Sábado 25 de Junio de 2016 MARÍA ELENA MORERA Las historias detrás del encono E n tres derrotas emblemáticas que sufrió el PRI el pasado 5 de junio, la de Veracruz, Chihuahua y Quintana Roo, hay dos denominadores comunes: por un lado, tres gobernadores acusados de escándalos de corrupción, enriquecimiento y frivolidad; y por el otro, pleitos a muerte entre esos tres mandatarios y sus respectivos rivales políticos que, para su mala suerte, les ganaron en las urnas y hoy amenazan con meterlos a la cárcel e investigar sus polémicas gestiones. Detrás de esas guerras hay historias de encuentros y desencuentros, confrontaciones y hasta rupturas que las vuelven algo más que una disputa política o partidista, y las colocan en el terreno del apasionamiento y los linderos de la venganza y el ajuste de cuentas. Duarte vs. Yunes: de amistad y traición Muchos creen que el encono entre Yunes y Duarte fue herencia del pleito del primero con el ex gobernador Fidel Herrera, pero no es así. Si bien Duarte se confrontó con Yunes mientras fue parte del equipo de Fidel, una vez que Herrera lo hizo candidato y, sobre todo a partir de que ganó la gubernatura en 2010, Javier se acercó a Miguel Angel y pactó una alianza con la que traicionó la “fidelidad” a su tutor político. El acercamiento entre Yunes y Duarte creció en la misma medida en que el hoy gobernador se distanciaba de Fidel. Del 2010 al 2012 tuvieron comunicación constante e hicieron varios “acuerdos de civilidad política”, según el mismo gobernador Duarte en mayo pasado, luego de que el ex candidato del PES, Alejandro Vázquez Cuevas, hablara de los encuentros entre ambos personajes que conoció como particular de Yunes Linares. El mayor pacto que hicieron los ahora enemigos ocurrió a principios de 2012 en la mansión de Yunes en Alvarado; ahí el hoy gobernador electo pactó con Duarte que no se metería a operar en la campaña presidencial del PAN, ni ayudaría a Josefi na Vázquez Mota, para que en Veracruz ganará Enrique Peña Nieto; a cambio, el gobernador ayudaría al candidato panista al Senado, Fernando Yunes Márquez, hijo de Yunes Linares. Duarte le prometió a Peña Nieto, entonces candidato, que “no se preocupara por Yunes porque ya está amarrado” y le garantizó que ganaría Veracruz en su elección. Pero ocurrieron dos cosas: primero, el padre de Duarte, Javier Duarte Franco, al enterarse de la cercanía y los negocios de su hijo con Yunes lo buscó y le expresó su rechazo a esa relación política: “Es un hombre traicionero y sucio, no te conviene aliarte con él”, le dijo el padre. La segunda cosa que rompió el romance político entre Duarte y Yunes, y le dio la razón al papá, fue que cuando llegó la votación presidencial de 2012, la traición de Yunes Linares se hizo evidente: Vázquez Mota arrasó en Veracruz y mandó a Peña al segundo lugar, mientras, del otro lado, Fernando Yunes, sí ganó la senaduría de mayoría con la ayuda de Duarte, quien sacrificó al candidato del PRI, Héctor Yunes Landa. La falla en la elección presidencial le valió fuertes reclamos y señalamientos del equipo de Peña Nieto y eso terminó la relación entre el gobernador y Yunes. Nunca más volvieron a reunirse y nació ahí la enemistad que después se volvería encono y luego guerra política. Hoy el gobernador recibe las amenazas juradas de su antiguo amigo, hoy enemigo y próximo sucesor. Borge vs. Joaquín: de promesas incumplidas Más que de grupos políticos, la ruptura del PRI en Quintana Roo, que lo llevó a perder por primera vez la gubernatura, fue un pleito de familias. Los Borge y los Joaquín, originarios de Cozumel, siempre rivalizaron por la preminencia social, política y económica, primero de la isla y luego del estado. Roberto y Carlos, hijos de caciques y ex gobernadores, crecieron arropados por el poder político local y aunque se llevaban varios años, sus caminos se cruzaron en 2010, cuando ambos buscaron a la gubernatura. Félix González Canto era el gobernador que rompió la hegemonía del apellido Joaquín en el estado, pero en su sucesión un nuevo miembro de esa familia levantaba la mano: Carlos Joaquín González, hijo natural del recién fallecido patriarca y empresario, Nassim Joaquín Ibarra. Pero el gobernador tenía otros planes con el joven Roberto Borge Angulo, a quién ya había hecho oficial mayor, dirigente del PRI estatal y diputado federal, para enfi larlo como su sucesor. González Canto reunió a principios de 2010, en Casa de Gobierno de Chetumal, a Carlos Joaquín y a Roberto Borge. Ahí les anunció su decisión: el diputado, de sólo 30 años, era el ungido, y le pidió a Joaquín González hacerse a un lado. Carlos aceptó, pero pidió a cambio acuerdos que iban desde impulsar su carrera, hasta colocar a sus colaboradores cercanos. El gober- nador aceptó y en un “pacto de caballeros” los tres se dieron la mano y el joven delfín fue proclamado candidato con apoyo de la familia Joaquín. Pero una vez que Borge ganó la gubernatura se olvidó de sus compromisos y lejos de apoyar a Carlos Joaquín o a su gente, comenzó una persecución que lo obligó a salir del estado y a buscar, con apoyo de su medio hermano, Pedro Joaquín Coldwell, refugio en el gabinete federal en la subsecretaría de Turismo. Lo que vino después ya lo sabemos: marginado y despreciado por Borge, González Canto y Ulises Ruiz, Carlos fue convencido y apoyado por el dinero de Rafael Moreno Valle y aceptó ser candidato de la alianza PAN-PRD que aplastó, literalmente, a la maquinaria priísta y a su candidato. Hoy la enemistad continúa, aunque eso no evitó que el pasado 8 de junio, tres días después de las elecciones, Borge y Joaquín se reunieran, en una muestra de civilidad, para hablar de la “transición estatal”. Corral vs. Duarte: honor de familia La profunda enemistad política entre Javier Corral y César Duarte comenzó cuando el entonces senador del PAN se convirtió en uno de los denunciantes de la “corrupción y el enriquecimiento” del gobernador de Chihuahua. Corral se acercó desde 2013 a sus antiguos aliados del PRD en el estado, Jaime García Chávez, Víctor Orozco y Alma Gómez, quienes tras renunciar a la militancia perredista, fundaron la “Unión Ciudadana”, organización que denunció la corrupción en el estado y apoyaría después la candidatura de Corral. A través de esa organización, el dirigente de izquierda García Chávez, documentó y presentó en 2014 denuncia penal contra el gobernador César Duarte, a quien acusaban de “enriquecimiento ilícito” al haber constituido un banco, el Unión Progreso, del que eran socios él y su secretario de Hacienda, Jaime Ramón Herrera, y al que depositaron recursos públicos por más de 800 millones de pesos. La denuncia, presentada en la PGR, fue utilizada por Corral para promover, en noviembre de 2014, un Punto de Acuerdo en el Senado al que se sumaron 30 senadores del PAN, PRD y PT para pedir que se investigara “la corrupción y el enriquecimiento ilícito del gobernador Duarte Jaquéz”, a quien el senador Corral se refi rió como “el nuevo rico de Chihuahua”. Dos meses después, en una maniobra de la fracción priísta en el Senado, el gobernador de Chihuahua fue invitado a participar en un foro sobre seguridad y fue subido a la máxima tribuna legislativa. Cuando César Duarte hablaba, el senador Corral sacó una pancarta en la que se leía: “Que vergüenza que en estas audiencias participe el corrupto César Duarte sujeto a proceso penal”. Cuando el mandatario vio el cartelón, desde tribuna, le reviró a Corral: “El que tiente un confl icto de interés es usted. Me ha acusado en más de veinte ocasiones y la autoridad nunca ha descubierto nada… Su hermano fue procesado por narcotráfico… Su hermano estuvo en recaudo en la parte fronteriza donde está el mayor grupo delictivo de Chihuahua … Y su otro hermano estuvo en una cárcel de Estados Unidos”. Ahí nació el enfrentamiento que, un año después, se trasladaría a la campaña por la gubernatura de Chihuahua. Javier Corral, ya candidato, comentaría que nunca le perdonaría a César Duarte el haberse metido con su familia y, aliado con la Unión Ciudadana, arrancaría una campaña basada en una sola promesa: “Meter a la cárcel al gobernador”, lo que fi nalmente lo llevó a capitalizar el hartazgo y el rechazo de los chihuahuenses a la corrupción. Hoy esa promesa continúa y el pleito, lejos de amainar, se intensifica con expresiones de violencia y enrarecimiento en Chihuahua. Por supuesto ni se han reunido ni se han hablado el gobernador en funciones y el electo y la civilidad no llega ante el encono. NOTAS INDISCRETAS… El jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera y su secretario de Desarrollo Económico, Salomón Chertorivski, no se olvidan del tema del aumento al salario mínimo ni de las promesas del gobierno federal para analizarlo. El secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete, había prometido que después de las elecciones del 5 de junio habría un anuncio sobre los mínimos, pero hasta ahora ha hecho mutis. Chertorivski insiste en que ni siquiera la volatilidad mundial provocada por el Brexit debe ser pretexto para seguir negando un aumento a quienes ganan el mínimo, porque si algo le ayudaría a México para hacer frente a un escenario adverso es justamente fortalecer el mercado interno… Los dados mandan Escalera doble. Buena semana. Correo: [email protected] Ley de seguridad en la mira L a experiencia que los ciudadanos tenemos con nuestras Policías no es la mejor. Por un lado desconfiamos de ellas y, por el otro, cuando realmente nos acercamos a lo que viven las y los policías, nos damos cuenta de que están llenas de actos contrarios a sus derechos humanos. En ese contexto, la reforma constitucional en materia de seguridad pública, hasta ahora aprobada por el Senado, es una ventana de oportunidad para mejorar la calidad policial. Siendo la Policía el primer eslabón de contacto entre los ciudadanos y la autoridad, sería de sentido común que nuestras autoridades comprendieran la importancia de contar con una Policía profesional, confi able y respetada. Quizá a algunos no les importe porque tienen una fi la de guardias que los cuidan, mientras el resto de los ciudadanos pedimos tener policías efectivos que atiendan las necesidades de los ciudadanos. Cabe señalar que al 31 de mayo de 2016, en el país habían 8 mil 992 policías reprobados en control de confi anza y en funciones. Bajo este panorama, tras casi 2 años de discusión en el Senado con poca participación ciudadana, pero reconociendo que al fi nal nos permitieron emitir observaciones, el pasado viernes casi a la media noche, se aprobó la reforma constitucional sobre seguridad pública. Misma que fue turnada a la Cámara de Diputados para su análisis. En tanto esto ocurre, como ciudadanos consideramos imprescindible mejorarla. De entrada, es necesario insistir que el problema no es en dónde esté el mando, sino en la homologación de procesos y en el cumplimiento del Sistema de Desarrollo Policial. La reforma contempla un Sesnsp poderoso que, sin embargo, carece de autonomía operativa y contrapesos; y además no está claro con qué recursos humanos y económicos contará para ejercer sus nuevas facultades. La certificación institucional es un tema que no queda claro, habrá que poner atención al desarrollo en la ley secundaria. En la certifi cación individual nos llamó la atención el cambio de “certificación” a “certificación de habilidades” en el artículo 21. No sabemos si de las 3 que existen se quieren quedar sólo con una o si de plano fue “un error”. En este mismo artículo se reconoce la necesidad de “prestaciones complementarias de la seguridad social”; no obstante, insistimos que mientras no se cambie de fondo la fracción XIII del artículo 123 Constitucional, Apartado B, que otorga al policía un régimen de excepción, seguirán tratados como empleados de segunda. Otro punto preocupante son los cómo. El dictamen aprobado contempla que “se intervendrá la institución con la remoción y nombramiento de mandos o con la reestructuración organizacional”. Aquí el cómo sí importa. Me recordó al comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral en el Estado de Michoacán, cuyo balance no fue el esperado. Sería de susto multiplicar esa experiencia. También nos llamó la atención que en el dictamen aprobado no hablan de la Policía Federal, que sin duda es mejor que la mayoría de las Policías, pero no deja de tener cada vez más problemas, falta de controles, de presupuesto (o alguien más gasta su presupuesto), y un largo etcétera. Reconocemos que lo aprobado tiene aspectos positivos como la certificación institucional, las prestaciones complementarias de seguridad social, la regulación de policías privadas, el Consejo Ciudadano del CNSP elegido por el Senado. Pero no tengo duda de que nadie está conforme con la reforma, porque el tamaño de la inseguridad es muy grande y la reforma se quedó corta. Necesitamos una reforma con una clara política pública marcada desde la Constitución para lograr mejor seguridad pública y el fortalecimiento a mediano plazo de las instituciones policiales. Lo aprobado es un avance y es una oportunidad para trabajar con los legisladores en mejorarla. Presidenta de Causa en Común Twitter: @MaElenaMorera PBRO. JOSÉ MARTÍNEZ COLÍN El amor todo lo disculpa 1) Para saber Termina el Himno de la Caridad con cuatro expresiones que abarcan la totalidad. La primera dice que el amor “lo disculpa todo”. Significa que no hemos de juzgar, ni criticar, ni de culpar a nadie. Nuestro Señor lo recuerda: “No condenéis y no seréis condenados” (Lc 6,37). O en palabras del apóstol Santiago: “No habléis mal unos de otros, hermanos” (St 4,11). Dice el Papa Francisco que muchas veces se olvida que la difamación puede ser un gran pecado, una seria ofensa a Dios, cuando afecta gravemente la buena fama de los demás. Pues difamar significa dañar su “fama” cuando se habla mal de los demás, haciéndolos quedar mal, aunque sea verdad lo que se dice. 2) Para pensar Se cuenta que había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado. Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a san Felipe Neri, a quien le dijo: “Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?”, a lo que respondió el santo: “Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una por una por donde vayas”. El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas. Volvió con san Felipe y le dijo: “Ya he terminado”, a lo que le contestó: “Esa es la parte más fácil. Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas”. El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna. Al volver, le dijo San Felipe: “Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a Dios y a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste”. 3) Para vivir En la vida familiar, y en cualquier convivencia, es común observar los defectos o errores de los demás. Y por ser defecto, es natural no querer que hubiera tal defecto. Pero un hecho desagradable hace la totalidad de esa relación ni de esa persona. El otro no es solo eso que a mí me molesta. Es mucho más que eso. Por la misma razón, no podemos exigir que el amor de los demás sea perfecto. Nos aman como son y como pueden, con sus límites, pero que su amor sea imperfecto no significa que sea falso o que no sea real. Es real, pero limitado y terreno… el amor vive con la imperfección, la disculpa todo y sabe guardar silencio ante los límites del ser amado. Por ello la debilidad y errores de los demás no hay que sacarlos de contexto ni agrandarlos. Dice el Papa Francisco que los esposos que se aman y se pertenecen, hablan bien el uno del otro, intentando mostrar el lado bueno del cónyuge más allá de sus debilidades y errores… guardan silencio para no dañar su imagen y saben colocar esos defectos, debilidades y errores en su contexto, recordando que son solo una parte, no la totalidad del otro. Pues un hecho desagradable en la relación no es la totalidad de esa relación. Teniéndolo en cuenta facilitará la convivencia con los demás. 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