ii. Cuando, al no poder justificar el constante

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ii.
Noche
Cuando,
al no poder justificar
el constante ataque
inhibidor
de su cada actuar,
solo se quedaron
mirando.
movía las caderas,
y la cabeza
y el cabello
la destreza.
Esa es puta
Pasó el tiempo
y el humo fue pesando,
todos bailaban juntos.
Bailando
desenterraban deseos
que para cuando salió el sol
habían vuelto a encubrir con risas y
Resistol.
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