Kenia Morena

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Estaba en el medio del bosque, solo mi arco y yo. Había corrido unos dos kilómetros, solo por
comida. Era difícil para mí aprender a cazar. Mi madre, Kariuki, estaba juntando agua a orillas del
remoto lago. Cuando llegué a casa sin comida, solo con mi arco y unos frutos en la mano, mi
madre me miró decepcionada, por lo que salí corriendo hacia mi carpa. Agarre una mochila y metí
una navaja, un jarrito, unas mantas y mi arco y flecha.
Espere a que toda la tribu se durmiera. Salí de mi carpa sin hacer ruido,
pero sin querer había despertado a alguien que susurraba mi nombre. Mire hacia
ambos lados y a mi derecha estaba Kahiara, una niña de mi edad, y que con una
vos dulce me decía “¿Puedo ir contigo? Esta tribu no me gusta”. Ya tenía un bolso
hecho, eso me sorprendió bastante. Partimos sin rumbo y llegamos a la mitad de
la sabana. A lo lejos, se veía un bosque.
Cuando caminábamos encontramos dos hombres solitarios. Uno bastante
anciano y el otro era un joven, se llamaban Rafiki y Kamau. Seguimos camino
junto a ellos.
Les explicamos a los hombres por qué nos habíamos escapado. Les
preguntamos a Rafiki y Kamau de donde venían, ellos eran de la tribu Kikuyu, los
habían desterrado por ayudar a una niña que tenían esclava y, como la ayudaron
a salir, los liberaron.
Cuando llegamos al bosque ya estaba oscureciendo y no habíamos comido
nada en todo el día. Rafiki se quedó dormido mientras cenábamos un pescado
que cazó Kamau antes de que se hiciera de noche. Hizo un fuego y lo cocinó.
Sobrevivimos una semana hasta llegar a una tribu llamada Sabanera. Ahí
había un agradable jefe, se llamaba Paká, tenia apariencia de ser muy sabio.
Una mañana despertamos por la llegada de unas camionetas, había
muchos enfermos en esa tribu. Eran para los heridos y enfermos de la guerra que
habían pasado, una semana atrás. La guerra fue contra la tribu Kikuyu, de la que
fueron expulsados Kamau y Rafiki.
Su jefe Paká, estaba muy enfermo. Vino su ayudante y nos desterró de la
tribu. Nos fuimos con Kamau y Rafiki. Comenzamos a caminar hacia lo profundo
del bosque, cuando me empecé a sentir mal. Kahiara me preguntó si me pasaba
algo, le dije que no, para no preocuparla. Me dijo si estaba seguro y no recuerdo
nada más, hasta que abrí mis ojos. Me había desmayado, creíamos que había
sido por falta de agua o comida, pero no había sido así. Luego de un rato me puse
pálido y me dolía mucho la espalda. Cuando me levantaron la remera, tenía una
picadura de serpiente. No sabíamos si era venenosa, pero Rafiki que era el sabio
de su tribu, me dijo que sí. Él lo sabía porque ya había visto es picadura alguna
vez; fue cuando su hija murió. Ella se llamaba, Kamik, era igual a rafiki, según la
foto que había mostrado.
Rafiki no quería sufrir más, gracias a que él era el sabio sabia la cura.
Necesitaba encontrar una caña hueca, un hongo llamado Amiko y una navaja.
Kahiara fue por el hongo y Kamau por la caña, la navaja estaba en mi
mochila. Cuando llegaron con eso en la mano, Rafiki le pidió a Kamau que
sostuviera presionando y a Kahiara le pidió que le saque el jugo al hongo. Cuando
me desperté vi que Kahiara se había dormido de mi mano y yo me regrese a
dormir, necesitaba energía para seguir a la mañana siguiente.
Cuando desperté todos estaban dormidos, así que me decidí e hice el
desayuno. No me podía parar así que con mis ruidos desperté a todos. Rafiki me
grito que no podía moverme, necesitaba reposo unos tres días. Hicieron el
desayuno, mientras Kahiara se quedaba conmigo.
-Runo, ¿Por qué te quisiste ir de la tribu?- me dijo Kahiara
- Por culpa de mi madre- conteste.
- ¿Que, que hiso tu madre?
- Ella se quería comprometer con el jefe-¿Con el jefe?
- Si, no sé donde fue mi padre,. mi madre nunca me quiere contar a donde
ni porque se nos abandonó. ¿Y por qué te fuiste?
- Es un tema que no quiero tocar. Pero te contare. Mis padres me querían
obligar a cazarme.
-¿Con quién?
- Con el hijo de la señora Kimika, su nombre es Maluk.
-Yo también me hubiera ido.
Ella se rio. Llegaron Rafiki y Kamau. Con la cena para ese día, una gacela.
Nos contaron como lograron cazarla. Lo lograron solo porque estaba dormida.
Unos días después, ya no me dolía la herida de la serpiente. Comenzamos
camino sin saber a dónde, solo queríamos encontrar más gente sin tribu, y
conformar una nueva. Llegamos al fin del bosque, donde volvía a empezar la
sabana. Mire hacia un costado y a lo lejos vi una camioneta, caminamos hacia allá
y una vez cerca nos dimos cuenta de que eran dos médicos de ayuda, que que
estaban atascados, en arena movediza. No quise ver, no tuve una muy buena
experiencia con ella. Tuve una hermana, ella era pequeña, la estaba llevando en
mis brazos y se me callo, en un pozo de arena movediza. No quise hablar de eso
con nadie nunca toco el tema. Había un medico adentro del pozo y su esposa
afuera, ella le tiro un palo y empezó a tirar. Decidí ir a ayudar y cuando llegamos,
la señora nos pidió ayuda, y empezamos a tirar.
Logramos sacar al doctor de ahí, y ellos nos ofrecieron ayuda. Ellos habían
venido a ayudar a la tribu de la que nos desterraron. No teníamos a donde ir y les
contamos nuestra historia, el me reviso la mordida. Dijo que estaba perfecta por
ahora que después la seguiría revisando.
La señora nos ofreció llevarnos con ellos a la ciudad. Kamau y Rafiki
prefirieron quedarse, preferían vivir ahí en la savana y el bosque, que en la ciudad.
Kahiara y yo, fuimos con ellos. Vivian en un hermoso departamento,
bastante grande. Una vez ahí, me empezó a doler la herida. No se lo dije a nadie,
no quería molestar. La primera noche que me dolía, lo podía aguantar, me había
acostado a dormir, en un colchón. Kahiara estaba en la única cama del cuarto de
huéspedes.
Cuando abrí los ojos, por la luz que me encandilaba, miré las sabanas
blancas, y tenían puntos de sangre. Corrí al baño y ahí moje la remera manchada.
Fui a desayunar un té de hierbas de mi tribu, las había traído Kahiara del bosque.
No comí nada, no me sentía bien. No sabía si era por la herida.
Fui hacia la cocina, y vi unos hongos típicos del bosque. Creí que eran
hongos medicinales, pero cuando lo mire de cerca, eran hongos venenosos. Le fui
a avisar a los médicos, pero ya era tarde. Le empecé a gritar a Kahiara, para
saber si estaba bien. Fui a la habitación de los anfitriones, ellos estaban babeando
y con él té derramado en la cama. Fui hacia al baño, seguí buscando a kahiara.
No la encontré. Entre al lavadero y ahí estaba ella llorando, se dio vuelta y tenía
un cuchillo. Le pregunte ¿tu los mataste? Me dijo que si, dijo que lo había hecho,
me dijo que ella no era quien yo creía. Me lanzó el cuchillo y no emboco. Salí al
balcón del departamento, me siguió. Agarró el cuchillo y lo lanzó por el balcón.
Ella se había vuelto loca, era la hija del prometido de mi madre. Yo había
hablado muy mal frente a ella. Por eso tanto odio hacia a mí. Me empujó por el
balcón y todo termino ahí.
Contenido: el tema ha sido bien desarrollado. Las ideas han sido
presentadas de manera organizada en párrafos con cierto desarrollo, y un uso
apropiado de mecanismo coherentes. El texto tiene inicio, nudo y desenlace
Lenguaje: el texto es comprensible, con un uso adecuado de vocabulario
básico y de estructuras gramaticales con algunos errores.
Ortografía y puntuación: la mayoría de las palabras está escrita
correctamente, aunque disponiendo de un corrector de ortografía y gramática en
Word, estos errores no deberían estar presentes. No se respeta la sangría; no hay
uniformidad en el texto; la presentación es deficiente para un trabajo final, sobre el
que se han entregado borradores de corrección anteriores.
Título: no hay
Personajes: Los personajes principales son nombrados, pero el lector sabe
poco acerca de ellos.
Creatividad: El texto contiene algunos detalles creativos; usaste tu
imaginación adecuándote a la consigna, relatar un texto contextualizado en Kenya.
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