipo de
guerra. El arma que utiliza para defenderse de sus enemigos es el
sol.
*
3. Apocalipsis cum María Zambrano
De toda ruina emerge algo divino, de toda connotación del verbo
asoma un Santo Grial
Cada tantos minutos un hombre muere por haber deseado
regiones del No-Ser, esencias dóciles al sol que los arraiga
Un dios indestructible se destruye a sí mismo y en ese abatimiento
encuentra / funda /expresa / incluye / pierde / acecha
acepta / contiende / proyecta / sostiene / cambia
resiste / circunda / muestra / persigue / olvida /añade
nombra / sucede / concreta / recoge
ignora / existe Aquello que hemos dado en llamar realidad
se vuelve una forma invisible
Extraños a la luz avanzan los palacios, piedras hendidas por la nieve
El paraíso de Hermosillo es el agua. Cada trago y cada chapuzón es
tentar con las yemas de los dedos ese jardín.
Josué Barrera
Leonardo Varela
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