Saberes / Eugenio Aguirre TEXTO : SOL DELLEPIANEA . FOTOS : EMMA LIVINGSTON Y GENTILEZA E . AGUIRRE La historia continuó “Presumiblemente, es casi un hecho, la historia continuará”. Más empresario, más analítico, más golpeado –asegura–, más asentado, más padre de familia, probablemente bastante más sabio. Así se muestra hoy Eugenio, que ya no está en un taller sino en una empresa, ya no en la ciudad sino en el suburbio (requiere otras dimenCon estas palabras se cerraba un siones) y ya no es dueño de una marca sino de tres. Si hubiera que resumir en un solo conclásico de D&D como es Al estilo cepto el proceso que parece haber atravesado en estos ocho años desde la nota anterior, de cuando, hace un buen tiempo habría que hablar de profesionalización. ya, se narraban en clave “En ese momento yo tenía un tallercito muy artesanal, poco ordenado, y me demandaba cinematográfica los pasos de mucho tiempo gerenciar mucha cosa que no tenía que ver con el diseño y la experimentaEugenio Aguirre en el diseño hasta ción. Lo que hice desde la empresa fue profesionalizarla, ordenarla, crear áreas, contratar ese momento: el descubrimiento de gerentes, gente que sabe más que yo en esos temas: yo soy bachiller, he tenido que correrla vocación, los experimentos, los me en cosas que no hago bien. Fue un cambio drástico que me permitió enfocarme en el producto y crecer”, explica. primeros modelos, los hallazgos, Lo del crecimiento es un dato objetivo. Empezando por las pruebas truncas, el abrirse paso, el final, Eugenio Aguirre acaba de instalar su cenlos viajes, una versión preliminar tro de operaciones en San Martín. La infraesdel éxito. La profecía resultó tructura habla de una empresa que se certera, la historia continuó y mueve, y mucho. Son cerca de 50 las pervuelven a sobrar motivos para sonas que trabajan ahí todos los días, y prender las luces sobre el eso porque la producción propiamente protagonista de aquella dicha se realiza afuera. “Lo que tenepelícula temprana. mos acá es un taller de desarrollo, la fabricación la hacen distintos proveedores, si no seríamos 300 y estaría volviéndome loco como antes”, describe el dueño de casa mientras se disculpa por los rastros de la mudanza reciente y apura un mate. Lo que funciona en este nuevo bunker son las oficinas –con equipos de desarrollo de proveedores, producto, imagen y demás–, pero también lo que él denomina “una escuela de oficios, donde instruimos a los artesanos que después trabajan de acuerdo a eso”. Es que sus muebles siempre se caracterizaron por la innovación en la aplicación de los materiales, por las terminaciones Saberes / Eugenio Aguirre y detalles de manufactura que hacen comprensible que, más allá de saberes previos, sea necesario instruir a quienes van a producirlos. A esta altura Aguirre tiene muy claro lo que precisa y lo que puede encontrar en plaza: “El requerimiento es ser una persona muy hábil con las manos y tener ganas de trabajar. No vamos a conseguir gente con background en lo que hacemos”, afirma sin dudar. Gaucho net Delegar, cuenta el diseñador, fue sentar las condiciones para que su emprendimiento iniciara una era nueva. Una fase caracterizada por la creación de dos nuevas marcas, que combinan su apellido –con su peso específico– y la referencia a lo natural. Naturaleza Aguirre/Campo existe desde hace cerca de dos años. En su génesis hay una búsqueda personal de Eugenio de reconexión con las aficiones que lo acercaron a esta profesión. “Se dio por tener espacio en mi cabeza para enfocarme en la parte de diseño. Así fue madurando la idea de volcarme a mis orígenes, a cuando yo empecé, a esos muebles con una estética más pura. Y se fue armando esta posibilidad de hacer cosas en la misma línea de diseño que tiene Eugenio Aguirre, pero con un concepto más básico, más esencial en los materiales”. En efecto, con el tiempo la etiqueta con su nombre había ido virando desde una cierta rusticidad hacia una imagen urbana y sofisticada aunque con ese dejo autóctono que aportan la madera y el cuero, sus materiales más característicos. Al empezar a redondear el tema, Aguirre descubrió que si bien el imaginario del campo es muy poderoso en estas pampas, no existe un solo estilo asociado al concepto. Y el desafío de proponer una línea de muebles que asumiera la representación de la idea de lo rural, lo cautivó. Eso es lo que hace desde el exitosísimo local en Norcenter que ofrece diseños algo más depurados en los mismos materiales de siempre, pero con otros tratamientos, otros lustres. “Cuando yo empecé con esto trabajaba con semillas, con insectos, metía la naturaleza en el producto. Entonces después de los años y con una vuelta de rosca, esto se transformó en un concepto casi naturalmente. No es ni el rancho ni la casa de country, es una visión contemporánea de lo que considero que tiene que ver con esta cultura”, define Eugenio con eficacia. Su línea Campo es un verdadero regreso a las fuentes: al que él mismo era en los orígenes, a formas más esenciales y afines a la naturaleza, y también a uno de los leit-motivs de la argentinidad, lo cual aporta una potencia simbólica que indudablemente favorece a la marca. Soñar con el mar La marca Naturaleza Aguirre/Mar significó un nuevo estadio y, como su hermana apenas mayor, también es un hallazgo de marketing, porque lejos de cubrir exclusivamente las necesidades de equipamiento de casas en la playa, se apropia de las connotaciones de ocio y placer que enciarra lo marítimo, pasando a englobar una serie de situaciones y un look descontracturado, fresco y agradable que puede ser deseable para espacios en los paisajes más diversos. “Es una línea más relajada y con tratamientos de materiales que no hay en el mercado; en realidad la idea se fue armando a partir del desarrollo con maderas en tonos arena”, desentraña Eugenio. La serie se completó con sofás con fundas en vez de tapizados rígidos, colores claros y complementos simples, “algo que te remite más a un estilo de vida que a un lugar geográfico”, en palabras de su creador. “Son materiales muy naturales y puros que uno está acostumbrado a ver en el Puerto de Frutos, por ejemplo, pero a los que me gusta darles una vuelta de rosca: mimbres, sogas, papeles de arroz, raffia, rattan”, completa Aguirre, que vende esta línea desde un local en las Terrazas del Buenos Aires Design y próximamente también en un showroom en Punta del Este –una arena más que pertinente para el sello–. Más allá de la cosa experimental que siempre ha fascinado a Eugenio, que ha abierto nuevos rumbos a su producción y que según él constituye “el ADN de las tres marcas”, no es casual que la cosa haya fluido en dirección al mar. Es como la coherente puesta en imágenes de una tendencia del propio Aguirre hacia una vida más conectada con lo hedonista, en lo que termina siendo un círculo virtuoso que alimenta la creatividad. “Esto de encontrar los equipos que funcionan y lograr que las Las telas Vuelta de tuerca es uno de los conceptos preferidos del diseñador. Y, lo que ha hecho con terminaciones y acabados en madera, cuero y otros materiales típicos de sus muebles, también lo viene desarrollando a nivel textil: “Hace unos cuatros años arranqué con la idea de mostrar telas de manera distinta, telas enceradas –siempre me fascinó el tratamiento que tienen las camperas Barbour–, telas laqueadas. Todo este tiempo hicimos pruebas y recién ahora lo estoy logrando”. Un repertorio de géneros que no se ajustaba a la imagen urbana y sofisticada de la marca Eugenio Aguirre, pero que sí es bien aplicable en las líneas de Campo y Mar. cosas no dependan tanto de uno, me permite usar mi tiempo de la manera que más me conviene, que también tiene que ver con el hecho de que ahora tengo hijos y me interesa disfrutarlos. Además ese tiempo que por ahí no estoy enfrascado en el trabajo igual me sirve para eso, porque tengo la cabeza limpia y clara para seguir sembrando ideas. Las dos marcas nuevas no hubiesen sido posibles si no hubiera tenido ese espacio mental”, dice convencido. “Yo era más de Sur, de río y lago frío, pero a Solana mi mujer le encanta el mar y me lo mostró en versión Caribe. Estando en Saint Barth empecé a soñar con retirarme y vivir en un lugar con un clima privilegiado. El mar se volvió recurrente”, agrega. Cosechar y seguir sembrando Al margen de la novedad que supone la diversificación en estas nuevas líneas, la compañía está cosechando el fruto de su permanencia. Dentro del país, puede verse muebles de EA en los departamentos y casas más espectaculares, entre reliquias de estilo, piezas de las mejores firmas de diseño contemporáneo europeo y fabulosas colecciones de arte. Además de esa demanda particular, la empresa produce en la escala necesaria para abastecer todo tipo de emprendimientos comerciales, como los proliferantes hoteles boutique. Habiendo salido, también, al mercado global, la compañía se fue adaptando a sus vaivenes y alternativas. En un momento llegó a exportar enormes volúmenes a numerosos países y aunque la crisis mundial achicó la planilla de clientes foráneos, quedaron distribuidores en Costa Rica, Chile, New York y Oslo, que no es poco. De cualquier manera el mayor logro internacional no se mide en términos cuantitativos sino cualitativos. Aguirre destaca la relevancia que tuvo un proyecto en que desarrolló producto para un emprendimiento en Wall Street de la cadena Cipriani, un trabajo que le llevó un año y medio y resultó sumamente exitoso, “no solo a nivel comercial sino en general, por el desafío que significó competir con firmas italianas, ganar la licitación y ver que nuestras terminaciones y mano de obra eran valoradas a ese nivel”. En el recorrido se ven muchos más logros que fracasos, y sin embargo Eugenio no deja de nombrarlos: “Sufrí bastante con los golpes, quedaron secuelas, desgaste emocional, stress, frustraciones, y quiero que no se borren para no cometer los mismos errores. Guardo todo eso en un lugar que me sirve”, profiere desde un lugar de humildad. Pero no se le oculta que el camino recorrido ha sido prolífico. Sin demasiada ansiedad, queriendo continuar aguzando su intuición y capitalizar tanta experiencia, vislumbra un futuro de expansión… y mucho mar. El tema no le quita el sueño porque, más que el resultado, le interesa la búsqueda (está en su naturaleza). Una vez más, la historia continuará. Versalles, próxima estación No conforme con sus lanzamientos recientes, el inquieto Eugenio Aguirre acaricia un nuevo proyecto. Su cuarta línea combinará su aprecio por el buen mueble francés con ese modo peculiar con que él trata a las maderas y los materiales en general. “Estoy seleccionando piezas muy específicas de este estilo que además tiene que ver tanto con nosotros, para darles una impronta contemporánea, respetando muchísimo esa época increíble. Un poco lo que hizo Bustillo en su momento”, explica Aguirre, que está en plena etapa de recopilación de documentos sobre el mobiliario de la corte borbónica e imagina que, para fines del año próximo, tendrá montado su pequeño Versailles.