“(…) en el caso que nos ocupa, al no expresar la Cámara

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“(…) en el caso que nos ocupa, al no expresar la Cámara demandada los motivos por los cuales no practicó la
prueba de A.D.N. solicitada, las partes, principalmente el señor ***, no tuvieron la oportunidad de defenderse
frente a tal decisión en la misma instancia o en el grado de conocimiento superior prescrito por la ley. En este
sentido, es evidente que al no contener la sentencia, las razones indispensable –no necesariamente exhaustivas ni
detalladas- sobre la prueba requerida, ordenada y no practicada resulta la violación constitucional de la que ha sido
objeto el actor”.
Ref. 563-98
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las quince con veinticinco minutos
del día dieciocho de diciembre de dos mil.
El presente proceso de amparo constitucional se inició a través de demanda presentada el día uno de diciembre de
mil novecientos noventa y ocho, por el señor ***; de veintiséis años de edad al inicio de este proceso, Abogado, del
domicilio de Ilobasco, departamento de Cabañas; contra providencias dictadas por la Cámara de Familia de la
Sección del Centro, que considera vulneran sus derechos constitucionales de petición y defensa.
Han intervenido en el proceso, además de la parte actora, la Cámara de Familia en referencia como autoridad
demandada, la Juez de Familia de Sensuntepeque a quien esta Sala le dio la misma calidad y el doctor René
Mauricio Castillo Panameño, en su carácter de Fiscal de la Corte.
Analizado el proceso; y, considerando:
I. El actor manifiesta esencialmente en su demanda: Que el acto contra el cual reclama es la sentencia emitida por la
Cámara de Familia de la Sección del Centro el día dieciocho de septiembre de mil novecientos noventa y ocho, la
cual, además de confirmar la sentencia recurrida, le condenó al pago de la cantidad de cuarenta mil colones en
concepto de indemnización por daño moral. Que los derechos constitucionales conculcados con el proceder de la
autoridad demandada son el derecho de petición y derecho de defensa reconocidos expresamente en los artículos 18
y 12 de la Constitución de la República, por cuanto la referida Cámara de Familia no dio respuesta a dos de sus
argumentos planteados en el recurso de apelación respectivo, pues, por un lado, no practicó la prueba del Acido
Desoxirribonucleico (ADN), no obstante habérsela solicitado y haberla ordenado, ni consignó algún argumento que
justificara la no realización de la misma; y, por otro lado, tampoco se pronunció respecto del dictamen de la
Trabajadora Social del Juzgado de Familia de Sensuntepeque, el cual, a juicio del actor, era sumamente subjetivo y
por lo tanto, carente de valor. Que el tercero beneficiado con el acto reclamado es la señora ***, quien representa
legalmente al menor ***. Por las razones expuestas, pidió se le admitiera la demanda de amparo y se le tuviera por
parte en el carácter que comparece; asimismo, que se ordenara al Juzgado de Familia de Sensuntepeque suspender
de forma inmediata y provisional la ejecución del acto impugnado; se pidiera el informe de ley a la autoridad
demandada y recibidos los mismos y, seguidos que fueren los procedimientos de ley, se pronunciara sentencia
definitiva estimatoria, por la violación a los derechos constitucionales de defensa y de petición.
A la demanda se agregó certificación literal del proceso de Declaratoria Judicial de Paternidad promovido contra el
señor *** y del recurso de apelación.
Por auto de las doce horas cinco minutos del día veintidós de diciembre de mil novecientos noventa y ocho, se
admitió la demanda aclarando que por considerar esta Sala que la sentencia condenatoria suscrita por la Juez de
Familia de Sensuntepeque, departamento de Cabañas, tenía vinculación directa con la pretensión planteada contra la
Cámara de Familia de la Sección del Centro, se resolvió tener como autoridad demandada además de la Cámara en
mención a la referida Juez de Familia. Asimismo en dicha resolución se ordenó la suspensión inmediata y
provisional del acto reclamado y se pidió informe a las autoridades demandadas.
Ambas autoridades rindieron el informe solicitado expresando no ser ciertos los hechos alegados por la parte actora.
De conformidad al artículo 23 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, se confirió audiencia al señor Fiscal de
la Corte, quien no hizo uso de la misma.
A las catorce horas con veinte minutos del día tres de marzo de mil novecientos noventa y nueve, se confirmó la
suspensión del acto reclamado y se pidió nuevo informe a los funcionarios demandados, quienes lo evacuaron de la
siguiente forma: Los Magistrados de la Cámara de Familia de la Sección del Centro, expresaron que habiéndose
admitido el recurso de apelación interpuesto, como diligencia de prueba, para mejor proveer, se ordenó recibir la
prueba testimonial ofrecida por el demandado, la cual no se produjo en Primera Instancia por no haber sido citados
los testigos. Al haberse recibido la prueba testimonial, –señalaron- no se aportó ningún elemento de convicción para
que la sentencia de primer grado apareciera como injusta o dictada contraria a la legalidad, y agregaron que "(...) en
razón de la naturaleza oral del proceso de familia y al principio de inmediación entre los jueces y las partes, la
práctica de la diligencia de la prueba científica del Acido Desoxirribonucleico (A.D.N.), aunque no se haya dicho
expresamente en el acto, depende de las fuerzas probatorias que generarían los hechos afirmados por aquellos
testigos, que fueran motivo de incertidumbre o duda razonable de la paternidad atribuida al quejoso. Con el
resultado de esas pruebas, analizado el caso y con las probanzas ya existentes en el proceso, se pronunció la
sentencia definitiva, con la aclaración que la fijación de Indemnización por Daño Moral, se hizo a raíz de la
apelación adhesiva interpuesta por el licenciado ***.".
Por su parte, la Juez de Familia de Sensuntepeque se limitó a hacer una breve reseña de los hechos ocurridos en el
proceso de Declaratoria Judicial de Paternidad promovido en ese Tribunal y remitió certificación literal del
mencionado proceso.
Mediante resolución de las nueve horas del día siete de abril del año pasado, se corrió traslado por el plazo de tres
días al señor Fiscal de la Corte, quien en síntesis expresó: Que en cuanto a la falta de fundamentación de la
sentencia, considera, que el contenido de la misma satisface los requisitos exigidos por el artículo 82 de la Ley
Procesal de Familia. Y es que –aclaró- no obstante ser breve, contiene la motivación suficientemente clara con
expresión de los fundamentos de hecho y de derecho en que se sustenta la decisión. Respecto a la negación por parte
del mismo Tribunal de alzada, a la práctica de la prueba del A.D.N. solicitada en tiempo y en legal forma, estima
que se violó el derecho constitucional de defensa del demandante; pues, a pesar de haberse ordenado la práctica de
la misma, ésta no se llevó a cabo, sin haberse fundamentado en la sentencia definitiva la razón por la cual no se
realizó.
De conformidad al artículo 27 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, se dio traslado por el plazo de tres días
a la parte actora, quien ratificó los conceptos vertidos en su demanda.
Según auto de las nueve horas con cincuenta minutos del día dieciocho de junio del año pasado, se omitió el plazo
probatorio por considerar este Tribunal que con la documentación presentada y agregada en el expediente se
encontraba suficientemente delimitada y controvertida la pretensión constitucional planteada por la parte actora.
Con este último acto procesal, quedó el proceso en estado de pronunciar sentencia.
II. Corresponde ahora examinar la pretensión planteada, la cual, esta Sala advierte que básicamente, se circunscribe
a determinar dos circunstancias: 1) Violación al derecho de petición por no haber pronunciamiento alguno en lo que
respecta al informe social emitido por la Trabajadora Social del Juzgado de Familia de Sensuntepeque; y 2)
violación al derecho de defensa por no haberse consignado las razones fácticas y jurídicas por las cuales no se
realizó la prueba del Acido Desoxirribonucleico (A.D.N.), no obstante haberse ordenado.
En razón del tema de decisión planteado y que el parámetro de enjuiciamiento constitucional está determinado por
los derechos de petición y defensa, esta Sala considera necesario hacer una breve reseña sobre el contenido y alcance
de cada uno de los derechos aludidos con relación a los actos reclamados respecto de cada autoridad.
1) En lo que respecta al derecho de petición, jurisprudencia de esta Sala ha sostenido que el mismo queda satisfecho
cuando la autoridad o funcionario responde la solicitud presentada por el interesado, en el sentido que considere
procedente, con estricta observancia de la normativa constitucional, lo cual, no implica necesariamente obtener
ineludiblemente una respuesta favorable a los intereses del peticionario; en otras palabras, el contenido básico de
este derecho constitucional está orientado a que, realizada una petición por determinada persona a determinada
autoridad, aquélla le sea resuelta en forma congruente con lo solicitado, lo cual significa que toda decisión adoptada
en dicha respuesta debe ajustarse a los términos en que la persona la haya formulado, y deberá resolverse conforme
a las facultades legales atribuidas a dicha autoridad, sin importar lo favorable o contraria que pueda resultar para el
peticionario.
Con relación al elemento subjetivo, y específicamente el sujeto activo, el artículo 18 de la Constitución no hace
referencia a límite alguno en relación al legitimado activo del derecho de petición, por lo que puede interpretarse que
toda persona, sea nacional o extranjera, natural o jurídica, es capaz jurídicamente para ejercer tal derecho ante
cualquier entidad o autoridad estatal –sujeto pasivo del derecho de petición- pues el texto constitucional establece
que el destinatario de la misma puede serlo cualquiera de las "autoridades legalmente establecidas". Asimismo,
nuestra Constitución señala que la forma de ejercer el derecho constitucional en análisis es por escrito y de manera
decorosa, es decir, respetuosamente.
De lo expuesto en los párrafos anteriores se colige que un funcionario o entidad estatal satisface el derecho
constitucional de petición al responder la solicitud presentada, en el sentido que aquél considere procedente, pero
siempre con estricta observancia de lo preceptuado en la Constitución y las leyes secundarias.
Retomando las anteriores consideraciones doctrinarias al caso concreto, se advierte que el demandante alega
violación al derecho de petición por considerar que la Juez de Familia de Sensuntepeque y la Cámara de Familia de
la Sección del Centro no se pronunciaron en lo que respecta al dictamen de la Trabajadora Social del Juzgado de
Familia, ya que ambas autoridades debían de haber fundamentado en la sentencia respectiva las razones y los
fundamentos objetivos que hubieran desvirtuado su posición en lo que respecta al dictamen referido, el cual, -a su
juicio- era sumamente subjetivo y por lo tanto carente de valor.
Del análisis realizado en las sentencias que constituyen los actos reclamados aparece la relación que se hace del
informe de la Trabajadora Social en los siguientes términos: "A través del Informe Social se ha podido establecer
sobre la relación de pareja que ha existido entre la señora *** y el señor ***, presumiéndose que este último es el
padre del menor ***, asimismo se ha establecido sobre las condiciones socioeconómicas de ambos, siendo más
favorables las del demandado.", folio 75; y "(...) según se deja constancia en el informe social verificado en el
Tribunal a quo, se le encuentran varios aspectos que hacen coincidir sus mayores probabilidades que sea en efecto el
progenitor de ***; como a título de ejemplo, se manifiesta la ayuda económica ofertada por el propio demandado,
así como el deseo de ayudarle en su situación legal, dada su condición de abogado.(...)", folio 110.
Con ello se establece que las autoridades demandadas sí externaron los criterios jurídicos por los cuales dieron
validez al informe, pues, como ya se estableció en acápites anteriores, la obligación que tienen las autoridades del
Estado en estricta vinculación al derecho de petición ejercido por cualquier persona, se limita a dar una respuesta
congruente y razonable independientemente que resulte favorable o no al actor. Por dicha razón, es procedente
declarar que no ha lugar al amparo solicitado.
2. En lo que respecta al derecho de defensa alegado como infringido con los actos reclamados, es menester retomar
que tal derecho junto con el derecho de audiencia –por encontrarse ambos estrechamente relacionados- aseguran a
las partes la posibilidad de sostener, con argumentos, su respectiva pretensión y resistencia y rebatir los fundamentos
que la parte contraria haya podido formular en apoyo de éstas. Es decir, ambos derechos posibilitan, mediante la
contradicción, la oportunidad de defender las correspondientes posiciones en todo proceso jurisdiccional, en el que
pudiere resultar afectado cualquier derecho o categoría jurídica protegible que forme parte integrante de la esfera
jurídica de los gobernados, mediante la aportación de prueba y la alegación correspondiente sobre los hechos
controvertidos.
Es de señalar también que los derechos de audiencia y defensa se proyectan sobre todo en el proceso,
fundamentalmente en el núcleo de su desarrollo, en el cual, debe concederse a las partes una protección efectiva a
sus derechos y categorías jurídicas protegibles a través de los medios de defensa que éstas consideren convenientes.
En el curso del proceso, se ponen de manifiesto -entre otros- en la libertad probatoria y el derecho de alegar
contradictoriamente y en situación de igualdad. Y es que, la contradicción en todo proceso únicamente puede
lograrse mediante la posibilidad conferida a las partes de acceder al proceso para poder hacer valer sus pretensiones
y resistencias mediante la introducción del conjunto de hechos que las sustentan y la correspondiente prueba sobre
su existencia.
De todo lo expuesto en los acápites que anteceden, puede afirmarse que existe vulneración al derecho de defensa, y
por consiguiente, al derecho de audiencia cuando a las partes no se les concede la posibilidad real de defender sus
derechos o categorías jurídicas protegibles por medio de la oportunidad de exponer sus argumentos y desvirtuarlos a
través de la prueba.
Además de lo anterior, y en virtud de los hechos alegados por el peticionario, esta Sala considera pertinente hacer un
análisis acerca de la obligación de motivar las sentencias como una de las manifestaciones de los derechos de
defensa y audiencia.
Al respecto, cabe mencionar que la obligación de fundamentar no es un mero formalismo procesal, ya que conduce a
conocer las razones de la decisión jurídica posibilitándose con ello que las partes a las que vincula puedan tener
reales oportunidades de defensa.
Precisamente, por el objeto que persigue la motivación -la explicación de las razones que mueven objetivamente al
Juez a resolver en determinado sentido, permitiendo el conocimiento de los gobernados del porqué de las mismas- es
que su observancia reviste especial importancia. En virtud de ello, el incumplimiento a la obligación de motivar
adquiere connotación constitucional, por cuanto incide positivamente en los derechos de defensa y audiencia, en el
sentido que al no exponerse la argumentación que fundamente los proveídos jurisdiccionales no pueden los
justiciables observar el sometimiento del Juez a la ley ni permite el ejercicio de los medios de defensa,
especialmente el control a posteriori por la vía del recurso.
De lo expuesto en los párrafos anteriores puede concluirse que la motivación de las resoluciones elimina todo
sentido de arbitrariedad al consignar las razones que han originado el convencimiento del juzgador para resolver
en determinado sentido, pudiendo los justiciables conocer del porqué de las mismas y controlar la actividad
jurisdiccional a través de los medios impugnativos.
Retomando las consideraciones doctrinarias expuestas, corresponde ahora analizar los actos contra los cuales la
parte actora reclama por considerar que han vulnerado su derecho de defensa. Al respecto, el señor *** considera
que al no haberse realizado la prueba científica del Acido Desoxirribonucleico (A.D.N.), no obstante haberse
ordenado, se le violentó su derecho de defensa.
Para una mejor comprensión, esta Sala analizará en primer orden la actuación de la Juez de Familia de
Sensuntepeque –a quien esta Sala le dio intervención como autoridad demandada-, y posteriormente, la de la
Cámara de Familia de la Sección del Centro, a efecto de determinar si existió la violación aludida.
(a) Con relación a la Juez de Familia, el actor en su demanda expresó que al no haberse realizado dicha prueba en
Primera Instancia tal y como se tenía previsto, y habiéndose declarado la paternidad reclamada, se le vulneró su
derecho de defensa, por cuanto no se comprobó efectivamente dicha calidad ni se le dieron los motivos por los
cuales no se llevó a cabo la prueba solicitada.
Analizando la certificación del juicio de familia agregado a este proceso de amparo, consta lo siguiente: (a) Que con
fecha doce de marzo de mil novecientos noventa y ocho, la Juez de Familia de Sensuntepeque en la Audiencia
Preliminar ordenó la realización de las pruebas antropométrica, antropomórfica y de A.D.N. en la demandante,
demandado y el menor ***, y además citó a las partes y a sus apoderados a efecto que comparecieran a la Audiencia
de Sentencia correspondiente, folios 39; (b) que en la Audiencia de Sentencia de fecha cuatro de mayo de mil
novecientos noventa y ocho, la Juez mencionada declaró abierta la audiencia, leyó y agregó el estudio social
ordenado en el que se consigna lo relativo a la práctica de las pruebas científicas mandadas, folios 59-62; (c) que en
la sentencia pronunciada a las once horas con veinte minutos del día seis de mayo de mil novecientos noventa y
ocho, con base en las pruebas agregadas al proceso la Juez demandada declaró la paternidad del señor *** a favor
del menor ***; folios 206.
En virtud de lo anterior, esta Sala advierte que efectivamente la Juez de Familia ordenó la realización, entre otras, de
la prueba del Acido Desoxirribonucleico (A.D.N.), y comisionó a la Trabajadora Social del Tribunal para que
coordinara lo pertinente a efecto de llevar a cabo la mencionada prueba (folios 62).
Asimismo, aparece en el presente proceso (folios 62), el informe que la Trabajadora Social presentó y fue agregado
al proceso familiar, en el que se consignó que se había contactado a la Jefe del Laboratorio Forense del Instituto de
Medicina Legal de San Salvador, quien, oportunamente expresó, que en ese momento no estaban tomando las
muestras de A.D.N. pero que existía la posibilidad que dicha prueba se realizara en el país; el mencionado informe,
según consta a folios 59, fue leído en la correspondiente Audiencia de Sentencia, a la cual, tal como se consignó en
el acta correspondiente, el señor *** no compareció, no obstante estar legalmente citado.
Por otra parte, la Juez de Familia demandada al evacuar el informe de ley, a folios 135 mencionó: "En celebración
de audiencia de sentencia a la cual el demandado y su apoderado no comparecieron aún estando legalmente
notificados, se aportaron las pruebas suficientes que dan indicios para presumir la paternidad pretendida, aún sin la
realización de las pruebas científicas mandadas (ADN, Antropomórfica y Antropométrica), las que en su momento
fue difícil practicarlas, como consta procesalmente.".
Ante tal situación, esta Sala considera que en ningún momento puede considerarse vulnerado el derecho de defensa,
ya que la funcionaria demandada oportunamente expuso las razones y motivos por los cuales no se iba a llevar a
cabo la prueba científica del Acido Desoxirribonucleico (A.D.N.), por lo tanto, el señor *** tuvo oportunidad de
exponer sus razonamiento y/o desvirtuar los motivos que la Juez de Familia dio para no realizar la prueba indicada.
Y es que, la eventual comparecencia del señor *** a la Audiencia de Sentencia hubiese posibilitado la oportunidad
de alegar lo pertinente respecto a la falta de realización de dicha prueba.
En virtud de lo anterior, esta Sala estima que no existe la violación constitucional del derecho de defensa atribuida a
la Juez de Familia de Sensuntepeque, por lo que, en ese punto es procedente denegar el amparo solicitado.
(b) Ahora bien, en lo que respecta a la Cámara de Familia de la Sección del Centro, a la que se le atribuye no haber
realizado la prueba tantas veces aludida no obstante haberse ordenado, el actor señaló en su demanda que al no
haberse practicado la misma ni haber proporcionado ninguna argumentación que justificara tal omisión, la Cámara
demandada violó su derecho de defensa, en cuanto a que le atribuyó la paternidad sin haber comprobado
efectivamente dicha calidad.
En cuanto a ese punto, consta a folios 91 de este expediente judicial, que la Cámara de Familia de la Sección del
Centro, mediante resolución pronunciada a las diez horas con diecinueve minutos del día seis de julio de mil
novecientos noventa y ocho, resolvió: (a) Admitir el recurso de apelación interpuesto por el señor *** contra la
sentencia pronunciada por el Juzgado de Familia de Sensuntepeque; y (b) ordenar la práctica de diligencias de
prueba para mejor proveer, para lo cual, señaló día y hora para la recepción de los testigos ofrecidos por el señor
***, deposiciones recibidas según consta a folios 107 de este proceso; y también ordenó la práctica de la prueba
científica del Acido Desoxirribonucleico (A.D.N).
Posteriormente, consta a folios 110 de este proceso la sentencia pronunciada por la Cámara demandada a las quince
horas y dieciocho minutos del día dieciocho de septiembre de mil novecientos noventa y ocho, en la que se resuelve
el recurso de apelación planteado confirmando la declaratoria judicial de paternidad del peticionario y modificando
lo relativo a la indemnización por daño moral.
No obstante ello, la Cámara de Familia de la Sección del Centro, al rendir los informes requeridos, esencialmente
afirmó a folios 131 que no había vulnerado derechos constitucionales del actor, pues, –expresó- "en razón de la
naturaleza oral del proceso de familia y al principio de inmediación entre los Jueces y las partes, la práctica de la
diligencia de la prueba científica del Acido Desoxirribonucleico (A.D.N.), aunque no se haya dicho expresamente en
el acto, depende de las fuerzas probatorias que generarían los hechos afirmados por aquellos testigos, que fueran
motivo de incertidumbre o duda razonable de la paternidad atribuida al quejoso.".
En virtud de lo anterior, esta Sala advierte que si bien es cierto la Cámara demandada ordenó a folios 91 se
practicara la prueba del Acido Desoxirribonucleico (A.D.N.), también es cierto que dicha prueba nunca fue realizada
ni consta que la Cámara demandada haya dado a conocer a las partes –y en específico al señor ***, quien solicitó la
prueba indicada- las razones y criterios jurídicos esenciales que dieron lugar a omitir la realización de la prueba
solicitada.
Y es que, en el caso que nos ocupa, al no expresar la Cámara demandada los motivos por los cuales no practicó la
prueba de A.D.N. solicitada, las partes, principalmente el señor ***, no tuvieron la oportunidad de defenderse frente
a tal decisión en la misma instancia o en el grado de conocimiento superior prescrito por la ley. En este sentido, es
evidente que al no contener la sentencia, las razones indispensable –no necesariamente exhaustivas ni detalladassobre la prueba requerida, ordenada y no practicada resulta la violación constitucional de la que ha sido objeto el
actor.
III. Habiéndose establecido que existen violaciones constitucionales en la actuación de la autoridad demandada,
corresponde determinar el efecto restitutorio de la sentencia estimatoria.
Al respecto, reiterada jurisprudencia de esta Sala ha sostenido que el artículo 35 de la Ley de Procedimientos
Constitucionales señala el efecto normal y principal de la sentencia que concede el amparo: el efecto restitutorio; el
cual debe entenderse en forma amplia, es decir, atendiendo a la doble finalidad del amparo, el restablecimiento del
orden constitucional violado y la reparación del daño causado.
En el caso que nos ocupa, esta Sala, mediante resolución de las doce horas con cinco minutos del día veintidós de
diciembre de mil novecientos noventa y ocho, y de las catorce horas con veinte minutos del día tres de marzo de mil
novecientos noventa y nueve ordenó y confirmó la suspensión provisional de los efectos del acto reclamado por la
parte actora, lo cual pretendió evitar la consumación de la sentencia reclamada. En vista de ello y habiéndose
establecido la violación constitucional, el efecto restitutorio de esta sentencia debe consistir en volver las cosas al
estado en que se encontraban antes del acto reclamado, esto es, anular el acto reclamado, es decir, la sentencia
pronunciada por la Cámara de Familia de la Sección del Centro a las quince horas y dieciocho minutos del día
dieciocho de septiembre de mil novecientos noventa y ocho, quedando válidas las actuaciones practicadas hasta
antes de pronunciar la sentencia mencionada, debiendo entonces la Cámara demandada pronunciar la
correspondiente sentencia atendiendo a las consideraciones jurídicas expuestas en la presente decisión.
POR TANTO: Con base en las razones expuestas y en aplicación de los artículos 12 y 18 de la Constitución y
artículos 32, 33, 34 y 35 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, a nombre de la República, esta Sala FALLA
: (a) Declárase que no ha lugar el amparo por las actuaciones de la Juez de Familia de Sensuntepeque, departamento
de Cabañas, por no haberse comprobado la violación a los derechos de petición y defensa alegada; (b) declárase que
no ha lugar el amparo promovido contra la Cámara de Familia de la Sección del Centro por no haberse comprobado
la violación al derecho de petición invocada; (c) declárase que ha lugar el amparo solicitado por el señor ***,
contra providencias de la Cámara de Familia de la Sección del Centro, por violación al derecho de defensa al no
haberse expuesto los motivos y razones jurídicas por las cuales no se practicó la prueba del Acido
Desoxirribonucleico (A.D.N.); (d) vuelvan las cosas al estado en que se encontraban antes de emitir la sentencia
mediante la cual se resuelve el correspondiente recurso de apelación, pronunciada a las quince horas y dieciocho
minutos del día dieciocho de septiembre de mil novecientos noventa y ocho; y (e) notifíquese. ---A. G.
CALDERON---R. HERNANDEZ VALIENTE---J. E. TENORIO---MARIO SOLANO---J. ENRIQUE ACOSTA---
PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---S. RIVAS AVENDAÑO--RUBRICADAS
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