La mentira acarrea maldicion a tu vida

Anuncio
LA MENTIRA ACARREA MALDICION A TU VIDA. Éxodo 20:16; Levítico 19: 11;
Colosenses 3: 9
Introducción. La mentira es uno de los pecados más generalizados en nuestra
sociedad, hasta tal punto que la conciencia de muchos cristianos se ha
insensibilizado y debilitado con respecto a este pecado.
Mucha gente cree que es imposible vivir sin mentir, por esa razón la mayoría se
justifica al hacerlo, pero toda justificación es ilusoria y carece de todo fundamento,
pues la falsedad y la mentira son inmorales y contrarias a la conducta que Dios
requiere de sus hijos.
Aunque don Rigoberto argumentaba que los costos de conexión a Internet eran altos,
la secretaria de Gerencia decía que era más bien por tacañería del dueño y que,
además, de esa forma controlaba quiénes entraban al computador.
Complicado, porque eran diecisiete empleados. Todos, invariablemente, entraban al
ciberespacio. Unos para bajar documentos, otros para leer el correo electrónico y un
buena parte, para enterarse de las últimas noticias a través de los periódicos.
Pero ese martes en la tarde, fue diferente. No por el frío cercano a final de año en
Lima, sino porque en el portátil—de acuerdo con el registro de las últimas visitas—
alguien había entrado a una página pornográfica. Ninguno admitió que fuera
responsable. Temían las consecuencias. Y la ira de don Rigoberto no tardó en
desatarse. Echaron al último que ingresó a Internet. Un muchacho joven, inquieto,
servicial, que con sus ingresos mensuales sostenía a su madre viuda.
Evelio, el culpable, no dijo nada. Se quedó callado. Vio salir a su compañero con una
cajita de cartón en la que llevaba sus pocas pertenencias. El muchacho no dejaba
traslucir sus sentimientos. Callaba. Simplemente eso: callaba.
Me sentí muy mal por no asumir mi culpa—le confesó Evelio a su madre--. Ya no hay
nada qué hacer. Despidieron a alguien inocente…-Estaba desesperado porque sentía que algo le perseguía: la culpa de haber mentido…
I.
QUE ES LA MENTIRA
La mentira es la afirmación o negación de una cosa, cuando en realidad es diferente
o contraria a la verdad.
Su esencia es el engaño al prójimo y su gravedad depende del grado de egoísmo o
maldad que la engendra.
Es una manifestación de la naturaleza caída del hombre.
Puede ser una expresión espontánea, como una salida o recurso fácil en un
momento concreto, o un engaño fríamente calculado o premeditado. Es decir, puede
ser generada por una actitud descuidada y fantasiosa en nuestro modo de pensar y
de hablar o por un engaño deliberado.
Mentir se convierte fácilmente en un hábito, hasta el punto de volver casi insensible
la conciencia del mentiroso.
Este es un pecado que se manifiesta desde los primeros años de vida. Debemos
acostumbrarnos a decir siempre y de forma intencionada la verdad y acostumbrar a
los niños a ser veraces desde pequeños.
Dios condenó este mal tan común en la sociedad desde el principio y así lo manifestó
en los diez mandamientos: Éxodo 20:16 “No hablarás contra tu prójimo falso
testimonio”
Uno de los frutos más evidentes de nuestra conversión a Cristo es dejar de mentir.
La falsedad y el engaño son muy perjudiciales en la relación entre familiares y los
hermanos de la iglesia del Señor. Fomenta la desconfianza, el recelo, la duda, la
incredulidad y la sospecha.
Además destruye la comunión y el clima de fe, de amor y de unidad y es un pésimo
testimonio ante el mundo.
Efesios 4:25 “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su
prójimo, porque somos miembros los unos de los otros”
II.
DIFERENTES FORMAS DE LA MENTIR Y ENGAÑAR
El Señor nos enseña a desechar la mentira y el engaño en todas sus variantes y
formas. 1 Pedro 2:1 “Desechando pues toda malicia, todo engaño, hipocresía,
envidias y todas las detracciones”
Esto incluye: Falso testimonio, engaño, hipocresía, exageración, calumnias,
deshonestidad, fingimiento, incumplimiento, fraudes, falsificación, excusas, doble
vida, pecado encubierto, disimulos.
Debemos desecharlas de todas las áreas de nuestra vida, ya sea en el hogar como en
el trabajo, con los amigos, la iglesia, la escuela, es decir de todo ámbito y relación.
Nuestra conducta debe caracterizarse por la honestidad, la honradez, la integridad,
la sinceridad, la transparencia y la veracidad.
III.
UNA SOCIEDAD ASENTADA SOBRE EL ENGAÑO
Nosotros vivimos en una sociedad golpeada por la mentira y el engaño, por lo tanto,
está destinada a desmoronarse. Se miente para obtener injustas ventajas
económicas, ganancias deshonestas o para robar a otros. Otras causas para la
mentira son:






Para evitar el sufrimiento.
Para exaltarse a uno mismo.
Para evitar un castigo o disciplina.
Por avaricia o amor al dinero.
Para humillar a otros, por causa de celos o envidia.
Para aparentar lo que no se es.
Dios aborrece la mentira y la falsedad. Prov. 6: 16-19 “Seis cosas aborrece Jehová y
aun siete abomina su alma: los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos
derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos,
los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras y el que
siembra discordia entre hermanos” Prov. 12: 22 “Los labios mentirosos son
abominación a Jehová, pero los que hacen verdad son su contentamiento”
Dios prohíbe y condena el engaño y la mentira. No debemos engañar, mentir ni jurar
falsamente. Levítico 19: 11-12 “No hurtaréis y no engañaréis ni mentiréis el uno al
otro. Y no juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios.
Yo Jehová”
Dios abomina y destruirá al mentiroso y engañador. Salmo 5: 6 “Destruirás a los que
hablan mentira, al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová”
El engaño y la mentira evidencian la degradación del hombre. Las mentiras
corrompen al hombre. Prov. 26: 24-28 “El que esconde sus rencores, en el fondo es
mentiroso. No creas lo que te diga, pues te habla con dulzura pero busca hacerte
daño. Miente al decir que te quiere, pues todos saben que te odia. No abras zanjas
si no quieres caer en ellas, ni hagas rodar piedras si no quieres que te aplasten.
Quién miente, no se quiere a sí mismo; quien a todos alaba, se busca problemas”
Mateo 15:18-20 “Lo que sale de la boca, del corazón sale y esto contamina al
hombre. Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los
adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas
cosas son las que contaminan al hombre” (Mateo 7:21-23)
La mentira es la esencia del mismo diablo. Juan 8: 44 “Vosotros sois de vuestro
padre el diablo y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida
desde el principio y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él.
Cuando habla mentira, de suyo habla, porque es mentiroso y padre de mentira”
Son manifestaciones del viejo hombre que debemos desechar. Colosenses 3: 9 “No
mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus
hechos”
Siempre debemos hablar la verdad La posibilidad de comunicar la verdad constituye
la virtud esencial de la palabra hablada. El que dice la verdad, se vuelve digno de
confianza.
Pero para hablar la verdad, es necesario pensar la verdad y no guiarnos por
prejuicios, intereses personales, ilusiones o fantasías.
CRISTO NUESTRO EJEMPLO
Isaías 53: 9 “No hubo engaño en su boca” 1 Pedro 2: 22
Juan 18: 37 “… Yo para eso he nacido y para eso he venido al mundo, para dar
testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz”
1 Juan 5:20 “Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado
entendimiento para conocer al que es verdadero, y estamos en el verdadero en su
Hijo Jesucristo”
Cristo el Señor nos ordena ser absolutamente veraces “vuestro sí sea sí y vuestro no
sea no” (Mt.5: 37).
Está preparando para sí una iglesia sin mancha ni arruga (Ef. 5: 27).
Conclusión. ¿Cómo ser libres de la mentira y del engaño?
Arrepentimiento:




Cambiar nuestra actitud y mentalidad con respecto a la mentira y el engaño.
Rechazar y desechar la mentira. Desterrarla de nuestra vida.
Determinar obedecer a Dios y vivir basados en la verdad en todas las cosas.
Disciplinarnos hasta desarrollar una nueva actitud basada en la honestidad y la
veracidad.
Confesar nuestro pecado:
(Prov. 28: 13-14, 1ª Juan 1: 9, 2:1) Toda mentira es pecado y debe ser debidamente
confesado, aclarando la verdad a Dios y a las personas engañadas.
Cuando la mentira constituye un vicio arraigado en nuestra manera de vivir, debe ser
confesado a un hermano maduro y responsable, en busca de reorientación y mayor
entendimiento (Santiago 5: 16)
No se puede edificar una vida de veracidad sobre las mentiras y engaños del pasado.
Marzo 09 de 2014
Descargar