dramaturgos - Teatro UC - Pontificia Universidad Católica de Chile

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Jóvenes
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Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
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Jóvenes
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UC
gos
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
FACULTAD DE ARTES UC • ESCUELA DE TEATRO UC • TEATRO UC • CENTRO DE ESTUDIANTES DE LA ESCUELA DE TEATRO (CETRO)
LICEANA, LA CUECA VIRULENTA / EL ONCE / PONTE_TÚ / OCTUBRE - NOVIEMBRE 2010
Cuadernillo de Mediación Cultural TEUC Nº 23 • Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
Esta publicación ofrece claves y herramientas para comprender las obras del Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC.
Está concebida como una iniciativa de mediación cultural en el marco del Programa de Formación de Públicos del TEUC.
1
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
En el marco del programa TEUC ”Jóvenes frente a jóvenes”, este Festival busca difundir y profesionalizar la creación
dramática que desarrollan jóvenes dramaturgos de la Escuela de Teatro UC.
Liceana, la cueca virulenta
Dramaturgia: Bosco Cayo
Dirección: Francisco Albornoz
Diseños: Guillermo Ganga
Música: Cristian Santis
Asistencia de Dirección: Claudio Rolle, Cristian Torres
Elenco: Ignacia Agüero, Daniela Benítez, Andrés Kalawski,
Elvira López, Alexei Vergara, Aranzazú Yankovic.
MIÉRCOLES 6 AL SÁBADO 16 DE OCTUBRE.
Escrita y dirigida por Juan Pablo Troncoso
Diseños: Camila Bardhele
Música: José Galaz, Patricio Barrientos, Gonzalo Vargas
Producción: Nicole Sazo
Elenco: Ximena Sánchez, Manuela Mege, Christian
Aguilera, Esteban Cerda, Gonzalo Venegas, Pablo Mois.
MIÉRCOLES 20 AL SÁBADO 30 DE OCTUBRE.
Ponte_tú
Dramaturgia: Pablo Dubott
Dirección: María José Contreras
Diseños: Juan Andrés Rivera Y Felipe Olivares
Asistencia de Dirección: Andrea Soto
Elenco: Solange Lackington, Ornella De La Vega, Mariel
Castro, Felipe Contreras, Jorge Ortiz, Cristián Aros, Luis
Caviedes, Ricardo Montt
contenidos
• Editorial, por Milena Grass
• Y sean las principales, por Inés Stranger
•Dramaturgia Inciernes, por Benito Escobar
• Fábula de un recuerdo, por Coca Duarte
• Micro reflexión micropoética sobre un umbral,
por Ana Harcha
•Calefonts, mamuts, arrepentimientos: la sustancia
de la dramaturgia, por Andrés Kalawski
• Sobre Liceana, por Bosco Cayo
• Entrevista a Bosco Cayo, autor de Liceana, la cueca
virulenta, por Constanza Alvarado
• Notas para una liceana, por Francisco Albornoz
•Sobre El Once, por Juan Pablo Troncoso
•Entrevista a Juan Pablo Troncoso, autor y director
de El Once, por Constanza Alvarado
• Diseño Integral, por Camila Bardhele
• El Once revolución tangencial desde las aulas,
por Javiera Larraín
• Sobre Ponte_tú, por Pablo Dubott
• Entrevista a Pablo Dubott autor de Ponte_tú,
por Constanza Alvarado
• Diseño Integral, por Los “Contadores Auditores”
• Entre dramaturgia narrativa y dramaturgia dinámica,
por María José Contreras
•Cronología de un Festival
Editorial
por Milena Grass, Directora Escuela de Teatro UC.
F
ormar artistas y actores integrales, esa es la misión que se ha
dado la Escuela de Teatro durante muchos años. Sin embargo,
esta afirmación presenta muchas complejidades que se hacen
evidentes frente a dos procesos que nos ocupan: la autoevaluación y
la renovación curricular. El primero nos enfrenta con la difícil tarea
de determinar qué tipo de profesionales queremos formar, cuál es
nuestro compromiso con los futuros estudiantes y con los jóvenes que
ingresan a nuestras aulas. El segundo intenta recoger una evidencia:
somos más que una escuela de actores -Actor o Actriz como dice
el título profesional que entregamos; quienes se han formado con
nosotros cubren un amplio espectro de oficios teatrales: directores,
dramaturgos, productores, gestores, críticos, investigadores, por
mencionar unos pocos. El proyecto de reestructuración de la malla
curricular tiene por objetivo hacerse cargo de esa diversidad y ofrecer
caminos alternativos a través de los cuales nuestros estudiantes
puedan especializarse en sus áreas de mayor interés.
En este sentido se alinea el Festival de Jóvenes Dramaturgos. Si el
proceso de formación de un dramaturgo encuentra cierto punto de
culminación en la puesta en escena de sus obras, queremos brindarle
esa posibilidad a un grupo de estudiantes que se destacan por su
interés y desarrollo de la escritura dramática. Esta intención se
ha cumplido con creces. Cuando uno hace el repaso de las cuatro
versiones anteriores del Festival, ve que una buena parte de los
autores han desarrollado una sólida carrera de dramaturgos.
La oportunidad de ver sus textos montados dio un cierre a un proceso
de creación dando materialidad a toda la potencialidad escénica que
estos despliegan y así contribuyó a avanzar en el oficio.
Sin embargo, el formato del Festival no ha sido siempre el mismo;
éste se ha realizado en el Teatro UC, pero también en nuestras
aulas dependiendo principalmente de los recursos disponibles y
de las capacidades de gestión de cada momento. Organizar esta
vitrina requiere un gran esfuerzo de voluntad y de gestión para
sacar adelante un proyecto eminentemente académico. En este
sentido, me alegra afirmar que esta vez, más que nunca antes, el
Festival de Jóvenes Dramaturgos es un proyecto de Escuela. Se ha
convocado a profesores, estudiantes y egresados para dar cuerpo
escénico a textos surgidos al interior de esta pequeña comunidad.
Estamos haciendo teatro profesional por y para los dramaturgos que
estamos acuñando, por ayudarlos en su formación, pero también
para que completen con sus imaginarios la visión necesariamente
parcial que tenemos del mundo. Este Festival forma parte de un
proyecto de Escuela y espero que así como ha convocado a todos sus
miembros, su vocación de encuentro sea la suficientemente fuerte
para atraer también a quienes nos rodean transformándolos en el
público interesado con que debe culminar la experiencia del teatro.
Porque toda nuestra capacidad de producción sólo verá sus frutos
verdaderos cuando haya servido como medio para encontrar a los
dramaturgos con sus espectadores.
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
MIÉRCOLES 3 AL SÁBADO 13 DE NOVIEMBRE.
2
3
Por Inés Stranger
Dramaturga, Profesora titular UC y directora TEUC
E
La dramaturga, académica y directora del TEUC hace estado de
la historia del Festival de Jóvenes Dramaturgos enfatizando en la
importancia del desarrollo y formación de la dramaturgia nacional.
Lo importante, dice, es “confiar en la fuerza transformadora del
teatro”.
E
l impulso y desarrollo de la dramaturgia chilena es uno de los
ejes que ha estructurado la política de repertorio y el quehacer
del Teatro de la Universidad Católica desde su creación en
1943. En estos 67 años, hemos realizado 184 estrenos propios de los
cuales 72 corresponden a obras de autores chilenos.
En este curso, que he tenido oportunidad de dictar durante muchos
años, suelen producirse algunas importantes revelaciones autorales.
Algunos de nuestros estudiantes deciden optar por el oficio de
dramaturgo/a, pues habiendo emprendido la tarea con seriedad,
corrido los riesgos y trabajado juiciosamente han encontrando en
el ejercicio y la tenacidad aquella voz personal que los ha llevado a
levantar una poética y definir una posición frente al teatro. Muchas
veces se han agrupado y formado una compañía. Con estos textos
l presente Festival Bicentenario de Jóvenes Dramaturgos UC
es el quinto que hemos organizado, con una periodicidad variable y
de acuerdo a nuestras posibilidades, como también al interés de los
estudiantes por escribir y al volumen y calidad de obras escritas.
han definido un territorio en el que ha sido posible levantar un
proyecto colectivo: un algo que decir y una forma de hacerlo.
Diría sin exagerar que esta experiencia -cuando ocurre- es una de
las más importantes que un/a estudiante de la Escuela de Teatro
vive durante su formación universitaria. Es un largo ejercicio de
conocimiento personal en el que se ve confrontado/a a la expresión
de contenidos propios, muchas veces inconscientes, con la irrupción
de textos surgidos desde muy lejos, de situaciones extravagantes, de
imágenes y de personajes enigmáticos que reclaman su existencia.
En este proceso de taller, con la dinámica natural de escritura y
lectura en voz alta, de ejercicios dirigidos y correcciones, de
problematizaciones y discusiones, de inferencias de las estructuras
y de las resoluciones escénicas, estos textos van progresivamente
tomando su forma, recogiendo sus enigmas y elaborándose a través
del lenguaje. En un trabajo de rescritura y de aproximaciones
sucesivas, los materiales iniciales van siendo llevados al logos, se
van volviendo palabras de autor que el estudiante debe respaldar
como palabra propia y aceptar como compromiso.
Así, escribir el primer texto dramático completo es redactar un
acta de nacimiento que define y proyecta una identidad de poeta
–entendido este oficio en su sentido más primigenio.
Pero la formación de un dramaturgo/a no se completa hasta que él
-o ella- tiene la oportunidad de verificar la factibilidad escénica de
su escritura. Un texto escrito para el teatro requiere ser confrontado
1. Actualmente, los profesores de la línea de dramaturgia en la Escuela de Teatro PUC son Inés Stranger,
Coca Duarte y Andrés Kalawski.
El año 2009, tuve ocasión de ser miembro del jurado del Festival
El Volcán que organiza el Centro de Estudiantes de la Escuela de
Teatro (Cetro) y había un gran número de interesantes textos escritos
por los estudiantes de los cuales muchos habían sido escritos
libremente sin la exigencia de aprobar un ramo. Se podía comprobar
que la dramaturgia volvía a interesar a los jóvenes del mismo modo
como se volcaban hacia la política, la historia y la filosofía. Todas
disciplinas que se relacionan.
Hicimos entonces un llamado a participar en la Programación TEUC
2010 y llegaron obras nuevas, algunas especialmente escritas para
esta ocasión. Invitamos a participar a El Once, escrita y dirigida por
Juan Pablo Troncoso que había sido elegida ganadora del festival El
Volcán y se conformó un jurado compuesto por Milena Grass, Inés
Stranger, Andrés Kalawski, Macarena Baeza, Mario Costa y Juan
Pablo Troncoso, como representante de los estudiantes.
En pocas palabras, de qué se tratan las obras seleccionadas.
Liceana, la cueca virulenta, de Bosco Cayo es una reflexión poética
acerca del hacer de una liceana que, llevada de un desasosiego
interno y por “hacerse la chora”, va siendo arrastrada hacia un
destino inexorable: seguir los pasos de su madre, identificándose
inconscientemente con ella. El texto expresa el abandono de una
joven, del desajuste entre sus modelos interiores de niña chica y
chica mala, de la imposibilidad de contención de los adultos de esa
voracidad vital que no se resigna a no ser nadie en este mundo.
El Once de Juan Pablo Troncoso, es una reflexión postraumática de
lo que se ha llamado “la movilización de los pingüinos”, es la toma
Ponte_tú de Pablo Dubott tiene la forma de un rito de pasaje. Trata
de unos amigos que se reúnen para recordar y pedirse cuentas de
lo que han hecho desde que dejaron el liceo, un grupo de amigos
que habían estado muy ligados pues compartían la homosexualidad
como rasgo común de identidad. Dramatúrgicamente el texto Ponte_
tú es un ejercicio contrafactual, es la elaboración de las hipótesis de
vida posible, de ese “ponte_tú si las cosas hubieran sido diferente”
una posibilidad que se teme y se desea cuando una persona asume
diferenciarse de sus amigos. “Ponte_tú“ que las cosas resultaran
bien, podría ser una gran traición a la amistad.
F
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
de conciencia de unos escolares que se sienten superados frente
a los problemas de mundo, que necesitan un discurso propio, un
proyecto que no sea la herencia de las generaciones anteriores, ni
sus banderas de lucha, ni su iconografía. Es un grupo de jóvenes
frente al desconcierto y la impotencia de no saber qué hacer, ni cómo
resistir y luchar en un mundo que evidentemente va mal. La acción
expresa también cómo el juego puede derivar en desgracia, cómo
los adolecentes pueden correr riesgos reales muy superiores a sus
fuerzas.
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
Y sean las
principales...
Del mismo modo, la dramaturgia como área de estudio y como práctica
artística es una línea fundamental de la malla curricular de la Escuela
de Teatro. Los estudiantes que egresan de la carrera de Actuación han
cumplido con, al menos, tres cursos mínimos de la línea de dramaturgia,
donde han tenido ocasión de estudiar teoría dramática, técnica, análisis
de obras y realizar ejercicios de escritura creativa de acuerdo a un
principio de progresión de dificultad creciente(1). En el curso final “Taller
de construcción dramática” los estudiantes tienen obligatoriamente que
escribir una obra de completa. De este modo, todos nuestros egresados
han pasado por la experiencia de llevar sus ideas a textos expresivos, de
imaginar personajes singulares, de otorgarles una palabra, de hacerlos
dialogar, de construir una situación, de imaginar una acción posible,
de resolverla y de darle un final. Todos, con mayor o menor éxito, han
logrado construir un texto completo siguiendo el estilo y la forma más
adecuada a sus intenciones, sus posibilidades y sus sensibilidades.
4
con la materialidad del escenario, con la discusión y el análisis
del equipo artístico –director, actores y actrices, diseñadores-,
requiere encontrar una primera configuración espacial, una primera
ocupación en el mundo real. Un dramaturgo que comienza su
carrera tiene que vivir la experiencia de ver su texto interpretado,
de observar cómo ese texto se da maña para resistir en lo esencial
y también darse cuenta dónde el texto cede para dar espacio a las
interpretaciones de los demás artistas implicados en la creación. Un
autor/a debe tener la oportunidad de ver, extrovertido en la escena,
cuál es el nudo principal de su discurso. Es la enseñanza que nos
dejó el profesor Carlos Cerda a quien debo el compromiso de realizar
estos festivales.
inalmente, quisiera expresar que existe todavía otra motivación
para realizar este festival de jóvenes dramaturgos, que es
el sentimiento de desconocimiento generacional que nos
lleva muchas veces a la incomprensión total de los intereses y los
problemas reales de nuestros estudiantes.
La escuela de Teatro -como todas las instituciones educacionalesha vivido momentos en los que parece que los docentes y los
estudiantes viviéramos en mundos paralelos. Hacer actuar y dirigir
a los profesores en textos creados por los estudiantes nos parece
una manera efectiva de abrir un diálogo sincero y generoso para
reconocernos mutuamente. Es evidente que todas las generaciones
hemos enfrentado conflictos diferentes y que ninguna ha escapado
al espíritu de su tiempo.
Creemos que la única manera de hacer Escuela es consolidar la
filiación no sólo con una institución como es la Universidad Católica
sino fundamentalmente con el teatro, como práctica, como oficio,
como poética, profesión, forma de vida y tradición cultural, con sus
reglas y sus exigencias artísticas.
Este año en que se celebra el bicentenario de la República de Chile
resulta fácil caer en palabras enormes. En palabras sencillas, hacer
este festival significa confiar en la fuerza transformadora del teatro,
confiar en los estudiantes de nuestra Escuela y creer en nuestra
capacidad de transmitir lo que hemos heredado y construido poco a
poco y que constituye nuestra identidad.
5
Dramaturgo, docente, investigador
Por Coca Duarte
El dramaturgo Benito Escobar habla de la actividad dramatúrgica
nacional e instala una reflexión sobre el dificultoso y a su vez amplio
camino de la escritura.
Actriz y dramaturga de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
EL TRANSCURRIR, DE VALERIA RADRIGAN . IV FESTIVAL DRAMATURGIA UC 2003. FOTOGRAFÍAS: JORGE SCHULTZ
Hablar de la nueva dramaturgia chilena – a estas alturas ya con un
sentido nostálgico puesto que muchos de esos textos ya se empinan por
sobre los diez años-, hablar de esa nueva dramaturgia, reitero, se torna
un ejercicio estilístico o meramente hermenéutico si no se abordan las
circunstancias de producción de esos textos y más particularmente las
características de la emergencia y formación de esta nueva camada de
dramaturgos y dramaturgas. Justamente porque se trata de autores y
autoras que se han ido fogueando al calor de concursos de dramaturgia,
muestras autorales, Fondart, talleres y festivales varios, es que se
hace imprescindible mencionar el peso de las políticas culturales en
la germinación de dicha camada de escritores teatrales. Nombres como
Guillermo Calderón, Juan Claudio Burgos, Mauricio Barría, Rolando Jara,
Manuela Infante, Cristián Figueroa, Luis Barrales, Ana María Harcha,
Marcelo Sánchez, Andrea Moro, entre otros; dan cuenta no sólo de la
vitalidad y variedad de voces que hoy conforman la autoría teatral
chilena, sino también de la existencia de toda una red de soportes y
estructuras que permiten que hoy, ciertamente más que hace diez años,
puedan aflorar estos dramaturgos en el panorama teatral chileno.
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Fábula de un
recuerdo
Por Benito Escobar
financiamiento en función del posible “impacto” o “trascendencia” que
a priori se intuye que tales obras tendrán en el público. Vale decir, hay
libertad para escribir y montar los textos, pero luego los montajes en su
radicalidad, independencia o normalidad deben sumarse a la dinámica
compleja de la competencia por un público que muchas veces no está
inmerso en la lógica de los nuevos lenguajes teatrales. Conclusión:
no toda la nueva dramaturgia chilena es la que hoy vemos en escena;
abundan en carpetas y computadores un sinfín de textos que esperan
por públicos más dispuestos o tolerantes con poner en tensión de los
límites del lenguaje teatral.
Precisamente como una forma de visibilizar dicha producción y en
consonancia con los nuevos tiempos, es que se han implementado
diversas plataformas de difusión y que se traducen en páginas
web como www.dramaturgianacional.cl, www.archivodramaturgia.cl,
www.escenachilena.uchile.cl; vale decir, soportes que diversifican las
instancias para conocer qué están escribiendo nuestros dramaturgos
y dramaturgas y así conocer cuánto de ello llega efectivamente a los
escenarios. Sin duda que se trata de un ejercicio interesante de realizar,
más aún cuando en los últimos años y gracias a la emergencia de
escuelas de teatro en las principales ciudades del país y a la realización
de talleres en regiones, efectivamente podemos hablar de la dramaturgia
chilena y no sólo santiaguina. Hay, por lo mismo, un universo de textos
que merece nuestra atención y por cierto la de directores, actores y
diseñadores para que aborden con talento y perspectiva dichas obras.
Textos que recorran el país, que hablen de los dolores y de las fiestas, de
las ciudades y del campo; de lo claro y lo confuso, textos que vayan al
encuentro de nuevos públicos y que no sólo esperen la llegada prevista
de un público concertado o sobre estimulado por la prensa; textos que
gusten, pero también textos que perturben. Me consta que esos textos
deambulan por ahí y los necesitamos.
ESCENA 1
Una chica con el pelo corto, muy corto. Del tipo desgarbado. Un par de
bototos bastante grandes en sus pies. De vez en cuando, garabatea
palabras en un cuaderno deshilachado: escribe poemas, pensamientos,
bitácoras de viaje, exabruptos.
En su walkman ha sonado “Close to me”, “Corazones rojos” y “Groove is
in the Heart”. Comienza a sonar “Primavera 0” (1). Mira a un lado y otro y
canta silenciosamente.
Entra otro, cualquiera. La mira.
Otro: Su último descubrimiento es la dramaturgia, ya empiezan a surgir
personajes y situaciones en sus conversaciones, en sus sueños, en sus
ejercicios de actuación; ya empiezan a dialogar personas extrañas en su
cabeza y la cosa, aparentemente, no es una enfermedad mental. (Sale)
Ella se saca los audífonos y los guarda en su mochila.
Abre su cuaderno, lee.
Ella: Hace poco, el país en el que vivo ha despertado de un largo periodo
de oscuridad, por un lado se respira un aire de prudente optimismo,
por otro, se quiere olvidar. Se transan intransables con la esperanza de
tener un poco de paz. Se hace la vista gorda con la presencia de figuras
siniestras que incomprensiblemente siguen protegidas por un poder
acordado con la autoridad. No se sabe mucho cómo elaborar el pasado y
se pretende avanzar rápido para eludir la pregunta. Se comienza a hablar
de este país como el Jaguar de Latinoamérica y los centros comerciales se
transforman sospechosamente en malls.
Ella cierra su cuaderno. Apagón.
ESCENA 2
Un afiche anuncia el primer festival de autores jóvenes. Ella lo lee y se
sienta frente a un computador. Una efervescencia creativa se apodera de
Ella, en su Wordperfect 5.1 de pantalla azul, tipea frenéticamente su obra
“Toro Rojo”. Entra Otro, la mira.
1.De: The Cure, Los Prisioneros, Dee Lite y Soda Stereo, respectivamente. / 2. Con tijeras… hay que compartir
el precioso y escaso aparato tecnológico. / 3. Quizás demasiadas. / 4. Y muchas cosas más. / 5. Y más
recientemente convertido en mito.
DESIERTO, DE COCA DUARTE. III FESTIVAL DRAMATURGIA UC 2002. FOTOGRAFIA: RODRIGO CANALES
Otro: La imprime, la raya y edita a la vieja usanza(2); la carga de expectativas
y sueños, de ideas sobre el mundo (3) , de soluciones surrealistas. Pero no sería
seleccionada en este festival de autores jóvenes.
Ella suspira, se queda aturdida por unos momentos, se pregunta mil y
una cosas, se repliega sobre su cuaderno. Apagón.
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
Dramaturgias
en ciernes
Precisamente la heterogeneidad estética y temática que se advierte en
los textos de los autores reseñados habla de la libertad e independencia
con la que se aborda el proceso de escritura, precisamente en base al
carácter mayormente independiente de nuestra actividad teatral. Aquí no
hay en propiedad teatros nacionales o municipales que funcionen como
intermediarios entre la institucionalidad y el público, o que operen, salvo
casos puntuales, solicitando textos o pauteando temáticas específicas
para los autores; por lo que el dramaturgo tiene ante sí el escenario
amplio de la libertad creativa para dar rienda a su creatividad. Sin
embargo, esto comporta también un riesgo, porque sería parcial hablar
de la dramaturgia chilena sin hacer ver que muchas veces los montajes
que permiten visualizar dicha escritura han contado o no con apoyo o
6
Dos dramaturgas de la escena nacional, Coca Duarte y Ana María
Harcha, rememoran su participación en los Festivales de Dramaturgia
Joven UC en sus años de alumnas de la Escuela de Teatro.
ESCENA 3
Ella ha cambiado. En opinión de algunos, se ha convertido en dramaturga,
se han estrenado algunas de sus obras, se ha adjudicado fondos,
participado en muestras, festivales, giras. Abre su cuaderno, lee.
Ella: Habrían de pasar casi diez años... habrían de pasar: una extraña red
con el nombre de Internet, una torre telefónica, un número 1 del mundo,
la detención en Londres, una línea de metro, 2 presidentes, un atentado a
torres parecidas (4)... para participar en un festival de autores jóvenes.
Cierra su cuaderno. En cuclillas, hurga en su mochila. Entra Otro.
Otro: El festival de este año se llama “4 autores en torno a un tema:
Viaje”, es una versión distinta, un poco exótica, por decir lo menos.
Entran a escena: un colorín con apellido extranjero, un profesor de
castellano devenido en actor devenido en dramaturgo , y un director/
dramaturgo que explora la dramaturgia del cuerpo y la escena.
Otro: Todos salen, menos Ella. (Salen)
Ella saca de su mochila un afiche y lo pega en la pared. Se puede
ver, al costado del rostro de una mujer desconsolada, el título de la
obra:“Desierto”.
Apagón.
Coca Duarte. Actriz y dramaturga de la Pontificia Universidad Católica de
Chile. Ocho de sus textos teatrales han sido llevados a escena, obteniendo
diversos reconocimientos. Sus obras Plaga y Ciencia/ficción se montaron en
el TEUC durante 2010
7
Por Ana Harcha,
Actriz , directora y dramaturga de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Fue terrible
Cuando vi la obra montada
Con esos actores admirados
A esa edad tan huasa (tan Carmela, tan provinciana, tan Yuma)
Con esa alma tan huasa (medio menza, medio bruta, medio
Heidi, medio puta)
Fue terrible
Recuerdo una imagen
Una escena: cientos de cuchillos colgando sobre los cuerpos de
las actrices y el actor
Y otra imagen
Inolvidable
La de mis ojos sureños
Huasos (atravesados por la certeza de que los aromos florecidos en
agosto explotan para recordarnos el canto infinito de la rueda)
Ingenuos (violentados por una educación ochentera plagada de
soldados y chanchos ideales de consumo)
Y necesitados (como pocos) de ver sus palabras en escena (qué
egocentrismo dioh míoh)
(y después fue para peor, porque a las palabras sumó acciones,
sumó espacios, sumó amigos, sumó amigas)
(dioh míoh)
(esta niñita dónde va a ir a parar)
(no va a parar)
(y no es niñita)
Fue terrible
Porque no veía un montaje
Me poseía una emoción
De gratitud
A esa circunstancia
A esa directora pelo de bruja
Que se había entregado a esas incompletas palabras
A esa inconclusa historia
Calefonts, mamuts,
arrepentimientos:
la sustancia de la dramaturgia
por Andrés Kalawski
Profesor de la Escuela de Teatro UC y la Facultad de Comunicaciones UC, actor,
dramaturgo y guionista.
“Nuevamente perdí Ítaca. Para sus habitantes desapareció
cuando comenzaron a caminar un centímetro sobre el suelo. Ese
sueño siempre lo quise, pero sabía que ni siquiera la imaginación
amarraría esas tierras al mar. Los viajes tuvieron que realizarse en
las aguas, y las ítacas se perdieron en el aire.[…]”
Carlos Cociña
“[…] Me dijo: no te preocupes
Porque todo es de papel.” María de la Luz Uribe
“Lo único que estamos haciendo es acostumbrarnos a escribir las
cosas, sin riesgo ni carga, sin esperanzas ni temor.”
John Vorhaus
1. Tampoco estamos delirando. Asombrosos ejemplos de continuidad de la tradición y de permeabilización entre
culturas se pueden encontrar en Teatro eurasiano, de Nicola Savarese, Escenología, 2001
2. Más que herederos del teatro europeo, el teatro americano fue su contemporáneo. Obras de Calderón de la
Barca probablemente se estrenaron antes en América que en Alemania, como nos recuerda Ramón Griffero.
3. Sobre el abuso de la figura de los cazadores de mamut y la importancia de otras fuentes alimentarias, como
los caracoles, véase Felipe Fernández-Armesto: Historia de la comida, Editorial Tusquets, 2004
4. Jorge Dubatti: El convivio teatral, Atuel 2003, página 15
1. El mamut y las brevas
A los que hacemos teatro, nos gusta decir que hacemos más o menos
lo mismo desde hace mucho tiempo. Desde los griegos, decimos. Y no
pensamos en los jóvenes desempleados en Atenas, sino en antiguos
ciudadanos dueños de esclavos, filósofos y comedores de higos y brevas.
Sabemos que no es tan así, que las tradiciones se interrumpen, que
las culturas cambian(1) . Pero cuando decimos que venimos desde allá,
queremos decir que la cultura occidental “le lleva” teatro. No somos
“agregado”, somos parte de la proteína. La representación dialógica,
las “representaciones vivas! de los “modos de convivencia”, como decía
Brecht, la puesta en público es nuestra cultura(2).
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Cargada de necesidad de vomitar unos cuantos monstruos de
los afectos (primerito que nada consigo misma)
Con los otros
Con el mundo
Fue terrible
Porque no veía un montaje
Me poseía la emoción
La certeza
La convicción asquerosa
Borracha
Ebria
Curá muerta de llanto/ Curá muerta de risa
De que no podría salir de ahí nunca más
De que ese primer Tango que se bailaba era sólo la obertura
La pérdida de equilibrio antes de caer de piquero
En pelota
A la piscina de la escena
De sentir
Con todo el cuerpo, la concha y el alma
Que eso que había descubierto ahí
Era el medio más decente
Más honesto
Menos farsante
Y más divertido
Con el que esta ñurda emocional
Podía (o al menos intentar podía) aproximarse a una forma
de Comprensión
De ejercicio de la memoria
De práctica de la historia
De furia
De denuncia (no olvido ni un segundo lo que pasa en el sur,
sur, donde crecen las araucarias/no olvido ni un segundo lo
que pasa en el sur, sur, donde hicieron brotar la ley y talaron
la justicia)
De comunicación
De placer
De resistencia
De rebelión
De encuentro
De amor
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
Micro reflexión
micropoética
sobre un umbral
También nos gusta ir más lejos en el tiempo, decir que el teatro empieza
con el grupo de cazadores contando cómo derrotaron al mamut(3), cómo
algunos se sacrificaron para que los niños tuvieran comida. O mejor, que
el teatro parte con el grupo derrotado, cubierto de heridas y sin mamut,
que cuenta la historia para entender el fracaso.
Una última opción. Nos gusta decir que un día alguien se sentía un poco
mal durante el ritual de la tribu. Quizás retrocedió un par de pasos para no
molestar. Y de repente, “de un de repente” miró el ritual de otra manera.
Lo vio como juego, como espectáculo. Era el primer espectador de teatro.
Y a lo mejor no estaba enfermo, era desconfiado. O extranjero no más.
Pero en ninguna de esas historias el dramaturgo es el que la lleva. Si el
teatro es, como dice el teórico del teatro Jorge Dubatti, una “perduración
de los hábitos de una sociedad ‘caliente’ y ‘salvaje’ en el marco de una
cultura ‘fría’ y ‘domesticada(4)” ¿Qué tiene que hacer un domesticado
dramaturgo en todo esto?
TANGO, DE ANA HARCHA. II FESTIVAL DE DRAMATURGIA UC 1998. ARCHIVO TEATRAL UC
8
9
3. La llama piloto
Si los dramaturgos son señales, siempre corremos peligro de que sean
señales equivocadas. O peor, de que sean señales que no apuntan en
ninguna dirección. Los dramaturgos, en su trabajo solitario, corren el
riesgo de aislarse, de extraviarse en las abstracciones como el Ulises del
epígrafe, que pierde Ítaca por despegarse del suelo. La primera gran función
de este ciclo de nuevos dramaturgos es ayudarlos a amarrarse a la tierra
de la escena. Nuestros dramaturgos corren con ventaja, claro. Se formaron
como actores. Los nuevos dramaturgos, bautizados por el escenario, tienen,
como decía la dramaturga inglesa Sarah Kane, la virtud de que es más
difícil engañarlos con lo difícil o lo fácil que es actuar.
¿Quiénes son los que entran a escena? ¿A qué entran? Un dramaturgo
podría ser varias cosas. Puede ser, el que acompaña un proceso de puesta
en escena, facilitando el tránsito del material casi aleatorio que surge en
los ensayos hacia la forma que el público va a ver. Un negentropador(6),
si es que existe algo así. Esa tradición de acompañar procesos, de la
que normalmente se dice que G. E. Lessing habría fundado durente el
siglo XVIII en Hamburgo, termina llamándose con nombres que bordean
la dramaturgia: dramaturge, dramaturg, dramaturgista(7).
Pero en todas partes se encontrarán alegatos contra los dramaturgos y los
guionistas. Dese una vuelta y pregúntele a la gente qué habría que mejorar
en nuestro teatro, en nuestro, cine, en nuestra televisión. La dramaturgia, los
dramaturgos. Por todas partes se multiplican las iniciativas para estimular
la dramaturgia de nuestro país ¿No hay acaso algo de culpa, un cierto
aire remedial en la Muestra de Dramaturgia Nacional? ¿Qué es si no esta
búsqueda incesante de los nuevos talentos? ¿Este ciclo no contiene también
ese deseo, de encontrar dramaturgos verdaderamente buenos?
Así, recién llegados y ya con el partido en contra, los nuevos dramaturgos
entran a escena.
Más habitualmente, señalamos con el dedo y decimos “ahí viene el
dramaturgo”, cuando alguien escribe para teatro. Pero no se trata
de escribir sólo palabras. Los dramaturgos intentan estructuras,
sistemas que querrían se encarnaran en un escenario. Así, los
dramaturgos son habitualmente iniciadores del proceso teatral. Por
supuesto, no hay ninguna razón para que esto sea así. Los procesos
teatrales pueden comenzar de muchas formas distintas. Pero, en
la práctica, muchas veces las cosas se ponen en movimiento a
partir de un texto que el dramaturgo, en un gesto de exhibicionismo
conmovedor, le muestra a sus amigos.
10
4.- Los malos dramaturgos
Pero no es sólo un problema individual. Estamos más solos, obligados
a construirnos identidades. La especialización social nos ha debilitado
también los grandes rituales colectivos. “Los ritos de integración de
los adolescentes están claramente enunciados y mitificados en todas
las culturas, pero hoy, en Occidente, están encubiertos por libretos mal
puestos en escena (8).” Vivimos en sociedades mal articuladas y andamos
buscando los rituales que nos reorganicen. En alguna parte, pensamos,
hay una pauta de acciones y palabras que nos permitirá entender.
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Jean-Claude Carrière, dramaturgo y guionista autorizado como pocos,
por edad, por experiencia y viajes, ha asegurado que estos pataleos
contra los dramaturgos son ubicuos. En todas partes el público quiere
mejores dramaturgos. Es, según Carrière, una queja no contra los
artistas sino contra nosotros mismos. Queremos que nos representen
mejor porque querríamos ser mejores, que nuestras vidas tuvieran
más y mejor sentido. Estructuras más claras, emociones más vivas,
palabras más bellas. Nuestro paso por el mundo no parece bien
escrito. ¿Nunca le ha pasado arrepentirse de decir o escuchar algo y
desear tener a mano un buen dialoguista?
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
Pero claro, la diferenciación tiene sus costos. La propia puesta en
escena, al emanciparse, para emanciparse, se encargó de convertir la
dramaturgia en la mala de la película. Fuimos vistos como los custodios
de una tradición caduca, promotores de un teatro que no sabe de
imágenes, y las vanguardias del siglo XX declararon la guerra contra
la dramaturgia.
Al mismo tiempo, la relativa estabilidad de la escritura frente a la cualidad
vaporosa del teatro, le confiere un raro privilegio. La llama piloto es también
la antorcha, el vestigio que pueden encontrar los historiadores, la marca a la
que puede volverse cuando uno se ha perdido.
POR UNOS OJOS NEGROS, DE MACARENA BAEZA. I FESTIVAL DE DRAMATURGIA UC. 1993. ARCHIVO TEATRAL UC.
Porque sabemos que Sófocles era famoso por sus puestas en escena
y Shakespeare, actor de papeles chicos, era famoso por su ojo para
los negocios. Los dramaturgos son, somos, un invento reciente. La
dramaturgia, como profesión, como trabajo casi exclusivo de producción
de escritura para teatro, separada de su performance, de su puesta
en acto público y evanescente, es fruto de la larga trayectoria de
diferenciación funcional de la sociedad, que también ha tocado las
artes(5). Somos recién llegados. Y que no haya vergüenza en esto. La
combinación de cafeína, clorfenamina y paracetamol que bebo mientras
escribo también es reciente. Somos la última tecnología, chiquillos.
Los dramaturgos entonces son primera chispa, llama piloto del calefont
teatral. Si consideramos, además, las implicaciones de relaciones
personales del proceso, convendremos en la importancia de formarlos
adecuadamente. Es tanto más fácil eliminar un personaje en papel que
decirle a un actor que puede dejar de venir a los ensayos. Considérense
también las implicaciones económicas. No sólo el sueldo de los actores
sino la reparación de puertas, la curación de las heridas…
ASESINATO EN ILLINOIS, DE LUCIA DE LA MAZA. II FESTIVAL DE DRAMATURGIA UC. 1998. ARCHIVO TEATRAL UC.
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2. El antigripal y la vanguardia
Por eso andamos buscando dramaturgos. Por eso les aceleramos la
formación poniendo un pequeño ejército de profesionales en sus obras y
las ofrecemos al público para arrojarlos un poquito al abismo.
Necesitamos siempre mejores dramaturgos para ayudarnos a reconstruir
el mundo. Traemos dramaturgos nuevos para que con nuevos ojos vean
nuestros problemas y con nuevas voces nos ayuden a entenderlos. E
intentamos el delicado arte de entrenarlos sin llenarlos de mañas, de
iluminarles de nuevo sus obras para que en el inimitable paso al escenario
aprendan a mirar de nuevo ellos también. Para que dejen de ser nuevos
y se transformen en profesionales, en malos dramaturgos que llenen de
imágenes los escenarios, de palabras encarnadas por actores, para que
mantengan encendida la llama y la traspasen, para que nos reúnan, para
que nos conmutan, para que cuenten de nuevo la cacería del mamut.
No hay que asustarse ante esta ansia de buena dramaturgia, ante este
pequeño desprecio ante los que se parten el lomo redactando sueños para
el escenario. Debemos dar gracias a Dios por los malos dramaturgos,
los imperfectos, los inacabados que mantienen el teatro andando, que
pasan la antorcha del teatro a los que siguen y mantienen al público
deseando, buscando esa otra obra que todavía no se estrena.
5. Sobre especialización funcional, véase: Niklas Luhmann, “El arte como mundo” in Teoría de los Sistemas
Sociales II, Universidad Iberoamericana/Universidad de Los Lagos/Iteso, Chile, 1999.
6. La negentropía es lo contrario de la entropía. El paso de lo indiscernible a lo claramente formado.
7. Para entender esta función véase: Bert Cardullo (Ed.) What is dramaturgy?, Publishing Inc., 1994.
8. Boris Cyrulnik, El encantamiento del mundo, Ediciones Gedisa, 2002, página 85
11
A mi parecer cada uno de los procesos creativos de una obra conlleva un
proceso de búsqueda de imágenes y sensorialidades, tanto a nivel biográfico
y mental como a nivel de la observación de la realidad. Esta búsqueda se
transforma siempre en un límite que se difumina y hace que el texto dramático
se vuelva una realidad alterna, donde las imágenes -que surgen de lo mental
y que provienen propiamente de la observación de un contexto- se mezclen,
confundiéndose y plasmándose en la situación dramática narrada.
6 al 16 de octubre
Liceana
la cueca virulenta
DRAMATURGIA: BOSCO CAYO. DIRECCIÓN: FRANCISCO ALBORNOZ.
CON: IGNACIA AGÜERO, DANIELA BENÍTEZ, ANDRÉS KALAWSKI, ELVIRA LÓPEZ, ALEXEI VERGARA,
ARANZAZÚ YANKOVIC. DISEÑOS: GUILLERMO GANGA. MÚSICA: CRISTIAN SANTIS.
ASISTENCIA DE DIRECCIÓN: CLAUDIO ROLLE, CRISTIAN TORRES.
Liceana, la cueca virulenta, es una obra que surge principalmente como una
especie de ejercicio mnémico, donde como creador la principal búsqueda de
lenguajes surgen del sustrato desconocido que es el recuerdo; pero jamás un
recuerdo histórico o circunstancial concreto, sino más bien del recuerdo difuso
y sensorial que podría simplemente ser en algún momento de la vida “un
estudiante”, un estudiante de liceo. Estos elementos particulares del recuerdo
se transforman en los pivotes para dar rienda suelta a la ficción y dejar que la
palabra -al volverse texto- vaya armando personajes, conflictos y situaciones.
Una ficción que no establece todo, ni da todas las respuestas, sino que al
contrario busca la oportunidad para que sea el creador quien logre completar
esta historia incompleta, que sea él quien tome las decisiones y logre armar
el puzzle de esta narración.
Para hablar de Liceana, creo que nos conviene hablar de las imágenes que
propone, pues se relaciona con la manera en que la obra fue realizada y la
búsqueda que hablamos anteriormente. En una primera instancia es el Norte
el que aparece como paisaje general de la obra, un lugar lejos del centro;
donde todo llega con atraso y a un tiempo después. “Un puerto al norte de un
país perdido”, donde los habitantes se insertan en un sistema particular, con
costumbres, lenguajes y normas que se vuelven únicos, donde los elementos
de la vida cobran distintos valores. La muerte, la lealtad, la familia, el cariño,
la dignidad, son algunos de los temas que cobran un tinte distinto, un color
diferente al ser visitados desde dentro de este lugar. De esta manera, la
agresión y la violencia se despojan del juicio normalista de lo correcto y moral
y se vuelven un lenguaje propio, una manera de comunicación que da cuenta
de la existencia propia creada por sus habitantes.
El personaje de La Liceana es la segunda imagen movilizadora; representa el
testimonio viviente del que está inserto en este contexto, es la existencia del
testigo que se vuelve protagonista por el solo hecho de ubicarse en este lugar.
12
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
FOTOGRAFIA: GERARDO RIVERA
Por Bosco Cayo, dramaturgo
La Liceana se presenta como una radiografía de preguntas y necesidades,
de aspiraciones frente a los que se le debe, en ella hay cierta deuda que
busca ser recompensada; el cariño, la familia, la educación, son elementos
que la movilizan a convertirse en alguien diferente, en alguien que quiere
gritar hasta que se quiebre el estado de somnolencia en que se siente. Quiere
respuestas, cosas concretas, no las excusas con lo que se solucionan los
conflictos. Esto la lleva a buscar constantemente la verdad aunque sea dura
y sangrienta, llegando incluso a un proceso de construcción, donde su existir
se desestabiliza en este afán por reafirmar su vida en un contexto donde todo
es inestable y a medias. La Liceana refleja la sensación del que necesita la
verdad, del hombre o la mujer que lleva años esperando y que no encuentra el
lugar preciso donde habitar desde la igualdad.
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
Sobre Liceana,
la cueca virulenta
Por último, el personaje de La Madre como imagen propia de nuestra
idiosincrasia, es también otro de los elementos que aparecen en esta obra:
la madre ausente, la que aparece para entregar los restos de cariño, la que
deja de ser el ser nutridor y se vuelve el foco de angustia y confusión. Su
significancia da cuenta de cómo va variando su rol frente a una sociedad
“Mariana”, que da un sin número de cualidades a la mujer chilena: mujermadre, mujer-virgen. La mujer que a pesar del avance del tiempo y la sociedad
sigue enfrentándose al prejuicio y la estigmatización propia de una sociedad
patriarcal, donde la mujer que comienza a tomar un rol más masculino, sufre
la desolación y el abandono, no sólo por parte de una comunidad y/o familia,
sino por parte de un sistema macro, que no sostiene a la mujer cuando decide
escaparse de lo normal y regulador que puede significar el ser mujer, en Chile.
La Liceana, La Madre, y La Viejecita, son tres formas para lograr visualizar
este cambio paradigmático en que la mujer se enfrenta al existir en esta
sociedad demandante de formas de ser y vivir.
13
Entrevista a Bosco Cayo, dramaturgo de Liceana, la cueca virulenta
Por Fabián Retamal y Constanza Alvarado
(1)
Previo a estudiar teatro estudiaste psicología ¿en qué momento surge
tu interés por el teatro?
Me recibí como psicólogo en la Universidad de la Serena y trabajé un año
en el área clínica y de salud, pero anterior a mis estudios en psicología yo
ya hacía teatro y participaba como actor y dramaturgo en una compañía
teatral de La Serena. Casi la mayoría éramos estudiantes de otras
carreras que intentaban generar un lenguaje regional.
Entonces ya habías escrito teatro
Sí. Creo que he escrito alrededor de siete u ocho obras anteriores a
Liceana, que fueron montadas por la compañía en la que participaba
en La Serena, “A tontas y a locas teatro”, y una última obra,
El ímpetu o el grito del carnero, que actualmente está participando
en el Festival Volcán UC de Dramaturgia y Dirección, organizado por
el Centro de Estudiantes de la Escuela de Teatro UC.
¿Has mantenido el vínculo con la escena teatral de La Serena?
Si bien no sigo trabajando de una manera presencial allá, me motiva
muchísimo participar y contribuir a enriquecer los vínculos entre la
escena teatral santiaguina y la de regiones. Actualmente estamos
desarrollando un proyecto de montaje de Madre Coraje, de Brecht con
el que nos ganamos un concurso de la Facultad de Artes UC, en el que
participará un director teatral de La Serena.
En el caso de Liceana ¿la escribiste con motivo de la convocatoria al
Festival de Dramaturgos Jóvenes UC?
Sí, fue al ver el afiche del festival que me dije: ¡Acuérdate que tienes que
escribir! Al interior de la carrera de actuación, había estado escribiendo
para los cursos de dramaturgia, pero por tiempo no había podido hacerlo
por iniciativa propia. Entonces aproveché la oportunidad y empecé a
escribir.
Te enfrentas al afiche del Concurso del Festival Jóvenes Dramaturgos
UC y te dices “tengo que escribir” ¿Pero qué pasa cuando te preguntas
respecto a qué vas escribir?
Nunca sé lo que voy a escribir ¡Jamás! Cuando vi el cartel quedaban sólo
tres semanas para que finalizara el concurso. Pasaron dos semanas y
no había escrito nada. Fue una semana antes del cierre, que me senté a
escribir y apareció Liceana.
¿Cómo va apareciendo la historia?
Es un proceso de retroalimentación, aparece el texto, aparece la palabra,
después esa palabra la empiezo a asociar con algo y siempre hay un
viaje personal. No es concreto. Aparecen sensaciones, imágenes. No es
biográfico, pero siempre aparece como referente el norte de Chile, mi
origen. Pero no es el norte propiamente tal, es la sensación del norte, es
estar ahí, son símbolos. No es concreto. Todos los elementos biográficos
se cruzan con la ficción.
¿Cómo influye en tu escritura la formación que tienes en psicología?
La psicología en mi escritura tiene que ver con la búsqueda de elementos
propios del inconsciente. Es por esto que nunca sé de lo que voy a escribir
pero finalmente siempre escribo. En este sentido mi escritura es una
suerte de arrojo.
¿Y Liceana es un arrojo de qué?
De necesidad de realidad, de verdad. Lo veo en el personaje de Liceana
cuando ve a la virgen en procesión y le tira un poco “mierda” a todo.
Encuentro muy bello cuando los personajes no aguantan más y dicen lo
que ocultan. Cuando se da la catarsis.
¿Cuáles son tus referentes dramatúrgicos?
Me encanta leer a Juan Radrigán ya que da cuenta de un paso histórico
del teatro chileno por sus resultados creativos. Sus obras dan cuenta de
una búsqueda de la nación que es muy bonita. Me gusta lo sociológico
que se vuelve sin dejar de ser teatral. Es muy parecido a lo que busco con
la asociación de la poesía y la palabra arraigada a la realidad. Me gustan
otros autores que quizás no son tan conocidos como Cristian Figueroa,
que escribió La mala crianza. También he tomado talleres con algunos
dramaturgos que me han dejado preguntas y que me han ayudado a
conformar un trabajo.
¿Qué preguntas te han dejado?
Desde dónde habla el autor, esta idea de la imagen detonante, una
metáfora que luego la empiezas a conceptualizar.
¿Y cuál es la imagen detonante en Liceana?
Es la sensación de querer buscar una verdad, de encontrar una respuesta.
La Liceana quiere a su mamá pero está llena de trabas y la salida que
tiene es inventarse un lugar, inventarse una realidad y una mamá, que al
final de cuentas no sabemos si está muerta o está viva.
En el montaje de Francisco Albornoz el personaje de la Viejecita lo
interpreta un hombre ¿Qué te pareció esta propuesta?
En un primer momento me dio mucha risa. Pensé ¿Qué está haciendo
Francisco con esto? Cuando fui al ensayo entendí, ya que justamente
esta propuesta responde a lo que yo planteo respecto al factor de mentira
que representa esta Abuela. Estoy muy contento que se haya tomado esta
decisión y ojalá que mis textos sean siempre un estímulo para otros, me
rehúso a dejar las cosas claras, prefiero que otro “amarre” la idea.
¿Por qué poner en escena a todos estos personajes femeninos?
¿Cuál es tu expectativa respecto al montaje de Liceana en el Teatro UC,
en este Festival de Jóvenes Dramaturgos UC?
En el país ha habido una evolución con respecto al rol de la mujer. Cuando
este rol no corresponde a la dinámica social aceptada es interesante
descubrir qué pasa con esta mujer. No es la mujer que está en la casa,
sino una mujer delincuente. Se descubre una nueva mirada desde la
perspectiva del personaje de la Liceana respecto al ser delincuente, en
este contexto su madre es transformada por ella en un héroe, aunque esté
ausente. En una fusión de la figura materna y paterna.
Primero que todo estoy muy agradecido de esta tremenda oportunidad.
Me parece excelente que se abra el espacio del Teatro de la Universidad
Católica a los jóvenes. Creo que justamente hay que potenciar iniciativas
como estas, en las que se fortalece el vínculo entre el Teatro UC (TEUC) y
los alumnos de la Escuela de Teatro de la misma universidad. También
espero que se convierta en una oportunidad para que lleguen personas de
otras comunas y de otras ciudades, especialmente del norte.
¿Cómo se confronta la visión de mujer que tú propones con la imagen
Mariana de nuestra cultura latinoamericana?
¿Cuál es tu proyección como dramaturgo?
Estrictamente en la obra se ponen en conflicto dos imágenes y
representaciones de la madre, por una parte la abuela de Liceana, esta
viejecita que es la mujer más conservadora, la ‘buena’ Mamá y por otra
parte la mamá de Liceana que es lo contrario. La idea de la imagen
Mariana de la mujer es que debe ser buena madre, tiene que cumplir con
un rol, tiene que ser la bondad ¿Pero qué pasa cuando no es así? Si bien
la sociedad valida esta verdad, Liceana prefiere creer en su verdad, en
donde ella se percibe conflictiva, en donde se asume fuera de las normas
sociales. Ella prefiere creer en esa Mamá.
¿Cómo ha sido tu participación en el proceso de montaje de
la obra?
Sólo he ido a los primeros ensayos y lo que pude observar es que el texto,
en términos generales funciona, pero también en algunos momentos pone
en conflicto al director.
¿Qué aspecto del texto pone en conflicto al director a la hora de
elaborar la puesta en escena?
El hecho de que sea un texto breve y de cierta manera abierto, en el que
no existen acotaciones que remitan por ejemplo al espacio en el que se
desarrollan las escenas. Esto último enfrenta al director a un desafío que
tiene que ver con una toma de decisiones respecto al espacio.
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
en la cara, en el vientre, per o c on la b oca ... c on la palabra ...”
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
“... Un g olpe
Me gusta el teatro y sus distintos procesos creativos A parte de la
dramaturgia también me gusta mucho la actuación y hoy por hoy no podría
tomar una decisión entre una u otra. Escribir para mí funciona como una
necesidad. Actualmente estoy participando en el Festival Volcán UC de
Dramaturgia y Dirección, organizado por el Centro de Estudiantes de la
Escuela de Teatro PUC. Con la obra El ímpetu o el grito del carnero. Y
bueno, me encantaría participar en otros espacios de relevancia como la
próxima Muestra de Dramaturgia Nacional.
¿Qué valor crees que puede tener el teatro para la sociedad actual?
Creo que el teatro puede ser una posibilidad de sanación. De construir
lenguajes que acerquen al público, que motiven a la gente a venir al
teatro. El arte teatral tiene el valor de que es único y vivo y de que sucede
ahí, en el presente. Me gustaría que en ese momento el espectador fuera
testigo de algo que no se puede perder ni se debe perder.
¿Y qué no debemos perder?
Estamos llenos de discursos muchas veces impuestos y ajenos, lo que el
teatro pone en juego es la búsqueda de la verdad, de realidades mucho
más básicas que esos discursos, realidades más primitivas y por ende
más reales. Esa búsqueda no podemos perderla de vista.
1. Fabián Retamal: Estudiante en Magister en Gestión Cultural Universidad de Chile. Pasantía TEUC.
Constanza Alvarado: área de Comunicaciones y Públicos TEUC
14
15
un o
La invitación a dirigir LICEANA, la cueca virulenta, de Bosco Cayo,
representa una de esas gratas sorpresas que se multiplican en la
medida que se van desplegando. Como un regalo de monitos animados,
que contiene infinitos regalos en su interior, que se abren y se vuelven a
abrir, sin agotarse nunca.
La liceana y su mundo nos ha mostrado la oscuridad de una vida que no
encuentra las claves para ser vista, ni por si misma ni por su comunidad.
Una vida golpeada por las nuevas pobrezas, en un país en el que el hambre
duele de un modo mucho más traicionero cada vez que deja de sentirse en
las tripas de tantos liceos. El hambre se vuelve esquiva, imprecisa, y en
su desasosiego empuja –en los mejores días, esos días que elegimos para
llevarlos a la escena- a buscar algo así como un destino.
Se volvió la posibilidad de trabajar colaborando en el texto de un
joven estudiante que se asoma a la escritura teatral, la posibilidad
de encontrarse con un elenco y un equipo de marca “Escuela de Teatro
UC”, la posibilidad de reencontrarse con los amigos, –los viejos amigos,
digámoslo de una vez–, de volver a trabajar con el equipo técnico del
TEUC, gente talentosa y dedicada y, en fin, la suerte increíble de que no
se nos acaben las razones para seguir haciendo teatro.
Así, la niña del jumper también nos ha expuesto a la posibilidad de
una cierta dignidad en aquellos actos que no responden a cálculos
de probabilidad, posibilidad ni eficiencia. Una forma de volver a esos
días en que buscábamos (y a esos días en que volveremos a buscar)
completarnos. Enterarnos. Terminar de construirnos, o de descubrirnos,
o de ser. No conozco las palabras para nombrar esa tarea que llevó a la
liceana hasta el borde del mar.
do s
cuatr o
El texto de Bosco ha resultado un material muy atractivo de “abrir”,
en el sentido de una exploración que exponga sus partes y dé cuenta
de los mecanismos que lo pueden hacer funcionar. Creo que esa puede
ser una definición del ejercicio de puesta en escena, potenciado en este
caso por el carácter de muestra de nuevas dramaturgias que tiene este
encuentro.
El aspecto que más me ha deslumbrado en este proceso es el modo en
que se ha convertido en un ejercicio de hacer escuela. Se ha generado un
intercambio de experiencias, técnicas, talentos y sensibilidades que sólo
puede enriquecer las relaciones entre profesores, estudiantes, escenarios
y espectadores.
Liceana como beca de intercambio.
Como equipo, fuimos reconociendo colectivamente ciertos elementos que
nos hacían pensar en un aire de tragedia, una relación entre las vidas
humanas y los desafíos y acciones que algunas personas emprenden.
Una tragedia que se presenta en voces, gestos y paisajes que nos hacen
repetir la palabra chilenidad.
16
Como verdadera escuela de oficios.
LICENA. FOTOGRAFIAS: GERARDO RIVERA
En las voces del texto de Bosco Cayo fuimos reconociendo otras voces
que ya habíamos escuchado en calles, patios, plazas y liceos de nuestra
experiencia y nuestra memoria. Pero también resonaron otras voces,
meta-voces si se quiere, de escrituras y escenas nuestras que han
sobrevolado la sequedad de puertos como éste, de vidas como éstas, y
que se rozan en dramaturgias que lentamente constituyen algo así como
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
tres
Por Francisco Albornoz, director
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
LICENA. FOTOGRAFIAS: GERARDO RIVERA
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
Notas para una
liceana
una “escritura nuestra”, con la que los nuevos autores pueden identificarse
por cercanía o rechazo, pero que de a poco les ofrece coordenadas para la
referencia. Así es que en el texto de Bosco Cayo también le estamos dando
la mano a todos esos otros autores que alguna vez vieron por primera vez
sus textos en un gran escenario.
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TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Cuando pase esta alegría de la nueva obra, de las tres nuevas obras que
ahora celebramos, vendrá la hora de pensar, evaluar, considerar. Voy a
dejar una piedra en este zapato, ahora que nadie está mirando…
¿Podría ser la hora del fin de los concursos? Y por cierto, no estoy hablando
de los bellos artistas que ganan, hablo del umbral que abrimos cada vez
que planteamos nuestra actividad en términos de competencia. ¿Es la
mejor expresión que logra articular nuestra imaginación? ¿Es esta forma
de convivir la que nos queremos dar?
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Proyectar este esfuerzo es fundamental, pero déjenme decirlo así: no
más concursos, es la hora de hacer comunidad.
seis
Hace algunas semanas durante una visita a Chile, el investigador teatral
alemán Hans Thies Lehmann estaba tratando de encontrar una mejor
traducción para ese invento de Brecht de las lehrstücke o piezas didácticas.
Claro, eso de piezas didácticas suena a la insoportable idea de superioridad
y mecanicismo del que tiene algo que enseñarle a otro. La liceana de
Bosco Cayo –y este encuentro de jóvenes dramaturgos– nos han ofrecido
la posibilidad de trabajar en una lehrstück, en el sentido de una pieza
que se ofrece para “enterarnos” de algo, para “completarnos”, tanto en
lo que sabemos como en lo que somos. Y participamos de aquello, tanto
el que ha escrito la obra como los que nos juntamos para traerla a escena
y, esperamos ahora, todos aquellos que puedan participar del momento
de su paso por el escenario.
Aquí nos quedamos, en esta orilla. Frente al mar.
“La Cueca Virulenta”
LICENA. FOTOGRAFIA: GERARDO RIVERA
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
cinc o
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Yo soy la madre,
La de las cuentas inconclusas,
Te vengo a pagar con un beso,
Con un beso adolorido,
Vengo tarde como siempre,
Nuevamente como todos los años, como
todas las veces.
No puedo dejar de reírme o gritar para poder
defenderme,
Te dejo comer algún vidrio roto para que
sepas como es la vida.
Yo soy la mami, tu mami,
¿Quiere que juguemos nuevamente al juego
de la vida?,
¿Quiere que saltemos de alegría?.
¿Quiere que nos inventemos esa historia?
Yo sí mi niña, yo sí mi niña…
Diseño de vestuario y escenografía Willy Ganga
19
20 al 30 de octubre
ESCRITA Y DIRIGIDA POR JUAN PABLO TRONCOSO. CON: XIMENA SÁNCHEZ, MANUELA MEGE,
CHRISTIAN AGUILERA, ESTEBAN CERDA, GONZALO VENEGAS, PABLO MOIS. MÚSICA: JOSÉ GALAZ,
PATRICIO BARRIENTOS, GONZALO VARGAS. DISEÑOS: CAMILA BARDHELE.
ILUMINACIÓN: RICARDO ROMERO. PRODUCCIÓN: NICOLE SAZO.
No me considero un dramaturgo y me es difícil explayarme acerca del
texto El Once sin vincularlo al proceso escénico que llevamos a cabo junto
a mis amigos y compañeros de la compañía teatral La Junta. El texto no
nació a partir de una inspiración divina o de un momento de lucidez, son
ideas, conflictos, supuestos que se ven confrontados a partir de cuatro
personajes que en cierta forma habitan en todos nosotros. Es entonces un
intento de entender, un intento de comprensión y revolución a la vez (con
toda la imposibilidad que conlleva el teatro).
La idea inicial era poder abordar un hecho tan significativo y penoso como lo
es el 11 de septiembre, de manera sencilla y honesta, problematizándonos
primero a nosotros (los hablantes, los ejecutantes) y luego el hecho en sí
mismo. Nuestro acercamiento no puede ser sino a partir de lo que hemos
vivido (lo que incluye todo lo leído, visto, estudiado y escuchado). El Once
deja de lado una serie de aristas bastante cruciales a mi parecer (las
muertes, torturas, asesinatos, desapariciones). Uno se pregunta entonces
¿Por qué el 11 de septiembre? ¿Si no hablamos de todo aquello, para
qué? En mi familia no hay historias de torturas y asesinatos, mi ligazón
no tiene validez (según lo que entendemos por el 11 de septiembre), es
decir, no habría nada qué decir. Pero la obra parte, se mueve y desarrolla
a partir de una decisión (y una pregunta) a mi parecer ideológica: ¿Qué
es la transición? ¿De qué hablamos cuando hablamos de ella? Es la
perspectiva alegre y engreída de los estudiantes que no creen (y no
creemos) en todo lo que nos dijieron, en lo bonita que son las cosas ahora,
en la suerte que tenemos de vivir el tiempo que nos tocó vivir. Vinculo
estas ideas a una mirada más político-económica acerca del “tema”; es
el neoliberalismo incrustado en nuestras entrañas gracias a la piara de
los chicago boys (citando al dramaturgo nacional Luis Barrales), con los
cuales compartimos el honor de haber egresado de esta Universidad.
En una época “tranquila”, en un año “difícil para todos”, en tiempos donde
“no hay enemigos”, me parece importante recordar y revisar los procesos
sociales y económicos, porque creo que las cosas no son “así como así”
y se acabó el tema; creo que hay responsables con nombre y apellido,
responsables de la miseria que aún existe en el país, responsables de
la educación miserable, personas que se han hecho ricas (nuevamente
citando a Luis Barrales) produciendo ignorantes.
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TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
Por Juan Pablo Troncoso
Dramaturgo y director.
FOTOGRAFIA: GERARDO RIVERA
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
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Sobre el Once
El “once” es para nosotros un hito, un punto de partida, el hecho fundacional
a partir del cual se desarticula el movimiento y la organización social. Y
no es que queramos volver al pasado (no estuvimos ahí, nos importa y
nos interesa pero en la medida que sirva para construir el futuro) pero
existe en El Once la idea de que aún es posible, que los procesos no
están cerrados, que las movilizaciones estudiantiles no son una simple
pataleta, ya que apuntan al meollo del asunto, al lucro, a una concepción
económica voraz e inhumana que debe ser abolida, a un sistema que
debe ser borrado de plano.
En la obra se confrontan y confunden ideas, de jóvenes atormentados
que responden violentamente a una sociedad sumamente violenta. Y
es a partir de una sencillez en el lenguaje que se intenta acercar esta
situación (un tanto inverosímil) a los espectadores, no para que cada
cual se identifique con una postura, sino para ejercer un juicio crítico
con respecto a las ideas expuestas. Quisiera poder decir que el texto es
increíblemente dialéctico y confrontador de ideas, todas diferentes entre
sí, todas válidas, pero la verdad es que no. A mi parecer hay una idea
y una pregunta central (porque finalmente de eso se trata, de ideas
puestas en el escenario) ¿Qué hacemos con la rabia que tenemos? ¿Nos
inscribimos y votamos? ¿Nos organizamos? ¿Creamos un nuevo partido
político? ¿Habrá que quemar ciertas cosas? Quizás todo se inicie con una
discusión junto a otros, quizás hay que partir juntándose y esa puede ser
la primera chispa. Por eso nos juntamos, por eso “La Junta”.
21
Entrevista a Juan Pablo Troncoso, dramaturgo y director de El Once
Por Constanza Alvarado (1)
¿Cómo surge la obra El Once?
Era una idea esbozada en el verano del 2008 que terminé de desarrollar
al interior del último curso de dramaturgia de la Escuela de Teatro, con
la profesora Inés Stranger. Si bien la fábula ya estaba bastante definida,
el diálogo al interior del curso me permitió enriquecer y complejizar
ciertos aspectos. En cuanto a la temática que la obra aborda, quienes
conformamos la Compañía La Junta, como estudiantes, estuvimos muy
comprometidos con las protestas del 2006 y 2008. El texto es motivado por
las preguntas que quedaron planteadas respecto al lucro en la educación y
en definitiva al sistema económico y el vínculo que se podía establecer con
el 11 de septiembre, en el sentido de que uno era consecuencia del otro.
¿Cómo vinculas los acontecimientos del 11 de septiembre y tu
experiencia particular en la revolución de los pingüinos?
Los vinculo principalmente por la instauración de un sistema económico
que nace con la Constitución del 80’. Las protestas que se vienen dando
desde el 2000 y que tienen un mayor impacto en el 2006, apuntan
justamente a ese asunto, la mercantilización de la educación y de toda la
vida social. Para mí esta problemática es el punto de partida desde donde
yo vinculo ambos acontecimientos y que en especial en la educación se
expresa con mucha violencia.
¿Cómo se caracteriza la pregunta que motiva la escritura y el montaje
de la obra?
La obra surge a partir de una pregunta ideológica, no porque queramos
imponer una visión rotunda e inamovible al público, sino porque hay
una dimensión ideológica en nuestra obra, una idea de mundo en
nuestra compañía que apunta a algo. Ahora bien, esa idea se trata de
poner en crisis constantemente. Esta pregunta ideológica tiene relación
principalmente con que lo que se pone en cuestión en la obra es el
entramado socioeconómico que a partir del 11 de septiembre se establece
en Chile. El personaje de Gonzalo al final de la obra dice: “Democracia,
transición, mentira, Dictadura del capital”. Ese texto pone en evidencia
que lo que prima actualmente por sobre el sistema político es la dictadura
del capitalismo.
22
1. Area de Comunicaciones y Públicos TEUC
La obra El Once se presenta por primera vez en el Festival El Volcán UC
(2009) y en este contexto surge la Compañía La Junta ¿Qué novedades
tiene para ustedes este remontaje de la obra en el Teatro UC?
En primer lugar, esta es la primera vez que vamos a tener una temporada
con la obra. Las otras veces que la hemos mostrado han sido funciones
aisladas. Además el proceso de ensayo que hemos tenido para mostrar
la obra acá en el Teatro UC, nos ha permitido indagar y reflexionar más
profundamente respecto a lo que queremos que se destaque de una
manera radical en la obra. En este proceso hemos descubierto una
“violencia discursiva” que queremos potenciar en la puesta en escena.
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
EL ONCE. FOTOGRAFIA: FIORE COSIGNANE
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
“...Pa que vamos hablar del once, si ya
todo el mundo ha dicho cuanta cosa
se puede decir...“
¿Cómo se define esta “violencia discursiva”?
La “violencia discursiva”, en primer lugar, tiene que ver con la pregunta
que está a la base de la obra respecto a cómo el sistema económico
penetra en las relaciones entre las personas. En la medida en que tengas
que pagar para acceder a la educación se establece una relación de
cliente, que aunque no sea consciente, de alguna u otra forma aparece
en la relación estudiante-profesor. Se muestra en lo escénico, en cómo
los personajes imponen su manera de pensar al otro. Por ejemplo en el
caso del personaje de Gonzalo, también su opción de no hablar es violenta.
Esto se refleja actoralmente en un cierto desborde con el que se dicen los
textos. La idea es trabajar una violencia que existe y que es súper real en
las relaciones humanas y mucho más en la de escolares.
¿Cómo ha sido la experiencia de combinar escritura y dirección?
Cuando escribí la obra El Once tenía pensado de antemano dirigirla, por lo
tanto el proceso de escritura está atravesado por preguntas escénicas pero
no por soluciones. Me obligué de cierto modo a decir: Ya, esto resolvámoslo
después cuando estemos en la etapa de montaje. Tanto en el proceso
de escritura como en el de montaje, está presente un diálogo continuo
del grupo. Realmente yo no sé si era el más capacitado, en términos de
conocimiento, para escribir y dirigir la obra, de lo que sí estoy seguro es
que la obra tiene honestidad y que surge de preguntas en las que me
siento totalmente implicado.
23
Diseño integral
¿Qué es lo auténtico y lo particular en el teatro de la Compañía
La Junta?
Es el tratar de poner el problema en nosotros, que no quede fuera. Esta
premisa que tenemos como grupo ha permitido que el texto dé cuenta
de nuestras propias preguntas e inquietudes. A mí me parecería raro
escribir una obra que hable de la marginalidad sin ponerme a mí ese
problema, para que no quede una obra de algo general.
¿Cuáles son tus referentes dramatúrgicos?
¿Cuáles son las proyecciones de la compañía?
Mi principal referente es el dramaturgo y director Guillermo Calderón,
quien nos hizo clases en segundo año de la carrera de actuación en
la PUC instalando no sólo preguntas a un nivel actoral, sino también
respecto al rol del teatro. Personalmente me llama la atención la síntesis
escénica de los elementos en Guillermo Calderón, una elaboración del
lenguaje poético pero vinculado a la realidad y la problematización de
temáticas que me parecen relevantes; la educación, el concepto de
revolución, de familia, de relaciones, de patria y de nación. Sumado a
esto, hay algo en la dinámica escénica de sus obras que para mí se ha
vuelto un referente y que tiene que ver con un nivel actoral de decir el texto
desde una vertiginosidad en la que se alcanza un nivel extra cotidiano
Nuestra compañía nace para el montaje de El Once en el Festival Volcán
UC (2009), y se ha ido proyectando en la actualidad. La idea ha sido ir
rotando los roles de dramaturgia y dirección. Durante este año estuvimos
en cartelera con la obra El hijo de Madonna, escrita por Camila Celis y
dirigida por el trío compuesto por Gonzalo Venegas, Esteban Cerda y la
autora de la obra, todos ellos actores y actriz en la obra El Once. El hijo
de Madonna es un texto mucho más fragmentado que El Once, a nivel
de estilo es bastante diferente, pero de todas formas hay elementos que
en El Once estaban esbozados y que en esta última obra se pudieron
desarrollar más. La suma de esta segunda obra nos sirvió para decir:
Somos un grupo y vamos a continuar trabajando.
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
El proceso de escritura me enfrentó al desafío de escribir una obra
entretenida, dinámica y lo que es más complejo, de escribir palabras
que den ganas de ser dichas y oídas. Ya esto implica una gran dificultad.
Asimismo la definición de los personajes y en especial del personaje de
Gonzalo, el que habla sólo al final de la obra, me costó bastante, ya que
al comienzo quedaba como un héroe o un mártir de la situación y las
palabras que comunicaba al final, como una verdad casi absoluta. Para
este remontaje de la obra, la idea es poner en crisis esto, de reflexionar
en torno a esta opción.
y que pasa los límites del realismo. También me cautiva en Calderón el
encuentro entre escritura y dirección escénica y la participación activa
del grupo en ambos procesos, donde aparece algo muy auténtico.
Por Camila Bardhele
Es dentro del contexto del Festival de Dramaturgia El Volcán 2009, donde
me invitan a participar como diseñadora de este montaje. Sin conocernos
previamente nos embarcamos en este proyecto, el cual me cautivó de
inmediato al leer el texto.
El diseño de esta obra en particular nace de un proceso de colectivo, donde
el fin es generar una obra coherente y cohesionada donde ninguno de los
elementos (diseño, música, actuaciones) sobresalgan por sí solos sino que en
su conjunto y como resultado final, es a partir de lo anterior que el trabajo fue
de ensayo y error, de ir creando el diseño paralelamente se iba creando la obra.
Un trabajo donde el estar presente en los ensayos era fundamental de modo
que pudiéramos ir experimentando variadas y distintas propuestas visuales.
En conversaciones sostenidas con Juan Pablo Troncoso (director y dramaturgo)
nacen conceptos claves que fueron el puntapié inicial para desarrollar la
propuesta escenográfica, el encierro, un espacio delimitado de representación
y la funcionalidad de los elementos fueron la clave para empezar el proceso
creativo.
En relación al vestuario era fundamental que cada personaje tuviera un
sello, un elemento dentro de su vestuario que realzara la caracterización del
personaje y que a la vez lo diferenciara del resto, no obstante que estuviera
inserto dentro del “uniforme escolar” que tal como su nombre lo indica busca
uniformar a los estudiantes y eliminar elementos diferenciadores.
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
¿Y cuáles son las dificultades que tuviste que enfrentar en estos
procesos?
Es a partir de lo anterior que nace una propuesta libre de pretensiones que
intenta activar, tensionar y hacer dialogar a los personajes con su espacio
y la visualidad en general, entendiendo el diseño como una herramienta de
activación del texto, que genere una puesta en escena integral.
EL ONCE. FOTOGRAFIAS: GERARDO RIVERA
Estos personajes tenían que estar en un lugar refugiados, donde la amenaza
del exterior fuera persistente y los posicionara en una situación de constante
vulnerabilidad, había que transmitir la sensación de peligrosidad y de
enclaustramiento, no obstante en un lugar que fuera relativamente familiar
para ellos, ya que se situaba dentro de las dependencias del colegio.
24
La escenografía es a simple vista bastante sencilla; una puerta, que nos sitúa
en una constante tensión entre un adentro y un afuera; unas tarimas que
delimitan el espacio de representación, que se activa en el momento donde
uno de los personajes sale de este cuadrado para poner en evidencia que existe
un afuera y que se puede transgredir el límite en cualquier momento, y un par
de elementos que nos sitúan en una bodega o sala en desuso de un colegio.
Lo interesante es cómo estos elementos se conjugan en pos de tensionar a
los personajes constantemente, donde éstos intentan apropiarse del lugar y
de lo que éste les ofrece. ¿Qué son capaces de crear estos cuatro estudiantes
en este espacio tan restringido? Y ¿Hasta qué punto pueden apropiarse del
espacio y lo que les ofrece? Son dos interrogantes fundamentales que se
desarrollarán a medida que transcurre la obra y que activarán el dialogo entre
el espacio y cada uno de los personajes.
25
Por Javiera Larraín G.
La pregunta por la educación es hoy por hoy, uno de los ejes preponderantes
de la dramaturgia chilena actual. Muchos han sido los dramaturgos que han
indagado en las problemáticas educacionales, y la razón parece obvia, ya
que luego de la “revolución pingüina” del 2006 se instala en el ojo público
un hecho indiscutible: la crisis del sistema estatal de educación en Chile.
Autores como Ana Harcha y Francisca Bernardi (Kinder, premio Altazor 2003),
Guillermo Calderón (Clase, premio Altazor 2009), o Luis Barrales (La mala
clase, 2009) han reflexionado sobre esta nueva pedagogía nacional que se
rige bajo las lógicas del mercado económico. Si bien estas obras analizan
la mella en el campo educacional a través de las voces de los jóvenes
estudiantes y de los maestros, pareciera existir una brecha generacional que
separa a estos autores (nacidos en los 70’) con las nuevas generaciones de
estudiantes, y ahora autores (nacidos hacia finales de los 80’ y principios
de los 90’).
Es por esta razón, que una obra como El Once (2009), escrita y dirigida por
Juan Pablo Troncoso (nacido en1988) y montada por la compañía La Junta,
cobra un valor especial y preponderante, puesto que origina una reflexión
sobre la situación pedagógica chilena desde los propios jóvenes que han
sido herederos y actuantes de la crisis estudiantil de los últimos años. Las
presentes conjeturas que realizo, pretenden responder a las inquietudes
nacidas desde el contexto mediático de la actualidad, el cual se presentaría
tensionado por los fantasmas históricos del ayer, aquellos fantasmas que
surgen desde El Once: el once del 73’. Parte del interés de estas líneas,
descansaría en el diálogo entre dos generaciones opuestas; una que
propugnaba por un proyecto colectivo de nación; y otra, que se regiría por las
políticas del libre mercado.
26
La compañía La Junta(1) se origina el año 2009 en la Escuela de Teatro
de la Universidad Católica en el marco del III Festival de Dramaturgia y
Dirección El Volcán, en donde El Once se corona como la gran ganadora del
encuentro (2). Desde entonces, se consolidan como grupo y siguen trabajando
como colectivo hasta el día de hoy (3). La fábula dramática surge desde la
propia voz de los estudiantes, que se han reunido en un derruido espacio de
su colegio, para realizar un trabajo sobre el 11 de septiembre de 1973. El
hecho histórico se vuelve el pretexto para sentar las bases y la discusión de
las problemáticas actuales en torno a los derechos ciudadanos, y en sí para
entender qué es realmente lo que concebimos como “ciudadanía”. Cada
uno de los cuatro estudiantes que conforman el grupo que debe disertar
sobre “el once”, establece una postura clara frente al hecho histórico. Sus
miradas son honestas; son voces cargadas de una memoria personal que
se vuelve colectiva, es decir, no buscan apropiarse de discursos ajenos y
panfletarios, sino que intentan instaurar un eje dialógico desde sus propias
y reales preocupaciones, aquellas pertenecientes a un grupo estudiantil que
todavía no ha terminado de asimilar los procesos sociales que han remecido
las bases de su presente y su futuro.
II.
El Once puede considerarse como una “obra de formación”, entendiendo por
esto que se encuentra en su misma escritura y proceso escénico, una búsqueda
constante de una certeza que pareciera no existir. Los estudiantes: Esteban,
Camila, Cristian y Gonzalo, intentan comprender un pasado histórico que ya
no les abruma por su pesadumbre sino por su falta repetitiva y carencia de
significación para una nueva generación mediática que no logra aprehender
una discursividad colectiva, aquella de los programas socialistas de los ‘70,
que les es absolutamente ajena. Los nuevos ejes de diálogo se constituyen de
manera distinta para cada uno de estos jóvenes: Camila busca una nueva vía
democrática que aún confía en la palabra y el compromiso social que otrora
mostraran los antiguos movimientos estudiantes; Cristian se ve angustiado
por una realidad que le supera, en sus escasas posibilidades de hacer algo
conmensurable por cambiarla; Esteban que intenta terminar el trabajo a todo
costo, esconde una rabia y un dolor de una historia pasada que siente como
propia en las injusticias de su día y día; y Gonzalo siempre silencioso, alza la
voz con el afán de quebrar y romper con todo para sentir que su existencia, y
la de todos, es por fin un hecho real (4).
La honestidad del texto es pactada por la autoría desde un comienzo; Juan
Pablo Troncoso no busca hacerse cargo de una época que no le tocó vivir
presencialmente, la de la dictadura, sino que realiza una operación más
compleja con la Historia, pues la ha eyectado en su presente, como una
alternativa para poder entender su pasado. El diálogo generacional se
evidencia en la tensión entre los mismos personajes, cada uno defenderá
acérrimamente una postura. Este hecho produce un diálogo friccionado que
se condice con la situación de urgencia que viven los propios estudiantes,
puesto que los cuatro jóvenes están constantemente a la espera de ser
desalojados del sótano de su colegio donde se han reunido. Las autoridades
no los quieren allí pero ellos resisten, inclusive frente a su profesora que
amenaza con traer a las fuerzas policiales, quienes finalmente terminarán
por irrumpir en la escena. Y es que precisamente en aquello radica la verdad
de su discurso: se han congregado para parlamentar la situación social y
ciudadana en que se encuentran, aquella que los involucra como estudiantes,
y como tales toman conciencia que las soluciones al problema educacional
hay que decidirlas y ejecutarlas ahora, y sin importar las consecuencias.
La ambigüedad y la constante búsqueda de estos muchachos, se configura
desde la potencialidad contradictoria de sus propias voces, que problematizan
una nueva forma de hacerse cargo de la Historia, ya no a través de una
memoria infértil y trasplantada de un 11 de septiembre de 1973 que no
vivieron, pues ni habían nacido; sino desde las (re)articulaciones que el
hecho histórico ha diseminado sobre el campo cultural y social actual. De este
modo la dramaturgia de El Once se yergue con una agudeza e inteligencia
crítica que pone en tela en juicio los individualismos, el consumo, y la falta
de compromiso de la sociedad actual; pero sin desatenderse de las posibles
causas de esta indiferencia; las cuales busca en una época pretérita, que
hoy ya parece sepultada en el olvido. La configuración del diálogo entonces,
se muestra no sólo como el choque generacional que puede haber entre
alumnos y maestros, o hijos y padres; sino también como el gran choque
de los metarrelatos, de la modernidad y de la posmodernidad, uno en el que
todavía existían las confianzas por el hombre, y otro donde toda esperanza ya
está perdida.
1. Para la presentación en el TEUC, Camila Celis ha sido reemplazada en su rol de actriz por Ximena Sánchez.
2. Obtiene reconocimientos en las categorías de: Mejor Dramaturgia y Mejor Dirección (ambas para Juan Pablo
Troncoso); Mejor Actriz (Camila Celis); Mejor Actor (para sus tres intérpretes: Christian Aguilera, Esteban
Cerda, Gonzalo Venegas); Mejor Diseño Musical (Patricio Barrientos y José Galaz) y Mejor Diseño Integral
(Camila Bardehle). Entre los miembros del jurado se encontraban destacados dramaturgos nacionales como
Luis Barrales, Ana Harcha e Inés Stranger.
3. Estrenan un segundo montaje, El hijo de Madonna, en el Centro Cultural N’aitún en agosto del presente año,
con una exitosísima temporada.
4. Es así, que frente al desalojo de las fuerzas policías, Gonzalo exclama por vez primera:
“Lúcidos, finalmente despiertos. Esto es la vida. ¡Esto es la vida mierda!” [El Once].
III.
Si bien la obra podría apuntar hacia una visión pesimista del real accionar
que pueden llegar a tener las nuevas juventudes, llegar a dicha conclusión
sería realizar una lectura muy injusta y limitada de la misma obra. El Once no
se levanta como un teatro o una bandera de lucha, que intente propugnarnos
a la cara las verdaderas ideologías que debiésemos seguir, más bien se
encamina en el sendero de considerarse un proyecto sincero, que anhela el
divertir al espectador y ponerlo en crisis de algún modo. La (di)versión en
El Once comprende y espera una actitud crítica y reflexiva por parte de su
público, ya que se pretende que éste puede gozar de la espontaneidad propia
de estos cuatro jóvenes, pero también pueda viajar dentro de sus propias
contradicciones, las que muchas veces no sólo determinan nuestra propia
realidad individual sino también social, y en este caso, educacional.
La revolución de estos estudiantes, inspirada en las recientes “marchas
pingüinas”, cobra un nuevo matiz, en donde ningún desalojo por parte de
las autoridades puede acallar su voz de molestia, una voz que los saca del
anonimato, y que los inserta con trasparencia (aquella misma que lleva al
dramaturgo a llamar a los actores y a los estudiantes del mismo modo) en una
tangencial revolución. Esta parte desde las propias aulas, desde el despertar,
desde el darse cuenta y el sentirse vivos, desde el creer y el confiar que algo
va a ocurrir, desde esa última consigna dicha por Gonzalo antes del desalojo
final: “amanece… esta es nuestra historia… la revolución. Escuchen todos,
banderas negras… la revolución”. Una revolución sostenida, que no niega los
discursos del pasado, sino que los reintegra a su historia íntima y personal, a
su vida de estudiantes.
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
I.
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
El Once:
revolución
tangencial desde
las aulas
Javiera Larraín G. Licenciada en Letras con Mención en Lingüística y
Literatura Hispánicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Actualmente se desempeña como alumna del Magister en Artes con
Mención en Dirección Teatral de la Universidad de Chile. El 2009, participa
como coeditora en la Antología: Un Siglo de Dramaturgia Chilena 19102010, a cargo de la Comisión Bicentenario
27
Por Pablo Dubott, dramaturgo.
No sé si podrá aparecer en alguna obra de ficción algo que no sea pensado
por su propio autor. No es posible hacer que una obra hable por sí sola y
que las verdaderas intenciones de su o sus autores queden escondidas
tan profundamente. En especial, en estos días cuando gracias a –aún- no
dilucidados fenómenos, parece haber regresado a la dramaturgia nacional
las ganas de narrar, fabular y expresar; a mi juicio, evidenciar ante todo,
aquellos puntos que solían ser traducidos a tal punto que hermetizaban
cualquier tipo de mensaje que llegase directo a los espectadores.
3 al 13 de noviembre
Ponte_tú
DRAMATURGIA: PABLO DUBOTT. DIRECCIÓN: MARÍA JOSÉ CONTRERAS.
CON: SOLANGE LACKINGTON, ORNELLA DE LA VEGA, MARIEL CASTRO, FELIPE CONTRERAS,
JORGE ORTIZ, CRISTIÁN AROS, LUIS CAVIEDES, RICARDO MONTT.
ASISTENCIA DE DIRECCIÓN: ANDREA SOTO. DISEÑOS: JUAN ANDRÉS RIVERA Y FELIPE OLIVARES.
Respecto a lo que sucede con esta obra en cuestión (que también reúne
características de todos los otros intentos que he tenido por generar
algún tipo de dramaturgia), la biografía y la experiencia personal no cesa
de aparecer en las páginas y, asimismo, en el escenario. Al tratarse de
una breve síntesis de hechos y personajes de la vida real, el proceso de
escritura fue tanto crudo como esclarecedor. Si primero, las intenciones de
esta obra pretendían comprimir un momento específico de las vivencias de
una persona particular, pronto se fue convirtiendo en la fantasía de ocho
voces que explotaban en un desesperado intento por ser escuchadas. Por
ello, ninguna de ellas es traducida ni hermetizada; el intento es dejarlas
hablar hasta el cansancio, que se despojen estos ocho personajes de todo
lo que deseen decir durante el período que dure su estadía en el escenario.
Que se muestren, que se desplieguen y que se liberen; así al fin, podrán
sentirse evidenciados.
¿Cómo poder llamar la atención cuando ya no se es ni adolescente ni
víctima? ¿De qué manera entrar a cierta edad considerada adulta y todavía
poder tener rabietas que hagan que los “grandes” se tapen los oídos? La
madurez se constituye como lo seguro que tenemos fijado en nuestro derrotero
por convertirnos en personas o al menos pareciese ser ese el camino. Sin
embargo, siempre existirá esa resistencia y ese deseo que nos empuja a
comportarnos como niños, teniendo la ilusa idea que el futuro es algo
distinto al presente, que algo cambiará y que mañana será un día mejor.
Ponte_tú es una fantasiosa visión acerca de nuestro presente proyectado
hacia nuestro cercano futuro. Los constantes sueños y certezas que un
grupo de adolescentes tuvieron alguna vez se ve enfrentado ante la
28
Cuando estos ocho seres se vean instalados en una instancia que los
convoque a traer toda su mochila al juego, tanto el alcohol como la
melancolía hará que suelten la mayor cantidad de peso para poder
acceder a un momento de liberación, que probablemente durará hasta
la siguiente mañana. Uno de ellos, sin embargo, está listo para poder dar
un paso hacia delante, aún sin saber lo que aquello signifique. Cuando
se tiene cierta edad y se van acabando las permisiones del crecimiento,
la cabeza se nos va llenando de “podrías”, “debieses” y “habrías”. Nos
ponemos en una situación imaginaria que no supera más que aquel plano
y no tomamos acción en la vida real. Finalmente, nuestro juego juvenil de
soñar se vuelve la pesadilla del presente que ya no es más que un mal
chiste de borrachos.
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
SOBRE
PONTE_TÚ
crudísima realidad que los ha tomado por sorpresa, junto con el amargo
descubrimiento de la llamada “resignación”. Este sueño aburguesado ha
sido traído a colación por el personaje Gustavo D. quien reúne todo lo
detestable que imaginamos ser y lo máximo a lo que podremos llegar
en la medida de nuestros propios fracasos y frustraciones. Un hombre
que llega a la adultez demasiado pronto y demasiado presionado por sí
mismo a responder a todas y cada una de las exigencias que se ha puesto.
Gustavo D. no viene solo, pues trae consigo a cinco de sus mejores amigos
que constituyen un lugar distinto desde donde entender la verborrea de
la desesperación. Junto a estos seis fracasados se une la figura de un
ser de mayor edad, una madre, que puede ver la frustración desde una
perspectiva que la distancia, y por supuesto, Andrés, compañero de
Gustavo D, perteneciente a una raza mítica y legendaria: los exitosos y
satisfechos.
En la medida que el resultado final del texto Ponte_tú se fue gestando,
pasé de creer que una obra sobre la frustración de los sueños no puede
sino ser pesimista y negativa. No obstante, sin perder aquel carácter, me
di cuenta que un grupo de amigos tan reales (a la vez tan insostenibles
y tan heridos) no podían sino tener la diversión y la risa como medio de
arrojar sus resentimientos y culpas a un entorno que aún sigue sin oírlos.
En este mismo proceso, comprendí que aquella dramaturgia que evidencia
ante todo, no sólo es el resultado de la mente de un creador magnánimo
y dictador, al contrario. Es la misma obra la que una vez viva, se despoja
de su gestor para poder agarrar vuelo hasta que finalmente el autor poco
le quede por hacer, sólo ayudar a que los hechos se desencadenen hacia
la obvia resolución. Con Ponte_Tú pretendo no sólo hacer aparecer a este
selecto grupo de personas que se han reunido tanto por su sexualidad
como por sus biografías, así como también por el afecto y el amor;
también debe aparecer una noche en la cual durante las horas que se
mantengan las botellas sin vaciarse, se oiga a estos personajes gritar,
delirar sin parar y simplemente, dejar en el aire del teatro la amargura
propia de sentirse acabado recién a los treinta.
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TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
PONTE_TÚ. FOTOGRAFIAS: GERARDO RIVERA
Entrevista a Pablo Dubott, dramaturgo de Ponte_tú
Por Constanza Alvarado (1)
¿Cómo se gesta el proyecto de escritura de Ponte_tú ?
Anteriormente había escrito la obra Los ojos del coronel (2008) para el
Festival Volcán UC (2009), basada en un examen de actuación dirigido
por la profesora de la Escuela de Teatro UC Macarena Baeza. A partir
de esa experiencia quedé muy motivado por seguir escribiendo. Cuando
apareció la oportunidad de participar en la convocatoria del Festival de
Jóvenes Dramaturgos UC, se me ocurrió la idea de seleccionar personas
de mi vida real, principalmente amigos, de los que siempre había querido
hablar, para situarlos en un contexto particular desde el cual pudieran
expresarse, un “carrete”. Desde esta circunstancia, mi idea era ir
perfilándolos como un coro, desde una dinámica que pudiera generar
una sola voz, un personaje central que abordara la amargura, los sueños
y las frustraciones de una edad determinada.
FOTOGRAFIA: GERARDO RIVERA
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
“…¿POR QUÉ NADIE SE ATREVE A
DECIR QUE ERA MUCHO MÁS BACÁN
IMAGINÁRSELO QUE VIVIRLO?...”
¿Qué te motivó a escribir esta historia particular?
Tiene que ver con lo que ha pasado con los jóvenes en Chile, con la
Revolución Pingüina, la aparición de las tribus urbanas, etc., una serie de
movimientos que hacen ver que ya no somos los jóvenes que “no estamos
ni ahí” como en los 90’. Me pasó que al pensar en mi generación y en este
concurso en particular me dije, cómo hacer algo que aborde el tema de
los jóvenes pero no desde el lado político. Ahí me dije, tengo que hacer
algo que haga sentir más que pensar, que permita que el sentimiento,
la risa y la conexión del espectador regresen. Si bien Ponte_ tú presenta
a un grupo particular de personas que comparten ciertas características
relacionadas con la edad, la identidad sexual, el lugar donde estudiaron,
etc., personas reales, que conozco y con las que he vivido, representan
no sólo una particularidad, sino también a un grupo de la sociedad que
podría reconocerse en ellos.
Como señalas, la creación del texto Ponte_tú está inspirada en
tu grupo de amigos más cercanos ¿Cómo se van insertando estos
personajes reales en una ficción?
En un comienzo no fue fácil. De a poco los personajes fueron difuminando
las marcas de mi autobiografía y creando una ficción. Este proceso tuvo
que ver con el ir saturando ciertas características iniciales, primero
aumentarles la edad a una edad que socialmente es reconocida como
conflictiva, los 30. Luego exagerar ciertos rasgos de personalidad a
los personajes, por ejemplo la arrogancia, si llevas al extremo estos
elementos, la persona en la que está inspirado el personaje ya no es
reconocible. Espero que cuando mis amigos vengan a ver la obra se den
cuenta que es una versión exagerada de ellos, no ellos mismos.
¿Y quiénes son estos personajes? ¿Qué temas ponen en el escenario?
Son un grupo de amigos que se juntan en una fiesta. Todos tienen alrededor
de treinta años y comienzan a hacerse preguntas consuetudinarias como
¿En qué estoy? ¿Por qué vengo a este carrete? ¿Por qué tengo este grupo
de amigos? Desde este lugar comienzan un proceso de revisión propio
de la edad en donde recuerdan la adolescencia o momentos del pasado
con cierta ironía y vergüenza. Esta suerte de evaluación que hacen de
sus vidas finalmente no se la toman tan en serio. En esto contribuye la
opción de sumar un elemento de humor negro desde la dramaturgia, que
produce al final de la historia un sin sentido terrible. “Los ponte_tú”, como
yo les llamo, enfrentan la vida con una aparente alegría que esconde una
amargura profunda, un gran descontento, un aire a fracaso temprano.
Dices que la nueva generación se diferencia de los jóvenes de los 90’
que “no estaban ni ahí” ¿Cómo se caracteriza este “estar ahí” de los
jóvenes de hoy?
Se define como una voluntad de luchar por cosas muy personales, ya sea
defender ciertas opciones sexuales, estilos de vida particulares, temas
políticos que nos interesan. Los jóvenes hoy están haciendo ruido. Antes
estaban encerrados escuchando música en sus piezas, ahora eso ha
cambiado. Además gracias al Facebook y al Twitter se ha generado mucha
efervescencia. La convocatoria del festival me motivó a escribir una obra
que no se podía tratar de cualquier cosa, tenía que poner en el tapete
conceptos relativos a los jóvenes.
¿Anticipas cómo será esa crisis de los 30 a tus 22 años?
Yo creo que ahora, actualmente, estoy pasando por una etapa de revisión
y que tiene que ver con salir de la universidad. Quizás no estoy viviendo la
misma crisis de los treinta años, pero si estoy pasando por un momento
de cuestionamientos fuertes. La relaciones de pareja comienzan a tener
un poco más de importancia, tienes que cuidar a esa persona, uno ya deja
de ser el hijo, de ser cuidado, y comienza a discutir seriamente con los
padres cuando no está de acuerdo con algo. Te tienes que hacer cargo de
una vida y no es que lo tengas que hacer a los treinta años, sino ahora, a
los veintitantos. El elenco de la obra conversó sobre este tema el “hacerse
cargo”, ellos están rondando esa etapa, tienen referentes y eso me gusta.
En este proceso de montaje ¿Has tenido que hacer ciertos cambios
en el texto?
Antes de que se empezara a montar el texto, aportaron para mejorar
y enriquecer algunas cosas, la directora del montaje, María José
Contreras y la directora del Teatro UC, Inés Stranger. Yo escribo de
manera inconciente y así a veces voy perdiendo el rumbo, por eso fue
muy bueno y además entretenido tener la oportunidad de pasarle el
texto a otro, ver opiniones y lecturas respecto al texto, sobre todo de
mujeres con experiencia teatral y también de generaciones distintas a
la mía. A veces uno cree que las cosas “van de cajón” y no es tan así.
Ellas se sorprendían de que yo mostrara una adolescencia tan sórdida,
no les era obvio ni familiar.
1. Area de Comunicaciones y Públicos TEUC
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Por Felipe Olivares y Juan Andrés Rivera,
“Los Contadores Auditores”
La concepción casi autobiográfica del texto y la crudeza de
las relaciones entre los personajes de la obra, le conceden
al espectador un rol casi voyerista en la puesta, condición
que hemos tomado como idea matriz del diseño espacial.
De esta manera, la escenografía sintetiza el espacio del
loft del personaje Gustavo D mirado desde afuera, como
si la audiencia estuviera en el edificio de enfrente: una
estrecha terraza en primer plano y tras las ventanas, los
espacios interiores del departamento. Estos espacios, sin
embargo, no pretenden recrear el interior realista de una
casa de Las Condes, sino que sugerir rincones más bien
incómodos de un espacio que podría ser más grande,
espacios de tránsito, accidentales.
¿Cuáles son tus expectativas respecto al montaje de la obra y a su
recepción por parte del público?
Primero que todo, confío mucho en lo que María José Contreras
hace desde a dirección y en todo el elenco. Contreras trabaja desde
el cuerpo y tiene una gran conciencia del trabajo con el espacio.
También confío en el diseño, en el trabajo genial de los Contadores
Auditores. Respecto a los espectadores espero que haya una conexión
principalmente a un nivel emocional y sensorial que los haga
identificarse con lo que la obra muestra.
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Conversado con Coca Duarte, profesora de dramaturgia de la Escuela
de Teatro UC, con la que he tomado todos mis cursos de dramaturgia y
que es, de cierta manera, mi maestra de dramaturgia, he ido observando
que actualmente hay una vuelta a contar un poco de lo que nos está
pasando a nosotros, sin grandes discursos. La dramaturgia es cíclica y
por eso el texto fragmentado, que en algún momento pegaba muy fuerte,
es desplazado hoy por unas ganas de contar historias, fábulas, con un
lenguaje más cercano. En el caso particular de la dramaturgia joven,
se está empezando a hablar desde un lugar que a mi me parece my
interesante. Por ejemplo la Compañía La Junta, que ahora en el Festival
está con la obra El Once, abordan el tema de la educación y no sólo
critican un sistema, sino también muestran cómo este tema tiene que
ver con ellos, que las debilidades que existen en la educación, también
tienen que ver con los estudiantes. Lo que estamos haciendo es dar una
vuelta a lo que nuestros papás criticaron.
PONTE_TÚ. FOTOGRAFIAS: GERARDO RIVERA
Ponte_tú también juega con la multiplicidad de espacios, con el
presente y con los recuerdos principalmente. Al comienzo del
texto dice: “Los recuerdos suceden en la vida real” ¿Por qué darle
categoría de realidad a los recuerdos?
Los recuerdos son un recurso increíble para poder atar todos los cabos
sueltos que existen en la vida de los personajes y que están ocultos
en sus palabras. En el caso de la obra tiene que ver con el personaje
central, Gustavo D. La fábula transcurre en su casa, en su mundo, en
sus recuerdos. Además los recuerdos no pueden ser más particulares,
son como los sueños. Uno sueña algo determinado y nadie puede haber
soñado lo mismo que uno, tiene que ver con una cosa hasta de estatura,
en el sentido de que uno sueña a su altura. El presente de la obra da a
conocer a través de los recuerdos al personaje que tiene el mayor conflicto
de la obra, el que tiene que lidiar con su fracaso temprano y que tiene que
tomar la decisión de si quiere seguir siendo lo que es.
diseño
INTEGRAL
¿En qué momento crees que está la dramaturgia en Chile? ¿Qué
novedades observas?
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
Si hablamos de las influencias dramatúrgicas que tiene tu texto
¿Cuáles serían tus referentes más cercanos?
Cuando chico leía mucho a Ramón Griffero. Como yo soy de Chillán no
vi sus montajes hasta que llegué a Santiago. Los clásicos también me
han llamado mucho la atención. Sus cuatro formas: La Tragedia Griega,
el Isabelino con Shakespeare, la comedia aburguesada con Molière y
el Siglo de Oro por la belleza de su lenguaje. ¿Cómo hacer para decir
hoy palabras bellas como lo hacía Tirso, Lope y Calderón, pero con un
lenguaje cercano? En Shakespeare me fascina su estructura dramática,
los distintos lugares en que pasaban sus obras, la multiplicidad de
espacios, los recuerdos, el presente, Francia, Inglaterra, se observa una
gran libertad para armar sus obras.
Por otro lado, y sustentados en los mismos conceptos
autobiográficos -utilizados por artistas visuales
contemporáneos como Tracy Emin y Cindy Shermanrecurrimos al uso de elementos como el espejo y materiales
reflectantes que funcionan no sólo como metáfora de la
auto-contemplación como eje de la reflexión plástica, sino
que generan una distorsión de las perspectivas y puntos
de vista del espectador que consideramos pertinente para
una obra que se va perdiendo más y más en el extraño
«carrete» de estos peculiares personajes.
En relación al vestuario, diseñamos atuendos más
bien realistas que ayuden a reconocer la procedencia
y la biografía de cada uno de los personajes,
particularizándolos y haciendo énfasis en sus marcadas
personalidades. Al mismo tiempo trabajaremos, al igual
que con la escenografía, con materiales reflectantes en las
prendas que ayuden a generar una atmósfera saturada de
brillo y contraste.
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Apenas llegó a mis manos el texto de Pablo Dubott, me pregunté ¿De qué se
tratará esta obra escrita por alguien que tiene apenas dos años más que la suma
de todos sus dedos (de pies y de manos)? ¿Ponte_tú de política? ¿Ponte_tú del
Bicentenario? ¿Ponte_tú de la moda y sus avatares? ¿Ponte_tú de sexo y rock
n’roll? Empecé a leer sin intuir la crudeza con la que me encontraría. Recorrer
los recovecos de estas palabras “verborréicas”, pronunciadas por personajes tan
jóvenes y a la vez tan gastados fue devastador. Ponte_tú muestra con brutalidad
la frustración de una juventud desilusionada, cansada y fracasada. Lo terrible
es que estos jóvenes habitan un mundo que se paraliza en el “entretanto” de un
pasado inconfesable y un futuro improbable.
Los personajes sufren una compulsión a la reunión, se buscan y se juntan a
pesar de que no se soportan, a pesar de que cada uno ve en el otro lo peor de sí.
Se reúnen tal vez con la esperanza de encontrar algo nuevo, pero el pasado los
acecha y les hace creer que éste los condena en forma definitiva e irrevocable.
Entre estos personajes una mujer adulta recorre los espacios sigilosamente
entrometida, a la vez servicial y agresiva, simpática pero rencorosa. Sus
palabras son cortantes y precisas, y por eso nadie en escena las escucha, pero
ella permanece allí, incólume, como testigo privilegiado de la desesperanza.
Esta obra impone grandes desafíos desde el punto de vista de la dirección. Al
momento de escribir este texto falta casi un mes y medio para su primer estreno,
es decir nos encontramos a mitad del proceso de creación. Por eso en estos
momentos no puedo trazar una retrospectiva de esta etapa, sino sólo dar cuenta
de los desafíos y problemas que hemos estado enfrentando hasta ahora. Puede
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Las imágenes polisensoriales pueden establecer distintos tipos de relación con el
contenido semántico del texto y/o con el subtexto. Lo más obvio es generar una
imagen coherente con el contenido del texto, pero generalmente resulta más
interesante trabajar con imágenes que en algún aspecto se opongan al contenido
semántico. Cuando existe una oposición entre dos contenidos que no coinciden,
el espectador percibe una disonancia, algo que no calza y esto abre, desde mi
perspectiva, un nuevo espacio a la interpretación. Si todo se lee con coherencia
absoluta, al espectador le resta sólo entender racionalmente la historia y dejarse
llevar por las sensaciones propuestas. Cuando se trabaja con imágenes que no son
coherentes, se produce un excedente de sentido que lleva al espectador a hacerse
una pregunta y por tanto a activar aún más su capacidad interpretativa. Se crea
entonces un mundo posible, denso de intersticios secretos que el espectador debe
descifrar. El trabajo con imágenes genera otro nivel dramatúrgico: la dramaturgia
de imágenes del actor y la actriz. Así el trabajo actoral se va complejizando y debe
responder a distintos niveles de articulación.
El primer desafío es representar teatralmente un “carrete”. He querido ser fiel
al espíritu y atmósfera que propone el texto por lo que me he propuesto que el
carrete en escena sea verosímil. La tarea es ardua, lo lúdico se resbala apenas
lo encontramos, a ratos los actores y actrices logran entrar en un ritmo festivo,
pero más temprano que tarde esto se desvanece en la teatralidad, la maqueta,
la anécdota. Me he ido dando cuenta que orquestar una fiesta que no se vea
“teatral” exige una composición espacial, rítmica y una dramaturgia corporal
cuidada al detalle que pueda generar el efecto del caos y aún así preservar la
posibilidad de guiar la mirada y la escucha del espectador. Estamos trabajando
en esto.
Un segundo desafío es que el texto de Pablo Dubott carece de acción. Esta obra
está saturada de palabras: las ideas se presentan, las anécdotas se relatan, los
personajes en fin se instalan como testigos de un pasado denso e ignominioso.
La falta de acción se refleja también en la predominancia de monólogos respecto
a los diálogos. Éstos dan cuenta sin filtro de los pensamientos de los personajes
que prefieren siempre hablar de sí mismos a escuchar a los otros. En esta obra
se suman una multiplicidad de voces y miradas pero que no llegan nunca a
encontrarse, de hecho el encuentro entre los personajes acontece sólo a suspiros.
Desde el punto de vista actoral esto exige entramar la desatención del propio
personaje respecto a su entorno, con la atención extrema del actor y la actriz en
escena que deben sin embargo reaccionar a lo que (no) acontece.
Estos nudos que de a poco vamos desenredando y volviendo a enredar me ha
generado la necesidad de elaborar una dramaturgia paralela a la narrativa que
pueda crear la acción. Como subraya el fundador del Odin Teatret, Eugenio Barba,
existen distintos niveles de dramaturgia en la performance y cada uno de ellos se
articula según sus propias lógicas. Además de la dramaturgia narrativa dada por
la secuencia de eventos, está la dramaturgia dinámica, que da vida a la acción
de los cuerpos en escena. Esta dramaturgia articula la acción física y vocal, los
ritmos, las materialidades escénicas para permitir que el evento acontezca. Es
cierto que toda obra requiere de una dramaturgia dinámica, pero en un texto
dramático de esta naturaleza la búsqueda de la organicidad, de la lógica de
los cuerpos en el espacio, de la sensorialidad, la construcción de la mirada y la
escucha del espectador es urgente e imprescindible. Estamos intentando generar
esas tensiones de las que hablan los personajes en los cuerpos inestables de los
personajes, en las relaciones espaciales fugaces e impredecibles, en los equilibrios
precarios de las materialidades de la escena.
Por último el otro desafío dice relación con la actuación propiamente tal. Casi todos
los actores y actrices del elenco son muy jóvenes y poseen un lenguaje común que yo,
por venir de otra escuela (que más encima se encuentra en otro país) desconozco.
El primer mes de trabajo ha servido sobre todo para crear un lenguaje común.
Como directora tengo que encontrar el modo de provocar reacciones particulares
en los actores que puedan así superar una caracterización general y mecánica
en pos de una puesta-en-cuerpo particular y orgánica. Nos hemos disgregado en
algunos ensayos para ejercitar la capacidad de crear imágenes polisensoriales
que puedan crear reacciones físicas específicas en los cuerpos de los actores.
Estas imágenes no son memorias emotivas, tampoco nacen del ejercicio del “si
condicional” propio a Stanislavski, sino por el contrario, estímulos imaginarios que
atañen directamente el cuerpo.
Esta técnica se basa en la premisa de que si el actor posee una imagen rica desde
el punto de vista de la sensorialidad (que incluya no sólo visualidad sino también
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
aspectos auditivos, táctiles, olfativos, etc.) el cuerpo podrá generar una reacción
concreta lo que permitirá un cuerpo en presencia que seduzca la atención del
espectador.
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
Por María José Contreras, directora
que mi mirada actual sobre la obra no concuerde con el resultado final, de hecho
lo más probable es que en lo que queda todo se modifique y re-interprete. Por
esto he escogido realizar una genética de la performance desde el punto de vista
de los nudos conflictivos que, hasta este momento, ensayo a ensayo intentamos
desenredar.
FOTOGRAFIA: GERARDO RIVERA
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
Entre
dramaturgia
narrativa y
dramaturgia
dinámica
Dirigir la obra Ponte_tú en el contexto del Festival de Jóvenes Dramaturgos UC
está siendo un proceso fértil para la reflexión, la experimentación y sobre todo para
el diálogo con el dramaturgo. Debo confesar que como directora suelo trabajar
sin textos dramáticos a priori, o en su defecto me esmero en deconstruirlos para
generar efectos de sentido más particulares. En el contexto de este festival,
los protagonistas son el texto y su autor y esto ha significado un fluido diálogo
entre Pablo Dubott y yo. Hemos conversado el texto, le he sugerido cambios (que
a veces ha aceptado y otras veces no), hemos juntos amasado las intenciones
de los personajes y Dubott ha tenido una paciencia infinita para exponer su
imaginario e ideario. Ha sido además generoso en explicitar y compartir los
abundantes elementos autobiográficos que el texto contiene, como él mismo dice.
“La experiencia personal no cesa de aparecer en las páginas” y esa experiencia
personal ha sido, tal vez como pocas veces en la relación entre dramaturgo y
directora una fuente de inspiración compartida.
Espero que la puesta en cuerpo y puesta en espacio de Ponte_tú dé a luz un
organismo vivo donde se amalgamen las miradas y las voces del dramaturgo,
la directora, los actores, los diseñadores, los personajes y sus referentes “reales”.
Pablo Dubott ha dicho que ha dejado hablar a los personajes, como directora
aspiro a hacer que todas estas voces y cuerpos se escuchen para lograr que, como
dice Eugenio Barba, la puesta resuene en la cultura y a su vez susurre en el oído de
cada espectador algo íntimo y significativo. Estamos trabajando en esto.
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Primer festival de autores jóvenes
MATANDO EL SIGLO
Dramaturgia Jimmy Dacarett y dirección Verónica García Huidobro.
POR UNOS OJOS NEGROS
Dramaturgia Macarena Baeza y dirección Alejandro Bloomfield,
ura
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LA HISTORIA DE JOB
Dramaturgia Luz María Yacometti y dirección Rodrigo Núñez
1998
Segundo festival de autores jóvenes:
PERSÉFONE. FOTOGRAFÍA: JORGE SCHULTZ
AMARGO. FOTOGRAFÍA: JORGE SCHULTZ
LLÁMAME, NO TE ARREPENTIRÁS
Dramaturgia Francisca Bernardi y dirección Claudia Echenique
2003
Taller y Laboratorio Mito drama
TANGO
EL TRANSCURRIR
Dramaturgia Ana María Harcha y dirección Verónica García Huidobro
ASESINATO EN LA CALLE ILLINOIS
Dramaturgia Lucía de la Maza y dirección Horacio Videla
2002
Cuatro autores en torno a un tema:
viaje.
AMARGO
Dramaturgia Andrea Franco y dirección Paulina Bronfman
PERSÉFONE
Dramaturgia y Dirección Andrea García
Dramaturgia y Dirección Álvaro Viguera
2010
Festival Bicentenario jóvenes
dramaturgos UC
PETROPOLIS
LICEANA, LA CUECA VIRULENTA
DESIERTO
Dramaturgia y dirección Coca Duarte,
LOGO
Dramaturgia Andrés Kalawski y Dirección Francisco Albornoz
rte bras $ 8 .900
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A
Dramaturgia y dirección Valeria Radrigán
EL BAILE
Dramaturgia Juan Claudio Burgos y Dirección Julio Pincheira,
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TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
1993
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
Cronología de un Festival
Dramaturgia Bosco Cayo y dirección Francisco Albornoz
EL ONCE
Escrita y dirigida por Juan Pablo Troncoso
PONTE_TÚ
Dramaturgia Pablo Dubott y dirección María José Contreras
compra tus abonos en la boletería del Teatro.
Decano Facultad de Artes: Ramón López. Dirección Escuela de Teatro: Milena Grass. Dirección
TEUC: Inés Stranger. Sub Dirección y Producción TEUC: Mario Costa. Co-Producción: Verónica Tapia.
Comunicaciones y Públicos: Amalá Saint-Pierre. Adjunta de Comunicaciones y Públicos: Constanza
Alvarado. Prensa: Verónica Salazar. Diseño gráfico: Gerardo Rivera. Administración de sala y gestión de
públicos: Carola Zuleta. Acogida de públicos: Maite Lanchares. Jefe técnico: Francisco Lacalle. Operador
técnico: Maximiliano Cornejo y Raúl Pacheco. Operador iluminación: Juan Carlos Araya. Realización
escenográfica: Juan Pablo Cuevas, Ariel Medrano, Claudio Viedma. Sonido: Marco Díaz. Sastrería:
Sergio Aravena. Boletería: Marcela Gómez. Estafeta: José Caro. Promoción y ventas: Mario Contreras,
Raúl Pacheco. Asistente de administración: Juan Hormazábal. Asistente de servicios: Lautaro Ortiz.
Administración y finanzas: Luis Coloma. Secretaria: Verónica Vergara. CUADERNILLO DE MEDIACIÓN
CULTURAL. Contenidos y edición: Amalá Saint-Pierre y Constanza Alvarado. Colaboradores: Fabián
Retamal, Inés Stranger, Coca Duarte, Ana Harcha, Andrés Kalawski, Bosco Cayo, Francisco Albornoz,
Willy Ganga, Juan Pablo Troncoso, Camila Bardhele, Javiera Larraín, Pablo Dubott, Los Contadores
Auditores, María José Contreras. Ilustración: Alberto Montt. Diseño gráfico y fotografías: Gerardo Rivera.
Ventas de Funciones: Mario Contreras. [email protected] / 354 5106. Boletería 205 56 52
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www.teuc.cl
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Festival Bicentenario Jóvenes Dramaturgos UC
TEATRO DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
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