En Morelos, enorme degradación social

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En Morelos, enorme degradación social
2016-01-06- Columnas-ContraEspada
Arturo Cano, , La Jornada
"Que la sangre de mi hija no sea en vano"
A las siete se reza a unos pasos de la casa donde, delante de ellos, mataron a su hija.
Poco antes de la hora del rosario, Gabino Mota y Juana Ocampo se marchan rumbo a
la Casa de la Cultura, donde se decidirn las acciones para exigir justicia: "No nos vamos
a quedar con los brazos cruzados", dice, duro el gesto pero ojos de agua, la madre de la
presidenta municipal Gisela Raquel Mota Ocampo.
Que haba rechazado la proteccin policial, informa el gobierno del estado. "Usted se
sentira seguro con una patrulla atrs?", pregunta Gabino, guerrerense nacido en
Tlacotepec, una tierra que tambin sabe, y mucho, de la violencia del narcotrfico.
Para llegar a la casa donde vivi Gisela Raquel Mota hay que serpentear las callejuelas
de un municipio que ha crecido como toda la regin, entre el desorden y la multiplicacin
de casas de "inters social", cajitas idnticas que atormentan el paisaje.
La casa de la familia Mota Ocampo est al final de Pueblo Viejo, en medio de
construcciones encueradas de yeso, tabicn puro. A una cuadra, detrs de una zanja, hay
dos patrullas: una de la polica municipal y otra de la ministerial. Los padres de la
alcaldesa asesinada, sin embargo, se marchan solos, acompaados una amiga.
Poco antes, Gabino Mota ha tenido la paciencia de contar de nuevo lo sucedido,
mientras casi toda la familia an dorma.
Con la mano derecha seala una pared al lado del portn: "Por ah se brinc uno y les abri a
los dems". Doa Juana Ocampo una activa militante de las Comunidades Eclesiales de
Base desde su juventud ya haba comenzado el trajinar del da y quit el cerrojo.
Dice Gabino, de oficio carpintero, que le han preguntado cuntos eran, pero l no lo sabe
a ciencia cierta. "Tal vez seis u ocho entraron, pero afuera haba ms".
Los delincuentes sacaron primero a los habitantes de la casa que dorman en las
habitaciones de la planta baja. Don Gabino y su hijo del mismo nombre, la esposa de
ste y su hijo recin nacido. A Gisela la bajaron del piso de arriba, donde descansaba en
una habitacin contigua a la de sus sobrinas.
"A todos nos tiraron al piso, nos pusieron las patas encima mientras nos amenazaban".
Ah, en la sala, frente a su familia, le dispararon a la presidenta municipal. Tras el
asesinato, emprendieron la huida.
Los dos Gabinos, padre e hijo, los siguieron sin pensar. "No llevbamos armas ni nada,
noms nuestro coraje".
La persecucin termin en una mina cerrada, propiedad del ex edil y ex lder de la CNTE
Javier Orihuela (quien, por cierto, y segn cuenta un perredista local, la cerr porque se
haba convertido en un "tiradero de cadveres"). En ese lugar, los delincuentes se toparon
con una pendiente muy pronunciada y abandonaron su vehculo.
Quiso la suerte que en ese momento apareciera una patrulla. Los familiares de la
alcaldesa asesinada sealaron a los que huan. El intercambio de disparos culmin con la
muerte de dos delincuentes y la aprehensin de tres ms: un menor de edad, un joven de
18 aos y una mujer de 32, ha dicho el parte oficial.
Las edades de los sicarios no deberan sorprender. Aqu se cuenta que las escuelas
secundarias, especialmente las tcnicas, se han convertido en centros de reclutamiento
de los grupos delincuenciales que se disputan el territorio.
El mandatario estatal ha insistido en que el mvil del crimen fue el apoyo de Gisela Mota
al mando nico. El padre de la alcaldesa asesinada rechaza esa versin. "Ahora detuvo a
algunos, pero en general no ha funcionado", dice.
En el rosario se tejen y destejen historias sobre la breve vida de Gisela Raquel Mota y
tambin sobre las causas de su asesinato.
Su insistencia en el fortalecimiento de una polica "de proximidad", amarrada a la
participacin comunitaria, es la ms socorrida.
Pero alguien tambin suelta otros datos igualmente inquietantes, como la posible relacin
entre este crimen y el secuestro de Rafael Ortiz, ex presidente del comisariado ejidal. "A
Gisela le lleg la informacin del lugar donde lo tenan y ella le dio el dato al mando nico",
cuenta uno de los asistentes al recordatorio religioso.
Graco Ramrez ha insistido en la versin de que el crtel de Los Rojos cuyos tentculos van
de Chilapa a Temixco pasando por Iguala orden el asesinato.
Pero aqu no se descartan otras opciones. La pulverizacin del crtel de los Beltrn Leyva,
que sigui a la muerte de su jefe mximo, ha convertido a Morelos en un territorio que se
disputan nueve grupos distintos. Pero hay tambin bandas propiamente locales, sin
contar el pleito de esta comunidad con la minera canadiense Alamos Gold o el rechazo
de la alcaldesa a renovar un contrato para el remplazo de las luminarias del alumbrado
pblico.
En medio de las hiptesis y del desastre, el gobernador Graco Ramrez y el inefable
alcalde de Cuernavaca, Cuauhtmoc Blanco, renuevan su pleito alrededor del Mando
nico e intercambian acusaciones. Ramrez refiere en una entrevista radiofnica que
Blanco amenaz con "romperle la madre" a todos los que se opongan a su postura de
conservar el mando de la polica local. El ex futbolista contrataca y responsabiliza al
gobernador de lo que pueda pasarle a l a sus colaboradores.
Mientras Graco y Cuauhtmoc se tunden duro, el padre de Gisela Mota recuerda las
palabras pronunciadas por su hija cuando le ofrecieron proteccin policiaca: No soy ms
que nadie, quiero seguridad para mi pueblo, no para m.
"Ella se entreg para que soltaran a los dems", dice mientras se enjuga las lgrimas
Juanita Ocampo Domnguez, madre de la alcaldesa de Temixco, a quien se le aprecian
los moretones en la cara de los golpes que le propinaron los sicarios que asesinaron a
su hija Gisela.
Relata que la maana del sbado preparaba un bibern para su nieto, nacido apenas el 31
de diciembre, cuando por una de las ventanas vio como llegaban hombres
encapuchados y armados en varios autos. Un escalofro le recorri el cuerpo.
En cuestin de segundos, siete pistoleros irrumpieron en su domicilio, ubicado en la
colonia Pueblo Viejo. Sometieron y golpearon a ella, su esposo, hijos, nuera y nietos.
Gisela se encontraba en su recmara y al escuchar el forcejeo y los gritos de los
agresores que exigan verla, "se entreg para que soltaran a todos los dems". La
presidenta municipal de Temixco fue ejecutada en la sala de su casa, frente a sus
familiares.
"Espero que la sangre de mi hija no sea en vano, que sea para que verdaderamente se
haga justicia y que en Morelos se busque acabar con todo lo que es la delincuencia,
incluso dentro de las mismas corporaciones", subraya. "Quiero justicia, no nada ms para
Gisela, sino para todas las mujeres que han cado en la lucha", demanda.
En tanto, el fiscal del estado de Guerrero, Xavier Olea Pelez, inform que en el automvil
en el que se desplazaban los asesinos de la alcaldesa de Temixco, Gisela Mota, se
encontr la credencial de un polica ministerial de la entidad que se encuentra en calidad
de desaparecido.
Seal que el agente (cuyo nombre no revel) se encontraba franco el pasado 14 de
diciembre, cuando presuntamente fue levantado en la poblacin de Alpoyeca, Morelos.
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