Las enfermedades genéticas judías

Anuncio
12
La Palabra Israelita
VIERNES 14 DE OCTUBRE DE 2005
Las enfermedades genéticas judías
Todos portamos genes de enfermedades que
podrían ser dañinos para nuestros hijos. Sin
embargo, algunos males afectan a los judíos
ashkenazíes más frecuentemente que a otras
etnias y que son, por esto, a veces catalogados
como "Enfermedades Genéticas Judías". A pesar de que éstas pueden afligir también a los
sefardíes y a los no judíos, la frecuencia de
incidencia entre quienes provienen de Europa
Oriental es entre 20 y 100 veces más habitual.
Me imagino que Ud. se estará preguntando: ¿Cómo puede ser que ciertas enfermedades sean más comunes entre los judíos
ashkeanzíes?
Pues bien. Los científicos creen que ciertas
enfermedades se hicieron más comunes entre
los judíos de Europa Oriental a través de al
menos dos procesos: El "efecto fundador" y la
"tendencia genética". El primero hace referencia a la posibilidad de que estos genes estuvieran presentes en los precursores o ancestros que
emigraron a Europa del Este a comienzos de la
Diáspora. Previo a este tiempo se presume que
estos desórdenes no eran más comunes entre
los judíos que en los otros pueblos que habitaban Medio Oriente. El segundo, por su parte,
alude al aumento en la frecuencia de estos genes
dentro de este grupo como resultado de la probabilidad. Como los judíos intentan casarse
dentro de su fe y su comunidad, la relativamente alta tasa de repetición no se traspasó a otras
comunidades, ni disminuyó por la introducción
de otros genes diferentes a los de la comunidad
ashkenazí.
A pesar de que no existe una lista oficial de
estas enfermedades, hay al menos 15 condiciones (más cuatro que afectan casi exclusivamente a los sefardíes) que son reconocidas como
"Enfermedades Genéticas Judías". De éstas, 13
son el resultado directo de mutaciones de genes,
lo que se conoce como Enfermedades
Mendelianas, y otras dos se generan a partir de
una combinación específica de ciertos factores
genéticos.
Todas estas "Enfermedades Genéticas Judías" –salvo la Distonia de Torsión– son el resultado de la Herencia Autosómica Recesiva.
Esto significa que el individuo, para ser afectado por el mal, debe portar dos copias del gen
mutado o alterado, heredando el alelo dañado
de ambos padres.
Por lo general, los padres portadores no
muestran síntomas de la enfermedad y, por lo
tanto, no se dan cuenta que cargan con el alelo
mutado hasta que dan a luz a un niño enfermo.
La probabilidad de tener hijos afectados en futuros embarazos es de un 25 por ciento. Por
suerte, sin embargo, existen exámenes prenatales que pueden y deberían realizarse para todas
la enfermedades de la lista.
1. Síndrome de Bloom
A pesar de ser poco común en la población
general, la mutación genética responsable del
Síndrome de Bloom se presenta en uno de cada
100 judíos ashkenazíes. Los individuos afectados por esta enfermedad, identificada por primera vez en 1954 por el dermatólogo neoyorquino David Bloom, pueden presentar una constelación de diferentes características y síntomas.
El eritema telangiectásico (pequeños vasos
sanguíneos faciales dilatados) en la cara y la
hipersensibilidad a la luz solar son los síntomas que le dan a este síndrome su nombre técnico: "Eritema Telangiectásico Congénito".
Otros signos incluyen: inusual bajo peso al
nacer; baja estatura en la adultez, alcanzando
no más de 1.50 mts.; una disminuída respuesta
inmune que puede conducir a infecciones respiratorias y de oídos, con riesgo vital; infertilidad (total en hombres y parcial en mujeres) y
un 10 por ciento de los afectados presenta diabetes y un incremento de patologías malignas
como leucemias, linfomas y carcinomas (especialmente gastrointestinales).
En estos momentos los tratamientos son,
principalmente, preventivos con un aumento en
el control del cáncer y una disminución en la
exposición al sol o a los rayos X. Los trasplantes de médula son posibles y los exámenes pueden identificar entre el 97 y 98 de los judíos
portadores de la enfermedad.
2. Enfermedad de Canavan
Aunque esta enfermedad autosómica recesiva
fue descrita por primera vez en 1931, por
Myrtelle Canava, no fue hasta 1993 que se identificó el gen responsable de este desorden
neurodegenerativo (pérdida de materia blanca)
del Sistema Nervioso Central. A partir de entonces las investigaciones han demostrado que
uno de cada 38 judíos ashkenazíes son portadores y uno de cada 5 mil presenta el mal.
(I parte)
POR
JOANNA WURMANN
La enfermedad de Canavan es causada por
una mutación de un gen que produce una deficiencia de la enzima aspartoacilasa lo que ocasiona una acumulación de un ácido en el Sistema Nervioso Central que destruye las coberturas de los nervios.
El mal se presenta entre los 3 y 9 meses de
edad y, generalmente, los niños fallecen durante la primera década de vida. Los signos incluyen: hipotonía (pérdida de la tonalidad muscular); macrocefalia (cráneo voluminoso) con
poco control de la cabeza; hiperextensión de
piernas y flexión de brazos; reflujo
gastrointestinal; dificultades para alimentarse;
retraso en el desarrollo y deficiencias mentales
severas. Con el tiempo el enfermo desarrolla
espasticidad, convulsiones y atrofia óptica llevando a la ceguera.
En la actualidad no existe un tratamiento
efectivo. Sin embargo, las investigaciones clínicas, tanto en terapias genéticas como en
transplantes de células madres, parecen prometedoras.
Más información y ayuda en:
www.canavanfoundation.org - www.ulf.org/
types/Canavan.html.
3. Fibrosis quística
De todo el listado de enfermedades genéticas,
la Fibrosis Quística es el único mal que no se
produce con mayor frecuencia entre los judíos.
Por el contrario, se estima que uno en cada 25
caucásicos son portadores de la mutación del
gen, mientras que entre los ashkenazíes, está
presente en uno de cada 29. Sin embargo, las
características de esta dolencia y su alta tasa de
mortalidad hacen que sea imprescindible integrarla a la lista.
La Fibrosis Quística es una anomalía progresiva en la función de una proteína de las células que se denomina regulador
transmembranoso (su sigla en inglés es CFTR).
El CFTR controla el flujo de agua y de ciertas
sales hacia y desde las células del cuerpo. A l
alterarse este flujo, la mucosidad se espesa, afectando a tres sistemas de órganos principales:
respiratorio, gastrointestinal y reproductivo, así
como a las glándulas del sudor. También puede
obstruir el páncreas y el conducto biliar del
hígado, causando, eventualmente, un daño permanente en este órgano- algo que ocurre en
aproximadamente un seis por ciento de los enfermos.
Existe una gran variedad de síntomas debido a las más de mil mutaciones conocidas del
gen. Entre éstas se cuentan las recurrentes infecciones respiratorias y el daño progresivo en
los pulmones, un gusto salado en la piel, tos crónica a veces con flema, dificultad al respirar, un
excesivo apetito pero con poco aumento de peso
y deposiciones grasosas y voluminosas.
El tratamiento de la Fibrosis Quística depende del avance de la enfermedad y de los órganos comprometidos y, por lo general, los
pacientes no sobrepasan los 30 años de vida.
Más información y ayuda en: www.cff.org.
4. Disautonomía familiar
o síndrome de Riley-Day
La Disautonomia Familiar es una rara enfermedad exclusiva de los judíos ashkenazíes (uno
de cada 30 es portador del gen recesivo y se
presenta un caso por cada 3700 judíos europeos). El principal problema que presentan los
enfermos es la inhabilidad de mantener la
"homeostasia" o regulación del medioambiente
interno del cuerpo.
La enfermedad es producida por la mutación del gen IKBKAP del cromosoma 9, que
causa deterioro sensorial relativo al dolor, el
calor y el frío; escoliosis; disfunciones
gastrointestinales (como reflujo y vómitos);
mala coordinación; fluctuación en la presión
sanguínea y ausencia de lágrimas.
Actualmente no existe cura para la DF. Sin
embargo, algunos de los tratamientos que se
usan en la actualidad pueden mejorar la extensión y la calidad de la vida, ya que sólo el 50
por ciento de los pacientes sobreviven los 30
años debido a problemas cardiovasculares,
pulmonares y gastrointestinales.
En el 2002 finalmente se logró descubrir el
gen responsable de la Disautonomia Familiar
permitiendo crear pruebas que son capaces de
identificar el 99.5 por ciento de los portadores.
Más información y ayuda en:
www.fdhope.org
www.familialdysautonomia.org.
5. Anemia de Fanconi
La Anemia de Fanconi, al igual que la Fibrosis
Quística, es una enfermedad que afecta a personas de distintos grupos étnicos. Sin embargo, son los ashkenazíes quienes presentan una
mayor incidencia: Aproximadamente uno en
cada 89 de estos judíos porta la alteración
genética específica que produce una de las formas de esta enfermedad. Pruebas realizadas a
la población judía proveniente de Europa oriental demuestran que el 95 por ciento de éstos
son portadores de la enfermedad.
El mal se caracteriza por una reducida producción de las células sanguíneas. Las manifestaciones clínicas incluyen anemia que se convierte en pancitopenia (agotamiento de las células rojas y blancas, así como de las plaquetas),
fatiga, sangramiento de narices; baja estatura e
hiperpigmentación de la piel. Cerca del 25 por
ciento de los pacientes desarrollan leucemia u
otro tipo de cáncer.
La edad promedio de aparición de este mal
va entre los 3 y los 12 años y la sobrevivencia
no sobrepasa los 30 años de edad.
Actualmente no existe un tratamiento específico. Pero a los pacientes se les impide entrar
en contacto con agentes que dañen el ADN; se
les obliga a someterse a permanentes exámenes
de cáncer y se les realizan transfusiones sanguíneas a medida que el cuerpo las necesita.
Más información y ayuda en:
www.fanconi.org.
6. Enfermedad de Gaucher
Siendo uno de cada 10 judíos ashkenazíes portador del gen recesivo culpable de la enfermedad de Gaucher, es sorprendente que tan poco
conozcamos de este mal.
Esta enfermedad es causada por la deficiencia de la enzima glucocerebrosidase que ocasiona una acumulación de una sustancia tóxica
(glucosilceramida) en la médula espinal, el
bazo, hígado y otras partes del cuerpo, produciendo anemia; trombopenia (reducción de la
cantidad de plaquetas en la sangre); tendencia
a la formación de hematomas; sangramientos y
dolor y quebradura de huesos, incluso ante pequeños golpes.
Existen tres tipos de esta enfermedad. Por
suerte en el tipo 1, el de mayor incidencia entre
los judíos, el cerebro no se ve afectado.
Hay un tratamiento disponible basado en
terapias de reemplazo de enzimas que son inyectadas cada dos semanas y, en algunos casos,
se puede requerir un trasplante de médula ósea.
Esto permitiría una expectativa de vida normal
para los pacientes.
Más información y ayuda en:
www.gaucherdisease.org/.
7. Distonía de torsión
idiopática (DTI)
Distonía generalizada
La Distonía, a diferencia de las otras enfermedades genéticas, se hereda a través de un gen
dominante. Es decir, una persona con sólo una
copia del gen mutado será afectada por el mal y
tiene un 50 por ciento de probabilidades de traspasarlo a sus hijos. De hecho, y a pesar de que
uno de cada 900 judíos ashkenazíes es portador del gen de la Distonía, sólo uno en 3000
presenta síntomas.
La DTI es una enfermedad progresiva caracterizada por permanentes contracciones
involuntarias de los músculos de una o más
partes del cuerpo, especialmente brazos o piernas. Con el tiempo, la frecuencia y duración de
los espasmos aumenta, produciendo
contracturas y una progresiva incapacidad.
Aunque aun no existe claridad en el mecanismo del funcionamiento de la enfermedad y
no hay cura para ésta, se han realizado progresos en su tratamiento a través de una variedad
de diferentes medicamentos.
S iendo una enfermedad crónica, no es fatal
ni daña la cognición, la fuerza, visión o los oídos del enfermo. Por lo general, los primeros
síntomas aparecen entre los 7 y 10 años y van
en aumento hasta estabilizarse alrededor de los
primeros cinco años de enfermedad. Entre más
temprano se manifieste el mal, más probabilidades hay que se disemine y generalice.
El tratamiento de la Distonía es en gran parte
sintomático y puede consistir en una combinación de medicamentos orales o inyecciones de
toxina botulínica, entre otros.
Más información y ayuda en:
www.dystonia-foundation.org.
8. Mucolipidosis IV
La Mucolipidosis IV, descrita por primera vez
en 1974, es una de las más nuevas enfermedades genéticas judías. Hasta el momento la causa específica de este desorden no ha sido identificada y sólo se han diagnosticado cerca de
70 casos, siendo la mayoría de los afectados
judíos ashkenazíes. Se estima que uno de cada
100 ashkenazíes es portador de la enfermedad.
Esta es una enfermedad progresiva que afecta al cerebro y al sistema nervioso, causando
daños oculares y/o neurológicos. Los niños con
Mucolipidosis parecen normales al nacer, pero
desarrollan signos de deterioro en el Sistema
Nervioso Central durante el primer año de vida.
Aprenden a sentarse en forma tardía y la mayoría ni siquiera logra caminar. Por lo general, el
mal se presenta con algún grado de retardo
motor y mental y su progreso es lento. Sin embargo, algunos pacientes pueden presentar un
nivel más severo de retardo durante el segundo
o tercer año de vida.
Uno de los primeros signos del ML IV es la
presencia de problemas oculares como
estrabismo y la degeneración de la retina, los
que pueden llevar a la ceguera total. Sin embargo, estos síntomas sólo se presentan en un
30 por ciento de los pacientes entre 3 y 5 años.
Los individuos con esta enfermedad viven
entre 1 y 30 años.
En la actualidad no existe un tratamiento
efectivo para la ML IV. El uso de terapias físicas, ocupacionales y del habla buscan mejorar
la habilidad y la calidad de vida del paciente.
Más información y ayuda en: www.ml4.org.
9. Enfermedad de Niemann-Pick
Al igual que el mal de Gaucher, la Enfermedad
de Niemann-Pick es causada por la falta de una
enzima que destruye una grasa específica. La
falta de la esfingomielinasa hace que la
esfingomielina no pueda ser metabolizada de
manera adecuada y se acumule dentro de la célula provocando eventualmente la muerte celular y un daño severo en el Sistema Nervioso
Central, hígado y pulmones.
Existen varios subtipos de esta condición.
En el tipo A, que es desproporcionadamente
prevaleciente entre los ashkenazíes (uno en 40
mil con un grado de portadores de uno en 70),
la acumulación ocurre en el cerebro y el sistema nervioso, lo que causa un rápido deterioro y
la muerte a los 2 o 3 años de edad.
A pesar de que la frecuencia no es tan alta
como en la Enfermedad de Gaucher, la
Niemann-Pick tipo A es una enfermedad
devastadora que se manifiesta como una enfermedad neurodegenerativa de la infancia. Los
signos y síntomas se presentan en los primeros
meses de edad con problemas alimenticios, abdomen de gran tamaño y progresiva pérdida de
las habilidades motoras. Los niños afectados
exhiben retardos, retraso en el desarrollo,
espasticidad, convulsiones musculares, parálisis del músculo ocular y ataxia (imposibilidad
de caminar), así como engrandecimiento del hígado y/o del bazo e ictericia.
No existe cura o tratamiento efectivo para
esta enfermedad.
Más información y ayuda en:
www.nnpdf.org.
10. Enfermedad de Tay-Sachs
La enfermedad de Tay-Sachs es el desorden
metabólico hereditario más conocido entre las
Enfermedades Genéticas Judías. Los estudios
muestran que uno de cada 26 ashkenazíes son
portadores del mal en comparación con uno
entre 300 en poblaciones no judías y que éste
afecta a uno de cada 2500 recién nacidos judíos.
Al igual que la mayoría de las enfermedades que ya hemos mencionado, Tay Sachs es
una enfermedad causada por la deficiencia de
una enzima llamada hexosaminidasa A, la que
participa en la descomposición de algunas sustancias grasas las que, al acumularse, degeneran al sistema nervioso central y al cerebro, causando un rápido y progresivo deterioro.
Los bebés con Tay Sachs son normales al
nacer. Sin embargo, entre los 3 y los 6 meses de
vida, comienzan a perder sus habilidades para
desarrollarse y empieza una debilidad progresiva, un aumento en la reacción de sobresalto,
convulsiones, disminución del contacto visual
y del tono muscular; ceguera, sordera, parálisis
e irritabilidad. La enfermedad progresa rápidamente hasta que el niño deja de responder completamente. Por lo general, estos chicos fallecen a los 5 años, principalmente debido a una
bronconeumonía.
Más información y ayuda en:
www.ntsad.org.
Descargar