1aAmistad3cuentosparakinderyprimaria

Anuncio
Amistad
Cuento, tintero y pluma
1º y 2º de primaria
Pedro Pablo Sacristán
Lamentándose no se soluciona nada, hace falta cambiar las cosas y buscar la ayuda necesaria
En una pequeña ciudad hubo una vez un cuento vacío. Tenía un aspecto excelente, y una decoración
impresionante, pero todas sus hojas estaban en blanco. Niños y mayores lo miraban con ilusión, pero al
descubrir que no guardaba historia alguna, lo abandonaban en cualquier lugar.
No muy lejos de allí, un precioso tintero seguía lleno de tinta desde que hacía ya años su dueño lo dejara
olvidado en una esquina. Tintero y cuento lamentaban su mala suerte, y en eso gastaban sus días.
Quiso el azar que una de las veces que el cuento fue abandonado, acabara junto al tintero. Ambos
compartieron sus desgracias durante días y días, y así hubieran seguido años, de no haber caido a su lado
una elegante pluma de cisne, que en un descuido se había soltado en pleno vuelo. Aquella era la primera
vez que la pluma se sentía sola y abandonada, y lloró profundamente, acompañada por el cuento y el
tintero, que se sumaron a sus quejas con la facilidad de quien llevaba años lamentándose día tras día.
Pero al contrario que sus compañeros, la pluma se cansó enseguida de llorar, y quiso cambiar la situación.
Al dejar sus quejas y secarse las lágrimas, vio claramente cómo los tres podían hacer juntos mucho más que
sufrir juntos, y convenció a sus amigos para escribir una historia. El cuento puso sus mejores hojas, la tinta
no se derramó ni un poco, y la pluma puso montones de ingenio y caligrafía para conseguir una preciosa
historia de tres amigos que se ayudaban para mejorar sus vidas.
Un joven maestro que pasaba por allí triste y cabizbajo, pensando cómo conseguir la atención de sus
alumnos, descubrió el cuento y sus amigos. Al leerlo, quedó encantado con aquella historia, y recogiendo a
los tres artistas, siguió su camino a la escuela. Allí contó la historia a sus alumnos, y todos se mostraron
atentos y encantados.
Desde entonces, cada noche, pluma, tintero y cuento se unían para escribir una nueva historia para el joven
profesor, y se sentían orgullosos y alegres de haber sabido cambiar su suerte gracias a su esfuerzo y
colaboración.
AMISTAD
La silla
Pedro Pablo Sacristán
5º y 6º de Primaria
No todos quienes nos rodean son amigos de verdad. Los buenos amigos son los que nos quieren y se
preocupan por nosotros
Había una vez un chico llamado Mario a quien le encantaba tener miles de amigos. Presumía muchísimo de
todos los amigos que tenía en el colegio, y de que era muy amigo de todos. Su abuelo se le acercó un día y
le dijo: - Te apuesto un bolsón de palomitas a que no tienes tantos amigos como crees, Mario. Seguro que
muchos no son más que compañeros o cómplices de vuestras fechorías.
Mario aceptó la apuesta sin dudarlo, pero como no sabía muy bien cómo probar que todos eran sus amigos,
le preguntó a su abuela. Ésta respondió:
- Tengo justo lo que necesitas en el desván. Espera un momento.
La abuela salió y al poco volvió como si llevara algo en la mano, pero Mario no vio nada.
- Cógela. Es una silla muy especial. Como es invisible, es difícil sentarse, pero si la llevas al cole y
consigues sentarte en ella, activarás su magia y podrás distinguir a tus amigos del resto de compañeros.
Mario, valiente y decidido, tomó aquella extraña silla invisible y se fue con ella al colegio. Al llegar la hora
del recreo, pidió a todos que hicieran un círculo y se puso en medio, con su silla.
- No os mováis, vais a ver algo alucinante.
Entonces se fue a sentar en la silla, pero como no la veía, falló y se calló de culo. Todos se echaron unas
buenas risas. - Esperad, esperad, que no me ha salido bien - dijo mientras volvía a intentarlo.
Pero volvió a fallar, provocando algunas caras de extrañeza, y las primeras burlas. Marió no se rindió, y
siguió tratando de sentarse en la mágica silla de su abuela, pero no dejaba de caer al suelo... hasta que de
pronto, una de las veces que fue a sentarse, no calló y se quedó en el aire...
Y entonces, comprobó la magia de la que habló su abuela. Al mirar alrededor pudo ver a Jorge, Lucas y
Diana, tres de sus mejores amigos, sujetándole para que no cayera, mientras muchos otros de quienes había
pensado que eran sus amigos no hacían sino burlarse de él y disfrutar con cada una de sus caídas. Y ahí
paró el numerito, y retirándose con sus tres verdaderos amigos, les explicó cómo sus ingeniosos abuelos se
las habían apañado para enseñarle que los buenos amigos son aquellos que nos quieren y se preocupan por
nosotros, y no cualquiera que pasa a nuestro lado, y menos aún quienes disfrutan con las cosas malas que
nos pasan.
Aquella tarde, los cuatro fueron a ver al abuelo para pagar la apuesta, y lo pasaron genial escuchando sus
historias y tomando palomitas hasta reventar. Y desde entonces, muchas veces usaron la prueba de la silla,
y cuantos la superaban resultaron ser amigos para toda la vida.
AMISTAD
El hada y la sombra
3º y 4º de Primaria
Pedro Pablo Sacristán
La lealtad y el compromiso mantenidos ante las adversidades son las bases últimas de la amistad y el
amor.
Hace mucho, mucho tiempo, antes de que los hombres y sus ciudades llenaran la tierra, antes incluso de que
muchas cosas tuvieran un nombre, existía un lugar misterioso custodiado por el hada del lago. Justa y
generosa, todos sus vasallos siempre estaban dispuestos a servirle. Y cuando unos malvados seres
amenazaron el lago y sus bosques, muchos se unieron al hada cuando les pidió que la acompañaran en un
peligroso viaje a través de ríos, pantanos y desiertos en busca de la Piedra de Cristal, la única salvación
posible para todos.
El hada advirtió de los peligros y dificultades, de lo difícil que sería aguantar todo el viaje, pero ninguno se
asustó. Todos prometieron acompañarla hasta donde hiciera falta, y aquel mismo día, el hada y sus 50 más
leales vasallos comenzaron el viaje. El camino fue aún más terrible y duro que lo había anunciado el hada.
Se enfrentaron a bestias terribles, caminaron día y noche y vagaron perdidos por el desierto sufriendo el
hambre y la sed. Ante tantas adversidades muchos se desanimaron y terminaron por abandonar el viaje a
medio camino, hasta que sólo quedó uno, llamado Sombra. No era el más valiente, ni el mejor luchador, ni
siquiera el más listo o divertido, pero continuó junto al hada hasta el final. Cuando ésta le preguntaba que
por qué no abandonaba como los demás, Sombra respondía siempre lo mismo "Os dije que os acompañaría
a pesar de las dificultades, y éso es lo que hago. No voy a dar media vuelta sólo porque haya sido verdad
que iba a ser duro".
Gracias a su leal Sombra pudo el hada por fin encontrar la Piedra de Cristal, pero el monstruoso Guardián
de la piedra no estaba dispuesto a entregársela. Entonces Sombra, en un último gesto de lealtad, se ofreció a
cambio de la piedra quedándose al servicio del Guardián por el resto de sus días...La poderosa magia de la
Piedra de Cristal permitió al hada regresar al lago y expulsar a los seres malvados, pero cada noche lloraba
la ausencia de su fiel Sombra, pues de aquel firme y generoso compromiso surgió un amor más fuerte que
ningún otro. Y en su recuerdo, queriendo mostrar a todos el valor de la lealtad y el compromiso, regaló a
cada ser de la tierra su propia sombra durante el día; pero al llegar la noche, todas las sombras acuden el
lago, donde consuelan y acompañan a su triste hada.
Descargar