LOS ADMIRADOS MAYAS, VÍCTIMAS DE GENOCIDIOS En México Independiente, durante la Guerra de Castas, los mataban o vendían a Cuba En el Porfiriato fueron esclavos en condiciones más siniestras que la de los negros de EUA En el Siglo XX, Efraín Ríos Mont intentó exterminarlos, con la ayuda de Reagan Por Eucario Pérez Entre todas las culturas que existieron en Mesoamérica antes de la llegada de los españoles, la cultura maya ocupa un lugar preponderante por sus logros en las más importantes disciplinas del conocimiento humano. De los mayas se ha dicho que son los “griegos del nuevo mundo”. Más de una centena de ciudades genialmente trazadas, monumentos que día a día sorprenden por los conocimientos que implican, una escritura que da testimonio de su historia y una aportación a la astronomía y las matemáticas – concibieron el cero – dan testimonio de su avanzado desarrollo científico y cultural. Una entre la infinidad de muestras del genio maya Los mayas están actualmente en la boca de todo el planeta debido a que al estructurar su calendario mayor, le dieron fin el 21 de diciembre de 2012, lo que ha generado versiones – la mayoría de ellas estructuradas con fines comerciales – de predicciones mayas del fin del mundo. A los mayas se le dedican una cantidad sorprendente de programas de la televisión educativa del tipo de Discovery, History, National Geográfic, Science Channel, Civilization Channel y, en la televisión abierta, de los canales 11, 22 y 40. El valor universal de los mayas está fuera de duda. Periódicamente trasmiten programas sobre Pakal, la Reina Roja, Palenque, Tajín, El Mirador, Bonampak. Hay mayas para rato. Los mayas construyeron grandiosas ciudades en lo que hoy es Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán. Quintana Roo, Guatemala y Belice. Esas grandes ciudades fueron todas abandonadas, algunas en su apogeo, por causas aún no determinadas, aunque hay muchas hipótesis. Pero los mayas, sea cual haya sido 1 la causa del abandono de algunas grandes ciudades, sobrevivieron y aun están entre nosotros, en los mismo lugares en donde antaño levantaron sus enormes templos. Si han demostrado sin lugar a dudas su inteligencia al nivel de los pueblos más destacas en la historia, si sus monumentos causan admiración universal, si sus aportaciones a la astronomía fueron muy superiores a las de los europeos de su época, si siguen demostrando una inteligencia que en promedio supera a la de todas otras etnias, americanas, europeas, africanas, australiana y asiáticas ¿Cómo explicarse que desde hace 500 años, cuando llegaron los conquistares españoles hasta finales del siglo XX, se hayan cometido tantos y tan graves atentados para desaparecerlos de la faz de la tierra? Porque, efectivamente, hay sido víctimas de genocidio, desde la llegada de los españoles, durante la segunda mitad del siglo XIX, durante el Porfiriato y finalmente, a finales del Siglo XX, durante la dictadura de Ríos Mont, en Guatemala. Los mayas han sido y siguen siendo víctimas de los “blancos” que en su mayoría son mestizos, es decir, por sus venas corre sangre maya o indígena, pero que se avergüenzan de ello y son los más sanguinarios entre todos los seres humano que han existido. En Yucatán, quienes los esclavizaron, con todas las agravantes de 2 una esclavitud más cruel que cualquiera otra de la historia, fueron primero españoles conquistadores y luego mestizos, muchos de ellos mayas renegados. Aquí no fueron esclavizados, sino vendidos a Cuba como cualquier mercancía, incluyendo mujeres y niños. Luego, Porfirio Díaz, un hombre con sangre indígena oaxaqueña, se olvidó de sus orígenes y promovió la esclavitud más cruel de que se tenga memoria, no sólo de los mayas, sino también de otras etnias, como los yaquis. Finalmente otro mestizo, Efraín Díaz Mont, militar golpista de Guatemala, intentó y casi logró exterminar a los mayas. Esto ocurrió en los noventas del Siglo XX. Justo es decir que estos atentados genocidas en contra de los mayas provocaron que algunos hombre asumieran su defensa desde el propio Yucatán, como fue el caso de Salvador Alvarado, un militar norteño que llegó a gobernar Yucatán y se comprometió en la defensa de los mayas, y su discípulo, Felipe Carrillo Puerto, asesinado, por supuesto, por un militar mestizo que vengó a los “blancos” de las ofensas de los “indios”. En los genocidios contra los mayas, además de políticos, militares y, por supuesto, terratenientes y grandes comerciantes mestizos, estuvo también involucrado el alto clero católico formado, en su mayoría, también por mestizos y mayas puros. Debe quedar claro, también, que un número significativo de sacerdotes que estaban en contacto con sus comunidades, asumieron la defensa de los mayas. También fueron reprimidos. El mestizaje en Mesoamérica comenzó en el mundo maya, precisamente en Yucatán cuando dos españoles, Jerónimo de Aguilar y Gonzalo de Sandoval, sobrevivientes del naufragio de un navío español que había llegado a Darién y que se fue a pique durante el viaje de regreso. De los 20 sobrevivientes, sólo estos dos lograron llegar a las costas de Yucatán en donde al menos uno fue herido y tras una temporada de esconderse, lograron integrarse a la sociedad maya. “Jerónimo de Aguilar, oriundo de Ecija, se enteró de la llegada de Cortés y fue a otro pueblo en busca de Gonzalo Guerrero, nacido en Palos, para llevarle la grata nueva. Menuda sorpresa debió de llevarse Aguilar, pues ante la noticia de que naves españolas los esperaban en Cozumel, Guerrero respondió con estas palabras, que han quedado grabadas en la historia y que llegan a nosotros gracias 3 a Bernal Díaz del Castillo, quien las relata en su Historia verdadera de la conquista de Nueva España: “Hermano Aguilar, yo soy casado y tengo tres hijos, y tiénenme por cacique y capitán cuando hay guerras. Id vos con Dios, que yo tengo labrada la cara y horadadas las orejas. ¿Qué dirán de mí cuando me vean esos españoles ir de esta manera? Y ya veis estos mis hijicos cuán bonicos son”. La mujer de Gonzalo Guerrero no se quedó atrás e increpó así a Jerónimo: “Mira con qué viene este esclavo a llamar a mi marido; íos vos y no curéis de más pláticas”. Aguilar tornó a hablar a Gonzalo, que mirase que era cristiano, que por una india no se perdiese el ánima, y si por mujer e hijos lo hacía, que los llevase consigo si no los quería dejar. Y por más que le dijo y amonestó, no quiso venir. Jerónimo de Aguilar se presenta a Cortés Finalmente Jerónimo llega ante Cortés, y en un principio no se le reconoce: su piel era morena por el fuerte Sol peninsular, ya que trabajaba en las sementeras cultivando, y estaba ataviado como indígena, además de que tenía cortado el cabello como esclavo. Según Díaz del Castillo, hablaba mal el castellano, “mal mascado y peor pronunciado”, pues había pasado ocho años entre los mayas y había aprendido su idioma, en detrimento del castellano. Incorporado a las huestes expedicionarias, Jerónimo de Aguilar desempeñó un relevante papel como traductor en la empresa conquistadora. ¿Cómo ocurrió esto? Resulta que al pasar Cortés por Tabasco, se le entregaron varias mujeres indígenas, entre ellas Malintzin, que será bautizada con el nombre de Marina. De ella dice Bernal Díaz que “era gran cacica e hija de grandes caciques y señora de vasallos”. La Malinche, pues de ella se trata, hablaba el náhuatl y el maya. Así que cuando meses más tarde las fuerzas españolas llegaron al altiplano, en donde predominaba el idioma náhuatl, Cortés 4 hablaba en español a Jerónimo de Aguilar, éste a su vez se dirigía a la Malinche en maya y ella lo traducía al náhuatl”.1 Sabidos es que los conquistadores veneraban a un dios, el oro, pero fingían que lo hacían en nombre de Dios y de su hijo, Jesucristo, bajo cuyo pretexto redujeron a la situación de animalidad a los originarios de Mesoamérica (y posteriormente a todos los “indios” del continente). Los marcaban al hierro, como al ganado y los echaban a los perros, para que estos se alimentaran, a quienes se atrevían a protestar o se negaban a trabajar hasta la muerte. Ese fue el primer episodio de esclavitud, de todos los indígenas mesoamericanos en general – incluyendo a los tlaxcaltecas, aliados de Cortes en la toma y destrucción de Tenochtitlan2 - y los mayas en particular. Esta situación duro cerca de tres siglos. Pero los mayas sobrevivieron. Durante todo ese tiempo, los conquistadores españoles se mezclaron con mayas y la mayoría de la población de la zona fue mestiza, porque los llamados criollos, hijos de español y española nacidos en el nuevo mundo, terminaron por mezclar su sangre con personas originarias de la zona, es decir, mayas. 1 Eduardo Matos Moctezuma, “Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero: dos actitudes frente a la historia”, en México Desconocido Online, s/f, consultado el 26 de mayo 2011. 2 En náhuatl no existen las palabras agudas, de tal manera que escribir Tenochtitlán, es un error, por eso omitimos el acento. 5 Fue durante la época colonial cuando en Yucatán surgió lo que se llamó la “Casta Divina”, integrada por los descendientes de los conquistadores y algunos mestizos que lograr amasar fortunas bien mediante la explotación de los mayas o por el comercio. Lo “divino” de esta casta, como veremos, es una ironía puesto que su conducta y principios fueron – y siguen siendo -, satánicos: asesinato, violación, esclavitud, compra – venta de seres humanos, tortura, infanticidio, etc. Solo que iban a misa, se confesaban cada semana y recibían indulgencias. En 1810, como es de sobra conocido, se inicia abiertamente la lucha por la independencia de México. Lucha en la que lo sanguinario de los bandos en pugna alcanzó su máximo. Finalmente, las clases privilegiadas, que tanto lucharon contra los insurgentes, vieron que la independencia podía beneficiarlos y decidieron que uno de sus generales, Agustín de Iturbide, famoso por su crueldad contra los rebeldes, se aliara a ellos, les arrebatara su bandera y México se independizara de España. De esta manera, conservaron sus privilegios3. Con la independencia, la Casta Divina de Yucatán consolidó su poder político y económico y trató de ser lo más autónoma posible del gobierno del país, a grado tal que unas tres décadas después estaba dispuesto a independizarse de México. Había también pugnas internas entre la propia Casta Divina que desembocaron en enfrentamientos entre diversos grupos políticos, especialmente con los originarios de Campeche, que finalmente se separó de Yucatán. La necesidad de carne de cañón para aquellas batallas llevó a los yucatecos, encabezados por el gobernador Manuel Barbachano a entrenar a los mayas en el uso de las armas y las estrategias militares. Fue el gran error. Los mayas, agobiados por la esclavitud y las enormes cantidades de dinero que debían pagar a la iglesia católica por los sacramentos, que era obligatorios, vieron la oportunidad de luchar por su sobrevivencia. Surgió así la llamada Guerra de Castas, que duró, aparentemente 53 años, de 1847 a 1901. Lo aparente es porque con Porfirio Díaz el genocidio se oficializó, una vez que desarmaron a los mayas. Entre 1847 y 1901, cuando terminó la Guerra de Castas, el gobierno yucateco mató a medio millón de mayas y varios miles más fueron vendidos como esclavos a Cuba. En la venta se incluyó a hombres mujeres y niños. Estos últimos, estuvieron en oferta, eran dados gratuitamente en la compra de suficientes 3 Para documentar esta situación se recomienda: Altamirano I.M., “Historia y Política de México. De 1821 1 1882”, publicado en línea por Antorcha (www.antorcha.net) 6 adultos. A pesar de la paz, la hostilidad y matanza de mayas continuó por lo menos hasta 1937. La guerra comenzó cuando los mayas, encabezados por Antonio Hay, Cecilio Chi y Jacinto Pat, principalmente se alzaron en armas en el poblado de Tepic. Antonio Ay fue el primer mártir. Fue aprehendido en una escaramuza el 26 de julio 1847 y ejecutado en la Plaza de Santa Ana, de Valladolid. Cecilio Ha en venganza tomó el pueblo de Tepic y ejecutó a todos los blancos. Se dice que sólo escapó uno, el que fe a dar la voz de alarma a la población más cercana. Alarmado, el gobierno de Yucatán ordenó la aprehensión y muerte de todos los caciques de la región, estuvieran o no a favor de los rebeldes. Ordenó también matar a todo indígena que pareciera simpatizar con los rebeldes. Pero los mayas no se arredraron. Venancio Pec, se apoderó de Peto, Valladolid e Izamal y ordenó la muerte de todos los blancos. Solo unos cuantos se salvaron huyendo hacia Honduras. Fue entonces cuando al gobernador de Yucatán, Santiago Méndez, al ver el avance los mayas, ofreció la soberanía de Yucatán al mejor postor a cambio de apoyo para acabar con los mayas. Consta que la ofreció a Cuba, Jamaica, España e Inglaterra. Pero ninguna de estas naciones lo tomó en serio. Entonces, Santiago Méndez solicitó formalmente a Estados Unidos de Norteamérica, que anexara a Yucatán a la Unión Americana. Su sucesor Miguel Barbachano continuó con esta política. Era entonces presidente de Estados Unidos James Knox-Polk al que, por supuesto, le encantó la idea, por lo que llevó el asunto directamente al Congreso de su país el cual, sorpresivamente, rechazó el ofrecimiento. Al verse acorralado, Barbachano, sucesor de Méndez, decidió pactar con los mayas. Jacinto Pat, que tenía el mayor dominio de territorios arrancados a los “blancos”, que eran casi todo lo que ahora es Quintana Roo, puso sus condiciones: a) Ser reconocido como Jefe Supremo de los Indígenas de Yucatán b) Permitir a los mayas sembrar maíz en tierras baldías sin pago alguno c) Abolir toda contribución personal de los indígenas a trabajos y guerras de los blancos Barbachano estaba tan desesperado que aceptó las condiciones. Los mayas, además de casi todo Quintana Roo, tenían en su poder las ciudades más 7 importantes, excepto Mérida, y dominaban el camino real a Campeche. El pacto se firmó en el convento de Tzucacab el 19 de abril de 1848. No lo firmaron directamente ni Pat, ni Barbachano, lo hicieron sus representantes. Las condiciones tuvieron sus modificaciones ya que en cuestiones religiosas se hacían descuentos a los mayas, pero no se abolían los excesivos cobros eclesiásticos. Pero el maya Cecilio Chi, que era quien en Quintana Roo, rechazó el convenio Todo quedó invalidado y la guerra se reanudó. El gobierno federal decidió enviar recursos económicos al gobierno de Yucatán para ayudarle a combatir a los mayas a cambio de que no se separase de la nación mexicana. Esto ocurrió poco después de la ruptura del pacto. Aun faltaban más de cincuenta años de lucha. Yucatán se reincorporó a México el 17 de agosto de 1848. Mayas en rebeldía (Santa Cruz) Los recursos fueron bien empleados. Se armó y reorganizó el ejército de los “blancos”. Pero de poco les sirvió, Jacinto Pat, Isaac Pat, José María Tzuac y Cosme Pech derrotaron total y vergonzosamente al ejército de los “blancos”. Y ahí se cambió d táctica. El gobierno yucateco se dedicó a cazar y asesinar a los líderes mayas. Fueron cayendo uno a uno la mayor parte de los capitanes mayas. A pesar de ello, algunas poblaciones como la hoy popular Bacalar, quedaron en poder de los mayas hasta 1901 cuando fuerzas del gobierno federal los desalojaron. Oficialmente se considera que 1901 es la fecha del fin de la guerra de Castas, pero el maya Marcos Xiu4, en 2011 dice: (…) casi todo lo escrito sobre la Guerra de Castas es impreciso. Por ejemplo, se asienta que la lucha terminó en 1901, cuando el Ejército tomó la capital maya de Chan Santa Cruz en uno de los episodios más cruentos de la historia la Guerra de Castas de Yucatán, con héroes cuyos nombres son desconocidos para los mexicanos: de los generales Jacinto Pat, Cecilio Chi y Manuel Antonio Ay, no se sabe ni siquiera dónde están sepultados. Pero la beligerancia siguió hasta 1937, casi cien años después de iniciada, hasta que el general Cárdenas visitó Quintana Roo. Hoy las condiciones de los habitantes de la zona maya no han cambiado: prevalecen hambre, miseria y explotación. 5 4 Marcos Xiu Ca-Chon, líder de la Asociación Kuxa’an’son, (Estamos vivos), descendiente probado de líderes mayas, cronista de Felipe Carrillo Puerto, población llamada antes Chan Santa Cruz. 5 http://impreso.milenio.com/node/8521263 2009-01-18•México 8 El episodio menos conocido de la Guerra de Castas es el de la venta de mayas como esclavos. Lo que sucedía en Yucatán con el tráfico de seres humanos era igual a lo que se hacían los ingleses con los negros africanos. Juan Suárez y Navarro, enviado del gobierno federal de Juárez a investigar el asunto, dice así en su informe: “Gobernando el Sr. Barbachano se pensó destinar los prisioneros que se hacían en el campo de batalla a trabajos forzados fuera la península.(...) bajo el gobierno del general Santa Anna, el coronel Manuel Baría Jiménez, en 1854 obtuvo el privilegio de exportar indios a la isla de Cuba, ni más ni menos que si fuesen esclavos africanos. (…) La prensa periódica ha reclamado que, bajo el gobierno del general Ampudia se efectuó ese tráfico infame: las constancias oficiales que hay en el expediente 3, sección 1ª. Del ministerio de Gobernación no justifican el hecho, ya sea porque la venta de indios se hizo con precaución y de una manera solapada, o porque no se han reunido bajo una sola carpeta todos los antecedentes de este negocio”6 Los sucesores de Barbachano, Pantaleón Barrera, Martín F. Pedraza, Liborio Irigoyen y Agustín Acereto, no fueron tan discretos. Ellos con toda tranquilidad dieron oficialidad a la venta de mayas y a la postre hasta se las ingeniaron para que los recursos de la venta de mexicanos se escabullera por ahí y no se notificara de ellos a las oficinas gubernamentales. Que los gobernadores “blancos” de la “casta divina”, heredaron de los conquistadores la confabulación del oro con la religiosidad, se demuestra porque acabaron vendiendo no sólo mayas, sin aún soldados de su ejército regular. Un traficante de personas, Eduardo Tizón, era el principal “comprador de mayas”. Ante los vaivenes de la política yucateca (los campechanos estaban en su lucha por separarse de los yucatecos) se llenó de temor de que su negocio tuviera mermas así que recurrió a los tribunales para que le garantizaran el cumplimiento de sus negocios. Así es como se sabe de los detalles de la venta de mayas., Tizón informa al juez que el gobernador Pantaleón Barrera contrató con él la exportación de indios estipulando las mujeres a veinticinco pesos, los varones a cuarenta y los niños gratis hasta la edad de diez años. El contrato preveía que el traficante adquiría el derecho de comprar mayas hasta llegar a un total de veinticuatro mil pesos. Además de pagar esta cantidad, se comprometía a entregar 500 fusiles de cuyo destino, al final, nadie supo. Esto ocurría en 1858 Lo que le preocupaba es que con el cambio de gobierno, no se cumpliese lo pactado. Pero no fue así, el nuevo gobernador, también general, Peraza ratificó el 6 Justo Sierra O´Reully, Juan Suárez Navarro, “La Guerra de Castas” Colección Cien de México, Conaculta, México, 1993 , pags 164-165 (Se ha actualizado la ortografía del texto) 9 asunto. Pero el trato de corruptos con corruptos, entraña siempre peligros, por lo que el traficante de humanos regresó al juzgado y hace un pedimento en el cual se ve que se trataba a los mayas como cosas, no como humanos. El siguiente es parte del texto del acta judicial. “Pedimento. Excmo. Sr. Educado Tizón, súbdito español, residente en esta ciudad, ante V.E. respetuosamente expone: que así por antecedentes que tiene ya V.E. y constan en la secretaría de este Gobierno y en la que su H. consejo, como por las diligencias judiciales que han practicado, es manifestó el permiso formal que obtuvo de los Excmos. Sres. Gobernadores salientes D. Pantaleón Barrera y D. Martín Francisco Peraza para poder contratar en clase de colonos libres para la Isla de Cuba, indios que por hacer armas contra la raza blanca, deben ser expulsados del país después de caer prisioneros, todo bajo los favorables términos y condiciones que constan en el expediente respectivo. Esta concesión que bien puede considerarse exclusiva, la otorgó el Gobierno anterior, en consideración al donativo de quinientos fusiles de munición y al préstamo de treinta mil pesos que le hizo para subvenir en los momentos de mayor escasez a los gastos de la administración pública, ofreciéndole solmene, aunque verbalmente que de esta suma debería precisamente ser amortizada la de veinticuatro mil pesos con la gratificación que ofreció dar el que suscribe de cuarenta pesos por cada indicio y veinticinco pesos por cada indica, quedando los seis mil restantes en cuenta de otro nuevo convenio si interesase al Gobierno celebrarlo. (…) este préstamo, digo, aun no ha sido amortizado en los términos convenidos, y como la empres q que representado ha hecho además del desembolso de los referidos veinticuatro mil pesos, otros inmensos e indispensables gastos en La Habana, contando con la exactitud y religioso cumplimiento de los estipulado con el Gobierno de Yucatán, pido y suplico, que en uso de sus altas facultades, y en obvio de que se sigan mayor perjuicios a la empresa con la interrupción de los contratos, se sirva disponer se me permita seguir contratando los indios prisioneros que hagan las tropas de las líneas y otras que destinen a este objeto, en los mismos y exclusivos términos y condiciones que hasta aquí lo he hecho, a fin de amortizar mi crédito”.7. Naturalmente, los gobernadores se incomodaron. Barbachano en algún momento declara que no recuerda el asunto y que dio ciertas órdenes pero que quizá fueron mal interpretadas, otros de los gobernadores implicados aceptan los hechos, pero hablan de arreglos verbales, de órdenes no escritas y de instrucciones, también verbales. El caso es que nadie llevó constancias del número de mayas vendidos como esclavos a traficantes españoles que los revendían en Cuba y otros lugares. 7 Op.cit, paginas 303-304 10 Cuando el escándalo estalló y Benito Juárez ordenó el cese de la venta de mayas como esclavos, aún estaba luchando contra los conservadores y su emperador, de mayora que no pudo hacer mayor cosa. Después, cuando restauró la República y envió a Juan Suárez a investigar, salieron a la luz otros detalles, propios del carácter divino de los blancos yucatecos. Mural “La venta de indios”, de Fernando Castro Pacheco Los gobernadores implicados dijeron que los indígenas mayas no eran obligados al destierro y a la esclavitud, sino que “lo hacían por su voluntad” una vez que conocían las condiciones bajo las cuales se les trasladaría. Interrogado a este respecto al traficante Tizón dijo, de acuerdo con el acta judicial, que era verdad porque a los mayas apresados ya sea en batalla o en incursiones a sus pueblos y aldeas “se les leía en español el documento de condiciones” y como no sabían español y nada contestaba, se daba por aceptado el contrato. Hombres, mujeres y niños eran arrebatados de sus casas para ser vendidos. Viajaban en las mismas condiciones en que transportaban los ingleses a los negros africanos (y como hoy transportan a los emigrantes sudamericanos que intentan llegar a la frontera con EE.UU.) Muchas mujeres y niños morían en el trayecto. Solo comían una vez al día, y no todos. En tiempos de los gobernadores Liborio Irigoyen y Agustín Acereto la demanda hizo subir el precio de los mayas, llego a 120 pesos por varón adulto y 90 por las mujeres. Los niños de hasta 8 años eran gratis. Los mayores de esta edad, se venían como adultos. De hecho, Irigoyen y Acereto, como consta en el informe de 11 Juan Suárez y Navarro, aceptaron ante la autoridad judicial, el tráfico de mayas. Y es que, como dijo Barbachano, el objetivo era acabar “con la raza maya”. Este objetivo es, según la ONU, el genocidio. Las cuantiosas ganancias que produjo la venta de esclavos mayas, se escamoteó. Durante todas las diligencias hechas por el gobierno de Juárez, resultó que no hubo registro oficial de los ingresos y como se dice “todos se aventaron la pelota” y el dinero desapareció. Al gobierno de Juárez, a la restauración de la República, siguió el gobierno de Porfirio Díaz, el indio oaxaqueño que soñó con ser confundo con francés. Pero tras una década de respiro, los mayas regresaron a la esclavitud y peor que antes. Esto fue documentado, de manera precisa, por el periodista estadounidense John Kenneth Turner, quien se hizo pasar por un millonario estadunidense para poder entrar a las haciendas henequeneras de Yucatán y conocer, de viva voz de los miembros de la Casta Divina, el trato de esclavitud que daban a los mayas, y constató las condiciones en que estos vivían. “Esclavitud quiere decir propiedad sobre el cuerpo de un hombre, tan absoluta como éste puede ser transferido a otro; propiedad que da al poseedor el derecho de aprovechar lo que produzca ese cuerpo, matarlo de hambre, castigarlo a voluntad, asesinarlo impunemente. Tal es la esclavitud llevada al extremo; tal es la esclavitud que encontré en Yucatán”.8 Kenneth visitó a los principales henequeneros, todos ellos dueños de enormes palacios en Mérida, precisamente una de las razones por las que se consideraban “divinos”, entre ellos a Olegario Molina, que fue gobernador de Yucatán y que poseía una hacienda de ¡6 millones de hectáreas! En total, había, según consigna 50 “reyes del henequén”, en la península. Falsamente interesado en comprar una hacienda, Kenneth vio a algunos posibles vendedores interesados en hacerlo. Y preguntó por los trabajadores. He aquí lo que dice al respecto: “… diciendo que podía comprar hombres o mujeres, muchachos o muchachas o un millar de cualquier especie, para hacer con ellos lo que quisiera; y que la policía me protegería y me apoyaría para Pero ni todo eran golpes para que obedecieran, ni eran para que hicieran lo que al amo le venía en gana: “Me contaron de hombres a quienes se había colgado de los dedos de las manos o de los pies para azotarlos; de otros a quienes se les encerraba en antros oscuros como mazmorras, o se hacía que les 8 Kenneth T.J. “ México Bárbaro”, Editorial Tomo, S.A., México, 2010, pag 16 12 cayeran gotas de agua en la palma de mano hasta que gritaban. El castigo a las mujeres, en casos extremos, consistía en ofender su pudor. Conocí las oscuras mazmorras y en todas partes vi las cárceles dormitorios, los guardias armados y los vigilantes nocturnos que patrullaban los alrededor de la finca mientras los esclavos dormían. También oí que algunos agricultores tenían especial placer en ver cintarear a sus esclavos, Por ejemplo, hablando de uno de los más ricos terratenientes de Yucatán, un profesionista me dijo: “- Un pasatiempo favorito de X consistía en montar en su caballo y presenciar la “limpia” (el castigo) de sus esclavos. Encendía su cigarro y cuando expulsaba la primera bocanada de humo el látigo mojado caía sobre las desnudas espaldas de la víctima. Seguía fumando tranquilamente muy contento, al mismo tiempo que los golpes caían uno tras otro. Cuando, por fin, le aburría la diversión, tiraba el cigarro y el hombre del látigo dejaba de golpear, ya que el final del cigarro era la señal para que acabaran los azotes” Se les daba una comida al día consistente en dos tortillas, frijoles y chile y en ocasiones, maíz. Para los esclavos no había comida, ni cena. Como no se les pagaba salario alguno, se les anotaba esa comida como una deuda. Kenneth hace notar que el precio al que les vendían tan miserable dotación, era a precios extraordinariamente altos de tal modo, que la deuda aumentara de manera estratosférica y fuese impagable y afianzara la esclavitud del individuo. “Los esclavos se levantan cuando la gran campana del patio suena a las 3:45 de la mañana y su trabajo empieza tan pronto pueden llegar a la labor. El trabajo en los campos termina cuando ya no se puede ver por la oscuridad y en el “casco” prosigue a veces durante muchas horas de la noche. “La labor principal de la hacienda consiste en cortar las hojas de henequén, limpiar el terreno de las malas hierbas que crecen entre las plantas. A cada esclavo se le señala como tarea cierto número de corte de hojas o de plantas que tiene que limpiar, y la tendencia del patrón es fijar cuotas tan altas que el esclavo se vea obligado a llamar a su mujer y a sus hijos para que le ayudan; de esta manera, 13 casi todas las mujeres y niños de la hacienda pasan una parte de la jornada en el campo. Las mujeres solteras están todo el día en el terreno de labor, y cuando un muchacho llega a los doce años, se le considera ya hombre de trabajo y se le fija una cuota que tiene que cumplir por sí solo”9. Uno de los líderes de la Casta Divina, explica a Kenneth que pasa cuando un hombre se enferma y cae en cama. Le explican que entonces lo pasan a trabajar en la desfibradora, que es un trabajo menos pesado, pero que por esa razón lo ponen a media paga, es decir, su deuda crece al doble todos esos días. Las deudas, encontró el periodista norteamericano, eran impagables, y no se supo del caso que alguien pudiera pagarla puesto que el sistema estaba diseñado para que ello no pudiese ocurrir, ni ocurriría, porque el hacendado llevaba los libros y anotaba lo que le venía en gana. Por supuesto, Kenneth era “gringo” y alguien le echó en cara que los gringos también esclavizaron a los negros. Kenneth dice: “Una y otra vez comparé, en la imaginación, el estado de los esclavos de nuestros Estados del Sur, antes de la Guerra Civil, y siempre resultó favorecido el negro. Nuestros esclavos del Sur estaban casi siempre bien alimentados; por regla general no trabajaban con exceso; en muchas de las plantaciones rara vez se les pegaba; de cuando en cuando era costumbre darles algo de dinero para pequeños gastos y se les permitía salir de la finca por lo menos una vez por semanas. Estos, como los esclavos de Yucatán, eran ganado perteneciente a la finca; pero a diferencia de aquellos, se les trataba tan bien como al ganado. En el Sur, antes de la guerra, no había muchas plantaciones donde murieran más negros que nacían. La vida de nuestros esclavos negros no era tan dura, puesto que podían reír algunas veces, y cantar. Pero los esclavos de Yucatán, no cantan10” Para los yaquis, la situación era aún más terrible. Ya hablaremos en otra ocasión de ello. En 1910 cayó de su Porfirio Díaz y surgió la revolución con su lucha de facciones. Quiso el azar que un general de las huestes de Obregón, Salvador Alvarado, por supuesto, norteño, fue a dar a Yucatán y fue nombrado gobernador por capricho de Obregón. Aunque se le consideraba hombre rudo y en buen grado inculto resultó, sorpresivamente, un excelente gobernante con conciencia social y defensor de los mayas. 9 Kenneth, Op. Cit. Pag 23 Idem. Pags 28 - 29 10 14 Para los yaquis, la situación era aún más terrible. Ya hablaremos en otra ocasión de ello. En 1910 cayó de su Porfirio Díaz y surgió la revolución con su lucha de facciones. Cuando Carranza quedó como Presidente del país, envió al coronel Abel Ortiz Argumedo como encargado de los asuntos de Yucatán. Fue cordialmente recibido por los miembros de la Casta Divina y quedó fascinado por ellos, tanto, que se negó a aceptar la Constitución Política y para eludir sus mandatos, decidió, otra vez, que Yucatán se independizara de México. Vale la pena comentar que la Constitución indicaba que en nuestro país, todos nacen libres y los esclavos que entren al territorio nacional, por el sólo hecho de hacerlo, adquieren su libertad y la protección de las leyes. Además, se prohibía el trabajo forzado por deudas o contra la voluntad del individuo, y que las deudas se heredaran de padres a hijos. Era un golpe directo a los henequeneros. Disgustado por esto, Carranza envió a Salvador Alvarado, un general norteño, hasta entonces de poca relevancia militar, para que acabara con la rebelión. En enfrentamiento directo acabó con las fuerzas del traidor Ortiz Argumedo. Pero los hacendados organizaron y armaron a grandes grupos para acabar con Alvarado, pero no pudieron. Este los venció en las haciendas Blanca Flor, Halachó y Poc Boc. No paró ahí. Puso en vigor la constitución y como primer paso liberó a los esclavos mayas y yaquis (para éstos últimos, sus paisanos, promovió el regreso a su región de origen) sin reconocer deuda alguna con los henequeneros y miembros de la Casta Divina. Al quedar como gobernante de Yucatán, promovió la creación de escuelas, algunas específicas para los mayas y organizó a los campesinos y obreros, en sindicatos. Hizo más, mucho más, socialmente positivo. Entre los personajes que lo apoyaron, estaba Felipe Carrillo Puerto que con el tiempo se convirtió en “el Cristo Rojo de los Indios Mayas”, con lo que por un periodo significativo, se reivindicó a los indígenas mayas. Por supuesto, la Casta Divina no se durmió en sus laureles y Carrillo Puerto fue fusilado arbitrariamente. Pero por fin fue posible una vida más digna para los celebrados y admirados mayas11. Pero la historia continúa. Sólo que ahora ya no fue en Yucatán. Fue en otra provincia habitada de los mayas, la actual Guatemala. Esto empezó nada menos que en 1982, a finales del Siglo XX. Y se trató de un genocidio en toda la extensión de la palabra. 11 La situación de los mayas es hoy totalmente distinta de la de aquella época. Sin embargo, en fecha tan reciente como mayo de 2012, una orden judicial dejó en libertad a una mujer maya condenada a prisión por hechos de los que nunca se enteró, ya que no habla español y en todo su proceso no hubo traductor. Así que la Casta Divina no está totalmente muerta. Hay varios expedientes judiciales parecidos en el actual Yucatán y en Chiapas. 15 En este punto es difícil quien es el peor genocida que ha dado América Latina, hay varios candidatos, Pinochet, Videla y sus compinches, o Efraín Ríos Montt. Curiosamente, hay quienes consideran a éste último que el asesino más sanguinario que ha habido en nuestra América Latina. Un asesino títere de un loquillo llamado Ronald Reagan. Y las víctimas de Ríos Montt, fueron los mayas. “Guatemala cuenta con la segunda población indígena más extensa de toda América después de México. La población indígena guatemalteca es, concretamente, de origen maya, y representan un total del 52% de la población total de Guatemala, concretamente, situados la mayoría, el 95%, en las zonas del interior del país, en las zonas rurales de los altiplanos, divididos en cientos de pequeñas comunidades rurales. La mayoría de todos ellos viven en umbrales de miseria y en pésimas condiciones de vida, dedicándose muchos de ellos a las tareas agrícolas, que les ofrecen los pocos beneficios que pueden obtener, debido a lo cual muchos han generado un fuerte sentimiento de identidad trabajadora e indigenista, motivo por el cual tradicionalmente ha sido una zona de mayoría de voto progresista”. 12 El problema se inicia cuando Jacobo Arbenz es derrocado bajo la acusación de ser hombre de izquierda, lo que disgustaba y alarmaba al gobierno de Estados Unidos de Norteamérica. De manera que los gringos apoyaron para que ocurriera un golpe de estado. Hubo inestabilidad en Guatemala y en 1982 otro golpe de estado llevó a la presidencia al general Efraín Ríos Mont, “el mayor asesino que ha dado América13” Efraín Rios Mont, el GENOCIDA Bajo el pretexto de que la población indígena campesina, es decir, los mayas, eran “ignorantes y por ello, vulnerables al comunismo internacional”, Ríos Mont comenzó la guerra de exterminio contra los mayas. Este genocida fue considerado por Reagan como “un campeón en el respeto a los derechos humanos”. ¿Con base en qué? En su dicho de que “los indígenas son la base de los movimientos izquierdistas y por lo tanto, al ser sospechosos, hay que matarlos a todos”. Así de sencillo y humanitario. El objetivo de Ríos Mont, según indican los hechos, fue el exterminio total de los mayas. 12 13 Datos tomados de www.topeka.com/tag/historia (consultado el 4 de mayo 2011 Idem. Los siguientes encomillados, provienen de esta fuente, hasta que se indique algo distinto. 16 “El período más violento y sanguinario fue entre 1978 y 1985. El 83% de las víctimas fueron mayas. Se arrasaron aldeas enteras masacrando a ancianos, mujeres y niños utilizando métodos de extremada crueldad. El horror incluyó el asesinato de niños a golpes o tirados vivos a fosas donde se lanzaban más tarde cadáveres de adultos, amputación de miembros, violaciones a las mujeres, empalamientos, quemar vivos, extracción de vísceras a víctimas vivas en presencia de otras, encierros en estado agónico hasta la muerte, abertura de vientres a mujeres embarazadas... En la región de Ixil entre el 70 y el 90% de las aldeas fueron arrasadas. En total están contabilizadas 626 masacres, es decir, exterminios masivos de la población”14. Para mejorar la eficiencia, Ríos Mont formó un grupo de asesinos llamados Kaibiles. Se ha documentado que se les entrenaba matando animales para comérselos crudos y beber su sangre. Esto método lo aplicaban posteriormente, contra seres humanos. Para integrar este cuerpo se instauró una leva especial, los jóvenes eran obligados a punta de pistola para que formaran parte de los Kaibiles. Su presa eran los mayas, en plena época en que en el resto del mundo se les glorificaba. Se criminalizó a los mayas, el sector más oprimido y pobre del pueblo en Guatemala. La guerrilla ocupaba temporalmente aldeas y cuando las abandonaba eran arrasadas por el Ejército o los escuadrones de la muerte. Se secuestró y asesinó a los líderes y guías espirituales mayas. Destruyeron los centros ceremoniales y lugares sagrados, o el idioma y el vestido fueron objeto de represión. Se reprimió el ejercicio de la espiritualidad maya. Y también a la iglesia católica. “El 93% de la población en Guatemala es católica15. La reunión de obispos en Medellín en 1968, fecha de inicio de la llamada Teología de la Liberación, marca un punto de inflexión. A partir de entonces, 14 Memoria del silencio (Tz’inil na’tab’al), www.biblioteca.umg.edu.gt/asp/getFicha.asp (consultado el 7 de mayo de 2011) 15 Los sacerdotes católicos se insertaban, en esa época, dentro de la “Teología de la Liberación” 17 los curas, catequistas, religiosos y misioneros que trabajaban con los excluidos pasan a ser objetivo de la represión. “Hágame patria, máteme un cura” era un grito de guerra de los represores. En 1998, cuatro años después de la firma de los acuerdos de paz, el obispo Gerardi, tras presentar un informe sobre los atentados a los derechos humanos, fue asesinado a palos”. La barbarie de las fuerzas militares de Ríos Mont contra los indígenas mayas deja atrás a la inhumanidad de los nazis en los campos de concentración. En los campos de concentración nazis se asesinaba masivamente. Pero los guatemaltecos de Ríos Mont, antes de asesinar, torturaban de todos los modos imaginables y sus actos se equiparan a los del “doctor muerte”, el nazi Mengele. En la “Memoria del silencio”, disponible en Internet, pueden leerse los testimonios de los sobrevivientes. Es la descripción fiel y exacta de las acciones de la soldadesca desenfrenada y excitada y apoyada por sus jefes, para cometer cuanta crueldad se les ocurriera. Y tenía mucha imaginación pervertida. Esto terminó en 1991 cuando, otra vez, con el apoyo de Estados Unidos, pero ya no de Reagan, se firmaron tratados de paz y se puso fin al genocidio. Pero las heridas siguen abiertas. Tal ha sido el destino de los admirados mayas, desde la conquista, hasta nuestros días. “No obstante la magnitud y la evidencia del genocidio perpetrado en Guatemala, que alcanzó los mayores niveles de crueldad y terror Durante décadas los tribunales de justicia guatemaltecos se han mostrado incapaces de investigar, procesar, juzgar y sancionar a los responsables de esos crímenes contra la humanidad. La denegación sistemática de justicia, la carencia de independencia de los jueces y la violación permanente del derecho a un proceso legal, constituyen las bases para la impunidad de la que han disfrutado hasta hoy los genocidas. Por lo anterior, la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú m decidió presentarse ante la Audiencia Nacional de España en 18 demanda de justicia enarbolando el principio jurídico de Jurisdicción Universal, contemplado en los tratados y las convenciones internacionales que tipifican los delitos contra la humanidad y su naturaleza imprescriptible, tales como el genocidio, la tortura y la ejecución extrajudicial, entre otros. (…) Por primera vez en la historia de Guatemala se abre una posibilidad real de alcanzar justicia. Sobre bases legales, podemos aspirar a que los principales responsables de los crímenes y atrocidades más abominables de cuantos se hayan registrado en la historia reciente de América Latina, dejen de disfrutar impunemente del poder y el bienestar forjados bajo el más implacable terrorismo de Estado, puesto al servicio de una casta racista y despótica buscando la virtual desaparición del pueblo maya y la eliminación de miles de ciudadanos no indígenas. Al fin, las víctimas sobrevivientes y los familiares de quienes murieron o fueron desaparecidos para siempre, pueden aspirar a conocer la verdad y obtener resarcimiento jurídico. De esa manera, se vislumbra la posibilidad de empezar a construir la verdadera conciliación y la paz sólida y perdurable fundada en la verdad y el respeto a la dignidad humana.16 Ríos Mont, vive tranquilo en Guatemala y pretende regresar al poder. Con la ayuda de los conservadores y las “fuerzas productivas” de ese país. Se ha lanzado como candidato a la presidencia en tres elecciones y en 2007 lo llevaron a una diputación que la ha permitido burlar a la justicia, que además no parece tener altas intenciones de castigarlo. Wikipedia dice de Ríos Mont: “ En numerosas elecciones presidenciales (1990, 1995, 2003), intentó postularse como candidato a la presidencia del país por el Frente Republicano Guatemalteco (FRG), que ganó las elecciones, con mayoría en el Congreso y la presidencia (Alfonso Portillo), en 1999. No logró el registro de su candidatura, pues existe una prohibición constitucional expresa contra quienes hayan llegado al poder como consecuencia de un golpe de Estado, como hizo él en 1982. Para las elecciones de 2007, Ríos Montt participó por una curul en el congreso, obteniendo más de 250,000 votos para otro periodo de cuatro años. Con esto espera garantizarse la inmunidad parlamentaria ante los procesos judiciales que se siguen en su contra por delitos de genocidio. 16 Fundación Rigoberta Menchú, Juicio por el Genocidio en Guatemala, en sapiens.com consultado el 7 de mayo de 2011) 19 Los partidarios de Ríos Montt--extrema derecha y población políticamente alienada-- se empeñan en presentarlo como figura "necesaria" en la historia guatemalteca. En cambio, es vituperado por las fuerzas democráticas a causa de las sistemáticas, flagrantes, crueles y masivas violaciones de derechos humanos ocurridas bajo su régimen, especialmente contra los indígenas su pretexto de de combatir a la insurgencia. Se le imputan, pues, los delitos de genocidio, tortura, desapariciones forzadas, terrorismo de Estado y crímenes contra la humanidad. La guerra civil enfrentó al ejército contra insurgentes de izquierda, siendo un aparato militar ilegal e inconstitucional que destruyó infraestructura nacional, patrimonio nacional, secuestro, torturo, asesino y extorsión tanto a campesinos, finqueros, extranjeros y demás personas, que destruyeron infraestructura de todo el país, siendo la más afectados la población campesina. En 1999 la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú Tum le denunció en la Audiencia Nacional de España por los delitos de genocidio, torturas, desapariciones forzadas y terrorismo de Estado. Junto a él otros cuatro generales y tres civiles fueron acusados. De los acusados, dos han fallecido. A pesar del proceso, la justicia no hay llegado. Para los mayas actuales la situación es diferente, por una parte, su cultura es mundialmente admirada y reconocida. Su vida ya no es de esclavitud, pero la explotación continúa. Cierto que en menor escala, pero sigue existiendo, lo mismo que la Casta Divina, aunque, al parecer, ha cambiando y probado diferentes nombres. 20