cuadernos caparenses nº ix 2015 4

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CUADERNOS CAPARENSES
Nº IX
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CUADERNOS CAPARENSES
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EL PASTOR TRASHUMANTE
LA CAÑADA REAL OCCIDENTAL SORIANA,
CAÑADA DE LAS MERINAS
Jaime Rio-Miranda Alcón
Ovejas merinas.
Si bien en el medio rural, la mayoría de las cañadas aún conserva su trazado original,
en ningún caso queda ya vestigio de su anchura decretada y reguladas por edicto real de
Alfonso X el Sabio en 1273. Se denominan cañadas reales a aquellas cañadas castellanas
de uso tradicional en la trashumancia en España. Si bien los caminos trazados por las
cañadas luego conocidas como reales eran recorridos usados desde el antiguo por el
pastoreo trashumante, el decreto de Alfonso X perseguía la regulación, ordenación y
protección de ciertos caminos que por su importancia, uso o ubicación merecían ser
preservados de posibles violaciones. Así, junto con la creación del Concejo de la Mesta,
quedaron definidas las cañadas reales.
Una cañada real debía tener una anchura de 90 varas castellanas (72,22 metros) y
tenían la característica de ser trazados de muy largo recorrido (más de 500 km) y discurrir
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principalmente en dirección norte–sur con las lógicas limitaciones que impusiera la
geografía. Con la regulación real, quedaba asimismo prohibido el recorte que realizaban
comúnmente los propietarios de fincas colindantes mediante el movimiento de mojones.
Pastor merino 1948
Técnicos de la Consejería de Agricultura de la Junta de Extremadura, ante las
constantes irregularidades sufridas en el ancho de estos caminos públicos durante tantos
años, optaron por la realización de deslinde y conseguir un estudio descriptivo para
conocer que hay dentro de los terrenos ocupados en esta vía pecuaria, en estos terrenos
que suele haber de todo, como cultivos, cancelas, naves con o sin autorización; jardines,
casas o chalets y el trabajo de la Junta es recuperar de oficio y poner orden en lo que se
pueda, pero no se recurrirá a la expropiación al ser bienes de dominio público
inembargables.
El objetivo del proyecto ha consistido en la colocación de nuevos mojones en las
distintas fincas que han ocupado parte de las Cañadas Extremeñas, e intentar en algunos
casos recuperar los caminos de propiedad pública, usados desde el siglo XIII, para el
tránsito del ganado, a través de la aplicación de la Ley de Vías Pecuarias, financiado con
fondos europeos.
Con el deslinde también se sabrá el límite de la cañada real, que en algunos casos ha
sido respetado y en otros no, según fuentes de la Consejería de Agricultura. Aunque la
mayor parte de los propietarios saben cuál es y lo dicen a los técnicos de la
Administración, que deciden si se retranquea o se autorizan los cultivos que están sobre
la vía pecuaria.
Muchas cañadas reales atravesaban o pasaban cerca de poblaciones pequeñas, en
relación a nuestro ámbito en el norte de Cáceres, como Valdeobispo, Galisteo, Holguera
o Cañaveral, y que al crecer, han urbanizado encima de las mismas, sin respetar su
trazado. De una parte el descenso de la ganadería, y de otra la utilización de piensos (que
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evitan la necesidad de buscar nuevos pastos), hizo que cayeran en desuso las cañadas, que
fueron siendo ocupadas con recortes sustanciales por las distintas fincas adyacentes al
trazado de la vía pecuaria. En la actualidad, las cañadas son más utilizadas por
excursionistas y ciclistas que por pastores.
Hemos querido dar a conocer a través de los medios que nos brindan la moderna
tecnología y poder divulgar informáticamente, una historia que tuvimos la ventura de
conocer en Burgos. Aquella historia cuyo protagonista fue uno de aquellos pastores
trashumantes que transitaron por la Cañada Real Occidental Soriana o Cañada de Las
Merinas y que desde la provincia de Burgos, atravesaba, la de Valladolid, Salamanca y la
provincia de Cáceres, final de trayecto. Entre otras varias localidades estos ganados
atravesaban la localidad de Valdeobispo, donde residimos, y llegando hasta Brozas,
donde casi todos los años contrataban diversas dehesas para el engorde del ganado
trashumante. La historia que hoy volvemos a publicar de aquel pastor del tiempo, que
durante más de 30 años, se trasladaba desde la provincia de Burgos hasta las dehesas de
Tabales, Cabezo Jartín, Luis Alonso, Fuente Madero o la dehesa del Orillal, todas ellas
en el término municipal de Brozas al suroeste de la provincia de Cáceres.
El conjunto de un pastor. Hispanismo.Blogspot.com
Desde 2007, están incluidas en la lista indicativa de la Unesco, es decir la etapa
preliminar a cualquier futura candidatura a Patrimonio de la Humanidad, como: cañadas
reales (vías pecuarias de la Meseta).
La Vida y el Trabajo del Pastor
La vida y el trabajo de cualquier pastor tienen multitud de sacrificios, penas y alegrías
como otros oficios. Desde aquí quiero comentar que es un error decir que los pastores
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estaban siempre de quintería. Lo que hacía el pastor es estar en su majada los 365 días del
año, excepto cuando venían de “rodeo” o estaba con el ganado en el pueblo.
Multitud de anécdotas se podrían enumerar de cualquier día de los pastores, algunas
de las ermitas que se encuentran en dehesas o en caminos, fueron edificadas a través de
los años, por pastores un ejemplo una de ellas, es la ermita de la Virgen de Valdehierro
en la provincia de Toledo, edificada en la majada de uno de estos anónimos pastores el
siglo XIII.
Vidal Alcobendas Rosell. Escribía:
“Un pastor con cada atajo tiene que pasar la noche a la vera del rebaño,
acompañado de sus mastines por si ladrones o lobos quieren causar algún daño”.
El ato de Carbina,
es muy largo de contar,
sin vino y sin caldero,
y en las cedras poco pan,
la sal en un trapillo,
y el aceite en un dedal,
y la pella de los perros
se ha quedado en el lugar”.
LA HISTORIA DE UN PASTOR TRASHUMANTE
POR EL NORTE DE CÁCERES
Con fecha 7 de diciembre de 1981, el Diario de Burgos publicó un artículo
relacionado con las rutas de los pastores burgaleses que se dirigían a los distintos
asentamientos pastoriles en Extremadura, publicación que pudimos ver in situ, por
nuestra visita familiar a Burgos, pero el asombro venía dado por la cita de la localidad de
Valdeobispo, residencia del autor de la recopilación de esta historia. De aquella primera
publicación, sus herederos, desde Burgos, me solicitaron una copia de la publicación que
hicimos en BIGCValdeobispo, con el número 9/10 en septiembre de 1982, ya que
deseaban realizar un homenaje a este ejemplar pastor trashumante. Este homenaje fue
realizado en las localidades de Tolbaños de Arriba, y publicado en el Burgalés el 28 de
Octubre de 2011.
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Publicación del BIGCValdeobispo. Nº 9/10, pp.9-15 1982
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DE OCTUBRE A MAYO. PROTAGONISTAS DE LA TRASHUMANCIA
D. Alejo Camarero Serrano, es natural de Tolbaños de Arriba, y es vecino de Huerta
de Arriba en la provincia de Burgos, y en un ayer que se rebasa por más de 30 años, fue
trashumante con su rebaño de ovejas merinas. D. Alejo es persona jovial, de modales y
ademanes juveniles y cabalga sobre una memoria prodigiosa, aunque no es un hombre
demasiado mayor, va a cumplir los 70 años.
Hablemos de su vida como pastor merino
 Cuénteme, alguna de sus expediciones.
 Desde los 13 años hasta los 41 años, baje y subí con rebaños a Extremadura,
 llamo bajar al ir y subir al regreso.
 Al principio, el ganado era de mi padre. Luego tuve mi propio rebaño. El año de la mili
y los años de la guerra no fui. Marchábamos nada más pasar la Virgen del Rosario, el 6
de octubre y regresábamos en mayo, para ir, tardábamos diez o doce días más, porque
para volver los días de mayo son más largos y caminábamos más horas.
 Mil ovejas, sesenta cabras, treinta o cuarenta yeguas, cuatro o cinco mastines y cuatro o
cinco pastores.
 Se andaba por la Cañada Real, que tenía noventa varas de ancha y en algunos lugares solo
tenía la mitad y se llama cordelillo en otros lugares cordel a secas, estas eran de hierba,
porque el rebaño avanzaba pastando, no solo andando.
 Es curioso, yo creía que el rebaño caminaba el día y se alimentaba por la noche…
 No, el rebaño comía y caminaba cuando se quería andar más deprisa, se utilizaban los
mansos, que eran unos carneros castrados que llevaban unos zumbos (cencerros) y que
estaban domesticados, de modo que el “compañero” (el pastor que iba en cabeza), les
silbaba y los mansos apretaban el paso y automáticamente les seguían las ovejas. Pero
siempre comiendo mientras se anda. Por eso cuando hacíamos juntos algunos merineros
(a veces nos poníamos de acuerdo en el día de salida) cambiábamos cada día de rebaño
con respecto al que iba en cabeza; esto es el que hoy va delante, que siempre se alimentaba
mejor, ya que el segundo rebaño iba comiendo por una zona recién pastada.
 Y la ruta?
 D. Alejo contó deliciosamente detalles, pero les contaremos los puntos más conocidos,
Vallejimeno, Campolara, Lerma, Torresandino, Cabezón, Valladolid (La Cañada real, por
el paseo de Zorrilla), Medina del campo, Peñaranda de Bracamonte, Alba de Tormes, Los
Santos (D. Alejo ha tenido mucha insistencia en este nombre del que dice recordar
perfectamente el letrero indicador de la entrada del pueblo) Montemayor, la tía
Bienvenida (por el nombre de la dueña de una posada) Valdeobispo, Alconetar, Brozas
(uno de los destinos).
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 Yo os digo amigos, que D. Alejo es vitalidad en los recuerdos, que revive tiempos ya
remotos, y que la riqueza de su narración concreta todos y cada uno de los treinta y seis
lugares de acampada nocturna, desde Huertas de Arriba a Brozas y bastantes más si el
emplazamiento era más al sur extremeño.
 Donde pasaban las noches?
 En la Cañada Real, el ganado generalmente no la abandonaba hasta llegar a la Dehesa de
destino. Cuando se ponía el sol, el compañero se detenía y paraba la marcha, eso era todo.
Entre los mastines y un pastor en vela (dos horas de turno) no había complicaciones ni
problemas.
 Como se compartía la cañada con otros rebaños?
 A veces algún rebaño tenía más prisa y había que dejarles el paso. Se arreaba el ganado
alargando el rebaño y quedaba libre la mitad de la cañada. Lo que Vd, no sabe es que
también circulaban rebaños de vacas bravas y al cruzar o adelantarnos no se producían
especiales complicaciones. Delante llevaban vaqueros a caballos y llevaba picadores para
dominar a las reses; lo demás, lo hacía el hábito. Tan solo en una ocasión nos mataron
una yegua y eso que yo he dado paso por las provincias de Salamanca, Cáceres y Badajoz,
a rebaños de trescientas a quinientas reses conducidas como digo.
 Bien. Ya estamos en la dehesa. ¿Qué superficie y cuando renta tenía que pagar?.
 Una fanega de tierra por oveja (yo creo que son unos 650 metros cuadrados), en cuanto a
la renta, recuerdo que en el año 1.923, pagamos unas dos mil pesetas por una finca de 400
fanegas y a finales de la década de 1.940, se pagaban de cuarenta a cincuenta mil pesetas
por mil fanegas.
 Donde recuerda haber estado con su rebaño trashumante.
 De la provincia de Cáceres, en Montehermoso, Riolobos, Coria, Morcillo, Torrejoncillo,
Portezuelo, Cañaveral. De la provincia de Badajoz, en Cabeza de Buey y Pueblo de
Obando.
 Bueno, veamos cómo vamos a pasar de Noviembre a Mayo, en la dehesa. ¿Cuál era el
alojamiento?.
 El chozo. Se trataba de una construcción cónica, hecha de retamas, jaras y palos, en el
centro se enciende un fuego, aunque el chozo no tiene chimenea, el humo, sale por los
esquicios del material usado en la techumbre. Alrededor de la cocina, las camas dispuestas
en forma de radios. Las camas se hacen con horquillas clavadas en el suelo y unos palos
atravesados, que luego se entrecruzan. No había nada mejor. Para dormir el que cuida la
majada (que no duerme en el chozo, usa el chozuelo, que es una cama portátil, también
de retamas y jaras cubiertas (a modo de techo por rastro) o cosido con iscal (cuerda de
esparto hacha a mano), y se duerme metiéndose en él.
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 ¿La alimentación?
Pan, migas y sopas de leche. La carne, solo si muere alguna res. Se dice que se cena dos
veces porque tanto la cena como el desayuno se toman de noche cerrada. Por el día solo
se comía pan. En nochebuena, cada uno recibe un cuartillo de vino y a primera hora se
cenaba bacalao con arroz y unos higos, después de la media noche, o sea, nacido el niño
Jesús, comíamos el frite, que era un guiso de cordero que se mataba aquella tarde.
En carnaval, el obsequio consistía en media arroba de vino (ocho litros) y un kilo de
garbanzos, dos kilos de tocino, y uno de chorizo.
 Como era una jornada de trabajo?
 Se desayunaba antes de amanecer y nos íbamos a la majada. En el chozo solo se quedaba
el gato, la majada era el cerramiento de red de cuerda, donde el rebaño pasaba la noche
con la vigilancia de un pastor y los mastines. Al sacarlas de allí, se las dividía en retazos,
dividiendo el total por el número de pastores que éramos, por lo tanto si hay cinco
pastores, pues cinco retazos. Siempre llevábamos las mismas, sin cambiar una sola ni una
cría. Todo el día con ellas, hasta volver por la noche a la majada y luego al chozo.
 ¿Qué descansos tenían y a dónde iban?
 Descansos no había. El ganado nos necesitaban siempre. Yo no recuerdo haber salido de
la dehesa más de tres o cuatro veces a echar un trago “…no mereció la pena.” ?
 En mayo volvían aquí con el ganado, ¿todo seguía igual?. No?
 Aquí teníamos la familia y estábamos ocho días con el rebaño y otros tantos en casa. Nos
turnábamos. Había mucha tarea que hacer en el campo.
 Cómo ajustaban pastores?
 Ahora parece increíble, pagábamos ciento cincuenta o doscientas pesetas al año, era de
cuenta del amo la alimentación y también la de un pequeño rebaño de treinta y cinco
merinas y algún par de cabras que solía tener el pastor. Este pequeño rebaño recibía el
nombre de “Piara”, Cuando no era posible encontrar pastores de la tierra, solíamos
contratar abulenses que se nos ofrecían en la ruta o en la dehesa. La única diferencia era
que la lana de la “Piara” de aquí era para el amo, mientras que los pastores de Ávila se
disfrutaban de la lana, porque en la época del esquileo ya no estaban con nosotros desde
mayo.
 Oiga, ¿siempre llevaban un gato?.
 D. Alejo, se ríe. Yo lo había oído hablar varias veces del gato.
 Mire Vd, en el chozo estábamos expuestos a los ratones y teníamos que eliminarlos. Pues
bien, el galápago los ahuyenta, no me pregunte porque. Pero es así. Cogíamos un galápago
en cualquier rio o charca y lo atábamos a la horquilla de la cama, sobre la que poníamos
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los alimentos. Así no aparecían los roedores y cuando nos veníamos, soltábamos otra vez
el galápago. Por cierto, que nosotros nunca nos ocupábamos de él ni de su alimentación,
¿no me lo he explicado nunca?.
Esto ha sido una verdadera historia, eso era la trashumancia desde su lado humano,
el de los mayores valores. Si de algo nos hemos de sentir orgulloso, es de poder escuchar
vivencias de esta índole, ese hombre Alejo Camarero Serrano que anduvo por la Cañada
Real, que conoce infinidad de fuentes, vallejos, colinas, bosques y bosquecillos y pasó
noches incontables en el dormitorio de la bóveda celeste, la más hermosa de las noches,
siendo este relato un ejemplo de vitalidad y de viveza, que admira en cuanto dice y no
cómo lo dice.
¿Sería de verdad, así la trashumancia o pudo ser D. Alejo, un habitante irrepetible?-
Un pastor cualquiera
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