Rutas por Sevilla Triana

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Rutas por Sevilla
Triana
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Rutas por Sevilla Triana
Del Puente de Triana
a la Plaza de Cuba
a. Puente de Isabel II
Puente de Triana
b. Capillita del Carmen
c. Plaza del Altozano
Faro de Triana
Monumento al flamenco
Monumento a Juan Belmonte
Mercado de Triana
d. Castillo de San Jorge
e. Callejón de la Inquisición
Paseo de la O
f. Calle Castilla
Parroquia de la O
Corral de las Flores
Almonas reales
Iglesia del Cachorro
g. Calle Alfarería
Cerámica Santa Ana
Monumento a los ceramistas
h. Calle San Jacinto
i. Calle Pureza
j. Capilla de los Marineros
k. Iglesia de Santa Ana
l. Calle Betis
m. Plaza de Cuba
Museo de Carruajes
Uno de los barrios más
característicos de la
ciudad, Triana es tierra
de alfareros, marineros y
flamenco. En sus calles se
conserva la esencia de la
Sevilla popular y las
huellas de un pasado
milenario. Del Castillo de
San Jorge a la iglesia de
Santa Ana, de los corrales
de vecinos a la
majestuosidad de la calle
Betis, el corazón que a
Triana va... nunca
volverá.
Los orígenes de Triana, según algunos historiadores, son tartésicos. Al
parecer había un núcleo de población en la orilla derecha del río frente a la
ciudad de Hispalis, al que denominan Baitis, donde las legiones romanas
establecieron un castro o campamento fortificado, que posiblemente
estuviera situado en el lugar que ocupó después un castillo almohade.
Sobre su nombre tampoco hay consenso: para unos proviene de la unión
de tri- (tres) y -ana (ríos) por darse allí esa confluencia; otros prefieren la
evolución Traiana - Trajan - Triana al haber sido fundada por Trajano, el
emperador romano nacido en la cercana Itálica.
Para otros estudiosos, el origen de este barrio lo encontramos en una
alquería, un paisaje verde de exquisitos frutos que hicieron famosa a la
Vega de Triana. El primer elemento que se construyó fue el castillo que los
almohades levantaron en 1171 a este lado del río para proteger la ciudad,
una fortaleza de diez poderosas torres a cuya sombra vinieron a laborar
pescadores y artesanos. El siglo XII fue providencial para este lugar
apartado porque los musulmanes tendieron sobre el río el primer puente,
un paso sobre barcas que facilitó la comunicación de los ricos pueblos del
Aljarafe y el propio arrabal con la ciudad.
Triana también destaca por su actividad marinera, que se conservó hasta
mitad de los años 60. En esta barrio se reclutaron y formaron las
tripulaciones para América y se aprovisionaron los barcos, como el de
Magallanes y Elcano en 1519 que dio la primera vuelta al mundo volviendo
a Triana (al puerto de las Mulas) en 1522, yendo Elcano y su tripulación a
orar a la Virgen de la Victoria, entonces en el convento de los Remedios,
hoy en la iglesia de Santa Ana.
A lo largo de su historia, Triana ha tenido una gran actividad productiva:
molinos de pólvora, fábricas de jabón, astilleros, hornos de alfarería, etc,
llegando a producir durante la primera mitad del siglo XX aviones con una
tecnología de vanguardia en la desaparecida fábrica de la Hispano
Aviación. Además Triana ha sido el punto de comercialización de todos los
productos del Aljarafe.
Rutas por Sevilla Triana
a. Puente de Isabel II o de Triana
El recorrido por Triana lo iniciamos cruzando el río Guadalquivir por el
popular Puente de Triana o de Isabel II, una de las escasas muestras de
la arquitectura del hierro que poseemos en la ciudad, junto al cercano
edificio del Barranco. Los musulmanes construyeron en 1171 el puente de
barcas que enlazó la plaza del Altozano con Sevilla; en 1629 se planteó la
necesidad de realizar un puente sólido, pero no se construyó hasta el año
1845.
Fue construido en 1845 siendo sus autores los ingenieros Steinacher y
Bernadet (inspirado en el antiguo puente del Carrusel de París) y fundido
en hierro en los talleres sevillanos de Narciso Bonaplata.
b. Capillita del
Carmen
La Capillita del Carmen,
conocida popularmente como “el
mechero”, es uno de los
símbolos del barrio de Triana.
Fue realizada en ladrillo en
limpio por el arquitecto Aníbal
González entre 1924 y 1928,
siguiendo un delicado diseño
historicista. La imagen que se
venera en su interior estuvo
anteriormente colocada en el
antiguo puente de barcas, que
unía el centro de Sevilla con el
barrio de Triana.
c. Plaza del Altozano
Es uno de los centros neurálgicos de Triana.
En el extremo trianero del puente se yergue el
Faro de Triana, un edificio que sirvió como
regulador del tráfico fluvial cuando el puerto
de la ciudad se situaba justo enfrente.
A pocos metros, se alza el monumento a uno
de los toreros que mayor renombre han
alcanzado en la historia de la tauromaquia,
Juan Belmonte. Su autor, Venancio Blanco,
la realizó en el año 1972. La ilusión óptica que
se obtiene al mirar a través de la estatua es
toda una alegoría al carácter del torero. Frente
a su cara seria, el hueco de su pecho permite
ver dos de las grandes pasiones de Belmonte:
el toreo, con la Maestranza, y su ciudad,
simbolizada por la Giralda.
En la Plaza del Altozano también podemos ver
la figura de bronce del monumento Triana al
Arte Flamenco (en la foto), realizada por
Jesús Gavira en 1993. En Sevilla existe una
importante tradición del flamenco, pero
siempre han existido importantes diferencias entre el flamenco de Sevilla y
el flamenco del barrio de Triana.
En Triana se cantaba en las tabernas, donde se entablaban duelos entre
figuras trianeras del cante, en una época en la que en Sevilla el arte
flamenco triunfaba en los cafés cantantes, los cuales adquirieron gran
auge a partir de la segunda mitad del siglo XIX. En Triana apenas hubo
cafés cantantes, y los flamencos trianeros tenían que cruzar el
Guadalquivir para cantar en los cafés cantantes de Sevilla.
Como cante trianero se ha considerado siempre la soleá, que lleva el
nombre de este barrio. Según los expertos, las soleares de Triana son,
seguramente, las más antiguas, o al menos,
las más remotas alusiones se refieren a
Triana.
En el Altozano se encuentra también el
Mercado de Triana. El barrio comenzó
como un arrabal, siendo sus habitantes
pescadores y trabajadores del muelle.
Debido al crecimiento de la población, se
instalaban en esta zona unos vendedores
ambulantes dos veces por semana, hasta
que en 1830 se decidió construir un mercado
de abastos, formado por pequeñas cuarteladas al aire libre.
Durante unos cien años sufrió pocas modificaciones, hasta que en 1998 se
comenzó la construcción del actual mercado, siendo inaugurado en el año
2001. Consta de unos 80 puestos entre los que podemos encontrar
fruterías, carnicerías, pescaderías, panaderías, charcuterías, floristerías,
entre otros. También podemos disfrutar de típicos desayunos y aperitivos
en algunos bares y cafeterías allí situados.
d. Castillo de San Jorge
Fue la sede de la Inquisición en nuestra ciudad, y recientemente ha sido
transformado en un centro temático sobre la tolerancia. En el año 1477, el
fraile dominico Alonso de Hojeda solicita la creación de un tribunal del
Santo Oficio en Sevilla debido a la herejía judaizante que reinaba en la
ciudad. Este fue instalado en la ciudad en 1481, siendo su primera sede el
Convento de San Pablo, trasladándose el mismo año al Castillo de San
Jorge. El Tribunal de la Santa Inquisición funcionó hasta el año 1820, fecha
en la que fue abolido por el rey Fernando VII.
Este castillo fue edificado en la
Edad Media como defensa del p
uente, el cual comunicaba Sevilla y
el Aljarafe. Era una sólida fortaleza
formada por una muralla, un foso y
una barbacana. En su interior
había varios patios y edificios y la
capilla de San Jorge, la cual fue la
primera parroquia de Triana.
A principios del siglo XIX se llevó a
cabo la demolición del castillo. El
Santo Oficio se trasladó al Colegio
de las Becas, en la zona de la
Alameda de Hércules, hasta su
abolición en 1820.
Castillo de San Jorge
Centro temático sobre la tolerancia
Plaza del Altozano.
Tel 954 332 240
www.elcastillodesanjorge.es
[email protected]
Horario
Lunes a viernes de 10.00 a 14.00 y
de 17.00 a 19.00.
Sábados, domingos y festivos de
10.00 a 15.00.
Entrada gratuita
e. Callejón de la Inquisición
Atravesamos el Mercado de Triana, y llegamos al Callejón de la
Inquisición, el cual comunica con el Paseo de la O. El callejón recibió este
nombre por abrirse junto a la sede del Tribunal de la Inquisición. Podemos
ver un azulejo que indica hasta qué altura creció el río en la inundación de
1784.
f. Calle Castilla
Continuamos caminando por la calle Castilla, y en el número 16 de esta
calle podremos ver el Corral de las Flores, uno de los antiguos corrales
de vecinos que aún conservan su fisonomía original. Los corrales de
vecinos son patios en cuyo centro se solía levantar una fuente, y
bordeando el patio se extienden varios corredores con puertas, que
correspondían a las denominadas salas de cada vecino. Siguen existiendo
algunos de ellos, otros han sido reformados, aunque manteniendo su
diseño.
Existen diferencias arquitectónicas entre los corrales sevillanos y trianeros.
Los corrales del casco histórico tienen su origen en la fuerte inmigración
producida en la ciudad durante el siglo XVI y se limitan a adaptar el
espacio existente con habitaciones y galerías. Sin embargo, en Triana la
forma y tamaño de las parcelas son estrechas y profundas, buscando
rentabilizar la superficie.
Triana también destacó por su producción artesanal en torno a la
producción de aceite y derivados como el jabón, que tenía fama
internacional. El jabón era producido con aceite de palma del Aljarafe, que
a partir del siglo XVI fue conocido como jabón de Castilla. Este contaba
con gran prestigio dentro y fuera de España. Los Enríquez de Ribera
poseían el monopolio para la fabricación de jabón, heredado por Pedro
Enríquez de su padre, el Almirante de Castilla, y que se había visto muy
beneficiado por la explotación de los extensos olivares de los Ribera, lo
que permitía el control de la fabricación y del abastecimiento de las
materias primas. Las reales almonas de jabón fueron durante los siglos
XVI y XVII las mayores fábricas de jabón del mundo. En la calle Castilla
número 24 podemos ver una placa cerámica que nos indica este hecho.
A continuación llegaremos a la
Parroquia de Nuestra Señora de
la O. Esta advocación mariana se
refiere a la Virgen de la
Expectación o de la Esperanza del
Parto. Es un modelo que procede
de la Virgen apocalíptica, en la cual
la mujer tenía que dar a luz a un
Niño. El prototipo aparece a finales
de la Edad Media, apareciendo
María con el vientre abultado y
sobre este el sol, la figura del Niño
o incluso se hace el vientre
transparente para poder ver a
Jesús. Recibe el nombre de la O
por las antífonas que se rezaban los
todas empezaban por esta letra.
Parroquia de Nuestra Señora de
la O
Calle Castilla 30
Tel 954 337 539
Horario de misas
Vísperas 20.00
Festivos 11.00, 12.30 y 20.00
Entrada gratuita
ocho días antes de la Navidad y que
El origen de este templo es un antiguo hospital que estaba bajo la
advocación de las Santas Brígida, Justa y Rufina, en donde se estableció
la Hermandad de la O en el año 1556. Esta efigie despertó gran devoción
entre los vecinos de la calle Castilla, por lo que en 1572 las Hermandades
de Santa Brígida y la O se unificaron para constituir una sola cofradía. La
antigua ermita se derribó en 1697.
La construcción del nuevo templo se realizó entre los años 1697 y 1702, y
es obra de Antonio Gil Gataón.
El gran desarrollo que alcanzó el arrabal trianero hizo que la tradicional
catedral de Triana, la parroquia de Santa Ana, fuese insuficiente para
satisfacer las necesidades litúrgicas del barrio. Para remediar esto se
constituyó a la ermita de la O en ayuda parroquial, para poder administrar
los sacramentos.
La Hermandad titular de este templo es la hermandad de Nuestro Padre
Jesús Nazareno y María Santísima de la O. En un principio hacía la
estación de penitencia a la iglesia de Santa Ana, siendo la primera cofradía
de Triana que en 1850 realizó su estación a la Catedral, atravesando el
puente de barcas sobre el Guadalquivir.
El Nazareno de la O es obra de Pedro Roldán (1685), restaurada por
Antonio Castillo Lastrucci entre 1936 y 1937. La cruz de carey que porta el
Señor es de gran valor. La escultura de María Santísima de la O fue
realizada por Antonio Castillo Lastrucci en 1937. El 16 de junio de 2007 la
Virgen fue coronada canónicamente.
Al final de la calle Castilla está
Capilla del Patrocinio (El
situada la Capilla del Patrocinio,
Cachorro)
popular por albergar en su interior
al famoso Cristo de la Expiración,
Calle Castilla 182
conocido popularmente como “el
Tel 954 333 341
Cachorro”. Esta soberbia escultura,
considerada como el final del
Horario
barroco escultórico sevillano, fue
Lunes a sábado 10.30 a 13.30 y
tallada por Francisco Antonio Gijón
en 1682. Hay dos versiones sobre
18.00 a 21.00
el origen del nombre Cachorro. Por
Domingos 10.30 a 13.30
un lado la teológica, en la que
Cristo es el Cachorro del León de
Entrada gratuita
Judá, que es Dios. Por otro lado, la
tradición que afirma que el
Cachorro era el sobrenombre de un gitano trianero de las Herrerías, que
por los muchos encantos que poseía, tenía locas a diferentes mujeres.
Esto hizo que pasase frecuentemente el Puente de Triana, en busca de
aventuras. Francisco Antonio Gijón, autor de esta magnífica talla, no daba
entonces con un rostro que le satisficiese para su Cristo. Pero aconteció
que una noche en que el Cachorro regresaba de una de sus aventuras
amorosas, le salió al encuentro un marido, novio o padre burlado, el cual
sin mediar palabra, le apuñaló. En ese momento pasaba por allí el escultor
quien, al oír los gritos del gentío, se acercó. En ese instante agonizaba el
gitano, y tomando unas breves notas, le sirvieron para plasmar en su obra
los últimos momentos de la vida de un hombre. En la siguiente Semana
Santa todos reconocieron en la faz del Cristo de la Expiración de la
Hermandad del Patrocinio al famoso Cachorro de Triana.
g. Calle Alfarería
En el entorno de esta calle podemos encontrar numerosos talleres
cerámicos donde pervive la mejor tradición artesana de Triana. El barrio ha
estado siempre vinculado a la actividad de la cerámica con la mayor
concentración de alfareros de entre
todos los distritos, barrios o collaciones
de la ciudad aunque éste no fuese el
único donde se produjera ollería. Hay
una serie de factores que condicionaron
históricamente esta elección. En primer
lugar, su posición periférica respecto del
núcleo urbano. Las molestias que esta
industria producía para la vida cotidiana
de los vecinos, especialmente la
contaminación por los humos de la
combustión en los hornos, provocó que
las autoridades favorecieran el
establecimiento de este tipo de
artesanos en zonas relativamente alejadas del centro. Ello significó que,
según la ciudad iba creciendo y sus murallas defensivas aumentando de
radio, los barrios de alfareros iban desplazándose progresivamente hacia
las nuevas rondas exteriores.
En segundo lugar, por la cercanía del río, a través del cual llegaban las
materias primas necesarias para este oficio. La principal materia prima era
la arcilla, la cual se tomaba habitualmente de las orillas del Guadalquivir y
se transportaba en barcazas hasta los lugares en que se usaba.
El río no sólo servía como vía de llegada sino también para dar salida fácil
al producto manufacturado. Sevilla misma y sus alrededores constituían un
importante sector de la clientela con lo que parte del producto se quedaba
en la ciudad pero la industria del barro en Sevilla siempre estuvo dirigida
de forma prioritaria al comercio exterior. La mercancía se cargaba en los
barcos que atracaban en el puerto y se comercializaba en ultramar. La
situación ribereña de Triana fue en este sentido una circunstancia óptima
para que las cargas se realizaran con toda facilidad desde la orilla del río.
Un tercer atractivo que Triana ofrecía para esta actividad era su baja
densidad de población. Ello suponía facilidad para organizar talleres en
casas que frecuentemente poseían amplios corrales traseros donde
realizar las labores necesarias al aire libre. Los alfares necesitaban
superficies considerables para la acumulación de materias primas, la
preparación de las mismas para su laboreo y el almacenaje de la
manufactura una vez terminada.
La adecuación de esta zona de la ciudad para la actividad cerámica se
vería confirmada en el siglo XIX con la instalación de la Fabrica de
Pickman en la Cartuja de las Cuevas, prolongándose así la Triana alfarera
río arriba y poco después, con la instalación de su competidora Sandeman
McDougal río abajo en San Juan de Aznalfarache.
En Triana han residido los más importantes ceramistas de nuestra historia:
Ferrán Martínez Guijarro vivió en la calle Pureza y fue nombrado por los
Reyes Católicos como proveedor oficial de azulejos para los Reales
Alcázares. Niculoso Pisano vivió en Triana hasta su muerte. De él son
obras tan importantes como el retablo de la Visitación para el oratorio de
los Reyes Católicos de los Reales Alcázares, la portada del Monasterio de
Santa Paula o la lauda sepulcral de Iñigo López situada en la parroquia de
Santa Ana. Los hermanos Diego y Juan Polido realizaron hacia 1540 el
conjunto de azulejos de la Casa de Pilatos, así como los azulejos del
Pabellón de Carlos V situado en los jardines del Alcázar. Cristóbal de
Augusta, autor de los zócalos de la Sala de la Bóvedas de los Reales
Alcázares y, por último, los Valladares, autores de conjuntos muy
importantes como los zócalos del Monasterio de Santa Paula.
En Triana debieron hacerse en la segunda mitad del siglo XVII los azulejos
de las fachadas del Hospital de la Santa Caridad y también los espléndidos
paneles de la fachada del antiguo convento del Pópulo, actualmente en el
Museo de Bellas Artes.
Tras una etapa de decadencia que dura toda la primera mitad del siglo
XIX, se produce una recuperación a finales del siglo XIX. Después de la
fundación de la fábrica Pickman en 1841, que había instaurado en la
ciudad una producción de cerámica hecha con criterio y con gusto inglés,
se produce un fenómeno de recuperación en que Triana reacciona y crea
sus propias fábricas que comienzan pronto a competir con La Cartuja y a
ganarle terreno, especialmente en el campo de la azulejería.
Fábricas como Mensaque, Ramos Rejano, Montalván, Laffite y otras más
darían fama y prestigio a nuestros azulejos intentando incluso mejorar los
productos originales del siglo XVI e imprimiendo catálogos
maravillosamente ilustrados.
Debido a la importancia de la cerámica en este barrio, el ayuntamiento de
Sevilla ha dedicado un monumento a los ceramistas y alfareros en la
calle Callao.
En el entorno de las calles Alfarería, Callao y Antillano Campos existen
varios edificios especialmente significativos, como el de Cerámica Santa
Ana, una empresa fundada en 1939 en la calle San Jorge. La fachada del
edificio es en sí misma una obra de arte hecha en cerámica. Además de
los dos paños de azulejos con figuras femeninas que ocupan el piso
superior, toda la parte inferior está decorada con angelotes que realizan
diferentes tareas alfareras, desde el dibujo hasta el uso del torno de
alfarero. Actualmente se está trabajando en el proyecto de construir en lo
que fueran los talleres y hornos de este establecimiento un Museo de la
Cerámica.
En el número 23 de la calle Alfarería se encuentra la fábrica de Cerámica
Montalván. En el siglo XIX Don Manuel García Montalván, heredando la
tradición ceramista familiar, crea la fábrica llamada Nuestra Señora de la
O. Personaje popular y mecenas, convierte su taller en una gran casa para
artistas, de la cual saldrán afamados trabajos diseminados por todo el
mundo. El edificio anexo, el número 21 de la misma calle Alfarería, es la
casa que Juan Talavera de la Reina construyó para Manuel García
Montalván. Para esta obra el arquitecto se amolda a concepciones más
populares y barrocas, empleando en esta casa de dos plantas la rejería
sevillana tan de su gusto, más el azulejo y la cerámica trianeros, con que
ornamenta la fachada y remata el conjunto, dotándolo de gran colorido en
contraste con el blanco elegido para la fachada.
h. Calle San Jacinto
Bajamos la calle Alfarería y llegamos a la calle San Jacinto, vía de singular
personalidad, plena de vitalidad y sabor trianero. En esta calle destacan
dos importantes enclaves religiosos: La Capilla de la Virgen de la Estrella
y la Parroquia de San Jacinto.
La Capilla de la Estrella es la
sede de la hermosa Dolorosa que
se atribuye a Martínez Montañes,
Esta capilla es sede de la
Hermandad de la Estrella desde su
traslado de la iglesia de San Jacinto
en 1976. La construcción de la
capilla es obra del arquitecto
Delgado Roig.
Capilla de la Virgen de la
Estrella
Calle San Jacinto s/n
Tel 954 332 186
Horario
Lunes a sábado 10.30 a 13.30 y
18.30 a 21.30
Domingos 10.00 a 13.00
La Parroquia de San Jacinto. La
que fue iglesia del convento
dominico de San Jacinto, en un
tiempo sede de numerosas
Entrada gratuita
cofradías que le dieron vida e
i m p o r ta n c i a , a c tu a l m e n t e e s
parroquia. El templo de San Jacinto se empezó a construir en el año 1740,
después de derribar una ermita anterior, mientras que su conclusión
aconteció en el año 1774. Las trazas de este templo se atribuyen a Matías
de Figueroa, el cual trabajó en el templo nuevo desde los cimientos hasta
las cubiertas. Posteriormente otros artífices se encargaron de la fastuosa
decoración del interior.
Durante la invasión francesa
Parroquia de San Jacinto
convento e iglesia fueron
convertidos el primero en casa de
Calle San Jacinto 47
vecinos y la segunda en establo de
Tel 954 334 490
vacas. A la caída de las tropas
napoleónicas regresaron los frailes,
Horario de misas
hasta que fueron expulsados por la
Laborables 08.00 y 20.00
desamortización de 1835. Entre los
Vísperas 20.00
años 1868 y 1869 el convento pasó
a ser propiedad del Ayuntamiento
Festivos 10.00, 12.00, 13.00 y
de Sevilla, colocando en sus
20.00
dependencias una serie de oficinas
municipales y una escuela de
Entrada gratuita
educación primaria. En el año 1906
volvieron los religiosos a San
Jacinto, construyendo un nuevo convento en una serie de casas vecinas.
Esta iglesia fue sede de varias cofradías, como la Hermandad del Rocío de
Triana, la cual tiene actualmente su capilla en la cercana calle Evangelista.
La iglesia de San Jacinto es una de las más grandes de Sevilla y de las
que tienen una mayor magnificencia constructiva.
i. Calle Pureza
Nos dirigimos hacia el Altozano, y desde allí entramos en la calle Pureza,
verdadera arteria espiritual del barrio en la que a fines del siglo XV estaba
establecido el gremio de los olleros.
En la calle Pureza está la Casa de las Columnas, casa palacio construida
en el siglo XVI para albergar la sede de la Universidad de Mareantes
donde se formaban los pilotos y navegantes de la Carrera de Indias. El rey
Fernando III creó, con sede en la Magdalena, la congregación de
Navegantes en 1248, la cual fue trasladada en el s. XVI a la Casa de las
Columnas, y en el s. XVIII se trasladó al Palacio de San Telmo.
Actualmente es la sede del Centro Cívico de Triana.
j. Capilla de los Marineros
En la calle Pureza está situada la Capilla de los Marineros, sede de la
hermandad de la Esperanza de Triana. Dicha cofradía en realidad es la
unión de tres hermandades diferentes, algunas de ellas con un importante
carácter gremial en su fundación: la hermandad de la Esperanza, fundada
en el siglo XV por el gremio de ceramistas, la hermandad de San Juan
Evangelista, a la que pertenecían los pescadores del barrio de Triana, y la
hermandad de las Tres Caídas, fundada por el gremio de marineros,
creada a mediados del siglo XVI.
Esta hermandad tuvo diferentes sedes: la Iglesia del Espíritu Santo, la
Iglesia de Santa Ana, la Iglesia de San Jacinto. En 1759 los hermanos
finalmente decidieron construir una capilla para su único disfrute,
finalizándose las obras en 1815. En 1868 tuvieron que volver a la iglesia de
San Jacinto, de donde regresó en 1963.
Nuestra Señora de la Esperanza, coronada canónicamente el 2 de junio de
1984, es considerada obra de Juan de Astorga. Pero esta imagen se
quemó en un incendio en 1898, siendo restaurada por el imaginero
Gumersindo Jiménez Astorga. Otras restauraciones datan de 1913, 1929,
1981 y 1989 por José Ordóñez Rodríguez, Antonio Castillo Lastrucci y las
dos últimas por Luís Álvarez
Duarte.
Capilla de los Marineros
Entre los enseres de la hermandad
más destacados se encuentran el
guión sacramental, bordado por
Carrasquilla en 1976, el manto de
salida de la Virgen, realizado por
Elena Caro en 1947 y los varales
de plata del paso de palio,
realizado por Orfebrería Triana en
1988.
El Santísimo Cristo de las Tres
Caídas es obra atribuida a Marcos
Cabrera hacia 1595.
Calle Pureza 53
Tel 954 332 645
Horario
Lunes a sábado 09.30 a 13.00 y
17.45 a 21.00
Domingos 09.30 a 14.00
Entrada gratuita
k. Iglesia de Santa Ana
Siguiendo por la calle Pureza, llegamos a la iglesia de Santa Ana,
denominada “la Catedral de Triana”. La primitiva iglesia del barrio de Triana
fue la del Castillo, consagrada a San Jorge, aunque nunca llegó a ser
parroquia.
La fundación de Santa Ana se debe al rey Alfonso X el Sabio, el cual,
según la tradición, construyó esta iglesia en gratitud porque la Virgen le
había curado de un ojo enfermo, y se la dedicó a Santa Ana, Madre de la
Virgen. Su fábrica del siglo XIII ha sufrido diversas alteraciones, siendo
quizás la más importante la realizada tras el terremoto de Lisboa de 1755,
bajo la dirección del arquitecto Pedro de Silva, dando al templo un cierto
revestimiento barroco.
El magnífico retablo mayor es de estilo plateresco, obra de Nufro de
Ortega y Nicolás de Jurate, realizado en 1540. Las quince tablas fueron
realizadas por Pedro de Campaña hacia 1565. En la hornacina central se
encuentra el grupo titular de Santa Ana, la Virgen y el Niño. Este grupo es
del siglo XIII, excepto el Niño que es moderno, siendo las esculturas
restauradas por Francisco de Ocampo en el XVII.
En la zona de la nave se encuentra la lauda sepulcral de don Iñigo López,
pieza magnífica realizada por el famoso ceramista italiano Niculoso Pisano
en el año 1503. Popularmente es conocido como el “negro” de Triana, el
cual ha recibido durante siglos las patadas de las mozas casaderas del
barrio, ya que según la tradición,
dando siete puntapiés a la lauda se
Iglesia de Santa Ana
aseguraban el casamiento.
También podemos ver la Custodia
Calle Vázquez de Leca s/n
del Corpus chico de Triana, obra del
Tel 954 270 885
siglo XVIII. Sigue los modelos dados
por Juan de Arfe para la custodia
Horario de misas
catedralicia, siendo realizada por el
Laborables 20.00
platero Andrés Ossorio en el año
Vísperas 20.30
1726. Tras la celebración del
tradicional Corpus Christi del jueves,
Festivos 11.00, 12.00 y 20.00
se celebra el domingo siguiente
varias procesiones en distintos
Entrada gratuita
barrios de la ciudad, siendo uno de
ellos el barrio de Triana. Partiendo de
la Parroquia de Santa Ana, cuatro
pasos recorren las calles de la feligresía: Niño Jesús, San Juan,
Inmaculada Concepción y Custodia.
En la zona del trascoro se levanta un retablo barroco que contiene una
maravillosa tabla de la Virgen de la Rosa, firmada a principios del siglo XVI
por Alejo Fernández.
La Parroquia de Santa Ana tiene sus momentos de máximo esplendor,
aparte de cuando procesionan las cofradías del Rosario y de la Divina
Pastora (ambas tienen su sede en esta parroquia), o cuando la Esperanza
de Triana pasa por su puerta en la mañana del Viernes Santo, en el
momento del Corpus Chico de Triana, ya que las calles se engalanan con
reposteros, mantones y altares.
Merece la pena rodear la Parroquia de Santa Ana para contemplar su
airosa torre desde la Plazuela de Sacra Familia.
l. Calle Betis
Después de visitar la iglesia de Santa Ana, por la calle Duarte saldremos a
la calle más emblemática de Triana, la calle Betis, siendo este el nombre
que dieron los romanos al río. Desde esta calle podemos disfrutar de las
hermosas vistas de la otra orilla (plaza de toros, Teatro de la Maestranza,
Torre del Oro). En esta calle se celebra a finales del mes de julio la popular
“Velá de Santa Ana”, siendo esta una de las fiestas más tradicionales de
este barrio.
m. Plaza de Cuba
Museo de Carruajes
Plaza de Cuba 10
Terminamos el paseo en la Plaza de
Tel 954 272 604
Cuba, donde permanece el edificio del
antiguo convento de Los Remedios.
Horario de visita
Este edificio fue fundado en 1574 por
De septiembre a junio: lunes a
los Carmelitas Descalzos, que
jueves de 09.00 a 14.00 y de
permanecieron en él hasta 1835,
16.30 a 19.30. Viernes de 09.00
cuando lo abandonan definitivamente
tras la desamortización de Mendizábal.
a 14.00. Sábados, domingos y
En 1928 Rafael González Abreu
festivos, cerrado.
compra el
De junio a septiembre: lunes a
edificio
jueves de 09.00 a 14.00
con el fin
de conPrecios
vertirlo en
3,60 € general / 2,40 € reducida
la sede de
su fundación y del Instituto Hispano-Cubano de
Historia de América. En la actualidad, la sede
del Instituto sigue ubicado en la planta
superior del edificio, mientras que la planta
baja acoge al Museo de Carruajes, donde
se puede disfrutar de cómo han evolucionado
estos vehículos y sus elementos a lo largo
del tiempo. El museo guarda magníficas
piezas como berlinas de gala, coupé de gala,
mail coach, ómnibus, Sociable Lando...
Rutas por Sevilla
Triana
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