1.11 Daniel ante Belsasar

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Kapitel03
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Daniel ante Belsasar
Daniel 5
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Con ocasión de un gran banquete ofrecido por el rey Belsasar, fueron deshonrados los recipientes que habían sido robados del
templo judío en Jerusalén. Durante la fiesta, de pronto apareció una mano en la pared que escribió las palabras: «Mene, Mene,
Tekel, Uparsin». Solamente Daniel pudo descifrar la misteriosa escritura con la cual Dios anunciaba el juicio de quienes lo
habían deshonrado.
Para Belsasar estas palabras significaban: Dios ha contado los días de tu reinado y les ha puesto un final. Has sido pesado en la
balanza y fuiste hallado falto. Tu reino será dividido y entregado a otros.
La revelación se cumplió muy pronto. Belsasar aún murió aquella misma noche.
Los niños reconocen la eficaz cercanía de Dios
1
N
abucodonosor había aprendido mucho de Dios
a través de Daniel. El rey de Babel, ya entrado en años, veneraba a Dios. A su muerte le sucedió su hijo Belsasar,
el cual se convirtió en rey de Babilonia, pero éste no se ocupaba de Daniel ni de sus amigos.
Cierto día, Belsasar organizó un banquete para unas mil personalidades importantes de su país. Había músicos tocando y
se servía una comida fantástica así como el mejor vino. La
fiesta duró hasta bien entrada la noche. El griterío de los borrachos sonaba desde la sala de fiestas del palacio real. También Belsasar había bebido demasiado vino, cuando de pronto se levantó y exclamó: «¡Lacayos, venid! En una gran fiesta
no pueden faltar vasos de oro y plata; en ellos el vino tendrá
un sabor aún mejor». Sus invitados gritaban con entusiasmo.
«¡Buscad los vasos de oro y de plata que mi padre Nabucodonosor robó del templo de Jerusalén y traédmelos!», prosiguió
el rey.
Los sirvientes se asustaron mucho porque sabían que se trata-
ba de los vasos sagrados, no obstante, no osaron oponerse a
las órdenes del rey.
Al poco tiempo los invitados estaban bebiendo de los recipientes del templo y cantaban canciones, ponderaban a sus
dioses de oro, de plata, de hierro, de arcilla y de madera.
Belsasar voceaba: «Con estos vasos el vino sabe aún mejor.
Venid, adoremos a nuestros poderosos dioses...»
Repentinamente enmudeció y palideció. Sus rodillas comenzaron a temblar y su mirada quedó fija en la blanca pared
que se encontraba frente a él. Un increíble silencio había invadido la sala y todos lo veían con claridad. Los dedos de
una mano humana escribían palabras extrañas en la pared.
De repente, la mano volvió a desaparecer.
«¡Traedme enseguida a los sabios, eruditos y hombres inteligentes!», gritó Belsasar en la sala, «ellos deben leer e interpretar la escritura».
2
El rey recibió muy nervioso a estos hombres, mas ninguno de
ellos era capaz de descifrar esta extraña escritura. Belsasar se
dejó caer en la silla, preso de desesperación, pero en ese momento la madre del rey entró en la sala y le dijo: «¡No desesperes, alteza! Hay un hombre en tu reino que es muy inteligente y posee la sabiduría divina. Se llama Daniel; Él ha sido
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El amado Dios está cerca de los suyos – Daniel
capaz de interpretar los sueños de tu padre. ¡Hazlo llamar! Seguramente te podrá ayudar».
Al poco tiempo, Daniel fue llevado ante Belsasar. «Daniel, te
compensaré generosamente si me dices qué significa lo escrito en la pared», imploró el rey. Daniel le contestó: «¡Oh, rey,
guarda tus obsequios o dáselos a otro! De todos modos te diré lo que significa esta escritura. Tú has blasfemado, has hecho bromas y te has burlado de Dios. Seguidamente deshonraste los vasos dorados y plateados provenientes del templo
del Señor, bebiendo de ellos. Por esa razón, Dios ha hecho
que se escribieran esas palabras en la pared. Allí dice: Mene,
Mene, Tekel, Uparsin. Estas palabras significan lo siguiente:
Mene:
Dios conoce la duración de tu vida y ella ha terminado ahora.
Tekel:
Dios ha observado tus obras, has hecho muy pocas cosas buenas.
Uparsin: Tu reino se derrumbará y será dado a otros».
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El rey quiso recompensar a Daniel pero éste se retiró sin
que se diera cuenta. Las palabras de Dios se cumplieron rápidamente y en la misma noche mataron a Belsasar.
3
Con motivo de un banquete del rey Belsasar, apareció una mano que escribió en la pared: «Mene, Mene, Tekel, Uparsin».
Sólo Daniel fue capaz de leer la misteriosa escritura: Dios ha contado, pesado y dividido.
1 Comenzamos la clase de la escuela dominical con la pregunta: ¿cuándo os dice vuestro padre o madre:
«Esto está bien»?
Después, con ayuda de las siguientes frases pasamos al relato:
El amado Dios se alegra por todo aquello que está bien. Él incluso pesa todo aquello bueno que hace cada
persona. En la siguiente historia se lo ha demostrado a un rey, de forma poco común.
2 Contemplamos junto con los niños la imagen de la extraña escritura. Los niños expresan sus suposiciones de
lo que podría significar la misteriosa escritura.
3 Hemos experimentado que Dios conoce nuestra vida. Él pone en la balanza lo bueno, por esta razón nos esforzamos por hacer lo bueno. Ahora enfocaremos la pregunta como punto central: ¿qué son buenas acciones con
las que el Padre celestial puede alegrarse?
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