Se presentó Gualicho, el nuevo dinosaurio carnívoro de la Patagonia

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Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva
Se presentó Gualicho, el nuevo dinosaurio
carnívoro de la Patagonia
Se trata de un terópodo de unos seis metros de longitud que vivió durante el período Cretácico
Superior en Río Negro. El hallazgo del equipo liderado por el paleontólogo Sebastián
Apesteguía fue publicado en el último número de la revista científica Plos One.
Buenos Aires, 13 de julio de 2016 – Hoy por la tarde en el Centro Cultural de la
Ciencias (C3) se realizó la presentación en sociedad de Gualicho shinyae, un dinosaurio
terópodo de seis metros de longitud y unos 90 millones de años de antigüedad,
encontrado en un campo al borde del embalse Ezequiel Ramos Mexía, en la provincia
de Río Negro. El espécimen consiste en un esqueleto parcial que comprende vértebras
de la espalda, parte de la cola, el omóplato (escápula y coracoides), el brazo completo
izquierdo, partes de la pelvis, así como también fragmentos de ambas piernas.
La presentación estuvo a cargo del Dr. Sebastián Apesteguía, investigador del Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y director del Área de
Paleontología de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara. Al referirse al
descubrimiento, Apesteguía remarcó que “Gualicho representa un linaje de dinosaurios
completamente diferente, el primero de un linaje desconocido hasta ahora en el
Hemisferio Sur”. Asimismo, el paleontólogo aseguró que la principal pregunta que se
plantea a partir de este descubrimiento “son los parentescos, ya que Gualicho posee
características anatómicas de dos grupos de distintos: los abelisáuridos –por sus brazos
cortos con dos dedos– y los carcarodontosáuridos, por el resto de su cuerpo”.
Estuvieron presentes en el anuncio el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación
Productiva, Dr. Lino Barañao; el presidente del CONICET, Dr. Alejandro Ceccatto; el
presidente de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, Lic. Adrián Giacchino; y
el Lic. Rubén Juárez Valieri, que se especializa en dinosaurios carnívoros y ornitisquios
en la secretaría de Cultura de Río Negro. A su turno, Barañao destacó la importancia de
la paleontología “como la vidriera más atractiva que tiene la ciencia para cautivar a los
más jóvenes”, mientras que Ceccatto remarcó que la Patagonia “es un extraordinario
laboratorio natural para los paleontólogos argentinos”.
El trabajo científico se publicó en el último número de la prestigiosa revista científica
Plos One, bajo el título “Un inusual terópodo nuevo con manos de dos dedos,
procedente del Cretácico Superior de Patagonia”. El hallazgo cobra relevancia
internacional dado este dinosaurio no está ligado a los ya conocidos. Por un lado,
exhibe varias semejanzas de la escápula, fémur y fíbula con el terópodo africano
Deltadromaeus, de capas de la misma época aflorantes en Kem Kem, Níger. No
obstante, ambos especímenes difieren en el largo y forma del húmero.
El estudio estuvo a cargo de la Fundación Azara, el CONICET, la Universidad
Maimónides; la secretaría de Cultura de la Provincia de Río Negro; el Dinosaur Institute
de Los Angeles County Museum; y la Sección de Ciencias de la Tierra del Field Museum
of Natural History de Chicago, Estados Unidos.
Cabe destacar que, con la profesionalización de la paleontología en Argentina, la
fundación de la Asociación Paleontológica Argentina, la contribución de la Agencia de
Promoción Científica y Tecnológica y el CONICET, se formó un importante grupo de
profesionales y críticos que permitieron mejorar la calidad de los trabajos, potenciando
la importancia de que los materiales fósiles lleguen a las manos de profesionales.
Curiosidades sobre Gualicho
El descubrimiento se produjo el 13 de febrero de 2007, por parte de la jefa de técnicos
del Field Museum of Natural History de Chicago, Akiko Shinya. Días después, uno de los
dos vehículos que participaban en la campaña volcó, debiendo interrumpir los trabajos
de excavación. Tras algunas vicisitudes, el esqueleto fue colectado por personal del
Museo Patagónico de Ciencias Naturales, pero diversas circunstancias impidieron que
fuera estudiado hasta ahora.
El nombre Gualicho refiere a las enormes dificultades sorteadas para poder recobrar el
esqueleto y también honra a la antigua diosa watsiltsüm de los tehuelches del norte (o
Gennakenna), considerada como la dueña de los animales y del viento, y materializada
en los remolinos de polvo de la estepa. Al llegar el cristianismo, la diosa fue
reinterpretada como una entidad demoníaca y hoy representa a la mala suerte o una
maldición. El segundo nombre, el de la especie, honra a Akiko Shinya, la jefa
preparadora de fósiles del Field Museum, por sus numerosas contribuciones
paleontológicas.
La identidad de este dinosaurio está muy ligada a la del africano Deltadromeus. Sin
embargo, este espécimen tampoco ha sido confiablemente asignado a alguno de los
grupos conocidos de terópodos, ya que posee características mixtas entre los dos
mayores grupos de carnívoros: los ceratosaurios y los tetanuros. Con estos últimos,
Gualicho comparte la forma de la mano, la que se ve fuertemente reducida y el tercer
dedo se preserva apenas como una aguja de hueso, del mismo modo en que se
observa en megaraptores y tiranosaurios, aunque todos ellos lo habrían adquirido en
forma paralela e independiente, no por herencia de un ancestro en común. Es posible
entonces que Gualicho sea parte de los neovenatóridos, un grupo emparentado con
los gigantescos carcarodontosáuridos, los mayores dinosaurios carnívoros del
hemisferio sur.
En la zona del descubrimiento afloran rocas de unos 90 millones de años de
antigüedad, conocidas como Formación Huincul, depositadas a principios del Cretácico
Superior, en una época en que convivían los mayores de todos los dinosaurios
herbívoros del mundo, como los titanosaurios, junto con rebaquisáuridos de tamaño
mediano, veloces iguanodontes que escapaban de carnívoros de todo tipo, desde
pequeños emplumados hasta colosales carcarodontosáuridos, y en el medio terópodos
medianos como los abelisáuridos y ahora, Gualicho.
El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva fue creado en diciembre de 2007
y es uno de los únicos en Latinoamérica que contempla la innovación productiva asociada a la
ciencia y la tecnología. Su misión es orientar estos tres elementos hacia un nuevo modelo
productivo que genere mayor inclusión social y una mejor calidad de vida para los argentinos.
Sus acciones se materializan en:
Inversión: Para el 2016 el presupuesto destinado al sector científico tecnológico asciende a
más de 9,9 mil millones de pesos.
Estímulo: Ya regresaron 1.295 científicos argentinos que se suman a los que hoy hacen ciencia
en nuestro país.
Capacitación: La formación de recursos humanos responde a las demandas de conocimiento
que requiere una nueva matriz tecnoproductiva.
Gestión: Organismos e instituciones de ciencia y tecnología forman un conjunto articulado,
logrando un sistema más eficaz.
Producción: Se impulsa la innovación de base tecnológica y la incorporación de la ciencia en la
cultura productiva de las empresas argentinas.
Integración: La transferencia de conocimiento ayuda a establecer un desarrollo equilibrado en
todo el territorio nacional.
Divulgación: Se promueve el quehacer científico tecnológico para acercar a la población el
valor del conocimiento.
Para más información de prensa comuníquese con:
Josefina Scasso – Responsable de prensa y difusión
Mora Laiño
María Pilar González
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Clarisa del Río
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