maria de molina presenta a su hijo fernando iv en las

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MARIA DE MOLINA PRESENTA A SU HIJO
FERNANDO IV EN LAS CORTES DE
VALLADOLID DE 1295
Daniel Sanz Campa
4º ESO
ÍNDICE
1 - Identificación de la Obra..............
2 - Análisis descriptivo ....................
3 - Contextualización Histórica
e Interpretación ...............................
4 - Reflexión sobre el Aprendizaje y
Propuestas Didácticas .....................
5 - Bibliografía ..................................
1 - Identificación de la obra.
El cuadro que he elegido es María de Molina
presenta a su hijo Fernando IV en las Cortes de
Valladolid de 1295. Su autor es Antonio Gisbert
Pérez y fue pintado en 1863. Es un Óleo sobre
lienzo. Mide 3,11 x 3,77 m. es.wikipedia.org
El lienzo, que fue adquirido por el Estado español
en 1863 fue pintado para ser colocado en la
cabecera del Salón de Sesiones del Congreso de
los Diputados de España, donde se expone en la
actualidad.
Representa el momento en que la Reina Dª Mª de
Molina pone al Rey Niño D. Fernando IV bajo la
salvaguardia de la lealtad castellana en las
Cortes que convocó en Valladolid en 1295.
He elegido este cuadro por un motivo simple, me
gusta.
2 - Análisis Descriptivo
María de Molina (1265- Valladolid 1321). Hija de
infante Alfonso de Molina, reinó Castilla no sin
dificultades hasta en tres ocasiones: una junto a
su esposo Sancho IV, la segunda como regente de
su primogénito Fernando IV y la última, justo
antes de su fallecimiento, como tutora de su
nieto, el futuro Alfonso XI.
María Alfonso de Meneses o María de Molina, se
casa con Sancho de Castilla a pesar de que él ya
estaba comprometido con otra mujer, Guillermina
de Moncada. El matrimonio, unido en 1281, fue,
según sus protagonistas por amor. Uno de esos
raros casos en los que los casamientos entre
nobles supera la conveniencia. De él surgieron
siete vástagos a los que María de Molina supo
muy
inteligentemente
unir en
matrimonio,
convirtiendo los enlaces en piezas clave para la
estabilidad de su poder y el de sus hijos.
Además del compromiso previo de Sancho con la
rica heredera catalana, existió otro problema aún
más grave en la vida de los esposos: María era
prima hermana del padre de Sancho, Alfonso X el
Sabio,
un
grado
demasiado
cercano
de
consanguinidad como para permitir la unión. La
única solución pasaba por recibir el permiso
directo del papa quien, durante años, se lo niega
ya que era un fiel aliado de los reinos de Aragón y
Portugal, viejos contrincantes del poderoso
territorio de Castilla. La ansiada bula llegará en
1301, mucho después de que Sancho muriese en
1281,
La vida como madre-reina de María fue muy
complicada. En su primer reinado debe luchar
junto a su marido por el trono y es que su esposo
no
debía
heredarlo
según
las
últimas
disposiciones de Alfonso X, su padre, sino que
debían ser los hijos de su hermano fallecido (es
decir sus sobrinos, conocidos como infantes de la
Cerda) quienes a pesar de su minoría de edad
asumiesen el poder. La causa de los Infante fue
promovida
por Doña Violante, la madre de
Sancho, que siempre se había opuesto a su
reinado. Después de mucho batallar es finalmente
Sancho el que gobierna el más grande y poderoso
de los reinos de la Península.
Los problemas vuelven en 1295 cuando muere su
marido sin que llegase la bula papal que
autorizaba su matrimonio y por tanto legitimaba
el trono. Sin ese documento se plantea el
problema de si debe ser ella la que recoja el
poder en Castilla o debe cedérselo a su hijo que
en ese momento contaba con once años.
Decidiese cualquiera de las dos opciones los
infantes de la Cerda iban a cuestionar su poder y
reclamarían el trono.
Desde ese momento, la función más importante
de la reina fue asegurar el trono de su hijo quien
un día después de la muerte de su padre entra en
Toledo para ser designado rey bajo la tutoría de
su madre.
Las Cortes de Valladolid de 1295 tuvieron lugar
durante la minoría de edad del rey Fernando IV.
Las sesiones de Cortes comenzaron a finales del
mes de julio o principios de agosto de 1295, y a la
ciudad de Valladolid acudieron los representantes
de los concejos de Castilla, León, Galicia,
Asturias, las Extremaduras, Andalucía, y los del
arzobispado de Toledo. El obispado de Jaén no
envió representantes a las Cortes, ya que se
encontraba en guerra con el reino de Granada.
Al empezar las Cortes un amplio sector de los
procuradores del reino, entre los que se contaban
los del arzobispado de Toledo, los del obispado de
Cuenca, y los de las ciudades de Segovia y Ávila,
se negaron a reconocer al infante Enrique como
tutor del rey y estuvieron a punto de abandonar la
asamblea, lo que impidió la reina María de Molina,
que consiguió que todos los procuradores
rindieran homenaje a Fernando IV, y que
reconocieran al infante Enrique de Castilla como
tutor del rey.
El cuadro recrea el momento en que la reina
María de Molina presenta a su hijo, Fernando IV,
en las Cortes de Valladolid , en las que el joven
monarca fue reconocido como rey, aunque ya
había sido proclamado como tal en la catedral de
Toledo.
El cuadro recrea el momento en que la reina
María de Molina presenta a su hijo Fernando IV en
las Cortes de Valladolid de 1295, en las que el
joven monarca fue reconocido como rey. A la
izquierda del cuadro aparecen representados la
reina María de Molina y su hijo, Fernando IV.
Ambos personajes están cobijados por un dosel y
subidos a un estrado, y detrás de ellos aparecen
dos obispos, portando uno de ellos un báculo
pastoral.
La reina María de Molina está cubierta con un
manto rojo, y lleva en la cabeza un velo blanco y
una corona. Fernando IV, por su parte, que tenía
diez años de edad en el momento de los hechos,
aparece vistiendo una corta túnica blanca, que le
cubre hasta las rodillas, y que está adornada con
el escudo de Castilla y León. El rey porta un largo
cetro dorado en su mano izquierda, que le llega
casi hasta la cabeza, y una pequeña corona en su
cabeza. La reina María de Molina tiene los brazos
parcialmente extendidos hacia adelante, en un
gesto que parece indicar, como señalan diversos
autores, que está velando por el destino de su
hijo.
En primer plano, y a la derecha del estrado,
aparece representado el infante Enrique de
Castilla, que aparece con la cabeza girada hacia
el dosel que cubre a los monarcas. El infante
Enrique, que lleva una larga barba blanca,
aparece con la cabeza cubierta por un birrete
rojo, en la mano derecha lleva un pergamino
enrollado, y viste una larga túnica dorada con
bordados en color marrón. Al lado del infante
Enrique está situado una pequeño mueble sobre
el que está extendido su manto azul.
A la izquierda del estrado aparece representado
el infante Juan de Castilla, que porta una corona
en la cabeza, luce una barba negra y mira a los
monarcas. El infante Juan, cuyo brazo derecho le
cubre el pecho en actitud defensiva, viste una
cota de malla que le cubre todo el cuerpo, y sobre
ella lleva puesta una túnica blanca que le cubre
hasta las rodillas. Además, lleva ceñido un
cinturón del que cuelga su espada, con
empuñadura dorada.
Frente al estrado donde se encuentran los reyes,
un personaje vestido con una túnica de color
marrón aparece sujetando su espada con su mano
izquierda y con su brazo derecho extendido hacia
arriba, en actitud de avanzar hacia los monarcas.
A la izquierda del estrado aparecen sentados una
serie de individuos, contándose entre ellos un
prelado, cubierto por un largo manto rojo. Detrás
de los personajes sentados, y al fondo del cuadro,
aparecen una serie de individuos en pie,
ataviados con vestiduras propias de la época.
3 - Contextuación Histórica e Interpretación
El contexto histórico de la obra, es el de una
Castilla donde la nobleza jugaba un importante
papel.
A las luchas incesantes con la nobleza
castellana, capitaneada por el infante Juan de
Castilla el de Tarifa, que reclamaba el trono de su
hermano Sancho IV de Castilla, y por el infante
Enrique de Castilla el Senador, hijo de Fernando
III y tío abuelo de Fernando IV, que reclamaba la
tutoría del rey, se sumaba el pleito con los
infantes de la Cerda, apoyados por Francia y
Aragón y por su abuela la reina Violante de
Aragón, viuda de Alfonso X. A ello se sumaron los
problemas con Aragón, Portugal y Francia, que
intentaron
aprovechar
la
situación
de
inestabilidad que atravesaba la Corona de Castilla
en su propio beneficio. Al mismo tiempo, Diego
López V de Haro, señor de Vizcaya, Nuño
González de Lara, y Juan Núñez de Lara el Menor,
entre otros muchos, sembraban la confusión y la
anarquía en el reino.
En las Cortes de Valladolid de 1295, el infante
Enrique de Castilla el Senador fue nombrado tutor
del rey, pero la reina María de Molina consiguió
mediante el apoyo de las ciudades con voto en
Cortes que la custodia de su hijo le fuera confiada
a ella, en las cortes de Valladolid, celebradas en
el año 1295, el infante don Enrique consiguió ser
nombrado regente del rey, mientras que su madre
María de Molina pudo conservar la custodia
directa de su hijo, gracias al apoyo de las
ciudades más importantes del reino, las cuales se
habían constituido en una poderosa Hermandad,
cuyo principal objeto era defenderse de los
constantes ataques y arbitrariedades de los
nobles poderosos, este es el momento que refleja
el cuadro de Gisbert.
4 - Reflexión sobre el Aprendizaje y Propuestas
Didácticas
Para entender el momento político actual, tienes
que remontarte al pasado. He aprendido la
historia de los reinos que han formado la España
actual, tema muy de actualidad por la intención
de Cataluña de independizarse.
Con el análisis del cuadro empecé con Castilla y
como me resultó muy interesante continué con
los otros reinos, de esta forma el trabajo que en
principio no me interesó mucho se convirtió en
algo muy ameno.
El analisis de un cuadro es muy buen sistema
para aprender historia,
ya que lo haces por
curiosidad y no por la obligación de un examen.
5 - Bibliografía
www.arteguias.com/biografia/mariademolina.htm
es.wikipedia.org/wiki/Fernando_IV_de_Castilla
www.congreso.es
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