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La reducción de la demanda sigue sin
responsables tras dos años de
copago
El Global 01-09-14
En 24 meses de aplicación, el copago farmacéutico por renta ha ahorrado
3.584,9 millones de euros
El 1 de julio de 2012 entró en vigor una de las herramientas fundamentales
incluidas en el paquete de medidas con las que el Gobierno del PP preveía
ahorrar 7.000 de euros en el SNS. Un año después de su implantación, el copago
por renta demostró haber cambiado la tendencia del gasto farmacéutico, con una
reducción de la demanda sin precedentes. Dos años después ascienden a
3.584,9 millones de euros los ahorros obtenidos por una herramienta que
continúa inamovible, pese a los múltiples cambios que se han solicitado para
paliar sus efectos en ciertos segmentos de población, que sigue dividiendo a los
grupos parlamentarios y que aún no ha contestado la pregunta fundamental:
¿quién ha sido el responsable de decidir la reducción de la demanda?
El ahorro obtenido en 24 meses es algo que solo puede ser calificado como "muy
positivo" para el portavoz de Sanidad del PP en el Congreso, Rubén Moreno. A
su juicio, "este avance en sostenibilidad y solvencia" se ha alcanzado "desde la
cohesión, la calidad, la equidad y la seguridad asistenciales" que se promoverán
con medidas como la orden de precios de referencia, la central de compras o la
e-receta. Se trata de un mensaje, además, reiterado por el Ministerio de Sanidad,
que mensualmente insiste en que el sistema "incorporó, por primera vez, criterios
de equidad, pues aporta más el que más tiene y salvaguarda a los que menos
tienen, como los parados de larga duración y sus beneficiarios, que por primera
vez están exentos de pagar por las medicinas". No obstante, Sanidad sigue sin
llevar a cabo (asegura que es tarea de las comunidades autónomas) un estudio
con datos desagregados que permita determinar con exactitud quién ha reducido
el uso de fármacos, cuáles se están dejando de tomar o qué efectos puede haber
ocasionado el decrecimiento histórico registrado en el consumo.
Precisamente esta duda es uno de los motores que continúa impulsando a los
detractores y críticos del modelo. Para el portavoz de Sanidad del PSOE en la
Cámara Baja, José Martínez Olmos, lo más relevante tras dos años de copago
por renta "es que ha perjudicado a los pacientes crónicos y pensionistas dado
que ya hay evidencias de que un porcentaje relevante dejan de tomar sus
medicamentos por el impacto económico", motivo por el cual el PSOE defiende
su derogación.
Concepciò Tarruella, portavoz de Sanidad de CiU, tampoco ve muchas ventaja
y "solo inconvenientes". Entre otras cosas, sigue criticando que el Interterritorial
no dé salida a los tramos intermedios entre los 18.000 y los 100.000 euros que
prometió el Ministerio y recuerda además que no se trata de aumentar los
tramos, sino de rebajarlos para aquellos que cobran menos. Asimismo, y aunque
defiende la exención para los parados de larga duración y sus beneficiarios, CiU
continúa reclamando un tope mensual, como el de los pensionistas, para
pacientes crónicos o discapacitados.
Ambos grupos, además, ponen en tela de juicio los dos objetivos que, según el
Ministerio, ha logrado el copago: ahorrar y permitir la incorporación de nuevos
medicamentos a la financiación pública.
Al PSOE no le basta la información que facilita el Ministerio y cree que "faltan
datos que permitan evaluar el impacto en ahorro". A su juicio, la evolución de los
datos de Sigre en estos dos últimos años ofrece cifras más altas para los
indicadores de medicamentos, y la ministra precisamente había utilizado los
datos de Sigre como argumento para implantar el copago. Tarruella reconoce
que el ahorro existe, pero matiza que se ha obtenido "con el aumento del pago
de otras personas" y un consumo menor en aquellos que no pueden pagarlo.
PSOE y CiU también niegan la financiación de innovadores. "Para afirmar eso el
Gobierno debe ofrecer información contrastable sobre el impacto económico
eventualmente conseguido y que sea atribuible al copago. Esos datos no existen
a disposición pública", asegura Martínez Olmos. Tarruella reconoce que el
copago "podría haber tenido una parte positiva" si lo ahorrado se hubiera
invertido en una línea de financiación como la que CiU propuso. "Pero no han
financiado nada", añade.
Los pacientes advierten de que la falta de adherencia aumentará los costes
del sistema
Aunque sin cifras concretas del impacto que está teniendo en la salud de los
ciudadanos el copago farmacéutico, desde la Alianza General de Pacientes, su
presidente, Alejandro Toledo, apunta a que las consecuencias están siendo
negativas y lo serán más en un futuro. "Las sociedades científicas ya están
advirtiendo de la falta de adherencia que se está viendo en determinados
pacientes que no retiran los fármacos porque no pueden asumir su coste", señala
Toledo incidiendo en que habrá un empeoramiento de la salud y a la vez un
encarecimiento del sistema sanitario, ya que se incrementan los ingresos
hospitalarios y las visitas a urgencias.
De este modo, para el presidente de la Alianza General de Pacientes, el ahorro
que se ha producido con el copago farmacéutico se debe a un efecto disuasorio
en la retirada de medicamentos que difícilmente se traducirá en un incremento
de la financiación de fármacos innovadores.
Tramos muy amplios
A juicio de Toledo, los tramos establecidos son demasiado amplios y recuerda
que sigue pendiente que se modifiquen. "Hay que apostar por la sostenibilidad
del SNS pero no a cualquier precio. Se debería proteger a la gente más
desfavorecida. La salud de las personas debería priorizarse a la hora de
establecer las partidas presupuestarias", concluye.
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