parte i: el estado de nicaragua

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Libro de la Defensa Nacional de Nicaragua. Documento preliminar para Consulta a la Nación
PARTE I: EL ESTADO DE NICARAGUA
A.
Formación del Estado-nación
En Nicaragua, el paso del régimen colonial al Estado-nación, fue un largo
proceso de seis décadas (1798-1858) que inició a finales del siglo XVIII,
cuando la decadencia económica del Imperio español motivó a terratenientes
y comerciantes de la provincia de Nicaragua, a tomar conciencia que el
sistema colonial representaba un freno para su desarrollo. La independencia
permitiría la libertad de exportación de los productos agrícolas, rompiendo
así el monopolio español. Para finales del siglo XVIII e inicios del XIX, ya
existía en la elite criolla local una cierta conciencia histórica, surgida de la
situación de marginalidad en que vivían dentro del sistema colonial, así como
de sus propias perspectivas de desarrollo.
Después de la independencia, Nicaragua estuvo inmersa en una permanente
situación de violencia por las guerras entre las familias dominantes que
se disputaban el poder. Particularmente, las elites de León y Granada
se enfrentaron en lucha por la hegemonía, siendo ésta una de las causas
principales del atraso en la conformación de un Estado nacional. Sin embargo,
en la última década del período conocido como de la Anarquía (1849-1858) se
redefinieron las relaciones entre los dos grupos oligárquicos.
Como consecuencia de la intervención filibustera de William Walker, a
mediados del siglo XIX, y del temor de las ambiciones expansionistas
estadounidenses por la eventual construcción de un canal interoceánico por
la ruta río San Juan, lago de Nicaragua e istmo de Rivas, comenzó a surgir una
idea de nación entre las elites. Contribuyó a ello la disminución de la pugna
entre liberales y conservadores después de 1858.
Entre 1838 y 1909, la clase gobernante nicaragüense clarificó su idea de nación
en torno a la necesidad de la construcción de un canal interoceánico en el
país, para posibilitar la inserción de Nicaragua en la economía mundial. Este
proyecto nacional requería un financiamiento exterior, lo que constituía un
riesgo para la soberanía, independencia e integridad territorial del incipiente
Estado nicaragüense.
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El consenso entre las elites nicaragüenses en torno a la potencialidad de su
territorio, así como de la necesidad de constituir un sistema de autoridad
centralizada para la exportación de productos agrícolas y el temor a la
intervención foránea, proporcionaron los fundamentos para la consolidación
de la idea de nación.
La posibilidad de alcanzar la inserción al mercado mundial se inició con el
cultivo del café, y la demanda de una estructura productiva interna orientada
hacia la exportación agrícola, permitió cambiar el sentido de los conflictos
políticos dentro del grupo dominante. Con el avance del cultivo del café,
los regímenes conservadores se impusieron a la necesidad de una reforma
económica, política y social que pusiera fin a la inestabilidad de las luchas
fraccionales. De ahí que el régimen conservador que gobernó más de treinta
años aparezca como un período relativamente estable, aunque no logró el
desarrollo completo de las estructuras del Estado.
Al entrar al último cuarto del siglo XIX, se encuentra ya un esfuerzo coherente
de la clase gobernante por consolidar la hegemonía estatal. El general José
Santos Zelaya se planteó crear la nación desde el Estado. La expansión
cafetalera necesitó que el Estado asumiese las tareas de crear las condiciones
económicas, políticas y sociales para su desarrollo. En consecuencia, el
gobierno de Zelaya intensificó la modernización del Estado, favoreciendo el
desarrollo del cultivo del café y su inserción al mercado mundial.
Asimismo, tomó una serie de medidas para el establecimiento del marco
jurídico institucional de la Revolución Liberal con la Constitución de 1894
y la promulgación de códigos y leyes que ordenaron el funcionamiento
estatal y social, establecieron la separación entre la Iglesia y el Estado. Se
consignó, además, el derecho de propiedad y seguridad individual, la
educación laica y gratuita, y se crearon instituciones gubernamentales que
facilitaron las gestiones para la producción y el comercio, y la conformación
de un ejército moderno. Su logro más importante fue la Reincorporación de la
Mosquitia como parte indivisible del territorio nacional, integrando así bajo la
jurisdicción centralizada del Estado a toda la nación nicaragüense.
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El régimen de Zelaya definió que para impulsar una real modernización del
país era necesario asegurar la defensa de los avances políticos, económicos
y sociales que la Revolución Liberal llevaba a cabo. En consecuencia, se
implementó por primera vez una doctrina militar basada en la creación
de un ejército institucional que, como poderosa fuerza militar, defendiera
la soberanía nacional y que al mismo tiempo apoyara el logro de los
objetivos estratégicos del general Zelaya en su afán de alcanzar la unión de
Centroamérica.
Es así, que en materia militar el gobierno liberal emitió los códigos, leyes
y ordenanzas militares que permitieron la construcción del primer ejército
institucional de Nicaragua, una institución moderna desde el punto de vista de
su doctrina militar, táctica y armamento. Se crearon las escuelas y la Academia
Militar, estableciéndose la carrera militar como una profesión importante en
la sociedad, la implementación de la Ley del Servicio Militar Obligatorio, de
reserva y milicias que coadyuvaron en el crecimiento cuantitativo y cualitativo
de la institución armada de tal forma que pudo enfrentar guerras internas y
externas, en las que se impuso victoriosamente.
Sin embargo, el proyecto de Estado-nación de José Santos Zelaya fracasó por
la intervención estadounidense que lo percibió como un peligro para sus
intereses estratégicos en el área centroamericana. La intervención despertó
una conciencia patriótica y nacionalista, que posteriormente tomó su cauce
antiimperialista con la lucha del general Augusto C. Sandino entre 1927 y
1934, quien rompe la idea de nación liberal y propugna la construcción de un
Estado-nacional, empezando por la democratización de la vida política del
país, la independencia nacional y la justicia social.
Como resultado del golpe de Estado de 1936, seguido de elecciones
fraudulentas y reformas constitucionales, Anastasio Somoza García le da un
carácter institucional a la dictadura militar que impone, y sobre la base de la
Guardia Nacional, creada en 1927 durante la segunda intervención militar
extranjera, comienza a gestarse el carácter del gobierno somocista. Un Estado
sin una definición de doctrina militar propia de la defensa nacional, ya que
minimizó los peligros de parte de los países vecinos.
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A partir de 1950, el país conoció un vigoroso período de expansión económica
sobre la base del cultivo y exportación del algodón y de otros productos
agrícolas, que dan lugar a transformaciones fundamentales en la base
económica y social del país, e inciden en la modernización del aparato del
Estado y en el enriquecimiento del grupo Somoza y de nuevas expresiones
oligárquicas. En la década de 1960, el país adquiere un nuevo impulso
de expansión económica en el contexto del proyecto centroamericano de
integración económica y penetración del capital extranjero.
El Estado somocista se convierte en un sistema coercitivo y garante de los
intereses extranjeros, que enfrentará una lucha social inspirada en las ideas
nacionalistas de Sandino con la organización política militar del Frente
Sandinista de Liberación Nacional, que junto a la mayoría del pueblo
nicaragüense logra derrocar al régimen somocista e instaurar un nuevo tipo
de Estado en 1979.
Con la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional se incorporaron las bases
de la nueva organización estatal, se promulgaron el Estatuto Fundamental y
el Estatuto de Derechos y Garantías de los nicaragüenses, que sustituyeron la
Constitución Política de 1974 y establecieron los fundamentos de una nueva
institucionalidad. En 1987 se emitió una nueva Constitución Política con la
que el Estado nicaragüense inicia su consolidación desde el punto de vista
democrático y jurídico, como un Estado social de derecho.
Con la victoria electoral en 1990 de Violeta Barrios de Chamorro, candidata
de la Unión Nacional Opositora (UNO), desapareció el Estado sandinista
y su doctrina militar, dándose pasos para el establecimiento de un Estado
democrático con una economía de mercado, respetuoso de las libertades
públicas y derechos civiles. El gobierno de la presidenta Barrios de Chamorro
se propuso consolidar el proceso de paz iniciado en Sapoá; alcanzar el
desarme y la reconciliación nacional; y reorientar el rumbo de los intereses
nacionales en el marco de una nueva situación política y económica en el
contexto regional y mundial.
Las reformas constitucionales de 1995 y 2000, son el marco de referencia del
Estado nicaragüense actual y de la reafirmación de su carácter independiente,
libre, soberano, unitario e indivisible.
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1.
Principios fundamentales del Estado nicaragüense
Están definidos en la Constitución Política de Nicaragua y constituyen las bases
jurídica, política, social, económica y cultural de la nación nicaragüense.
La independencia, la soberanía y la autodeterminación nacional, son derechos
irrenunciables del pueblo y fundamentos de la nación nicaragüense; es deber
de todos los nicaragüenses preservarlos y defenderlos. La soberanía nacional
reside en el pueblo, quien la ejerce a través de instrumentos democráticos,
decidiendo y participando en la construcción y perfeccionamiento del sistema
económico, político y social.
Asimismo, son principios de la nación nicaragüense: la libertad; la justicia;
el respeto a la dignidad de la persona humana; el pluralismo político, social
y étnico; el reconocimiento a las distintas formas de propiedad; la libre
cooperación internacional; y el respeto a la libre autodeterminación de los
pueblos. La lucha por la paz y por el establecimiento de un orden internacional
justo, son compromisos irrenunciables de Nicaragua.
El Estado reconoce la existencia de los pueblos indígenas, que gozan de los
derechos, deberes y garantías consignados en la Constitución, y en especial
los de mantener y desarrollar su identidad y cultura, tener sus propias formas
de organización social y administrar sus asuntos locales.
Nicaragua fundamenta sus relaciones internacionales en la amistad y
solidaridad entre los pueblos y la reciprocidad entre los estados, y en
consecuencia se inhibe y proscribe todo tipo de agresión política, militar,
económica, cultural y religiosa, y la intervención en los asuntos internos de
otros estados; reconoce el principio de solución pacífica de las controversias
internacionales por los medios que ofrece el Derecho internacional, y proscribe
el uso de armas nucleares y otros medios de destrucción masiva en conflictos
internos e internacionales; y privilegia la integración regional y propugna por
la reconstrucción de la Gran Patria Centroamericana.
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2. Orden institucional, democracia y estado de derecho
Nicaragua es un Estado independiente, libre, soberano, unitario e indivisible.
Es una república democrática, participativa y representativa, cuyos órganos
de gobierno son:
Poder Legislativo, Poder Ejecutivo, Poder Judicial y Poder Electoral.
B.
Características geográficas del territorio nacional
1.
Posición territorial de Nicaragua en el mundo
El territorio nacional es el comprendido entre el mar Caribe y el océano
Pacífico y las repúblicas de Honduras y Costa Rica. La soberanía, jurisdicción
y derechos de Nicaragua se extienden a las islas, cayos y bancos adyacentes,
así como las aguas interiores, el mar territorial, la zona contigua, la plataforma
continental, la zona económica exclusiva y el espacio aéreo correspondiente,
de conformidad con la ley y las normas de Derecho internacional.
La República de Nicaragua únicamente reconoce obligaciones internacionales
sobre su territorio que hayan sido libremente consentidas y de conformidad
con la Constitución Política de la República de Nicaragua y las normas de
Derecho internacional. Asimismo, no acepta los tratados suscritos por otros
países en los cuales Nicaragua no sea parte contratante.
2.
Extensión territorial
El territorio nicaragüense está integrado por tres grandes componentes:
Espacio terrestre. Es el comprendido entre las repúblicas de Honduras y
Costa Rica, el mar Caribe y el océano Pacífico, tiene un área de 130,373.40 Km²,
incluyendo el área de lagos y lagunas que se encuentran dentro del territorio
continental y las islas, cayos y bancos situados en aguas territoriales del mar
Caribe y océano Pacífico.
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