sobre el flúor

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Fuentes
• Agua potable.
• Té negro.
• Sal fluorada.
• Pescados y mariscos.
• Carne e hígado de res.
• Aves de corral.
• Uvas, albaricoque,
espinaca, repollo, espárragos,
tomate, rábano.
En déficit
• Caries dental.
• Osteoporosis.
todo sobre
el flúor
Mencionado repetidamente en los comerciales de pastas
dentales, el flúor –un micromineral– no sólo previene la
aparición de caries: también colabora con el calcio en el
fortalecimiento del sistema óseo y las estructuras músculo-esqueléticas, evita la calcificación de los órganos y
ayuda a prevenir dolencias cardíacas.
Descubierto en forma de ácido fluorhídrico por el sueco Carl Wilhelm Scheele en 1771, el flúor fue aislado por
primera vez en 1886 por el francés Henri Moissan, quien
en reconocimiento recibió el Premio Nobel de Química.
A temperatura ambiente es un gas muy reactivo de color
amarillo verdoso y olor desagradable.
Aunque suelos, plantas y animales contienen flúor en
proporciones variables, el agua potable es, sin duda, la
principal fuente de suministro para los humanos. También se obtiene de dentífricos, enjuagues bucales, geles o
pastas aplicadas en el consultorio odontológico, gotas o
comprimidos y ciertos alimentos.
Si bien algunos reportes cuestionan la conveniencia de
añadir flúor al agua potable –argumentando su toxicidad–,
22+SALUD
foto orlando palencia
En exceso
• Fluorosis dental (cambio en la
calidad y apariencia del esmalte).
• Aumento de la densidad ósea.
• Trastornos en el crecimiento.
• Alteraciones renales y neurológicas.
numerosas organizaciones de salud en el mundo –basadas
en el peso de la evidencia científica– continúan defendiendo su presencia controlada en los sistemas de suministro
de agua. Se sabe que consumir agua fluorada es la medida
más económica, segura y efectiva para prevenir la caries
dental (reduce su incidencia entre 20 y 40%) y mejorar la
salud bucal en niños y adultos. Entre otras bondades, el
flúor dificulta la adhesión de la placa bacteriana y facilita
el proceso de remineralización del esmalte.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos han calificado la fluoración del agua
potable como uno de los diez logros de salud pública del
siglo XX. Para más señas: la Asociación Norteamericana
de Odontología calcula que en la mayoría de las ciudades
estadounidenses cada dólar invertido en el enriquecimiento del agua con flúor supone un ahorro de 38 dólares en
tratamientos dentales.
Cantidades deficitarias o excesivas tienen repercusiones negativas en la salud. Durante los primeros meses
del embarazo, por ejemplo, se debe asegurar el consumo
necesario de flúor, considerando que el desarrollo dental
del bebé comienza desde el primer mes de gestación.
En general, el exceso de este mineral en el organismo
(fluorosis) puede ocasionar alteraciones en los dientes
(fragilidad, manchas blancas opacas y vetas de color marrón), aumento de la densidad ósea, daños a los riñones,
nervios y músculos, y, en los casos más graves, alteraciones
neurológicas.
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