Análisis de la siniestralidad laboral y de las condiciones de trabajo

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EDITA: UGT-ANDALUCÍA
ISBN: 978-84-690-3757-7
Depósito legal: J-30-2007
Imprime: Lienzo Gráfico
Elaboración y Diseño: www.knd.es
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE
LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
UGT ANDALUCÍA
SECRETARÍA DE SALUD LABORAL, MEDIO AMBIENTE Y
ADICCIONES
MARÍA JOSÉ LINDE ESTRELLA
MARÍA DEL ROSARIO ORTIZ VALDERRAMA
KND Consultoría
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
ÍNDICE
Presentación
Introducción
Procedimiento de trabajo
Capítulo 1. Contexto socioeconómico de Andalucía 2001-2005
1.1. Los sectores productivos
1.2. El tejido empresarial en Andalucía
1.3. El mercado de trabajo en Andalucía
Capítulo 2. Los daños laborales: accidentes de trabajo y
enfermedades profesionales
2.1. Los accidentes de trabajo
2.2. Las enfermedades profesionales
Capítulo 3. Evolución de la siniestralidad laboral en Andalucía para
el período 2001-2005
3.1. Accidentes de trabajo con baja
− Accidentes leves
− Accidentes graves
− Accidentes mortales
3.2. La evolución de la siniestralidad laboral por provincias
3.3. Sectores económicos
3.4. Tamaño de la empresa (número de trabajadores)
3.5. Forma del accidente
3.6. Tipo de lesión
3.7. Perfil de la persona accidentada
3.8. Sexo
3.9. Ocupación
3.10. Tipo de contrato
3.11. Enfermedades profesionales en Andalucía
Capítulo 4. Análisis sectorial de las condiciones de trabajo en
Andalucía
4.1. Organización de la prevención
– Figuras de representación en materia de PRL
– Recursos preventivos para la organización de la prevención
– La organización de la prevención en las empresas
andaluzas
4.2. Actividad preventiva
– Evaluación de riesgos
– Vigilancia de la salud
– Formación en materia de prevención
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Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
– Equipos de protección individual
– La actividad preventiva en Andalucía
4.3. Condiciones de seguridad
– Agentes causantes del accidente
– Riesgos de accidente en Andalucía
4.4. Condiciones ambientales
– Ambiente térmico
– Ruido
– Vibraciones
– Radiaciones
– Exposición a agentes químicos
– Exposición a agentes biológicos
– Condiciones ambientales en las empresas andaluzas
4.5. Diseño del puesto de trabajo.
– Los puestos de trabajo en Andalucía
4.6. Carga física de trabajo.
– Tipo de trabajo
– Posturas forzadas
– Movimientos repetitivos
– La carga física de trabajo en Andalucía
4.7. Carga de trabajo mental
– La carga mental de trabajo en Andalucía
4.8. Factores psicosociales y organizativos
– Estabilidad laboral
– Comunicación y relaciones
– Tiempo de trabajo: jornada y turnos
– Flexibilidad de horarios
– Participación
– Posibilidades de promoción
– Autonomía
– Exposición a conductas violentas en el trabajo
– Acoso psicológico
4.9. Situaciones de discriminación por razón de género
4.10. Daños para la salud
– Accidentes de trabajo
– Enfermedades profesionales
– Otros daños para la salud
4.11. Conclusiones
– El sistema preventivo de las empresas andaluzas
– Actividades preventivas en las empresas andaluzas
– Condiciones de seguridad
– Condiciones ambientales del puesto de trabajo
– Condiciones del puesto de trabajo y sobrecarga de trabajo
– Factores organizativos y de carácter psicosocial
– Exposición a conductas violentas
Índice de tablas
Bibliografía
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ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
PRESENTACIÓN
MANUEL PASTRANA CASADO
Secretario General UGT-Andalucía
A lo largo del tiempo, la preocupación por la salud de los trabajadores y
las trabajadoras ha ido escalando posiciones en la escala de prioridades de la
acción sindical. No en balde, tras cada nuevo dato estadístico que se
computa hay una vida truncada, en el peor de los casos, y un sin fin de
trastornos, de pérdidas económicas y, en suma, de un proceso de deterioro
de las condiciones en las que ese trabajador o trabajadora han de desarrollar
su actividad profesional.
La acción sindical dispone de múltiples recursos para avanzar en la
concreción de medidas preventivas. La más importante de todas,
seguramente, es la presencia del sindicato en cada centro de trabajo, a través
de los/as representantes de los/as trabajadores/as, apoyada por la
negociación colectiva. Además, como uno de los principales agentes sociales
de nuestra Comunidad Autónoma, UGT-Andalucía participa con otros
sindicatos, asociaciones empresariales y administraciones en el diseño de
planes y políticas públicas de actuación que durante estos años han ayudado
a que los planes de prevención puestos en marcha en las empresas sean
cada vez más eficaces.
Junto a estos recursos, el diagnóstico y el estudio de las condiciones de
trabajo constituyen una labor técnica que resulta de enorme utilidad para
poder seguir desarrollando nuestra acción sindical. Sólo desde el
conocimiento detallado de la realidad se pueden aportar mejoras en las
estrategias y técnicas preventivas.
El presente trabajo, realizado en colaboración con la Fundación Estatal
para la Prevención de Riesgos Laborales, con la que UGT-Andalucía lleva
años colaborando, va justamente en la línea de aportar información sobre la
realidad de la siniestralidad laboral andaluza. El análisis del enorme volumen
de datos disponibles del periodo 2001-05 ya es de por sí una aportación de
gran valor. Pero hemos querido completar ese análisis con un trabajo de
interpretación más extenso, que ha consistido en contrastar la información
estadística que manejamos habitualmente con la valoración que los propios
trabajadores y trabajadoras de Andalucía tienen de su realidad laboral,
mediante la realización de una encuesta.
La combinación de ambas técnicas de trabajo nos aportan mayores
posibilidades de interpretación de las causas que ocasionan la gran cantidad
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Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
de accidentes laborales que cada año se producen en Andalucía y también
nos ayudan a entender el origen de las enfermedades profesionales que se
registran.
Hablamos, por tanto, de información que se incorporará al diseño de
estrategias sindicales, y que terminará por orientar la acción sindical de UGTAndalucía, desde las perspectivas de eficacia y el compromiso.
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ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
INTRODUCCIÓN
JOSE MANUEL GUERRERO MANTEL
Secretario de Salud Laboral, Medio Ambiente y
Adicciones UGT-Andalucía
La siniestralidad causada por accidentes de trabajo es un fenómeno de
creciente interés social debido al alto coste humano y económico que
provoca. Muchos son los foros, tanto a nivel nacional como internacional, en
los que se reclama un mayor conocimiento sobre sus causas con el fin de
contribuir a establecer estrategias preventivas adecuadas que reduzcan su
aparición y sus consecuencias.
Todos los accidentes de trabajo mortales son investigados de manera
sistemática por personal técnico cualificado de las Comunidades Autónomas,
obteniéndose información de indudable utilidad preventiva, pero su aplicación
está limitada al ámbito geográfico respectivo, sin que sea posible aunar la
información recogida para obtener conclusiones más generales. De esa
manera, se hace difícil aprovechar la experiencia colectiva y definir estrategias
de actuación de carácter global que aborden el problema en su conjunto.
La variable fundamental en la investigación de un accidente de trabajo se
encuentra en sus causas. Sin embargo, no es posible presentar un estudio de
ámbito regional sobre siniestralidad que identifique y analice las causas que
los producen porque éstas se recogen de formas diferentes lo que, en la
mayoría de los casos, hace imposible su tratamiento conjunto.
La riqueza del análisis depende de la importancia de la información
recogida, pero también del volumen de datos a manejar que puede permitir
poner de manifiesto resultados que en menor cantidad resultarían irrelevantes.
Por ello, la cooperación de organismos que realizan investigaciones de
accidentes debe hacer posible un refuerzo mutuo de la información obtenida
por todos ellos, y facilitar un mayor aprovechamiento de la misma.
Entre los diferentes tipos de accidentes de trabajo, los mortales son los
que lógicamente generan mayor alarma social y merecen una atención
preferente a su prevención. En coherencia con ello, este proyecto está dirigido
a lograr un mejor conocimiento de ese tipo de accidentes, tomando como
material de trabajo la información obtenida a través de las investigaciones que
realizan los Órganos Técnicos de las Comunidades Autónomas.
A la vista de la dispersión y diversidad de la información relativa a las
causas de los accidentes de trabajo mortales, y con el fin último de poder
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Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
orientar de forma más efectiva la actividad preventiva, se plantean los
siguientes objetivos:
–
Conocer de forma precisa el perfil del accidente de trabajo mortal:
ramas de actividad más afectadas, formas de accidentes mortales
más frecuentes, grupos de trabajadores más vulnerables, etc.
–
Conocer las causas de los accidentes de trabajo mortales.
Del registro y análisis de los accidentes de trabajo y enfermedades
profesionales se obtienen datos concretos que permiten obtener una visión
clara de la magnitud y gravedad de la siniestralidad laboral.
No obstante, existen otras variables y factores que inciden o pueden
incidir en la aparición de daños para los trabajadores y las trabajadoras y que
no se incluyen en los estudios estadísticos. Nos referimos a la información
relacionada con la organización de la prevención en la empresa, el grado de
implantación y seguimiento de los planes preventivos, las condiciones de los
puestos de trabajo, etc., y que tienen una incidencia directa en la aparición de
accidentes de trabajo y otros tipos de patologías o daños para la salud.
Entendemos por condiciones de trabajo cualquier característica del
mismo que pueda tener una influencia significativa en la salud de los/as
trabajadores/as.
Partiendo de este concepto, es preciso hacer un diagnóstico cualitativo
de las condiciones de trabajo de los/as trabajadores/as andaluces/as, que
nos permitirá al mismo tiempo analizar las tendencias de cambio en el
mercado de trabajo y detectar los problemas emergentes que permitan
formular políticas de prevención más realistas y acordes con los nuevos
desarrollos productivos y organizativos de las empresas andaluzas.
De ahí que el estudio tenga dos partes claramente diferenciadas, pero
interrelacionadas a la vez:
–
Análisis de la siniestralidad laboral en Andalucía, donde se incluirá
una resumen de la evolución de la siniestralidad laboral en Andalucía
para el período 2001-2005 y una caracterización especial de la
accidentalidad laboral, en cuanto a perfil del accidentado, perfil de la
empresa donde se produce el accidente y tipología del propio
accidente. Este análisis se realizará teniendo como fuente de datos
las estadísticas oficiales disponibles 1.
–
Investigación y análisis de las condiciones de trabajo en la
Comunidad Autónoma de Andalucía en los principales sectores de
actividad: Agricultura, Construcción, Industria y Servicios.
1
(Los últimos datos definitivos para Andalucía son de 2001, disponiéndose de avances
provisionales de datos hasta 2005)
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ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
PROCEDIMIENTO DE TRABAJO
Para este análisis realizaremos un estudio cualitativo de campo basado
en un sistema de encuestas a trabajadores y trabajadoras de empresas
andaluzas.
La unidad de análisis más elemental será el propio puesto de trabajo del
trabajador/a, que se realiza en unas instalaciones concretas y en el que se
manejan unos equipos de trabajo y unos materiales específicos, en un
determinado ambiente en el que, junto a unas condiciones físicas, químicas y
biológicas, existe una organización del trabajo que establece y controla otras
muchas variables, también capaces de influir positiva o negativamente en la
salud de éstos/as. Sin embargo, el diagnóstico debe ir más allá del propio
puesto de trabajo y trascender a ámbitos que rodean y determinan éste como
el modelo de organización preventiva de la empresa, la política de formación,
las redes de comunicación, etc.
En concreto se indagará sobre los siguientes factores:
a) Modelos de organización de la prevención de las empresas del
sector.
b) Actividad preventiva.
c) Condiciones de seguridad de los puestos de trabajo.
d) Condiciones ambientales.
e) Diseño de los puestos de trabajo e innovación tecnológica.
f) Carga de trabajo.
g) Factores psicosociales y organizativos.
Objetivos
De manera genérica el estudio pretende evidenciar la incidencia directa
de las condiciones de trabajo de los trabajadores y trabajadoras de nuestra
comunidad en la siniestralidad laboral.
Entre los objetivos específicos se encuentran:
– Determinar los factores laborales que pueden generar daños para la
población trabajadora andaluza.
– Conocer el nivel de percepción de los riesgos y daños a la salud
existentes.
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Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
–
–
–
–
Conocer las estructuras preventivas existentes en las empresas
andaluzas así como en nivel de implantación de sistemas de gestión
de prevención de riesgos laborales.
Comparar los resultados obtenidos de la investigación de campo con
las conclusiones obtenidas del análisis de la siniestralidad en
Andalucía.
Comparar los resultados obtenidos en la investigación sobre
condiciones de trabajo en Andalucía con los correspondientes a la
Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo.
Establecer líneas de actuación sindical en materia preventiva.
Diseño técnico
Universo de estudio
El universo estará compuesto por las empresas con trabajadores a su
cargo en la Comunidad Autónoma de Andalucía, correspondientes a todas las
actividades económicas y atendiendo al número de personal en plantilla,
pertenecientes a la Comunidad Autónoma de Andalucía. Las encuestas serán
realizadas por los/as trabajadores/as de dichas empresas.
La población de centros se ha obtenido del anuario del Instituto Andaluz
de Estadística.
Tamaño de la muestra y error muestral
Se determina una muestra de 400 empresas por muestreo aleatorio
simple sin reposición, con un nivel de confianza del 95% y con un error
máximo admisible no superior a 0,02775.
– Para cada rama de actividad el error oscila entre el 0,06 y el 0,075.
– Para cada tamaño de plantilla, el error oscila entre el 0,018 y el 0,032.
La distribución de la muestra realizada a empresas y trabajadores por
rama de actividad y plantilla se muestran a continuación:
Distribución de encuestas por sector económico, tamaño de plantilla y sexo
Tamaño de plantilla
Agricultura
Industria
Construcción
Comercio/Hostelería
Ofic. y serv. privados
Admón. pública
TOTAL
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2
1
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2
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2
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ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Afijación
La afijación de la muestra ha sido proporcional a la raíz cuadrada del
número de trabajadores.
Procedimiento de muestreo
Se estratifican los centros de trabajo por la actividad económica principal
y por la plantilla en el centro de trabajo. Las actividades económicas
corresponden a las siguientes:
– Agricultura, ganadería, caza, selvicultura y pesca
– Industria
– Construcción
– Comercio-Hostelería
– Oficinas y servicios privados
– Administración Pública
Según el tamaño de la plantilla, agrupamos en 4 grandes grupos:
– De 0 a 19 trabajadores
– De 20 a 49 trabajadores
– De 50 a 99 trabajadores
– De 100 o más trabajadores
Los centros de trabajo se han seleccionado de forma aleatoria. Para la
selección de los/as trabajadores/as, se realizó un muestreo aleatorio simple a
partir del listado del personal propio del centro de trabajo u obra existente el
día de la visita del entrevistador.
Cuestionarios
Los cuestionarios se han elaborado tomando como base los utilizados en
la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo.
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Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
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ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
CONTEXTO SOCIOECONÓMICO DE
ANDALUCÍA (2001-2005)
La siniestralidad laboral está relacionada con la actividad económica y
con la calidad de las relaciones laborales. Se trata de una realidad que en
ocasiones se ha pretendido utilizar como argumento para justificar los
incrementos que la siniestralidad ha experimentado en momentos donde la
actividad económica y el empleo crecían en Andalucía a un ritmo superior a su
entorno. Tal relación no es aceptable, por cuanto se pueda deducir de ella
una exoneración de la responsabilidad de las partes implicadas. En realidad,
cualquier accidente o la manifestación de una enfermedad profesional supone
una deficiencia en la acción preventiva que se sigue en una determinada
empresa y sólo desde la asunción de responsabilidades y de la aplicación de
medidas correctoras y preventivas se puede abordar desde su raíz la solución
a un problema de tanta envergadura y trascendencia.
Realizada esta precisión, la actividad económica es un contexto necesario
para comprender las causas de la siniestralidad y permite detectar “nichos”
donde la actividad laboral se vuelve más insegura. El comportamiento de la
actividad económica es además un condicionante del entorno laboral, y
ambos constituyen el escenario natural en la que se producen accidentes y
enfermedades profesionales, interactuando a su vez con las causas por los
que éstos se producen. Sería impensable intentar comprender la realidad de
la siniestralidad en Andalucía sin contextualizarla en el modelo de gestión
empresarial y laboral que hoy por hoy se impone en nuestra economía.
La economía andaluza se ha caracterizado en la última década por un
fuerte ritmo de crecimiento económico, que ha estado por encima del
experimentado en España y en la Unión Europea. Entre 1994 y 2004, la
economía regional ha crecido en un 50,6%, lo que supone cerca de 10 puntos
por encima de la economía española y 23,6 puntos más que la de la UE.
Como tendremos ocasión de ver, este ritmo de crecimiento ha tenido una
influencia positiva sobre la actividad laboral.
1.1. LOS SECTORES PRODUCTIVOS
Una caracterización básica de cualquier sistema se basa en la
distribución de la actividad económica en sectores productivos. Andalucía
presenta a este respecto un cuadro muy particular, en el que la actividad del
sector primario conserva aún un importante peso específico en relación con
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Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
las economías de su entorno, experimentando incluso repuntes de actividad
en contraste con el declive generalizado que la agricultura viene observando
en el entrono de la Unión. El sector presenta además un desarrollo mayor que
el conjunto del país, generando en torno al 7 por ciento del VAB y el 10,5 del
empleo regional. Esta situación convive con la prevalencia del sector servicios,
que ha alcanzado un protagonismo singular en la economía regional al
generar dos tercios del PIB andaluz y ocupar a más del 60 por ciento de
los/as trabajadores/as andaluces/as. Las actividades de mercado representan
alrededor del 70 por ciento del sector, y entre ellas destacan aquellas
relacionadas con el turismo, además del comercio al por menor y los
transportes, mientras que en el subsector que no se contrata en el mercado
se localizan los servicios de la administración pública, la educación y la salud.
Las ramas industriales y energéticas han alcanzado menor desarrollo. Las
actividades secundarias representan una cuarta parte de la economía
regional, tanto en términos de producción como en términos de empleo.
Considerando los subsectores principales, la construcción presenta en
Andalucía un grado de desarrollo superior a la media del país, mientras que la
actividad industrial se halla bastante alejada de los niveles nacionales, salvo
en lo que a la actividad agroindustrial se refiere.
La actividad industrial andaluza se concentra en gran medida en la zona
occidental de la comunidad, en torno a las infraestructuras industriales y
portuarias de Algeciras, Huelva y Sevilla, mientras que la actividad
constructora, aunque presenta un importante crecimiento en toda la
comunidad, sobresale en torno a los principales núcleos urbanos y
poblacionales, así como en las zonas costeras de mayor atractivo turístico.
Los rasgos fundamentales de los principales sectores productivos durante
el período de estudio son:
– Agricultura, Ganadería y Pesca. Como hemos señalado, posee en
Andalucía un mayor peso específico que en el ámbito nacional,
representando una cuarta parte del mismo. En 2001 supuso el 6% del
PIB regional y aportó el 9% del empleo andaluz, un comportamiento
positivo que continua durante 2002, año en que genera cerca de
6.000 millones de euros de valor añadido, y aportando seis décimas
al crecimiento del PIB regional. Destaca una vez más, la actividad
agraria sobre la pesquera, suponiendo la primera más del 95 por
ciento del VAB del sector.
Esta tendencia de crecimiento experimentada desde el año 2000 se
rompe en 2003, año en el que disminuye el VAB del sector un 7,38 por
ciento respecto al año anterior, registrando una aportación negativa al
crecimiento del PIB regional. Esta circunstancia se refleja también en
el empleo del sector primario. Según la EPA, en 2003 se produjo un
descenso de la ocupación de 1,83% respecto a 2002, aunque ese
mismo año el descenso fue mayor. También se ve reducida la
población activa del sector en 2003, debido fundamentalmente a un
trasvase entre sectores, en tanto que el resto ven incrementado su
número de activos.
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ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
–
–
–
Industria. Este sector presenta un menor desarrollo en Andalucía que
en el conjunto nacional, suponiendo en 2001 sólo el 9,6% del mismo.
Dentro de Andalucía, con una producción estimada de unos 11.900
millones de euros, su contribución al PIB se sitúa en el 13,6% -muy
alejado de la media nacional-, mientras que representa un 12,4% del
empleo. En 2002 el crecimiento es incluso ligeramente inferior al
ejercicio anterior, rondando el 1,0%.
Entre las grandes ramas de actividad industrial, la energía tuvo una
evolución claramente descendente durante todo el año, cerrando con
valores negativos. Por el contrario, la industria de transformación de
metales evolucionó más positivamente, mientras que los minerales no
energéticos y otras industrias manufactureras (textil, papel, etc) se
mantuvieron moderadamente. Un papel protagonista ocupa la
industria agroalimentaria, íntimamente vinculada al sector primario, y
cuyos ingresos suponen casi un tercio del total de los registrados por
la industria andaluza.
En 2003 la industria andaluza inicia una etapa de recuperación tras el
estancamiento sufrido en ejercicios anteriores, generando el 13,98%
del PIB regional. A pesar de ello se mantiene todavía a diez puntos
porcentuales menos que lo que representa el sector industrial en el
conjunto nacional.
Por ramas de actividad destacaron en 2003 las “industrias de
transformación de metales” y las “industrias extractivas y de
transformación de minerales no energéticos e industria química”.
Esta recuperación se refleja en el mercado de trabajo y en la
ocupación del sector, que vio incrementado su número de activos/as
y la ocupación en un 2,26%.
Construcción. En 2001 generó unos 8.800 millones de euros, lo que
supone el 16,4% de la producción del sector nacional. Ha sido uno de
los sectores más dinámicos en estos últimos años, y dentro de la
comunidad autónoma de Andalucía representa el 10% del PIB, el
12,7% de la población ocupada y el 9% del tejido empresarial.
Esta expansión se va ver acrecentada en los años siguientes; en
2002, la construcción generó 10.175 millones de euros en Andalucía,
lo que supone un incremento del 6,3 por ciento con respecto a 2001,
y representa el 12,5 por ciento del VAB regional.
En 2003, y por sexto año consecutivo, la construcción es el sector
que en mayor medida ve aumentar su VAB, concretamente un 7,35%
con respecto a 2002, muy por encima de los incrementos registrados
por la industria y los servicios.
Servicios. Supone el 13,5% del sector nacional. Aporta el 67,1% del
PIB -unos 53.000 millones de euros- y el 65,7% del empleo regional.
Asimismo, da cabida al 83% del tejido empresarial andaluz,
predominando la actividad del comercio con el 35% del total de las
empresas.
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Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
La preponderancia de este sector en Andalucía corre pareja al del
resto del territorio nacional. Las actividades terciarias ocupan un
papel destacado en la economía andaluza, tanto en términos de
producción como de empleo, a pesar de que desde el año 2000
muestra un crecimiento moderado. Aún así, en 2002 la mitad del
crecimiento económico regional se debe a este sector, que generó un
VAB de 57.271 millones de euros, el 66,5 por ciento del total andaluz.
A su vez, en 2003, el 64,7% del VAB andaluz se debe al sector y
concentró al 64,3% de la población ocupada andaluza.
El crecimiento de la producción andaluza en 2004 se ha basado
fundamentalmente en la aportación realizada por el Sector Servicios, que
supone aproximadamente la mitad del crecimiento total del PIB. Esta
aportación del Sector Servicios está en línea con lo ocurrido en el ámbito
nacional. Sin embargo, es notablemente inferior al incremento del VAB de la
Construcción y al del VAB agrario.
Ese mismo año se produjo un crecimiento significativo en el VAB agrario
en Andalucía, mientras que hubo un retroceso en el comportamiento de las
actividades primarias a nivel nacional.
El otro elemento a destacar es que el crecimiento del VAB industrial
andaluz sigue siendo superior al del conjunto nacional, lo que lleva a seguir
pensando en una posible reactivación del sector. Por su parte, se mantiene el
crecimiento observado en años anteriores en el sector de la Construcción, que
continúa siendo considerablemente superior al de la media nacional;
concretamente, en 2004, el crecimiento en este sector en Andalucía ha sido el
doble que el registrado en el conjunto del país.
Cabe que señalar que salvo la Agricultura, todos los sectores productivos
presentan una contribución positiva al Valor Añadido Bruto (VAB) andaluz en
el 2005. La Construcción, como ya ocurrió en 2003 y 2004, se muestra como
el sector más dinámico en Andalucía, si bien desacelera su ritmo de
crecimiento al final del período. Así, el incremento, en el tercer trimestre de
2005, de su VAB a precios básicos (VABp.b.) fue del 6,6%, un punto inferior al
registrado en el trimestre anterior.
Tras la Construcción, el sector Servicios es el que presenta un
crecimiento más elevado en el conjunto de la economía andaluza, con tasas
interanuales de aumento del VABp.b., cada vez más altas en los tres primeros
trimestres de 2005 (3,8%;3,9%;4%), pero sin alcanzar el crecimiento registrado
en el último trimestre del año anterior (4,2%).
De nuevo, y conforme a los últimos datos disponibles, también la
actividad industrial en Andalucía ha experimentado una ligera desaceleración
en su ritmo de crecimiento.
Así, las tasas interanuales de incremento del VAB p.b. de este sector en
los tres primeros trimestres de 2005 han sido del 0,6% (1,7 puntos inferior al
trimestre precedente), del 1,2% (seis décimas de aumento respecto al período
anterior) y del 1% (dos décimas menor).
16
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
En cuanto al sector primario, su evolución muestra una tendencia
descendente, aunque con reducciones cada vez más moderadas. En este
sentido, el VAB p.b. de la agricultura ha disminuido a tasas del 3,9%, del 2,5%
y del 2,4% en el primer, segundo y tercer trimestre de 2005, respectivamente.
1.2. EL TEJIDO EMPRESARIAL EN ANDALUCÍA
Por su parte, el tejido empresarial andaluz -Andalucía con unas 400.000
empresas ocupa el segundo lugar de la clasificación nacional- presenta unos
rasgos claramente definidos: en primer lugar, se caracteriza por una clara
atomización, siendo la pequeña empresa la principal protagonista; en
segundo lugar, más del 80% de las empresas andaluzas desarrollan su
actividad dentro de los sectores de servicios, especialmente en los sectores
del turismo, la hostelería y el comercio minorista.
Para el período 1999-2003, -según datos del DIRCE- el número de
empresas en Andalucía creció el 16,02%, porcentaje que fue superado por
todos los estratos de asalariados y sólo fue inferior en las empresas sin
asalariados. El crecimiento es mayor cuanto mayor es el tamaño de la
empresa, destacando que el número de empresas con 1.000 y más
asalariados (que consideramos muy grandes) casi se duplicó, así como que
las empresas grandes (entre 200 y 999 asalariados) tuvieron un incremento
casi del triple que la media.
Pese a ello, las empresas sin asalariados/as siguen suponiendo más de la
mitad del tejido empresarial andaluz, mientras que las grandes y muy grandes
apenas significan el 0,1% del total y las medianas cerca del 0,6%. El peso del
total de empresas sobre el conjunto de tejido empresarial español se ve
incrementado de manera constante año tras año, siendo mayor cuanto menor
es el tamaño de la empresa.
Por lo que se refiere a la distribución territorial, una gran parte del tejido
empresarial andaluz se encuentra concentrado en las provincias de Málaga y
de Sevilla (43% del total), y en especial alrededor de sus núcleos urbanos, los
cuales suponen un importante mercado potencial. Por el contrario, Granada,
Huelva, Córdoba y Jaén –especialmente las dos últimas- tienen menor peso
en los tramos de empresas más grandes.
17
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Tabla 1
Distribución de las empresas andaluzas según tamaño de plantilla.
1999-2003
TRAMOS ASALARIADOS/AS
Total empresas
Empresas sin asalariados/as
1 y 2 asalariados/as
De 3 a 5 asalariados/as
De 6 a 9 asalariados/as
De 10 a 19 asalariados/as
De 20 a 49 asalariados/as
De 50 a 99 asalariados/as
De 100 a 199 asalariados/as
De 200 a 499 asalariados/as
De 500 a 999 asalariados/as
De 1.000 a 4.999
asalariados/as
Más de 5.000 asalariados/as
Empresas con asalariados/as
Micro (1 a 9 asalariados/as)
Pequeña empresa de 10 a 49
Mediana empresa de 50 a 199
Gran empresa de 200 a 999
Gran empresa de más de 999
1999
359.426
204.761
91.843
32.265
13.426
9.895
5.219
1.211
506
248
33
2000
376.646
212.899
95.836
34.066
14.558
10.981
6.040
1.371
573
262
35
2001
384.086
210.253
100.091
36.730
17.147
11.403
5.996
1.492
607
304
37
2002
398.302
213.878
105.623
39.252
18.336
12.174
6.387
1.603
656
320
46
2003
417.006
220.040
112.626
42.153
19.597
12.864
6.884
1.707
689
364
45
Variac %
16,02
7,46
22,63
30,65
45,96
30,01
31,90
40,96
36,17
46,77
36,36
19
22
25
26
36
89,47
0
154.665
137.534
15.114
1.717
281
19
3
163.747
144.460
17.021
1.944
297
25
1
173.833
153.968
17.399
2.099
341
26
1
184.424
163.211
18.561
2.259
366
27
1
196.966
174.376
19.748
2.396
409
37
27,35
26,79
39,55
45,55
97,74
FUENTE: DIRCE-INE
En cuanto a su distribución por sectores, se ha experimentado un
aumento en el número de empresas en todos ellos, siendo significativo el
aumento en el sector de la Construcción. Aún así, si comparamos los datos
con la media nacional, vemos como en Andalucía, tanto el tejido empresarial
industrial como el de construcción se sitúan por debajo de la media española,
que sólo se ve superada en cinco puntos en el caso del comercio.
18
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Tabla 2
Empresas por sectores. España y Andalucía. 1999-2003
Andalucía
28.132
31.309
34.174
37.247
41.263
Comercio
Resto servicios
Total
empresas
España
129.005
173.500
132.832
182.595
134.492
184.560
136.251
193.235
138.915
204.653
Var
%
1,95
1,92
1,73
10,7
8
1,96
5,91
359.426
376.646
384.086
398.302
417.006
4,70
1999
2000
2001
2002
2003
Minería
Industria
Energía y agua
2.709
232.458
2.816
234.629
2.866
238.464
2.940
241.665
2.955
241.420
Minería
Industria
Energía y agua
Construcción
1999
2000
2001
2002
2003
458
28.014
317
489
29.070
351
503
29.993
364
512
30.652
405
522
31.241
412
2.615
2.770
2.932
3.174
3.663
Construcción
271.616
Comercio
786.384
Resto servicios
1.223.019
Total
2.518.801
empresas
FUENTE: DIRCE-INE
292.395
790.920
1.271.862
314.705
796.690
1.289.660
336.075
796.647
1.329.899
360.047
808.529
1.396.545
Var
%
0,51
-0,10
15,4
1
7,13
1,49
5,01
2.595.392
2.645.317
2.710.400
2.813.159
3,79
En cuanto a la forma jurídica, destaca que las sociedades cooperativas y
las personas físicas son las más utilizadas en Andalucía en relación España
(21,86% y 15,83%, respectivamente), mientras que las sociedades anónimas
destacan por su escaso uso en Andalucía (8,66%).
Tabla 3
Empresas por forma jurídica y provincia. 2003
Total
S.A.
S.L.
S. Colectivas
S. Comandit
C.B.
S.
Cooperativas
Asoc./ otros
tipos
Org
Autónomos y
Otros
Personas
físicas
Almería
33.947
860
9.323
6
0
953
Cádiz
54.462
1.264
12.842
4
0
1.376
Córdoba
41.964
1.030
10.473
1
0
1.739
Granada
49.662
1.040
11.565
4
0
2.280
Huelva
22.547
589
5.925
2
0
549
Jaén
32.444
500
5.897
3
0
1.700
Málaga
88.257
2.627
25.930
9
7
435
Sevilla
93.723
2.870
25.415
10
2
410
561
582
637
554
428
726
708
1.417
680
1.186
980
642
577
351
4.384
5.567
60
200
144
176
60
96
162
281
21.504
37.008
26.960
33.401
14.417
23.171
53.995
57.751
FUENTE: DIRCE-INE
19
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
1.3. EL MERCADO DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
El mercado de trabajo andaluz se ha venido caracterizando en las últimas
décadas por el amplio diferencial que mantiene su tasa de desempleo con
respecto a las tasas nacional y europea. Se trata de diferencias que
trascienden a los aspectos puramente económicos y que ha tenido
consecuencias en el ámbito social, condicionando el desarrollo
socioeconómico de Andalucía. Sobre las causas de estas desigualdades,
hemos de afirmar que, evidentemente, existen claras diferencias de partida en
el complejo productivo andaluz con respecto al de otras regiones españolas y
su capacidad de generar acumulación de capital no ha sido suficiente para la
puesta en marcha de experiencias empresariales que, a su vez, creen los
puestos de trabajo que la región ha venido demandando.
Comparativamente, la tasa de paro andaluza es de las más altas de
España, siendo sólo superada por Extremadura, que alcanza un 22,44 por
ciento, Ceuta (29,37 por ciento) y Melilla (23,20 por ciento).
Para hacer una rápida radiografía del mercado de trabajo en Andalucía,
unos de los primeros elementos a tener en cuenta se refiere a la actividad 2. La
tasa de actividad no ha dejado de crecer en Andalucía desde comienzos de la
década de los 80’, empujada por la incorporación de la mujer andaluza al
mercado de trabajo y caracterizándose además por un estancamiento, incluso
un ligero descenso, de la tasa de actividad masculina, que a pesar de todo se
sitúa todavía muy por encima de la femenina, con diferencias que alcanzan
los 26,12 puntos en Andalucía y los 22,31 en el total del cómputo nacional.
Pero no toda la incorporación de las mujeres a la actividad laboral se ha
traducido en la generación de nuevo empleo. Desde los primeros años
ochenta el paro afecta relativamente de forma mucho más intensa a las
mujeres.
En cuanto a la tasa de ocupación, tanto de varones como de mujeres, se
mantiene en Andalucía en niveles inferiores a la registrada a nivel nacional.
2
La actividad hace referencia a aquellas personas de 16 o más años que suministran mano
de obra para la producción de bienes y servicios o están disponibles y en condiciones de
incorporarse a dicha producción. La población activa está formada, por tanto, por las personas
ocupadas y aquellas desempleadas que muestran su predisposición a trabajar.
20
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Tabla 4
Tasa de ocupación por sexo (Andalucía)
Año
Hombres
1989
77,62
1990
79,60
1992
76,06
1993
70,40
1994
70,38
1995
71,29
1996
72,83
1997
74,22
1998
76,60
1999
80,03
2000
82,07
2001
84,09
2002
85,78
2003
86,38
2004
58,74
FUENTE: INE. Encuesta de Población Activa
Mujeres
62,92
63,56
63,50
60,55
56,26
56,90
58,17
58,22
60,49
62,37
65,35
68,52
71,47
73,51
30,83
Ambos sexos
73,00
74,47
71,82
67,02
65,41
66,09
67,42
68,20
70,62
73,35
75,70
78,18
80,35
81,43
44,49
Uno de los elementos que mejor caracterizan el mercado de trabajo es la
contratación. Mediante el análisis de su evolución es posible determinar en
buena parte la calidad el empleo existente, medida en términos de
contratación temporal o estable.
Pese a las distintas reformas laborales emprendidas, el peso específico
de la contratación indefinida sigue siendo ínfimo en el mercado de trabajo
andaluz. En términos generales, los resultados de estas sucesivas reformas
han tenido como principal consecuencia un espectacular aumento de la
contratación laboral, con especial protagonismo de la de corta duración,
sobre todo a partir de 1987, colocando a nuestro país a la cabeza del ranking
europeo de temporalidad en el empleo.
En Andalucía, la modalidad predominante de contratación ha sido la
temporal, de forma aún más acusada que en el resto de España. Además un
elevado porcentaje de los contratos a tiempo parcial son temporales y de muy
corta duración.
21
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Tabla 5
Evolución de los contratos registrados en Andalucía y España (Miles)
Años
1988
89
1990
1991
1992
93
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
002
2003
2004
Total
Fijos
Temporales
A tiempo parcial
Otros
España
Andalucía España
Andalucía España Andalucía España Andalucía España Andalucía
895,6
4.684,9
20,8
230,3
787,8
4.010,6
41,0
293,2
46,1
150,6
1.020,5
5.356,7
20,8
256,8
920,6
4.658,1
50,0
357,0
29,1
84,9
25,7
281,0
945,8
4.726,0
555,2
411,0
44,3
114,7
1.071,3
5.532,7
1.037,5
5.522,5
25,1
280,5
884,9
4.591,1
64,7
471,0
62,1
180,0
976,0
5.135,7
28,6
263,7
813,2
4.161,5
79,6
539,7
54,5
170,9
898,9
4.623,9
21,8
191,3
724,8
3.659,6
102,9
635,9
49,4
137,1
21,0
171,9
1.146,2
4.759,9
144,2
935,4
51,2
141,0
1.362,7
6.008,3
1.647,9
7.303,0
19,4
234,1
1.406,3
5.683,9
187,8
1.241,5
34,5
143,6
22,1
226,3
1.684,7
6.478,5
258,9
1.626,2
107,5
270,1
2.073,2
8.601,1
2.324,5
9.807,5
29,4
308,2
1.850,4
7208,7
305,2
1.983,0
139,5
307,5
2.654,7 11.349,6
47,5
503,3
2.076,8
8.146,3
372,8
2.367,1
157,6
332,8
53,0
600,4
2.297,6
9.417,1
397,9
2.412,8
183,7
394,7
2.932,3 12.825,0
3.033,9 13.609,2
60,4
735,5
3.356,6
9.929,4
424,7
2.512,1
192,17
432,1
3.189,5 13.583,8
47,7
572,0
2.466,7
9.882,5
454,0
2.665,2
220,9
463,9
3.275,4 13.639,4
69,1
734,8
2.571,2
9.841,5
484,9
2.798,5
150,2
318,6
3.518,0 14.114,2
77,1
707,6
2.800,1 10.248,8
546,5
2.940,4
94,3
217,4
3.882,8 15.737,3
85,7
796,7
3.148,5 11.223,5
645,6
3.518,9
88,7
197,2
FUENTE: Estadística de Contratos Registrados. INEM.
Desde el punto de vista de los efectos de las distintas reformas
acometidas sobre la evolución de la contratación, señalaremos que es a partir
de 1993 cuando se impulsan las contrataciones, tanto en el ámbito nacional
como autonómico. En Andalucía en este decenio se multiplican las
contrataciones por 4,32 y en España por 3,40. El ritmo de crecimiento del
empleo, sin embargo, ha sido mucho más moderado. En el mismo periodo,
los/as ocupados/as en Andalucía tan sólo aumentaron en un 58,28 por ciento.
Este contraste indica un acusado proceso de rotación en el empleo. Por tanto,
muchas de las personas que en ese decenio pasaron por el mercado de
trabajo andaluz lo hicieron en más de un empleo o, al menos, con más de un
contrato.
Este proceso se acentúa a partir de 1995, año en el que se produce un
índice de rotación de 27,9 por ciento y, de forma aún más acentuada, desde
1997, en el que se alcanza el 33 por ciento.
Otra manifestación de la precariedad es la estacionalidad en el empleo,
una consecuencia de la estructura económica andaluza. Esta estacionalidad
es especialmente fuerte en determinadas provincias (Almería, Córdoba,
Huelva, y sobre todo, Jaén).
Por último, señalaremos que se trata de una situación indeseada en la
abrumadora mayoría de las personas que sufren esta situación. El 83,79 por
ciento de las personas que han suscrito un contrato temporal afirman que lo
han hecho porque no han podido encontrar un empleo estable.
22
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
LOS DAÑOS LABORALES: ACCIDENTES DE
TRABAJO Y ENFERMEDADES
PROFESIONALES
LOS ACCIDENTES DE TRABAJO
Según el artículo 115 de la Ley General de la Seguridad Social (LGSS) se
entiende por accidente de trabajo (AT) toda “lesión corporal que el trabajador
sufre con ocasión o a consecuencia del trabajo que ejecuta por cuenta ajena”.
Esta definición legal se refiere tanto a las lesiones que se producen en el
propio centro de trabajo como a las acaecidas durante el trayecto entre éste y
el propio domicilio del trabajador/a (“accidentes in itinere”).
Los accidentes son los indicadores inmediatos y más evidentes de unas
malas condiciones de trabajo y, dada su gravedad, la lucha contra los mismos
es siempre el primer paso de toda la actividad preventiva.
Pero no todo daño derivado del trabajo acaba considerándose accidente
de trabajo pues, para que así ocurra, habrán de darse las siguientes
circunstancias:
a) que el régimen de Seguridad Social que le sea de aplicación a la
persona accidentada le permita estar protegida de la contingencia
profesional de accidente de trabajo,
b) que concurran en el siniestro alguna de las circunstancias que exige
el art. 115 de la Ley General de la Seguridad Social para considerarlo
accidente de trabajo.
Siguiendo también la LGSS, tendrá la consideración de accidente de
trabajo:
a) Los que sufra el trabajador al ir o al volver del lugar de trabajo,
denominados in itinere.
b) Los que sufra el trabajador con ocasión o como consecuencia del
desempeño de cargos electivos de carácter sindical, así como los
ocurridos al ir o al volver del lugar donde se ejerciten las funciones
propias de su cargo.
c) Los ocurridos con ocasión o por consecuencia de las tareas, que aún
siendo distintas a las de su categoría profesional, ejecute el
trabajador en cumplimiento de las órdenes del/a empresario/a o
espontáneamente en interés del buen funcionamiento de la empresa.
23
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
d) Los acaecidos en actos de salvamento y en otros de naturaleza
análoga cuando unos y otros tengan conexión con el trabajo.
e) Las enfermedades no incluidas en el cuadro de enfermedades
profesionales que contraiga el trabajador con motivo de la realización
de su trabajo.
f) Las enfermedades o defectos padecidos con anterioridad por el
trabajador que se agraven como consecuencia de la lesión
constitutiva del accidente.
g) Las consecuencias del accidente que resulten modificadas en su
naturaleza, duración, gravedad o terminación por enfermedades
intercurrentes que constituyan complicaciones derivadas del proceso
patológico determinado por el accidente mismo o tengan su origen en
afecciones adquiridas en el nuevo medio en el que se halla situado el
paciente para su curación.
Se presumirán salvo prueba en contrario, que son constitutivas de
accidente de trabajo las lesiones que sufra el trabajador durante el tiempo y
en el lugar de trabajo.
No obstante lo establecido en los apartados anteriores, no tendrán
consideración de accidente de trabajo:
a) Los debidos a fuerza mayor extraña al trabajo, entendiendo por tal la
que no guarde ninguna relación con el trabajo que se ejecuta al
ocurrir el accidente. En ningún caso se considerará fuerza mayor
extraña al trabajo fuerza mayor extraña al trabajo la insolación, el rayo
y otros fenómenos análogos de la naturaleza.
b) Los que sean debidos al dolo o imprudencia temeraria del trabajador
accidentado.
No impedirán la calificación de un accidente como de trabajo:
– La imprudencia profesional que es consecuencia del ejercicio habitual
de un trabajo y se deriva de la confianza que éste inspira.
– La concurrencia de responsabilidad civil o criminal del/a
empresario/a, de un compañero de trabajo del accidentado o de un
tercero, salvo que no guarde relación alguna con el trabajo.
Es necesario diferenciar también el incidente del accidente. Hablamos de
incidente cuando se produce un suceso anormal, no deseado ni querido, que
se presenta de forma inesperada e imprevista y que interrumpe la normal
continuidad de un trabajo. Cuando un incidente encierra la posibilidad de
lesiones personales y éstas se materializan de forma efectiva, tenemos un
accidente. Un incidente sin posibilidad de lesiones es una avería.
No se deben confundir tampoco los accidentes con sus posibles
consecuencias. Éstas son las manifestaciones y exteriorizaciones de las
pérdidas ocasionadas por ellos, comprendiendo estructuras personales y
materiales que pueden verse afectadas en el ambiente donde el accidente
tiene lugar.
24
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
A todo el conjunto de consecuencias derivadas de los accidentes las
denominamos pérdidas. Existen pérdidas en la salud que son las lesiones y
pérdidas materiales que son los daños.
Los accidentes se originan por unas causas determinadas que pueden
ser previsibles si se analiza la génesis y la secuencia de cómo éstos suceden.
Una vez que hayan ocurrido y las consecuencias sean irremediables, es
preciso aprovechar la lección para evitar su repetición tomando las medidas
preventivas necesarias. La recopilación detallada de los accidentes es una
valiosa fuente de información que es conveniente aprovechar al máximo, para
lo cual es importante que una serie de datos referentes al propio accidente y
al entorno físico y temporal en el que se ha producido, queden registrados
para su posterior análisis estadístico, que servirá para conocer la
accidentalidad y sus circunstancias comparativamente entre secciones,
empresas o sectores productivos.
Al analizar un accidente, sea en el mismo lugar en que ha ocurrido o
leyendo una descripción del mismo, apreciamos una serie de factores clave
que permiten la correcta clasificación del accidente y permiten al analista
averiguar las causas que lo han originado.
Entre estos factores están:
– Perfil del accidentado. Para determinar el perfil de la persona que se
accidenta, se incluyen datos relativos al sexo, edad, y sector
productivo al que pertenece, así como al tipo de ocupación, donde se
describe también el nivel de cualificación, el régimen de la Seguridad
Social al que pertenece la persona, el tipo de contrato o relación
laboral, y la antigüedad tanto en la empresa como en el puesto de
trabajo (que junto con la edad se toma como referente principal en
cuanto a la experiencia del/la trabajador/a).
– Perfil de la empresa. Se incluyen datos relativos al sector productivo y
la rama de actividad económica que se da en la empresa donde se
produce el accidente.
También se tiene en cuenta el tamaño de la empresa, en función del
número de trabajadores/as, así como si tiene subcontratados o no
determinados servicios con otras empresas.
– Perfil del accidente. Para caracterizar el perfil del accidente se tienen
en cuenta aspectos como:
•
Lugar del accidente: Se refiere a si el accidente se ha producido
en el centro de trabajo habitual o no habitual, o durante un
desplazamiento producido dentro de la jornada laboral.
•
Tiempo del accidente: Se refiere al día de la semana, la hora del
día y la hora dentro de la jornada de trabajo.
•
Forma del accidente: Es el suceso que directamente dio como
resultado la lesión.
•
Agente material del accidente: Es el objeto, sustancia, o local en
que existía la condición peligrosa que produjo el accidente.
25
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
•
Naturaleza de la lesión/parte del cuerpo lesionada: Por naturaleza
de la lesión entendemos el tipo de lesión física sufrida. Identifica
la lesión en función de sus características físicas principales. Por
ubicación de la lesión o parte del cuerpo lesionada entendemos
la parte del cuerpo humano directamente afectada por la lesión
(mano, pie, etc.).
•
Causas más frecuentes: Las causas que originan los accidentes
de trabajo pueden ser inmediatas (condiciones materiales del
trabajo, factores relativos al medio ambiente y lugar de trabajo, o
de carácter individual) o básicas, relativas a los procedimientos y
organización del trabajo y a la gestión de la prevención de riesgos
laborales.
LAS ENFERMEDADES PROFESIONALES
Por su parte, la Ley General de la Seguridad Social define las
enfermedades profesionales como aquellas contraídas “a consecuencia del
trabajo ejecutado por cuenta ajena, en las actividades especificadas en el
cuadro aprobado en las disposiciones de desarrollo de esta Ley y que esté
provocada por la acción de los elementos o sustancias que en dicho cuadro
se indiquen para cada enfermedad profesional” (Art. 116 de la LGSS).
Según el artículo 116 de la Ley General de Seguridad Social para estar
ante una Enfermedad Profesional son necesarios dos requisitos:
1. Que la misma sea consecuencia de las actividades que se
especifican en el cuadro de Enfermedades Profesionales. Esto
significa que no basta que se haya contraído una enfermedad en el
trabajo, sino que se requiere además que se trata de las incluidas en
el cuadro de Enfermedades Profesionales aprobado por el citado
Real Decreto. Las enfermedades adquiridas como consecuencia del
trabajo que no se encuentren reflejadas en el cuadro se pueden
considerar incluidas en el concepto de accidente laboral, pero no
tienen la consideración de Enfermedades Profesionales.
2. Que proceda de la acción de sustancias o elementos que en dicho
cuadro se indiquen para cada enfermedad, es decir, es necesario que
se haya producido precisamente por los elementos, sustancias o
agentes que detalla el cuadro para cada tipo de enfermedad. Si las
sustancias que causan la merma de la salud provienen o se
encuentran en el trabajo, pero no se contemplan en el cuadro,
estaríamos ante una enfermedad que tendría la consideración de
accidente de trabajo, pero no de enfermedad profesional.
Las enfermedades no incluidas en el cuadro mencionado, no se
consideran legalmente como Enfermedades Profesionales, sino como
enfermedad común o, en su caso, como Accidentes de Trabajo, siempre que
26
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
se determine que dicha enfermedad ha sido contraída como consecuencia
del trabajo.
El cuadro de Enfermedades Profesionales que se incluye en el RD
1995/78 de 12 de mayo, agrupa dichas enfermedades, en seis grandes
grupos:
– Enfermedades producidas por agentes químicos.
– Enfermedad Profesional derivada de infecciones o parásitos.
– Enfermedades producidas por agentes físicos.
– Enfermedades sistémicas.
– Enfermedades Profesionales de la piel causadas por sustancias y
agentes no incluidos en otros apartados.
– Enfermedades Profesionales por la inhalación de sustancias y
agentes no incluidos en otros apartados.
Cualquier enfermedad profesional supone un deterioro lento y paulatino
de la salud de la persona que la padece debido a una exposición crónica a
situaciones adversas, sean éstas producidas por el ambiente en que se
desarrolla el trabajo o por la forma en que éste se encuentra organizado.
En muchas ocasiones es complicado comprobar que la aparición de la
enfermedad está directamente relacionada con el trabajo, ya que en muchos
casos los efectos pueden acumularse y los síntomas permanecer latentes y
manifestarse incluso años después de haber cesar la exposición a la
condición peligrosa.
Existen cinco factores que determinan una Enfermedad Profesional:
1. Concentración del agente contaminante en el ambiente de trabajo.
Existen valores máximos tolerados establecidos para muchos riesgos
físicos, químicos y biológicos que suelen estar presentes
habitualmente en el centro de trabajo de los cuales es previsible que
en condiciones normales no produzcan daño al trabajador expuesto.
2. Tiempo de exposición. El límite de exposición se referirá normalmente
a tiempos de exposición determinados relacionados con una jornada
laboral normal y con un período medio de vida laboral activa (entre
treinta y cuarenta años).
3. Las características personales de cada individuo. La concentración
del agente contaminante y el tiempo de exposición se establecen
para una población normal, por lo que habrá que considerar en cada
caso las condiciones de vida, estado de salud y las constantes
personales de cada individuo.
4. La relatividad de la salud. El trabajo es un fenómeno en constante
evolución. Los métodos de trabajo y los procesos utilizados son cada
día más diversos y cambiantes y también lo son conceptos que de
salud y Enfermedad Profesional están vigentes en una sociedad, por
lo que limitarse a lo establecido oficialmente no es garantía para
27
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
enfocar el problema de las Enfermedades Profesionales en su real
dimensión.
5. La presencia de varios agentes contaminantes al mismo tiempo. Los
valores máximos tolerados de concentración del agente contaminante
se ha de cuestionar cuando existen varias condiciones agresivas en el
mismo puesto de trabajo.
28
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
EVOLUCIÓN DE LA SINIESTRALIDAD
LABORAL EN ANDALUCÍA PARA EL PERÍODO
2001-2005
La principal fuente de datos estadísticos para la elaboración de este
informe es la contenida en los Anuarios Laborales elaborados por el Ministerio
de Trabajo y Asuntos Sociales y la proporcionada por la Dirección General de
Seguridad y Salud Laboral de la Consejería de Empleo de la Junta de
Andalucía.
Estos datos estadísticos parten de los extraídos del Sistema Delt@,
procedentes de los partes de accidentes de trabajo e incorporados a una
aplicación informática, denominada sYe (base de datos), que efectúa las
agrupaciones de datos que se presentan.
A la hora de realizar un análisis evolutivo de la siniestralidad laboral en
Andalucía en el período de estudio seleccionado, 2001-2005, nos
encontramos con diversos obstáculos que imposibilitan un tratamiento
homogéneo de algunos aspectos, debido fundamentalmente a las siguientes
causas:
−
Los únicos datos definitivos disponibles corresponden a 2001; a partir
de este año, la valoración de los datos debe hacerse de forma
ponderada al tratarse todavía de aproximaciones.
−
En 2003 se implanta un nuevo sistema de notificación y tramitación de
accidentes de trabajo, pasando del antiguo modelo de notificación
establecido en la Orden de 16 de diciembre de 1987, a la notificación
mediante herramientas telemáticas del Sistema de Declaración
Electrónica de Accidentes de Trabajo, (DELT@), de cuya
administración es responsable la Subdirección General de Proceso de
Datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, y que está
regulado por la Orden TAS/2926/2002, de 19 de noviembre de 2002, y
que está operativo desde el 1 de enero de 2003. Este nuevo sistema
de notificación nace desde la necesidad de armonizar la
homogeneidad de los datos relativos a los accidentes de trabajo
ocurridos en todos los Estados de la Unión Europea, y que forman
parte del proyecto iniciado en 1990 de Estadísticas Europeas de
Accidentes de Trabajo, coordinado por la Dirección General de
Empleo y Asuntos Sociales de la Comisión y por la Oficina de
Estadísticas de la Unión Europea (EUROSTAT).
29
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
−
Se han utilizado fuentes estadísticas distintas y heterogéneas al no
estar disponibles los datos relativos al período de estudio en una sola.
Así, se han consultado los Anuarios de Estadísticas Laborales del
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, de donde se han extraído
los datos correspondientes a los años 2001, 2002 y 2003, mientras
que el análisis de la siniestralidad laboral de los años 2004 y 2005 se
ha realizado según los avances estadísticos de la Dirección General
de Seguridad y Salud Laboral de la Consejería de Empleo.
En el presente capítulo realizaremos un estudio detallado de estos datos
en el periodo comprendido entre 2001 y 2005. Para ello intentaremos que la
metodología a seguir parta de una metodología comparativa, pero no siempre
nos va a ser posible hacerlo porque los datos no siempre tienen naturaleza
coincidente, por lo que completaremos la información con un detalle anual de
cada apartado.
ACCIDENTES DE TRABAJO CON BAJA
La curva de evolución de los accidentes de trabajo con baja registra una
marcada tendencia al alza que se ve bruscamente interrumpida en 2003. Entre
2001 y 2002 se produce un incremento del 3,68%, que se ve superado en el
bienio 2003-2004, al aumentar en un 9,48%, y en el 2004-2005, en el que se
suaviza el crecimiento, pero aún así prácticamente dobla el de 2001, al
colocarse en un 6,73%. No obstante, la cuestión más llamativa es la
significativa caída de la siniestralidad que se produce entre 2002 y 2003, en la
que la caída de este tipo de accidentes es del 16,56%.
En este sentido, cabe destacar que en 2001 la siniestralidad andaluza
suponía el 15,2% del total de accidentes con baja acaecidos aquel año en
España, y que la población ocupada andaluza representaba un 15,32% de la
española aquel año, de lo que puede deducirse que la Comunidad Autónoma
no presenta una desviación severa con respecto a la media nacional.
30
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Evolución número accidentes de trabajo con baja. Andalucía
2001-2005
165000
162321
160000
158265
156553
155000
150000
148286
145000
140000
135000
135442
130000
125000
120000
1
2
3
4
5
Este acusado descenso merece al menos dos consideraciones. La
primera tiene con que la evolución de los accidentes no es homogénea según
su gravedad. Así, mientras que los accidentes mortales y graves han
mantenido su tendencia a la baja durante todo el periodo, los accidentes
considerados leves son los responsables directos de los aumentos
constantes de los índices de accidentalidad con baja y, en el caso que nos
ocupa, del drástico descenso de 2003. Hay una cuestión de carácter
administrativa que puede tener relación con este hecho. El 29 de noviembre
de 2003 se pone en funcionamiento el sistema Delt@, estableciéndose a partir
de este momento un periodo de transición de dos meses, pasando a ser
obligatorio en 2004.
Tabla 6
Evolución de los Accidentes Laborales con baja producidos dentro de la
jornada de trabajo en Andalucía según la gravedad de la lesión
Leves
Graves
Mortales
2001
152.961
3.370
222
2002
158.799
3.309
213
2003
138.581
2.697
164
2004
145.668
2.466
152
2005
155.826
2.289
150
FUENTE: Boletín Laboral del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Avances estadísticos de
la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía.
31
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
(2001) La gran mayoría de los accidentes de trabajo con baja se
produjeron en jornada de trabajo; en concreto, el 92,63% (145.023) frente al
7,36% (11.530) restante que fueron accidentes in itinere, de los cuales 10.828
fueron leves, 638 mortales y 64 mortales.
Accidentes leves
El cómputo de accidentes leves en el periodo estudiado (2001-05) indica
que sólo han experimentado un aumento de 2.865, lo que supondría que tan
sólo han crecido un 1,83%. Sin embargo, ya hemos señalado que existe un
fuerte factor de distorsión en 2003 que hay que ponderar. En cualquier caso, y
salvando esta circunstancia, la tendencia que observa este tipo de accidentes
es a crecer de forma sostenida.
El año de mayor accidentalidad fue 2002, alcanzando los 162.321
accidentes. Cabe señalar que este tipo de accidentes son los más
numerosos, constituyendo en 2005 el 98,46% del total de accidentes con baja
registrados en Andalucía.
Evolución número accidentes de trabajo con baja. Leves.
Andalucía 2001-2005
165000
160000
158799
155826
155000
152961
150000
145668
145000
140000
135000
132642
130000
125000
120000
115000
1
32
2
3
4
5
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Sin embargo, la tendencia más destacable de este periodo es la
tendencia al alza de este tipo de accidentes, que arrastra por su volumen al
conjunto del cómputo de accidentes.
Tabla 7
Variación del número de accidentes leves con baja en Andalucía (2001-2005)
2001-02
2002-03
2003-04
2004-05
Términos absolutos
5.838
-9.041
13.026
10.158
Porcentajes
+3,82
-16,47
+9,82
+6,97
FUENTE: Boletín Laboral del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Avances estadísticos de la
Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía.
Accidentes graves
Pese a la tendencia general al alza de los accidentes laborales con baja,
los mortales han mantenido un descenso continuado durante el periodo. Se
trata de un descenso que también se acentúa en 2003, alcanzando una caída
del 18,49%, pero a diferencia de los accidentes leves, esta tendencia se
consolida en años posteriores.
Evolución de los accidentes laborales graves con baja en
Andalucía (2001-05)
4000
3500
3370
3309
3000
2636
2500
2466
2289
2000
1500
1000
500
0
2001
2002
2003
2004
2005
Esta tendencia a la baja se consolida año a año, de manera que en el
quinquenio de referencia se registra un descenso acumulado de 36,05 puntos
porcentuales.
33
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Tabla 8
Variación del número de accidentes graves con baja en Andalucía (20012005)
2001-02
2002-03
2003-04
2004-05
Términos
-61
-612
-231
- 177
absolutos
Porcentajes
-1,81
-18,49
-8,57
-7,18
FUENTE: Boletín Laboral del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Avances estadísticos de
la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía.
Accidentes mortales
Son los accidentes mortales los que mayor alarma social crean y, como
es natural, los que generan situaciones más dramáticas. Los accidentes
mortales en Andalucía han experimentado un descenso durante el periodo de
referencia que parece haberse estancado en 2004.
Como en los casos anteriormente expresados, fue en 2003 donde se
produjo una reducción más pronunciada, llegando a un 23% de descenso con
respecto al año anterior. Esta tendencia se atenúa al año siguiente, hasta
prácticamente estancarse en 2005. Se da además la circunstancia de que los
datos avanzados para 2006 situarían la siniestralidad cerca de las 150
muertes, lo que confirmaría un estancamiento de este indicador de
siniestralidad durante tres años consecutivos.
Tabla 9
Variación del número de accidentes mortales con baja en Andalucía (20012005)
2001-02
2002-03
2003-04
2004-05
Términos
-9
-49
-12
-2
absolutos
Porcentajes
-4,0
-23,0
-7,32
-1,32
FUENTE: Boletín Laboral del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Avances estadísticos de
la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía.
34
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Evolución número accidentes de trabajo con baja. Mortales.
Andalucía 2001-2005
250
222
213
200
164
150
152
150
100
50
0
1
2
3
4
5
LA EVOLUCIÓN DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL POR PROVINCIAS
Sevilla y Málaga son las provincias que mayor número de accidentes
registran en cada año del periodo de estudio. En ambas provincias coinciden
las circunstancias de que son las que más población tienen y, a la vez,
resultan ser las provincias con mayor actividad económica. Además, se da la
circunstancia de que el año con mayores tasas de siniestralidad fue 2002. El
mismo comportamiento tuvo en Cádiz, Córdoba y Granada, mientras que
Almería, Huelva y Jaén experimentaron un ligero descenso ese año.
35
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Evolución accidentalidad Almería 2001-2004
18000
16000
15398
14279
14000
11972
12989
12000
10000
8000
6000
4000
2000
0
2001
2002
2003
2004
Evolución accidentalidad Cádiz 2001-2004
25000
24428
24000
23000
22785
22000
21260
20541
21000
20000
19000
18000
2001
36
2002
2003
2004
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Evolución accidentalidad Córdoba 2001-2004
14500
14246
14192
14000
13550
13500
12914
13000
12500
12000
2001
2002
2003
2004
Evolución accidentalidad Granada 2001-2004
14500
13962
14000
13500
13401
13000
12747
12517
12500
12000
11500
2001
2002
2003
2004
37
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Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Evolución accidentalidad Huelva 2001-2004
12000
11.584
11.486
11500
11000
10.553
10500
10.257
10000
9500
2001
2002
2003
2004
Evolución accidentalidad Jaén 2001-2004
12000
11.194
10.519
9.810
10000
9.033
8000
6000
4000
2000
0
2001
38
2002
2003
2004
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Evolución accidentalidad Málaga 2001-2004
36000
35433
35000
34000
33417
33000
32000
31662
30721
31000
30000
29000
28000
2001
2002
2003
2004
Evolución accidentalidad Sevilla 2001-2004
39000
37.968
38000
37000
36000
34.913
35000
34.704
34.582
34000
33000
32000
2001
2002
2003
2004
Teniendo en cuenta los accidentes laborales con baja ocurridos en
jornada de trabajo, destacan Sevilla y Málaga como las provincias que
39
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
registraron más accidentes, mientras que Jaén y Huelva son las que menos.
En 2001, destacan las provincias de Jaén (-6,9%), Almería (-3,2%), y Huelva (1,3%) con un comportamiento general positivo, mientras que el resto de
provincias andaluzas (excepto Granada) han presentado un incremento en
siniestralidad, destacando por su mayor porcentaje las provincias de Sevilla y
Cádiz con unas variaciones de 9,5 y 7,3%, respectivamente.
Tabla 10
Distribución por provincias de accidentes con baja en jornada de trabajo.
Andalucía 2001-2002
Provincia
2001
2002
% Variación
Almería
13.777
13.331
-3,2%
Cádiz
21.277
22.831
+7,3%
Córdoba
13.389
13.384
-0,0%
Granada
12.341
12.878
+4,3%
Huelva
11.062
10.918
-1,3%
Jaén
10.725
9.981
-6,9%
Málaga
30.654
32.267
+5,2%
Sevilla
31.798
34.827
+9,5%
FUENTE: MTAS
Accidentes de trabajo con baja por provincias.
Andalucía 2002
37.968
Sevilla
35.433
Málaga
10.519
Jaén
11.486
Huelva
Granada
13.962
Córdoba
14.246
24.428
Cádiz
14.279
Almería
0
5000
10000
15000
20000
25000
30000
35000
40000
Centrados ya en la evolución de los datos para el año 2001-02, si
comparamos los datos provinciales con la gravedad del accidente, Sevilla,
Cádiz y Málaga son las provincias con mayor incremento del número de
accidentes leves, mientras que Jaén y Almería experimentan los mayores
descensos.
40
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
En lo referente a accidentes graves son destacables los incrementos
porcentuales de Granada y Huelva, de 24,5 y 17,9, respectivamente. El resto
de las provincias, excepto Sevilla, presentaron comportamientos decrecientes,
destacando Almería con una reducción de 20,5 y Jaén y Málaga, ambas con
12,4%.
En cuanto a los accidentes con resultado de muerte, Cádiz es la provincia
con mayor incremento respecto a 2001, un 22,7. En el extremo opuesto se
sitúa Jaén que experimenta en 2002 una reducción del 53,3% en el número de
accidentes mortales.
Tabla 11
Distribución por provincias y gravedad de accidentes con baja en jornada de
trabajo. Andalucía 2001-2002
2001
Almería
13.602
Cádiz
20.942
Córdoba 13.137
Granada 12.109
Huelva
10.872
Jaén
10.501
Málaga
29.967
Sevilla
31.003
FUENTE: MTAS
Leves
2002
13.198
22.519
13.152
12.591
10.699
9.791
31.662
34.010
% Inc
-2,9
+7,5
+0,1
+3,9
-1,5
-6,7
+5,6
+9,6
2001
151
313
238
220
178
209
659
764
Graves
2002
120
285
211
274
210
183
577
783
% Inc
-20,5
-8,9
-11,3
+24,5
+17,9
-12,4
-12,4
+2,4
2001
24
22
14
12
12
15
28
31
Mortales
2002 % Inc
13
-45,8
27 +22,7
21 +50,0
13
+8,3
9
-25,0
7
-53,3
28
0,00
34
+9,6
En 2003 se aprecia la reducción del número de accidentes de trabajo con
baja se extiende a todas las provincias andaluzas. Ahora bien, si pasamos a
contemplar también la gravedad, el comportamiento de las distintas
provincias es muy diferente:
–
Todas las provincias presentan una reducción del número de
accidentes leves, si bien destacan Jaén, Huelva y Cádiz con unas
variaciones de -17,4, -9,7 y -9,3%. En el extremo opuesto se sitúa
Sevilla con un descenso de solo 1,4%.
–
En cuanto a los accidentes graves, cuatro provincias andaluzas
registran fuertes crecimientos; Granada (+66,4), seguida de Almería,
Córdoba y Cádiz. El resto de las provincias disminuyen el número de
accidentes graves, destacando Huelva, que experimenta un descenso
de -21,4%.
–
Por último es preciso hacer notar que en el caso de accidentes
mortales, Jaén experimenta la variación más alta de toda la
comunidad (+85,7) y Córdoba registra el descenso más alto (42,8%).
41
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Tabla 12
Accidentes de trabajo con baja. Andalucía 2002-2003
Almería
Cádiz
Córdoba
Granada
Huelva
Jaén
Málaga
Sevilla
FUENTE: MTAS.
2002
13.198
22.519
13.152
12.591
10.699
9.791
31.662
34.010
Leves
2003
12.532
20.410
12.193
11.710
9.658
8.082
30.479
33.517
%
-5,0
-9,3
-7,2
-6,9
-9,7
-17,4
-3,7
-1,4
2002
120
285
211
274
210
183
577
783
Graves
2003
144
315
238
456
165
164
543
672
%
+20,0
+10,5
+12,7
+66,4
-21,4
-10,3
-5,8
-14,1
2002
13
27
21
13
9
7
28
34
Mortales
2003
20
22
12
12
10
13
28
47
%
+53,8
-18,5
-42,8
-7,6
+11,1
+85,7
0,0
+38,2
Accidentes de trabajo con baja por provincias.
Andalucía 2003
Sevilla
34.236
Málaga
31.050
Jaén
8.259
Huelva
9.833
Granada
12.178
Córdoba
12.443
Cádiz
20.747
Almería
12.696
0
5000
10000
15000
20000
25000
30000
35000
40000
Fuente: Consejería de Empleo
En 2004, Sevilla y Málaga vuelven a ser las provincias que registran mayor
número de accidentes, seguidas de Cádiz y Córdoba.
42
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Accidentes leves por provincias en jornada de trabajo
Andalucía 2004
Sevilla
34.088
Málaga
31.067
Jaén
9.617
Huelva
10.376
Granada
12.190
Córdoba
13.321
Cádiz
21.006
Almería
12.807
0
5000
10000
15000
20000
25000
30000
35000
40000
SECTORES ECONÓMICOS
Con ligeras variaciones, la evolución de la accidentalidad en los cuatro
grandes sectores económicos presenta una evolución discontinua similar a la
presentada por el cómputo general de accidentes registrados en el
quinquenio, pero con comportamientos distintos que pasaremos a comentar.
El incremento de accidentes es más pronunciado en el sector de la
construcción, que crece a un ritmo que dobla la media de 2003 (7,28%),
cuatro puntos más en 2004 (9,35%) y casi el doble en 2005 (12,01%). La
construcción además supone el 31,09% del total de accidentes del periodo,
un dato inquietante si consideramos que su aportación al grupo de ocupados
en 2005 era tan sólo 15,32%.
El sector servicios es sin duda el que mayor porcentaje de accidentes
aporta durante el periodo de estudio, un 40,23% del total. Es necesario
recordar que la aportación en términos de ocupación de este sector al
mercado de trabajo andaluz es el más alto, el 65,01% del total de ocupados.
También es preciso señalar que pese a las alteraciones en su línea coinciden
básicamente con el comportamiento de la gráfica general de accidentes (un
ascenso continuo interrumpido en 2003), sus ritmos de crecimiento son más
moderados y por debajo de la media general: 3,84% en 2002 (frente al
3,65%), 2,97% en 2004 (frente al 9,35%) y 5,94% en 2005 (frente al 6,64%).
En términos de actividad, el sector servicios destaca en las ramas de
actividad de comercio, reparación de vehículos, hostelería y las actividades
sanitarias, veterinarias y de servicios sociales.
43
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Evolución accidentes de trabajo con baja por sectores
económicos. Andalucía 2001-2005
80000
70000
60000
50000
40000
30000
20000
10000
0
2001
2002
Agricultura
2003
Industria
2004
2005
Construcción
Servicios
Tabla 13
Accidentes con baja por años y sectores en Andalucía (2001-2005)
2001
2002
2003
2004
2005
Agricultura
12831
12242
9638
11093
10529
Industria
29544
29924
24206
28206
29361
Construcción
46047
49401
42388
48021
53787
Servicios
68131
70754
59210
60966
64588
Totales
158554
164323
137445 150290 160270
FUENTE: Consejería de Empleo Junta de Andalucía
El sector industrial también presenta una curva de nuevo similar a la
general. Pero pese a que el incremento de accidentes en 2003 fue muy
44
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
moderado, sólo un 1,29%, algo más de un tercio del incremento, y participa
del descenso de 2003 incluso observando 3 puntos más de caída, su
incremento en los dos años siguientes es bastante pronunciado,
especialmente en 2004, donde alcanza un 16,53% de incremento, aunque se
modera en 2005. Este ritmo coincide en parte con el comportamiento general
de la actividad económica en Industria que comentábamos en el capítulo 1.
Por último, el sector de la agricultura es el único que presenta una
tendencia descendente. Es cierto que tras la espectacular caída de los datos
en 2003 registra un fuerte incremento en 2004, pero también es cierto que aún
con ese incremento, el número de accidentes queda por debajo de los
registrados en 2002 y que en 2005 se percibe esa tendencia a la baja, en
torno al 5% anual.
Distribución deAccidentes en jornada de trabajo con baja
por sectores económicos en Andalucía. Acumulado 20012005
7%
19%
43%
31%
Agrario
Industria
Construcción
Servicios
Los datos con los que hemos contado de distribución de gravedad de los
accidentes por sectores económicos son fragmentarios. Sobre los datos
ofrecidos por las tablas de accidentes por actividades hemos elaborado un
cuadro que puede ser indicativo de la incidencia de cada tipo de accidente en
cada sector.
45
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Tabla 14
Distribución de accidentes por su gravedad por sectores económicos
2001
2002
2003
2004
2005
Leves
12.446
11.924
9.965
Agricultura
Graves
358
293
184
Mortales
27
25
11
Leves
28.909
23.980
27.923
Industria
Graves
598
445
412
Mortales
37
22
33
Leves
45.103
48.409
47.127
Construcción Graves
877
926
846
Mortales
67
66
48
Leves
66.503
74.486
60.653
Servicios
Graves
1.537
1.645
1.024
Mortales
91
100
60
FUENTE: Anuario Laborales 2001-2005. Elaboración propia.
En términos absolutos, es el sector de servicios el que acumula mayor
número de accidentes mortales, seguido de la construcción, la industria y,
muy de lejos, la agricultura.
Si atendemos a las distintas ramas de actividad obtenemos las siguientes
conclusiones para el período estudiado (2001-2005):
– Dentro del sector agrario, se da en todos los años un porcentaje
superior al 90% de accidentes ocurridos en agricultura, ganadería,
caza y silvicultura, dándose el resto en el sector pesquero y la
acuicultura.
– En el sector industrial, salvo pequeñas variaciones, los subsectores
que presentan mayor accidentalidad son las industrias de alimentos,
bebidas y tabaco. También las textiles y de confección y madera y
corcho.
– En el sector de servicios, destacan las actividades comerciales,
reparación de vehículos, hostelería y las actividades sanitarias,
comerciales y de servicios postales.
En 2001, el sector de servicios, con un 46,97% y el de la construcción, con
un 31,75% fueron los que registran mayor número de accidentes. Les siguen
la industria (17,61%) y el sector agrario (8,84%). El 40,99% de los accidentes
mortales se da en el sector de servicios, especialmente las actividades de
transporte terrestre y por tubería. Tras servicios, la construcción registra el
30,18% del total de accidentes con resultado de muerte.
46
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Accidentes en jornada de trabajo con baja por sectores
económicos. Andalucía 2001
12.831
29.544
68.131
46.047
Agrario
Industria
Construcción
Servicios
Atendiendo a las distintas ramas de actividad, podemos apreciar cómo
dentro del sector agrario destacan con un 94,05% los accidentes ocurridos en
agricultura, ganadería, caza y selvicultura, mientras que la pesca y acuicultura
suponen solo el 5,94% de la accidentalidad del sector. Entre las ramas
industriales destacan los sectores de alimentos, bebidas y tabaco, la industria
textil y de confección y la de madera y corcho. Por último, dentro del sector
servicios tienen un peso importante las actividades de comercio, hostelería y
las actividades sanitarias, veterinarias y de servicios sociales.
47
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Tabla 15
Accidentes con baja en jornada de trabajo según gravedad por rama de
actividad. Andalucía. 2001
Ramas de actividad
Agricultura, ganadería, caza, silvicultura
Pesca y acuicultura.
Extracción y aglomer. de carbón
Extracción de petróleo, gas, uranio y torio
Extracción de minerales no energéticos
Industria de alimentos, bebidas y tabaco
Industria textil y de confección
Industria del cuero y del calzado
Industria de la madera y del corcho. Cestería
Industria del papel, artes gráficas, edición
Coquer, refin, trat de combustibles nucleares
Industria química
Fab. Productos caucho y materias plásticas
Fab. Productos minerales no metálicos
Metalurgia
Fab. Productoss metálicos excep. Maquinaria
Construcción maquinaria y equipos mecánicos
Fab. Maq. oficina, equip informático y electrónico
Fab. Maquinaria y mat. Eléctrico
Fab. Instrumentos médicos de precisión y similares
Fab. Automóviles y remolques
Fab. Otro material transporte
Fab. Muebles, otras ind. manufact. y de reciclaje
Prod. y distribución de electricidad, gas y agua
Construcción
Venta y reparac vehículos. Venta de combustible
Venta al por mayor. Intermediarios de comercio
Venta al por menor. Reparaciones domésticas
Hostelería
Transporte terrestre y por tubería
Transporte marítimo y fluvial
Transporte aéreo y espacial
Activ. anexas a transportes y comunicaciones
Instituciones financieras y seguros
Inmobiliarias. Alquiler de bienes muebles
Act. Informáticas. Investigación y desarrollo
Otras actividades empresariales
Admón. Púb. Defen. Seg. Soc. Org. Extraterritorial
Educación
Actividades sanitarias, veterinarias y serv. sociales
Actividades saneamiento público
Actividades asociativas, recreativas y culturales
Actividades diversas de servicios personales
Hogares que emplean personal doméstico
Total
12.068
763
81
81
582
5.582
783
93
1.787
770
44
668
775
3.107
1.266
6.393
1.332
115
575
69
886
1.412
2.360
783
46.047
3.740
8.092
10.207
8.819
4.687
97
181
1.776
449
883
210
9.586
7.944
1.562
5.680
1.721
1.568
678
251
Leves
11.706
740
77
81
558
5.465
765
90
1.722
749
43
648
759
3.029
1.249
6.268
1.313
114
572
67
878
1.391
2.309
762
45.103
3.673
7.962
10.059
8.636
4.492
97
174
1.726
427
851
203
9.466
7.713
1.502
5.412
1.692
1.515
672
231
Graves
337
21
4
18
114
17
3
63
21
1
18
16
70
16
118
19
1
3
2
8
20
47
19
877
63
122
145
178
162
6
48
21
27
5
113
221
58
264
28
52
4
20
Mortal
25
2
6
3
1
2
2
8
1
7
1
4
2
67
4
8
3
5
33
1
2
1
5
2
7
10
2
4
1
1
2
-
FUENTE: MTAS. Anuario laboral 2001
El comportamiento por sectores de actividad entre 2001 y 2002, en
relación al peso que estos mantienen en la distribución total, se mantiene
prácticamente inalterado, apreciándose un incremento del número total de
accidentes en todos los sectores productivos, excepto en agricultura que
48
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
desciende ligeramente. Esta circunstancia hace que sea el sector servicios el
que mayor peso tenga, con un 43,58% sobre el total, seguido del sector
construcción (30,43%), sector industrial (18,43%) y sector de agricultura y
pesca (7,54%). De esta manera los porcentajes atribuidos a servicios y
construcción representan casi 3/4 partes del total de incidencias registradas
en el año analizado.
Accidentes en jornada de trabajo con baja por sectores
económicos. Andalucía 2002
Agrario;
12.242
Industria;
29.924
Servicios;
70.754
Construcción;
49.401
Tabla 16
Distribución de accidentes por sectores productivos 2001-2002
Año
Cantidad
V. Absoluta
V.porcentual
Servicios
2002
2001
70.754
68.131
+ 2.623
+3,8%
Construcción
2002
2001
49.401
46.047
+3.354
+7,2%
Industria
2002
2001
29.924
29.544
+380
+1,2%
Agricultura
2002
2001
12.242 12.831
-589
-4,5%
FUENTE: MTAS.
En 2002 y por ramas de actividad, dentro del sector agrario destacan con
un 92,77% los accidentes ocurridos en agricultura, ganadería, caza y
selvicultura, mientras que la pesca y acuicultura suponen solo el 7,22%.
En la industria destacan los sectores de alimentos, bebidas y tabaco y
también las industrias textil y de confección y las de madera y corcho.
Por último, dentro del sector servicios tienen un peso importante las
actividades de comercio, hostelería y las actividades sanitarias, veterinarias y
de servicios sociales.
49
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Tabla 17
Accidentes con baja en jornada de trabajo según gravedad por rama de
actividad. Andalucía. 2002
Ramas de actividad
Construcción
Agricultura, ganadería, caza, silvicultura
Venta al por menor. Reparaciones domésticas
Hostelería
Otras actividades empresariales
Venta al por mayor. Intermediarios de comercio
Admón. Púb. Defen. Seg. Soc. Org. Extraterritoriales
Fab. Productos metálicos excep. Maquinaria
Actividades sanitarias, veterinarias y servicios sociales
Industria de alimentos, bebidas y tabaco
Transporte terrestre y por tubería
Venta y reparación de vehículos. Venta de combustible
Fab. Productos minerales no metálicos
Fab. Muebles, otras industrias manufact. Y de reciclaje
Actividades anexas a transportes y comunicaciones
Actividades saneamiento público
Actividades asociativas, recreativas y culturales
Industria de la madera y del corcho. Cestería
Educación
Fab. Otro material transporte
Construcción maquinaria y equipos mecánicos
Inmobiliarias. Alquiler de bienes muebles
Metalurgia
Pesca y acuicultura.
Industria textil y de confección
Fab. Automóviles y remolques
Fab. Productos caucho y materias plásticas
Prod. y distribución de electricidad, gas y agua
Industria del papel, artes gráficas, edición
Industria química
Actividades diversas de servicios personales
Fab. Maquinaria y mat. Eléctrico
Extracción de minerales no energéticos
Instituciones financieras y seguros
Hogares que emplean personal doméstico
Transporte aéreo y espacial
Act. Informáticas. Investigación y desarrollo
Fab. Maquinas de oficina, equipo informático y electrónico
Industria del cuero y del calzado
Extracc. y aglomer. de carbón
Transporte marítimo y fluvial
Extracción de petróleo, gas, uranio y torio
Fab. Instrumentos médicos de precisión y similares
Coquerías, refinerías, tratamiento de combustibles
nucleares
Totales
49.401
11.358
10.457
9.337
9.302
8.932
8.210
6.769
5.812
5.705
4.828
3.887
3.185
2.377
1.895
1.787
1.698
1.651
1.540
1472
1.341
1.206
1.172
884
823
823
792
780
746
688
642
565
538
455
263
228
189
124
103
101
86
76
56
Leves
48.409
11.057
10.310
9.174
9.137
8.778
8.012
6.641
5.553
5.609
4.626
3.799
3.115
2.331
1.848
1.761
1.649
1.603
1.469
1452
1.314
1.183
1.154
867
813
813
782
760
735
672
629
559
525
432
251
224
183
122
102
99
83
76
53
Graves
926
281
140
159
156
138
187
126
257
94
170
83
63
46
45
23
46
47
69
17
26
22
18
12
10
10
9
18
11
13
13
6
11
22
12
4
6
2
1
2
3
3
Mortales
66
20
7
4
9
16
11
2
2
2
32
5
7
2
3
3
1
2
3
1
1
5
1
2
3
2
1
-
37
35
2
-
FUENTE: MTAS. Anuario 2002
En 2003, en el sector de agricultura y pesca se produjo el 7,11% del total
de accidentes ocurridos en Andalucía en 2003, lo que en términos absolutos
se traduce en 9.638 accidentes, un 23,33% menos que en 2002 (12.570). De
los ocurridos en 2003, 9.410 fueron de carácter leve (97,63%), 207 fueron
graves (2,14%) y 21 mortales (0,21%).
50
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
En el sector de la industria se registraron 24.206 accidentes (-5,50%
respecto a 2002). Es el único sector en el que el descenso en el número de
accidentes se dio en accidentes leves, graves y mortales.
Accidentalidad con baja en jornada de trabajo en Andalucía
2002-2003. Industria
28163
30000
23756
25000
20000
15000
10000
466
5000
0
Leves
435
Graves
2002
17
15
Mortales
2003
La construcción recoge el 31,29% del total de accidentes, en concreto,
42.388, lo que respecto a 2002 supone un descenso de 8,32%, aunque este
descenso se aprecia solo en el caso de accidentes leves, incrementándose
comparativamente con el año anterior en un 7,27% los accidentes graves y un
10,87% los mortales.
51
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Accidentalidad con baja en jornada de trabajo en Andalucía
2002-2003. Construcción
50000
45000
40000
35000
30000
25000
20000
15000
10000
5000
0
45407
41496
784
Leves
Graves
2002
841
46
51
Mortales
2003
Lo mismo ocurre con el sector de servicios, en el que solo se aprecia un
descenso en el caso de los accidentes leves. Sin tener en cuenta la gravedad,
a cierre de 2003 se notificaron en el sector un total de 59.210 accidentes de
trabajo con baja en jornada laboral, de los cuales un 97,92% fueron leves.
Aunque el número de accidentes graves y mortales es sensiblemente inferior,
1.153 y 77 respectivamente, en ambos casos se produce un aumento con
respecto a 2002 de +0,35% y +1,32. Además, este es el sector en el que se
registró el 46,95% del total de accidentes mortales, porcentaje que supera
incluso al sector de la construcción (31,09%).
52
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Accidentalidad con baja en jornada de trabajo en Andalucía
2002-2003. Servicios
70000
62904
57980
60000
50000
40000
30000
20000
1149
10000
0
Leves
1153
Graves
2002
76
77
Mortales
2003
En 2004, por sectores, el sector de agricultura y pesca registró un total de
11.093 (7,48%), la industria, 28.206 (19,02%), la construcción, 48.021 (32,38%)
y servicios con 60.966 supone el 41,11%.
Distribución sectorial de accidentes con baja en jornada de
trabajo. Andalucía 2004
Agrario;
11.093
Industria;
28.206
Servicios;
60.966
Construcción;
48.021
Agrario
Industria
Construcción
Servicios
53
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Atendiendo a subsectores o ramas de actividad, dentro del sector de
Agricultura y Pesca, el 93,58% de los accidentes se dieron en el sector de
agricultura, ganadería, caza y selvicultura y el 6,41% en la pesca.
Dentro de la industria, son las industrias manufactureras las que registran
el 95,05% de los accidentes de trabajo con baja en jornada laboral. Con un
porcentaje mucho menor le siguen las industrias de producción y distribución
de energía eléctrica, gas y agua (2,78%) y las extractivas (2,16%).
En el sector servicios es donde se aprecian menores diferencias
porcentuales entre las distintas ramas de actividad. Así, las actividades de
comercio; reparación de vehículos de motor; motocicletas y ciclomotores
representan el porcentaje más alto, un 31,99% del total de accidentes con
baja registrados en el sector. Les siguen las actividades inmobiliarias y de
alquiler y los servicios empresariales (14,07%), la hostelería (13,49%),
accidentes ocurridos en la administración pública (11,99%) las actividades de
transporte, almacenamiento y comunicaciones (11,52%), los servicios
personales y los servicios a la comunidad (8,77%), las actividades sanitarias,
veterinarias y servicios sociales (6,22%), educación (1,63%), la intermediación
financiera (0,40%), hogares que emplean personal doméstico (0,32%) y
organismos extraterritoriales (0,03%).
Si tenemos en cuenta además la gravedad vemos como el porcentaje de
accidentes leves supera el 98,00% de los accidentes registrados en todos los
sectores productivos.
Los accidentes mortales registrados en el sector agrario suponen el 0,09%
de los correspondientes a su sector, y el 7,23% del total de accidentes
mortales. Del número total, 11, 9 se dieron en las ramas de agricultura,
ganadería, caza y selvicultura y 2 en la pesca.
Accidentes de trabajo mortales por sectores económicos.
Andalucía 2004
11
33
60
48
Agrario
54
Industria
Construcción
Servicios
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Por su parte la industria andaluza registra un total 33 accidentes mortales
en 2004, lo que supone el 0,11% de la accidentalidad del sector y el 21,71%
del total. Por actividad, destacan las industrias manufactureras donde se
produjeron el 84,84% de los accidentes mortales ocurridos en el sector.
Los accidentes mortales registrados en la construcción suponen solo el
0,09% de los correspondientes al sector y el 31,57% del total.
En servicios, los accidentes mortales suponen el 0,09% de los accidentes
del sector y el 39,47% del total. De estos, el 60% se dio en las actividades de
transporte, almacenamiento y comunicaciones y el 18,33% en comercio,
reparación de vehículos de motor, motocicletas y ciclomotores.
Tabla 18
Accidentes con baja en jornada de trabajo según gravedad por rama de
actividad. Andalucía. 2004
Ramas de actividad
Construcción
Agricultura, ganadería, caza, …
Comercio al por menor. Reparaciones domésticas
Hostelería
Admón. Púb. Defen. Seg. Soc. Obligatoria
Otras actividades empresariales
Venta al por mayor. Intermediarios de comercio
Industria de productos alimenticios y bebidas
Fab. Productos metálicos excep. Maquinaria
Transporte terrestre y por tubería
Actividades sanitarias, veterinarias y servicios
sociales
Venta y reparación de vehículos. Venta de
combustible
Fab. Productos minerales no metálicos
Metalurgia
Industria de la madera y del corcho. Cestería
Actividades saneamiento público
Actividades diversas de servicios personales
Fab. Muebles, otras industrias manufact. Y de
reciclaje
Construcción maquinaria y equipos mecánicos
Actividades anexas a transportes y comunicaciones
Actividades recreativas y culturales
Fab. Otro material transporte
Educación
Selvicultura, explotación forestal y actividades de los
servicios relacionados con las mismas
Fab. Productos caucho y materias plásticas
Fab. Maquinaria y mat. Eléctrico
Pesca y acuicultura
Industria química
Inmobiliarias. Alquiler de bienes muebles
Correos y telecomunicaciones
Alquiler de maquinaria y equipo sin operario, de
efectos personales y enseres domésticos
Fab. Automóviles y remolques
Extracción de minerales no energéticos
Total
48.021
9.448
8.443
8.225
7.313
7.099
7.039
5.536
5.485
4.652
Leves
47.127
9.267
8.356
8.131
7.172
7.008
6.950
5.461
5.398
4.476
Graves
846
172
83
93
137
90
83
67
83
144
Mortal
48
9
4
1
4
1
6
8
4
32
3.797
3.658
137
2
3.721
3.660
60
1
2.656
2.462
2.139
1.922
1.901
2.600
2.429
2.102
1.902
1.865
51
31
36
20
35
5
2
1
0
1
1.843
1.815
28
0
1.266
1.184
1.117
1.043
996
1.245
1.160
1.080
1.034
975
18
21
37
8
20
3
3
0
1
1
933
922
11
0
820
715
712
695
677
602
808
706
698
678
666
594
11
9
12
16
11
8
1
0
2
1
0
0
560
547
12
1
544
486
539
475
5
10
0
1
55
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Accidentes con baja en jornada de trabajo según gravedad por rama de
actividad. Andalucía. 2004 (Continuación)
Ramas de actividad
Transporte marítimo y fluvial
Captación, depuración y distribución de agua
Actividades asociativas
Edición, artes gráficas y reproducción de soportes
grabados
Producción y distribución de electricidad, gas, vapor
y agua
Industria textil
Industria del papel
Reciclaje
Act. Informáticas
Hogares que emplean personal doméstico
Transporte aéreo y espacial
Industria de la confección y peletería
Intermediación financiera excepto seguros y planes
de pensiones
Fabricación de material electrónico; fabricación de
equipo y aparatos de radio, tv. Y comunicaciones
Extracción de petróleo, gas, uranio y torio
Seguros y planes de pensiones
Preparación curtido y acabado del cuero; fab.
Productos marroquinería y viaje…
Fab. Instrumentos médicos de precisión y similares
Coquerías, refinerías, tratamiento de combustibles
nucleares
Industria del tabaco
Investigación y desarrollo
Extracción y aglomeración de antracita, hulla, lignito y
turba
Actividades aux. de intermediación financiera
Extracción de minerales metálicos
Organismos extraterritoriales
Fab. Maquinas de oficina y equipos informáticos
Extracción de minerales de uranio y torio
Resto de actividades económicas
Totales
Total
413
410
410
Leves
407
405
405
Graves
5
3
5
Mortal
1
2
0
377
372
4
1
376
367
7
2
312
228
226
207
201
177
174
309
222
223
204
197
176
172
3
6
3
2
3
1
2
0
0
0
1
1
0
0
162
154
8
0
104
103
1
0
62
58
62
55
0
3
0
0
46
46
0
0
45
45
0
0
41
38
2
1
40
39
40
39
0
0
0
0
30
30
0
0
29
27
22
13
5
0
148.286
29
27
19
13
5
0
145.668
0
0
3
0
0
0
2466
0
0
0
0
0
0
152
FUENTE: Consejería de Empleo.
En 2005 es el sector de la construcción el que registra mayor
accidentalidad, en concreto, un 33,99% del total de accidentes se dieron en
este sector. De los 53.787 accidentes registrados en este sector, 50 fueron
mortales, 773 graves y 52.964 leves. Con una gran diferencia porcentual, le
siguen los sectores de la agricultura, ganadería, caza y actividades
relacionadas, que supone un 5,60% del total de accidentes, la hostelería, con
un 5,56%, y el comercio al por menor, con un 5,43%.
56
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Accidentes leves por sectores económicos. Andalucía 2005
(leves)
63588
70000
60000
52964
50000
40000
28952
30000
20000
10322
10000
0
Agricultura
Industria
Construcción
Servicios
Accidentes graves por sectores económicos. Andalucía
2005 (graves)
933
1000
900
773
800
700
600
500
391
400
300
192
200
100
0
Agricultura
Industria
Construcción
Servicios
57
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Accidentes mortales por sectores económicos. Andalucía
2005
67
70
60
50
50
40
30
20
15
18
10
0
Agricultura
Industria
Construcción
Servicios
Por sector de actividad y edad del accidentado/a, observamos que la
franja de entre 25 a 34 años es la que presenta mayor accidentalidad en todos
los sectores económicos, excepto en el sector de la agricultura, donde se
registra un mayor número de accidentes en la franja de edad comprendida
entre los 35 y 44 años.
En cuanto al número de accidentes ocurridos a trabajadores/as menores
de 18 años, los porcentajes más altos se dan en la industria (un 2,25% del
total de accidentes registrados en el sector), seguidos de la agricultura
(2,20%), construcción (1,67%) y servicios (1,34%).
58
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Accidentes en jornada de trabajo por edad del/a
accidentado/a y sectores. Andalucía 2005
25000
20000
15000
10000
5000
0
Sin
Menos de 18 De 18 a 24
especificar
Agricultura
De 25 a 34
Industria
De 35 a 44
De 45 a 54
Construcción
De 55 a 65
Más de 65
Servicios
TAMAÑO DE LA EMPRESA (NÚMERO DE TRABAJADORES/AS)
Como tuvimos ocasión de constatar anteriormente, en la distribución de
las empresas clasificadas por el número de trabajadores/as resulta
abrumadoramente mayoritario el conjunto de micropymes, pequeñas y
medianas empresas. Por tanto, resulta una consecuencia lógica que sean
precisamente estas empresas las que registran mayor número de accidentes,
disminuyendo de forma proporcional el número de accidentes conforme
aumenta el tamaño de la empresa.
En 2001, el número de accidentes se reduce al aumentar el número de
trabajadores/as de la empresa. Así, en Andalucía los porcentajes más altos de
accidentalidad se dieron ese año entre las empresas con plantillas formadas
por 1 y 9 trabajadores (19,76%), 10 a 25 trabajadores (18,27%) y de 26 a 49
trabajadores (12,48%). Este hecho encuentra su explicación en dos factores
principalmente: en primer lugar, el tejido productivo andaluz está compuesto
principalmente por microempresas y pequeñas empresas, por lo que es
lógico que se den más accidentes entre estas; en segundo lugar, en las
empresas de mayor tamaño existe mayor conciencia y cultura preventiva al
contar muchas de ellas con servicios de prevención y estructuras preventivas
propias.
Este hecho, salvo algunas excepciones, se da con la misma linealidad en
casi la práctica totalidad del resto de comunidades autónomas.
59
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Accidentalidad por tamaño de la empresa. Andalucía 2001
30000
28664
26508
25000
18113
17269
20000
14418
15000
7826
10000
4812 5752
5752
5000
0
De 1 a 9
De 10 a 25
De 26 a 49
De 50 a 100
De 250 a 499
De 500 a 1000
Más de 1000
No consta tamaño
De 101 a 249
En 2002 las más pequeñas siguen registrando mayor número de
accidentes, cantidad que va reduciéndose al crecer en tamaño la empresa. Al
igual que en 2001 las empresas que cuentan de entre 1 y 9 trabajadores/as y
las de 10 a 25 trabajadores/as son las que registran mayor número de
accidentes, 29.545 y 28.445 respectivamente.
Accidentalidad por tamaño de la empresa.
Andalucía 2002
30000
29545 28445
25000
19988
20000
18532
18684
15898
15000
8078
10000
5503 5744
5000
0
60
De 1 a 9
De 10 a 25
De 26 a 49
De 50 a 100
De 250 a 499
De 500 a 1000
Más de 1000
No consta tamaño
De 101 a 249
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
En 2004, teniendo en cuenta la gravedad, resulta destacable el descenso
en el número de accidentes a la vez que aumenta el número de
trabajadores/as de la empresa, hecho que se da casi sin variaciones año tras
año. Las empresas de entre 11 y 25 trabajadores/as registraron en 2004
28.226 accidentes leves, (lo que supone el 19,38% de los accidentes leves y el
19,03% del total), 493 accidentes graves (20% de graves y 0,33% del total) y
43 accidentes mortales (28% del total de accidentes con resultado de
fallecimiento).
Accidentalidad por gravedad y tamaño de la empresa.
Andalucía 2004
30
25
20
15
10
5
0
LEVES
GRAVES
MORTALES
De 1 a 5
De 6 a 10
De 11 a 25
De 26 a 50
De 51 a 100
De 101 a 500
De 501 a 1000
De 1001 a 5000
Más de 5000
Sin especificar
En 2005, observamos que los porcentajes registrados son fiel reflejo de la
composición del tejido empresarial andaluz. En Andalucía son predominantes
las pequeñas y medianas empresas, de ahí que el mayor número de
accidentes se de en empresas de entre 11 y 25 trabajadores (19%), de 26 a
50 trabajadores (17%), de 101 a 500 trabajadores (18%). Si además tenemos
en cuenta la gravedad, el mayor número de accidentes mortales se da entre
las empresas de 11 a 25 trabajadores, con un 22% del total de accidentes
mortales.
61
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Accidentalidad por tamaño de la empresa. Andalucía 2005
35000
30782
30000
29095
26349
25000
21140
21442
20000
16995
15000
10000
5000
0
5963
5014
1117
Sin
especificar
368
De 1 a 5
De 6 a 10 De 11 a 25 De 26 a 50
De 51 a
100
De 101 a
500
De 501 a
1000
De 1001 a
5000
Más de
5000
FORMA DEL ACCIDENTE
Las principales formas en la que se produjeron los accidentes de trabajo
en Andalucía para el período 2001-2005 son principalmente los accidentes por
sobreesfuerzo (la principal forma de accidentes leves), seguidos de los
accidentes debidos a golpes por objetos o herramientas, y los accidentes por
caídas, al mismo y a distinto nivel. Entre los menos frecuentes están los
accidentes debidos a incendios y los ocasionados por exposición a
radiaciones.
Como podemos observar en la tabla, entre las principales formas en la
que se produjeron los accidentes con baja en jornada de trabajo durante 2001
están los accidentes por sobreesfuerzo, con un 27,33%, seguidos de los
accidentes debidos a golpes por objetos o herramientas, con un 18,17%, y los
accidentes por caídas, al mismo nivel, 10,48% y a distinto nivel, 8,65%. Entre
los menos frecuentes están los accidentes debidos a incendios que suponen
un 0,07% y los debidos a exposición a radiaciones con un 0,09%.
En este año destacan principalmente los golpes por objetos o
herramientas (28.308), la proyección de fragmentos o partículas (13.284), los
accidentes por sobreesfuerzo (23.463), caídas al mismo nivel (4.950) y
pisadas sobre objetos (3.898).
62
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Tabla 19
Accidentes con baja en jornada de trabajo según la forma en que se produjo el
accidente. Año 2001
Forma del accidente
Sobreesfuerzos
Golpes por objetos o herramientas
Caída de personas al mismo nivel
Caída de personas a distinto nivel
Pisadas sobre objetos
Proyección de fragmentos o partículas
Atrapamiento por o entre objetos
Caída de objetos en manipulación
Choques contra objetos inmóviles
Atropellos o golpes con vehículos
Choques contra objetos móviles
Caída de objetos por desplome o derrumbamiento
Accidentes causados por seres vivos
Caída de objetos desprendidos
Contactos térmicos
Contacto con sustancias cáusticas o corrosivas
Atrapamiento por vuelco máquinas, tractores o vehículos
Patologías no traumáticas
Exposición a sustancias nocivas
Exposición a contactos eléctricos
Exposición a temperaturas ambientales extremas
Explosiones
Exposición a radiaciones
Incendios
Nº accidentes
39.640
26.364
15.204
12.547
10.378
7.626
7.480
6.904
4.610
3.755
2.694
1.318
1.300
960
934
881
561
472
456
384
158
149
137
111
%
27,33
18,17
10,48
8,65
7,15
5,25
5,15
4,76
3,17
2,58
1,85
0,90
0,89
0,66
0,64
0,60
0,38
0,32
0,31
0,26
0,10
0,10
0,09
0,07
FUENTE: Anuario 2001. MTAS
En 2002 fueron más frecuentes los accidentes por sobreesfuerzo (42.211),
los golpes por objetos o herramientas (26.857) y las caídas, a distinto nivel
(15.972) y al mismo nivel (12.735).
63
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Tabla 20
Accidentes en jornada de trabajo con baja según forma en el que se
produjeron. Andalucía. 2002
Forma del accidente
Sobreesfuerzos
Golpes por objetos o herramientas
Caída de personas a distinto nivel
Caída de personas al mismo nivel
Pisadas sobre objetos
Atrapamiento por o entre objetos
Proyección de fragmentos o partículas
Caída de objetos en manipulación
Choques contra objetos inmóviles
Atropellos o golpes con vehículos
Choques contra objetos móviles
Caída de objetos por desplome o derrumbamiento
Accidentes causados por seres vivos
Contactos térmicos
Caída de objetos desprendidos
Contacto con sustancias cáusticas o corrosivas
Atrapam. por vuelco máquinas, tractores o vehículos
Patologías no traumáticas
Exposición a sustancias nocivas
Exposición a contactos eléctricos
Exposición a temperaturas ambientales extremas
Exposición a radiaciones
Incendios
Explosiones
FUENTE: Anuario laboral 2002. MTAS
Nº
accidentes
42.411
26.887
15.972
12.735
11.133
7.656
7.585
7.045
4.485
4.001
2.565
1.347
1.301
1.042
1.003
841
598
489
486
349
149
141
120
106
%
28,19
17,87
10,61
8,46
7,40
5,08
5,04
4,68
2,98
2,65
1,70
0,89
0,86
0,69
0,66
0,55
0,39
0,32
0,32
0,23
0,09
0,09
0,07
0,07
De los datos de 2004 y de su estudio obtenemos las siguientes
conclusiones:
64
–
El sobreesfuerzo físico-sobre el sistema músculo-esquelético es la
principal forma de accidente leve en jornada de trabajo (suponen el
26% del total de accidentes leves).
–
Las formas más frecuentes de los accidentes graves son el
aplastamiento sobre o contra, resultado de caídas (25,34%), el
contacto con agentes cortantes, punzantes, duros, rugosos…
(7,10%), los choques o golpes contra objetos (incluidos vehículos) en
movimiento (5,60%)
–
Los choques o golpes contra objetos (incluidos vehículos) en
movimiento son la principal forma de los accidentes mortales
ocurridos en 2004; de los 152 accidentes con resultado de muerte
que se dieron ese año, 20 tuvieron esta forma de accidente. Los
atrapamientos o aplastamientos (10,53%) y la colisión con objetos –
incluidos los vehículos-(8,55%) son otras formas comunes de
accidentes mortales.
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Ya en 2005, nos encontramos con las siguientes situaciones:
–
De nuevo, dentro de los accidentes leves, la principal forma de
accidente es por sobreesfuerzo físico – sobre el sistema músculoesquelético, en concreto un 30,27% de los accidentes se dan de esta
forma, le siguen los accidentes por aplastamiento sobre o contra,
resultado de una caída, con un 9,74%, los accidentes por contacto
con agentes materiales cortantes, punzantes, duros o rugosos, con
un 8,16%, etc.
–
Entre los accidentes graves, el aplastamiento sobre o contra,
resultado de una caída es la principal forma de accidente,
suponiendo esta forma el 25,43% del total de accidentes registrados.
En menor proporción están los accidentes por choques o golpes
contra objetos, incluidos los vehículos en movimiento, que suponen
un 5,33%, los choques o golpes contra objetos que caen, un 5,16%, y
otro tipo de choques o colisiones contra objetos no especificados,
con un 5,07%.
–
En el caso de accidentes mortales, el 18,67% se dan por
aplastamiento sobre o contra, resultado de una caída. Un 14,67% se
dan por choques o golpes contra objetos en movimiento, incluidos los
vehículos. El epígrafe “Resto de formas de accidente” engloba al
38,00% del total de accidentes mortales.
65
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Tabla 21
Accidentes con baja en jornada de trabajo según la forma en que se produjo
el accidente. Año 2005
Forma del accidente
Sobreesfuerzo físico-sobre el sistema músculo-esquelético
Aplastamiento sobre o contra, resultado de una caída
Contacto con “agente material” cortante, punzante, duro, rugoso. Sin
especificar
Choque o golpe contra un objeto que cae
Otro contacto-tipo de lesión no codificado en esta clasificación
Choque o golpe contra un objeto en movimiento, colisión con – Sin
especificar
Aplastamiento sobre o contra, resultado de un tropiezo o choque
contra un objeto inmóvil
Contacto con “agente material” cortante (cuchillo u hoja)
Aplastamiento sobre o contra un objeto inmóvil (el trabajador está en
movimiento vertical u horizontal) sin especificar
Choque o golpe contra un objeto (incluidos los vehículos) en
movimiento
Sobreesfuerzo físico, trauma psíquico, exposición a radiaciones, ruido,
luz o presión – Sin especificar
Choque o golpe contra un objeto proyectado
Otro contacto (choque o golpe contra objeto) no mencionado
anteriormente
Otro contacto (con agente material cortante) no mencionado
anteriormente
Ninguna información
Contacto con sustancias peligrosas- sobre o a través de la piel y de los
ojos
Colisión con un objeto (incluidos los vehículos)-colisión de una
persona (la víctima está en movimiento)
Quedar atrapado, ser aplastado entre
Choque o golpe contra un objeto – en balanceo
Contacto con un “agente material” punzante (clavo o herramienta
afilada)
Resto de formas del accidente
Totales
FUENTE: Consejería de Empleo. Avances estadísticos siniestralidad. 2005
Nº
accidentes
47.272
15.781
29,87
9,97
12.888
8,14%
9.155
8.267
5,78
5,22
7.718
4,88
%
6.984
4,41
5.254
3,32
4.687
2,96
4.508
2,85
3.380
2,14
3.242
2,05
2.940
1,86
2.901
1,83
2.356
1,49
2.070
1,31
2.035
1,29
1.920
1.729
1,21
1,09
1.676
1,06
11.502
158.265
7,27
100,00
TIPO DE LESIÓN
Las lesiones más frecuentes son fundamentalmente torceduras,
esguinces y distensiones, así como contusiones y aplastamientos, lumbalgias
y otras heridas no especificadas.
Si tenemos en cuenta la gravedad, vemos como entre los accidentes
leves destacan los esguinces y torceduras y las lesiones superficiales. En los
accidentes graves, las fracturas de huesos, las lesiones múltiples y las
amputaciones traumáticas son las lesiones más frecuentes. Por último las
lesiones que finalmente provocaron la muerte a los/as trabajadores/as
accidentados/as fueron principalmente lesiones múltiples, infartos, derrames
66
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
cerebrales y otras patologías no traumáticas, y conmociones y lesiones
intracraneales.
Entre las lesiones que presentan mayor incidencia en 2001, destacan las
torceduras, esguinces y distensiones que suponen un 32,29% del total de
accidentes, las contusiones y aplastamientos, con un 17,23%, otras heridas
no especificadas, un 14,95% y las lumbalgias con un 10,62%.
Tabla 22
Accidentes en jornada de trabajo según tipo de lesión. Año 2001
Nº accidentes
Torceduras, esguinces y distensiones
Contusiones y aplastamientos
Otras heridas
Lumbalgias
Fracturas
Traumatismos superficiales
Cuerpos extraños en los ojos
Luxaciones
Quemaduras
Conmociones y traumatismos internos
Lesiones múltiples
Conjuntivitis
Infartos, derrames cerebrales y otras patologías no
traumáticas
Amputaciones y perdida del globo ocular
Hernias discales
Envenenamientos e intoxicaciones
Efectos de la electricidad
Exposición al medio ambiente
Asfixias
Efectos de las radiaciones
%
46.839
25.001
21.688
15.412
10.864
6.895
6.442
4.027
2.196
1.945
1.210
946
32,29
17,23
14,95
10,62
7,49
4,75
4,44
2,77
1,51
1,34
0,83
0,65
472
0,32
320
267
203
131
68
56
41
0,22
0,18
0,13
0,09
0,04
0,03
0,02
FUENTE: Anuario 2001. MTAS.
Según parte del cuerpo afectada, los accidentes ocurridos en Andalucía
en 2001 afectaron principalmente a manos (33.374), miembros inferiores
excepto pies (22.084), pies (19.482) y tórax, espalda y costado (19.147).
67
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Tabla 23
Accidentes con baja en jornada de trabajo según parte del cuerpo
lesionada. Año 2001
Manos
Miembros inferiores excepto pies
Pies
Tórax, espalda y costado
Miembros superiores excepto manos
Región lumbar y abdomen
Ojos
Cuello
Lesiones múltiples
Cráneo
Cara excepto ojos
Órganos internos
Genitales
Nº accidentes
33.374
22.084
19.482
19.147
15.979
13.805
8.967
5.043
2.881
1.856
1.639
618
148
%
23,01
15,22
13,43
13,20
11,01
9,51
6,18
3,47
1,98
1,27
1,13
0,42
0,10
FUENTE: Anuario 2001. MTAS.
En 2002 podemos apreciar cómo no hay diferencias significativas entre
2001 y 2002. Las torceduras, esguinces y distensiones siguen siendo el tipo
de lesión más frecuente, seguidas de las contusiones y aplastamientos, otras
heridas no especificadas y las lumbalgias.
Tabla 24
Accidentes en jornada de trabajo según tipo de lesión. Año 2002
Torceduras, esguinces y distensiones
Contusiones y aplastamientos
Otras heridas
Lumbalgias
Fracturas
Traumatismos superficiales
Cuerpos extraños en los ojos
Luxaciones
Quemaduras
Conmociones y traumatismos internos
Lesiones múltiples
Conjuntivitis
Infartos, derrames cerebrales y patologías no traumáticas
Amputaciones y pérdida del globo ocular
Hernias discales
Envenenamiento e intoxicaciones
Efectos de la electricidad
Exposición al medio ambiente
Asfixias
Efectos de radiaciones
Nº accidentes
50.370
25.662
21.979
16.454
10.468
6.627
6.461
4.179
2.304
2.088
1.347
841
489
342
288
200
129
80
68
41
%
33,49
17,06
14,61
10,94
6,96
4,41
4,30
2,78
1,53
1,39
0,90
0,56
0,33
0,23
0,19
0,13
0,09
0,05
0,05
0,03
FUENTE: Anuario laboral 2002. MTAS
En 2004, entre los accidentes leves destacan los esguinces y torceduras
(18,60%), las lesiones superficiales (15,99%) y las dislocaciones y torceduras
68
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
(13,53%) como accidentes más frecuentes. Entre las lesiones más graves
destacan las fracturas de huesos (27,33% del total de accidentes graves), las
fracturas cerradas (14,27%), las lesiones múltiples (7,70%) y las amputaciones
traumáticas (6,69%). Por último las lesiones más frecuentes que finalmente
provocaron la muerte a los/as trabajadores/as accidentados fueron lesiones
múltiples (36,18%), infartos, derrames cerebrales y otras patologías no
traumáticas (15,79%), y conmociones y lesiones intracraneales (3,95%).
Refiriéndonos a la parte del cuerpo lesionada, tenemos:
–
Dentro de los accidentes leves, los dedos son la principal parte del
cuerpo lesionada (12,31%), seguidos de piernas, incluida las rodillas
(9,99%) espalda, incluida la columna y vértebras dorsolumbares, con
un 9,76%, pies (8,89%) y manos (7,89%).
–
Entre los accidentes graves, de nuevo los dedos (13,54%), las piernas
(10,02%), pies (7,14%) y brazos, incluida la articulación del cúbito
(6,77%) son las principales partes del cuerpo lesionadas.
Por último, entre los accidentes mortales, el porcentaje más alto, un
27,63% se registra en el epígrafe “Múltiples partes del cuerpo
afectadas”, seguido de un 19,74% del total de accidentes graves que
afectaron a todo el cuerpo.
En 2005 nos encontramos con que:
–
–
Los esguinces y torceduras son las lesiones con mayor distribución
en los accidentes registrados en Andalucía en 2005. Suponen el
18,28% del total de accidentes leves, y el 18,03% del total de
accidentes sin tener en cuenta la gravedad. Le siguen por importancia
las lesiones superficiales, con un 17,31% de los accidentes leves y un
17,06% del total.
–
Entre los accidentes graves, las lesiones más frecuentes son las
fracturas de huesos, que dentro de la categoría de accidentes graves
suponen un 27,74%, mientras que comparado con el total sólo
suponen un 3,63%.
–
En el caso de accidentes mortales, el porcentaje más alto observado,
un 37,33% engloba lesiones no especificadas, sino incluidas en el
epígrafe “Resto de lesiones”. El 30,67% de los accidentes ocasionó
lesiones múltiples, y un 8,00% ocasionó lesiones internas.
69
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Tabla 25
Accidentes con baja en jornada de trabajo por descripción de la lesión. Año
2005
Lesión
Esguinces y torceduras
Lesiones superficiales
Dislocaciones, esguinces y torceduras
Heridas y lesiones superficiales
Otros tipos de dislocaciones, esguinces y torceduras
Heridas abiertas
Dislocaciones y subluxaciones
Fracturas de huesos
Otras lesiones especificadas no incluidas en otros apartados
Lesiones internas
Conmociones y lesiones internas
Otros tipos de heridas y lesiones superficiales
Fracturas cerradas
Tipo de lesión desconocida o sin especificar
Lesiones múltiples
Resto de lesiones
TOTALES
FUENTE: Consejería de Empleo. Avances estadísticos. 2005
Nº
accidentes
28.530
27.004
22.049
18.277
12.316
9.170
6.252
5.742
4.294
4.283
3.593
3.144
3.069
2.212
1.619
6.711
158.265
%
18,03
17,06
13,93
11,55
7,78
5,79
3,95
3,63
2,71
2,71
2,27
1,99
1,94
1,40
1,02
4,24
100
Refiriéndonos a la Parte del cuerpo lesionada, tenemos:
70
–
Dentro de los accidentes leves, los dedos son la principal parte del
cuerpo lesionada (11,95%), seguidos de espalda, incluida la columna
y vértebras dorsolumbares, con un 10,34%, las piernas, incluida la
rodilla, con un 10,11%, pies (8,68%) y manos (7,78%).
–
Entre los accidentes graves, de nuevo los dedos (14,07%), las piernas
(9,52%), brazos, incluida la articulación del cúbito (6,42%) y manos
(5,33%) son las principales partes del cuerpo lesionadas.
–
Por último, entre los accidentes mortales, el porcentaje más alto, un
61,33% se registra en el epígrafe “Resto de partes del cuerpo”,
seguido de un 28,00% del total de accidentes graves que afectaron a
múltiples partes del cuerpo.
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Tabla 26
Accidentes por parte del cuerpo lesionada en jornada de trabajo.
Año 2005
Parte del cuerpo
Dedo(s)
Espalda, incluida la columna y las vértebras dorsolumbares
Pierna, incluida la rodilla
Pie
Mano
Ojo(s)
Maléolo
Brazo, incluida la articulación del cúbito
Espalda, incluida la columna y las vértebras de la espalda
Muñeca
Hombro y articulaciones del húmero
Espalda, otras partes no mencionadas anteriormente
Cuello, incluida la columna y las vértebras cervicales
Caja torácica, costillas incluidos omóplatos y articulaciones
acromioclaviculares
Múltiples partes del cuerpo afectadas
Extremidades inferiores, no descritas con más detalle
Dedo(s) del pie
Cabeza, no descrita con más detalle
Extremidades superiores, no descritas con más detalle
Resto de partes del cuerpo
TOTALES
FUENTE: Consejería de Empleo. Avances estadísticos. 2005
Nº accidentes
18.951
16.180
15.977
13.690
12.249
8.761
8.648
7.523
6.706
6.186
5.657
5.391
4.163
3.168
%
11,97
10,22
10,10
8,65
7,74
5,54
5,46
4,75
4,24
3,91
3,57
3,41
2,63
2,00
2.823
2.295
2.154
1.947
1.629
14.167
158.265
1,78
1,45
1,36
1,23
1,03
8,95
99,99
PERFIL DE LA PERSONA ACCIDENTADA
A la vista de los datos obtenidos en el análisis de la siniestralidad del
período 2001-2005, obtenemos las siguientes conclusiones:
– Los varones sufren más accidentes que las mujeres. En 2001, el
porcentaje de accidentes sufridos por los varones era del 83,36%
frente al 16,63% de mujeres. Estos datos se repiten casi
invariablemente el resto del período y para todos los sectores
económicos, aunque el sector de servicios es el que registra mayor
número de accidentes de mujeres al igual que algunas ramas
industriales, en especial, las manufactureras.
– Atendiendo a la edad de la persona accidentada, el mayor número de
accidentes se da entre la franja de edad de 26 a 34 años,
independientemente del sector económico.
– Otra variable importante a la hora de determinar el perfil del/a
accidentado/a es la antigüedad del/a mismo/a en la empresa. A este
respecto hay que señalar que el mayor número de accidentes se
registra con períodos de antigüedad menor de 12 meses, cuando el/a
trabajador/a no tiene todavía el nivel de formación y experiencia
necesarios. Las cifras de accidentes disminuyen conforme aumenta la
71
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
–
–
experiencia para invertirse ese comportamiento con experiencia
acumulada de más de 48 meses.
El mayor número de accidentes de registra entre los/as
contratados/as de forma temporal y duración determinada.
Según la ocupación, los grupos que presentan más accidentalidad
son fundamentalmente operarios/as y peones de la construcción,
seguidos de peones de industrias manufactureras, metalurgia,
operadores/as de vehículos y maquinaria, y personal no cualificado.
En el sector de servicios, destacan el personal de servicios de
restauración y cuidados personales y dependientes de comercio.
SEXO
Las diferencias por sexo observadas en el mercado de trabajo andaluz
determinan una mayor incidencia de los accidentes entre los varones.
Además de las diferencias en cuanto al número de ocupados/as de uno y otro
sexo, debemos recordar las diferencias ocupacionales que los fenómenos de
segregación ocasionan, determinando que muchas ocupaciones
consideradas como feminizadas no estén sometidas a una probabilidad alta
de riesgo de accidente grave o mortal, aunque sí son susceptibles de un
mayor riesgo de accidentes leves y lesiones provocadas entre otras causas
por el abuso de movimientos repetitivos que tardarían algún tiempo en
manifestarse.
Durante 2001 es preciso destacar que la mayoría de los accidentes, ya
sean leves, graves o mortales, se producen entre los varones (83,36%),
destacando además que las diferencias observadas entre varones y mujeres
se incrementan en función de la gravedad de la lesión. Del total de accidentes
leves, el 83,24% corresponde a varones; en términos absolutos 118.320
accidentes, frente a los 23.813 de mujeres. De los graves, el 88,72%
corresponde a varones, siendo en el caso de accidentes mortales el
porcentaje mucho más alto, un 99,36% (de los 158 accidentes mortales
acaecidos en 2001 en Andalucía, 157 fueron varones). A la vista de los datos
tanto en número de accidentes como de jornadas no trabajadas por
accidentes de trabajo, vemos como las mujeres sufren menos accidentes que
los varones, incrementándose la diferencia en función de la gravedad. Este
hecho puede explicarse debido a que la presencia de las primeras en las
actividades económicas con mayor siniestralidad (construcción, industria) es
minoritaria.
72
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Accidentes en jornada de trabajo por gravedad y sexo.
Andalucía 2001
118320
120000
100000
80000
60000
23813
40000
20000
0
2424
Leves
Graves
Varones
157
308
1
Mortales
Mujeres
Tabla 27
Jornadas no trabajadas por accidentes en jornada de trabajo con baja según
gravedad y sexo por provincia. Año 2001
Leves
Hombres
Mujeres
Graves
Hombres
Mujeres
Mortales
Hombres
Mujeres
TOTAL
Hombres
Mujeres
Andalucía
3.011.834
2.468.202
543.632
201.179
181.562
19.617
515
515
3.213.528
2.650.279
563.249
Almería
297.743
227.017
70.726
14.228
13.574
654
162
162
312.133
240.753
71.380
Cádiz
443.715
380.774
62.941
23.401
21.571
1.830
85
85
467.201
402.430
64.771
Cór
271.644
220.256
51.388
18.863
16.535
2.328
27
27
290.534
236.818
53.716
Gra
291.740
238.901
52.839
14.981
13.255
1.726
28
28
306.749
252.184
54.565
Hue
227.786
185.774
42.012
12.945
11.419
1.526
27
27
240.758
197.220
43.538
Jaé
208.891
171.104
37.787
15.548
13.903
1.645
20
20
224.459
185.027
39.432
Mál
Sev
613.051 657.264
498.631 545.745
114.420 111.519
47.996 53.217
43.736 47.569
4.260 5.648
54
112
54
112
661.101 710.593
542.421 593.426
118.680 117.167
España
20.647.939
16.625.543
4.022.396
912.673
827.280
85.393
2.481
2.466
15
21.563.093
17.455.289
4.107.804
FUENTE: MTAS.
Si desagregamos los datos de 2002 por sexos, se observa el mismo
comportamiento que en 2001. Más del 83% de los accidentes los sufren los
varones. Si además tenemos en cuenta la gravedad del accidente, vemos
como los porcentajes aumentan en función de la gravedad: así, los varones
sufren el 83,60% de los accidentes leves, el 88,30% de los graves y el 98,68%
de los mortales.
73
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Accidentes en jornada de trabajo por gravedad y sexo.
Andalucía 2002
140000
123414
120000
100000
80000
60000
24208
40000
2334
20000
0
Leves
309
Graves
Varones
150
2
Mortales
Mujeres
Tabla 28
Accidentes en jornada de trabajo según sexo, gravedad y provincia. 2002
Leves
Hombres
Mujeres
Graves
Hombres
Mujeres
Mortales
Hombres
Mujeres
TOTAL
Hombres
Mujeres
Andalucía
147.622
123.414
24.208
2.643
2.334
309
152
150
2
150.417
125.898
24.519
Alm
13.198
10.270
2.928
120
107
13
13
13
13.331
10.390
2.941
Cád
22.519
19.452
3.067
285
262
23
27
27
22.831
19.741
3.090
Cór
13.152
11.041
2.111
211
188
23
21
20
1
13.384
11.249
2.135
Gra
12.591
10.519
2.072
274
226
48
13
12
1
12.878
10.757
2.121
Hue
10.699
8.518
2.181
210
189
21
9
9
10.918
8.716
2.202
Jaé
9.791
8.278
1.513
183
161
22
7
7
9.981
8.446
1.535
Mál
31.662
26.610
5.052
577
523
54
28
28
32.267
27.161
5.106
Sev
34.010
28.726
5.284
783
678
105
34
34
34.827
29.438
5.389
España
925.201
753.283
171.918
11.886
10.548
1.338
1.101
1.070
31
938.188
764.901
173.287
FUENTE: MTAS.
Durante 2004, y como ocurre en años anteriores, el número de accidentes
ocurridos entre varones supera ampliamente al número de mujeres. Del total
de accidentes con baja en jornada de trabajo, el 82,27% corresponde a
varones frente al 17,27% a mujeres. Esta diferencia porcentual puede
apreciarse independientemente de la gravedad del accidente, ya sea este
leve, grave o mortal, e independientemente del sector económico, si bien el
98,99% de los accidentes sufridos por las mujeres son leves, y el 75,80% se
da en el sector servicios.
74
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Accidentes en jornada de trabajo por gravedad y sexo.
Andalucía 2004
140000
120330
120000
100000
80000
60000
25338
40000
2194
20000
0
Leves
272
Graves
Varones
149
3
Mortales
Mujeres
En cuanto a la antigüedad laboral, es destacable que los índices más
altos de accidentalidad se dan con una antigüedad igual o inferior a 12
meses, independientemente de la gravedad de la lesión y el sexo. Así, el
63,80% del total de accidentes con baja en jornada laboral ocurren durante el
primer año de antigüedad de la persona accidentada. A partir del primer año,
el porcentaje se va reduciendo progresivamente para volver a aumentar a
partir de un periodo de antigüedad superior a 48 meses. Este incremento de
accidentes puede deberse a un exceso de confianza fruto de una experiencia
laboral más dilatada.
75
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Accidentes de trabajo leves por sexo y antigüedad en la
empresa. Andalucía 2004
80000
77094
70000
60000
50000
40000
30000
15952
19952
12301
20000
10000
0
6476
Igual o inferior a
12 meses
4507
Entre 13 y 24
meses
Entre 25 y 36
meses
Varones
4578
1054
1416
2338
Entre 37 y 48
meses
Más de 48 meses
Mujeres
Los datos de 2005 nos indiquen a afirmar que conforme aumenta la edad
disminuye el índice de incidencia y, la correlación por sexo es menor en las
mujeres para igual grupo de edad.
Accidentes de trabajo graves por sexo y antigüedad en
la empresa. Andalucía 2004
1400
1334
1200
1000
800
600
400
200
0
455
133
216
114
18
Igual o inferior a
12 meses
Entre 13 y 24
meses
13
Entre 25 y 36
meses
Varones
76
Mujeres
75
16
Entre 37 y 48
meses
92
Más de 48 meses
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Accidentes de trabajo mortales por sexo y antigüedad en la
empresa. Andalucía 2004
90
86
80
70
60
36
50
40
30
16
20
7
1
10
0
Igual o inferior a
12 meses
0
Entre 13 y 24
meses
4
0
Entre 25 y 36
meses
Varones
0
Entre 37 y 48
meses
2
Más de 48 meses
Mujeres
OCUPACIÓN
La mayor parte de los accidentes ocurridos durante 2001 ocurrieron entre
el personal operario y peones de la construcción, industrias manufactureras,
metalurgia, operadores/as de vehículos y maquinaria, y personal no
cualificado. Les siguen los/as trabajadores/as de servicios de restauración y
de cuidados personales, así como dependientes de comercio y asimilados.
Las ocupaciones con menor accidentalidad son los puestos directivos y
técnicos científico-intelectuales.
77
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Tabla 29
Accidentes en jornada de trabajo con baja según ocupación. Año 2001
Nº accidentes
Peones agricultura, pesca, construcción, industrias manufactureras y
transportes.
Trab.cualif. Construcción, excepto oper. Maquinaria
Trab. cualif. Ind.extrac. metalurgia, construcción, maquinaria y
asimilados
Oper. instalaciones maquinaria, montadores y conductores
Trabaj. No cualificados en servicios (excepto transportes)
Trabaj. servicios de restauración, personales y protección y seguridad
Dependientes de comercio y asimilados
Trab. cualificados de art. gráficas, textil y confección, alimentación,
artesanos y asimilados
Empleados de tipo administrativo
Trabajadores cualificados agricultura y pesca
Técnicos y profesionales de apoyo
Técnicos y profesionales científicos e intelectuales
Dirección de empresas y de Administraciones Publicas
Trabajadores no clasificables
FUENTE: MTAS.
%
37.830
26,08
31.761
21,90
14.441
9,95
14.376
11.767
10.974
7.235
9,91
8,11
7,56
4,98
5.463
3,76
3.392
3.231
2.460
1.816
261
16
2,33
2,22
1,69
1,25
0,17
0,01
Al igual que en 2001, la mayor parte de los accidentes ocurridos en 2002
se dieron entre el personal operario y peones de la construcción, industrias
manufactureras, metalurgia, operadores/as de vehículos y maquinaria, y
personal no cualificado. Les siguen los/as trabajadores/as de servicios de
restauración y de cuidados personales, así como dependientes de comercio y
asimilados. Las ocupaciones con menor accidentalidad son los puestos de
dirección y los técnicos científico-intelectuales.
Tabla 30
Accidentes en jornada de trabajo con baja según ocupación. Año 2002
Peones agricultura, pesca, construcción, industrias manufactureras y
transportes.
Trab. cualif. Construcción, excepto oper. Maquinaria
Oper. instalaciones maquinaria, montadores y conductores
Trab. cualif. Ind.extrac. metalurgia, construcción, maquinaria y
asimilados
Trabaj. No cualificados en servicios (excepto transportes)
Trabaj. servicios de restauración, personales y protección y seguridad
Dependientes de comercio y asimilados
Trab. cualificados de art. gráficas, textil y confección, alimentación,
artesanos y asimilados
Empleados de tipo administrativo
Trabajadores cualificados agricultura y pesca
Técnicos y profesionales de apoyo
Técnicos y profesionales científicos e intelectuales
Dirección de empresas y de Administraciones Publicas
Trabajadores no clasificables
FUENTE: Anuario 2002. MTAS.
78
Nº
accidentes
%
37.209
22,92
34.861
15.402
21,47
9,48
14.373
8,85
12.163
11.508
7.669
7,49
7,08
4,72
5.685
3,50
3.792
2.785
2.695
1.987
277
11
2,33
1,71
1,66
1,22
0,17
0,00
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
En 2004 podemos observar que el grupo ocupacional con mayor número
de accidentes es el integrado por artesanos y trabajadores cualificados de las
industrias manufactureras, construcción, y minería, en el que el 95,57% de los
accidentes son de varones. A este grupo le sigue por siniestralidad el de
trabajadores/as no cualificados, que suponen el 31,95% de los accidentes en
2004. Es en este grupo donde se alcanza un mayor índice de accidentalidad
femenina; en concreto, el 41,49% de las mujeres que sufrieron accidentes de
trabajo ese año pertenecían a este grupo, seguidas de las trabajadoras de
servicios de restauración, personales, protección y vendedoras de comercios
(30,07%).
Siguiendo con la ocupación y haciendo referencia a tipos concretos, son
los albañiles y mamposteros (11,01%), seguidos de los peones de la
construcción (10,90%) y peones de industrias manufactureras (4,63%) los
tipos de ocupación con mayor número de accidentes especialmente en los
leves y graves. En el grupo de accidentes mortales destacan los conductores
de camión, que con 34 accidentes en 2004, constituyen el porcentaje más alto
entre los accidentes con resultado de muerte (22,37%).
Tabla 31
Accidentalidad por ocupación y sexo en jornada de trabajo.
Andalucía 2004
TIPOS DE OCUPACIÓN
Fuerzas armadas
Dirección de empresas y
admones. Públicas
Técnicos y profesionales
científicos e intelectuales
Técnicos y profesionales de
apoyo
Empleados
de
tipo
administrativo
T. servicios restauración,
personales, protección y
vendedores comercio
T. cualificados en agricultura
pesca
Artesanos y trabajadores
cualificados de industrias
manufactureras, construcción
y minería…
Operadores de instalaciones
y maquinaria y montadores
Trabajadores no cualificados
Leves
M
V
Graves
M
V
1
10
Mortales
M
V
Total
0
0
101
473
M
V
100
463
96
249
2
11
0
3
98
263
573
646
23
42
1
1
597
689
1140
1794
31
74
0
5
1171
1873
1721
1688
29
39
0
0
1750
1727
7650
9575
52
141
1
2
7.703
9.718
802
3.486
7
70
0
11
809
3.567
2.311
49.314
11
838
0
56
2.322
50.208
423
16.950
11
402
0
52
434
17.404
10.522
36.165
105
567
1
19
10.628
36.751
FUENTE: Consejería de Empleo.
En 2005 el mayor número de accidentes registrados se da entre artesanos
y trabajadores cualificados de las industrias manufactureras, la construcción,
y la minería, excepto los operadores de instalaciones y maquinaria. Cabe
destacar que de los 57.595 accidentes que se dieron en estas ocupaciones,
55.511 accidentes se dieron entre varones, lo que supone un 96,98%. Los/as
79
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
trabajadores/as no cualificados/as sufrieron un total de 48.593 accidentes en
jornada de trabajo. Por sexos, las diferencias en este caso son menores; el
77,81% de los accidentes de dieron entre hombres y el 22,19% entre mujeres.
Entre las ocupaciones que presentan menor accidentalidad, están las
englobadas bajo el epígrafe Dirección de las empresas y de las
administraciones públicas. En 2005 registraron un total de 440 accidentes. De
nuevo el número de accidentes registrados entre varones es muy superior al
de mujeres, 340 y 100 accidentes respectivamente.
Dentro de los accidentes leves, se da una mayor accidentalidad entre
mujeres en las ocupaciones no cualificadas, trabajadoras de servicios de
restauración, personales, de protección y vendedoras de comercio, seguidas
de las artesanas y trabajadoras cualificadas de industrias manufactureras y
las empleadas administrativas. Esa misma proporción se da entre los
accidentes graves. En el caso de accidentes mortales, de los tres registrados,
uno de dio en los servicios de restauración, personales, de protección y
vendedoras de comercio, y otros dos entre técnicas y profesionales de apoyo.
TIPO DE CONTRATO
En 2001 casi el 67% de los accidentes registrados en Andalucía en 2001
los sufrieron trabajadores/as con contratos de carácter temporal, frente al
30,38% de contratos indefinidos.
Accidentes con baja en jornada de trabajo según tipo de
contrato. Andalucía 2001
3.867
44.062
97.094
Indefinidos
80
Temporales
No clasificables
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
En 2004 las cifras más altas de accidentes (44,79% del total) se dan bajo
la modalidad de contrato temporal de duración determinada o por obra y
servicio a tiempo completo. Le sigue la modalidad de contrato indefinido
ordinario (20,05%) y el contrato a tiempo completo de duración determinada
eventual por circunstancias de la producción (13,57%).
Durante 2005 se da una mayor accidentalidad entre las personas que
trabajan con contratos temporales frente a los contratos indefinidos. Dentro de
los contratos temporales, dentro de la categoría de duración determinada, se
registraron un total de 95.484 accidentes, que aunque si bien fueron en su
mayoría de carácter leve (94.060), recoge también el mayor número de
accidentes mortales acaecidos ese año (108). Le siguen los/as contratados/as
a tiempo parcial y los/as que tienen contratos formativos, que suponen un
7,10% y un 2,98% de los/as accidentes registrados con contratos temporales.
Dentro de los contratos indefinidos, el mayor porcentaje de accidentes se
registra dentro de los contratos normales. En cuanto a los contratos
indefinidos de fomento del empleo, se dieron más accidentes en los contratos
de conversión de temporal a indefinido, y entre los/as trabajadores/as
minusválidos.
ENFERMEDADES PROFESIONALES EN ANDALUCÍA
En 2001 se declararon en la Comunidad Autónoma de Andalucía un total
de 1.268 enfermedades profesionales, 356 más que el año anterior. De éstas,
910 fueron con baja y 358 sin baja.
En cuanto a la gravedad, el 95,27% de las enfermedades profesionales
con baja fueron de carácter leve (910) y el 4,72% restante graves, no
registrándose ninguna enfermedad ese año con resultado de muerte.
Las provincias andaluzas que más enfermedades profesionales leves
registraron ese año fueron Sevilla, Huelva y Cádiz, mientras que Sevilla,
Málaga y Cádiz se sitúan en la cabeza de enfermedades profesionales graves.
81
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Enfermedades profesionales por provincias. Andalucía
2001 (leves)
400
376
376
337
350
312
300
317
293 312
264 252
264
250
217
195
200
230 217
218
257
184
150
118
100
93
61 67 61
50
123 118
114
91 101
122
69
69
91
31
0
Almería
Cádiz
Córdoba
Granada
Huelva
Jaén
Málaga
Sevilla
Relación entre enfremedades profesionales leves y graves
en Andalucía (2001-2005)
1800
1600
1400
27
52
43
13
51
1200
1000
800
1508
600
1664
1270
1508
1711
400
200
0
2001
2002
2003
Leves
82
Graves
2004
2005
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Enfermedades profesionales por provincias. Andalucía
2001 (graves)
10
10
9
10
8
8
7
6
5
3
2
4
4
4
3
2
2
1
0
Almería
Cádiz
Córdoba
Granada
Huelva
Jaén
Málaga
Sevilla
En 2002 se declararon en Andalucía un total de 1.614 enfermedades
profesionales, de las cuales 1.321 fueron con baja y 293 sin baja. Este dato ha
puesto de manifiesto un incremento respecto a 2001 de 21,4%. Este
incremento se ha producido en las categorías de leves y graves, ya que como
en años anteriores, no se ha contabilizado en Andalucía ninguna enfermedad
profesional mortal.
En lo que respecta a la gravedad, aumenta el porcentaje de leves
respecto al año anterior, el 96,13% de las enfermedades profesionales con
baja fueron de carácter leve (1.270) y el 4,01% restante graves, no
registrándose ninguna enfermedad ese año con resultado de muerte.
Las provincias andaluzas que más enfermedades profesionales leves
registraron ese año fueron Sevilla, Huelva y Málaga, siendo esta última junto
con Granada y Cádiz las que registraron ese año mayor número de
enfermedades graves.
83
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Enfermedades profesionales por provincias. Andalucía
2002
16
15
14
12
12
10
7
8
6
5
4
4
3
3
2
0
Almería
Cádiz
Córdoba
Granada
Huelva
2
Jaén
Málaga
Sevilla
Si comparamos estos datos con 2001, Jaén es la provincia que registra
un incremento mayor, de más del 170%, en cuanto a enfermedades leves. El
resto de las provincias también registra incrementos importantes, excepto
Almería, que es la única provincia andaluza que presenta una reducción de
20,5% con respecto al año anterior. Sin embargo, Almería experimenta un
incremento del 150,0% en el número de enfermedades graves, siendo sólo
superada por Granada, con un incremento de 400,0%.
Tabla 32
Distribución por provincias y gravedad de enfermedades profesionales con
baja. Andalucía 2001-2002
2001
Almería
39
Cádiz
168
Córdoba
57
Granada
73
Huelva
174
Jaén
37
Málaga
118
Sevilla
201
FUENTE: MTAS
Leves
2002
31
184
93
122
252
101
230
257
% Inc
-20,5
+9,5
+63,1
+67,1
+44,8
+172,9
+94,9
+27,8
2001
2
8
4
3
2
4
10
10
Graves
2002
% Inc
5
+150,0
7
-12,5
3
-25,0
15
+400,0
3
+50,0
2
-50,0
12
+20,0
4
-60,0
2001
-
Mortales
2002 % Inc
-
En 2003 vuelve a producirse un incremento en el número de
enfermedades profesionales declaradas en Andalucía. De las 1.614 de 2002
84
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
se pasó a 1.835, 221 más que el año anterior. De éstas, 1.716 fueron con baja
y 119 sin baja.
En cuanto a la gravedad, aumenta el porcentaje de leves respecto al año
anterior, el 96,96% de las enfermedades profesionales con baja fueron de
carácter leve (1.664) disminuyendo así ligeramente el porcentaje de
enfermedades graves, el 3,03% con respecto a 2002.
Por provincias y teniendo en cuenta la gravedad, Huelva (337), Sevilla
(317) y Cádiz (293) registran el mayor número de enfermedades profesionales
de carácter leve, mientras que al igual que en 2002 Granada (34,61%) y Cádiz
(25,00%) registraron en 2003 los mayores porcentajes de enfermedades
graves.
Enfermedades profesionales por provincias. Andalucía
2003 (graves)
18
18
16
14
13
12
10
8
8
6
6
4
2
0
1
1
Almería
Cádiz
Córdoba
Granada
Huelva
2
Jaén
3
Málaga
Sevilla
De las 1.524 enfermedades registradas en Andalucía en 2004, 1.511
tuvieron la consideración de leves, y 13 graves.
Entre las provincias en las que más enfermedades profesionales se
declararon destacan Sevilla (376 enfermedades leves y 4 graves), y Cádiz
(312 leves y 5 graves). En el extremo opuesto se sitúa Almería en la que solo
se declararon ese año 61 enfermedades leves y ninguna grave.
85
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Enfermedades profesionales por provincias. Andalucía
2004 (Graves)
5
5
4,5
4
4
3,5
3
2,5
2
2
2
1,5
1
0,5
0
0
Almería
0
Cádiz
Córdoba
Granada
Huelva
0
Jaén
0
Málaga
Sevilla
Teniendo en cuenta la actividad económica tenemos que, en la
construcción general de inmuebles y obras de ingeniería civil se registraron un
total de 227 enfermedades laborales, lo que supone el 15,02% del total de
enfermedades leves. Entre las leves están también las registradas en
industrias cárnicas (10,06%), en la producción agrícola (8,41%) y en las
actividades industriales de limpieza (2,78%).
En el caso de enfermedades de gravedad, las 13 declaradas en 2004 se
registraron en las siguientes actividades:
Tabla 33
Enfermedades profesionales graves por actividad económica. Andalucía 2004
Actividad económica
Actividades sanitarias
Otros tipos de transporte terrestre
Enseñanza superior
Actividades deportivas
Fabricación de productos cerámicos no refractarios excepto los
destinados a la construcción; fabricación de productos cerámicos
refractarios
FUENTE: Consejería de Empleo. Avances estadísticos 2004
Nº enferm.
6
2
1
1
%
46,15
15,38
7,69
7,69
1
7,69
Si tenemos en cuenta la edad del/de la trabajador/a enfermo/a, vemos
cómo la incidencia de la enfermedad aumenta con la edad, consecuencia de
una mayor exposición laboral.
Si relacionamos la incidencia de las enfermedades profesionales con la
edad de la persona enferma y el sexo, vemos que no existen diferencias
significativas en el caso de las enfermedades leves, siendo los grupos más
afectados los de edad entre 25 y 54 años tanto para varones como para
86
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
mujeres,
frente al
afectado
en 2004
varones.
aunque el 69,55% de estas enfermedades afecta a los varones,
30,44% de mujeres. En el caso de las graves el colectivo más
es el femenino; el 53,84% de las enfermedades graves declaradas
las sufrieron mujeres frente al 46,15% restante que afectaba a
Enfermedades leves por edad y sexo. Andalucía 2004
350
300
250
200
150
100
50
0
Varones
Mujeres
Sin especificar
Menos de 18 años
De 18 a 24
De 25 a 34
De 35 a 44
De 45 a 54
De 55 a 65
Más de 65
Enfermedades graves por edad y sexo. Andalucía 2004
3
2,5
2
1,5
1
0,5
0
Sin especificar
Varones
Menos de 18 años
De 18 a 24
Mujeres
De 25 a 34
De 35 a 44
De 45 a 54
De 55 a 65
Más de 65
87
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Podemos observar además que existen diferencias significativas entre los
distintos sectores económicos si tenemos en cuenta ambos sexos. En el
sector de agricultura y pesca y en el sector de servicios el número de
enfermedades registradas entre hombres y mujeres es prácticamente igual,
siendo ligeramente superior el de varones (91 y 80 en el caso del sector
agrario y 282 y 253 en servicios, respectivamente). Estas diferencias se
profundizan mucho más en los dos sectores económicos con presencia
mayoritaria de varones; en la construcción, se dieron 296 enfermedades entre
varones frente a sólo 10 entre mujeres, mientras que en la industria el número
de enfermedades entre varones es de 382 frente a las 117 registradas entre
mujeres.
Como ya hemos visto, la gran mayoría de las enfermedades de origen
laboral registradas en Andalucía en 2004 tuvieron la consideración de leves
(99,14%).
Atendiendo al diagnóstico, las enfermedades laborales de tipo músculoesquelético constituyen el grupo de mayor incidencia, destacando
fundamentalmente la tendinitis que supone el 18,99% de las enfermedades
leves y el 7,69% de las graves, la epicondilitis (13,37% de leves), las
enfermedades osteo-articulares y agioneuróticas provocadas por vibraciones
mecánicas (13,24%).
Las enfermedades laborales graves registradas en Andalucía en 2004
tuvieron los siguientes diagnósticos:
Tabla 34
Enfermedades laborales graves por diagnóstico. Andalucía. 2004
Diagnóstico
Hepatitis C
Tendinitis
Síndrome del túnel carpiano
Otras enfermedades músculo-esqueléticas
Hipoacusia / Sordera profesional
Tuberculosis
Artrosis
Urticaria
Saturnismo
Dermatitis de contacto/Eczema
TOTALES
Nº casos
4
1
1
1
1
1
1
1
1
1
13
%
30,77
7,69
7,69
7,69
7,69
7,69
7,69
7,69
7,69
7,69
99,98%
FUENTE: Consejería de Empleo. Avance de datos estadísticos. 2004
Por último, presentamos algunas de las conclusiones más significativas
resultantes del análisis de las enfermedades registradas en Andalucía en el
año 2005.
De las 1.738 enfermedades registradas en Andalucía en 2005, 1.711
tuvieron la consideración de leves, 27 graves y ninguna tuvo carácter mortal.
88
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Enfermedades profesionales en Andalucía. 2005
27
1711
Leves
Graves
Por actividad económica tenemos que, en la construcción general de
inmuebles y obras de ingeniería civil se registraron un total de 293
enfermedades laborales, lo que supone el 16,86% del total. De estas, el 98,6%
fueron de carácter leve y solo un 1,36% graves. Les siguen las enfermedades
registradas en las industrias cárnicas (6,85%) todas ellas de carácter leve, en
la producción agrícola (6,44%) y en las actividades industriales de limpieza
(4,09%). No obstante, los porcentajes más altos se dan bajo el epígrafe
“Resto de actividades económicas”.
Si tenemos en cuenta la edad del/de la trabajador/a enfermo/a, vemos
cómo la incidencia de la enfermedad aumenta con la edad, consecuencia de
una mayor exposición laboral.
En el caso de la agricultura y pesca, el mayor número de enfermedades
se da entre los 25 y 34 años (41), entre los 35 y 44 años (54) y de 45 a 54
años (31). Esta misma circunstancia se da en el resto de los sectores
productivos; en concreto, en la industria, el mayor número de enfermedades
se da entre los 25 y 34 años (153), entre los 35 y 44 años (153) y de 45 a 54
años (106). También en el sector de la construcción, son las edades
comprendidas entre 25 y 34 y 35 a 44 las que presentan mayor número de
enfermedades, con 132 y 126 respectivamente.
Por último destacar que es el sector servicios el que presenta un número
más alto de enfermedades de origen laboral. De las 1.711, 639 (37,34%) se
registraron en este sector económico, dándose mayoritariamente al igual que
el resto de sectores económicos entre los 25 y 34 años (153), entre los 35 y 44
(203), entre 45 y 54 (156).
89
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Podemos observar además que existen diferencias significativas entre los
distintos sectores económicos si tenemos en cuenta ambos sexos. En el
sector de agricultura y pesca, el número de enfermedades registradas entre
hombres y mujeres es prácticamente igual, siendo ligeramente superior el de
varones (83 y 72 respectivamente). Estas diferencias se profundizan mucho
más en los dos sectores económicos con presencia mayoritaria de varones;
en la construcción, se dieron 384 enfermedades entre varones frente a sólo 9
entre mujeres, mientras que en la industria el número de enfermedades entre
varones es de 436 frente a las 100 registradas entre mujeres. Solo cambia
esta tendencia en el caso del sector servicios dada su fuerte feminización,
fundamentalmente en los servicios de hostelería, restauración, comercio,
sanidad y cuidados personales. Es el único sector económico donde el
número de enfermedades que afectaron a mujeres es ligeramente superior al
de varones (318 y 309 respectivamente).
Como ya hemos visto, la gran mayoría de las enfermedades de origen
laboral registradas en Andalucía en 2005 tuvieron la consideración de leves
(98,44%). Atendiendo al diagnóstico, destacan las patologías laborales de tipo
músculo-esquelético, que suponen el 81,19% del total de enfermedades leves
y el 29,63% de las graves. Les siguen las enfermedades de la piel, con un
9,53% de carácter leve y un 11,11%. El 9,29% de enfermedades leves y el
59,26% de graves lo constituyen el resto de diagnósticos.
Tabla 35
Incidencia de las enfermedades músculo-esqueléticas. Andalucía 2005
Diagnóstico
Tendinitis
Dl osteo-articulares o agioneuróticas provocadas por vibraciones
mecánicas
Epicondilitis
Síndrome del túnel carpiano
Tenosinovitis
Otras enfermedades músculo-esqueléticas
Hombro doloroso
Bursitis
Tendosinovitis de DeQuervain
Lumbalgia
TOTALES
FUENTE: Consejería de Empleo. Avance datos estadísticos. 2005
90
Leves
23,61%
21,57%
Graves
11,11%
0,00%
15,20%
7,54%
4,68%
2,28%
1,93%
1,52%
1,46%
1,40%
81,19%
0,00%
7,41%
0,00%
0,00%
11,11%
0,00%
0,00%
0,00%
29,63%
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
ANÁLISIS SECTORIAL DE LAS CONDICIONES
DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Al hablar de condiciones de trabajo nos referimos a “cualquier
característica del mismo que puede tener una influencia significativa en la
generación de riesgos para la seguridad y la salud del trabajador” (Art. 4 de la
Ley 31/95, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales).
Puesto que la propia definición de condición de trabajo es muy amplia y
abarca multitud de factores, el análisis de las condiciones de trabajo de los
trabajadores y las trabajadoras en Andalucía debe ser igualmente exhaustivo y
multidimensional, e incluir no sólo los factores físicos y objetivables, sino
también otros aspectos de carácter más subjetivo, a menudo olvidados, pero
igualmente importantes, que tienen que ver con las formas de organización
del trabajo y la adaptación de los puestos a las características individuales de
las personas que los ocupan.
Así específicamente, y siguiendo con el citado art. 4 de la Ley de
Prevención:
….Quedan específicamente incluidas en esta definición:
a) Las características generales de los locales, instalaciones, equipos,
productos y demás útiles existentes en el centro de trabajo.
b) La naturaleza de los agentes físicos, químicos y biológicos presentes
en el ambiente de trabajo y sus correspondientes intensidades,
concentraciones o niveles de presencia.
c) Los procedimientos para la utilización de los agentes citados
anteriormente que influyan en la generación de los riesgos
mencionados.
d) Todas aquellas otras características del trabajo, incluidas las relativas a
su organización y ordenación, que influyan en la magnitud de los
riesgos a que esté expuesto el trabajador.
Del mismo modo, y puesto que la propia sectorización del mercado de
trabajo determina sus propias características y especificidades, se hará un
análisis segregado en los grandes sectores productivos: agricultura,
construcción, industria y servicios, diferenciando en ese último caso entre los
principales subsectores con presencia en nuestra Comunidad Autónoma.
91
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
ORGANIZACIÓN DE LA PREVENCIÓN
Para llevar a cabo una eficaz gestión preventiva de los riesgos laborales
en una empresa, es fundamental que la dirección de la misma esté
comprometida de una forma activa y positiva con aquélla, ya que es el
estamento de la empresa el que dispone de los recursos técnicos y
económicos y el poder de decisión para elegir cuáles son los medios que se
deben y pueden aportar para el desarrollo de las actividades preventivas.
La LPRL regula los derechos de los/as trabajadores/as y las obligaciones
de los/as empresarios/as, así como los principios generales sobre los que se
tienen que basar los modelos para una gestión efectiva en materia de
prevención de riesgos laborales. Tales principios generales son:
a) Evitar los riesgos.
b) Evaluar los riesgos que no se puedan evitar.
c) Combatir los riesgos en su origen.
d) Adaptar el trabajo a la persona, en particular, en lo que respecta a la
concepción de los puestos de trabajo, así como a la elección de los
equipos y los métodos de trabajo y de producción, con miras, en
particular, a atenuar el trabajo monótono y repetitivo y a reducir los
efectos del mismo en la salud.
e) Tener en cuenta la evolución de la técnica.
f) Sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún riesgo.
g) Planificar la prevención, buscando un conjunto coherente que integre
la técnica, la organización del trabajo, las condiciones de trabajo, las
relaciones sociales y los factores ambientales.
Para desarrollar una adecuada gestión preventiva es necesario
preestablecer un sistema de organización, lo que la Ley 54/2003 ha definido
como Plan de Prevención de Riesgos Laborales, que garantice la adopción de
una serie de medidas y estrategias de actuación que se integren en el
funcionamiento específico de la empresa.
La implantación con éxito del Plan de Prevención, precisa, en primer lugar,
contar con el compromiso de la dirección de la empresa, condición sine qua
non será imposible el establecimiento de un modelo de gestión eficaz, que
aproveche en gran medida el propio esquema de organización empresarial,
defina funciones y responsabilidades en materia de seguridad y salud,
desarrolle procedimientos de actuación para integrar la prevención de riesgos
en todas las actividades de la empresa, e implique a todos y todas en la
consecución de sus objetivos.
La evaluación de riesgos es una etapa clave de diagnosis para poder
elaborar una planificación preventiva que permita ejercer un control de todos
los riesgos que no han sido eliminados. Todo ello habrá de constituir una
sólida cimentación sobre la que levantar el sistema preventivo que se apoya
92
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
en cuatro pilares básicos: la debida y adecuada información a los/as
trabajadores/as sobre los riesgos y las medidas preventivas, la comunicación
fluida y bidireccional entre todos/as los/as implicados/as, la participación
activa y responsable de directivos, técnicos y trabajadores/as, y la formación
en materia preventiva que asegure actos y comportamientos seguros.
Figuras de representación en materia de PRL
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales 31/1995 de 8 de Noviembre,
en su capítulo V, regula de forma detallada los derechos de consulta y
participación de las personas trabajadoras en relación con las cuestiones que
afectan a la seguridad y salud en el trabajo.
Partiendo del sistema de representación colectiva, la Ley atribuye a los/as
denominados/as Delegados/as de Prevención –elegidos/as por y entre los/as
representantes de los/as trabajadores/as en el ámbito de los respectivos
órganos de representación – el ejercicio de las funciones especializadas en
materia de prevención de riesgos en el trabajo, otorgándoles para ello las
competencias, facultades y garantías necesarias.
El artículo 34 de la LPRL recoge el derecho que tienen los/as
trabajadores/as en la empresa a participar en todas las cuestiones
relacionadas con la prevención de los riesgos laborales que puedan surgir en
dicha empresa:
“Los trabajadores tienen derecho a participar en la empresa en las
cuestiones relacionadas con la prevención de riesgos en el trabajo…
En las empresas o centros de trabajo que cuenten con seis o más
trabajadores, la participación de éstos se canalizará a través de sus
representantes y de la representación especializada…”
El texto sugiere una doble naturaleza de la representación de los/as
trabajadores/as:
a) La representación general que ostentan los y las representantes
legales de los/as trabajadores/as. Así, en el ámbito del Estatuto de los
Trabajadores queda en manos de los Comités de Empresa, los/as
Delegados/as de Personal y los/as Representantes Sindicales.
b) La representación especializada. Junto a esta representación, la Ley
de Prevención de Riesgos Laborales introduce una representación
específica en materia de prevención y protección de riesgos
laborales, que se atribuye a un órgano de nueva creación: los/as
Delegados/as de Prevención.
93
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Delegados de Prevención
Los/as Delegados/as de Prevención de Riesgos Laborales “son los
representantes de los trabajadores con funciones específicas en materia de
prevención de riesgos en el trabajo” (Art. 35 de la LPRL). Se designan por y
entre los/as representantes de personal en función del número de
trabajadores/as de la organización.
El número de Delegados/as de Prevención varía según el número de
trabajadores/as censados/as en las empresas o centros de trabajo:
–
Hasta 30 trabajadores/as
1 Delegado/a de Personal
–
De 31 a 49 trabajadores/as
1 Delegado/a de Prevención.
–
De 50 a 100 trabajadores/as
2 Delegados/as de Prevención
–
De 101 a 500 trabajadores/as
3 Delegados/as de Prevención
–
De 501 a 1.000 trabajadores/as
4 Delegados/as de Prevención
–
De 1001 a 2000 trabajadores/as
5 Delegados/as de Prevención
–
De 2001 a 3000 trabajadores/as
6 Delegados/as de Prevención
–
De 3001 a 4000 trabajadores/as
7 Delegados/as de Prevención
–
De 4001 en adelante
8 Delegados/as de Prevención
El artículo 36.1. de la LPRL otorga competencias específicas a los/as
delegados/as de prevención:
a) Colaborar, con la dirección de la empresa, en la mejora de la acción
preventiva.
b) Promover y fomentar la cooperación de los/as trabajadores/as en la
ejecución de la normativa sobre prevención de riesgos laborales.
c) Ser consultados por el/a empresario/a, con carácter previo a su
ejecución, acerca de las decisiones a que se refiere el artículo 33 de
la LPRL.
d) Ejercer una labor de vigilancia y control sobre el cumplimiento de la
normativa de prevención de riesgos laborales.
Para el desempeño de estas competencias, estarán facultados/as para
los siguientes cometidos: (art. 36.2 de la LPRL):
1. Acompañar a los técnicos de prevención, sean del Servicio Propio
como del Servicio Ajeno, en las evaluaciones de carácter preventivo,
siempre que así lo dispongan.
2. Acompañar a los Inspectores de Trabajo y Seguridad Social en las
visitas y verificaciones que realicen a los Centros de Trabajo para
comprobar el cumplimiento de la normativa sobre prevención de
riesgos laborales. Los Delegados de Prevención podrán formular
ante los Inspectores de Trabajo cuantas observaciones consideren
oportunas.
94
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
3.
Tener acceso a la información y documentación relativa a las
condiciones de trabajo que sean necesarias para el mejor
cumplimiento de sus funciones y que están recogidas en los artículos
28 y 23 de la LPRL. No tendrán acceso, de acuerdo con el artículo
22.4 de la LPRL, a la documentación relacionada con la vigilancia y
salud de los/as trabajadores/as. Cuando la información y el acceso a
la documentación este sujeta a las limitaciones reseñadas solo podrá
ser suministrada de manera que se pueda garantizar el respeto de la
confidencialidad de los datos.
4. Ser informados por el/a empresario/a sobre los daños producidos en
la salud de los/as trabajadores/as una vez que dicho empresario
hubiere tenido conocimiento de ellos. El Delegado de Personal
puede presentarse, aun fuera de su jornada de trabajo, en el lugar de
los hechos para conocer las circunstancias de los mismos.
5. Realizar visitas a los lugares de trabajo para ejercer su labor de
vigilancia y control del estado de las condiciones de trabajo,
pudiendo acceder a cualquier zona de trabajo de la empresa y
comunicarse, durante la jornada de trabajo, con los/as
trabajadores/as procurando que no se altere el normal desarrollo del
proceso productivo.
6. Solicitar de la dirección la adopción de medidas de carácter
preventivo y para la mejora de los niveles de protección de la
seguridad y la salud de los/as trabajadores/as. A tal fin podrá
efectuar las propuestas que crea conveniente adoptar a la dirección,
así como al Comité de Seguridad y Salud para su discusión en el
mismo. La negativa a la adopción de las medidas correctoras
propuestas, tanto por el/a empresario/a como por el Comité de
Seguridad y Salud deberán ser motivadas (art. 36.4) y deberán
quedar recogidas en el libro de actas del Comité de Vigilancia y
Salud.
7. Recibir del/a empresario/a las informaciones procedentes de las
personas u órganos encargados de las actividades de protección y
prevención en la empresa, así como de los organismos
competentes, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 40 de la
LPRL en materia de colaboración con la Inspección de Trabajo.
Los/as Delegados/as de Prevención deben recibir formación específica en
materia preventiva. Esta formación:
1. Puede ser facilitada por el/a empresario/a. Por sus propios medios o
mediante concierto con órganos o entidades especializadas en la
materia.
2. La formación impartida deberá adaptarse a la evolución de los
riesgos y a la aparición de otros nuevos. Dicha formación deberá ser
continua.
95
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
3.
El tiempo dedicado a la formación será considerado como tiempo de
trabajo a todos los efectos y su coste no podrá ser repercutido sobre
los Delegados de Prevención.
Comité de Seguridad y Salud
El Comité de Seguridad y Salud es el “órgano paritario y colegiado de
participación destinado a la consulta regular y periódica de las actuaciones de
la empresa en materia de prevención de riesgos” (Art. 38 de la LPRL).
Este órgano se constituye en las empresas de 50 o más trabajadores/as y
está constituido paritariamente por el/a empresario/a/a y/o sus representantes
y por los/as trabajadores/as a través de los/as Delegados/as de Prevención.
En empresas con varios centros de trabajo se puede acordar la creación de
Comités Intercentros. (art. 38.2. de la LPRL).
Los Comités de Seguridad y Salud deben reunirse al menos una vez al
trimestre o cuando lo acuerde alguna de las partes.
El art. 39 de la LPRL atribuye al Comité de Seguridad y Salud las
siguientes funciones y facultades:
–
Participar en la elaboración, desarrollo y evaluación del Plan de
Prevención.
–
Discutir, antes de su puesta en práctica, los proyectos en materia de
organización del trabajo e introducción de nuevas tecnologías, en lo
referente a su incidencia en la prevención de riesgos.
–
Promover iniciativas de prevención y mejora de las condiciones de
trabajo.
–
Informar la memoria y programación anual de los Servicios de
Prevención.
–
Visitar el centro de trabajo para conocer directamente la situación
relativa a la prevención de riesgos.
–
Acceder a toda la información y documentación necesaria para el
desarrollo de sus funciones.
Analizar los daños a la salud con el fin de valorar sus causas y
proponer medidas preventivas.
Los Delegados/as de Prevención pueden solicitar que técnicos de su
confianza ajenos a la empresa, otros Delegados/as Sindicales o
trabajadores/as con especial cualificación o información participen con voz y
sin voto en las reuniones del Comité de Seguridad y Salud. (art. 38.2)
Los Comités de Seguridad y Salud de empresas que desarrollen su
actividad en un mismo centro de trabajo pueden acordar la realización de
reuniones conjuntas. (art 39.4).
–
96
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Recursos preventivos para la organización de la prevención
La Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL) ha
experimentado varias modificaciones desde su promulgación hace ya casi
diez años. Sin embargo, fueron las introducidas mediante la Ley 54/2003 las
que más han modificado el ámbito de la gestión de la PRL, al obligar a las
empresas a la implantación de un Plan de PRL; es decir, a sistematizar la
realización de sus actividades preventivas.
No obstante, la lectura más pausada de esta última Ley lleva enseguida a
la conclusión de que, realmente, la única obligación nueva que establece para
las empresas es la necesidad de que este Plan esté documentado.
Es decir, las exigencias en cuanto a las actividades preventivas a realizar
que imponía el R.D. 39/1997 (más conocido como Reglamento de los
Servicios de Prevención) no han variado, sino que se han incorporado de
forma más explícita en la propia Ley y, eso sí, se ha considerado que la
sistematización de unas actividades de tal importancia conlleva la necesidad
de documentar dicho sistema.
El Plan de Prevención de Riesgos Laborales está constituido por el diseño,
implantación y seguimiento de una serie de actividades que, en su conjunto,
constituyen una herramienta sistematizada para la gestión de los riesgos
laborales, que debe guiarse de acuerdo con los principios de la acción
preventiva establecidos en el artículo 15 de la Ley 31/1995 de Prevención de
Riesgos Laborales (LPRL).
Entre las actividades que componen el Plan de Prevención, algunas de
ellas son herramientas de gestión comunes con cualquier sistema de gestión
empresarial, sea de Calidad, de Medio Ambiente o de cualquier otro ámbito.
Otras, en cambio, son actividades específicas del ámbito reglamentario de la
PRL como, por ejemplo: la evaluación de riesgos, el control periódico de las
condiciones de trabajo, la investigación de accidentes y enfermedades
profesionales, etc. Ambos grupos de actividades son imprescindibles para el
buen desarrollo del Plan de Prevención o, lo que es lo mismo, para realizar
una Gestión de la PRL sistemática y efectiva.
La prevención como actividad empresarial constituye un principio básico
definido en el artículo 4º de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención
de Riesgos Laborales. Su gestión debe incluirse en un espacio organizativo
que sea marco de referencia de toda acción preventiva en la empresa para
garantizar su eficacia.
La integración de la prevención de riesgos en el conjunto de actividades
de la empresa no siempre es tarea fácil. En ocasiones por desconocimiento
por parte del empresariado de sus responsabilidades en materia preventiva, o
en otros casos por falta de recursos técnicos y humanos suficientes, la
realidad es que existen todavía demasiadas empresas que incumplen sus
obligaciones en materia de seguridad y salud laboral. Con demasiada
frecuencia, las pequeñas y medianas empresas carecen de los recursos de
los que disponen otras de mayor tamaño y, como resultado, en el peor de los
97
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
casos, muchas optan por obviar la prevención de riesgos y excluirla de su
gestión empresarial; en el mejor de los casos, la gestión preventiva se realiza
a través de la contratación de un servicio de prevención especializado ajeno a
la organización que conduce, en muchos casos, al cumplimiento meramente
formal de un conjunto de obligaciones que no acaban de ser entendidas
completamente. Ello constituye una importante limitación, ya que la
competitividad de la empresa está cada vez más ligada a la capacidad de
armonizar e integrar la calidad, la prevención, la protección del medio
ambiente y la optimización de relaciones sociales entre empleados,
proveedores, clientes y la sociedad en general.
Con el objetivo de lograr una verdadera integración de la prevención y
crear una auténtica cultura preventiva en el seno de las empresas, sea cual
sea su tamaño y actividad empresarial, resulta precisa la elaboración de una
estrategia de actuación global en la que todos y todas estén implicados, con
unos objetivos comunes encaminados a la reducción de la siniestralidad, la
mejora en general de las condiciones de trabajo y de la competitividad de la
empresa.
La LPRL contempla cuatro modalidades básicas para la organización de
los recursos preventivos que permita a las empresas crear e integrar una
política efectiva de seguridad y salud. Estas modalidades son:
a) Asunción por parte del/a empresario/a de la función preventiva.
b) Designación dentro de la empresa de uno o varios trabajadores.
c) Constitución de un Servicio de Prevención Propio dentro de la
organización.
d) Concertación del Servicio de Prevención con una empresa
especializada ajena a la organización.
a) Asunción por parte del/a empresario/a de la función preventiva.
En las empresas de uno a cinco trabajadores/as, el/a empresario/a puede
asumir personalmente las funciones preventivas, “siempre que desarrolle de
forma habitual su actividad en el centro de trabajo y tenga la capacidad
necesaria, en función de los riesgos a que estén expuestos los trabajadores y
la peligrosidad de las actividades…” (Art. 30.5 de la LPRL).
El/a empresario/a no podrá ejercer en ningún caso las actividades
relativas a la vigilancia de la salud de sus trabajadores/as (Art. 11 del R.D.
39/97, de 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios
de Prevención, en adelante RSP).
El/a empresario/a no podrá asumir de forma personal la prevención de
riesgos cuando la actividad de la empresa esté entre las incluidas en el Anexo
I del RSP:
a) Trabajos con exposición a radiaciones ionizantes en zonas controladas
según R.D. 53/1992, de 24 de enero, sobre protección sanitaria contra
radiaciones ionizantes.
98
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
b) Trabajos con exposición a agentes tóxicos y muy tóxicos, y en
particular a agentes cancerígenos, mutagénicos o tóxicos para la
reproducción, de primera y segunda categoría, según R.D. 363/1995,
de 10 de enero, que aprueba el Reglamento sobre notificación de
sustancias nuevas y clasificación, envasado y etiquetado de
sustancias peligrosas, así como R.D. 1078/1993, de 2 de julio sobre
clasificación, envasado y etiquetado de preparados peligrosos y las
normas de desarrollo y adaptación al progreso de ambos.
c) Actividades en que intervienen productos químicos de alto riesgo y son
objeto de la aplicación del R.D. 886/1988, de 15 de julio y sus
modificaciones, sobre prevención de accidentes mayores en
determinadas actividades industriales.
d) Trabajos con exposición a agentes biológicos de los grupos 3 y 4,
según la Directiva 90/679/CEE y sus modificaciones, sobre protección
de los trabajadores contra los riesgos relacionados a agentes
biológicos durante el trabajo.
e) Actividades de fabricación, manipulación y utilización de explosivos,
incluidos los artículos pirotécnicos y otros objetos o instrumentos que
contengan explosivos.
f) Trabajos propios de minería a cielo abierto y de interior, y sondeos en
superficie terrestre o en plataformas marinas.
g) Actividades en inmersión bajo el agua.
h) Actividades en obras de construcción, excavación, movimientos de
tierras y túneles, con riesgo de caída de altura o sepultamiento.
i) Actividades en la industria siderúrgica y en la construcción naval.
j) Producción de gases comprimidos, licuados o disueltos o utilización
significativa de los mismos.
k) Trabajos que produzcan concentraciones elevadas de polvo silíceo.
l) Trabajos con riesgos eléctricos en alta tensión.
El artículo expresamente se refiere a la capacidad necesaria del/a
empresario/a para asumir personalmente la actividad preventiva. La cuestión
estriba en la dificultad en muchos casos de delimitar y definir cuál es esa
capacidad necesaria, es decir, qué grado de formación y cualificación mínima
es necesario que posea esta persona en materia de prevención de riesgos
laborales para lograr una gestión eficaz.
b) Designación de trabajadores/as dentro de la empresa
Cuando el/a empresario/a no puede o no desea asumir directamente las
funciones preventivas, puede optar por designar a uno/a o más
trabajadores/as al efecto, según lo dispuesto en el artículo 30, apartados 1 al
4 de la LPRL y en los artículos 12 y 13 del RSP.
Para ello, se han de dar las siguientes circunstancias:
99
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
–
La empresa no ha de estar legalmente obligada a tener Servicio de
Prevención propio.
–
El/la trabajador/a designado/a debe estar cualificado/a para ejercer
las funciones preventivas según los Anexos 4 a 6 del RSP.
No haber decidido la autoridad laboral la obligatoriedad para la
empresa de disponer de servicio de prevención propio según lo
indicado en el art. 14.c del RSP.
La designación de trabajadores/as puede complementarse con la
concertación de servicios de prevención ajenos, que actúen en aquellas
parcelas de la LPRL en la que no baste con la designación de
trabajadores/as, según lo indicado en los arts. 31.1 y 30.1-4 de la LPRL y en
los arts. 12 y 13 del RSP.
–
c) Constitución de un Servicio de Prevención Propio dentro de la organización
Cualquier empresa puede constituir un Servicio de Prevención Propio si lo
desea, a fin de gestionar a través del mismo la prevención de riesgos
laborales. No obstante, este hecho se convierte en obligatorio cuando se dan
las siguientes circunstancias:
– En las empresas de plantilla igual o superior a 500 trabajadores/as.
– En las empresas de plantilla igual o superior a 250 trabajadores/as,
incluidas en el Anexo I del RSP.
– En las empresas que, independientemente de su tamaño, a causa de
su peligrosidad o elevada siniestralidad, sean obligadas a ello por la
autoridad laboral.
Las actividades preventivas que no sean asumidas por el Servicio de
Prevención propio podrán ser concertadas por uno o más servicios de
prevención ajenos.
d) Concertación del Servicio de Prevención con una empresa especializada
ajena a la organización.
En el caso de que la empresa no desee constituir un servicio de
prevención propio, siempre que no esté legalmente obligada a ello, puede
optar por concertar los servicios de una empresa especializada en materia de
prevención de riesgos laborales.
Estas empresas especializadas como servicios de prevención ajenos han
de estar acreditadas por la autoridad laboral. Para ello han de cumplir los
siguientes requisitos:
– Elaborar un proyecto, según el art. 23 del RSP.
– Disponer de personal suficiente en número, con la formación
suficiente y necesaria según los anexos IV, V y VI del RSP.
100
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Disponer de los equipos e instalaciones necesarios para las
actividades preventivas, en función del número de empresas a las
que presten servicios y a su tamaño.
– Cubrir el territorio objeto de su servicio.
– Suscribir una póliza de seguro de responsabilidad civil.
La LPRL al considerar a los Servicios de Prevención Ajenos como una
modalidad de organización de los recursos preventivos por la que el/a
empresario/a va a poder optar con exclusión de todas las demás, otorga a
estas entidades especializadas un carácter que excede al de mera empresa
de servicios, al asignarle la función de integrar la prevención de riesgos
laborales en la organización.
Al igual que en el resto de España, en Andalucía la contratación de un
servicio de prevención ajeno es, sin duda, la modalidad de organización de la
prevención más utilizada tanto por las empresas medianas como por las
microempresas y pequeñas empresas. El éxito de la contratación por las
empresas de los Servicios de Prevención, ya sean mutuas de AT como SPA
de carácter mercantil, obedece, en muchos casos, al cumplimiento formal de
la norma. Ante este hecho, son muchas las empresas que no buscan la
calidad del servicio, sino la forma más sencilla, y sobre todo, más barata de
cumplir con la ley y evitar la sanción por parte de las autoridades laborales. De
esta forma, el Servicio de Prevención actúa “vendiendo” prevención a un
cliente que no siente la necesidad de “comprar” dicho producto. Este hecho
acarrea consecuencias no previstas en la concepción original del servicio de
prevención ajeno como modalidad preventiva, pues lejos de internalizar con
éxito la prevención en la empresa, el/la empresario/a al contratar el servicio
externo, tiende a desentenderse y no implicarse en la gestión preventiva.
–
La organización de la prevención en las empresas andaluzas
En este apartado abordaremos el grado de implantación de políticas de
seguridad y salud en las empresas de Andalucía. Para ello, se ha sondeado la
presencia de figuras de representación y órganos de participación
(Delegados/as de Prevención y Comités de Seguridad y Salud), y por otro
lado, los recursos preventivos que se han adoptado en la organización, en
concreto se analizan las modalidades de organización de la prevención a la
que se acogen principalmente las empresas andaluzas.
Figuras de representación en materia de PRL en Andalucía
Si analizamos las figuras de representación en materia de prevención de
riesgos laborales en la empresa andaluza, y concretamente, la presencia en
las mismas de delegados/as de prevención, tenemos que, el 42,9% de los/as
trabajadores/as andaluces/as afirma que en su empresa hay delegados/as de
prevención, frente al 27,1% que afirma lo contrario. Del resto, un 25,8% no
101
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
sabe si existen o no estas figuras de representación en su centro de trabajo, y
un 4,3% no contesta a esta pregunta.
Si atendemos al tamaño de las empresas, podemos observar como la
presencia de delegados/as de prevención aumenta conforme al tamaño de la
plantilla tal y como queda reflejado en la siguiente tabla:
Tabla 36
Presencia de delegados/as de prevención en empresas andaluzas según
tamaño de plantilla
Unidades: Porcentaje de trabajadores/as
¿Hay algún delegado/a de prevención
de riesgos laborales en su empresa?
Sí
No
NS
NC
37,5
31,5
27,3
3,7
47,4
20,5
25,6
6,4
50,0
20,0
25,0
5,0
86,7
6,7
6,7
42,9
27,1
25,8
4,3
Tamaño plantilla
0 – 19
20 – 49
50 – 99
100 o más
Total
Total
100
100
100
100
100
FUENTE: Elaboración propia
Presencia de delegados/as de prevención en empresas
andaluzas según tamaño de plantilla
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Sí
No
0 – 19
20 – 49
Ns
50 – 99
Nc
100 o más
Por actividad económica es destacable que en Andalucía, al igual que en
el resto de España, según datos de la ENCT 3, la presencia de delegados/as
de prevención sigue siendo más frecuente en las ramas de la Industria que en
3
En España, la presencia de delegados/as de prevención es más frecuente en las ramas de la
industria (65%) que en las actividades de servicios (47,7%), destacando fundamentalmente las
ramas del metal y otras actividades industriales.
102
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
resto de los sectores; en concreto el 57,8% de los/as trabajadores/as
andaluces/as declaran que en sus centros de trabajo existen estas figuras,
frente al 14,1% que declara lo contrario. Es preciso destacar también que el
25,0% de los/as trabajadores desconoce este hecho.
A las ramas industriales, le sigue la actividad de la construcción, en la que
el 40,0% de los/as trabajadores afirman que en sus empresas existe algún
delegado/a de prevención, mientras que el 36,4% expresan lo contrario.
Porcentajes similares a los obtenidos en las actividades de la
construcción se observan en las actividades del sector servicios, con
diferencias destacables en función de la rama o subsector específico. Así, en
la rama de oficinas y servicios privados, el 40,4% de los/as trabajadores/as
reconoce la existencia de delegados/as de prevención, frente al 25,5% que
expresa lo contrario, aunque estos datos son relativos al existir un importante
porcentaje de trabajadores/as que manifiestan no saber si existen
delegados/as de prevención en sus centros de trabajo. En el caso de las
ramas de comercio y hostelería, los porcentajes se invierten, al ser mayoritario
el caso de trabajadores/as que niega la existencia de delegados/as (35,4%)
frente a los que reconocen estas figuras (28,0%). También en estas ramas es
bastante alto el porcentaje de aquellos/as que declaran no saber sobre este
respecto (26,8%).
En último lugar en cuanto a número de delegados/as de prevención, se
sitúa la agricultura, donde tan solo el 19,6% de los/as encuestados/as declara
que en sus empresas existen estas figuras de representación.
Si nos atenemos a la escala establecida por la Ley de Prevención de
Riesgos Laborales que fija el número de delegados/as de prevención en
función del número de trabajadores, determinaremos que existen muchas
empresas que no cumplen con el mínimo establecido por la ley en cuanto a la
representación de los/as trabajadores/as en materia de prevención. Especial
mención merece el caso de los centros de trabajo de la administración
pública, en los que el 53,4% de los/as encuestados/as afirma que existen en
su centro de trabajo delegados/as frente al 19,2% que expresa lo contrario.
Sólo un 2,7% rehúsa contestar sobre esta cuestión, y un 24,7% declara no
saber sobre la existencia de delegados/as, incrementándose este porcentaje
cuanto mayor es el tamaño de la plantilla.
103
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Presencia de delegados/as de prevención en empresas
andaluzas según rama de actividad
70
60
50
40
30
20
10
0
Agricultura
Industria
Construcción
Comercio/Hostelería
Oficinas y servicios privados
Admón Pública
A su vez, el 53,7% de las empresas andaluzas han constituido un Comité
de Seguridad y Salud, siendo el porcentaje de 55,7%, correspondiente a
empresas o centros de trabajo con 50 o más trabajadores/as, bastante inferior
al expuesto en la V ENCT, que cifra este hecho en un 90,8%.
Los datos relativos a la distribución de empresas con comité de seguridad
y salud muestran que este órgano es mucho más frecuente cuanto mayor es
el tamaño de la plantilla de las empresas o centros de trabajo. Así, un 50% de
las empresas de entre 50 y 99 trabajadores/as tienen Comité, mientras que en
el caso de empresas o centros de trabajo de 100 o más trabajadores/as, el
porcentaje aumenta hasta el 61,5%.
El tamaño de la empresa también influye decisivamente en el tipo de
respuesta dada. Así, en las empresas de menor tamaño es mayor el
porcentaje de los/as que declaran no conocer si la empresa o centro de
trabajo ha constituido un Comité de Seguridad y Salud o no, mientras que en
las empresas de mayor tamaño, ese porcentaje se reduce notablemente.
Recursos preventivos
La disparidad e imprevisibilidad de algunos datos obtenidos en la
investigación referentes a los diferentes recursos a los que se acogen las
empresas en Andalucía para la organización preventiva nos permiten
presuponer dos cuestiones:
En primer lugar, el grado de desconocimiento que muestran muchos/as
trabajadores/as sobre la existencia o no de recursos preventivos en su
empresa. El 13,5% de los/as trabajadores/as encuestados/as manifiestan “no
saber” sobre esta cuestión.
104
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
En segundo lugar, es preciso destacar que aquellos/as que contestan
confunden en ocasiones lo que es un servicio de prevención propio de uno
ajeno. Esta afirmación se basa en algunos de los resultados obtenidos:
– La constitución de un servicio de prevención propio es el recurso
preventivo con mayor porcentaje de respuesta, independientemente
del tamaño de la empresa: el 26,2% del total de encuestados/as
afirma que en su empresa o centro de trabajo se ha optado por este
recurso. Si tenemos en cuenta además el tamaño de las empresas,
los resultados son aún más sorprendentes, especialmente en las de
menor tamaño, las empresas de 0-19 trabajadores/as, la opción con
mayor porcentaje de respuesta, un 25,9%, sigue siendo la
constitución de un servicio de prevención propio.
Estos datos difieren bastante de la realidad; la constitución de un
servicio de prevención propio exige a la empresa un importante
esfuerzo económico y organizativo; de ahí que legalmente, sólo estén
obligadas a ello las empresas de mayor tamaño 4. Podemos suponer
entonces que muchos de los que optan por el “servicio de prevención
propio” en realidad cuentan con un “servicio de prevención ajeno”,
que ha sido y sigue siendo el recurso preventivo más utilizado entre
las pequeñas empresas y microempresas.
– El segundo recurso preventivo que cuenta con mayor porcentaje de
respuesta es la designación de uno o varios trabajadores: un 24,1%
de los/as trabajadores/as andaluces/as afirma este hecho. En
muchas ocasiones, este recurso aparece junto con otras
modalidades, fundamentalmente con el servicio de prevención ajeno.
– El servicio de prevención ajeno, a pesar de los resultados ya
comentados, es la modalidad preventiva con mayor implantación en
Andalucía. El 22,0% de los/as trabajadores/as andaluces/as afirman
que en su empresa se ha optado por concertar los servicios con una
empresa especializada. Esta circunstancia no es exclusiva de nuestra
región; en el resto de España, según la última ENCT, el porcentaje de
empresas españolas que optan por la contratación de un SPA es del
73%, porcentaje que se ha casi duplicado desde 1999 5.
– Entre los recursos preventivos menos utilizados destaca la asunción
por parte del/a empresario/a de la actividad preventiva. Recordemos
que a este recurso pueden acogerse sólo las empresas de menos de
6 trabajadores/as siempre que el/a empresario/a desempeñe su
actividad habitual en la empresa y que esté suficientemente
capacitado/a para ello. Sólo un 4,3% de los/as encuestados/as
declara que este es el recurso preventivo por el que ha optado su
empresa. Cabe destacar que un 2,7% de los/as andaluces/as
pertenecientes a empresas de entre 20-49 trabajadores declaran que
este el recurso preventivo de su empresa. Si este dato es fiel reflejo
4
5
Más de 500 trabajadores/as o más de 250 para las actividades incluidas en el Anexo I del RSP
IV Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo.
105
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
de la realidad, estas empresas no contarían con ningún recurso
preventivo, pues no cumplirían con los requisitos legalmente
establecidos.
Tabla 37
Recursos para la organización de la prevención en las empresas andaluzas
según tamaño
Unidades: Porcentaje de trabajadores/as
Tamaño
plantilla
0 – 19
20 – 49
50 – 99
100 o
más
¿Qué recursos tiene implantados su empresa para la prevención de riesgos?
SP
Mancomunado
2,5
5,4
10,0
19,8
29,7
10,0
30,8
-
23,1
26,2
3,5
22,0
Designación
trabajadores/as
19,8
32,4
20,0
Serv P.
Propio
25,9
24,3
30,0
30,8
24,1
TOTAL
SPA
Asunción
empresario
6,2
2,7
-
Total
Ninguno
NS
NC
6,2
-
14,8
5,4
30,0
4,9
-
100
100
100
-
-
15,4
-
100
4,3
3,5
13,5
2,8
100
FUENTE: Elaboración Propia
Distribución de recursos preventivos por tamaño de la
empresa en Andalucía
35
30
25
20
15
10
5
0
Designación
trabajadores
SP
Mancomunado
0-19
20-49
Empresario
50-99
Ns/Nc
100 o más
En España, según la V ENCT, el recurso preventivo más utilizado es el
servicio de prevención ajeno. En segundo lugar, el recurso más frecuente es
la designación de uno o varios trabajadores (19%), habitualmente combinado
con el servicio de prevención ajeno.
106
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Distribución de recursos preventivos implantados en las
empresas españolas. Comparativa 1999-2003
V ENCT
80
73,4
70
60
50
39,2
40
28,1
30
20
18,7
15,8
10
0
5,3
11,6
9,8
Trab designado
24,3
8,9
2 3,7
0,7 0,6
SP
Mancomunado
1999
Empresario
NS/NC
2003
Por sectores, los recursos preventivos más utilizados por las empresas
andaluzas son:
Tabla 38
Distribución de empresas según recursos preventivos por sectores de
actividad
Unidades: Porcentajes
Agricultura
Industria
Construcción
Comercio/Hostelería
Oficinas y servicios
privados
Administración
pública
Designación
trabajadores
30,0
21,6
27,3
34,8
S. P
Propio
SPA
30,0
27,0
18,2
8,7
10,0
27,0
18,2
30,4
10,5
21,1
47,4
23,1
43,6
2,6
Asunción
empresario
30,0
5,4
9,1
-
SP
Mancomunado
Ninguno
NS
NC
4,3
11,0
13,6
17,0
2,7
4,5
4,3
-
10,5
-
5,3
2,6
5,1
21
-
5,4
9,1
-
5,3
2,6
FUENTE: Elaboración propia.
Según los/as encuestados, el sector de la agricultura opta o bien por
designar trabajadores/as de la propia empresa para llevar a cabo funciones
preventivas (30,0%), bien por asumirlas personalmente el/a empresario/a
(30%), o bien por constituir un servicio de prevención propio (30%). Sólo un
10% manifiesta que su empresa ha concertado los servicios de prevención
con una empresa ajena especializada.
El sector industrial, el servicio de prevención propio (27,0%) y el servicio
de prevención ajeno (27,0%) son los recursos preventivos más utilizados.
También es frecuente la designación de uno o varios/as trabajadores/as para
la prevención de riesgos (21,6%). Sólo el 5,4% de los/as empresarios/as
107
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
asumen personalmente la organización de las actividades preventivas. Un
13,7% de los/as trabajadores/as de la industria no saben o no contestan sobre
esta cuestión.
La designación de trabajadores/as es el recurso preventivo más utilizado
en el sector de la construcción (27,3%). Le siguen con idéntico porcentaje de
respuesta (18,2%) los/as que afirman que su empresa ha constituido un
servicio de prevención propio o que han constituido uno ajeno. En este sector,
el porcentaje de trabajadores/as que no saben sobre el particular o no
contestan asciende al 18,1%.
En las empresas de comercio y hostelería, se opta de igual manera o bien
por la designación de trabajadores/as (34,8%) o bien por la concertación de
los servicios de prevención con una empresa ajena (30,4%). Además, un 4,3%
de los/as encuestados/as afirma que su empresa no ha optado por ninguno
de los recursos preventivos propuestos, y un 21,3% no sabe o no contesta.
En el sector de oficinas y servicios privados, el recurso preventivo por el
que optan casi la mitad de las empresas es el servicio de prevención ajeno
(47,4%), mientras que en los centros de trabajo de la administración pública,
el 43,6% de los/as trabajadores/as declara que en su centro de trabajo se ha
constituido un servicio de prevención propio. Es significativo además que el
21,0% de los/as trabajadores/as de la administración pública no sepan cuál o
cuáles son los recursos por los que se ha optado en su empresa para la
organización de las actividades preventivas.
Distribución de recursos preventivos sectores en Andalucía
50
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Designación
trabajadores
Agricultura
108
Industria
SP propio
SP
Mancomunado
Construcción
SP Ajeno
Comercio/Hostelería
Empresario
Ninguno
Oficinas y S. Privados
Ns/Nc
Admón. Pública
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
ACTIVIDAD PREVENTIVA
En el presente apartado se analizan las actividades realizadas por las
empresas en materia de prevención de riesgos laborales. Tras describir en
términos generales las actividades más y menos frecuentemente realizadas,
se ha profundizado en la realización de actividades relacionadas con la
evaluación inicial de riesgos y los estudios específicos de riesgos, los
reconocimientos médicos, la formación en prevención de riesgos laborales y
el uso de equipos de protección individual.
Evaluación de riesgos
La Ley 54/2003 establece que la prevención de riesgos laborales debe
integrarse en el conjunto de las actividades de la empresa así como en sus
niveles jerárquicos, a través de la implantación y aplicación de un Plan de
Prevención de riesgos laborales.
Los instrumentos básicos para la aplicación de este Plan son la
Evaluación de Riesgos y la Planificación de la acción preventiva.
La evaluación de riesgos es el proceso destinado a estimar la magnitud
de los riesgos que no hayan podido evitarse, conforme a los principios
preventivos recogidos en el Art. 15 de la LPRL. Es preciso recalcar que este
procedimiento de diagnóstico se debe realizar con aquellos riesgos que no
hayan podido ser eliminados; es decir, de forma previa a la propia evaluación
hay que realizar una identificación inicial y eliminación de riesgos.
La evaluación tiene por objeto obtener la información necesaria para que
el/a empresario/a esté en condiciones de tomar las decisiones apropiadas
sobre qué medidas debe adoptar y con qué prioridad debe adoptarlas.
En toda evaluación de riesgos debe tenerse en cuenta:
– Las condiciones de trabajo existentes o previstas, adelantándose a
posibles modificaciones tecnológicas u organizativas que puedan
realizarse en el puesto de trabajo. Si esas modificaciones se llevan a
cabo y no han sido previstas en la evaluación de riesgos, deberá
realizarse una modificación de dicha evaluación que contemple las
nuevas condiciones de trabajo.
– Las características personales del/la trabajador/a que ocupa el
puesto de trabajo evaluado.
Por lo tanto, el riesgo se valorará objetivamente, según criterios técnicos,
y subjetivamente, atendiendo a criterios consensuados con los/as
trabajadores/as.
La LPRL y el RSP definen la obligatoriedad del proceso evaluativo y el
contenido mínimo que debe tener, pero no especifica qué método o
procedimiento ha de utilizarse. La gran variedad de situaciones en la práctica
109
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
y las propias características de la empresa determinarán la necesidad de
utilizar una metodología u otra.
En principio, se empleará el procedimiento de evaluación indicado en la
normativa específica que sea de aplicación a ese riesgo. Si no existe
normativa específica, se podrán seguir métodos o criterios recogidos en:
– Normas UNE.
– Guías del INSHT, del I.N. de Silicosis, del Ministerio de Sanidad, de
las Instituciones de las CC.AA.
– Normas internacionales.
– En ausencia de los anteriores, guías de entidades de reconocido
prestigio o criterios profesionales descritos documentalmente.
Junto con la planificación, la evaluación de riesgos es el elemento central
del sistema preventivo de la empresa, ya que a partir de ella se han de
establecer no sólo las diferentes actividades planificadas para el control de los
riesgos, sino también la práctica totalidad de elementos de gestión del propio
sistema preventivo.
De ahí que para todos aquellos puestos de trabajo cuya evaluación haya
puesto de manifiesto la necesidad de adoptar o controlar alguna medida
preventiva, deberán quedar recogidos documentalmente los siguientes datos:
– La identificación del puesto de trabajo.
– La relación de trabajadores afectados.
– Los peligros existentes o potenciales.
– Los factores que originan esos peligros.
– El resultado de la evaluación.
– Las medidas preventivas procedentes al caso.
– La referencia de los criterios y procedimientos de evaluación exigibles
y aplicados.
– La identificación del técnico responsable de la evaluación y su
competencia profesional para tal actividad.
Las revisiones y actualizaciones de la evaluación inicial de riesgos son de
obligado análisis para verificar la aplicación de medidas preventivas en los
puestos de trabajo, ya sea través de las inspecciones periódicas o de las
auditorias internas o externas, a fin de determinar la eficacia de las soluciones
adoptadas.
Estas revisiones o actualizaciones se deben llevar a cabo cuando
concurran las siguientes circunstancias:
– Con carácter periódico.
– Cuando así lo determine la normativa específica.
– Con ocasión de la elección de los equipos de trabajo, de las
sustancias o preparados químicos y del acondicionamiento de los
lugares de trabajo.
– Cuando cambien las condiciones de trabajo.
110
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
–
Cuando se produzcan daños para la salud.
Vigilancia de la salud
Muy a menudo tiende a identificarse la vigilancia de la salud de los/as
trabajadores/as con la mera realización de reconocimientos médicos, pero en
realidad, los segundos son solo un instrumento del que se sirve la primera.
La vigilancia de la salud engloba actividades de carácter sanitario tanto a
nivel individual como a nivel colectivo. Con ello, se pretende proteger la salud
de los/as trabajadores/as de aquellos riesgos que el desempeño de su trabajo
pueda producirles.
El procedimiento que regule la actividad preventiva de la vigilancia de la
salud, deberá tener en cuenta que esta actividad conlleva la participación del
personal sanitario en la identificación de los peligros que pueden
materializarse en una enfermedad profesional y/o en una enfermedad
relacionada con el trabajo, en la determinación de la frecuencia de exposición,
y colaborando en el análisis de posibles relaciones entre exposición a un
riesgo y el daño para la salud.
Esta actividad, además, requiere sistematizar la identificación, detección
precoz y análisis de los efectos en la salud producidos o agravados como
consecuencia de la realización del trabajo y de las condiciones en las que se
realiza.
Por otra parte, una vez conocidos los riesgos de enfermedad profesional
y/o de enfermedad relacionada con el trabajo a los que están expuestos
los/as trabajadores/as, se deben realizar exámenes de salud específicos en
función de los riesgos y en función de las características del trabajador.
El procedimiento deberá tener en cuenta también que el personal sanitario
deberá participar en la propuesta de medidas preventivas para adaptar el
puesto de trabajo al trabajador y en valorar la eficacia de las medidas
preventivas colectivas y/o individuales adoptadas.
Además, la vigilancia de la salud debe extenderse a todos/as los/as
trabajadores/as que el/a empresario/a tiene a su servicio, independientemente
del tipo de contrato y duración del mismo, con un carácter específico
restringido a los riesgos inherentes al propio trabajo.
De acuerdo a la Ley de PRL, el/a empresario/a garantizará a los/as
trabajadores/as a su servicio la vigilancia periódica de su estado de salud en
función de los riesgos inherentes al trabajo, en las condiciones fijadas en el
artículo 22 de dicha Ley.
El artículo 37 del RSP recoge las funciones de vigilancia y control de la
salud de los/as trabajadores/as y los requisitos de formación que debe
cumplir el personal sanitario.
111
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
La vigilancia de la salud laboral debe tener en cuenta los siguientes
aspectos:
– Planificación de la actividad. Las actividades sanitarias deberán ser
planificadas, en función de los resultados de la evaluación de riesgos
y de las características individuales de los/as trabajadores/as
expuestos a ellos, con objetivos definidos.
– Los protocolos de vigilancia sanitaria específica. Aprobados por el
Ministerio de Sanidad y Consumo, estos protocolos marcan las
pautas generales en cuanto al contenido de las pruebas a realizar y la
periodicidad de los mismos en los puestos de trabajos en los que
sean de aplicación, con presencia de determinados riesgos
específicos, tales como trabajos con exposición a agentes
anestésicos inhalatorios, a agentes citostáticos, a agentes biológicos,
a amianto, cloruro de vinilo monómero, trabajos que impliquen
manipulación manual de cargas, movimientos repetitivos de miembro
superior, o trabajos con PVD, entre otros.
En ausencia de protocolos específicos para realizar la vigilancia de la
salud de un riesgo concreto, se optará por la realización de aquellas
pruebas que sean proporcionales al riesgo y causen menos molestias
al trabajador.
Otras herramientas para llevar a cabo la VS son los indicadores de
salud, las encuestas de salud, las investigaciones de los daños
producidos, la comunicación de los daños de los/as trabajadores/as
al personal sanitario y pruebas específicas para diagnosticar ciertos
daños.
– Los recursos necesarios. Los programas de vigilancia de la salud
serán llevados a cabo por personal sanitario con competencia
técnica, formación y capacidad acreditada, es decir por médicos/as
especialistas en medicina del trabajo y por ATS/DUE’s diplomados/as
en enfermería de empresa, bien como parte de la propia empresa o
desde un Servicio de Prevención Ajeno, en instalaciones debidamente
autorizadas al efecto.
– Trabajadores/as de subcontratas y Empresas de Trabajo Temporal.
Los programas de vigilancia de la salud deben tener en cuenta a
los/as trabajadores/as de subcontratas y empresas de trabajo
temporal; en este sentido, la coordinación entre la organización
preventiva de la empresa y la de la E.T.T. y/o de la empresa
subcontratada tiene un carácter primordial a fin de garantizar la
protección de la seguridad y la salud de los/as mencionados/as
trabajadores/as.
– Voluntariedad de los reconocimientos médicos. La vigilancia de la
salud es una obligación de la empresa y un derecho para el
trabajador, pero solo podrá llevarse a cabo cuando éste preste su
consentimiento previo, una vez informado del contenido específico del
reconocimiento médico al que se va a someter. No obstante, de éste
112
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
carácter voluntario de la Vigilancia de la Salud se exceptuarán tres
únicos supuestos:
•
Cuando la realización de los reconocimientos médicos sea
imprescindible para evaluar los efectos de las condiciones de
trabajo sobre la salud de los/as trabajadores/as. Para que este
supuesto no anule el principio de voluntariedad, el
reconocimiento médico ha de resultar verdaderamente
imprescindible y no debe existir otro procedimiento alternativo,
ni individual ni colectivo, para evaluar los efectos de las
condiciones de trabajo.
•
Cuando se deba verificar si el estado de salud del/a
trabajador/a puede constituir un peligro para él o ella mismo/a,
para los/as demás trabajadores/as, o para otras personas.
•
Cuando así esté establecido en una disposición legal en
relación con la protección de riesgos específicos y actividades
de especial peligrosidad.
– Información al/la trabajador/a de los resultados del reconocimiento
médico. Las pruebas de vigilancia de la salud se realizarán siempre
respetando el derecho a la intimidad y la dignidad de los/as
trabajadores/as. Los resultados de los reconocimientos médicos
serán comunicados a los/as interesados/as respetando el carácter
confidencial de los mismos. El/a empresario/a y el resto de los
agentes implicados en la gestión preventiva de la empresa serán
informados de las conclusiones que se deriven del reconocimiento
médico en relación con la aptitud del/la trabajador/a para el
desempeño del puesto de trabajo y de las medidas de prevención y
protección que se determine hayan de adoptarse.
– Trabajadores/as especialmente sensibles. El/a empresario/a
garantizará la protección de los/as trabajadores/as que, por sus
características personales o estado biológico conocido, sean
especialmente sensibles a los riesgos derivados del trabajo. Una vez
que estén evaluados los riesgos de cada puesto de trabajo, cuando
para completar la evaluación de riesgos se proceda a elaborar la
relación nominal de trabajadores expuestos, el médico del trabajo del
servicio de prevención determinará qué características físicas,
psicológicas, estados biológicos o discapacidades manifiestas
convertirían al trabajador que las tuviera en personal sensible para
esa tarea concreta del puesto concreto. Esta relación de trabajadores
sensibles se recogerá documentalmente. La finalidad de realizar esta
valoración es la de no emplear a personal sensible en puestos en los
que él o los demás puedan ponerse en situación de peligro, así como
adaptar el trabajo a la persona.
También, el personal sanitario del servicio de prevención estudiará y
valorará los riesgos que puedan afectar a las trabajadoras en situación de
embarazo y parto reciente y a los menores, y propondrá las medidas
113
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
preventivas adecuadas. La evaluación de riesgos comprenderá la posibilidad
de riesgo para la mujer embarazada o en período de lactancia, considerando
los agentes, procedimientos, o condiciones de trabajo que puedan influir
negativamente en la salud de las trabajadoras embarazadas, en período de
lactancia o del feto.
– Medidas de emergencia. El personal sanitario integrante de las
unidades de vigilancia de la salud es también responsable de atender
las urgencias que se puedan generar en la empresa y proporcionaran
los primeros auxilios.
– Promoción de la salud. Otra de las funciones específicas del personal
especializado en salud laboral es informar y formar a los/as
trabajadores/as sobre programas específicos de promoción de salud,
campañas de vacunación, programas de prevención del tabaquismo
y consumo de sustancias tóxicas, etc.
– Obligaciones del/a empresario/a en relación con la vigilancia de la
salud. Entre otras obligaciones, el/a empresario/a debe hacerse cargo
del coste de los reconocimientos médicos, análisis específicos,
campañas de vacunación y demás medidas contempladas en los
programas de vigilancia de la salud.
Formación en materia de prevención
Con carácter general, las empresas deberían disponer de procedimientos
efectivos para garantizar la competencia del personal para realizar las
funciones que le han sido asignadas. En este sentido, esta garantía puede
conseguirse mediante el establecimiento de una metodología acerca de la
formación en la empresa.
La formación juega en esta estrategia un papel fundamental para lograr
que la empresa apoye su mayor competitividad en la mejor cualificación de
sus trabajadores/as, que han de aportar calidad, innovación y una mejora de
la relación entre tiempo de trabajo y producción.
En materia preventiva, es una obligación ineludible del empleador/a el
proporcionar a sus trabajadores/as una formación teórica y práctica, suficiente
y adecuada, tal y como viene establecido en el art. 19 de la LPRL. Esta
formación se realizará tanto en el momento de la contratación de un/a nuevo/a
trabajador/a, cualquiera que sea la modalidad o duración de ésta, como
cuando se produzcan cambios en las funciones que desempeñe o se
introduzcan nuevas tecnologías o cambios en los equipos de trabajo.
La formación es una técnica preventiva básica que tiene por objeto
desarrollar las capacidades y aptitudes de las personas trabajadoras para la
correcta ejecución de las tareas que les son encomendadas. Su principal
objetivo es lograr, a través de la adquisición de conocimientos y destrezas, un
mejor aprovechamiento de los recursos disponibles y, en general, conseguir la
máxima eficiencia y seguridad en el trabajo.
114
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
La formación deberá estar centrada específicamente en el puesto de
trabajo o función de cada trabajador, adaptarse a la evolución de los riesgos y
a la aparición de otros nuevos y repetirse periódicamente, si fuera necesario.
En el artículo 3 del RSP, la formación es citada como medida preventiva
de reducción de los riesgos. Se entiende que, evidentemente, no influye sobre
los factores de riesgo intrínsecos a la condición de trabajo, sino sobre la forma
en la que éste es realizado. Por lo tanto, no debe utilizarse la formación para
compensar deficiencias del sistema preventivo como equipos deficientemente
diseñados o instalados, o inadecuadamente protegidos, o diseño inadecuado
o inseguro de los puestos de trabajo.
Sin embargo, la formación se puede utilizar para enseñar cómo se debe
proceder en trabajos con riesgos especiales (por ejemplo, trabajos en
espacios confinados) y, también, como una medida temporal o provisional de
control de riesgos, mientras se está a la espera de mejora de algunos
aspectos técnicos que supondrían la solución definitiva del problema
concreto.
En resumidas cuentas, un procedimiento de formación debería incluir:
– Requisitos de cualificación para funciones específicas.
– Análisis de necesidades de formación.
– Programas y planes de formación del personal.
– Cursos y material didáctico de formación disponibles para su
utilización dentro de la organización.
– Registros de formación y registros de evaluación de la efectividad del
mismo.
La formación, tal como establece la legislación, se impartirá dentro de la
jornada laboral o, en su defecto, en otras horas pero con la compensación
retributiva necesaria, ya que en realidad debe formar parte de la propia
actividad laboral.
El contenido y enfoque de la formación preventiva estarán en función de a
quién vaya dirigida. La integración de la actividad preventiva obliga a que la
formación en PRL afecte a todos los miembros de la organización, según sus
responsabilidades y funciones asignadas. Una fuente para la planificación de
la formación serán los resultados de la evaluación inicial de riesgos y, de ahí,
las necesidades formativas detectadas. Otra puede ser el contenido de
responsabilidades en PRL que se asigne a cada persona en el Plan de PRL.
Unos casos especiales de gran importancia a considerar en el
procedimiento son el de los/as trabajadores/as de nuevo ingreso y el de
trabajadores de empresas externas.
Debe disponerse de un sistema de evaluación de la actividad formativa
desarrollada.
Debería existir un registro documental personal, individual, de la formación
recibida por cada trabajador, que recogiera datos como:
– Identificación del/a trabajador/a y su puesto de trabajo.
115
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Acción formativa impartida.
Fecha y duración de la misma.
Identificación del docente o entidad formativa.
Si es el caso, resultados de la evaluación del curso o actividad
formativa.
Este registro individualizado puede ser de gran interés y utilidad a la hora
de tener que abordar cambios de personal entre puestos de trabajo, introducir
modificaciones en las tareas, planificar actividades de reciclaje profesional,
etc.
Paralelamente, puede ser de utilidad para la gestión empresarial el
disponer de estos datos pero de forma agregada, acumulada, en orden a
controlar el desarrollo global de las actividades formativas de la empresa y el
cumplimiento de objetivos en este ámbito.
–
–
–
–
Equipos de protección individual
En muchas ocasiones, aún habiéndose implantado en la empresa un plan
de prevención eficaz que reduzca y limite los riesgos presentes en los
distintos puestos de trabajo, existen situaciones de peligro para el/la
trabajador/a, bien por el empleo de materiales intrínsecamente inseguros o
bien por la imposibilidad material de aislar el peligro.
En estas ocasiones, el principio general de actuación preventiva establece
que cuando no es posible eliminar ni minimizar de manera suficiente un
riesgo, hemos de recurrir a protecciones colectivas, y sólo en último extremo
está justificado el uso de protección individual.
Aún así es importante tener siempre presente la trascendencia de la
protección individual en las políticas de seguridad de la empresa, ya que está
destinada a proteger a la persona trabajadora frente a riesgos que no han
podido ser eliminados o controlados de otra forma.
Se entiende por equipo de protección individual “cualquier equipo
destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de uno
o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o su salud en el trabajo,
así como cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin” (Art. 4 de la
LPRL).
La utilización de equipos de protección individual, y en particular las
obligaciones del/a empresario/a en esta materia están recogidas, de forma
general, en la LPRL y el RSP, y específicamente se desarrollan en el Real
Decreto 773/1997 sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud relativas
a la utilización por los/as trabajadores/as de los equipos de protección
individual.
Fundamentalmente no hay que olvidar el carácter “subsidiario” de estos
equipos, que sólo deben ser utilizados en última instancia, cuando la
naturaleza de los trabajos realizados lo haga necesario, y siempre que los
116
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
riesgos contra los que protege sean inevitables o no puedan controlarse o
limitarse por otros medios de protección colectiva u otras medidas, métodos,
o formas de organización del trabajo. Así, la normativa en vigor establece:
– Que las medidas preventivas deben actuar preferentemente sobre el
origen del riesgo, y si ello no es posible, sobre el medio de
transmisión.
– Que hay que anteponer medidas que permitan proteger al colectivo
de trabajadores/as frente a la protección individual de cada
trabajador/a expuesto/a.
El art. 17 de la LPRL establece en materia de EPI una doble obligatoriedad
por parte de empresarios y empresarias:
– Velar por el uso efectivo de los EPI por parte de sus trabajadores/as.
– Proporcionar gratuitamente a sus trabajadores/as estos equipos sin
que suponga para ellos/as coste alguno.
Una vez que se ha tomado la decisión de utilizar protección individual en
un puesto concreto se deben determinar las características que deben reunir
para que protejan adecuadamente frente a los riesgos detectados. Para ello,
es preciso:
– Identificar exactamente el peligro existente, el elemento causante del
mismo y la forma en que se transmite
– Determinar las partes del cuerpo que es necesario proteger.
– A fin de prevenir que el propio EPI pueda generar nuevos peligros o
molestias es necesario considerar:
•
El tiempo de exposición, es decir el tiempo durante el que será
necesaria la utilización del EPI
•
Las condiciones del lugar en el que se desarrolla el trabajo:
temperatura, humedad…, que pueden aconsejar que el EPI reúna
una serie de características adicionales
A la hora de seleccionar y adquirir los EPI se debe tener en cuenta un
doble criterio:
– Un criterio técnico-objetivo, por el cual el equipo seleccionado o
adquirido debe cumplir con todas las exigencias legales en cuanto a
su fabricación y comercialización.
– Un criterio humano-subjetivo, por el que el equipo debe adaptarse a
las características anatómicas y personales de la persona usuaria,
facilitándole el trabajo y evitando molestias innecesarias. Por ello, es
necesario contar con la participación de los/as trabajadores/as o a
sus representantes en el momento de la selección y adquisición de
EPI.
117
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
La actividad preventiva en Andalucía
Evaluación de riesgos
Como ya hemos comentado, es impensable el establecimiento de un Plan
de Prevención eficaz sin haber realizado previamente un diagnóstico inicial de
la “situación de riesgo” en la que se encuentra la empresa. Esta evaluación
es, por tanto, imprescindible en cualquier modelo de gestión preventiva,
convirtiéndose en la actividad preventiva que adquiere un mayor
protagonismo.
Sin embargo, en Andalucía, según los resultados obtenidos en la
investigación, son muchas las empresas que no han realizado evaluaciones
de riesgo en sus centros de trabajo, hecho que nos lleva a presuponer que no
se han implantado efectivamente los planes de prevención.
Concretamente, sólo el 29,0% de los/as encuestados/as declara que en
su empresa se ha realizado la evaluación inicial de riesgos frente al 41,9% que
afirma lo contrario. El 23,9% responde no saber sobre si se ha realizado o no
evaluación de riesgos en su empresa, y un 5,2% no responde a este respecto.
¿Se ha realizado la evaluación de riesgos en su empresa o
centro de trabajo?
No sabe; 23,9
No contesta; 5,2
Sí; 29
No; 41,9
Es destacable también que casi uno/a de cada cuatro trabajadores/as
desconoce si en su empresa se ha realizado o no la evaluación de riesgos, lo
que nos lleva a considerar el hecho de que, en caso de que ésta haya sido
realizada, se ha llevado a cabo sin el consenso y la participación de los/as
trabajadores, es decir, éstos/as han sido excluidos/as del proceso de
evaluación. Además, entre los/as que han contestado afirmativamente, sólo
uno/a de cada cinco trabajadores/as declara que han sido consultados/as, o
118
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
que de alguna manera han participado en el proceso de evaluación de
riesgos, es decir, que este diagnóstico se ha realizado de forma consensuada
con la plantilla que integra la organización.
Si tenemos en cuenta los distintos sectores seleccionados para la
investigación, destacan la industria (38,0%), oficinas y servicios privados
(33,0%) y construcción (32%) como los sectores en los que más se realiza la
evaluación inicial de riesgos. Entre los que menos habitual resulta esta
actividad preventiva están la agricultura (54,9%), seguida muy de cerca de la
administración pública (54,8%) y las empresas del comercio y la hostelería
(47,6%).
El comportamiento de las empresas españolas es muy similar al
observado en las andaluzas. Todavía, el porcentaje de empresas y centros de
trabajo en los que no se realiza o no se ha realizado la evaluación de riesgos
es bastante importante, ya que, según los datos aportados por la V ENCT, en
tan sólo un 30,92% de los centros de trabajo, los responsables de empresa
afirman haberla realizado o estar realizándola. Por ramas de actividad, esta
evaluación se ha realizado más frecuentemente en química (53,5%) y en metal
(52,5%); y es en las ramas de comercio/hostelería y otros servicios, en las que
se encuentran frecuencias más bajas (24,7% y 26% respectivamente). Por
tamaño de plantilla, los porcentajes más altos se encuentran en los centros de
más de 50 trabajadores.
Estudios específicos de riesgos
Una vez realizada la evaluación o el diagnóstico inicial, pueden existir
todavía riesgos o aspectos específicos en los puestos de trabajo, que bien
por su propia naturaleza, bien porque así lo exija alguna norma específica,
deben ser evaluados o estudiados de forma especial.
El grado de cumplimiento del empresariado andaluz sobre esta cuestión
es muy similar al observado sobre el proceso de evaluación, si bien, en este
caso, el alto porcentaje de los/as que afirman que en su empresa no se han
realizado estudios específicos de riesgos puede deberse al hecho de que no
existan riesgos en sus puestos de trabajo que precisen de estas pruebas o
estudios más complejos.
Un 27,7% de los/as trabajadores/as andaluces/as afirma que durante los
doce últimos meses en su empresa o centro de trabajo se ha realizado algún
tipo de estudio de los riesgos para la salud o seguridad en los puestos de
trabajo, mientras que el 43,8% señala lo contrario. Por su parte, un 24,2% no
sabe sobre este particular, y un 4,3% no contesta.
119
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Realización de estudios específicos de riesgos en las
empresas andaluzas
4,3
27,7
24,2
43,8
Sí
No
Ns
Nc
Por ramas de actividad, la industria es el sector donde se muestra una
mayor frecuencia de estudios específicos de riesgos (un 37,5% de los/as
trabajadores/as del sector), seguida del sector de oficinas y servicios privados
(34,0%), construcción (32,7%), comercio y hostelería (28,0%), agricultura
(21,6%) y en último lugar los centros de trabajo de la administración pública
con un 15,1%. Si comparamos estos resultados con los obtenidos en la V
ENCT, tenemos que en España, el porcentaje de trabajadores que afirma que
en su puesto de trabajo se ha realizado un estudio específico de riesgos en
los últimos doce meses se reduce al 19,2%. En cuanto al sector de actividad,
al igual que en Andalucía, las ramas industriales son las que más estudios
específicos realizan, especialmente en las empresas de mayor tamaño.
En cuanto a los riesgos o aspectos específicos estudiados, destacan
fundamentalmente las pruebas para la detección y medición de presencia de
sustancias o productos nocivos o tóxicos (manipulación e inhalación) y las
mediciones de los niveles de ruido, siendo este último aspecto uno de los
más estudiados en todos los sectores estudiados. Por el contrario, el diseño
de los puestos de trabajo es el aspecto menos estudiado, excepto en el
sector de oficinas y servicios privados, que ocupa el segundo lugar entre los
aspectos más estudiados, solo precedido por las posturas de trabajo.
120
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Tabla 39
Aspectos del puesto de trabajo más estudiados. Andalucía
Manipulación o respiración de sustancias o productos nocivos o tóxicos
Ruido
Agentes biológicos
Posturas de trabajo, esfuerzos físicos y movimientos repetitivos
Seguridad de máquinas, equipos y material
Ambiente térmico (temperatura, humedad)
Vibraciones
NS
Aspectos mentales y organizativos (nivel de atención, horario, pausas, ritmo, estrés,
etc.)
Seguridad de las instalaciones
Radiaciones
Otros. Especificar
Diseño del puesto de trabajo (mobiliario, espacio, superficies, iluminación, etc.)
NC
FUENTE: Elaboración propia
%
17,60
16,85
13,86
10,49
8,99
7,12
5,99
5,62
3,75
3,37
2,62
1,50
1,12
1,12
En cuanto a la información que recibieron los/as trabajadores/as
andaluces/as sobre el resultado de estos estudios, en general, cuando una
persona señala que se ha realizado un estudio de riesgos en su puesto, en la
mayoría de los casos indica que se le ha informado de los resultados del
estudio (60,8%), de los cuales un 24,5% fueron informados por escrito, un
25,5% sólo verbalmente y un 10,8% verbalmente y por escrito.
Información sobre los resultados de estudios específicos
Sí, verbalmente;
25,5
No;
39,2
Sí, verbalmente y
por escrito; 10,8
Sí, por escrito;
24,5
121
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
En cualquier caso, la importancia de la realización de estos estudios
específicos de riesgos desde el punto de vista de la prevención, estriba en la
adopción de medidas correctoras que permitan la reducción y el control de
dichos riesgos, por lo que, más que la realización del estudio en sí, nos
interesa saber si desde la organización se habían adoptado o no medidas
posteriores. En el 57,3% de los casos en los que se ha realizado un estudio de
riesgos, este ha tenido como consecuencia la adopción de alguna medida; y
no se ha adoptado ninguna en un 14,6%. Por su parte, un 21,4% de los/as
trabajadores/as señala que no sabe si tras el estudio se ha tomado alguna
medida.
Tabla 40
Medidas adoptadas tras la realización de estudios de riesgos
Modificación de instalaciones, maquinaria, equipos o materiales
Modificación o suministro de equipos de protección individual
Cambio en su método de trabajo
Formación
Información
Reducción del tiempo diario de permanencia en el puesto de trabajo
Modificación e instalación de medios de protección colectiva
Compensación económica (pluses)
%
33,78
21,62
14,86
10,81
8,11
5,41
2,70
1,35
FUENTE: Elaboración propia
La medida más frecuentemente adoptada ha sido la modificación de
instalaciones, maquinaria, equipos o materiales, con un 33,78%, y le sigue en
frecuencia la modificación o suministro de equipos de protección individual
(21,62%). Según la V ENCT, éstas son también las principales medidas
adoptadas tras la realización de estudios de riesgos específicos en las
empresas españolas.
Es destacable la importancia de algunas medidas adoptadas en el ámbito
organizativo de la empresa; así los cambios o modificaciones en los métodos
de trabajo, y la formación e información de los/as trabajadores/as (33,78%).
Aunque menos frecuente, llama la atención que se consideren las
compensaciones económicas como medidas a adoptar una vez estudiados
determinados riesgos, en clara comparación con otras medidas
eminentemente preventivas.
Vigilancia de la salud
Los reconocimientos médicos son una herramienta fundamental para
detectar precozmente alteraciones en la salud de los trabajadores y las
trabajadoras achacables a las condiciones de trabajo, y con ello, evitar su
progresión. Por ello, entre otros motivos, la vigilancia de la salud es una de las
actividades preventivas que goza de más reconocimiento y mayor grado de
cumplimiento en las empresas andaluzas, seguida de la realización de
122
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
evaluaciones de riesgos. Así, el 58,2% de los/as trabajadores/as andaluces/as
declara haber sido sometido/a a reconocimiento médico preventivo a cargo
de la empresa en los últimos doce meses. De éstos/as, la gran mayoría, un
94,9% fue informado/a de los resultados obtenidos en dichos exámenes y
pruebas médicas, siendo el principal medio de información la comunicación
por escrito, con un 68,6%, de forma verbal y escrita, un 20,3% y sólo
verbalmente un 5,8%.
¿Le informaron de los resultados del reconocimiento
médico preventivo?
Ns;
1
No; 1,4
Nc; 2,9
Sí, verbalmente; 5,8
Sí, verbalmente y
por escrito; 20,3
Sí, por escrito; 68,
Según el tamaño de la plantilla, son las empresas con más de 100
trabajadores/as las que con mayor porcentaje realizan reconocimientos
médicos (93,3% frente al 6,7% de personas que afirmaron que no se les había
realizado ningún reconocimiento médico).
Es en la industria y en la construcción donde más reconocimientos
médicos se realizan, tal y como reconocen un 75,0% y un 70,9% de los/as
trabajadores/as de ambos sectores, respectivamente. Como podemos
apreciar en el gráfico, la agricultura es el único sector en el que el porcentaje
de los/as que no han sido sometidos/as a reconocimiento médico preventivo
supera con mucho al de los/as que sí han realizado estos exámenes médicos.
123
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Realización de reconocimientos médicos preventivos por
sectores económicos
76,5
80
75
70,9
70
59,3
59,6
57,5
60
50
39,5
40
30
36,2
37
25,5
21,9
21,6
20
10
0
Agricultura
3,6
3,1
2
Industria
Construcción
Sí
1,2
Comercio y Hostelería
No
4,3
Oficinas y S. Privados
5,5
Administración
Nc
El principal motivo por el que se someten los/as trabajadores/as
andaluces/as a reconocimiento médico es que éste tiene carácter periódico,
es decir se realiza todos los años (81,2%). Este hecho da idea de la
importancia que cada vez más cobra la vigilancia de la salud en la actividad
preventiva de la empresa. Un 10,1% de los trabajadores/as afirman que se
sometieron a reconocimiento porque se incorporaban a un nuevo puesto de
trabajo.
En general, la valoración que hacen los/as trabajadores/as andaluces/as
sobre los reconocimientos médicos preventivos es bastante positiva. Un
58,5% consideran que es un procedimiento muy útil para detectar alguna
alteración de la salud que esté relacionada con los riesgos del puesto de
trabajo, si bien un 32,9% no reconoce el carácter preventivo de estas pruebas
médicas, ya que consideran que no se realizan de forma coherente con los
riesgos presentes en los diferentes puestos de trabajo.
Si comparamos los resultados de Andalucía con los obtenidos en la última
Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, vemos cómo en España, el
porcentaje de trabajadores/as que se sometieron a pruebas de vigilancia de la
salud en los últimos doce meses, se sitúa solo a un punto de diferencia del
obtenido en Andalucía (57,1% y 58,2%). Entre los/as que afirman no haberse
sometido a reconocimiento, destacan los/as trabajadores/as de servicios y
comercio y hostelería.
Formación en materia de PRL en Andalucía
La formación en materia preventiva constituye un importante componente
del sistema preventivo, ya que existen muchos aspectos sobre los que no se
124
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
pueden aplicar medidas técnicas u organizativas que controlen la situación de
riesgo, pues están directamente relacionados con la persona que desarrolla el
trabajo.
Los planes de formación, en general, para trabajadores/as están
encaminados para lograr la máxima cualificación de éstos/as para el trabajo
que desempeñan; la formación en materia de seguridad y salud, como
técnica preventiva básica, está orientada al desarrollo de las capacidades y
aptitudes de la persona trabajadora para el desempeño de la tarea con las
máximas garantías posibles de seguridad. No obstante, la formación no debe
ser utilizada como sustitución de otras medidas que podrían controlar el
riesgo (diseño de puestos, mecanización de procesos, sustitución de equipos
o instalaciones…), sino como mecanismo de actuación prioritario ante
posibles fallos humanos o actos inseguros en el trabajo.
Para las empresas andaluzas, la formación sigue siendo una asignatura
pendiente, al no considerarse todavía como una parte importantísima de la
gestión empresarial. Más de la mitad de los/as andaluces/as manifiestan que
no reciben ningún tipo de acción formativa periódica a cargo de su empresa;
concretamente, un 53,8% afirma dicha circunstancia, destacando dentro de
este porcentaje los/as trabajadores/as temporales y pertenecientes a
empresas de trabajo temporal. Por el contrario, un 44,4% sí declara haber
participado en acciones formativas promovidas u organizadas por su
empresa.
¿Ha recibido formación a cargo de la empresa en los
últimos doce meses?
Ns;
0,5
Nc;
1,3
Sí;
44,4
No ;
53,8
Los sectores que más acciones formativas organizan para sus
trabajadores/as son, según los resultados de nuestra encuesta, el sector de
125
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
oficinas y servicios privados (66,0%), la industria (45,3%) y la administración
pública (45,2%). A su vez, los que menos acciones formativas llevan a cabo
son la construcción, en la que el 67,3% de los/as trabajadores ha manifestado
que no ha recibido ninguna formación en los últimos doce meses a cargo de
la empresa, la agricultura y los sectores del comercio y la hostelería.
Entre los que recibieron formación, la mitad (50,9%) explica que ésta
estaba orientada a la mejora de su capacitación para el desempeño de su
puesto de trabajo, un 8,5% recibió formación orientada al desempeño de
nuevas tareas (equipos, herramientas…), un 2,4% no detalla el tipo de
formación recibida, y un 4,8% no contesta sobre el particular.
Con relación a la formación en materia de prevención de riesgos
laborales, un 33,3% manifiesta que recibió cursos o charlas en los últimos
doce meses, frente a un 61,8% que declara lo contrario. Comparando estos
resultados con los obtenidos en la V ENCT, en el 35,4% de los centros de
trabajo, según los responsables de empresa, alguna persona ha asistido a
algún curso o charla de seguridad y salud en el trabajo (exceptuando los
contratos de formación).
Asistencia a acciones formativas en materia de seguridad y
salud. Andalucía y España
70
63,7
61,8
60
50
40
35,4
33,3
30
20
4,9
10
0
0,9
Andalucía
Sí, ha asistido
España
No ha asistido
Ns/Nc
Por sectores económicos, en Andalucía, la agricultura es el sector que
organiza más acciones formativas en materia preventiva (71,4%). Le siguen
las ramas de sector secundario; industria, con un 41,4% y la construcción, con
un 41,2%. Por su parte, el sector servicios es el que menos acciones
formativas en materia de PRL lleva a cabo.
En cuanto al tipo de metodología utilizada, sigue siendo mayoritaria la
formación impartida de forma presencial y celebrada en el ámbito del aula
126
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
(63,0%). La formación llevada a cabo en el propio puesto de trabajo, a pesar
de ser el escenario idóneo para las acciones formativas en materia preventiva,
supone sólo el 22,2% y suele darse en las ramas de comercio y hostelería y en
la construcción. Las acciones formativas a distancia (11,1%) son seguidas
mayoritariamente por trabajadores/as del sector industrial.
Obligatoriedad y uso de equipos de protección individual
La protección individual constituye el recurso final de la cadena
preventiva, y como tal debe recurrirse a ella cuando se hayan agotado todas
las otras vías prioritarias de seguridad, como son las organizativas o las de
protección colectiva. Desde este enfoque, el uso de equipos de protección
individual debería tener un carácter residual; sin embargo, casi la mitad
(48,1%) de los/as andaluces/as trabajan en puestos donde es obligatorio el
uso de algún tipo de protección individual, destacando sobre otros, los/as
trabajadores/as de la construcción (90,9%), aunque también es frecuente el
uso de EPI en muchas actividades industriales (62,5%) y en la agricultura
(80,4%).
Entre los EPI más utilizados por los/as trabajadores/as destacan el uso de
calzado de protección frente a riesgo mecánico, gafas o pantallas frente a
impacto y el casco normal.
En agricultura, se usan mayoritariamente equipos de protección frente al
riesgo mecánico (gafas o pantallas, guantes y calzado) y mascarillas.
En la industria, además de la utilización de EPI frente a riesgo mecánico
(fundamentalmente guantes y calzado de protección), es destacable también
el uso de protectores auditivos.
En la construcción, el caso es, sin duda, el EPI más utilizado. Destacan
también los cinturones y dispositivos anticaídas.
En las ramas del sector de servicios consideradas, comercio y hostelería,
oficinas y despachos y en los centros de trabajo de la administración pública,
destacan también por la frecuencia de respuesta los EPI de protección frente
a riesgo mecánico (especialmente, guantes y calzado.
La tabla resume los resultados obtenidos en cuanto al grado de utilización
de los equipos de protección individual:
127
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Tabla 41
Uso por los/as trabajadores/as de equipos de protección individual.
Porcentajes
Total
1
2
3
4
5
6
Guantes (frente a riesgo mecánico)
2,34 16,13 22,73 14,44 24,00 17,39
9,62
Calzado (frente a riesgo mecánico)
19,20 11,29 12,50 14,97 40,00 13,04 11,54
Gafas/pantallas (frente a impactos)
14,99 18,55 15,91
8,02
0,00 13,04 17,31
Guantes (frente a agresivos
7,49
8,06
7,95
4,81
0,00
4,35
9,62
químicos)
Casco normal
14,99 11,29
4,55 21,39
0,00
8,70
7,69
Guantes/calzado aislante (r.
3,98
2,42
3,41
4,28
0,00 13,04
0,00
eléctrico)
Protectores auditivos
7,49
5,65 10,23
5,35
0,00
0,00 11,54
Pantallas/gafas (riesgo químico)
2,34
4,03
1,14
1,60
0,00
0,00
1,92
Máscaras o mascarilla
8,67
8,06 13,64
9,09
4,00
8,70
7,69
Protección frente a riesgo térmico
1,41
0,81
1,14
0,53
0,00
0,00
5,77
Protección frente a riesgo biológico
0,94
0,81
0,00
0,53
4,00
0,00
1,92
Botas, ropa y otros (riesgo químico)
3,51
6,45
1,14
1,60
8,00
4,35
1,92
Cinturones y dispositivos anticaídas
4,45
1,61
1,14
8,56
4,00
0,00
3,85
Protección frente a radiaciones
1,17
0,00
0,00
0,00
4,00
0,00
0,00
Otros. Especificar:
4,92
3,23
2,27
3,74
4,00 17,39
7,69
NC
2,11
1,61
2,27
1,07
8,00
0,00
1,92
1: Agricultura; 2: Industria; 3: Construcción; 4: Comercio y Hostelería; 5: Oficinas y S. Privados;
6: Admón. Pública
FUENTE: Elaboración Propia
En lo referente a la elección y adquisición del equipo de protección, al ser
de uso individual y personal, debe tenerse en cuenta la opinión de la persona
que finalmente utilizará el EPI. Como ya hemos comentado, en la selección, el
criterio humano-subjetivo es igual de importante que el criterio técnicoobjetivo, pues del grado de adaptación que exista entre la persona y el equipo
va a depender que ésta lo utilice o no. A pesar de ello, muchas son las
empresas que, en el mejor de los casos, atienden solo a criterios objetivos; es
decir, no cuentan con la opinión de los/as usuarios/as finales de estos
equipos. En Andalucía, solo un 15,7% de los/as encuestados/as afirma
participar o haber participado en la elección de todos los equipos de
protección individual necesarios para el desempeño de su tarea. Un 8,4%
afirma haber participado alguna vez en la elección de dichos equipos. Frente
a estos datos, es destacable que un 69,7% de los/as trabajadores/as han sido
excluidos/as del procedimiento de elección.
128
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Participación de los/as trabajadores en la elección de EPI's.
Andalucía
Nc; 4,3
Sí; 27,7
Ns; 24,2
No; 43,8
Estos datos son similares a los arrojados por la V ENCT para el conjunto
de España. La obligatoriedad de uso de equipos de protección individual en el
trabajo afecta a un 38,5% de los trabajadores. Por sector de actividad, en
Construcción la obligación de utilizar algún equipo de protección individual
afecta a la gran mayoría de los trabajadores (92,1%) y en Industria, a más de
la mitad de ellos (55,4%); por su parte, en Servicios es obligatorio para el
23,8% de los trabajadores.
CONDICIONES DE SEGURIDAD
Al hablar de condiciones de seguridad nos referimos a la posibilidad de
sufrir una lesión con ocasión o motivo, o a consecuencia del trabajo realizado
por cuenta ajena.
El accidente de trabajo dentro del campo de la prevención de riesgos
tiene un sentido más amplio que bajo el estricto punto de vista médico o legal,
donde se identifica accidente con lesión. La lesión física, desde el punto de
vista preventivo, no debe ir necesariamente asociada al accidente de trabajo,
produciéndose en muchos casos accidentes que, aun no generando daños
físicos, conviene también controlar por su potencial peligrosidad. Podemos
definir por tanto el accidente de trabajo como todo acontecimiento anormal, no
querido ni deseado, que se presenta de forma brusca e inesperada, interrumpe
la continuidad del trabajo y ocasiona o puede ocasionar lesiones a las
personas. Las pérdidas, consecuencias del accidente, pueden ser de tipo
material (daños) y de tipo humano (lesiones). En la mayoría de ocasiones los
accidentes acarrean tanto daños materiales como lesiones físicas.
129
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Los accidentes de trabajo constituyen el objetivo principal y campo de
actuación de la seguridad en el trabajo, disciplina preventiva cuyo conjunto de
técnicas y procedimientos de trabajo tienen como finalidad eliminar o
disminuir el riesgo de accidente de trabajo.
Las técnicas de seguridad pueden clasificarse en:
– Técnicas analíticas. Pretenden identificar los riesgos derivados de las
condiciones de trabajo existentes o las causas que provocaron los
accidentes de trabajo. El estudio de esta información es la base de
una eficaz planificación de la prevención. Entre las técnicas analíticas
destacan las inspecciones de seguridad, la notificación y registro de
accidentes, o su posterior investigación.
– Técnicas operativas. Su principal objetivo es disponer de las medidas
preventivas necesarias para eliminar las causas y, a través de ellas,
eliminar o corregir los riesgos de accidentes. Algunas de las
actuaciones derivadas de la aplicación de estas técnicas son el
estudio de métodos de trabajo, los medios de protección colectiva,
los programas de mantenimiento preventivo, la señalización, la
formación, etc.
Tanto las técnicas analíticas como las operativas pueden ser aplicadas
sobre los dos elementos necesarios para que ocurra el accidente: el factor
técnico, que incluye también aspectos organizativos, y el individuo o factor
humano (actos inseguros).
Agentes causantes del accidente
Entre los diferentes agentes materiales causantes de la mayoría de los
accidentes de trabajo están:
Lugares de trabajo
Los lugares de trabajo, que incluyen pasillos, espacios de trabajo y
escaleras. Los accidentes que se registran en las superficies de tránsito y
espacios de trabajo representan unos niveles altos de siniestralidad por
caídas de personas a distinto nivel, caídas al mismo nivel, pisadas sobre
objetos, choques contra objetos móviles e inmóviles, atropellos o golpes con
vehículos, entre otros.
Una mala concepción o distribución de las áreas de trabajo o de las vías
de circulación de vehículos y peatones, así como la falta de espacio suficiente
o de orden y limpieza, o una deficiente iluminación son factores de riesgo
relacionados con los lugares de trabajo.
La normativa básica sobre riesgos derivados u originados en los lugares
de trabajo es el Real Decreto 486/1997, sobre disposiciones mínimas de
seguridad y salud en los lugares de trabajo.
130
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Máquinas
Por máquina se entiende al “conjunto de piezas u órganos unidos entre
ellos, de los cuales uno por lo menos habrá de ser móvil y, en su caso,
constituido por órganos de accionamiento, circuitos de mando y de potencia,
etc., asociados para una aplicación determinada, en particular para la
transformación, tratamiento, desplazamiento y acondicionamiento de un
material".
Las máquinas presentan una elevada incidencia como agente material
causante de accidentes de trabajo con baja ocurridos en los centros de
trabajo en todos los sectores de actividad, pero especialmente, en el sector
agrario, la construcción y la industria de transformación. El uso de máquinas y
otros equipos de trabajo puede ocasionar diferentes lesiones de origen
mecánico (cortes, pinchazos, enganches, atrapamientos, proyección de
partículas), así como quemaduras, contactos eléctricos, exposición a
radiaciones, etc.
En lo concerniente al control del riesgo en máquinas, el/a empresario/a
debe exigir y comprobar que las máquinas que adquiere sean
“intrínsecamente seguras” (su adecuación a las exigencias legales se
constata por el marcado CE) y que en el Manual de Instrucciones, que
obligatoriamente acompaña a la máquina, se facilite la adecuada información
para efectuar sin riesgo todas y cada una de las operaciones usuales u
ocasionales que en la máquina se deben realizar: reglaje, utilización, limpieza,
mantenimiento etc.
El/a empresario/a tiene también el deber de adecuar conforme a las
exigencias legales vigentes, cuando así sea necesario, las máquinas ya
instaladas y en uso en sus talleres; redactando, en su caso, las normas o
procedimiento de trabajo que permitan incrementar u optimizar las medidas
de seguridad que se han de tomar en las distintas operaciones.
Así mismo, asegurar unas condiciones seguras de trabajo con las
máquinas requiere no sólo velar para que ellas lo sean, sino que también es
fundamental que su entorno sea correcto, que los/as operarios/as haya
recibido la suficiente formación y adiestramiento y, finalmente, que la
organización de todo trabajo conjugue una adecuada interrelación hombremáquina.
La normativa básica vigente para el uso en condiciones de seguridad de
estos equipos de trabajo va dirigida tanto al fabricante de las máquinas como
al usuario/a de las mismas:
– RD 1435/1992, de 27 de noviembre, por el que se dictan las
disposiciones de aplicación de la Directiva del Consejo 89/392/CEE,
relativa a la aproximación de las legislaciones de los Estados
miembros sobre máquinas y su posterior modificación realizada por
RD 56/1995.
– Resolución de 1 de marzo de 1995, por la que se publica la relación
de organismos notificados por los Estados miembros de la Unión
131
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
–
–
Europea para la aplicación de la Directiva 89/392/CEE sobre
máquinas.
Normas UNE-EN, cuya observancia y aplicación comporta la
presunción de conformidad con los requisitos esenciales de
seguridad y salud recogidos en el Anexo I del RD 1435/1992.
Real Decreto 1215/1997 sobre disposiciones mínimas de seguridad y
salud para la utilización por los trabajadores de los equipos de
trabajo, y RD 2177/2004 que modifica al anterior.
Aparatos de elevación y transporte.
Los aparatos de elevación y transporte son los responsables de muchas
lesiones por atropellos, golpes o vuelcos, dentro de este grupo de agentes se
incluyen tanto los equipos como los útiles y las propias cargas que se utilizan
en la elevación (grúas, aparejos, montacargas y plataformas elevadoras,
carretillas, etc.)
Los medios de elevación y transporte presentan una alta incidencia en los
siniestros graves y mortales ocurridos en los centros de trabajo y en todos los
sectores de actividad.
El control de los riesgos derivados del uso de estos equipos pasa por
considerar una triple vertiente del problema:
– Adquirir equipos correctamente equipados frente a los riesgos
potenciales en este tipo de tareas, y con sistemas de protección
frente a los riesgos con mayor incidencia: vuelco y caída de objetos.
En este sentido, el/la empresario/a debe exigir y verificar que los
equipos que adquiere sean “intrínsecamente seguros” (adecuados a
las exigencias legales) y acompañados por el correspondiente
manual de instrucciones, que debe contener la información necesaria
para que se puedan efectuar sin riesgo todas y cada una de las
operaciones, como reglaje, utilización, mantenimiento y limpieza, etc.
– Definir y delimitar en los locales de trabajo áreas de movimiento de
equipos y de barrido de cargas suspendidas, a fin de evitar
interferencias y/u obstrucciones entre ellos, con otras máquinas o
equipos instalados de forma fija y/o con zonas destinadas al tránsito
de operarios o con puestos fijos de trabajo.
– Establecer un programa de mantenimiento preventivo para limitar que
los riesgos se agraven por el uso y deterioro de los equipos y sus
componentes, siguiendo las instrucciones del fabricante. Dicho
programa debe ser estricto y existir un control escrito de que tales
operaciones se realizan dentro de los plazos previstos.
Herramientas manuales
La utilización de herramientas manuales, como utensilios de trabajo
utilizados generalmente de forma individual y que únicamente requieren para
su accionamiento la fuerza motriz humana aplicada directamente, presenta
132
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
una siniestralidad cuantitativamente alta, si bien la mayoría de las lesiones que
puede ocasionar, salvo excepciones, revisten poca gravedad.
Entre los riesgos más importantes destacan, sobre todo, golpes y cortes
en las manos u otras partes del cuerpo, lesiones oculares por proyecciones y
esguinces o torceduras ocasionados por un mal uso de la herramienta.
La utilización de herramientas defectuosas o en mal estado, un
mantenimiento incorrecto de las mismas o un almacenamiento o transporte
deficientes son otros factores de riesgo importantes asociados a estos
equipos de trabajo.
Manipulación y almacenamiento de objetos
Otro tipo de accidentes muy frecuentes en todos los sectores de actividad
son los ocasionados por la manipulación manual y el almacenamiento de
objetos. Pese a la creciente automatización, todavía es necesario en muchas
tareas la manipulación manual de objetos, entendida ésta como el conjunto
de operaciones en las que un/a trabajador/a debe, mediante sus manos,
desplazar objetos o elementos diversos, incluido su traslado. La manipulación
manual comporta riesgos de diversa naturaleza, según el tamaño, forma y
peso de los objetos; riesgos que pueden traducirse en cortes, golpes por
atropamiento y caída de objetos, entre otros. Por otro lado, el esfuerzo
muscular provoca un aumento del ritmo cardíaco y del ritmo respiratorio. Las
articulaciones pueden, a la larga, resultar gravemente dañadas,
especialmente las de la columna vertebral (desgaste de los discos
intervertebrales, lumbago, hernia discal y algunas veces compresión de la
médula espinal y de los nervios de las piernas). Por su parte, en los trabajos
de almacenamiento de objetos, como la organización de los mismos en el
espacio físico, deben tenerse en cuenta al igual que en las operaciones de
manipulación, la naturaleza y características del objeto que hay que
almacenar y realizar la operación siguiendo criterios preventivos.
A estas operaciones permanecen asociadas con una frecuencia creciente
las lesiones de espalda, particularmente las que afectan la zona lumbar.
Diversos estudios han demostrado que las lesiones de espalda relacionadas
con la realización de sobreesfuerzos durante las operaciones de traslado o
desplazamiento de productos siguen siendo la principal causa de las bajas
laborales.
La normativa básica de seguridad aplicable a las operaciones de
manipulación y almacenamiento son las siguientes:
– Real Decreto 485/1997 sobre disposiciones mínimas en materia de
señalización de seguridad y salud en el trabajo.
– Real Decreto 486/1997 sobre disposiciones mínimas de seguridad y
salud en los lugares de trabajo.
– Real Decreto 487/1997 sobre disposiciones mínimas de seguridad y
salud relativas a la manipulación manual de cargas que entrañen
riesgos, en particular dorsolumbares para los trabajadores.
133
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
–
Real Decreto 1215/1997 sobre disposiciones mínimas de seguridad y
salud para la utilización por los trabajadores de los equipos de
trabajo.
Accidentes por contactos eléctricos
La electricidad es hoy en día la fuente de energía más utilizada tanto el
ámbito laboral como en el resto de los ámbitos. Este hecho, unido a que la
energía eléctrica no perceptible por los sentidos, hace que sea una importante
fuente de accidentes de gravedad variable, desde un contacto sin
consecuencias hasta la muerte por paro cardiaco, asfixia o graves
quemaduras. La gravedad de las lesiones por contactos eléctricos aumenta
con la intensidad de la corriente y la duración del contacto.
Los contactos eléctricos pueden ser de dos tipos: directos, aquellos en
los que la persona entra en contacto con partes activas de la instalación
(conductores, bobinados, etc), o indirectos, es decir, aquellos en los que la
persona entra en contacto con algún elemento que no forma parte del circuito
eléctrico y que ha adquirido tensión de forma accidental (carcasas,
envolventes, órganos de mando y accionamiento, etc).
Incendios y explosiones
Los incendios y explosiones, aunque representan un porcentaje muy bajo
del conjunto de accidentes con lesiones, generan pérdidas cuantiosas y la
pérdida o deterioro de muchos bienes y equipos.
El fuego es una reacción química de oxidación que necesita tres
componentes: combustible (madera, papel, gasolina, propano…),
comburente (normalmente el O2 del aire) y energía de activación (instalación
eléctrica, colillas, chispas, reacciones exotérmicas…).
Hablamos de incendio ante un fuego no deseado y fuera de control.
Ante el riesgo de incendio pueden aplicarse medidas de prevención, que
actúan sobre uno o más de los componentes anteriormente citados, evitando
así el inicio de la reacción, y medidas de protección, que complementan las
preventivas, y cuyo objetivo es limitar la propagación y reducir o minimizar las
consecuencias en caso de iniciarse el incendio.
Productos químicos peligrosos
Existen también riesgos de accidente cuando se utilicen sustancias
químicas peligrosas, clasificadas como tales según los criterios legales sobre
clasificación, envasado, etiquetado y almacenamiento. El uso de estos
productos, generalizado en todas las actividades productivas, puede entrañar,
en ausencia de las debidas precauciones, riesgos para la salud de los/as
trabajadores/as que los manipulan, bien por las propias características del
producto, bien por procedimientos y métodos de trabajo inseguros.
134
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Por ello, los envases contenedores de sustancias peligrosas deben ir
etiquetados por el fabricante o proveedor, indicando el nombre, la
concentración y las propiedades de las sustancias que contienen,
pictogramas con indicación del tipo de peligro, así como consejos de
prudencia y seguridad en la manipulación.
Riesgos de accidente en Andalucía
En este apartado analizaremos los factores relacionados con las
condiciones de seguridad e inseguridad en el trabajo en las empresas
andaluzas. Estos factores son los desencadenantes de los miles de
accidentes laborales ocurridos cada año en Andalucía, convirtiéndose éstos
en el daño de origen laboral con mayor repercusión social e importancia por
las graves consecuencias que acarrea tanto para el propio accidentado, como
para la empresa a la que pertenece.
Como ya hemos tenido oportunidad de comprobar en la primera parte del
estudio, salvo fluctuaciones, el número total de accidentes de trabajo va
aumentando progresivamente cada año, generando múltiples lesiones para
los/as trabajadores/as andaluzas de diferente gravedad y miles de jornadas
de trabajo perdidas.
Si bien la mayoría de los accidentes registrados cada año son de carácter
leve, el número de accidentes mortales y graves sigue aumentando a pesar
del compromiso cada vez mayor de las administraciones en atajar el
problema y los esfuerzos realizados tanto por empresarios/as y
trabajadores/as en la implantación de políticas de seguridad en la empresa.
La gran mayoría de los/as trabajadores, un 91,21%, manifiesta que existen
riesgos de accidente en sus puestos de trabajo. Los riesgos de accidentes
sentidos como más frecuentes en los puestos de trabajo en Andalucía son
principalmente los cortes y pinchazos con un 14,09%, los golpes, con un
12,79%, las caídas de objetos materiales o herramientas, con un 9,39% y los
accidentes por sobreesfuerzos en la manipulación de cargas pesadas, con un
8,69%. Por el contrario, los riesgos de accidente sentidos como menos
frecuentes son los debidos a explosiones y exposición a radiaciones.
En cuanto a las causas, se señalan como las más frecuentes los
esfuerzos y posturas forzadas, y el exceso de confianza o costumbre. Es
destacable que la tercera causa más frecuente que alegan los/as
trabajadores/as no sea una causa en sí, sino el azar. Concretamente, un
11,29% opina que los accidentes laborales ocurren principalmente por azar.
Si tenemos en cuenta los distintos sectores económicos, tenemos que:
– Los/as trabajadores/as de la agricultura perciben que los principales
riesgos de accidentes a los que están expuestos/as son los golpes y
pinchazos, cortes, caídas al mismo nivel, sobreesfuerzos por
manipulación de cargas pesadas y caídas desde altura. En cuanto a
las causas, consideran que los esfuerzos y las posturas forzadas
135
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
–
–
–
–
–
136
constituyen la principal causa de accidentes, además del ritmo de
trabajo impuesto por las necesidades de producción. Otras causas
que tienen en cuenta son el cansancio y la fatiga y el estar trabajando
en áreas de trabajo insuficientes o inseguras.
En la industria, también se señalan los cortes y pinchazos como
principal causa de accidentes. Le siguen los golpes, caídas de
objetos, materiales o herramientas, y los sobreesfuerzos por
manipulación manual de cargas pesadas. Los/as trabajadores/as del
sector de la industria alegan como principales causas de estos
accidentes los esfuerzos y posturas forzadas y el ritmo de trabajo.
Otros/as, en cambio, consideran que la mayoría de estos accidentes
tienen en origen el factor humano: un 13,49% considera que los
accidentes se producen por exceso de confianza o de costumbre, y
un porcentaje incluso más alto, un 15,87% considera que los
accidentes son fruto del azar.
En los puestos de trabajo del sector de la construcción, los
principales riesgos de accidente según frecuencia son, en primer
lugar, las caídas de objetos, materiales o herramientas (13,36%) y las
caídas de personas desde altura (12,98%). Les siguen los golpes,
cortes y pinchazos y las caídas de personas al mismo nivel. Es
bastante significativo que la principal causa de accidentes que alegan
los/as trabajadores/as de la construcción sea de nuevo el exceso de
confianza o costumbre. Además, los esfuerzos o posturas que hay
que adoptar para trabajar, así como las malas condiciones del lugar
de trabajo, la propia peligrosidad de las tareas y el cansancio
acumulado son otras causas frecuentes.
En comercio y hostelería, los riesgos de accidentes percibidos como
más frecuentes son los cortes y pinchazos, los golpes y las caídas de
objetos, materiales o herramientas. Además, un 9,58% de los/as
trabajadores/as considera que el principal riesgo que les amenaza es
el de sufrir atracos, agresiones físicas u otros actos violentos. En
cuanto a las causas, un porcentaje bastante alto, un 22,63%, no sabe
o no se pronuncia al respecto. Otros/as consideran que el exceso de
confianza o costumbre, la fatiga y el cansancio, y el ritmo de trabajo
elevado constituyen las principales causas de accidente.
En el sector de oficinas y servicios privados, un 19,54% de los/as
trabajadores/as considera que en sus puestos de trabajo no existen
riesgos de accidente. Un 11,49% cree que el principal riesgo de
accidente es el de caídas de personas al mismo nivel debido a
instalaciones viejas o superficies o lugares de trabajo en mal estado.
El mismo porcentaje considera que son los accidentes de tráfico
sufridos durante la jornada laboral el principal riesgo de accidente del
sector, debido a causas relacionadas con el tráfico (8,22%), exceso
de confianza o costumbre (6,85%) y al cansancio (5,48%).
En los centros de trabajo de las administraciones públicas, los
principales riesgos de accidente según los/as trabajadores/as
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
encuestados, son los cortes y pinchazos, los golpes y los
sobreesfuerzos por manipulación de cargas pesadas.
Tabla 42
Accidentes más frecuentes en Andalucía.
Porcentajes
Total
1
2
3
4
5
6
Cortes y pinchazos
14,09
19,15 23,12
10,31 14,37
4,60 12,94
Golpes
12,79
16,31 12,72
12,60 13,77
9,20
8,82
Caídas de objetos, materiales
9,39
6,38 12,14
13,36 10,18
2,30
5,88
o herramientas
Sobreesfuerzos por
manipulación manual de
8,69
12,77 11,56
7,63
5,99
8,05
7,06
cargas pesadas
Caídas de personas al mismo
8,49
12,77
5,78
8,78
8,38
11,49
5,88
nivel
Ninguno
7,19
1,42
1,73
1,15 12,57
19,54 15,29
Caídas de personas desde
7,09
10,64
5,78
12,98
2,99
2,30
2,94
altura
Accidentes de tráfico durante
4,60
2,13
2,89
4,20
4,79
11,49
4,71
la jornada de trabajo
Quemaduras
4,00
2,84
2,31
4,58
6,59
1,15
4,12
Atracos, agresiones físicas u
3,90
0,71
2,31
0,00
9,58
10,34
5,29
otros actos violentos
Proyección de fragmentos o
3,60
4,96
5,78
5,34
0,00
0,00
2,94
partículas
Contactos eléctricos
3,20
0,71
2,31
4,20
1,80
5,75
4,71
Desplomes o derrumbamientos
2,70
0,71
0,58
7,25
0,00
2,30
2,35
Atrapamientos
2,40
4,26
1,73
3,05
1,20
1,15
2,35
Incendios
1,90
0,00
2,31
0,76
2,99
2,30
3,53
Atropellos, vuelcos o golpes
1,80
3,55
1,73
1,91
0,60
1,15
1,76
con vehículoso
NC
1,60
0,71
1,73
0,38
1,20
5,75
1,18
Exposición a radiaciones
0,90
0,00
0,58
1,15
0,00
0,00
3,53
Otros. Especificar:
0,90
0,00
0,00
0,00
0,60
1,15
4,12
Explosiones
0,80
0,00
1,16
0,38
2,40
0,00
0,59
1: Agricultura; 2: Industria; 3: Construcción; 4; Comercio y Hostelería; 5: Oficinas y S. Privados;
6: Admón. Pública
FUENTE: Elaboración propia
137
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Tabla 43
Principales causas de riesgos de accidente
Causas
NS/NC
Por esfuerzos o posturas forzadas
Por exceso de confianza o de costumbre
El azar
Por cansancio o fatiga
El ritmo de trabajo es muy elevado
El trabajo obliga a realizar operaciones peligrosas
El lugar de trabajo está en malas condiciones
Hay que sacar la producción por encima de todo
El área de trabajo o superficie es insegura
Falta de espacio
Por falta de medios o herramientas adecuadas
Por causas relacionadas con el tráfico
Las instalaciones son viejas
Falta de experiencia en el trabajo
Falta o inadecuación de equipos de protección individual
Se trabaja sin la formación suficiente
Los accesos al lugar de trabajo están en malas condiciones
La máquina está insuficientemente protegida
El puesto de trabajo está mal diseñado
FUENTE: Elaboración propia
%
14,18
13,46
12,45
11,29
6,80
5,93
5,35
4,20
3,76
3,47
3,04
2,60
2,46
2,32
2,17
1,88
1,59
1,30
1,30
0,43
En España, el porcentaje de trabajadores/as que manifiesta que en su
puesto de trabajo existe riesgo de accidente es ligeramente menor que en
Andalucía (74%), destacando las ramas de Construcción (97,8%) y Metal
(89,6%).
Riesgo de accidente por ramas de actividad. V ENCT
97,8
100
90
80
89,6
88,4
80,7
79,4
72,7
71,7
70
65,1
57,8
60
50
40
30
20
10
0
138
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vicio
s
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Con respecto al tipo de riesgo son destacables por su frecuencia los
cortes y pinchazos (35,6% de los trabajadores) y los golpes (31,6%). Le
siguen en importancia, aunque señalados con mucha menor frecuencia las
caídas al mismo nivel (18,4%) y las caídas de objetos, materiales o
herramientas (17,2%).
Riesgo de accidente por ramas de actividad. V ENCT
97,8
100
89,6
90
88,4
80,7
80 79,4
70
57,8
60
50
40
35,6
31,6
30
18,4 17,2
20
13,7 13,3 13 11,9
9 7,8 6,8
10
0
5,6 5,3 4,1
4
2,3 2,1
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je
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a
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O
M
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Q
En las ramas de actividad analizadas se presentan algunos riesgos típicos
que merece la pena destacar:
– El riesgo de cortes y pinchazos es del 55,8% en el Metal.
– El riesgo de caída de altura es del 58,2% en Construcción.
– El riesgo de golpes es del 52% en Otras Industrias Manufactureras.
– El riesgo de accidentes de tráfico durante la jornada de trabajo es del
27,3% en Otros Servicios.
En cuanto a las posibles causas de estos accidentes destacan, también
en España, el exceso de confianza y la costumbre, además de defectos en la
maquinaria, herramientas y equipos.
CONDICIONES AMBIENTALES
Al hablar de las características ambientales del puesto de trabajo, nos
referimos no solo a las condiciones termohigrométricas (temperatura,
humedad y ventilación), sino también a la presencia o no de contaminantes
químicos, físicos y biológicos en el medio laboral.
139
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
La temperatura del lugar en que se trabaja, la cantidad y calidad de la luz
y los niveles de ruido son factores comunes en las condiciones laborales que
se encuentran en los lugares de trabajo. Estos factores pueden, en caso de
ser inadecuados o excesivos, influir significativamente sobre la forma en que
se lleva a cabo una tarea y acelerar la aparición de la fatiga, afectando así a la
productividad.
Ambiente térmico
La exposición a las condiciones ambientales inadecuadas en los lugares
de trabajo no deben suponer a priori un riesgo para la seguridad y la salud de
los/as trabajadores/as. Sin embargo, las condiciones de temperatura,
ventilación, humedad o irradiación junto con la intensidad del trabajo que se
realice y el tipo de ropa que se lleve puede originar situaciones de riesgo para
los trabajadores y las trabajadoras, lo que se conoce como estrés térmico, por
frío o calor.
El clima es la condición de la atmósfera que nos rodea. Puede designar
las condiciones generales en la zona geográfica o, en un sentido restringido
las condiciones atmosféricas locales en un lugar de trabajo específico. El
clima del lugar de trabajo (a menudo llamado "microclima") se ve ampliamente
influido por el clima general. En verano nos sentimos muy incómodos y
nuestra eficiencia laboral disminuye. Con niveles de vida y de tecnología más
altas, podemos a veces controlar el clima en el lugar en que vivimos o
trabajamos. No obstante, en las fábricas o al aire libre a menudo estamos
expuestos a un calor intolerable y por consiguiente tenemos que adoptar
medidas para reducir los efectos nocivos del calor. También podemos reducir
el calor instalando aire acondicionado. Pero esto resulta costoso y no puede
aplicarse universalmente. También es importante tener una circulación
adecuada de aire fresco.
El microclima laboral no debe constituir una fuente de incomodidad o
molestia que impida o dificulte el trabajo y facilite la aparición de la fatiga. Por
ello, deben evitarse las temperaturas y las humedades extremas, los cambios
bruscos de temperatura, las corrientes de aire molestas, los olores
desagradables, la irradiación excesiva y, en particular, la radiación solar a
través de ventanas, luces o tabiques acristalados.
En los locales de trabajo cerrados deberán cumplirse, en particular, las
siguientes condiciones 6:
– Donde se realicen trabajos sedentarios propios de oficinas o
similares, la temperatura ambiental estará comprendida entre 17 y 27º
C.
– En los locales donde se realicen trabajos ligeros, la temperatura
estará comprendida entre 14 y 25º.
6
R.D. 486/97, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y
salud en los lugares de trabajo.
140
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
La humedad relativa estará comprendida entre el 30 y el 70%, excepto
en los locales donde existan riesgos por electricidad estática en los
que el límite inferior será el 50%.
Los trabajadores no deberán estar expuestos de forma frecuente o
continuada a corrientes de aire cuya velocidad exceda los siguientes límites:
– Trabajos en ambientes no calurosos: 0,25 m/s.
– Trabajos sedentarios en ambientes calurosos: 0,5 m/s.
– Trabajos no sedentarios en ambientes calurosos: 0,75 m/s.
–
Ruido
El ruido es sin duda uno de los agentes físicos más frecuentes en el
entorno laboral dada la complejidad creciente de los procesos productivos, la
rápida mecanización, el uso de máquinas cada vez más pesadas y el
desarrollo de ritmos de producción cada vez más rápidos.
Es el ruido posiblemente el más extendido de los peligros higiénicos, y
está presente en cualquier actividad laboral. Por este motivo, es tan difícil
conocer el número de trabajadores/as expuestos/as a este agente físico.
La pérdida del sentido del oído a causa de la exposición a ruidos en el
lugar de trabajo es una de las enfermedades profesionales más corrientes.
Los/as trabajadores/as pueden verse expuestos/as a niveles elevados de
ruido en lugares de trabajo tan distintos como en la construcción, en la
industria metalúrgica y en la textil, por poner algunos ejemplos.
Entre los efectos que la exposición al ruido puede tener para la salud
están la pérdida temporal o definitiva de la capacidad auditiva por exposición
a unos niveles de ruido altos o muy altos.
La pérdida de audición que se va produciendo a lo largo del tiempo no es
siempre fácil de reconocer y, desafortunadamente, la mayoría de los/as
trabajadores/es no se dan cuenta de que se están perdiendo capacidad
auditiva hasta que su sentido del oído ha quedado dañado permanentemente.
Se puede combatir la exposición a ruidos en el lugar de trabajo, a menudo
con un costo mínimo y sin graves dificultades técnicas.
La legislación actual contempla situaciones de disconfort por ruido, y por
tanto no obliga a actuar si el nivel de ruido promedio diario es inferior o igual a
80 dB(A), pero desde el punto de vista de mejora de las condiciones de
trabajo es recomendable el estudio del ambiente sonoro aunque solamente
produzca molestias. En este sentido, se recomienda no sobrepasar los 65dBA
en trabajos que requieran un mínimo de concentración mental. No obstante, el
estudio de las frecuencias predominantes y del tipo de tarea que se va a
realizar es necesario para conocer los niveles de ruido deseables y evitar
molestias durante el trabajo.
141
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Vibraciones
La exposición a vibraciones se produce cuando se transmite a alguna
parte del cuerpo el movimiento oscilante de una estructura, ya sea el suelo,
una empuñadura o un asiento.
Las vibraciones mecánicas son debidas a una gran diversidad de
procesos y operaciones industriales, trabajos forestales y agrícolas, y obras
públicas. La exposición a vibraciones nocivas puede inducir diferentes
molestias y trastornos para la salud, principalmente en los miembros
superiores y en la parte inferior de la espalda. Los efectos más significativos
que las vibraciones producen en el cuerpo humano son de tipo vascular,
osteomuscular y neurológico. Las enfermedades osteomusculares y
angineuróticas provocadas por vibraciones están incluidas en el cuadro de
enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social.
Según el modo de contacto entre el objeto vibrante y el cuerpo, podemos
distinguir entre las vibraciones transmitidas a mano-brazo, que pueden
provenir del uso de herramientas portátiles, rotativas y percutoras, utilizada en
la industria de transformación, en minería y construcción, trabajos forestales y
agrícolas y en obras públicas, y vibraciones globales que afectan a todo el
cuerpo, transmitidas por el asiento o por los pies en vehículos (tractores,
maquinaria pesada), en embarcaciones y en superficies vibrantes, y que se
asocian principalmente a traumatismos en la columna vertebral, aunque en
estos casos las vibraciones no son el único agente causal.
También se atribuyen a las vibraciones efectos tales como dolores
abdominales y digestivos, problemas de equilibrio, dolores de cabeza,
trastornos visuales, falta de sueño y síntomas similares.
Radiaciones
Una de las formas de transmisión de energía es la que se realiza a través
de la radiación de ondas electromagnéticas, caracterizadas por la existencia
de campos eléctricos y magnéticos perpendiculares entre sí y perpendiculares
a la dirección de propagación de la onda. Las ondas electromagnéticas se
diferencian unas de otras por la cantidad de energía que son capaces de
transmitir, y ello depende de su frecuencia. El conjunto de todas ellas
constituye el Espectro electromagnético.
Ordenados de menor a mayor energía, los tipos de ondas
electromagnéticas se pueden resumir de la siguiente forma:
142
−
Campos eléctricos y magnéticos estáticos (imanes, conductores
eléctricos de corriente continua, etc.).
−
Ondas electromagnéticas de Extremadamente Baja Frecuencia. El
intervalo de frecuencias alcanza hasta 3 kilohercios. (Líneas eléctricas
de corriente alterna).
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
−
Ondas electromagnéticas de Muy Baja Frecuencia. El intervalo de
frecuencias es de 3 a 30 Kilohercios (algunas máquinas de soldadura
por inducción).
−
Ondas electromagnéticas de Radio Frecuencia (RF). El intervalo de
frecuencias es de 30 Kilohercios a 1000 millones de hercios
(=1Gigahercio) (ondas de radio y televisión, soldadura de plásticos,
etc.).
−
Microondas (MO). Ondas electromagnéticas entre 1
Gigahercios (hornos de microondas, telefonía móvil, etc...)
−
Infrarrojos (IR). Ondas electromagnéticas entre 300 Gigahercios y 385
Terahercios (1 Terahercio = 1000 Gigahercios) (lámparas de
infrarrojos, material candente, etc.).
−
Luz visible. Ondas electromagnéticas entre 385 Terahercios y 750
Terahercios (iluminación).
y
300
−
Ultravioleta (UV) no ionizante. Ondas electromagnéticas entre 750
Terahercios y 3000 Terahercios (lámparas solares, lámparas de
detección de taras, lámparas de insolación industrial, etc.).
Las radiaciones de ondas electromagnéticas de mayor frecuencia que las
mencionadas tienen la capacidad de ionizar, es decir, de variar la estructura
de átomos o moléculas, porque poseen la energía necesaria para ello.
Los efectos de las radiaciones no ionizantes sobre el organismo son de
diferente naturaleza dependiendo de la banda de frecuencias en la que nos
movamos. Así, mientras que las Radiaciones Ultravioletas pueden producir
afecciones en la piel (eritemas) y conjuntivitis por exposición de la piel y los
ojos, respectivamente; la Radiación Infrarroja puede lesionar la retina o
producir opacidad del cristalino del ojo y daños en la piel por cesión de calor.
Las microondas son especialmente peligrosas por los efectos sobre la
salud derivados de la gran capacidad de calentamiento que poseen, al
potenciarse su acción cuando inciden sobre moléculas de agua que forman
parte de los tejidos.
Con menor facilidad logran el efecto de calentamiento de los tejidos las
ondas electromagnéticas correspondientes a la Radio Frecuencia y Muy Baja
Frecuencia.
Respecto a los Campos eléctricos y magnéticos estáticos y Ondas
electromagnéticas de Extremadamente Baja Frecuencia, se sabe que pueden
tener efectos nocivos en el sistema nervioso y cardiovascular. Se discute en la
actualidad la fiabilidad de ciertos estudios que otorgan la capacidad de
producir ciertos tipos de cáncer a las radiaciones de Extremadamente Baja
Frecuencia, pero las restricciones que actualmente se aplican a este tipo de
radiaciones no tienen en cuenta por ahora dichos efectos.
La radiación Láser consiste en un haz direccional de radiación visible,
ultravioleta o infrarroja, diferenciándose de ésta en que su emisión
corresponde a una frecuencia muy concreta (dentro de la banda
143
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
correspondiente) y no a una mezcla de varias, como ocurre cuando se habla
de una radiación visible UV o IR.
Exposición a agentes químicos
Según el R.D. 374/2001, sobre la protección de la salud y la seguridad de
los/as trabajadores/as contra los riesgos relacionados con la exposición a los
agentes químicos en el trabajo, se entiende por agente químico todo elemento
o compuesto químico, por sí solo o mezclado, tal como se presenta en estado
natural o es producido, utilizado o vertido, incluido el vertido como residuo, en
una actividad laboral, se haya elaborado o no de modo intencional y se haya
comercializado o no.
Así, hablamos de exposición a un agente químico cuando se da la
presencia de éste en el lugar de trabajo que implica el contacto de éste con el
trabajador, normalmente, por inhalación o por vía dérmica.
Los agentes químicos pueden provocar un daño de forma inmediata o a
corto plazo (intoxicación aguda), o generar una enfermedad profesional al
cabo de los años (intoxicación crónica).
Para que la inhalación de un agente químico no produzca efectos
irreversibles a largo plazo, su concentración en el aire debe ser inferior a un
cierto valor límite previamente establecido. El valor de la concentración
ambiental de un agente químico se puede conocer midiendo adecuadamente
dicho parámetro, para lo que se precisan instrumentos de lectura directa o
toma de muestras del contaminante y posterior análisis químico que
cuantifique su presencia. La evaluación del riesgo para las personas
expuestas a agentes químicos supone, además de la comparación de la
concentración ambiental existente con el valor límite de exposición, la
ponderación con el tiempo que dura la exposición al mismo.
En nuestro país existen valores límite de exposición diaria (VLA- ED) y de
corta duración (VLA- EC). Los primeros limitan la concentración media del
agente químico durante una jornada de trabajo. Los segundos se aplican a un
periodo de 15 minutos.
La mayoría de agentes químicos producen efectos perjudiciales a partir
de cierta dosis (“cantidad”), por lo que se puede trabajar en contacto con
ellos por debajo de esa dosis sin que aparezcan efectos irreversibles en la
mayor parte de los casos, pero ciertos contaminantes de reconocido potencial
carcinogénico pueden provocar la aparición de la enfermedad a muy bajas
concentraciones. Por ello el contacto con estos agentes debe evitarse y las
medidas preventivas exigibles son más estrictas.
Los contaminantes químicos se pueden clasificar según sus efectos
fisiopatológicos. Así podemos hablar de contaminantes:
−
144
Corrosivos: destruyen el tejido con el que entran en contacto.
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
−
Irritantes: Bien por vía dérmica o respiratoria, producen inflamación en
las áreas de contacto, piel y mucosas, ocular y del aparato
respiratorio.
−
Neumoconiótico: Producen alteración pulmonar por partículas
sólidas, de sustancias insolubles en los fluidos biológicos, que se
depositan y acumulan en el pulmón.
−
Asfixiante: Producen anoxia por desplazamiento del oxígeno del aire o
por alteración de los mecanismos oxidativos biológicos.
−
Anestésicos y narcóticos: deprimen el sistema nervioso central.
−
Sensibilizantes: producen efecto alérgico ante la presencia de
pequeñas cantidades con diversos efectos (asma, rinitis, dermatitis…)
−
Cancerígenos, genotóxicos y tóxicos para la reproducción: según
produzcan cáncer, alteraciones del DNA y daños en la fertilidad,
reproducción o descendencia respectivamente.
−
Sistémicos: producen alteración en los órganos o sistemas
específicos (hígado, riñón, etc) una vez absorbido y distribuido por el
organismo.
La prevención de posibles riesgos originados por la exposición a agentes
químicos se basa en la actuación, según un esquema clásico, sobre el foco
de contaminación, sobre el medio y sobre el receptor (individuos expuestos).
Como medidas generales de actuación en el foco destacan las
siguientes:
−
Selección de equipos adecuados.
−
Sustitución de productos, cuando las características toxicológicas del
agente en cuestión (cancerígenos, sensibilizantes) justifiquen la
búsqueda de alternativas a las sustancias químicas utilizadas.
−
Modificación del proceso, cuando técnicamente sea posible, de
forma que se eliminen operaciones especialmente contaminantes.
−
Encerramiento de procesos, cuando son generadores de agentes
químicos y puede prescindirse de la presencia continuada de
personas en sus cercanías.
−
Extracción localizada, que implica la instalación de un sistema de
ventilación que elimine el contaminante en el momento de su
generación en el foco.
−
Mantenimiento preventivo de las instalaciones y equipos de trabajo. El
envejecimiento de la maquinaria en general aumenta el riesgo de
fugas y deficiencias en los materiales que pueden favorecer la
presencia de agentes químicos en el ambiente de trabajo.
La actuación preventiva en el medio supone casi siempre una serie de
medidas correctoras de apoyo que por sí solas no suelen solucionar los
problemas de contaminación, pero que unidas a aquéllas aplicadas en el foco
o receptor reducen el riesgo. Como ejemplo pueden citarse los siguientes:
145
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
−
Limpieza de los locales y puestos de trabajo, de forma periódica,
puesto que la existencia de vertidos o derrames genera nuevos focos
de contaminación adicionales y dispersos.
−
Señalización de riesgos, que advierte de los peligros y las
precauciones a adoptar.
−
Ventilación general, cuya filosofía es diferente de la extracción
localizada, ya que lo que intenta es diluir la concentración del
contaminante en el ambiente, pero no lo elimina al generarse. Por ello
sólo es de utilidad como medida preventiva complementaria, o en
aquellos casos de lejanía de los operarios del foco y cuando los
agentes químicos presentan poca toxicidad.
−
Sistemas de alarma, que avisan óptica o acústicamente de la
superación de un cierto nivel de concentración ambiental de un
compuesto químico, a través de sistemas de detección en continuo.
−
Muestreos periódicos, cuya finalidad es conocer la concentración
ambiental de forma periódica en aquellas situaciones en las que el
muestreo inicial no permite afirmar que la concentración ambiental
está claramente por debajo de los límites establecidos.
Las medidas preventivas sobre las personas expuestas son
fundamentalmente:
−
Formación e información acerca de los riesgos posibles que genera la
manipulación de ciertas sustancias químicas. Implica organizar las
actuaciones necesarias para que los operarios reciban una formación
previa a la incorporación al puesto de trabajo, así como la temática de
la información toxicológica básica acerca de las sustancias que se
manipulan, mediante el etiquetado y señalización de las mismas,
según se regula en la legislación española.
−
Equipos de protección individual (EPI), que deben ser certificados y
de uso solo complementario.
−
Aislamiento del/a trabajador/a. Se emplea en procesos que no
requieren la presencia próxima continua del operario, sino que éste se
limita a controlar el proceso, y esto puede realizarlo a distancia, lo que
se aprovecha para aislar del ambiente al individuo, creándole un
microclima en su área de permanencia.
Exposición a agentes biológicos
Según el R.D. 664/1997 de 12 de mayo, sobre protección de los/as
trabajadores/as contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes
biológicos durante el trabajo, se consideran agentes biológicos los
microorganismos, con inclusión de los genéticamente modificados, cultivos
celulares y endoparásitos humanos (organismos parásitos que viven en el
146
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
interior de su huésped, generalmente en el tubo digestivo) susceptibles de
originar cualquier tipo de infección, alergia o toxicidad.
Los agentes biológicos se clasifican en 4 grupos en función de su
peligrosidad:
−
Grupo 1: se encuadran en este grupo los agentes biológicos que
resultan poco probable que causen enfermedad en el hombre.
Suponen un riesgo individual y comunitario escaso.
−
Grupo 2: Incluye los agentes biológicos que pueden causar
enfermedad en el hombre, y para los que existe tratamiento o
profilaxis eficaces. Es poco probable su propagación a la comunidad.
−
Grupo 3: Son agentes patógenos que causan enfermedad en el
hombre y que se propagan con facilidad a la colectividad, pero para
los que existen profilaxis y tratamiento adecuados.
−
Grupo 4: son aquellos agentes que causan enfermedad grave en el
hombre y para los que no existe tratamiento o profilaxis eficaces
conocidos. Además se transmiten con mucha facilidad a la
colectividad.
El riesgo infeccioso puede existir en todos los ambientes, pero es más
frecuente en centros sanitarios y en laboratorios. Especialmente en estos
últimos es donde se manipulan y procesan todo tipo de muestras
contaminadas, se manejan utensilios cortantes y punzantes y se manipulan
animales de diversos tipos.
Condiciones ambientales en las empresas andaluzas
Temperatura y humedad
Puesto que durante la investigación no se han realizado pruebas
específicas que nos permitieran medir objetivamente las condiciones de
ambientales en los lugares y centros de trabajo andaluces, optamos por
consultar a los/as trabajadores/as sobre sus sensaciones subjetivas de
confort o disconfort ambiental. Preguntados/as acerca del lugar habitual
donde desempeñaban sus tareas la mayor parte de la jornada laboral, los
resultados quedan reflejados en la siguiente tabla:
Tabla 44
Lugar habitual donde desarrolla sus tareas
Al aire libre
En vehículo: bus, taxi, reparto, etc
En local semicerrado: tinglado, tejavana, etc
En local cerrado
En otro lugar. Especificar
NC
FUENTE: Elaboración propia
%
trabajadores/as
28,8
1,9
6,5
60,2
2,4
0,3
147
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
El lugar donde habitualmente se desarrolla el trabajo va a condicionar el
grado de confortabilidad del puesto. La gran mayoría, un 89,77%, manifestó
que su puesto de trabajo era en términos generales confortable. Entre los/as
que consideran su puesto de trabajo no confortable, un 23,58% lo considera
inconfortable por frío en invierno y por calor, un 51,75% en verano.
En lo concerniente a la humedad, un 62,78% considera su puesto de
trabajo adecuado, frente al 15,70% que lo considera muy húmedo y un
10,63% que lo considera extremadamente seco. El resto, un 10,87%, no
contesta sobre este particular.
Según la V ENCT, el 65,8% de los/as españoles/as que no trabajan a la
intemperie considera su puesto de trabajo confortable tanto en verano como
en invierno. A su vez, un 25,8% considera su puesto de trabajo inconfortable
por calor en verano, y un 20,4 lo considera inconfortable por frío en invierno.
Las ramas de actividad en la que la sensación de disconfort térmico es
más señalada son las pertenecientes a la industria. En cambio, en los
sectores de oficinas y servicios privados y de la administración, la opinión
sobre el confort térmico es mucho más favorable.
Disconfort térmico por ramas de actividad. V ENCT
60
52,5
50
42,8
40
42,6
44,1
37,2
31,3
30
25,1
27,1
26,7
21,4
20
10
0
Quím
ica
Me
tal
I. M
anu
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Otra
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Con
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Ban
io/H
rvic
les
ios
n
ca
oste
lería
ias
La opinión de los/as trabajadores/as relativa a la humedad de su puesto
de trabajo es que en general es adecuada (82,8% de los/as trabajadores/as).
El 8,9% de los/as trabajadores/as considera que su puesto de trabajo es muy
húmedo y el 6,5% considera que su puesto de trabajo es muy seco.
148
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Ambientes ruidosos
El ruido es, sin duda, uno de los agentes físicos con mayor presencia en
las empresas andaluzas. La mecanización de muchos procesos productivos,
si bien han aligerado la carga física de muchos/as trabajadores/as, han
supuesto también la aparición de otros riesgos para la salud relacionados con
la contaminación acústica de los lugares de trabajo.
Al igual que ocurría con las condiciones ambientales, para determinar lo
ruidosas que son las empresas andaluzas sería preciso realizar mediciones
objetivas de los niveles de ruido, por lo que nos decantamos por sondear las
percepciones subjetivas que tienen los/as trabajadores/as afectados/as sobre
los niveles de ruido que soportan en sus puestos de trabajo a lo largo de la
jornada laboral.
Los resultados que obtuvimos quedan reflejados en la siguiente tabla:
Tabla 45
Percepción de los/as trabajadores/as andaluzas sobre el nivel de ruido en
sus puestos de trabajo
Muy bajo, casi no hay ruido
No muy elevado pero es molesto
Existe ruido de nivel elevado, que no permite seguir una conversación con
otro compañero que esté a 3 metros
Existe ruido de nivel muy elevado, que no permite oír a un compañero que
esté a 3 metros aunque levante la voz
NC
FUENTE: Elaboración propia
%
trabajadores/as
44,4
34,1
13,2
3,2
5,1
Aunque la opción con mayor porcentaje de respuesta es la de aquellos/as
que consideran que el nivel de ruido en su puesto de trabajo es muy bajo
(fundamentalmente trabajadores/as pertenecientes al sector de oficinas y
servicios privados), podemos establecer que más de la mitad de los/as
trabajadores/as andaluzas (50,5%) están expuestos/as a niveles de ruido
cuanto menos molestos, si no nocivos o peligrosos.
Entre los sectores más ruidosos, destacan las actividades con mayor
presencia de máquinas y equipos de trabajo; las ramas industriales (71,9%),
seguido de la construcción con un 70,9%, y la agricultura (50,9%).
Los porcentajes sobre la percepción de los niveles de ruido en el trabajo
de los/as trabajadores/as españoles/as son más bajos que los andaluces: el
63% considera bajo el nivel de ruido de su puesto de trabajo; un 26,2% lo
considera molesto y un 10,3%, elevado, especialmente en las ramas del metal
y las industrias manufactureras.
149
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Nivel de ruido en el puesto de trabajo. España
V ENCT
No muy elevado,
pero es molesto;
26,2
Elevado; 10,3
No contesta; 0,5
Muy bajo, casi no
hay ruido; 63
Exposición a vibraciones
El 78,2% de los/as trabajadores/as en Andalucía declara que no están
expuestos/as a vibraciones. Entre los que sí están expuestos/as a este tipo de
riesgo, a la mayoría (79,57%), les afectan a mano-brazo (14,8%) y el resto a
otras zonas del cuerpo. Las ramas de actividad en las que se perciben de
forma más acusada estos riesgos son, en primer lugar, la agricultura (41,2%),
seguido de la construcción (38,2%) e industria (14,0%).
Los/as que manifiestan que sufren vibraciones globales o que afectan a
otras partes del cuerpo pertenecen mayoritariamente a la agricultura (42,9%),
hecho que puede explicarse por el uso generalizado del tractor u otros
vehículos agrícolas.
Tabla 46
Exposición a vibraciones en el puesto de trabajo. Andalucía
Sí, en mano o brazo
Sí, en otras zonas del cuerpo
No
NS
NC
FUENTE: Elaboración propia
%
14,8
3,8
78,2
0,5
2,7
En España, los/as que expresan que existe riesgo de exposición a
vibraciones en su puesto de trabajo suponen el 7,2% de los/as
encuestados/as, siendo el doble los/as afectados por las vibraciones
transmitidas en mano-brazo (4,8%) que los que las sufren en otras zonas del
cuerpo (2,4%).
150
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Las ramas de actividad en las que los/as trabajadores/as perciben de
forma más importante las vibraciones son construcción (15,2%) y otras
industrias manufactureras (13,8%). Concretando para vibraciones en manobrazo, las ramas de actividad especialmente afectadas son las mismas:
construcción (12,7%) y otras industrias manufactureras (11.3%).
Exposición a radiaciones
Como se puede apreciar en la tabla, la exposición a luz ultravioleta es el
tipo de radiación a la que están más expuestos/as los/as trabajadores/as
tanto en Andalucía, que suponen un 6,7%, como en España, con un 4,6%. Le
sigue la exposición a microondas, con una frecuencia de 6,2% en la
comunidad autónoma y un 2,4% en el conjunto de España.
Tabla 47
Exposición a radiaciones. Andalucía
Luz ultravioleta (soldadura eléctrica al arco, lámparas
germicidas, UVA...), excluida la luz solar
Luz infrarroja
Microondas (hornos de secado, antenas de telefonía móvil...)
Radiofrecuencias (soldadura por radiofrecuencias,
calentamiento de baños...)
Láser
Rayos X, rayos gamma, radioisótopos (radiodiagnóstico,
radioterapia, diagnóstico de soldaduras...)
FUENTE: Elaboración propia
Sí
No
NS
NC
6,7
72,8
3,0
17,5
2,4
6,2
73,7
69,9
3,5
4,3
20,4
19,6
1,9
73,4
4,3
20,4
1,3
75,5
2,7
20,4
0,5
74,9
4,0
20,5
Por ramas de actividad destaca la construcción, con un porcentaje de
21,8% de trabajadores/as expuestos/as a luz ultravioleta, un 7,3% de luz
infrarroja, y un 10,9% de radiación de microondas.
En España, el Metal es la rama de actividad con mayor porcentaje de
trabajadores/as expuestos/as a luz ultravioleta (13,4%).
Exposición a agentes químicos en Andalucía
A la hora de indagar el grado de exposición de los/as trabajadores/as
andaluces/as a determinados productos químicos, diferenciamos entre
exposición por manipulación de productos tóxicos o nocivos, y por inhalación
de sustancias (polvos, humos, vapores, gases…).
El 76,1% de los/as trabajadores declara que no manipulan productos
químicos en su puesto de trabajo, mientras que el 20,7% afirma que sí lo
hacen habitualmente. Por sexos, es destacable que el porcentaje de varones
expuestos a productos químicos por manipulación es superior al de mujeres,
25,5% de los varones frente al 11,6% de mujeres.
151
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
¿Manipula Vd. productos químicos en su puesto de
trabajo?
Ns; 0,8
Nc; 2,4
Sí; 20,7
No; 76,1
Los sectores de actividad en los que es más frecuente la manipulación de
productos químicos son la agricultura (39,2%), seguido de la construcción
(30,9%) industria (23,4%), y comercio y hostelería (15,9%).
Por sector económico y sexo, es preciso poner de relieve que del
porcentaje de mujeres encuestadas que habitualmente manipulan productos
químicos en su puesto de trabajo, son mayoría las pertenecientes a la
agricultura (33,3%) y al comercio y hostelería (12,8%).
Tabla 48
Exposición a productos químicos por manipulación.
Varones. Andalucía
Sí
No
NS
Agricultura
44,4
51,9
Industria
26,8
69,6
Construcción
32,7
61,5
1,9
Comercio/Hostelería
18,6
81,4
Oficinas y S. Privados
13,6
86,4
Administración Pública
16,3
81,4
0,8
FUENTE: Elaboración propia
152
NC
3,7
3,6
3,8
2,1
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Tabla 49
Exposición a productos químicos por manipulación.
Mujeres. Andalucía
Sí
No
NS
Agricultura
33,3
58,3
Industria
100,0
Construcción
100,0
Comercio/Hostelería
12,8
87,2
Oficinas y S. Privados
4,0
88,0
4,0
Administración Pública
3,3
93,3
-
NC
8,3
4,0
3,3
FUENTE: Elaboración propia
Exposición a productos químicos por manipulación.
Andalucía
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Sí
No
Ns
Nc
Agricultura varones
Agricultura mujeres
Industria Varones
Industria Mujeres
Construcción varones
Construcción mujeres
Comercio y Hostelería varones
Comercio y Hostelería mujeres
Oficinas y S. Privados varones
Oficinas y S. Privados mujeres
Admón Púb. Varones
Admón Púb. Mujeres
En cuanto a la información que reciben los/as trabajadores/as sobre los
productos que manipulan, un 82,9% declara que los productos que manipulan
van correctamente etiquetados informando de la peligrosidad de los mismos.
Un 11,8% declara que algunos de los productos no van acompañados de
etiquetas de seguridad, y un 1,3% manifiesta que ningún producto lleva
etiqueta.
En lo referente al nivel de exposición de los/as andaluces/as a
contaminantes químicos por inhalación, un 30,4% afirma que respiran estas
sustancias en su puesto de trabajo, y un 64,8% expresa que no están
expuestos/as a este riesgo. Las exposiciones más frecuentes se dan en las
ramas de actividad de la agricultura (24,8%), la construcción (23%) y en la
industria (22,1%).
153
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Con independencia de la vía de entrada al organismo de los
contaminantes químicos, los/as trabajadores/as expuestos manifiestan
conocer los efectos perjudiciales para la salud de dichas sustancias en un
73,6% de los casos, mientras que un 17,3% desconoce los efectos nocivos
para la salud que supone trabajar expuestos a estas sustancias.
En España, el 27,7% de los/as trabajadores/as está expuesto a
contaminantes químicos, ya sea por inhalación de polvos, humos, vapores,
gases, etc. o por manipulación de productos nocivos o tóxicos.
El 17,1% de los/as trabajadores/as manipula en su puesto productos
nocivos o tóxicos. De ellos, el 83,9% dice que estos productos están
correctamente etiquetados, mientras que la ausencia de etiquetado se da en
el 4,2%.
La manipulación es más frecuente en el sector Industria (27,1%) y, dentro
de dicho sector, en la rama Química.
El 19,7% de los/as trabajadores/as respira en su puesto de trabajo polvos,
humos, gases o vapores nocivos o tóxicos. La inhalación es más frecuente en
el sector Construcción (35,7%) aunque está muy cercano el sector Industria
(34,3%). Dentro del sector Industria destaca la rama Otras Industrias
Manufactureras (45,5%).
Exposición a agentes biológicos
En lo referente al riesgo de contraer una infección o enfermedad por
contacto con agentes biológicos, los/as trabajadores/as manifiestan
mayoritariamente que no están expuestos a este tipo de contaminantes en su
puesto de trabajo (57,5%). Le siguen por frecuencia de respuesta, un 25,7%
los/as que no saben si están afectados/as por este tipo de riesgo, y un 12,4%
no se pronuncia a este respecto. Del resto de encuestados/as, un 4,4%,
afirman estar expuestos/as a contaminación biológica, aunque
mayoritariamente, declaran que lo están de manera involuntaria, ya sea en su
actividad habitual (sanitario, residuos…) o esporádicamente, en otras
actividades de servicios.
En España, la presencia de contaminantes biológicos en el puesto de
trabajo afecta al 8,1% de las personas encuestadas, (sobre todo los/as
trabajadores/as de servicios), bien porque deban manipularse de forma
deliberada o intencionada (2%), bien porque lo hagan de forma involuntaria
(6,1%).
DISEÑO DEL PUESTO DE TRABAJO
El planteamiento preventivo requiere un enfoque global de todos los
factores presentes en la situación de trabajo en cuanto puedan afectar a la
salud de los/as trabajadores/as. El puesto de trabajo, tomado como el entorno
físico, ambiental y organizativo de la persona trabajadora, está estrechamente
154
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
relacionado con muchos riesgos laborales, siendo una de las causas
principales de muchos accidentes y otras alteraciones de la salud.
Desde este planteamiento, la prevención de los riesgos relacionados
directamente con el puesto de trabajo, pasa necesariamente por una
concepción racional y adecuada en origen del propio puesto, en el que se
persiga como principales objetivos:
−
Mejorar la seguridad y el entorno.
−
Disminuir en lo posible la carga de trabajo física y mental.
− Reducir las molestias del trabajo repetitivo o en cadena.
Para un diseño adecuado del puesto de trabajo, hay que tener presente,
por tanto, los siguientes aspectos:
−
Entorno físico:
•
Altura del puesto – Distancia
•
Emplazamiento de las manos.
•
Emplazamiento de los pies.
• Accesibilidad a mandos, dispositivos…
– Medio ambiente:
–
–
•
Ambiente térmico: temperatura, humedad, y velocidad del aire.
•
Nivel de ruido.
•
Nivel de iluminación.
•
Exposición a vibraciones.
• Contaminantes.
Carga física:
•
Postura principal de trabajo.
•
Esfuerzos de trabajo.
• Repetitividad.
Carga mental:
•
Operaciones mentales.
•
Nivel de atención requerido.
•
Grado de autonomía.
•
Contenido de trabajo.
•
Otros
Los puestos de trabajo en Andalucía
Según la encuesta realizada en Andalucía, y refiriéndonos al entorno físico
del puesto de trabajo, un 54,18% de los/as trabajadores/as andaluces/as
señala al menos un aspecto inadecuado de su puesto de trabajo. Por el
155
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
contrario, un 40,09% afirma que su puesto no tendría que ser rediseñado, y un
5,73% directamente no contesta sobre la cuestión.
Entre los aspectos señalados como inadecuados, destacan según
frecuencia disponer de poco espacio en el puesto para trabajar con
comodidad (13,22%), no tener accesibles para las manos herramientas,
elementos u objetos de trabajo (13,00%), y trabajar sobre superficies
inestables y/o irregulares (11,01%).
Diseño inadecuado del puesto de trabajo. Andalucía
45
40,09
40
35
30
25
20
15
13,22
13
11,01
5,95
10
5
0
Poco
espacio
Zonas de
difícil acceso
manos
5,07
5,73
5,95
Iluminación
inadecuada
para el
trabajo que
realiza
Ninguna
Por sectores, los/as trabajadores/as de la agricultura se quejan
fundamentalmente de que tienen que trabajar sobre superficies inestables o
irregulares (21,43%), y tener que alcanzar herramientas, elementos u objetos
de trabajo situados en zonas muy altas o muy bajas o que les obliguen a
estirar mucho los brazos (19,64%).
En las ramas industriales, igualmente el tener que alcanzar herramientas,
elementos u objetos de trabajo situados muy altos o muy bajos o que les
obliguen a estirar mucho los brazos es la queja expresada con mayor
frecuencia (16,67%), así como disponer de poco espacio en el puesto para
trabajar con comodidad (11,54%).
Trabajar sobre superficies irregulares o inestables es el aspecto
inadecuado del puesto de trabajo que señalan con mayor frecuencia los/as
trabajadores/as del sector de la construcción (22,86%), seguido de tener poco
accesibles elementos necesarios para el trabajo (20,00%).
En comercio y hostelería, los/as trabajadores/as se quejan
fundamentalmente de disponer de poco espacio (20,31%) y de una
iluminación inadecuada para el trabajo (10,94%).
En el sector de oficinas y servicios privados, el porcentaje de
trabajadores/as que no encuentran ningún aspecto inadecuado en su puesto
156
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
de trabajo es el mayor de todos los sectores (62,26%). Entre los/as que
señalan algún aspecto inadecuado, destaca la falta de espacio (9,43%).
En los centros de trabajo de la administración pública, el personal
considera que los aspectos más inadecuados del puesto de trabajo son no
tener espacio suficiente (24,73%), disponer de una silla de trabajo muy
incómoda (15,05%), y no tener accesibles elementos necesarios para el
trabajo (8,60%).
Un 30,5% de los/as españoles/as se queja al menos de algún aspecto
inadecuado de su puesto de trabajo, según los datos que aporta la V ENCT.
Las quejas por el diseño de los puestos de trabajo se da en primer lugar en
Construcción (46,3% de los encuestados en este sector), y en segundo en
Industria, especialmente en las ramas de Otras Industrias Manufactureras
(43,7% de los encuestados en esta rama) y Metal (42,4% de la rama). En
Servicios, la frecuencia de quejas mayor se produce en Servicios Sociales
(34,6%).
En cuanto al aspecto más frecuentemente señalado en Industria y
Servicios es el de disponer de muy poco espacio para trabajar con
comodidad; mientras que en Construcción destaca el trabajar sobre
superficies inestables o irregulares.
Por ramas de actividad, también es el disponer de muy poco espacio el
aspecto más frecuente en todas las ramas, excepto en Otras Industrias
Manufactureras en que se quejan en primer lugar de trabajar en zonas de muy
difícil acceso para las manos.
Otro aspecto por el que se pregunta en la encuesta es la silla; analizadas
sólo las respuestas de los que trabajan sentados, a quienes más resulta muy
incómoda es a los encuestados en la rama del Metal.
CARGA DE TRABAJO FÍSICA
Cuando hablamos de carga física de trabajo nos referimos al conjunto de
requerimientos físicos a los que está sometido/a el/la trabajador/a durante la
jornada laboral.
Cuando las demandas físicas exceden las capacidades del/la
trabajador/a, aparece la fatiga física, el disconfort o el dolor, como
consecuencias inmediatas de las exigencias del trabajo. Asimismo, la
exposición continuada a estas condiciones de trabajo inadecuadas puede
conducir a la aparición de lesiones de mayor o menor gravedad que afectarán
al sistema óseo y muscular del organismo (tendones, vainas tendinosas,
músculos, etc.), que pueden llegar incluso a incapacitar a la persona para la
realización de su trabajo.
Las lesiones por carga física constituyen una de las causas de baja
laboral más frecuente que, en contra de lo que pudiera parecer, han
aumentado, en términos de tasas de incidencia y de prevalencia, de la mano
de la automatización parcial de los procesos productivos y del incremento de
157
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los ritmos de trabajo, provocando, además de numerosas enfermedades
laborales, cuantiosas pérdidas económicas.
Analizaremos las posibles situaciones de sobrecarga física de trabajo
teniendo en cuenta no solo la manipulación de cargas, sino otros indicadores
como el tipo de trabajo, las posturas adoptadas y los movimientos repetitivos.
Tipo de trabajo
Cualquier trabajo exige por parte del/la trabajador/a un consumo de
energía que variará en función del esfuerzo realizado.
El trabajo muscular implica poner en funcionamiento una serie de
músculos que aportan la fuerza necesaria para realizar el trabajo; según el
tipo de contracción que produzcan estos músculos, hablaremos de trabajo
estático o dinámico.
El trabajo muscular se denomina estático cuando la contracción de los
músculos es continua y se mantiene durante un cierto período de tiempo. En
el trabajo dinámico, por el contrario, se produce una sucesión periódica de
tensiones y relajamientos de los músculos activos, todas ellas de corta
duración.
Aunque en la práctica, muchas veces es bastante complejo establecer la
frontera entre trabajo estático y dinámico, y que cualquier trabajo se compone
de ambos a la vez, es importante mantener la distinción entre los dos por las
consecuencias que derivan de uno y otro tipo de trabajo.
La consecuencia fundamental viene determinada por las diferencias que
se producen en la irrigación sanguínea de los músculos que es la que, en
definitiva, fija el límite en la producción del trabajo muscular. Dicha irrigación
es fundamental por dos motivos: porque la sangre aporta al músculo la
energía necesaria y porque, además, la sangre evacua del músculo los
residuos de la reacción de oxidación de la glucosa producidos como
consecuencia del trabajo (ácido láctico).
A título de ejemplo, podemos decir que en un trabajo dinámico el aporte
de sangre al músculo es de 10 a 20 veces mayor que en estado de reposo.
Por el contrario en el trabajo estático, al comprimirse los vasos
sanguíneos, el aporte de sangre a los músculos no sólo no aumenta sino que
disminuye, privando al músculo del oxígeno y de la glucosa que necesita.
Además los residuos producidos no pueden ser eliminados con la rapidez
necesaria, acumulándose y desencadenando la fatiga muscular.
El trabajo de pie
Un trabajo que obliga a una persona a estar de pie todo el día representa
una gran tensión para las piernas. Estas pueden hincharse ya que los
músculos no se mueven lo suficiente como para bombear la cantidad correcta
158
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
de sangre de retorno al corazón. El corazón tiene así que trabajar con una
provisión insuficiente de sangre y el individuo se siente cansado y apático.
Los empleos que exigen mucho movimiento y un estiramiento
considerable de los músculos principales a menudo son realizados en
posición de pie – por ejemplo operar cierto tipo de máquinas.
En todo trabajo de pie, debe evitarse doblar la espalda. Si uno de inclina
hacia adelante o hacia un costado, los músculos de las piernas, la espalda y
los hombros deben ponerse tensos para mantener el cuerpo en esa posición.
Cuando uno permanece encorvado, los músculos de la espalda siguen en
tensión. Y cuando uno se endereza de nuevo, siente dolores en la espalda
como si se hubiera endurecido en una posición fija.
Es imposible trabajar cómodamente de pie todo el tiempo si la altura del
trabajo no se establece correctamente, o si los controles, materiales y
herramientas que se utilizan no son fáciles de alcanzar. Tiene que haber
mucho espacio para los pies ya que esto permite alterar la posición de trabajo
y distribuir alternativamente las cargas.
La altura a la que se realiza el trabajo es importante. Si es incorrecta, el
cuerpo se cansa rápidamente. La altura de trabajo debe ser tal, que al mismo
pueda hacerse sin doblar la espalda y con los hombros relajados y en su
posición natural.
El trabajo debe ser hecho con la mano en una posición natural tan cerca
como sea posible del cuerpo. La comodidad de la altura del plano de trabajo
varía según el tipo de trabajo que se realice. Si exige precisión y la visión es
importante, la altura del plano de trabajo debe ser mayor. El trabajo de
precisión con frecuencia exige también un apoyo para los brazos. Cuando se
trata de trabajo pesado, la altura del plano de trabajo debe ser para ciertas
operaciones, lo suficientemente bajo para permitir que el trabajador
aproveche de la mejor manera posible el peso de su propio cuerpo.
Cuando se trabaja de pie, es importante que:
– Los elementos necesarios para el trabajo deben estar al alcance del/a
trabajador/a.
– La altura de la mesa de trabajo debe ser ajustable en altura, de modo
que la superficie de trabajo esté al nivel de los codos de pie con la
espalda recta y los hombros relajados.
– Debe repartirse todo el peso del cuerpo equitativamente entre ambos
pies, y debe haber suficiente espacio para las piernas y los pies del/a
trabajador/a.
– Los controles y mandos deben situarse más abajo del nivel de los
hombros.
– La utilización de un calzado adecuado reducirá la tensión en la
espalda y las piernas.
159
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
El trabajo sentado
El trabajo que no requiere mucha fuerza muscular y que puede ser
realizado dentro de un área limitada tiene que hacerse en posición sentada. Al
mismo tiempo la persona que realiza el trabajo tiene que poder alcanzar
fácilmente toda el área de trabajo sin estiramientos o torsiones innecesarias.
Una persona está sentada en una buena posición, cuando está erguida y
cerca de su plano de trabajo. La mesa y la silla de trabajo deben ser
diseñadas de tal modo que la superficie de trabajo esté aproximadamente al
mismo nivel que los codos con la espalda derecho y los hombros relajados.
Si es posible, para el trabajo de precisión, debe preverse alguna forma de
apoyo para los codos, antebrazos y manos. El soporte debe ser ajustable.
Por su parte, el diseño de la silla debe satisfacer ciertos requerimientos
básicos. La silla elegida debe ser adecuada para la tarea que se realiza y la
altura de la mesa de trabajo, por lo que ésta debería ser ajustable en altura.
Se necesita suficiente "lugar para las piernas" para permitir cambiar libremente
las posiciones de las piernas. La altura de la silla es más cómoda cuando los
pies se apoyan en el suelo. Cuando esto no es posible, es preciso utilizar un
reposapiés que permita colocar los pies en varias posiciones distintas,
aumentando así la comodidad.
Posturas forzadas
Hablamos de posturas forzadas al referirnos a posiciones de trabajo que
supongan que una o varias regiones anatómicas dejen de estar en una
posición natural de confort para pasar a otras que genera hiperextensiones,
hiperflexiones y/o hiperrotaciones osteoarticulares con la consecuente
producción de lesiones por sobrecarga.
Las posturas forzadas comprenden las posiciones del cuerpo fijas o
restringidas, las posturas que sobrecargan los músculos y los tendones, las
posturas que cargan las articulaciones de una manera asimétrica, y las
posturas que producen carga estática en la musculatura.
Existen numerosas actividades en las que el trabajador debe asumir una
variedad de posturas inadecuadas que pueden provocarle un estrés
biomecánico significativo en diferentes articulaciones y en sus tejidos blandos
adyacentes.
Las tareas con posturas forzadas implican fundamentalmente a tronco,
brazos y piernas.
Las posturas forzadas en numerosas ocasiones originan trastornos
músculo-esqueléticos, que son de aparición lenta y de carácter inofensivo en
apariencia, por lo que se suele ignorar el síntoma hasta que se hace crónico y
aparece el daño permanente; se localizan fundamentalmente en el tejido
conectivo, sobretodo en tendones y sus vainas, y pueden también dañar o
irritar los nervios, o impedir el flujo sanguíneo a través de venas y arterias. Son
frecuentes en la zona de hombros y cuello.
160
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Se caracteriza por molestias, incomodidad, impedimento o dolor
persistente en articulaciones, músculos, tendones y otros tejidos blandos, con
o sin manifestación física, causado o agravado por movimientos repetidos,
posturas forzadas y movimientos que desarrollan fuerzas altas.
Aunque las lesiones dorsolumbares y de extremidades se deben
principalmente a la manipulación de cargas, también son comunes en otros
entornos de trabajo, en los que no se dan manipulaciones de cargas y sí
posturas inadecuadas con una elevada carga muscular estática.
Se definen tres etapas en la aparición de los trastornos originados por
posturas forzadas:
– En la primera etapa aparece dolor y cansancio durante las horas de
trabajo, desapareciendo fuera de éste. Esta etapa puede durar meses
o años. A menudo se puede eliminar la causa mediante medidas
ergonómicas.
– En la segunda etapa, los síntomas aparecen al empezar el trabajo y
no desaparecen por la noche, alterando el sueño y disminuyendo la
capacidad de trabajo. Esta etapa persiste durante meses.
– En la tercera etapa, los síntomas persisten durante el descanso. Se
hace difícil realizar tareas, incluso las más triviales.
Existen diversos métodos de valoración de las posturas en un puesto de
trabajo: método Owas, Corlett, SWAT, VIRA, ARBAN, Keyserling, etc... El
método Owas es un método basado en la identificación de posturas de
trabajo inadecuadas, y las estandariza en función de las posturas de tronco,
de los brazos y de las piernas. El método también considera el nivel de carga
o esfuerzo muscular. Los niveles que establece son los siguientes:
a. Espalda
– Recta.
– Inclinada.
– Girada.
b. Brazos
– Ambos brazos por debajo del nivel del hombro.
– Un brazo por encima del/a nivel del hombro.
– Ambos brazos por encima del/a nivel del hombro.
c. Piernas
– Sentado.
– De pie con las dos piernas rectas.
– De pie, el peso en una pierna recta.
– De pie con las rodillas flexionadas.
– De pie con el peso en una pierna y la rodilla flexionada.
– Arrodillado en una/dos rodillas.
– Caminando.
161
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Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
d. Fuerza o carga
– Fuerza menor o igual a 10 kg.
– Fuerza entre 10 y 20 kg.
– Fuerza mayor de 20 kg.
Según el método, tal y como recoge el Protocolo de Vigilancia Sanitaria
Específica sobre posturas forzadas, son grupos ocupacionales de riesgo y por
lo tanto, objeto de vigilancia sanitaria en función de la zona del cuerpo los
siguientes:
Columna cervical
– Usuarios de Pantallas de Visualización de Datos (PVD).
– Maniobras forzadas (mecánicos, mantenimiento, instalaciones y
montajes).
– Archivos y almacenes.
– Manejo de cargas en el hombro (carga y descarga).
– Pintores.
Columna dorsal y lumbar
– Personal manipulador de pesos.
– Trabajadores de la construcción y servicios.
– Peonaje.
– Albañilería.
– Fontanería y calefacción.
– Encofradores y estructuristas.
– Conductores de vehículos.
– Agricultores y ganaderos.
– Trabajadores de la marina pesquera.
– Celadores.
– ATS/DUE.
– Auxiliares sanitarios.
– Pintores.
Hombro y cintura escapular
–
–
–
–
–
–
–
–
162
Usuarios de Pantallas de Visualización de Datos (PVD).
Pintores.
Servicio de limpieza.
Conductores de vehículos.
Trabajadores de la construcción y servicios.
Peonaje.
Personal que realiza movimientos repetidos.
Personal manipulador de pesos.
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
–
–
–
Fontanería y calefacción.
–
–
Archivos y almacenes.
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
Mecánicos.
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
Mecánicos.
Carpinteros.
Mecánicos. Trabajadores que utilizan las manos por encima de la
altura del hombro.
Trabajadores de la industria textil y confección.
Brazo y codo
Fontanería y calefacción.
Personal que realiza movimientos repetidos.
Carpinteros y ebanistas.
Chapistas.
Trabajadores de la construcción y servicios.
Peonaje.
Servicio de limpieza.
Personal manipulador de pesos.
Archivos y almacenes.
Conductores de vehículos.
Usuarios de Pantallas de Visualización de Datos (PVD).
Deportistas profesionales.
Montadores de piecerío.
Industria conservera.
Antebrazo y muñeca
Fontanería y calefacción.
Personal que realiza movimientos repetidos.
Carpinteros y ebanistas.
Chapistas.
Peonaje.
Servicio de limpieza.
Usuarios de Pantallas de Visualización de Datos (PVD).
Personal manipulador de pesos.
Montadores de piecerío.
Industria conservera.
Pintores.
Cadenas de montaje.
163
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Mano y dedos
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
Personal que realiza movimientos repetidos con las manos.
–
–
–
–
–
–
–
–
–
Personal manipulador de pesos.
–
–
–
–
–
–
Conductores de vehículos y maquinaria móvil.
Chapistas.
Mecánicos.
Pintores.
Fontanería y calefacción.
Trabajadores de la construcción y servicios.
Peonaje.
Servicio de limpieza.
Personal manipulador de pesos en cadena.
Archivos y almacenes.
Conductores de vehículos.
Usuarios de Pantallas de Visualización de Datos (PVD).
Personal manipulador de pesos.
Deportistas profesionales.
Montadores de piecerío.
Industria conservera.
Personal de hostelería.
Cocina.
Cadera y muslo
Conductores de vehículos.
Policías.
Vigilantes.
Personal militar.
Personal sanitario.
Facultativos y ayudantes técnicos.
Personal auxiliar (clínico, celadores, administrativos).
Comercio.
Rodilla
164
Montadores.
Estructuristas.
Pintores.
Chapistas.
Mecánicos.
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
–
–
–
–
–
–
–
–
–
–
Electricistas.
Personal militar.
Policía.
Vigilantes.
Agricultores y ganaderos.
Personal de mantenimiento.
Trabajadores de la construcción.
Deportistas profesionales.
Descargadores.
Personal que desplaza cargas a distancia.
Pierna, tobillo y pie
– Conductores de vehículos y maquinaria móvil.
– Montadores.
– Estructuristas.
– Personal militar.
– Policía.
– Vigilantes.
– Agricultores y ganaderos.
– Trabajo en terreno irregular.
– Carteros.
– Repartidores de mercancías.
– Personal de mantenimiento.
– Trabajadores de la construcción.
– Deportistas profesionales.
– Personal de hostelería.
– En general personas que permanecen muchas horas de pie o
caminando.
– Descargadores.
– Personal que desplaza cargas a distancia.
Movimientos repetitivos
Se entiende por movimientos repetitivos a un “grupo de movimientos
continuos, mantenidos durante un trabajo que implica al mismo conjunto
osteomuscular, provocando en el mismo, fatiga muscular, sobrecarga, dolor y
por último lesión”.
Otras definiciones entienden que un trabajo es repetitivo cuando el ciclo
de trabajo dura menos de dos minutos o cuando los mismos movimientos
165
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elementales representan más de un 50% de la duración del ciclo. Por otra
parte, se clasifica como “altamente repetitivo” cuando el ciclo es inferior a 30
seg. (Silverstein et ali, 1986).
El trabajo repetido de miembro superior se define como la realización
continuada de ciclos de trabajo similares; cada ciclo de trabajo se parece al
siguiente en la secuencia temporal, en el patrón de fuerzas y en las
características espaciales del movimiento.
Las tareas de trabajo con movimientos repetidos son comunes en
trabajos en cadenas y talleres de reparación así como en casi todas las
industrias, y centros de trabajo modernos pudiendo dar lugar a lesiones
músculo-esqueléticas. Según el Protocolo de Vigilancia Sanitaria Específica
sobre movimientos repetitivos de miembro superior, son grupos
ocupacionales de riesgo y por lo tanto, objeto de vigilancia sanitaria las
profesiones de delineante, dibujante, mecanógrafo/a, tejedor/a, pintor/a,
músico, carnicero/a y pescadero/a, curtidor/a, deportista, peluquero/a,
escayolista, cajero/a de supermercado, trabajador/a de la industria textil y
confección, entre otros.
Los movimientos repetitivos son uno de los principales factores
desencadenantes de lesiones de extremidades superiores derivadas de
microtraumatismos repetitivos, junto con el mantenimiento de posturas
forzadas de muñeca y hombros, aplicación de fuerza excesiva, ciclos de
trabajo cortos y tiempos de descanso insuficientes. Las lesiones asociadas a
los trabajos repetidos se dan comúnmente en los tendones, los músculos y
los nervios del hombro, antebrazo, muñeca y mano, dando lugar a
diagnósticos muy diversos: tendinitis, peritendinitis, tenosinovitis, mialgias y
atrapamientos de nervios distales.
En cuanto a los mecanismos de aparición de estos trastornos asociados
a los movimientos repetitivos, hemos de considerar tantos aspectos
relacionados con la carga de trabajo, estática y dinámica, como factores
psíquicos y orgánicos de la persona que realiza el trabajo y factores del
entorno físico de trabajo. Todos ellos se suman en la formación de la fatiga
muscular que, al hacerse crónica, favorece la aparición de pequeñas lesiones
y dolor.
Los factores que intervienen en la aparición de lesiones músculoesqueléticas son:
Efecto biomecánico:
– Movimientos de pronosupinación en antebrazo y/o muñeca,
especialmente si son realizados contra resistencia.
– Repetidas extensiones y flexiones de muñeca.
– Desviaciones radiales o cubitales repetidas.
– Existencia de movimientos repetidos contra resistencia.
Factores predisponentes:
– Mujeres en época menstrual y embarazo.
– Anomalías anatómicas: semilunar más grande, etc.
166
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
– Anomalías en la calidad del líquido sinovial.
Factores desencadenantes:
Organizacionales: poca autonomía, supervisión, carga de trabajo,
manipulación de cargas, ciclo de la tarea, etc.
En las lesiones asociadas a los trabajos repetidos además de la
repetitividad, existe un conjunto de factores que interactúan con la
repetitividad y con la duración de los ciclos de trabajo, aumentando el riesgo
de lesión y de fatiga. Por ejemplo, la fuerza y la repetitividad interactúan de tal
manera, que las fuerzas elevadas y la repetitividad alta aumentan el riesgo de
manera multiplicativa. Tanto los datos epidemiológicos como los
experimentales indican que las posturas extremas aumentan el riesgo de
lesiones. Igualmente las velocidades altas de los movimientos y la duración de
la exposición, en minutos por día, y en el número de años, influye en el riesgo
de lesiones en los trabajos repetidos.
–
La carga física de trabajo en Andalucía
Posturas de trabajo
La postura más frecuente de los/as trabajadores/as andaluces/as es
trabajar “de pie andando frecuentemente” (38,75%), seguida de los/as que
trabajan “sentados/as, levantándose con frecuencia” (18,33%). Estos
porcentajes son válidos para ambos sexos.
No obstante, existe un importante grupo de personas que realizan su
trabajo permaneciendo en una misma postura gran parte de la jornada
laboral. Nos estamos refiriendo a los/as que se ven sometidos a un esfuerzo
estático, bien por trabajar de pie sin andar apenas (15,78%), bien por
permanecer prácticamente toda la jornada sentados/as (9,88%). En los
trabajos que se realizan sentados/as sin levantarse nunca, el porcentaje de
mujeres es mayor que el de hombres (un 13,99% frente al 8,01%).
Además, como podemos observar en la tabla, existen otros grupos de
trabajadores/as que, aunque con menor frecuencia, se ven obligados/as a
adoptar posturas más o menos forzadas en su trabajo (arrodillado, en
cuclillas…), siendo más frecuente la presencia de trabajadores varones en
estos grupos (12,19% de hombres frente al 4,20% de mujeres).
167
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Tabla 50
Postura habitual de trabajo. Andalucía
% Total
Varones
De pie sin andar apenas
15,78
17,07
37,98
De pie andando frecuentemente
38,75
6,27
De pie con las rodillas ligeramente
5,80
flexionadas
Sentado/a, sin levantarse casi nunca
9,88
8,01
16,38
Sentado/a, levantándose con
18,33
frecuencia
Arrodillado/a
4,64
5,92
6,27
En cuclillas
5,10
1,74
Otra. Especificar:
1,16
0,35
NC
0,46
Mujeres
13,29
40,56
4,90
13,99
22,38
2,10
2,10
0,00
0,70
FUENTE: Elaboración Propia
Postura habitual de trabajo. Andalucía
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
% Total
Varones
De pie sin andar apenas
De pie con las rodillas ligeramente flexionadas
Sentado/a, levantándose con frecuencia
En cuclillas
NC
Mujeres
De pie andando frecuentemente
Sentado/a, sin levantarse casi nunca
Arrodillado/a
Otra. Especificar:
Si tenemos en cuenta los distintos sectores de actividad seleccionados,
hemos de hacer las siguientes matizaciones:
–
168
En la agricultura, los/as trabajadores/as realizan normalmente un
trabajo de tipo dinámico; de hecho, el 47,54% de los/as
encuestados/as pertenecientes al sector declaran que su trabajo se
realiza “de pie andando frecuentemente”, aunque le sigue el
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
porcentaje de los que trabajan “de pie sin andar apenas”. Es
destacable que el porcentaje de mujeres que manifiestan trabajar “de
pie con las rodillas ligeramente flexionadas” sea casi el doble que de
varones (17,24% de mujeres frente al 9,68% de varones)
–
En la industria, son mayoría los/as que trabajan de pie,
fundamentalmente “andando frecuentemente” con un 43,94%, y los
que trabajan de pie sin andar apenas, un 22,73% (fundamentalmente
varones). Le siguen los/as que trabajan sentados/as, levantándose
con frecuencia, que suponen el 15,15% del total de trabajadores/as
de la industria.
–
En la construcción, la postura de trabajo más frecuente sigue siendo
la de “de pie, andando frecuentemente”, con un 36,47% de respuesta,
seguida de la “de pie sin andar apenas”, con un 16,47%. En este
sector, el porcentaje de los/as que trabajan sentados/as disminuye
notablemente, y aumentan los correspondientes a las posturas
forzadas (“arrodillado/a” con un 12,94%, y “en cuclillas” con un
10,59%).
–
En el comercio y la hostelería, el 79,76% de los/as trabajadores/as
realizan su trabajo de pie, suponiendo la variante más favorable
(“andando frecuentemente”) el 59,52%, y la menos favorable (“sin
andar apenas”) el 20,24%. En este último caso, son más frecuentes
las mujeres que los varones (25,0% frente al 15,91%). Son frecuentes
también los/as que trabajan sentados/as, levantándose con
frecuencia (16,67%). Entre los/as que trabajan sentados/as sin
levantarse nunca, destacan mayoritariamente las mujeres.
–
Los/as trabajadores/as del sector de oficinas y servicios privados y
los/as pertenecientes a los centros de trabajo de la administración,
realizan su trabajo normalmente sentados/as. En ambos sectores,
destacan los/as que trabajan sentados/as, levantándose
frecuentemente (38,0% y 33,3%), seguidos de los/as que lo hacen
sentados, sin levantarse nunca (28,0% y 23,81%). Si tenemos en
cuenta el sexo, se puede apreciar que, en el sector de oficinas, entre
los/as que trabajan sentados/as levantándose frecuentemente, es
mayor el grupo de varones que el de mujeres. En cambio, en la
situación más desfavorable, los/as que están sentados/as sin
levantarse nunca, el porcentaje de mujeres supera en casi 6 puntos al
de los varones (30,77% de mujeres, frente al 25,0% de varones). En el
caso de la administración pública, se puede observar una posición
más desfavorable en el caso de los varones, puesto que los
porcentajes de los que trabajan de pie, sin moverse apenas y los que
trabajan sentados, sin levantarse nunca, supera al de las mujeres en
esta situación.
169
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Otros factores determinantes de carga física: posturas forzadas, manipulación
de cargas y movimientos repetitivos
En los que respecta a otros factores determinantes de carga física de
trabajo, como la adopción o mantenimiento de posturas forzadas o
mantenidas, el levantamiento y manipulación de cargas, o los movimientos
repetitivos de miembro superior, destacan por una mayor incidencia en la
población trabajadora andaluza, el realizar movimientos repetitivos de manos
o brazos (37,4%) y mantener una misma postura de trabajo durante más de la
mitad de la jornada (31,2%).
Tabla 51
Factores determinantes de carga física
Su trabajo le obliga a:
Permanecer en posturas
dolorosas o fatigantes
Mantener una misma
postura
Levantar o desplazar
cargas pesadas
Realizar una fuerza
importante
Realizar movimientos de
manos o brazos muy
repetitivos
FUENTE: Elaboración propia
Más de la
½ jornada
Entre la ½ y la
¼ parte de la
jornada
Menos de la
¼ parte de
la jornada
Nunca
18,0
9,7
18,3
35,8
18,3
31,2
19,4
12,1
16,7
20,7
10,5
9,9
22
37,6
19,9
8,1
10,5
18,0
42,5
21,0
37,4
12,9
11,6
21,5
16,7
NC
Si tenemos en cuenta la variable de sexo en los distintos aspectos
determinantes de carga física, vemos como:
– Las tareas que obligan a permanecer en posturas dolorosas o
fatigantes más de la ½ de la jornada son más frecuentes en los
varones que en las mujeres.
– En las tareas que obligan al mantenimiento de una misma postura de
trabajo no se aprecian diferencias significativas entre ambos sexos.
– Entre los/as que afirman que nunca tienen que levantar o desplazar
cargas pesadas, o realizar fuerzas importantes, destacan las mujeres
con 12,4 y 12,1 puntos porcentuales con respecto a sus compañeros
varones.
– En cuanto a la realización de movimientos repetitivos de manos o
brazos, aunque el porcentaje de varones es mayor que el de mujeres,
las diferencias porcentuales son menores.
Teniendo en cuenta los diferentes sectores de actividad considerados,
destacan en la agricultura, realizar movimientos repetitivos de miembro
superior (52,9%), permanecer en posturas dolorosas o fatigantes más de la
170
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
mitad de la jornada (29,4%), mantener una postura estática de trabajo
(23,5%), y levantar cargas pesadas (23,5%).
En la industria, de nuevo son los movimientos repetitivos de miembro
superior el requerimiento físico más destacable (43,8%). Le sigue el mantener
una misma postura (28,1%).
Entre los/as trabajadores/as del sector de la construcción, un 29,1%
manifiesta que pasan más de la mitad de la jornada de trabajo adoptando
posturas dolorosas o fatigantes, y realizan movimientos repetitivos de
miembro superior un 25,5%.
El personal de comercio y hostelería pasa la mayor parte de la jornada
realizando movimientos repetitivos de miembro superior (41,5%) y
manteniendo una misma postura (29,3%). En otros sectores de servicios,
como en oficinas y servicios privados y en la administración pública, el
aspecto que más carga física genera es el mantenimiento de una misma
postura de trabajo (40,4% y 42,5%, respectivamente)
La V ENCT ofrece sobre los distintos factores determinantes de carga
física los siguientes resultados: teniendo en cuenta un tiempo de exposición
superior a la mitad de la jornada, el factor más frecuente en el conjunto de los
encuestados es la realización de movimientos repetitivos de manos o brazos
(34,1%). Esta frecuencia fue bastante similar en los tres sectores estudiados:
38,2% en Construcción, 37,6% en Industria y 32,2% en Servicios. También el
mantener una misma postura de trabajo más de la mitad de la jornada fue un
factor señalado por un porcentaje importante de los encuestados (29,7%). La
frecuencia mayor se da en Servicios (32,5%) e Industria (28,1%).
Principales factores de carga física por sector de actividad.
V ENCT
37,6
40
35
28,1
38,2
32,2
32,5
34,1
29,7
30
25
20
15,3
15
10
5
0
Mantener una misma postura
Industria
Servicios
Movimientos repetitivos de manos
o brazos
Construcción
Total
171
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Por ramas de actividad, los movimientos repetitivos de manos o brazos se
dan con una mayor frecuencia en otras industrias manufactureras (41,6%);
mientras que el mantener una misma postura de trabajo afectaba a un mayor
porcentaje de encuestados de administración/banca (37,1%) y otros servicios
(36,9%).
Principales factores de carga física por ramas de actividad
V ENCT
45
41,6
37,8
40
35
30
28,5
23,7
38,2
33,1
30,3
27,3
24,1
25
20
15,3
15
10
5
0
Química
Metal
Otras Ind. Manufact
Posturas mantenidas
Otras industrias
Construcción
Movimientos repetitivos
Molestias músculo-esqueléticas
Como ya hemos visto, existe riesgo de padecer molestias o trastornos
músculo-esqueléticos cuando las exigencias o requerimientos físicos del
trabajo superan la capacidad de esfuerzo y descanso del/a trabajador/a, o
bien, cuando las condiciones físicas u organizativas del puesto de trabajo
(cantidad, repetitividad, sobreexposición…) favorecen la aparición de la
lesión.
La gran mayoría de la población trabajadora en Andalucía se ve o se ha
visto afectada por algún tipo de molestia de carácter músculo-esquelético.
Sólo un 3,17% de los/as encuestados/as manifiesta no haber tenido ningún
tipo de trastorno achacable a las exigencias físicas de las tareas.
Con carácter general, las molestias que manifiestan los/as
trabajadores/as andaluces/as se localizan fundamentalmente en la zona baja
de la espalda (lumbar), en la nuca o cuello, en las piernas, y en la parte alta de
la espalda.
172
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Tabla 52
Principales zonas del cuerpo afectadas por molestias músculo-esqueléticas
Andalucía (Porcentajes)
Total
1
2
3
4
5
6
Nuca/Cuello
19,3
16,79
12,96
13,53
18,84
32,41
23,93
Hombro/s
6,12
6,57
4,32
4,51
7,73
8,33
5,52
Brazo/s - Antebrazo/s
7,76
17,52
8,02
6,02
8,21
2,78
3,68
Codo/s
0,98
0,00
3,70
1,50
0,00
0,93
0,00
Mano/s, Muñeca/s
5,25
10,22
7,41
4,51
2,90
1,85
4,29
Alto de la espalda
9,62
5,11
8,64
10,53
7,73
12,96
14,11
Bajo de la espalda
19,45
10,95
20,37
23,31
17,87
24,07
22,09
Nalgas/Caderas
1,31
2,19
3,70
1,50
0,48
0,00
0,00
Muslos
0,87
2,19
1,23
2,26
0,00
0,00
0,00
Rodillas
6,89
10,22
6,79
15,04
2,90
0,93
6,13
Piernas
11,48
11,68
11,11
9,02
17,87
9,26
9,82
Pies/Tobillos
7,10
3,65
7,41
6,02
13,04
4,63
0,61
Otras. Especificar:
0,77
0,00
0,62
1,50
0,48
0,00
1,84
Ninguna
3,17
2,19
3,70
0,75
1,93
1,85
7,98
NC
0,11
0,73
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1: Agricultura; 2: Industria; 3: Construcción; 4: Comercio y Hostelería; 5: Oficinas y S. Privados;
6: Admón. Pública
FUENTE: Elaboración propia
Por sectores de actividad, en la agricultura, los/as trabajadores/as
perciben molestias fundamentalmente en los brazos y antebrazos, el
cuello/nuca, y la zona baja de la espalda.
En la industria, las molestias más frecuentes se localizan en la zona baja
de la espalda (20,37%). También refieren los/as encuestados/as molestias en
el cuello o la nuca, y en las piernas.
En la construcción, de nuevo la zona lumbar es donde se localizan gran
parte de las molestias que refieren los/as trabajadores/as. Un 15,04% refiere
además molestias en las rodillas, y un 13,53% en el cuello y la nuca.
En el comercio y la hostelería, destacan las molestias de cuello y nuca,
seguidas de los/as que declaran molestias localizadas en la zona lumbar y en
las piernas con el mismo porcentaje de respuesta (17,87%).
Los/as trabajadores/as del sector de oficinas y los/as pertenecientes a la
administración manifiestan molestias en el cuello, y en la espalda, tanto en la
zona lumbar como en la parte más alta.
173
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Molestias musculo-esqueléticas por sectores de actividad.
Andalucía
35
30
25
20
15
10
5
0
Total
Industria
Comercio y
Hostelería
Admón
Publica
Nuca/Cuello
Hombro/s
Brazo/s - Antebrazo/s
Codo/s
Mano/s, Muñeca/s
Alto de la espalda
Bajo de la espalda
Nalgas/Caderas
Muslos
Rodillas
Piernas
Pies/Tobillos
Otras. Especificar:
Ninguna
NC
Si tenemos en cuenta el sexo, se aprecian algunas diferencias:
Tabla 53
Principales zonas del cuerpo afectadas por molestias músculo-esqueléticas
por sexo. Andalucía
Porcentajes
% Varones % Mujeres
Nuca/Cuello
16,78
23,38
6,77
Hombro/s
5,76
8,00
Brazo/s - Antebrazo/s
7,63
0,31
Codo/s
1,36
4,62
Mano/s, Muñeca/s
5,59
12,00
Alto de la espalda
8,31
19,69
Bajo de la espalda
19,32
1,54
Nalgas/Caderas
1,19
0,00
Muslos
1,36
3,08
Rodillas
8,98
12,31
Piernas
11,02
5,54
Pies/tobillos
7,97
0,62
Otras
0,85
2,15
Ninguna
3,73
0,00
Nc
0,17
FUENTE: Elaboración propia
174
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Es menor el porcentaje de mujeres que no refieren ninguna molestia
músculo-esquelética que el de hombres (2,15 frente al 3,73%).
– Las mujeres refieren más molestias en la nuca y el cuello que los
varones.
– Las molestias en la espalda son más frecuentes entre mujeres.
– Los varones manifiestan más molestias localizadas en los hombros,
rodillas y pies.
En España, el porcentaje de los/as que manifiestan alguna molestia
músculo-esquelética es menor que en Andalucía. Aún así, tres de cada cuatro
trabajadores/as manifiesta sentir alguna molestia relacionada con las posturas
y esfuerzos derivados de su trabajo.
En cuanto a la localización de las molestias, la zona lumbar de la espalda,
el cuello y la zona dorsal de la espalda son las principales zonas que refieren
los/as trabajadores/as. Figuran, a continuación, las molestias en piernas,
pies/tobillos, hombros y rodillas, pero en porcentajes inferiores.
–
Localización de las molestias músculo-esqueléticas. V
ENCT
Ninguna
Otras
Tobillos
Piernas
Rodillas
Muslos
Caderas
Espalda
Muñecas
Codos
Brazos
Hombros
Cuello/Nuca
0
5
10
15
20
25
30
35
CARGA DE TRABAJO MENTAL
El desempeño de cualquier trabajo supone la aplicación de distintas
destrezas y capacidades y conlleva un esfuerzo físico y mental. Trabajos que
a priori pueden parecer cómodos y poco exigentes, resultan en muchos casos
agotadores para la persona que los realiza por la conjunción de una serie de
175
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
factores relativos tanto a la propia tarea, como al entorno organizativo de
trabajo o relacionados con la propia persona.
El desarrollo tecnológico de los últimos años y la creciente terciarización
del mundo laboral han influido decisivamente en la evolución de la carga de
trabajo, aumentándose cada vez más los requerimientos mentales.
Progresivamente, el trabajo va requiriendo menos contacto directo con los
materiales y con la transformación de los mismos, quedando esta labor a
cargo de máquinas, equipos robotizados, etc., asumiendo la persona la
responsabilidad que conlleva el control del correcto funcionamiento de los
mismos. Ello supone tener que estar atento a una serie de señales, saber su
significado y accionar los mandos correspondientes para conseguir la
operación deseada.
El trabajo se basa en el siguiente proceso:
– Percepción de la información. En todo trabajo se reciben una serie de
señales que pueden ser muy diversas (órdenes de trabajo,
documentos, indicadores, etc.) y que se perciben principalmente a
través de los sentidos.
– Integración de la información. La información es transmitida al cerebro
donde es interpretada y desde donde se transmite al organismo la
necesidad de reaccionar de una manera determinada.
– Toma de decisiones. La persona, para poder ejecutar la acción
requerida, elegirá la más adecuada entre las distintas posibilidades
para obtener el resultado esperado. Al ejecutarse la acción, el ciclo se
cierra y vuelve a empezar.
Según este proceso, se puede definir la carga mental como la cantidad
de esfuerzo mental deliberado que se debe realizar para conseguir un
resultado concreto; este proceso exige un estado de atención (capacidad de
“estar alerta”) y de concentración (capacidad de permanecer pendiente de
una actividad o un conjunto de ellas durante un período de tiempo).
En el estudio de la carga mental deben considerarse los siguientes
factores:
– Cantidad y complejidad de la información que debe tratarse. Está
determinada, en gran parte, por el tipo de tarea que se realiza, ya que
ésta condiciona la cantidad de señales a las que se debe atender, las
inferencias que deben realizarse a partir de los datos, el nivel de
precisión de la respuesta y el margen de error posible.
Se deberá tener en cuenta, así mismo, la introducción de nuevas
tecnologías: informatización, automatización, etc. ya que, por regla
general, suponen un aumento del tratamiento de la información y de
los simbolismos que se han de interpretar.
– Tiempo. El factor tiempo es de capital importancia en el proceso de
carga mental, ya que incide en ella desde un doble punto de vista: la
cantidad de tiempo de que se dispone para elaborar la respuesta y la
cantidad de tiempo durante el cual debe mantenerse la atención.
176
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
En el primer caso, el concepto tiempo está relacionado con el ritmo
de trabajo: si se ha de trabajar deprisa (seguir el ritmo de una
máquina, responder a la afluencia de público, conseguir topes de
producción, etc.), el esfuerzo que debe realizarse para dar la
respuesta adecuada es mayor que si ésta puede ser pensada con
detenimiento.
En el segundo caso, el tiempo está relacionado con la posibilidad de
hacer pausas o de alternar con otro tipo de tareas, cuando el trabajo
exige el mantenimiento de una atención elevada, con el fin de facilitar
la recuperación de la fatiga.
– Aspectos individuales. La capacidad de respuesta de las personas es
muy variable, dependiendo de una serie de características
individuales, entre las que cabe destacar: la edad, la personalidad, la
actitud hacia la tarea, el nivel de aprendizaje y el estado de fatiga. En
el estudio de la carga mental, los factores individuales a los que debe
prestarse mayor atención son la experiencia y la formación en la tarea
que se realiza, así como el estado de fatiga, ya que influyen
decisivamente en el tiempo requerido para la interpretación y para la
toma de decisiones y son factores sobre los que la organización
puede actuar.
La carga de trabajo mental es un concepto que se utiliza para
referirse al conjunto de tensiones inducidas en una persona por las
exigencias del trabajo mental que realiza (procesamiento de la
información del entorno a partir de los conocimientos previos,
búsqueda de soluciones, memorización y razonamiento, etc.). La
relación entre las exigencias del trabajo y los recursos mentales de los
que dispone la persona que lo desempeña para hacer frente a dichas
exigencias, expresa la carga mental de trabajo.
La carga de trabajo mental no solo se relaciona con aspectos puramente
cognitivos, como atención, memoria, rapidez en la toma de decisiones, etc.,
capacidades que se diferencian de una persona a otra y que pueden
fortalecerse o empobrecerse, sino que también implica aspectos afectivos,
tales como autocontrol emocional, capacidad de comunicación y trabajo en
grupo…
En general, en las situaciones de trabajo, son muy diversos los factores
que contribuyen a la carga de trabajo mental y que ejercen presiones sobre la
persona que lo desempeña. Estos factores deben identificarse para cada
puesto o situación de trabajo concreta y se pueden agrupar según procedan:
– De las exigencias de la tarea.
– De las circunstancias de trabajo (físicas, sociales y de organización).
– Del exterior de la organización.
Cuando uno o más de uno de estos factores resulta desfavorable, pueden
darse situaciones de sobrecarga mental de trabajo, especialmente si la
persona no dispone de los mecanismos y estrategias suficientes para
afrontarla. En este sentido, las capacidades individuales de la persona
177
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
trabajadora influyen positiva o negativamente en la tensión que provocan en
ella las distintas presiones. Aspectos como el nivel de motivación, la
autoconfianza, las actitudes y estilos de reacción, el nivel de cualificación y la
experiencia, o la propia edad y estado general de salud determinan la propia
capacidad del/la trabajador/a para la respuesta de las demandas del trabajo y
su afrontamiento del estrés.
La norma ISO 10075:1991 relaciona los siguientes grupos de fuentes de
presión mental:
Exigencias de la tarea
−
Atención sostenida.
−
Tratamiento de la información (teniendo en cuenta el número y la
calidad de las señales que se han de detectar, las inferencias que hay
que hacer a partir de informaciones incompletas, las decisiones entre
varios modos de acción posibles…).
−
Exceso de responsabilidad (por la salud y seguridad de otras
personas, pérdidas de producción…).
−
Duración y perfil temporal de la actividad (horarios de trabajo, pausas,
trabajo a turnos…).
−
Contenido de la tarea (control, planificación, ejecución, evaluación…).
−
Situaciones peligrosas (trabajo subterráneo, tráfico, manutención de
explosivos...).
Condiciones físicas del entorno
−
Inadecuada iluminación (luminancia, contraste, deslumbramientos…).
−
Malas condiciones climáticas (calor, humedad, circulación de aire…).
−
Exceso de ruido (nivel sonoro, registro sonoro…).
−
Clima atmosférico (lluvias, tormentas…).
− Olores (agradables, repulsivos…).
Factores sociales y de organización
−
Tipo de organización (estructura de control y de comunicación).
−
Clima/Ambiente de la organización (aceptación personal; relaciones
entre las personas…).
−
Factores de grupo (estructura de grupo, cohesión…).
−
Jerarquía de mando (vigilancia…).
−
Conflictos (en el seno de un grupo, entre grupos o entre personas).
− Contactos sociales (trabajo aislado, relaciones con clientes…).
Otros factores
178
−
Exigencias sociales (responsabilidad en relación con la salud y el
bienestar públicos).
−
Normas culturales (sobre las condiciones de trabajo, los valores, las
normas aceptables).
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
− Situación económica (mercado laboral).
En el cuestionario se han incluido para el estudio de la carga mental los
siguientes indicadores: las exigencias de la tarea en cuanto a mantenimiento
de un nivel elevado de atención, ritmo de trabajo y repetitividad; cantidad de
trabajo; sensación de monotonía; y consecuencias de los errores.
La carga mental de trabajo en Andalucía
Nivel de atención
En general, los/as andaluces/as manifiestan alto nivel de atención exigido
en las tareas que realizan. Así, lo manifiestan el 55,4% de los/as encuestados.
Sólo el 3,5% declara que el trabajo que realiza no precisa ningún nivel de
atención.
Tabla 54
Factores determinantes de carga mental. Andalucía
En la ejecución de su trabajo necesita:
Más de la ½
jornada
Mantener un
nivel de atención
55,4
alto o muy alto
FUENTE: Elaboración propia
Entre la ½ y la ¼
parte de la jornada
Menos de la ¼
parte de la
jornada
Nunc
a
NC
15,6
6,7
3,5
18,8
Según los sectores seleccionados, el mantener un nivel de atención alto o
muy alto es destacado fundamentalmente por los/as trabajadores de la
administración (64,4%) y oficinas y servicios privados (57,4%).
Aunque es menor el porcentaje de mujeres que refieren que nunca tienen
que mantener un nivel de atención alto o muy alto en su puesto de trabajo (un
46,2% frente al 53,8% de varones), también es inferior el de las que
manifiestan que su trabajo les exige un nivel alto o muy alto de atención
durante una parte importante de la jornada.
179
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Nivel de atención alto requerido en el trabajo. Andalucía
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Más de la 1/2 jornada
Entre la 1/2 y la 1/4
parte de la jornada
Menos de la 1/4 parte
de la jornada
Varones
Nunca
Nc
Mujeres
Ritmo de trabajo
El tiempo necesario para realizar una tarea determinada varía según los
individuos y también, para la misma persona, puede variar de un momento a
otro. Estas variaciones son más acusadas cuando se trata de tareas
complejas o largas y cuando el/la trabajador/a se encuentra en proceso de
aprendizaje.
Cuando se asigna de forma estricta y constante una duración de
ejecución a una tarea concreta, si se hace respondiendo únicamente a las
exigencias de la máquina o del proceso productivo (trabajo en cadena) y si se
asigna una duración muy justa, el riesgo de que el/la trabajador/a sufra una
fuerte sobrecarga de trabajo es muy alto, lo que repercute no solo en su
salud, sino en la calidad del trabajo realizado y en el riesgo de accidente.
Tabla 55
Factores determinantes de carga mental. Andalucía
En la ejecución de su trabajo necesita:
Más de la ½
jornada
Mantener un ritmo
35,5
de trabajo elevado
FUENTE: Elaboración propia
180
Entre la ½ y la
¼ parte de la
jornada
Menos de la ¼
parte de la
jornada
Nunca
NC
26,1
9,7
7,3
21,5
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
En Andalucía, el ritmo de trabajo elevado lo acusan los/as trabajadores/as
de oficinas y servicios privados (40,4%) y de construcción (40,0%) en mayores
frecuencias que los/as trabajadores/as de otros sectores.
Por sexos, los trabajadores varones se quejan con más frecuencia que las
mujeres acerca del ritmo de trabajo en el que se ven obligados a trabajar.
Ritmo de trabajo requerido en el trabajo. Andalucía
70
60
50
40
30
20
10
0
Más de la 1/2
jornada
Entre la 1/2 y la
1/4 parte de la
jornada
Menos de la 1/4
parte de la
jornada
Varones
Nunca
Nc
Mujeres
Repetitividad
Sobre la realización de tareas repetitivas y de muy corta duración se
quejan fundamentalmente los/as trabajadores/as del comercio y la hostelería
(31,7%) y de la industria (25,4%)
Tabla 56
Factores determinantes de carga mental. Andalucía
En la ejecución de su trabajo necesita:
Más de la ½
jornada
Realizar tareas muy
21,6
repetitivas y de muy
corta duración
FUENTE: Elaboración propia
Entre la ½ y la ¼
parte de la
jornada
Menos de la ¼
parte de la
jornada
Nunca
7,8
8,4
21,3
NC
41,0
Por sexos, vuelven a destacar los varones frente a las mujeres: de los/as
que manifiestan realizar tareas repetitivas durante más de la mitad de su
jornada de trabajo, un 63,8% son hombres y un 36,3% mujeres.
181
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Tareas repetitivas o de muy corta duración. Andalucía
70
60
50
40
30
20
10
0
Más de la 1/2
jornada
Entre la 1/2 y la 1/4 Menos de la 1/4
parte de la jornada parte de la jornada
Varones
Nunca
Nc
Mujeres
Entre los/as que señalan que realizan durante más de la mitad de la
jornada tareas repetitivas y de muy corta duración, un 22,9% de los/as
trabajadores/as, mayoritariamente de la agricultura y la industria, manifiesta
que éstas tareas tienen una duración de 10 minutos o más. Un 18,6% realizan
tareas repetitivas de duración menor de 5 minutos, fundamentalmente en los
sectores de oficinas y servicios privados y la construcción. Idéntico porcentaje
realiza tareas de duración inferior a un minuto, perteneciendo este grupo de
trabajadores al comercio y la hostelería y a la agricultura.
Por último destacar que el porcentaje mayoritario de personas que
realizan tareas de muy corta duración, y por lo tanto, muy repetitivas, (menos
de 30 segundos o menos de 5 segundos) pertenecen a la industria (15,4% y
un 11,5%, respectivamente) y desempeñan sus tareas en cadenas de
montaje.
Los resultados obtenidos en la V ENCT indican que, al igual que ocurría
en otras encuestas nacionales realizadas con anterioridad, en opinión de
los/as trabajadores/as encuestados/as, las exigencias mentales para la
realización de las tareas son elevadas. Se refleja en la necesidad de mantener
un nivel elevado de atención durante más de la mitad de la jornada laboral
(58,2%), a la vez que son altos los porcentajes que se refieren a la necesidad
de mantener un ritmo elevado de trabajo (35,1%) y de realizar tareas
repetitivas y de corta duración (32,2%).
182
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Exigencias de la tarea. V ENCT
60
50
58,2
40
30
20
10
0
35,1 32,2
31,9
31,2
21,4
14,2
9,5
Nunca
18,3 19,5
16,8
10,8
1/4 jornada
Nivel de atención alto/muy alto
1/4 y 1/2 jornada
Más de 1/2
jornada
Ritmo de trabajo elevado
Tareas repetitivas y de corta duración
La rama de actividad parece tener relación en cuanto a las exigencias de
realización de la tarea: las ramas de Servicios Sociales y
Administración/Banca tienen porcentajes superiores al total de la muestra en
lo que se refiere a nivel alto de atención (69,2% y 68,3%) y ritmo elevado
(46,2% y 44,9%) durante más de la mitad de la jornada laboral; los
porcentajes correspondientes a Química y Metal son del 64,4% y del 60,3% en
el caso de mantenimiento de un nivel de atención elevado. En cuanto a la
repetitividad, destacan Otras Industrias Manufactureras en las que un 39% de
los entrevistados manifiesta realizar tareas repetitivas y de corta duración
durante más de la mitad de la jornada laboral.
Cantidad de trabajo
El porcentaje más alto de trabajadores/as, un 46,0%, manifiesta que la
cantidad de trabajo a la que se ven sometidos/as es normal.
Un 29,8% manifiesta que la cantidad de trabajo ha sido muy variable,
especialmente los/as trabajadores de oficinas y del sector agrario.
Un 17,5% consideran que la cantidad de trabajo a la que están
expuestos/as es excesiva, y se sienten agobiados/as, fundamentalmente del
sector de comercio y hostelería (24,4%), seguidos con 5 puntos de diferencia
los/as trabajadores/as de la administración.
Sólo un 5,4% considera que tiene infracarga de trabajo, y que podrían
hacer más tareas de las que realmente llevan a cabo. Aunque este porcentaje
es muy bajo, destacan el sector de la agricultura (9,8%) y oficinas y servicios
privados (6,4%).
183
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Significación del trabajo
Los factores relacionados con la tarea están relacionados con el
significado y contenido que tiene para la persona que la lleva a cabo. Un
trabajo con contenido es aquél que permite hacer sentir a quien lo realiza que
es de utilidad para el proceso productivo y para la sociedad en general, y
sobre todo, que le ofrece la posibilidad de desarrollar sus aptitudes y
capacidades. En caso contrario, cuando la tarea es monótona y escasa de
contenido se producirá un desinterés e insatisfacción creciente en el/la
trabajador/a.
Aunque sólo una minoría de andaluces/as considera que el trabajo que
realizan es siempre monótono (5,1%) o frecuentemente monótono (7,3%),
existe un importante grupo de trabajadores/as que considera que a veces
realizan tareas monótonas (50,8%), y un 34,1% afirman que el trabajo que
desempeñan es enriquecedor y nada monótono.
Consultamos además a los/as trabajadores/as sobre las oportunidades
que les brinda su trabajo para poner en práctica sus conocimientos y
capacidades. Por los resultados obtenidos, se constata que la cualificación
del puesto de trabajo está en relación directa con la significación del trabajo.
Así, los puestos de trabajo para los que se requiere formación media o
universitaria permiten que los/as trabajadores/as que los ocupan apliquen sus
conocimientos o capacidades en mayor proporción que los puestos para los
que no se requiere un conocimiento especial, sino simplemente práctica.
Tabla 57
Significación del trabajo. Andalucía
Su trabajo le da oportunidad de aplicar sus conocimientos y capacidades:
Nivel de formación
requerido para el
puesto
Simplemente práctica
Formación profesional
Formación universitaria
Sí, mucho
Sí, bastante
Sí, regular
Sí, pero
poco
No, nada
Nc
V
M
V
M
V
M
V
M
V
M
V
M
18,8
33,3
35,6
19,0
31,1
55,0
16,1
40,3
37,8
25,9
24,4
35,0
19,6
12,5
17,8
17,2
22,2
10,0
16,1
12,5
4,4
15,5
11,1
0,0
11,6
0,0
2,2
19,0
6,7
0,0
17,9
1,4
2,2
3,4
4,4
0,0
FUENTE: Elaboración propia
Consecuencias de los errores.
Existen determinados puestos de trabajo que exigen una responsabilidad
extra por parte de las personas que los desempeñan. El tener que tomar
decisiones sobre las tareas o sobre otras personas, especialmente cuando un
error puede acarrear consecuencias graves o fatales, puede ocasionar
sobrecarga mental al trabajador/a que vive sometido/a niveles de estrés muy
altos.
Nos interesaba conocer qué posibilidad de errores tienen los/as
trabajadores/as andaluces/as en sus puestos de trabajo. Un 44,9% manifiesta
que un error cometido puede ocasionar un problema leve para la empresa, sin
184
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
mayores consecuencias. Por su parte, un 31,5% opina que cometer un error
en su puesto apenas acarrearía consecuencias.
Finalmente, un 12,9% considera que el error podría ocasionar problemas
o consecuencias graves. De este 12,9%, un 19,1% pertenecen a oficinas, un
16,4% a la construcción, 15,1% a la administración, 14,1% industria, y
finalmente, agricultura, con un 7,8% y comercio/hostelería, 7,3%.
Tabla 58
Carga mental. Consecuencias de los errores. Andalucía.
Consecuencias graves para la calidad del producto o servicio
Costes económicos importantes para la empresa
Consecuencias peligrosas para mi seguridad o la de otras personas
Puede acarrearme sanciones económicas
Corro el riesgo de perder mi empleo
No contesta
FUENTE: Elaboración propia
25,10
23,51
15,54
5,58
5,58
24,70
En cuanto al tipo de consecuencias que se podrían producir, como vemos
en la tabla, un 24,70% de los/as trabajadores/as no se pronuncia sobre esta
cuestión. Un 25,10%, mayoritariamente del sector de la industria, declara que
un error dañaría la calidad del producto o servicio, un 23,51% considera que
un error en su trabajo podría suponer costes económicos importantes para la
empresa, perteneciendo este porcentaje en su mayoría a la industria y al
comercio y hostelería. Un 15,54% manifiesta que un error podría poner en
peligro su propia seguridad o la de otras personas, destacando la agricultura,
construcción y administración pública.
Con un porcentaje idéntico de respuesta, 5,58 se sitúan los que
consideran que un error podría ocasionarle problemas de tipo individual
(pérdida de trabajo, sanción económica…), destacando los/as
trabajadores/as del sector de oficinas y servicios privados y los de la
construcción.
FACTORES PSICOSOCIALES Y ORGANIZATIVOS
Diversos autores han señalado la importancia creciente que los factores
psicosociales están cobrando como determinantes de la salud laboral de
los/as trabajadores/as. De hecho, el absentismo debido a enfermedades con
origen psicosocial (sobre todo en ciertas profesiones), el amplio uso de
prescripciones farmacológicas relacionadas con desórdenes mentales y el
peso creciente que estos desórdenes tienen en la incapacidad laboral ponen
de manifiesto el papel significativo de los riesgos psicosociales en la salud
laboral.
En España, la publicación de la LPRL y el desarrollo normativo posterior
(en especial el R.D. 39/1997 de 17 de Enero, por el que se aprueba el
185
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Reglamento de los Servicios de Prevención) supone un avance en el
reconocimiento de la importancia de los factores ergonómicos y psicosociales
como riesgos laborales y en la necesidad de organizar su prevención.
La importancia de los factores psicosociales queda también reconocida
en la consideración de la "Ergonomía y Psicosociología Aplicada" como área
de especialización para el desempeño de las funciones de nivel superior en la
prevención de riesgos laborales, lo que supone un claro avance respecto a la
situación anterior.
Los riesgos psicosociales afectan al conjunto de la población trabajadora;
de hecho, constituyen uno de los riesgos laborales más señalados por los
trabajadores y las trabajadoras. Sin embargo, la relación entre la organización
del trabajo, los factores psicosociales y la salud no parece tan evidente como
la existente entre otros factores de riesgo y sus efectos en la salud. Así, los
efectos de la organización del trabajo son más intangibles e inespecíficos, y
se manifiestan a través de diversos mecanismos emocionales (ansiedad,
depresión, apatía…), cognitivos (dificultad de percepción, para la
concentración o en la toma de decisiones…), conductuales (consumo de
tóxicos, agresividad…) y fisiológicos (reacciones neuroendocrinas).
En este apartado se describen los datos más significativos obtenidos con
relación a: las posibilidades de comunicación en el trabajo, las relaciones
interpersonales, el estatus del puesto, la autonomía, las posibilidades de
promoción, la participación, el tiempo de trabajo y la exposición a conductas
violentas.
Estabilidad laboral
Uno de los principales parámetros usados para medir la calidad del
empleo es la temporalidad laboral. Se trata de una de las principales
características del empleo en nuestro país y se muestra con especial
incidencia en el comportamiento de la contratación andaluza.
Esta política de contratación tiene su principal origen en la desconfianza
del empresariado a comprometer a largo plazo su política de personal. Pese a
las distintas reformas realizadas en los últimos años y que han flexibilizado
notablemente el despido en España, reduciendo el valor de las
indemnizaciones por despido improcedente, y pese a los incentivos a la
contratación estable que desde las Administraciones Central y Autonómica se
vienen realizando, la contratación indefinida sigue siendo ínfima en relación a
la gran cantidad de contratos temporales que se suceden.
En un buen número de ocasiones la actitud reacia de las empresas a
realizar contratos indefinidos se debe al temor a no poder mantener la
producción en un futuro más o menos próximo. En otras ocasiones, sin
embargo, sólo se persigue una aminoración de costos salariales, bien en lo
que respecta a posibles indemnizaciones o, en el caso de que así lo recoja la
negociación colectiva, los complementos en concepto de antigüedad.
186
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
En los casos más extremos, algunas empresas recurren a fórmulas de
contratación temporal fraudulentamente, utilizando sobre todo aquellas
modalidades que suponen reducción de la jornada, como los contratos
formativos o a tiempo parcial, para contratar a trabajadores/as que terminan
completando la jornada habitual, bien no atendiendo los compromisos de
formación, bien compensado mediante el pago de horas extras no declaradas
o, incluso, sin compensar ni siquiera el exceso de tiempo trabajado. Mediante
esta conducta manifiestamente inmoral, se consigue un ahorro sobre los
salarios y las cotizaciones sociales.
La temporalidad tiene efectos negativos tanto para la empresa como para
los/as trabajadores/as que son víctimas de ella.
Para la empresa supone prescindir de efectivos ya formados y que
conocen tanto la organización como las características del proceso
productivo, a cambio de empleados/as que necesitan tiempo para la
adaptación y aprendizaje. Pero sobre todo, se recurre en exceso a estos
mecanismos de regulación de los costes, despreciando otras medidas que
mejoren la productividad, muchas veces desde una perspectiva poco
conocedora de las posibilidades que ofrece una gestión adecuada de los
recursos humanos.
Los efectos conocidos sobre las personas son ya conocidos:
inestabilidad en el empleo, consecuencias negativas sobre su cualificación
laboral, problemas de adaptación social, etc. La inestabilidad, la temporalidad
y, en general, la precariedad laboral se relacionan con múltiples indicadores
de salud, y se ha puesto especialmente de manifiesto su relación con la
siniestralidad laboral. Sin embargo, esta dimensión va algo más allá de la
inseguridad contractual para incluir la inseguridad sobre otras condiciones de
trabajo: movilidad funcional y geográfica, cambios de la jornada y horario de
trabajo, salario y forma de pago y carrera profesional.
En Andalucía, según los resultados obtenidos en la investigación, se
observa un nivel moderado de estabilidad en el empleo. Tomando los datos
en su conjunto, la media de antigüedad de los/as andaluces/as en su puesto
de trabajo es de 6,5 años, lo que sobrepasa ampliamente el umbral
considerado generalmente como situación estable (más de tres años), y que
indica que con toda probabilidad la mayor parte de los contratos de trabajo
vigentes sean de carácter indefinido.
Los resultados sectoriales son distintos y arrojan algunas variaciones. Así,
los sectores que presentan mayor estabilidad en el empleo son, en primer
lugar, la administración pública, en el que los/as trabajadores/as presentan
una antigüedad media de 10,4 años, seguido de la industria, con 8,1 años, y
el sector de oficinas y servicios privados (5,9 años). A su vez, los sectores que
ofrecen menos estabilidad laboral son la construcción y la agricultura (3,4 y
3,8 años, respectivamente).
Si atendemos a la variable de género, podemos apreciar como la
inestabilidad laboral es más frecuente en las mujeres que en los varones. De
hecho, en todos los sectores excepto en el de la agricultura, las mujeres
187
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
andaluzas acumulan una antigüedad media en el empleo muy inferior a la de
sus homólogos varones, como podemos apreciar en la siguiente tabla:
Tabla 59
Antigüedad media en el puesto de trabajo por sectores y sexo. Andalucía
Unidades: Años
Varones
3,5
8,6
3,5
7,4
8,1
11,15
Agricultura
Industria
Construcción
Comercio y Hostelería
Oficinas y Servicios Privados
Administración Pública
Mujeres
4,1
4,5
0,9
4,1
4,0
9,4
FUENTE: Elaboración propia
No interesaba además indagar qué percepción tienen los/as trabajadores
en cuanto al nivel de estabilidad laboral. Por ello, les preguntamos sobre qué
probabilidad existía de que el plazo de un año pudieran perder su puesto de
trabajo o de que su contrato no fuera renovado.
Los resultados indican que en general, la población trabajadora en
Andalucía es optimista en este sentido. Tres de cada cuatro andaluces/as
piensan que existen pocas probabilidades de que puedan perder su puesto
de trabajo en un corto plazo de tiempo.
¿Qué probabilidad hay de que pueda perder su empleo o
su contrato no sea renovado?
9,9
9,1
39
8,1
15,9
18
Ninguna
188
Muy baja
Baja
Alta
Muy alta
Nc
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
No obstante, es preciso destacar que las mujeres se muestran más
inseguras que los varones sobre su permanencia en el puesto de trabajo.
Entre los/as que afirmaron que no existía ninguna posibilidad de perder su
puesto de trabajo, un 63,4% eran varones, y el 36,6% mujeres. De los que
consideraban esta probabilidad muy baja, un 73,1% son varones, y de los que
la califican baja, destacan de nuevo los varones, con un 64,4%.
Como comentamos anteriormente, el tiempo medio de permanencia de
los/as andaluces/as en el puesto de trabajo puede indicarnos que la mayoría
de los contratos laborales vigentes tienen un carácter indefinido. Los datos
obtenidos en la encuesta vienen a confirmar esta hipótesis: el 45,4% de los
contratos laborales son indefinidos, si bien hemos de hacer algunas
matizaciones:
– El 72,2% de los contratos indefinidos celebrados en Andalucía son de
varones, mientras que las mujeres suponen el 27,8%.
– Los contratos indefinidos de varones se dan principalmente en la
industria (36,9%), seguida de la administración (19,7%), el comercio y
la hostelería (16,4%), construcción (13,1%). En el otro extremo, sólo el
3,3% de los contratos indefinidos se dan en el sector de la agricultura.
– Los contratos indefinidos de mujeres se dan mayoritariamente en el
comercio y la hostelería (46,8%) y la administración (27,7%).
Entre los contratos de carácter temporal, destacan los de obra y servicio,
que suponen el 17,7% del total. También en esta modalidad de contratación
se aprecian importantes diferencias de género, puesto que del total de
contratos de obra y servicio, el 66,7% son de varones, frente al 33,3% de
mujeres. Por sectores y sexos, es destacable que en la construcción, el 54,5%
de los contratos celebrados a varones sean de obra y servicio, mientras que
en el caso de las mujeres, el sector que mayor porcentaje de contratos de
obra y servicio sea también en el comercio y la hostelería.
Los porcentajes de contratación obtenidos para varones y mujeres se
asemejan más en el caso de los contratos eventuales (51,5 y 48,5%). Es la
modalidad de contrato por la que optan mayoritariamente los/as
empresarios/as de la agricultura, tanto para varones (47,1%) como para
mujeres (37,5%).
Es necesario hacer notar que en los contratos de formación, el porcentaje
de mujeres es muy superior al de varones (81,3% frente al 18,8%), al igual que
los contratos celebrados a través de empresas de trabajo temporal, donde
vuelven a destacar las mujeres sobre sus compañeros varones.
Comunicación y relaciones
Este factor mide la calidad de las relaciones personales de los/as
trabajadores/as y es evaluado a través de tres conceptos: Se indaga hasta
qué punto es posible la comunicación con otros/as trabajadores/as. También
se hace referencia a la calidad de las relaciones que la persona trabajadora
189
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
tiene con los distintos colectivos con los que puede tener contacto y se
valoran las relaciones que se dan generalmente en el grupo de trabajo en
términos de cohesión, es decir, en el grado de participación de los miembros
de acuerdo con un patrón grupal basado en la cooperación y la solidaridad
con el resto.
Cuando un grupo de trabajo no permanece cohesionado es bastante
frecuente que se genere un clima de conflictividad social y aislamiento que
repercute directamente en el rendimiento de los/as trabajadores/as y en su
estado de salud.
Los/as trabajadores/as andaluces/as manifiestan, en general, un buen
clima laboral que permite la comunicación fluida entre compañeros/as.
Concretamente, un 47,45% declara que no existe ningún aspecto u obstáculo
que dificulte la comunicación en el trabajo. Sobre este particular, un 4,87% no
contesta.
Los que alegan que en su puesto de trabajo existen distintos aspectos
que impiden la comunicación suponen un 47,48% y achacan este problema
fundamentalmente al ritmo de trabajo y la atención que prestan a las tareas
realizadas, tal y como muestran las frecuencias de respuesta recogidas en la
siguiente tabla:
Tabla 60
Aspectos que impiden o dificultan la comunicación en el trabajo. Andalucía
Las normas de la empresa
El jefe
No poder desviar la atención del trabajo
Hay mucho ruido
El ritmo de trabajo
Hay mucha distancia entre nosotros
Los equipos de protección
Estar aislado
El idioma
Otros. Especificar:
Ninguno
NC
%
3,65
4,87
10,22
6,33
15,82
3,41
0,49
1,95
0,49
0,49
47,45
4,87
FUENTE: Elaboración propia
Tan importante como la comunicación fluida resulta el ambiente social de
trabajo. El mantenimiento de unas relaciones cordiales con otros/as
compañeros/as, superiores o subordinados/as favorece la productividad, el
trabajo en equipo, la resolución de problemas, y en general, el bienestar social
del/a trabajador/a.
En primer lugar, podemos afirmar que los/as andaluces/as mantienen
buenas relaciones con sus jefes/as; de hecho, un 53,8% de los/as
trabajadores/as así lo declara, destacando en esta afirmación el personal de
oficinas y servicios privados. Un 26,1% las califica como muy buenas, sobre
190
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
todo, los/as trabajadores/as de la industria, la administración y las oficinas.
Por el contrario, un 8,3% afirma que las relaciones con sus superiores son
regulares y un 1,3% malas.
Entre compañeros/as, los porcentajes son similares. Un 46,2% mantiene
buenas relaciones con el resto de sus compañeros/as, y un 40,9% las califica
como muy buenas.
En cuanto a la relación con trabajadores/as subordinados/as, es preciso
destacar que un 22,6% de los/as encuestados/as no tienen personas a cargo
en el trabajo y un 18,0% no se pronuncia a este respecto. Un 33,0% mantiene
buenas relaciones con sus subordinados/as, y un 20,4% las califica como muy
buenas.
Tiempo de trabajo: Jornada y turnos
El tiempo de trabajo es uno de los aspectos de las condiciones de trabajo
que tiene una repercusión más directa sobre la vida diaria, ya que su
distribución puede afectar no sólo a la calidad de vida en el trabajo sino a la
vida extralaboral. Por otra parte, para la empresa es un factor de rendimiento,
de costo de producción, de utilización óptima de la capacidad de la
instalación y, por consiguiente, de eficacia.
Las largas jornadas de trabajo, de hasta 16 horas, a las que hombres,
mujeres e incluso niños se hallaban sometidos en los comienzos de la
revolución industrial han ido reduciéndose hasta la jornada de 8 horas diarias
que actualmente existe, aunque en ocasiones, esta jornada se incrementa
sensiblemente de forma esporádica o incluso regular en muchas empresas.
Por término medio, los andaluces/as dedican 37,6 horas semanales al
trabajo; en el caso de los varones, la media de horas semanales trabajadas es
de 38,39, mientras que la de las mujeres es de 36,23.
Por sectores económicos, los/as trabajadores/as de la construcción son
los/as que más horas a la semana dedican al trabajo (43,5), seguidos de
los/as de la industria, (38,9), comercio y hostelería (38) oficinas y servicios
privados (36,1), administración (35,1) y agricultura (34,2).
En cuanto a la prolongación de la jornada laboral, mediante la realización
de horas extras, un 40,9% de los/as encuestados/as declara que no suelen
prolongar la jornada laboral, entre los/as que destacan el personal de la
administración (65,8%), y de la agricultura (47,1%).
A su vez, un 22,65% declara que suele prolongar la jornada laboral,
aunque reciben algún tipo de compensación a cambio (económica o en
tiempo libre). Esta afirmación la realizan mayoritariamente trabajadores/as de
la industria (32,8%) y la construcción (32,7%).
Los/as trabajadores/as del sector de comercio y hostelería son los/as que
más prolongan su jornada laboral sin recibir ningún tipo de compensación a
cambio (43,9%), seguidos de los/as que trabajan en oficinas y servicios
privados (42,6%).
191
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Prolongación de la jornada laboral. Andalucía
70
60
50
40
30
20
10
0
Sí, con
Sí, sin
compensación compensación
No
Nc
Agricultura
Industria
Construcción
Comercio y Hostelería
Oficinas y Servicios P
Admón Pública
Total
Consultados/as sobre las razones por las que prolongan su jornada
laboral, un 20,35% no contesta, fundamentalmente trabajadores/as de la
construcción, mientras que un 50,88% alegan como razón fundamental la
sobrecarga de trabajo, especialmente el personal de oficinas y de la industria,
un 11,50% por motivos personales, y solo un 9,29% por escasez temporal de
personal, especialmente entre los/as trabajadores/as de la administración
pública.
Pero no solo la duración del tiempo de trabajo es determinante; el tipo de
jornada (continuada o partida) tiene una influencia directa en la salud del
trabajador, o al menos, en su nivel de satisfacción laboral. Ambas tienen
partidarios y detractores; en la jornada continuada los tiempos de descanso
son menores y esta circunstancia puede afectar al rendimiento; la jornada
partida divide el tiempo de trabajo diario aumentando los tiempos de
descanso. La jornada continuada presenta como mayor ventaja la flexibilidad:
Los/as trabajadores/as pueden organizar mejor su tiempo libre y evitar
desplazamientos desde su domicilio al centro de trabajo, lo que resulta más
ventajoso si se reside en una población distinta. Como principal desventaja,
ocasiona mayor cansancio, sobre todo en tareas que requieren actividad
manual, manejo de de máquinas o levantamiento de cargas, al disminuir los
tiempos de descanso.
En cualquier caso, rara es la vez que la persona trabajadora tiene la
opción de escoger libremente el tipo de jornada, normalmente impuesta por el
tipo de actividad económica o las necesidades productivas de la empresa.
192
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Tabla 61
Tipo de jornada de trabajo
Jornada Partida (mañana y tarde)
Jornada Continua
Horario en equipos rotativos (turnos)
Otro. Especificar
NC
55,6
Fijo Mañana
Fijo Tarde
Fijo Noche
Mañana/ Tarde
Mañana/ Tarde/ Noche
Otro tipo. Especificar:
24,7
1,1
1,9
9,1
2,7
2,4
2,0
0,00
FUENTE: Elaboración propia
En un intento de definición de los distintos tipos de horario, se entiende
por tiempo “normal” de trabajo el que implica una jornada laboral de ocho
horas diarias, de forma continuada o partida, con una pausa para la comida.
Como podemos apreciar en la tabla, la jornada partida es, si no la más
apreciada, si la más frecuente en Andalucía. Un 55,6% de los/as andaluces/as
tienen jornada partida. Entre los/as que tienen jornada continua, destacan el
personal que trabaja fijo de mañana, y sólo un 1,1 y un 1,9% son fijos/as de
tarde o de noche.
En España, según los responsables de empresa la organización temporal
más extendida es la jornada partida (mañana y tarde), que afecta al 56,7% de
los/as trabajadores/as; a ésta le sigue la jornada continuada de mañana
(23,2%).
Por el contrario, el trabajo a turnos es aquel que se desarrolla por distintos
grupos sucesivos, cumpliendo cada uno de ellos una jornada laboral de
manera que se abarca un total de entre 16 y 24 horas diarias. Un 14,2% de
los/as trabajadores/as andaluces/as trabajan a turnos, mientras que en el
conjunto de España el porcentaje referido a trabajo a turnos rotativos que es
del 11%.
Este tipo de trabajo es frecuente en actividades industriales y en algunas
actividades de servicios (comercio y hostelería, sanidad…)
En el trabajo a turnos existen distintas formas de organización:
– Sistema discontinuo: el trabajo se interrumpe normalmente por la
noche y el fin de semana. Supone, pues, dos turnos, uno de mañana
y uno de tarde.
– Sistema semi-continuo: la interrupción es semanal. Supone tres
turnos, mañana, tarde y noche, con descanso los domingos.
– Sistema continuo: el trabajo se realiza de forma ininterrumpida. El
trabajo queda cubierto durante todo el día y durante todos los días de
la semana. Supone más de tres turnos.
193
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Si analizamos el trabajo a turnos, independientemente de si los turnos son
de mañana/tarde, mañana/tarde/noche, u otro tipo, observamos diferencias
importantes por rama de actividad. En España, las ramas industriales de
química y metal son las actividades en las que se encuentran los porcentajes
más altos de trabajadores/as a turnos, mientras que los porcentajes más
bajos se encuentran en construcción, administración y banca.
A su vez, en Andalucía el sistema de organización de trabajo a turnos
rotativos mañana/tarde afecta al 9,1% de los/as trabajadores/as. Por sectores,
destaca el comercio y la hostelería, la administración pública y la industria.
Los turnos rotativos mañana/tarde/noche son frecuentes en la
administración, las oficinas y servicios privados y el comercio y la hostelería.
Tabla 62
Turnicidad según rama de actividad. Andalucía
Agricultura
Industria
Construcción
Comercio y Hostelería
Oficinas y S. Privados
Administración Pública
Total
Rotativo
mañana/tarde
3,9
9,4
9,1
14,6
4,3
9,6
9,1
Rotativo
mañana/tarde/noche
1,6
1,8
2,4
4,3
5,5
2,7
Otros turnos
rotativos
1,6
6,1
4,3
1,4
2,4
FUENTE: Elaboración propia
El sistema de trabajo a turnos abarca el trabajo nocturno, es decir, el que
tiene lugar aproximadamente entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana.
Se considera trabajador/a nocturno/a al que invierte una tercera parte de su
jornada laboral o más en este tipo de horario.
El hecho de trabajar de noche tiene una serie de repercusiones sobre la
salud de los/as trabajadores/as, que deben considerarse para diseñar el
trabajo a turnos de manera que sea lo menos nocivo posible para la salud de
aquellas personas que se encuentran en dicha situación. Las principales
alteraciones de la salud de los/as trabajadores/as nocturnos son:
– Alteraciones físicas. El organismo humano sigue un ciclo de 24 horas,
que regula muchas funciones (actividad cerebral, respiración,
temperatura, etc.) Estos ritmos biológicos se llaman “ritmos
circadianos” y coinciden con los estados de vigilia y sueño, siendo la
mayoría de ellos más activos durante el día que durante la noche. Al
cambiar los ciclos sueño/vigilia, estos ritmos se desequilibran, pero
recuperan la normalidad cuando se vuelve a un horario normal.
– Alteraciones del sueño. Durante las horas que se duerme se suceden
distintas fases de sueño, unas permiten, principalmente, la
recuperación de la fatiga física (sueño profundo), mientras que otras,
que se dan ya en las últimas horas de sueño, y es cuando‘“se sueña”,
194
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
permiten la recuperación de la fatiga mental (sueño paradójico). Para
recuperarse de la fatiga diaria es necesario dormir, con variaciones
individuales, alrededor de siete horas. Esto hace posible que se den
las distintas fases del sueño de manera que la persona pueda
recuperarse tanto física como mentalmente. Si se duerme de día, no
se dan todas las fases del sueño y no se permite al organismo
descansar suficientemente, con lo que se va acumulando la fatiga
hasta que llega un momento que aparece la denominada fatiga
crónica, que produce alteraciones de tipo nervioso (dolor de cabeza,
irritabilidad, depresión, temblor de manos, etc.), enfermedades
digestivas (náuseas, falta de apetito, gastritis, etc.) y del aparato
circulatorio.
–
Alteraciones de la vida social. Las actividades de la vida cotidiana
están organizadas pensando en las personas que trabajan en los
llamados horarios normales. El trabajo a turnos, especialmente el
turno de noche y el de tarde, dificulta estas actividades e incluso la
relación diaria, debido a la falta de coincidencia con los demás. Todo
esto hace que aumenten los problemas familiares y que pueda
aparecer una sensación de vivir aislado y de que no se es necesario
para los demás, creando un sentimiento de inferioridad o culpabilidad
que dificulta la aceptación del horario nocturno.
–
Incidencia en la actividad profesional. La baja actividad del organismo
durante la noche y la posibilidad de que los/as trabajadores/as
nocturnos acumulen fatiga por un sueño deficiente hacen que se den
una serie de repercusiones negativas sobre la producción.
Generalmente se obtiene un menor rendimiento en el turno de noche
y una menor calidad del trabajo realizado, especialmente entre las 3 y
las 6 de la madrugada, ya que, en estas horas, la capacidad de
atención y toma de decisiones, así como la rapidez y precisión de los
movimientos es más reducida. A veces ocurre también que, en el
cambio de turno, las consignas no son suficientemente precisas o
que, por la prisa de marcharse, no se comunican al turno que entra
las posibles incidencias (averías, atascos de la máquina, algún ruido
extraño, etc.) o no se transmiten adecuadamente las informaciones
necesarias o determinadas órdenes. Esta falta de comunicación es
otra posible causa de errores, incidentes o accidentes.
Flexibilidad de horarios
Aunque son muy pocos los/as trabajadores/as que pueden escoger
libremente el tipo de jornada de trabajo, sí es más plausible una cierta
flexibilidad en los horarios de trabajo. Aquellos/as trabajadores/as que, aún
con ciertos límites, pueden “ajustar” su horario laboral en función de sus
necesidades muestran márgenes más amplios de satisfacción laboral y
favorece el ambiente de trabajo. En Andalucía, este colectivo supone el 18,1%
195
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
del total de trabajadores/as, mientras que en España se aprecia un margen
más amplio de flexibilidad por parte de los/as trabajadores/as con la
posibilidad de adaptar o elegir las horas de entrada y salida del trabajo.
Concretamente, un 24,3% de los/as entrevistados/as manifiesta que tiene
flexibilidad; mientras que el 75,3% está sujeto a un horario rígido (horario fijo
de entrada y salida del trabajo).
Horarios de trabajo. Andalucía
90
80
77,4
70
60
50
40
30
18,1
20
4,6
10
0
Rígido
Flexible
Nc
Los sectores que muestran menores márgenes de flexibilidad horaria son
el de oficinas y servicios privados y la administración pública. En el otro
extremo, destacan la agricultura y la construcción.
Otros aspectos a destacar, en cuanto al horario de trabajo, son los que se
refieren a la necesidad de trabajar los fines de semana o en días festivos. Un
37,6% de los/as andaluces/as manifiesta que nunca tiene que trabajar en
sábados, mientras que el porcentaje de los que no trabajan nunca en
domingos o días festivos asciende al 60,4%. Por el contrario, un 30,1%
declara tener que trabajar siempre o casi siempre en sábados, y un 9,4% en
domingos y festivos. Los sectores en los que más se trabaja los fines de
semana y festivos son, en primer lugar, el comercio y la hostelería, la industria
y la agricultura.
196
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
¿Trabaja Vd. los sábados?
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Siempre o casi
siempre
Algunas veces
Nc
Agricultura
Industria
Construcción
Comercio/Hostelería
Oficinas y S. Privados
Admón. Pública
¿Trabaja Vd. los domingos y festivos?
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Siempre o casi
siempre
Algunas veces
Nc
Agricultura
Industria
Construcción
Comercio/Hostelería
Oficinas y S. Privados
Admón. Pública
Participación
Otro de los factores que muestran una especial relevancia y que influyen
directamente en la satisfacción de las personas trabajadoras es el nivel de
participación que alcancen en la empresa, especialmente en todos aquellos
aspectos relacionados directamente con su puesto de trabajo. El poder
expresión nuestra opinión o sugerencias para la mejora de las condiciones del
197
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
puesto o de nuestro propio trabajo, y que éstas sean tenidas en cuenta, nos
hará sentir una mayor motivación hacia nuestro trabajo y un mayor nivel de
implicación e integración en la organización.
Si comparamos los resultados de Andalucía con los del conjunto de
España, vemos como los/as trabajadores/as participan en la toma de
decisiones de aspectos relacionados con la organización y planificación de
las tareas y en los procesos de revisión y supervisión del trabajo. Por el
contrario, suelen ser excluidos/as en las decisiones relativas a cambios de las
condiciones de trabajo, elección de equipos o útiles, o medidas relacionadas
con la prevención de riesgos en el puesto.
Los/as andaluces/as participan activamente en la planificación y
organización de su trabajo (58,1%), y en la supervisión y revisión de la calidad
de su trabajo (43,1%), mientras que sólo el 36,9% es consultado en la elección
de equipos de trabajo.
Los tres ámbitos en los que más se tiene en cuenta la opinión o
sugerencias de los/as trabajadores/as españoles/as son: la planificación y
organización de su trabajo (72,7%), la revisión de la calidad de su trabajo
(65,9%) y la adecuación de las condiciones de su puesto de trabajo (57,5%).
Los dos ámbitos en los que un mayor número de encuestados dicen que no
se tiene en cuenta su opinión o sugerencias son: la elección de equipos o
útiles que manejan (27%) y la introducción de cambios (organizativos o
tecnológicos) en su trabajo o puesto (24,5%).
Es bastante significativo que los resultados obtenidos en las encuestas
nacional y autonómica indiquen en general niveles bastante bajos de
participación de los/as trabajadores/as en lo que se refiere a las medidas de
seguridad y salud a adoptar en el puesto de trabajo. El porcentaje de
trabajadores/as en España que es consultado sobre esta cuestión es del 32%,
mientras que en Andalucía, el porcentaje se reduce al 26,5%.
Posibilidades de promoción
La expectativa de ascender profesionalmente constituye un incentivo
laboral y su importancia crece conforme aumenta la cualificación profesional
de los/as trabajadores/as. Es un importante factor motivador del trabajo. Por el
contrario, el estancamiento y la imposibilidad de ascender dificultan que las
personas trabajadoras adquieran habilidades y capacidades nuevas y
provoca desmotivación por el trabajo.
La posibilidad de promoción profesional queda mermada en muchas
ocasiones por el pequeño tamaño de las empresas. Supone además un
importante factor de discriminación por razones de género; de hecho, las
mujeres andaluzas declaran que tienen pocas posibilidades u oportunidades
para la promoción profesional. Sólo un 11,6% ha promocionado bastante en
su trabajo, un 21,8% ha promocionado algo. Entre las que no han
promocionado nunca, un 13,2% espera poder hacerlo en un futuro, mientras
que un 21,8% no tiene expectativas a este respecto. Estos porcentajes se
198
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
incrementan al referirnos a las posibilidades de promoción de los trabajadores
varones.
Diferencias por sexo en las posibilidades de promoción
profesional. Andalucía
25
20
15
10
5
0
Sí, he promocionado
mucho
No, pero espero
promocionar
Varones
No, ni espero
promocionar
Nc
Mujeres
Los sectores que muestran mayores oportunidades de promoción son la
administración pública, la industria y el sector de oficinas y servicios privados.
A su vez, los/as trabajadores/as de la agricultura, la construcción, y el
comercio, son los/as que menos expectativas tienen sobre sus oportunidades
de promoción.
Autonomía
La autonomía especifica el grado de libertad e independencia que tiene la
persona trabajadora a la hora de controlar y organizar su trabajo, y determinar
el ritmo y método más adecuado siguiendo principios preventivos.
Se refiere también este factor a la discreción concedida al trabajador/a
sobre la gestión de su tiempo de trabajo y la distribución de los períodos de
descanso, así como de los períodos vacacionales (autonomía temporal).
En general, los/as trabajadores/as andaluces/as muestran un nivel medio
de autonomía temporal en el trabajo, existiendo determinados aspectos sobre
los que la persona trabajadora no puede ejercer un control individual, sobre
todo, el método de trabajo (27,2%) y el ritmo (26,3%), que normalmente
vendrá impuesto por las necesidades productivas de la empresa.
El orden en el que se van a realizar las tareas es el aspecto organizativo
del trabajo sobre el que la persona ejerce un mayor nivel de autonomía. El
76,6% de los/as trabajadores/as manifiesta que pueden alterar a su propia
199
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
conveniencia el orden de las tareas, haciéndolo un 41,7% a veces, y un 34,9%
siempre que quieren. Un 17,2% declara que nunca pueden cambiar el orden
de las tareas.
Según la V ENCT, en España, alrededor de la cuarta parte de los/as
trabajadores/as dicen que no pueden elegir o modificar distintos aspectos de
su trabajo, siendo los factores sobre los que se tiene menor influencia el
método de trabajo (30,5%), la distribución y/o duración de las pausas (28,8%)
y el ritmo de trabajo (27,3%).
Aspectos que se pueden alterar o modificar en el trabajo.
España V ENCT.
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Orden
Método
Sí, siempre
200
A veces
Ritmo
Nunca
Pausas
NC
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Aspectos que se pueden alterar o modificar en el
trabajo. Andalucía
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Orden
Método
Sí, siempre
A veces
Ritmo
Nunca
Pausas
NC
Los sectores productivos en los que el/a trabajador/a tiene menos control
sobre el ritmo de trabajo son fundamentalmente las ramas de servicio; el
comercio y la hostelería (35,4%) y la construcción (27,3%). En el otro extremo,
se sitúan los sectores de la administración y la industria.
En cuanto a las razones por las que los/as trabajadores/as consideran
que viene impuesto el ritmo de trabajo se sitúan en primer lugar las demandas
directas de personas, con un 39,04% de frecuencia de respuesta,
especialmente en los sectores de servicios, con un 66,28%.
Los/as trabajadores/as de la agricultura consideran que el ritmo de trabajo
viene impuesto fundamentalmente por el trabajo de otros/as compañeros/as
(20,0%), la velocidad de los equipos (18,18%) y el control directo del jefe
(14,55%).
En el caso de la industria, los aspectos que más van a influir en el ritmo de
trabajo son la demanda directa de clientes (25,00%), la velocidad de las
máquinas o el desplazamiento de productos (16,67%), y los topes de
producción que hay que alcanzar (16,67%).
En la construcción, de nuevo la demanda de personas (27,69%) y el
trabajo de otros/as (21,54%) impone el ritmo en el que se trabaja.
En España, es destacable que el ritmo de trabajo viene determinado en
gran medida, según las personas entrevistadas, por causas externas (46%),
por los topes que hay que alcanzar o plazos que deben cumplirse (19,7%) y
que para el 16,7% no hay ritmo prefijado. Por sector de actividad, se puede
observar que las causas externas tienen un mayor peso en el caso del sector
Servicios.
201
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Aspectos que determinan el ritmo de trabajo.
Andalucía y España
50
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Máquina
Otros
compañeros
Demanda
Tráfico
Andalucía
Topes/Plazos
Ninguno
NC
España
Otro ejemplo del nivel de autonomía de los/as trabajadores/as es la
posibilidad de detener o ausentarse de su trabajo temporalmente cuando lo
necesitan. En este sentido, tanto en Andalucía como en el resto de España,
existe bastante flexibilidad. Prueba de ello es que el 72,3% y el 89,8% de
los/as trabajadores/as en Andalucía y España pueden hacerlo. De ellos, un
39,8% y un 55,5% sin necesidad de ser sustituidos/as.
202
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Posibilidad de detener o ausentarse del trabajo
Andalucía y España
60
50
40
30
20
10
0
Sí, con
sustitución
Sí, sin sustitución
Andalucía
No
NC
España
Aún así, como podemos apreciar en el gráfico, en Andalucía, el nivel de
flexibilidad es menor que en el resto de España. Entre los sectores
productivos que menos permiten al/a trabajador/a ausentarse de su puesto
destacan en primer lugar, la construcción con un 41,8% y el Comercio y la
Hostelería, con un 26,8%.
Exposición a conductas violentas en el trabajo
La violencia sufrida en el lugar de trabajo es un problema al que se le va
prestando una atención creciente. Según datos aportados por la Encuesta
Europea sobre Condiciones de Trabajo en la Unión Europea (1996), la
violencia física ha afectado al 3,6% de los/as trabajadores/as de la Unión
Europea en el periodo de doce meses inmediatamente anterior a la realización
de la encuesta.
La violencia en el trabajo abarca una amplia variedad de
comportamientos, que van desde el maltrato físico al maltrato psicológico.
Tradicionalmente, la atención se ha centrado en la violencia física, pero cada
vez se reconoce más el impacto y el daño que causa la violencia psicológica.
Y otro tanto cabe decir contra la violencia perpetrada mediante la repetición
de un comportamiento inaceptable, tal como el acoso sexual, la intimidación o
la coacción. En la mayoría de las ocasiones, o no se les presta atención o se
asumen como parte integrante del trabajo y, sin embargo, pueden tener
importantes efectos sobre las personas que los sufren (e incluso sobre el
resto de trabajadores que son testigos). El problema radica en que, a
203
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
diferencia de las agresiones físicas, el impacto de otros tipos de conductas
violentas es difícil de determinar (a veces los efectos no son inmediatos sino a
largo plazo, dependen también de las distintas percepciones sobre lo que se
considera una conducta verbal abusiva o amenazante,...).
La californiana Division of Occupational Health and Safety (Cal/OSHA)
establece una clasificación de los distintos tipos de violencia que se pueden
dar en el entorno laboral en función de los sujetos implicados y de la relación
que se da entre ellos:
– En primer lugar, están los casos de violencia que se caracterizan
porque los que los llevan a cabo no tienen ninguna relación legítima
con la víctima: son los casos de robos y atracos principalmente en
establecimientos comerciales, bancos, lugares de almacenamiento
de objetos valiosos, personas que trabajan con intercambio de
dinero, taxistas, etc.
– En segundo lugar están situados los casos de violencia en los que
existe algún tipo de relación profesional entre la persona que ejerce la
violencia y la que la sufre. El primero puede ser quien recibe un
servicio ofrecido por el lugar afectado por el hecho violento o que
ofrece la propia víctima (un cliente, un paciente, un consumidor,...).
Normalmente estos hechos violentos se producen mientras se ofrece
el servicio (como seguridad pública, conductores autobús, personal
sanitario, profesores, vendedores u otros trabajadores del sector
público o privado que ofrecen servicios profesionales, públicos o
privados).
– Otro tipo de conducta violenta en el lugar de trabajo es aquella en la
que el causante de la misma tiene algún tipo de implicación laboral
con el lugar afectado o con algún trabajador concreto de tal lugar.
Muchos son los escenarios que pueden plantearse en este grupo: el
más común es aquel en el que hay una implicación laboral directa
entre el perpetrador (por ejemplo, un empleado actual, o que ya no lo
es) y el trabajador-víctima. Lo más habitual en este grupo es que el
objetivo de la acción violenta fijado por el agresor sea un compañero
de trabajo o un superior suyo. Las acciones de aquel pueden estar
motivadas por dificultades percibidas en su relación con la víctima,
buscando revancha, ajuste de cuentas o hacer uno mismo justicia.
La vulnerabilidad a los episodios de violencia varía según el tipo de
trabajo y el entorno laboral. Existen algunos factores que pueden incrementar
la posibilidad de que se produzcan actos violentos; entre los más
significativos están los que se relacionan a continuación:
Entorno
– economías inestables,
– zonas deprimidas,
– zonas con alto índice de criminalidad,
204
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Trabajo
– estilos de gestión rígidos, autoritarios,
– presiones para incrementar la productividad,
– plantillas inadecuadas; escasez de plantilla, reducciones de
plantilla, despidos,...
– trabajos en solitario o en pequeños grupos,
– trabajos que implican intercambio regular de dinero con clientes,
– trabajos por la noche, o hasta tarde o muy de madrugada,
– tener en el lugar de trabajo bienes valiosos (dinero, joyas,...)
– ejecutar servicios de seguridad (particularmente guarda de
propiedades, dinero o bienes valiosos),
– trabajar con público (consumidores, clientes, pasajeros,
pacientes...),
– trabajar en zonas con altos índices de criminalidad,
– trabajar con ciertos colectivos, desarrollar funciones de seguridad
pública,
– retrasos, errores, incumplimientos...
Perpetrador
– inestabilidad psicológica,
– ausencia de responsabilidad individual,
– insatisfacción con servicio o producto,
– largas esperas,
– percepción de promesas incumplidas,
– frustración, ira, estrés...
A pesar de que cada vez se dan más denuncias y este tipo de situaciones
salen a la luz, es cierto que son muchos los trabajadores y las trabajadoras
que, por miedo a perder el empleo, por vergüenza, o por otros motivos, son
víctimas en silencio de acoso y otros comportamientos violentos en el trabajo.
Por ello, es preciso abordar este problema desde todos los ámbitos, teniendo
en cuenta que trasciende lo meramente laboral y se convierte en un serio
problema de salud que puede tener consecuencias muy graves y diversas,
desde la desmotivación y la pérdida de satisfacción del trabajo realizado
hasta el estrés laboral, y los daños para la salud física o psicológica. Pueden
darse síntomas postraumáticos, como miedo, fobias y alteraciones del sueño.
En casos extremos, se puede producir un trastorno del estrés postraumático.
En este sentido, la empresa es directamente responsable de detectar y
actuar diligentemente para atajar este tipo de situaciones. Cualquier estrategia
para combatir la violencia en la empresa debería poner remedio a las raíces
que pueda tener en la propia organización, dirección y relaciones
interpersonales, aumentar la seguridad de los/as trabajadores/as y
proporcionar rehabilitación y consejo psicológico, cuando sea necesario, para
ayudar a las víctimas a superar las consecuencias de la violencia.
205
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Violencia en el trabajo en Andalucía
A fin de conocer el nivel de exposición en el trabajo a conductas o hechos
violentos, consultamos a los/as trabajadores/as si habían sido objeto de algún
tipo de violencia física, sexual o discriminación por edad, nacionalidad, sexo,
o raza.
Con referencia a la violencia física cometida por personas del lugar de
trabajo, un 89,2% de los/as trabajadores/as andaluces/as declara que nunca
ha sido víctimas de este tipo de violencia, un 9,7% no contesta y un 1,1%
declara que sí, perteneciendo el porcentaje más amplio al sector de la
construcción.
Respecto a episodios violentos llevados a cabo por personas ajenas al
lugar de trabajo, aunque el porcentaje de los que contestan que no sigue
siendo alto, un 87,4%, aumenta el de los que no se pronuncian al respecto
(11,0%) y el de los que admiten haber sido víctimas de este tipo de violencia
(1,6%). Los sectores de actividad en los que se registra una mayor frecuencia
de respuesta en este tipo de conductas son el comercio y la hostelería (3,7%)
y oficinas y servicios privados (2,1%).
En cuanto a casos de acoso o pretensiones sexuales no deseadas, un
86,6% manifiesta que nunca ha sido víctima de este tipo de casos. No
obstante, vuelven a incrementarse los porcentajes de los/as que declaran que
sí han sufrido este tipo de violencia (2,2%) y el de los/as que no contestan
(11,3%). La mayor frecuencia de casos de acoso sexual entre los sectores
seleccionados se da en los sectores de comercio y hostelería (6,1%) y en la
administración (2,7%).
Otras formas de violencia en el ámbito laboral son las relacionadas con
cualquier forma de discriminación. A este respecto, hay que destacar que,
según los encuestados, los trabajadores varones sufren principalmente
fenómenos de discriminación por la edad, mientras que en el caso de las
mujeres, un 4,7% manifiesta que sufre discriminación de tipo sexual.
206
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Tabla 63
Principales formas de violencia en el lugar de trabajo
Agresiones físicas en el lugar de trabajo por parte de
compañeros/as
Agresiones físicas en el trabajo por parte de personas
ajenas a él
Pretensiones sexuales no deseadas
Discriminación por edad
Discriminación por nacionalidad
Discriminación sexual
Discriminación por raza o etnia
Discriminación por minusvalías
Discriminación por orientación sexual
Burlas, insultos, amenazas
Aislamiento e incomunicación
% Varones
1,2
% Mujeres
0,8
1,6
1,6
1,6
2,1
0,0
0,8
0,0
0,0
0,8
0,8
2,4
3,1
0,8
0,0
4,7
0,0
0,0
0,0
4,7
0,0
FUENTE: Elaboración propia
Acoso psicológico
En nuestro país, al igual que en el resto de la Unión Europea, cada vez
son más los casos de acoso psicológico en el trabajo o mobbing. El acoso
psicológico, mobbing, o psicoterror laboral, es un comportamiento negativo
entre compañeros/as o entre superiores e inferiores jerárquicos, a causa del
cual la víctima es objeto de acoso y ataques sistemáticos, durante mucho
tiempo, de modo directo o indirecto, por parte de una o más personas, con el
objetivo y/o el efecto de hacerle el vacío.
En la V Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, a fin de conocer
las posibles conductas de acoso psicológico en el trabajo, se preguntó a
trabajadores y trabajadoras si en los últimos doce meses ha sido objeto en su
entorno de trabajo de alguna de las siguientes conductas:
– Le ponen dificultades para comunicarse (le impiden expresarse, no se
le habla, se evita la mirada, se ignora su presencia, se prohíbe que se
hable con Vd.,...).
– Le desacreditan personal o profesionalmente (calumnias, se le
ridiculiza, se burlan de su vida privada o manera de pensar, se
cuestionan sus decisiones, se le asignan tareas humillantes, no se le
asignan tareas, se critica el trabajo delante de terceros…).
– Le amenazan (amenazas orales, escritas, por teléfono; se le
ocasionan desperfectos en su puesto de trabajo, en el vehículo, en su
domicilio,…).
– Otras conductas de este tipo.
Los resultados se presentaron atendiendo a dos criterios analíticos según
la frecuencia de exposición a dichas conductas. Por una parte, con un criterio
207
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
restrictivo que agruparon a las personas trabajadoras que decían ser objeto
de conductas de acoso diariamente o al menos una vez por semana. Y por
otra parte, un criterio menos restrictivo, se agruparon a aquellas que
manifestaban ser objeto de conductas de acoso diariamente, al menos una
vez por semana o algunas veces al mes. Bajo el criterio restrictivo, un 2,8%
manifestaron ser objeto en los últimos doce meses de conductas de acoso
psicológico. Bajo el criterio menos restrictivo, la frecuencia aumentaba al
4,5%.
Según sector de actividad, el sector Servicios presentó la mayor
frecuencia de personas en esta situación. Dentro de este sector, las ramas de
actividad que presentaban los porcentajes más elevados eran Servicios
Sociales y Administración/Banca con un 6,2% y un 5,8%, respectivamente, de
trabajadores y trabajadoras afectadas (bajo el criterio menos restrictivo).
Atendiendo a la edad, la mayor exposición a los comportamientos de
acoso psicológico se presentaron en las personas menores de 45 años (4,8%
frente al 3,6% en las de mayor edad); y atendiendo al sexo, son las mujeres
las que manifiestan en mayor medida que los hombres ser objeto de
conductas de acoso psicológico (5,8% frente a 3,8%). Cuando se cruzan
ambas variables, sexo y edad, se observa que la frecuencia de mujeres
sometidas a acoso es superior a la de los hombres en las diferentes franjas de
edad, a excepción de la franja más joven (18-24 años), y que la frecuencia de
mujeres supera el 9% entre los 55 y 64 años.
Los resultados de la encuesta andaluza reflejan la siguiente situación:
– El 81,1% de los/as trabajadores/as manifiesta que en su puesto de
trabajo no le ponen dificultades u obstáculos para comunicarse. Por
el contrario, un 2,4% declara que a diario, o al menos una vez por
semana, sufre este tipo de conductas, y los/as que las sufren con
menor frecuencia suponen un 5,7%.
– Afortunadamente, en lo referente a amenazas, los porcentajes
descienden de forma importante. Solo un 0,8% de los/as
trabajadores/as declara ser objeto habitual de amenazas en el
trabajo, destacando los/as trabajadores/as de la administración
pública (un 2,3% refiere ser víctima de este tipo de conductas al
menos una vez por semana).
– En cuanto a las personas que llevan a cabo estos episodios de acoso
psicológico, más de la mitad de los/as trabajadores/as afirman que
son víctimas de sus propios compañeros/as (52,6%), y un 31,6%
señala a sus superiores directos.
– Además, el 52,6% afirma que estas conductas son llevadas a cabo
por una sola persona, mientras que el 21,1% manifiesta que son dos
o más personas las que llevan a cabo estas acciones.
208
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
SITUACIONES DE DISCRIMINACIÓN POR RAZÓN DE GÉNERO
El mercado de trabajo en Andalucía adolece en determinadas situaciones
de notables desigualdades en las condiciones de trabajo en las que hombres
y mujeres desarrollan su actividad profesional, lo que se manifiesta en los
diversos indicadores que se manejan para su estudio y análisis.
Nos encontramos así con que la realidad actual del mercado de trabajo
andaluz está condicionada por la precariedad del empleo que afecta a las
mujeres en mayor proporción que los varones.
En primer lugar, es preciso hacer notar que la incorporación de la mujeres
al trabajo productivo no ha sido uniforme en los diferentes sectores y puestos
de trabajo, produciéndose, por tanto, una doble segregación; por un lado, una
“segregación horizontal”, en cuanto que las mujeres se concentran en
determinados sectores productivos, y una “segregación vertical”, en cuanto
que varones y mujeres suelen ocupar, en un mismo sector, puestos distintos
con tareas asignadas por razón de sexo. Concretamente, por sectores de
actividad, mayoritariamente, los varones se ocupan especialidades
tradicionales relacionadas con la industria, mecánica y técnico-profesionales,
y las mujeres en especialidades en las que su papel adquiere cierto carácter
tradicional, relacionadas con la enseñanza, la administración, las profesiones
sanitarias y los cuidados personales. Por ocupaciones, destaca que el
porcentaje de mujeres en puestos de dirección o técnicos se encuentra muy
por debajo del registrado entre los hombres, así como, que el porcentaje de
mujeres sin cualificación es muy superior al de los varones. No obstante, la
mayoría de las trabajadoras se concentran en actividades de tipo
administrativo, o en ocupaciones que exigen poca cualificación, peor
remuneradas y con menores posibilidades de promoción, mientras que los
hombres se encuentran distribuidos más uniformemente a lo largo del resto
de categorías ocupacionales.
En segundo lugar, como ya hemos visto en otra parte del estudio, las
mujeres sufren una mayor inestabilidad laboral, y las condiciones de
contratación son mucho más desfavorables para el colectivo femenino. De
hecho, casi tres de cada cuatro contratos de carácter indefinido se celebran
con varones, observándose además que las mujeres asumen
mayoritariamente el peso de los contratos a tiempo parcial: del 100% de
contratos celebrados a tiempo completo, sólo un 33,3% se realiza a mujeres.
Esta circunstancia puede encontrar su explicación por diversas causas:
– Existe mayoría de mujeres en puestos que no exigen plena
dedicación por parte del trabajador/a, especialmente en los puestos
que acarrean menor grado de responsabilidad o que están sujetos a
turnos rotatorios. Esta situación es frecuente en los sectores de
comercio y hostelería, oficinas y en la agricultura. Es necesario hacer
notar también el uso fraudulento que se hace en demasiadas
ocasiones del contrato a tiempo parcial, al aumentarse la jornada real
209
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
de trabajo por encima de la jornada pactada, llegando incluso la
trabajadora a realizar una jornada completa.
– Otro de los motivos por los que las mujeres asumen la mayor parte
de los contratos a tiempo parcial es la necesidad de atender otras
responsabilidades, normalmente pertenecientes a la esfera privada y
familiar. Es innegable, que fórmulas “flexibles” como la intermitencia
en la vida laboral o la contratación parcial se han convertido en las
estrategias de conciliación de la vida personal, familiar y laboral más
utilizadas en la actualidad por las mujeres, mostrándose en este caso
importantes diferencias respecto a los varones. Cuando se analizan
las horas dedicadas al trabajo no remunerado por mujeres y
hombres, es bien sabido que las mujeres dedican tres veces más
tiempo que los varones a labores no remuneradas. En este aspecto
destacan dos hechos: los hombres que se dedican exclusivamente a
labores del hogar suponen un porcentaje mínimo. Por otro lado la
dependencia económica de las mujeres en dichas circunstancias es
total: tal solo un tercio tienen algún tipo de ingresos propios. Las
cargas familiares suponen además para las mujeres importantes
obstáculos que les impiden el fácil acceso a la formación y dificultan
así sus opciones de promoción profesional.
En tercer lugar, es necesario destacar que las mujeres encuentran
mayores dificultades que los varones para acceder a planes de formación en
sus centros de trabajo y para promocionarse profesionalmente. Las
expectativas de ascender profesionalmente constituyen un importante
incentivo laboral y la ausencia de este factor de motivación provoca el
estancamiento y obstaculiza la adquisición de nuevas capacidades y
habilidades en la persona trabajadora.
Por último, es preciso poner de relieve que muchas mujeres se ven
sometidas a una importante sobrecarga de trabajo, ya que su incorporación al
trabajo productivo ha tenido como consecuencia, en la mayoría de los casos,
la asunción de una doble jornada de trabajo, uniendo al desempeño de las
obligaciones laborales remuneradas, la realización de tareas en el ámbito
doméstico y la asunción de responsabilidades familiares, éstas últimas ni
remuneradas ni, en demasiadas ocasiones, reconocidas. Todo ello supone
una importante implicación personal que exige de la mujer trabajadora un
sobreesfuerzo que ocasiona en muchos casos la aparición temprana de fatiga
y de tensión o estrés a niveles muy superiores a los que puede presentar la
población que no tiene que compatibilizar ambos trabajos.
Estas desigualdades por razón de género acarrean consecuencias
también diferentes para la seguridad y la salud de los trabajadores y las
trabajadoras:
– Hasta muy recientemente ha existido la creencia de que sólo los
varones ocupaban puestos que entrañaban riesgos para la seguridad
y la salud, mientras que las mujeres desempeñaban trabajos fáciles,
sencillos y seguros. Este error de partida ha marcado durante mucho
tiempo las políticas de prevención, centradas fundamentalmente en
210
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
–
evitar la aparición de accidentes de trabajo y enfermedades
profesionales, y que han obviado otro tipo de patologías o daños
laborales. Si bien los puestos de trabajo considerados y reconocidos
como potencialmente peligrosos están ocupados mayoritariamente
por hombres, también es cierto que las mujeres ocupan puestos cuya
peligrosidad no está suficientemente considerada ni reconocida. La
invisibilidad de muchos riesgos laborales que afectan
mayoritariamente a mujeres hace que no se adopten las medidas
necesarias para atajar el problema.
Los varones sufren más accidentes que las mujeres, mientras que
éstas se ven afectadas por diferentes patologías no siempre
fácilmente identificables pero que pueden afectar gravemente la
salud. La sensación continua de cansancio y la aparición de cuadros
dolorosos en distintas zonas del cuerpo, fundamentalmente en la
espalda y en las distintas articulaciones son más frecuentes en
mujeres que en hombres, y suelen ser consecuencia de un mal
diseño del puesto, una deficiente organización o un exceso de carga
de trabajo. Estos síntomas pueden además degenerar a medio o
largo plazo en la aparición de trastornos o alteraciones músculoesqueléticas.
DAÑOS A LA SALUD
Los cambios tecnológicos y organizativos en el trabajo y en los hábitos de
vida están modificando los patrones de salud y enfermedad de la población
trabajadora, en un esfuerzo constante de adaptación a las exigencias que se
derivan de los ámbitos laboral, familiar y social.
En este apartado del estudio analizaremos no sólo la incidencia en la
población trabajadora andaluza de los llamados daños laborales clásicos, es
decir, accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, sino también de la
presencia de otros síntomas que van a determinar el estado de salud general
y la demanda de atención sanitaria.
Accidentes de trabajo
En la V ENCT, un 13,1% de los/as trabajadores/as refiere haber tenido
algún accidente de trabajo en los últimos dos años. Por ramas de actividad,
esta frecuencia fue superior en Metal (22,3%), Otras Industrias (19,5%) y
Construcción (19,5%). Por el contrario, la rama con menor siniestralidad fue
Administración/Banca (9,1%).
En Andalucía, el 17,2% de los/as trabajadores/as declara haber sufrido
algún accidente de trabajo en los últimos dos años. Por sectores, en primer
lugar se sitúa la construcción, con una frecuencia de 30,9%. Le siguen los
sectores de comercio y hostelería (18,3%), la industria (17,2%), y la agricultura
211
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
(15,7%). Por el contrario, el sector de oficinas y servicios privados es el que
menor porcentaje de accidentes presenta (6,4%).
¿Ha tenido algún accidente de trabajo?
Andalucía
Administración
Oficinas y S. Privados
Comercio y Hostelería
Construcción
Industria
Agricultura
0
20
40
Sí
No
60
80
100
Nc
Si atendemos al sexo, podemos apreciar cómo los varones se accidentan
casi doble que las mujeres (21,0 y 10,1%, respectivamente). Los accidentes
entre varones se dan con mayor frecuencia en la construcción (32,7%),
comercio y hostelería (27,9%) y la agricultura (22,2%). En el caso de las
mujeres, los sectores con mayor accidentalidad son la administración (20,0%)
y la industria (12,5%).
212
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Accidentes de trabajo en Andalucía por sexo y actividad
Administración
Oficinas y S. Privados
Comercio y Hostelería
Construcción
Industria
Agricultura
0
5
10
15
Varones
20
25
30
35
40
Mujeres
Entre las causas que alegan mayoritariamente los/as encuestados/as,
uno/a de cada cuatro trabajadores/as menciona la realización de esfuerzos y
la adopción de posturas forzadas como la principal causa de lesiones que ha
sufrido en el trabajo, seguidos de los/as que consideran que los accidentes
en su mayor parte son fruto de exceso de confianza y de costumbre (11,76%).
213
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Tabla 64
Causas de accidentes en Andalucía según los/as trabajadores/as
Porcentajes
Por esfuerzos o posturas forzadas
25,61
Por exceso de confianza o de costumbre
18,29
Por falta de medios o herramientas adecuadas
8,54
El trabajo obliga a realizar operaciones peligrosas
8,54
El lugar de trabajo está en malas condiciones
7,32
Por cansancio o fatiga
6,10
Por causas relacionadas con el tráfico
6,10
El área de trabajo o superficie es insegura
3,66
Hay que sacar la producción por encima de todo
3,66
El ritmo de trabajo es muy elevado
3,66
Los accesos al lugar de trabajo están en malas condiciones
2,44
La máquina está insuficientemente protegida
2,44
No contesta
2,44
Falta de espacio
1,22
Las instalaciones son viejas
0,00
Falta o inadecuación de equipos de protección individual
0,00
El puesto de trabajo está mal diseñado
0,00
Se trabaja sin la formación suficiente
0,00
Falta de experiencia en el trabajo
0,00
FUENTE: Elaboración propia
Enfermedades profesionales
Un 3% de los/as trabajadores/as españoles/as señala haber sido
diagnosticado o estar en trámite de diagnóstico de alguna enfermedad
profesional.
En Andalucía, este porcentaje es ligeramente superior, un 3,8%, dándose
el porcentaje más alto de casos de enfermedad profesional en los sectores de
la construcción (7,3%), agricultura (5,9%) y la administración (5,5%).
En cuanto al tipo de enfermedad diagnosticada, destacan con un 71,4%
mayoritariamente las enfermedades de los huesos, músculos y articulaciones,
con una especial incidencia en los sectores de la agricultura y la industria.
214
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Enfermedades profesionales. Andalucía y España
80
70
60
50
40
30
20
10
0
E. Piel
E. Infecciosas
E. Intoxicac.
Metales
Andalucía
E.
Osteomusculares
Nc
España
Otros daños para la salud
Además de los daños laborales clásicos, accidentes de trabajo y
enfermedades profesionales, existen otros daños para la salud de los
trabajadores y las trabajadoras, que, aunque con frecuencia resultan menos
evidentes y con menor trascendencia social, están cobrando cada vez mayor
importancia. Son alteraciones de la salud que suelen manifestarse
frecuentemente por la presencia de diversos síntomas de índole física,
psicológica o conductual y que están íntimamente relacionados con la
sobrecarga de trabajo y los factores de carácter organizativo y psicosocial del
trabajo.
Consultamos a los/as trabajadores/as si sufrían con frecuencia los
síntomas recogidos en la tabla:
215
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Tabla 65
Sufre con frecuencia alguno de estos síntomas
Ninguno
Tiene sensación continua de cansancio
Le cuesta dormir o duerme mal
Sufre dolores de cabeza
Se nota tenso, irritable
Tiene problemas en los ojos (lagrimeo, visión
borrosa …)
Bajo estado de ánimo
Le cuesta acordarse de las cosas u olvida las
cosas con facilidad
No contesta
Le cuesta concentrarse, mantener la atención
Sufre alteraciones digestivas (náuseas, acidez,
digestiones pesadas …)
Otro
Sufre mareos
Total
29,07
12,25
12,07
11,33
8,04
Varones
32,82
11,66
11,96
10,12
6,75
Mujeres
23,53
13,12
12,22
13,12
9,95
5,48
6,75
3,62
5,30
4,91
5,88
4,39
3,99
4,98
4,02
2,74
4,29
2,45
3,62
3,17
2,74
2,45
3,17
1,46
1,10
99,99
0,92
0,92
99,99
2,26
1,36
100
FUENTE: Elaboración propia
Como podemos apreciar en la tabla, casi sólo el 29,07% de los/as
trabajadores/as no sufre ningún síntoma de los recogidos en la tabla. Si
tenemos en cuenta a los varones, el porcentaje de los que afirman no tener
ningún síntoma asciende al 32,82%, mientras que el de las mujeres es del
23,53%. Sin aventurarnos a decir que la sintomatología que sufren los/as
andaluces/as está directamente relacionada con el trabajo, sí es cierto que
muchas de estas alteraciones están asociadas con situaciones de fatiga física
y mental por sobrecarga de trabajo y estrés.
Los síntomas más frecuentes de los que se quejan los varones son los
relacionados con las alteraciones del sueño; padecen insomnio o duermen
mal un 11,96% de los/as trabajadores/as. También dicen tener una sensación
continua de cansancio un 11,66% y un 10,12% sufre dolores de cabeza.
Las mujeres manifiestan como principal síntoma la sensación continua de
cansancio y las cefaleas con igual porcentaje de respuesta (13,22%). Un
12,22% también declara tener problemas de sueño.
Presencia de síntomas compatibles con estrés
A partir de seis de los nueve síntomas recogidos, se ha construido un
indicador sintético de presencia de estrés. Los síntomas considerados han
sido:
– Alteraciones del sueño
– Sensación continua de cansancio
– Cefalea
216
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
– Falta de concentración
– Falta de memoria
– Irritabilidad
Teniendo en cuenta estos indicadores, se considera posible caso de
estrés a todos/as aquellos/as que presenten una combinación de tres o más
síntomas de los seleccionados.
A partir de esta definición, un 12,43% de los/as trabajadores/as en
Andalucía presenta síntomas compatibles con estrés, de los que un 7,03%
son mujeres y un 5,41% son varones, es decir, las mujeres presentan, en
mayor proporción que los hombres, síntomas relacionados con el estrés
laboral, especialmente en las ramas del sector de servicios (comercio y
hostelería, oficinas y servicios privados, y en la administración).
Los varones sufren más síntomas relacionados con el estrés en la
industria y la construcción.
Demanda de consulta médica y demanda de consulta médica atribuible al
trabajo
Casi un 93% de los/as encuestados/as en Andalucía refieren que han
asistido a consulta médica por un problema de salud en los últimos doce
meses; de ese porcentaje un 57,1% tuvo que acudir al médico más de tres
veces. Por otra parte, la proporción de trabajadores/as que acudieron una vez
al médico por motivos atribuibles al trabajo fue del 23,1%, dos veces al
médico por motivos de trabajo, 23,1% y tres veces, un 30,8%.
Esta proporción fue superior en la industria y la construcción.
El motivo más frecuente de consulta relacionada con el trabajo fue el
dolor de espalda, pues el 27,78% de los/as trabajadores/as acudieron a
consulta médica aquejados de dicha afección. A esta dolencia le siguió en
frecuencia: el dolor de cuello, dolor en miembro superior, y en miembros
inferiores, dolores de cabeza, problemas en la voz y afecciones del aparato
respiratorio (gripe, resfriados, neumonía).
217
Unión General de Trabajadores de Andalucía
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Tabla 66
Motivos de consulta médica por problemas de salud derivados del trabajo
Varones
Mujeres
Dolor de cuello
Dolor de espalda
Hernia de disco
Dolor en miembro superior: hombro, brazo, codo,
antebrazo
Dolor en muñeca o mano
Dolor en miembro inferior: cadera, muslo, rodilla, pierna,
tobillo, pie
Esguince, luxación, fractura o desgarro muscular
Quemaduras
Heridas por cortes, pinchazos, golpes y proyecciones
Enfermedades de corazón
Enfermedades de las venas (varices, trombosis)
Alteraciones gastrointestinales
Infecciones del aparato respiratorio (gripe, resfriado,
neumonía)
Asma
Otras enfermedades respiratorias
Enfermedades de la piel
Alergias
Intoxicación aguda
Disminución de la audición
Dolor de cabeza (cefalea)
Vértigos o mareos
Alteraciones de la visión o fatiga visual (cansancio de
ojos)
Estrés
Depresión
Alteraciones del sueño
Problemas de la voz
Cansancio crónico
Enfermedades del hígado y sus vías biliares
Enfermedades del riñón y vías urinarias (cálculos,
infecciones…)
Otra. Especificar:……
No contesta
8,26
22,02
2,75
4,59
18,84
21,74
0,00
4,35
3,67
11,93
7,25
4,35
8,26
0,92
3,67
0,00
0,92
1,83
3,67
1,45
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
5,80
0,00
0,00
1,83
1,83
0,00
0,92
3,67
0,92
2,75
1,45
0,00
0,00
0,00
0,00
1,45
7,25
5,80
2,90
2,75
1,83
0,92
0,92
0,92
0,92
0,00
8,70
0,00
2,90
2,90
0,00
0,00
0,00
5,50
1,83
0,00
2,90
FUENTE: Elaboración propia
Otro de los indicadores del estado de salud general de los/as
trabajadores/as es la ingesta frecuente de algunos medicamentos. Aunque un
65,07% manifiesta no haber tomado últimamente ningún tipo de
medicamentos, un 7,53% declara haber tomado medicamentos para las
molestias de estómago, un 5,14% refiere haber tomado fármacos analgésicos
o antiinflamatorios, y con el mismo porcentaje de 3,77% están los que
manifiestan tomar reconstituyentes y tranquilizantes.
218
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Conclusiones
– Un 17,2% de los trabajadores y las trabajadoras en Andalucía refieren
haber tenido algún accidente de trabajo, si bien, es destacable que
los varones sufren el doble de accidentes que las mujeres. Por
sectores, la construcción se sitúa en primer lugar, seguido del
comercio y la hostelería y la industria.
– Entre
las
causas
que
mayoritariamente
alegan
los/as
accidentados/as, destacan los accidentes ocurridos por la realización
de esfuerzos y la adopción de posturas forzadas, y los debidos a un
exceso de costumbre o confianza por parte de los/as trabajadores/as.
– Afortunadamente, la incidencia de enfermedades profesionales en
Andalucía es mucho menor. El porcentaje de los/as que declaran
haber sido diagnosticados/as o estar en trámite de reconocimiento de
alguna enfermedad profesional asciende en nuestra comunidad al
3,8% de los/as trabajadores/as. Los sectores que más enfermedades
profesionales registran son la construcción, la agricultura y la
administración pública.
– En cuanto al tipo de enfermedad, el 71,4% de las enfermedades
profesionales reconocidas en Andalucía son de carácter
osteomuscular.
– Sin embargo, en lo referente a otros daños o alteraciones de la salud
que se manifiestan por la presencia de síntomas relacionados con
situaciones de sobrecarga física o mental o estados de tensión
psicológica o estrés, hemos de puntualizar que la proporción de
trabajadores/as afectados/as asciende a casi el 71% de la población
trabajadora andaluza, siendo los síntomas más frecuentes la
sensación continua de cansancio, los dolores de cabeza y los
problemas o alteraciones del sueño.
– Consecuencia de esta situación, es que uno/a de cada cuatro
trabajadores/as haya acudido a consulta médica por algún problema
o alteración de la salud relacionada directamente con el trabajo,
destacando en el caso de los varones, el dolor de espalda, y en el
caso de las mujeres, el dolor de nuca y cuello, principalmente.
CONCLUSIONES
El sistema preventivo de las empresas andaluzas
A pesar de la progresiva integración de las políticas y los planes de
prevención en las empresas andaluzas, es pertinente hacer notar que aún son
muchas las empresas que, bien por desconocimiento, bien a sabiendas
incumplen sus obligaciones en materia de seguridad y salud.
219
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
En otros casos, las empresas se limitan al mero cumplimiento formal de
algunas de sus obligaciones en materia preventiva, pero no se observa una
integración eficaz de la prevención de riesgos en toda la estructura jerárquica
de la organización.
En menor proporción se dan los casos de empresas que, de acuerdo a su
actividad principal y tamaño establecen un sistema de gestión coherente y
eficaz para la planificación de la prevención de los riesgos laborales en todos
los puestos de trabajo.
En cuanto a los recursos preventivos de los que se valen las empresas en
Andalucía, hemos de hacer algunas puntualizaciones:
– Algo más de un 20% de los/as trabajadores de empresas de 6 o más
trabajadores/as afirman que en sus centros de trabajo no existen
delegados/as de prevención de riesgos laborales. Además, uno de
cada cuatro trabajadores/as desconoce si en su empresa existe o no
representación especializada en materia de prevención de riesgos
laborales.
– En cuanto a la existencia de Comités de Seguridad y Salud, si bien es
cierto que es alto el porcentaje de personas que no saben o no se
pronuncian sobre esta cuestión, sólo un 55,7% de los encuestados/as
declara que en su centro de trabajo se ha constituido este órgano,
porcentaje muy inferior al que ofrece la V ENCT sobre este respecto,
un 90,8%.
– Los recursos preventivos menos utilizados por las empresas
andaluzas son la designación de uno o varios trabajadores/as y la
asunción por parte del/a empresario/a de las labores preventivas.
– Por el contrario, la constitución del servicio de prevención propio y la
contratación de un servicio de prevención ajeno son los recursos más
utilizados, especialmente los servicios de prevención ajenos, que son
el recurso preventivo principal en el caso de las pequeñas y medianas
empresas. El 22,0% de los/as trabajadores/as andaluces/as afirman
que en su empresa se ha optado por concertar los servicios con una
empresa especializada. Esta circunstancia no es exclusiva en
Andalucía; en el resto de España, según la última ENCT, el porcentaje
de empresas españolas que optan por la contratación de un SPA es
del 73%, porcentaje que se ha casi duplicado desde 1999.
– Para finalizar, es preciso destacar que un 3,5% de los/as
encuestados/as declara que en su empresa no se ha optado por
ninguna modalidad para la organización de la prevención, por lo
presumimos la falta de gestión preventiva en dichas empresas.
Además, un 13,5% no sabe sobre este particular, y un 2,8% no
contesta sobre la cuestión.
220
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
Actividades preventivas en las empresas andaluzas
En cuanto a la evaluación inicial de los riesgos laborales, tras el análisis de
los resultados obtenidos la investigación, podemos afirmar que existe todavía
un importante número de empresas que no han realizado ni están en proceso
de realizar la evaluación inicial de los riesgos presentes en los distintos
puestos de trabajo (sólo un 29,0% de los encuestados declara que en su
empresa se ha hecho esta evaluación). Hemos de recordar que la evaluación
de riesgos es el paso imprescindible para lograr una implantación eficaz del
Plan de Prevención. Aquellas empresas cuyos/as trabajadores/as niegan que
se haya realizado esta evaluación difícilmente pueden haber implantado con
éxito el citado Plan. Por otra parte, casi uno de cada cuatro trabajadores/as
desconoce si en su empresa se ha realizado o no la evaluación de riesgos,
por lo que podemos presumir que, en caso de que ésta haya sido realizada,
se ha llevado a cabo sin el consenso y la opinión de los/as trabajadores/as, es
decir, éstos/as han sido excluidos/as del proceso de evaluación.
Si tenemos en cuenta los distintos sectores seleccionados, destacan la
industria (38,0%), oficinas y servicios privados (33,0%) y construcción (32%)
como los sectores en los que más se realiza la evaluación inicial de riesgos.
Entre los que menos habitual resulta esta actividad están en primer lugar, la
agricultura (54,9%), seguida de la administración pública (54,8%) y las
empresas del comercio y la hostelería (47,6%).
Resultados muy similares se observan en cuanto a la realización, por
parte de las empresas, de estudios específicos de riesgos. Un 27,7% de
los/as trabajadores/as andaluces/as afirma que durante los doce últimos
meses en su empresa o centro de trabajo se ha realizado algún tipo de
estudio de los riesgos para la salud o seguridad en los puestos de trabajo,
mientras que el 43,8% señala lo contrario. Es la industria es el sector que más
estudios específicos realiza, especialmente las empresas de mayor tamaño.
En cuanto a los riesgos o aspectos específicos estudiados, destacan
fundamentalmente las pruebas para la detección y medición de presencia de
sustancias o productos nocivos o tóxicos (manipulación e inhalación) y las
mediciones de los niveles de ruido, siendo este último aspecto uno de los
más estudiados en todos los sectores productivos. Por el contrario, el diseño
de los puestos de trabajo es el aspecto menos estudiado, excepto en el
sector de oficinas y servicios privados, que ocupa el segundo lugar entre los
aspectos más estudiados, solo precedido por las posturas de trabajo.
La vigilancia de la salud, como actividad preventiva, está cobrando cada
vez mayor protagonismo entre las principales actividades preventivas. De
hecho es, junto con la realización de evaluaciones de riesgo, la actividad
preventiva más realizada entre las empresas de Andalucía. Más de la mitad de
los/as trabajadores/as andaluces/as manifiestan que han sido sometidos a
reconocimientos médicos preventivos en los últimos doce meses,
especialmente los/as que pertenecen a las empresas más grandes, donde el
221
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
porcentaje de trabajadores/as sometidos/as a pruebas de vigilancia de la
salud asciende hasta el 93,3%.
Por sectores económicos, son la industria y la construcción los que más
reconocimientos médicos preventivos realizan.
Es, además, una actividad valorada en general muy positivamente por
los/as andaluces/as. Un 58,5% consideran que es un procedimiento muy útil
para detectar alguna alteración de la salud que esté relacionada con los
riesgos del puesto de trabajo.
Por su parte, un 32,9% opina que aunque el reconocimiento médico no
está de más, no se realiza de forma específica de acuerdo con los riesgos
presentes en el puesto de trabajo.
La formación de los/as trabajadores/as en materia de prevención de
riesgos laborales sigue siendo todavía una asignatura pendiente para muchas
empresas andaluzas, especialmente en el sector de servicios. Sólo uno/a de
cada tres trabajadores/as declara que ha recibido en los últimos doce meses
formación sobre los riesgos presentes en sus puestos de trabajo.
En cuanto al tipo de metodología utilizada, la más frecuente sigue siendo
la formación teórica impartida en el aula, seguidas a distancia de la formación
práctica en el propio puesto de trabajo y la formación a distancia.
Por último, es preciso destacar que el grado de cumplimiento de los/as
empresarios/as en materia de protección individual es aceptable. Casi la mitad
de la población trabajadora ocupa puestos donde es obligatorio el uso de
algún equipo de protección individual (principalmente en la construcción, pero
también en muchas actividades industriales y en la agricultura). Sin embargo,
si bien las empresas tienen en cuenta los requerimientos técnicos del equipo
de protección en el momento de la selección y adquisición, habitualmente el
factor humano es obviado en estos procesos, puesto que sólo un 15,7% de
los/as trabajadores/as que usan estos equipos son consultados/as sobre la
idoneidad de los EPI.
Condiciones de seguridad
La gran mayoría de los/as trabajadores/as declaran que existen
posibilidades de sufrir una lesión por causa o motivo del trabajo que
desempeñan habitualmente. Los accidentes sentidos como más frecuentes
en los puestos de trabajo de Andalucía tienen, salvo excepciones
consecuencias leves o no muy graves, siendo las principales formas los
cortes y pinchazos, los golpes, las caídas de objetos materiales o
herramientas, y los accidentes por sobreesfuerzos en la manipulación de
cargas pesadas. Entre los menos frecuentes, están las lesiones debidas a
explosiones y exposición a radiaciones.
En cuanto a las causas, se señalan como la más frecuente las lesiones
debidas a la realización de esfuerzos y la adopción de posturas forzadas,
aunque es muy significativo que la segunda causa que más señalan los/as
222
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
trabajadores/as como constitutivas de accidentes sean el exceso de confianza
o costumbre por parte de la persona accidentada.
Condiciones ambientales del puesto de trabajo
Nos referimos en este apartado tanto a las condiciones de confort o
disconfort de los/as trabajadores/as debido a la temperatura y humedad del
puesto de trabajo, como a la presencia de contaminantes físicos, químicos o
biológicos en el puesto de trabajo.
Si bien una exposición a condiciones ambientales inadecuadas en los
lugares de trabajo no tienen por qué suponer a priori un riesgo para la
seguridad o la salud de los/as trabajadores/as, sin embargo, pueden influir
junto con la carga de trabajo y el tipo de ropa utilizada en la aparición de la
fatiga y el descenso de la productividad, o conducir en el peor de los casos a
situaciones de estrés térmico, bien por frío o calor.
Teniendo en cuenta sólo los/as trabajadores/as que no desempeñan sus
tareas al aire libre, en general, a casi el 90% de los/as trabajadores/as las
condiciones ambientales de sus puestos de trabajo les parecen aceptables.
Entre los que consideran inadecuadas las condiciones ambientales de sus
puestos de trabajo, destacan los que se quejan del calor que pasan en
verano.
En cuanto a los niveles de ruido, es preciso destacar que, si bien son
mayoría los/as que consideran que el ruido en su puesto de trabajo es muy
bajo (fundamentalmente trabajadores/as pertenecientes al sector de oficinas y
servicios privados), podemos establecer que más de la mitad de los
trabajadores/as andaluzas (50,5%) están expuestos/as a niveles de ruido
cuanto menos molestos, si no nocivos o peligrosos, fundamentalmente en los
sectores de la industria, la construcción y la agricultura.
Otro agente físico que puede afectar a la seguridad y la salud de los/as
trabajadores/as es la exposición a vibraciones. La exposición a vibraciones de
los/as trabajadores/as andaluces/as es significativamente inferior a la
exposición a ruido. El 18,6% de los/as encuestados/as manifiesta que están
expuestos/as a vibraciones, destacando sobre todo las que afectan al sistema
mano-brazo.
Los contaminantes químicos presentes en el lugar de trabajo constituyen
un problema importante para la seguridad y salud de los trabajadores y las
trabajadoras. En cuanto a la exposición por manipulación, los resultados de la
investigación indican que uno de cada cinco trabajadores/as manipula
habitualmente este tipo de productos en su puesto de trabajo, siendo más
frecuente la exposición en el caso de los varones y en los sectores de la
agricultura, industria y construcción. No obstante, estos/as trabajadores/as
declaran que están informados/as acerca de la peligrosidad de los productos
que manipulan y que éstos mayoritariamente llevan etiqueta informativa. En el
caso de exposición por inhalación a sustancias químicas presentes en el
ambiente de trabajo, un 30,4% de los/as encuestados/as declara que están
223
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
expuestos/as a este tipo de contaminantes, destacando de nuevo los/as
pertenecientes a los sectores de la agricultura, la industria y la construcción.
En cuanto a los riesgos de infección por agentes biológicos, los/as
trabajadores/as manifiestan mayoritariamente que no están expuestos a este
tipo de contaminantes en su puesto de trabajo (57,5%). Por el contrario, un
4,4%, afirma estar expuestos/as a contaminación biológica, debido al trabajo
que desempeñan, destacando fundamentalmente las actividades de servicios.
Condiciones del puesto de trabajo y sobrecarga de trabajo
Un diseño inadecuado del puesto de trabajo, junto con los requerimientos
físicos propios de las tareas a realizar son factores determinantes de la
sobrecarga física y del grado de penosidad al que está sometido/a el/a
trabajador/a.
Sobre las condiciones del puesto de trabajo, es destacable que más de la
mitad de los/as andaluces/as se quejen de algún aspecto inadecuado en su
puesto de trabajo, o al menos, susceptible de ser mejorado. El disponer de
poco espacio para trabajar cómodamente o no tener accesibles para las
manos elementos o utensilios necesarios para trabajar son las quejas que
más frecuentemente expresan los/as trabajadores/as.
En cuanto a los requerimientos físicos del trabajo, hemos de distinguir
entre la postura habitual de trabajo, las posturas forzadas y los movimientos
repetitivos.
La postura más frecuente de los/as trabajadores/as andaluces/as es
trabajar “de pie andando frecuentemente” (38,75%), seguida de los/as que
trabajan “sentados/as, levantándose con frecuencia” (18,33%). Estos
porcentajes son válidos para ambos sexos.
No obstante, existe un importante grupo de personas que realizan su
trabajo permaneciendo en una misma postura gran parte de la jornada
laboral. Nos estamos refiriendo a los/as que se ven sometidos a un esfuerzo
estático, bien por trabajar de pie sin andar apenas (15,78%), bien por
permanecer prácticamente toda la jornada sentados/as (9,88%). En los
trabajos que se realizan sentados/as sin levantarse nunca, el porcentaje de
mujeres es mayor que el de hombres (un 13,99% frente al 8,01%).
En lo que respecta a otros factores determinantes de carga física de
trabajo, como la adopción o mantenimiento de posturas forzadas o
mantenidas, el levantamiento y manipulación de cargas, o los movimientos
repetitivos de miembro superior, destacan por una mayor incidencia en la
población trabajadora andaluza, el realizar movimientos repetitivos de manos
o brazos (37,4%) y mantener una misma postura de trabajo durante más de la
mitad de la jornada (31,2%).
Además de la carga física, el desempeño de cualquier trabajo supone la
aplicación de distintas destrezas y capacidades que acarrean un esfuerzo
mental.
224
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
La carga de trabajo mental no solo se relaciona con aspectos puramente
cognitivos, como atención, memoria, rapidez en la toma de decisiones…
capacidades que se diferencian de una persona a otra y que pueden
fortalecerse o empobrecerse, sino que también implica aspectos afectivos,
tales como autocontrol emocional, capacidad de comunicación y trabajo en
grupo…
En Andalucía, el nivel de atención que exigen las tareas, así como el ritmo
de trabajo impuesto, y la realización de tareas repetitivas o de muy corta
duración son los principales aspectos señalados por los/as trabajadores/as
como determinantes de fatiga mental.
Factores organizativos y de carácter psicosocial
Del análisis de los resultados obtenidos en la investigación sobre la
incidencia de factores organizativos y psicosociales, obtenemos las siguientes
conclusiones:
– En términos de permanencia en el empleo, en Andalucía se aprecia
un nivel moderado de estabilidad laboral, o al menos así lo perciben
los/as trabajadores/as que se muestran optimistas en este sentido.
Tres de cada cuatro andaluces/as piensan que existen pocas
probabilidades de que puedan perder su puesto de trabajo en un
corto plazo de tiempo.
– En cuanto a las posibilidades de comunicación, los/as
trabajadores/as andaluces/as manifiestan, en general, un buen clima
laboral que permite la comunicación fluida entre compañeros/as.
Asimismo, declaran que las relaciones sociales, salvo excepciones,
son buenas en general.
– En lo referente al grado de autonomía de los/as trabajadores/as,
hemos de matizar que el orden en el que se realizan las tareas es el
aspecto sobre el que los/as andaluces/as ejercen una mayor libertad,
mientras que otros aspectos como el método de trabajo o el ritmo
vienen normalmente impuestos por las necesidades productivas de la
empresa.
– Sin embargo, en los aspectos relacionados con el tiempo de trabajo,
la jornada y el horario laboral, los/as andaluces/as tienen menor
control individual y menos flexibilidad.
– En cuanto al grado de participación de los/as trabajadores/as en la
toma de decisiones de aspectos relacionados directamente con sus
puestos de trabajo, es preciso puntualizar que existe un mayor grado
de participación en la organización y planificación, y supervisión de
los trabajos, mientras que en las decisiones relativas a cambios en las
condiciones de trabajo, elección de equipos y útiles, o medidas de
prevención de riesgos laborales, los márgenes de participación son
mucho menores.
225
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
Exposición a conductas violentas
A fin de conocer el nivel de exposición en el trabajo a conductas o hechos
violentos, consultamos a los/as trabajadores/as si habían sido objeto de algún
tipo de violencia física, sexual o discriminación por edad, nacionalidad, sexo,
o raza. Los datos recogidos ofrecen las siguientes conclusiones:
– Afortunadamente, los casos de violencia física llevadas a cabo por
personas del lugar de trabajo tienen una incidencia muy baja en
Andalucía. Sólo un 1,1% de los/as encuestados declara haber sido
víctima de este tipo de violencia.
– La frecuencia aumenta ligeramente en el caso de conductas violentas
llevadas a cabo por personas ajenas al lugar de trabajo (agresiones
de clientes o usuarios, atracos, robos…).
– Los casos de acoso sexual presentan una frecuencia ligeramente
más alta. Un 2,2% admite haber sido objeto de pretensiones sexuales
no deseadas, dándose más casos entre las mujeres que entre los
varones.
– Más frecuentes tanto en varones como en mujeres son los casos de
acoso psicológico. Un 2,4% de los/as encuestados/as declara que a
diario, o al menos una vez por semana, sufren episodios de
hostigamiento o acoso moral, y un 5,7% sufren estas conductas
menos frecuentemente. En cualquier caso, más de la mitad de los
afectados/as por mobbing señalan a sus compañeros/as como
principales responsables de estas conductas.
– En lo referente a conductas discriminatorias, se aprecia un mayor
porcentaje de casos de discriminación sexual entre las mujeres,
mientras que en los varones la principal forma de discriminación tiene
que ver con la edad del trabajador.
226
ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
ÍNDICE DE TABLAS
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
Distribución de las empresas andaluzas según tamaño de
plantilla. 1999-2003
Empresas por sectores. España y Andalucía. 1999-2003
Empresas por forma jurídica y provincia. 2003
Tasa de ocupación por sexo (Andalucía)
Evolución de los contratos registrados en Andalucía y España
(Miles)
Evolución de los Accidentes Laborales con baja producidos
dentro de la jornada de trabajo en Andalucía según la
gravedad de la lesión
Variación del número de accidentes leves con baja en
Andalucía (2001-2005)
Variación del número de accidentes graves con baja en
Andalucía (2001-2005)
Variación del número de accidentes mortales con baja en
Andalucía (2001-2005)
Distribución por provincias de accidentes con baja en jornada
de trabajo. Andalucía 2001-2002
Distribución por provincias y gravedad de accidentes con baja
en jornada de trabajo. Andalucía 2001-2002
Accidentes de trabajo con baja. Andalucía 2002-2003
Accidentes con baja por años y sectores en Andalucía (20012005)
Distribución de accidentes por su gravedad por sectores
económicos
Accidentes con baja en jornada de trabajo según gravedad por
rama de actividad. Andalucía. 2001
Distribución de accidentes por sectores productivos 2001-2002
Accidentes con baja en jornada de trabajo según gravedad por
rama de actividad. Andalucía. 2002
Accidentes con baja en jornada de trabajo según gravedad por
rama de actividad. Andalucía. 2004
Accidentes con baja en jornada de trabajo según la forma en
que se produjo el accidente. Año 2001
Accidentes en jornada de trabajo con baja según forma en el
que se produjeron. Andalucía. 2002
Accidentes con baja en jornada de trabajo según la forma en
que se produjo el accidente. Año 2005
18
19
19
21
22
31
33
34
34
40
41
42
44
46
48
49
50
55
63
64
66
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Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
22
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25
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31
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33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
228
Accidentes en jornada de trabajo según tipo de lesión. Año
2001
Accidentes con baja en jornada de trabajo según parte del
cuerpo lesionada. Año 2001
Accidentes en jornada de trabajo según tipo de lesión. Año
2002
Accidentes con baja en jornada de trabajo por descripción de
la lesión. Año 2005
Accidentes por parte del cuerpo lesionada en jornada de
trabajo.
Año 2005
Jornadas no trabajadas por accidentes en jornada de trabajo
con baja según gravedad y sexo por provincia. Año 2001
Accidentes en jornada de trabajo según sexo, gravedad y
provincia. 2002
Accidentes en jornada de trabajo con baja según ocupación.
Año 2001
Accidentes en jornada de trabajo con baja según ocupación.
Año 2002
Accidentalidad por ocupación y sexo en jornada de trabajo.
Andalucía 2004
Distribución por provincias y gravedad de enfermedades
profesionales con baja. Andalucía 2001-2002
Enfermedades profesionales graves por actividad económica.
Andalucía 2004
Enfermedades laborales graves por diagnóstico. Andalucía.
2004
Incidencia de las enfermedades músculo-esqueléticas.
Andalucía 2005
Presencia de delegados/as de prevención en empresas
andaluzas según tamaño de plantilla
Recursos para la organización de la prevención en las
empresas andaluzas según tamaño
Distribución de empresas según recursos preventivos por
sectores de actividad
Aspectos del puesto de trabajo más estudiados. Andalucía
Medidas adoptadas tras la realización de estudios de riesgos
Uso por los/as trabajadores/as de equipos de protección
individual.
Accidentes más frecuentes en Andalucía.
Principales causas de riesgos de accidente
Lugar habitual donde desarrolla sus tareas
Percepción de los/as trabajadores/as andaluzas sobre el nivel
de ruido en sus puestos de trabajo
Exposición a vibraciones en el puesto de trabajo. Andalucía
Exposición a radiaciones. Andalucía
Exposición a productos químicos por manipulación. Varones.
67
68
68
70
71
73
74
78
78
79
84
86
88
90
102
106
107
121
122
128
137
138
147
149
150
151
152
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50
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
61
62
63
64
65
66
Andalucía
Exposición a productos químicos por manipulación. Mujeres.
Andalucía
Postura habitual de trabajo. Andalucía
Factores determinantes de carga física
Principales zonas del cuerpo afectadas por molestias músculoesqueléticas Andalucía
Principales zonas del cuerpo afectadas por molestias músculoesqueléticas por sexo. Andalucía
Factores determinantes de carga mental. Andalucía
Factores determinantes de carga mental. Andalucía
Factores determinantes de carga mental. Andalucía
Significación del trabajo. Andalucía
Carga mental. Consecuencias de los errores. Andalucía.
Antigüedad media en el puesto de trabajo por sectores y sexo.
Andalucía
Aspectos que impiden o dificultan la comunicación en el
trabajo. Andalucía
Tipo de jornada de trabajo
Turnicidad según rama de actividad. Andalucía
Principales formas de violencia en el lugar de trabajo
Causas de accidentes en Andalucía según los/as
trabajadores/as
Sufre con frecuencia alguno de estos síntomas
Motivos de consulta médica por problemas de salud derivados
del trabajo
153
168
170
172
174
179
180
181
184
185
188
190
193
194
207
214
216
218
229
Unión General de Trabajadores de Andalucía
Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales
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ANÁLISIS DE LA SINIESTRALIDAD LABORAL Y DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO EN ANDALUCÍA
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Facts nº 42 de la Agencia sobre “Las cuestiones de género en relación con la
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Informe Anual 2003, Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de
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232
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