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37 años de la Noche de los Lápices
Jóvenes militantes por siempre
Treinta y siete años después recordamos a los jóvenes militantes platenses de
la tristemente célebre “Noche de los Lápices”, María Chiocchini, María Claudia Falcone,
Francisco López Muntaner, Claudio de Acha, Horacio Ángel Ungaro, Daniel Racero
quienes dieron su vida por sus ideales, y otrxs como Emilse Moler, Patricia Miranda,
Gustavo Calotti y Pablo Díaz que lograron sobrevivir a las más terribles torturas,
comprometidos con la militancia estudiantil y la solidaridad, en un contexto político y
social atravesado por la última dictadura cívico-militar.
El contexto regional en América Latina estaba signado por las directivas
impuestas por el poder imperial de Estados Unidos para llevar a la práctica e instalar
un modelo económico y social que destruyera toda soberanía nacional en beneficio de
los intereses de los capitales imperiales.
La historia de organización de nuestro pueblo le opuso resistencia a la
oligarquía nacional que con el apoyo de los sectores económicos, la iglesia y los
medios de comunicación pergeñaron, apoyaron y legitimaron la más siniestra
maquinaria genocida de la que tiene memoria nuestra historia.
Desde diferentes sectores y de distintas maneras se resistió ese modelo
depredador de nuestra cultura y el movimiento estudiantil tuvo un rol importante en
esa resistencia, debatiendo, militando y luchando por un mundo más justo.
Resulta paradójico hacer una analogía entre un pasado que definía a la lucha
por más derechos como “acto subversivo en las escuelas” y un presente que afirma
que “los jóvenes tienen la fuerza de la transformación”.
Y esto quedó reflejado y se visibilizó en una de sus máximas expresiones en la
catástrofe de la inundación del pasado 2 de abril en la que de manera mancomunada y
desafiando los discursos estigmatizantes, en los que se los utiliza como “chivos
expiatorios” de las inseguridades, nos enseñaron el verdadero ejercicio de la
solidaridad demostrando que la Patria es el otro.
Hoy son “aquellos” y “estos” jóvenes la columna vertebral de un movimiento
emancipador al que defienden con profunda convicción. Son plenos protagonistas de
una política que los empoderó como sujetos de derecho, que los invito a no tener
miedo, a alzar la voz, a militar el barrio. Los jóvenes de hoy son los militantes del amor
que sueñan por un país con más derechos y mejor democracia.
Secretaría de DDHH
ADULP
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