Los políticos afinan - Antoni Gutiérrez-Rubí

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SOCIEDAD
Los políticos afinan
La música es imprescindible en la campaña electoral si se quiere estimular a unos
votantes hartos de sermones Si la 'Macarena' ayudó a Clinton a ganar Florida y Obama se
unió al 'Boss', algo tendrá la música...
15.02.09 ISABEL IBÁÑEZ
Obama y Springsteen, en un mitin del primero en noviembre del año pasado. / AP
El PNV tentó a Loquillo -«la personificación de la 'rock star' española», según su web- para que
diera un toque especial a su campaña de estas autonómicas vascas, aunque la cosa no cuajó.
Los nacionalistas pretendieron también a Despistaos, ese grupo que se ha hecho famoso por
poner música a la serie de de Antena 3 'Física o química'. El mismo que ha sido requerido por
PP y PSE, pero siempre han dicho no, quizás haciendo suya esa frase de Fito Cabrales:
«Cuando mezclas política y música siempre sale perdiendo la música». Distinto piensan
Pignoise, Guaraná, Miranda Warning y Pitingo, que han aceptado el envite de los populares
para tocar en directo en sus actos. Los políticos vascos saben bien que Rafael Ruiz, mitad de
Los del Río, tiene razón en esto: «Un mitin sin música es una cosa muy 'desaboría'». Su
canción 'Macarena' protagonizó en 1996 uno de los antecedentes más interesantes -y
surrealistas- de lo que está ocurriendo en política.
Sucedió mucho antes de que llegara Obama arrasando de la mano de Springsteen, autor del
tema 'Working On A Dream', precisamente el que está utilizando el PSE para abrir sus mítines.
Bill Clinton, que se presentaba entonces a la reelección como presidente de EE UU, escogió
para su campaña la 'Macarena', que estaba pegando fortísimo, especialmente entre la
comunidad hispana. Y consiguió su segundo mandato por muchas razones, pero que los
demócratas se impusieran en el muy hispano estado de Florida es algo que sólo se había
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producido en las últimas décadas con Lyndon B. Johnson, en 1964, y Jimmy Carter, en 1976 -y
después, en 2008, con Obama-. «No quiero decir que Clinton ganara gracias a nuestra canción
-aclara el músico de Dos Hermanas- pero resultó fundamental».
No fueron los primeros en poner su arte al servicio de la política, aunque ni les pidieran permiso
- «nos da igual, estamos muy agradecidos»-. En España ya nos habíamos acostumbrado a los
sones de la Transición, al tándem Ana Belén y Víctor Manuel en los mítines del PCE y a temas
como 'Tiene que llover' o 'Libertad sin ira', canciones protesta que no han muerto, simplemente
han sido relevadas por las letras del hip hop; ya expuso Labordeta que los cantautores como él
han pasado el testigo de la crítica social a raperos como Will.i.am, compositor del tema 'Yes
We Can' para Obama.
El potente 'efecto coro'
Es verdad que el matrimonio entre política y música es tan añejo que casi resulta una
'matrimoniada', pero la campaña del hoy presidente de EE UU convirtió algunos de sus
encuentros con los votantes en auténticos espectáculos amenizados por grandes como U2 y el
Boss y ha insuflado aire a esta unión. La primera campaña electoral que se celebra en nuestro
país tras este ciclón es la de las autonómicas vascas -junto con las gallegas-. Al margen de
posicionamientos políticos y de un análisis más riguroso, los mítines del primer presidente
negro de EE UU llegaban a través de la tele como grandes fiestas en las que hasta apetecía
participar; citas en las que la gente cantaba y bailaba y lloraba y reía. Y ahí estaban mirando
los políticos del resto del planeta, aprendiendo la lección y aplicándose el cuento, aunque les
cueste reconocer que las maneras de Obama les han obligado a replantear sus fórmulas.
Antoni Gutiérrez-Rubí, asesor de comunicación de muchas campañas electorales y
responsable de la empresa Ideograma, explica la importancia del componente coral de la
música: «Envuelve a la gente que está compartiendo una misma emoción; cantar todos la
misma canción genera sensaciones positivas, de avanzar juntos, de sentirnos más fuertes y
motivados. Así, el acto político se convierte en una experiencia vital». Suele citar a León Felipe
-'algún día la política será una canción'-, y aunque el poeta se refería más bien a la sublimación
del ejercicio del poder, el experto considera que «Obama se ha acercado mucho, él sabe que
la música es decisiva en la movilización del electorado. Sin duda, todos buscan apropiarse de
su estilo».
«Les tenemos aburridos»
«No podemos seguir con planteamientos de hace 30 años, debemos proponer actos más
atractivos», dice Iñaki Oyarzabal, del PP. Ha sido éste el partido que más ha innovado. Gracias
a su 'política pop' ha roto la idea de que sólo las izquierdas podían tener artistas en sus mítines.
Esta formación contrata a grupos reconocidos del pop-rock español que tocan un par de
canciones en el intermedio y lleva a músicos cambiantes -«para que no les llamen la banda del
PP»- que se ocupan de interpretar temas de The Cure, Beyoncé, los Stones o The Who a
modo de leitmotiv de cada orador, además de tocar canciones como 'Viva la vida' de Coldplay y
el himno del PP con aires de U2: «Es el de la época Aznar y está demasiado identificado con
una persona, por eso lo hemos modernizado», reconoce el asesor de este partido.
Alfonso Gil, concejal del PSE en Bilbao y organizador de actos de esta campaña, también
defiende un cambio de táctica: «Los partidos tenemos aburrida a la gente con nuestros mítines
tradicionales». Son quizás los socialistas quienes más recuerdan a los demócratas
norteamericanos, primero por la utilización de la voz de Springsteen abriendo sus mítines y,
segundo, por la imagen que transmiten de su líder, Patxi López, que potencia su conocida
melomanía con apariciones en medios como la edición española de la revista 'Rolling Stone', la
misma que publicó la selección de temas que Obama lleva en su iPod. En ella se le ve
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embocando un saxofón -López atesora una colección de instrumentos, aunque reconoce que
no sabe tocar ninguno-, en unas fotos que recuerdan a Clinton. Otro demócrata como John
Kerry ha aprovechado sus conocimientos para aparecer tocando la guitarra.
«La música es insuperable y si quieres hacer política debes incorporarla», explica GutiérrezRubí. «Los líderes políticos necesitan a los líderes sociales porque éstos tienen un gran crédito,
especialmente los músicos, porque su arte forma parte de las emociones de la vida y conecta
directamente con el sentimiento». Hoy, muchos insisten en reivindicar su vieja chupa de cuero,
como el jeltzale José Luis Bilbao, o se sientan ante una batería sin saber empuñar las
baquetas, como Esperanza Aguirre. «Son fotos muy útiles -reconoce Gutiérrez-Rubí-. El
político canario Juan Fernando López Aguilar toca muy bien la guitarra eléctrica y hay que
verle, tiene una imagen superfuerte. Con unos tejanos y su guitarra... es imparable».
Responsables del PNV destacan que «hay un antes y un después de Obama en la forma de
hacer las campañas y de emplear la música». En su caso, llevan una banda de jazz y dos
sopranos. «La música debe ser complemento de la propia campaña, la banda sonora nada
más. Las propuestas y programas deben seguir siendo la base fundamental», añade este
partido que reconoce haber 'tocado' a Loquillo.
¿Cuestión de pasta?
La de vaciar de fondo el discurso está siendo una crítica recurrente. Así lo cree EB: «En
Euskadi, a juzgar por otras formaciones, el efecto Obama ha calado, aunque afortunadamente
estamos lejos de esas macrocampañas que apelan más a la forma que al contenido». EA, que
se sitúa «lejos de la fiebre de Pitingo», confiesa, sin embargo, que esto depende de un detalle
importante, la pasta: «No voy a decir que no nos gustaría tener a Ken Zazpi, con los que puede
identificarse nuestro electorado, pero necesitaríamos mucho dinero y ni se lo hemos planteado.
En un futuro, quién sabe». Gutiérrez-Rubí aclara que «un mal uso o abuso de la música sí
puede provocar banalización, pero bien utilizada ayuda a hacer algo memorable, a que la gente
recuerde que una vez estuvo en un mitin donde actuó tal grupo. La política ensaya nuevos
lenguajes y yo lo valoro».
Bono y Springsteen encabezan el ranking de artistas que suenan en las campañas -también en
la vasca- de uno y otro signo. La Novena sinfonía de Beethoven fue utilizada como propaganda
nazi y más tarde se convirtió en himno de la UE, pero hay que ser cauteloso a la hora de
seleccionar. Manu Chao denunció al PP de Asturias por emplear en 2008 su tema 'La trampa'
en un vídeo contra el Gobierno. «Cuidado con apropiarte del trabajo de alguien que ha
expresado claramente sus opiniones y son contrarias a las tuyas», advierte Gutiérrez-Rubí.
El rock es el estilo más frecuente. «Tiene la capacidad de convertir canciones en himnos -dice
este experto-, por el uso de instrumentos básicos, su estructura y porque, junto al jazz, es la
expresión musical contemporánea más potente. 'Beautiful Day' de U2 es un auténtico himno».
Falta averiguar qué clase de hechizo conjuró 'Macarena' con su ritmo facilón y su letra: «Dale a
tu cuerpo alegría, Macarena / que tu cuerpo es pa' darle alegría y cosa buena». Los del Río,
que acaban de sacar otra versión para celebrar los quince años de este tema incombustible,
creen saberlo: «Lo que tuvo la 'Macarena' es 'musho' arte. ¡Macarena non stop!».
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