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“Romero era enemigo del encubrimiento, pecado omnipresente de hoy”
En entrevista exclusiva para Reporte Católico Laico, habla el Dr. Julian
Filochowski, Presidente de Romero Trust (Londres), grupo que trabaja arduamente
para impulsar la Causa de Canonización de Monseñor Romero, vilmente asesinado
en El Salvador 24 de marzo de 1980. Monseñor Oscar Arnulfo Romero Galdámez
fue asesinado de un certero disparo, aproximadamente a las 6:25 p.m. mientras
oficiaba la Eucaristía en la Capilla del Hospital La Divina Providencia, exactamente
al momento de preparar la mesa para recibir el Cuerpo de Jesús.
¿Qué significa la figura de Mons. Romero, su violenta muerte y su
testimonio de vida, de cara a los retos de la Iglesia en la actualidad?
Como pastor y como líder de la iglesia el arzobispo Romero acumuló autoridad
moral colosal – que todavía hoy se reconoce. En la actualidad la autoridad moral de
la Iglesia está bastante disminuida. Sin embargo, en todo el mundo Oscar Romero
es abrazado con admiración, con cariño y con orgullo como un icono de santidad,
un modelo de obispo y un testigo creíble del Evangelio y de la Resurrección de
Jesucristo para estos tiempos eclesiales turbulentos. Era absolutamente ortodoxo y
absolutamente radical.
Romero era enemigo de encubrimiento y del ‘spin’ [i] que es el pecado
omnipresente de hoy. Desde su púlpito, sin temor y proféticamente, dijo la verdad
de lo que estaba ocurriendo en El Salvador. Denunció y lamentó los asesinatos, el
sufrimiento y la explotación de su pueblo, y al final él dio su vida por ellos. Como
dice la expresión popular: “predicaba con el ejemplo”. Tenemos hoy demasiados
‘cristianos Nicodemos’, obispos y laicos por igual, con miedo a decir la verdad en
público sobre controversias contemporáneas que afectan a la Iglesia y al mundo. El
camino de Romero al martirio nos recuerda que ‘salvar la cara’ de la jerarquía no
puede prevalecer sobre decir la verdad acerca de la violación de los derechos
humanos y garantizar justicia para las víctimas de abuso y los excluidos.
Romero era un hombre profundamente espiritual, con una rica vida de oración; su
ejemplo para nosotros es la hermosa y transparente síntesis que hizo, al vivir y
testimoniar la fe y promover la paz con justicia.
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La opción de Mons Romero era a favor de los pobres y los derechos
humanos gravemente pisoteados en El Salvador de su época. ¿Fue su lucha
más efectiva que la de aquellos sacerdotes que por esas décadas optaron
claramente por las opciones políticas de izquierda o por tomar las armas
como el caso de Camilo Torres en Colombia?
Monseñor Romero no era un político y mucho menos un guerrillero. Aquellos que
ponen su retrato junto al del Che Guevara malinterpretan completamente su
ministerio y, a veces, oportunísticamente, malinterpretan su martirio. Romero era
inequívocamente opuesto a los caminos de la violencia y, en sus últimos meses,
recibió amenazas de muerte de parte de la derecha y de la izquierda.
El arzobispo Romero hizo una opción evangélica para los pobres. Los pobres fueron
marginados y sus derechos y su dignidad pisoteados. Sus protestas fueron
ignoradas. Romero vio a Jesucristo ‘disimulado’ entre esta su gente crucificada. Él
creía que su difícil situación era una negación de la Encarnación. La civilización de
amor por la que luchamos, declaró, no es sentimentalismo, sino justicia y verdad. Y
así se convirtió en la voz de los que no tenían voz. Pero sus palabras y sus acciones
eran coherentes y consistentes. Su respuesta, por tanto, fue tratar de bajar a Cristo
de la cruz y asegurar que otros no fueran puestos ahí en su lugar. Defendió a los
pobres, denunció las violaciones de los derechos fundamentales con toda la
elocuencia de los profetas del Antiguo Testamento, buscaba recompensa para ellos
y ofrecía apoyo pastoral. Pero al mismo tiempo, pedía un cambio en el corazón de
los ricos y poderosos. Era un “constructor de puentes” buscando con todas las
fibras de su ser prevenir la violencia y detener la marcha inexorable de la guerra
civil. Una transformación de las estructuras de la violencia institucionalizada era
crucial pero él sabía que tenía que ir acompañada de cambios simultáneos en los
corazones y las mentes y en la fe vivida de todo el pueblo si una sociedad basada
en la paz y la justicia y la libertad iba alguna vez a surgir en El Salvador.
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¿Cómo juzgamos la eficacia? El martirio de Romero ha dejado una huella indeleble
en la sociedad salvadoreña y latinoamericana; dentro de la Iglesia universal, él
pronto será el santo patrono de todo el movimiento por la justicia y la paz, ya que
es considerado como un mártir del Vaticano 2 y del Magisterio de la Iglesia . La
Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de marzo, aniversario de
su martirio, como el “Día Internacional por el Derecho a la Verdad en relación con
Violaciones Graves de los Derechos Humanos y por la Dignidad de las Víctimas.”
Que Cosa!
¿Está claro, a estas alturas, cuál fue el verdadero móvil del asesinato de
Mons Romero?
Está claro que Romero rechazó la “reforma con represión” perseguida en 1980 por
la junta cívico-militar salvadoreña que estaba trayendo indecibles sufrimientos a los
pobres. “¿Qué valor tienen las reformas económicas si vienen empapadas de tanta
sangre”, se preguntó. Pero él englobaba su rechazo dentro de un marco de Doctrina
Social Católica y una evangelización que tenía en su núcleo la promoción de la
justicia. Por tres años había habido persecución constante de la Iglesia, que había
traído seis sacerdotes asesinados, docenas de catequistas asesinados y la
profanación de iglesias y sus tabernáculos. Su odio a la justicia se convirtió en odio
a la enseñanza de la Iglesia, expresada en el Concilio Vaticano 2 y en las encíclicas
papales que eran la brújula de Romero. Así que, el motivo de su muerte fue “odium
fidei” (odio a la fe) superpuesto al “odium Justitiae ‘(odio a la justicia).
¿Cuál era el impacto de las homilías y prédicas de Mons Romero en la
población, más allá de lo que comúnmente se percibe como el fanatismo
ideológico desatado en su contra?
Usted puede saber que el ministerio de predicación y enseñanza de Romero estaba
centrado en su homilía semanal dentro de la misa del domingo por la mañana en la
Catedral. Las homilías eran legendarias – y todo el país escuchaba por radio.
Ahí descubría él la Palabra de Dios. En la primera parte, explicaba los textos
escriturales con exégesis bíblica y agudeza catequística; pero, más allá de eso, con
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una verdadera profundidad teológica, la conectaba con la realidad de El Salvador.
La hacía una buena noticia para su pueblo, sus pobres. Fortalecía la fe de ellos.
En la segunda parte de la homilía Romero aplica la Palabra de Dios a las complejas
y específicas circunstancias de la época, repasando de los eventos más importantes
de la semana y emitiendo un juicio profético sobre ellos. Era la voz de los que no
tenían voz, melífluo y didáctico, una palabra que acusaba – y más de una vez
excomulgaba – una palabra que traía esperanza, buscaba reconciliación, invitaba a
un cambio de corazón. Su palabra era un testimonio fiel a la verdad en una
sociedad de encubrimiento y mentiras – pero era un testigo de la verdad desde su
“cátedra”, y dentro de la liturgia eucarística. Sus palabras a menudo establecían la
agenda nacional para la semana siguiente. Sobre todo, su estímulo generaba
esperanza en las comunidades cristianas. Y el estruendoso aplauso que
frecuentemente puntuaba sus homilías era el “Amén” del pueblo.
¿Qué hace la fundación que Ud dirige para preservar y difundir el legado de
Mons Romero?
Hemos formado una red de solidaridad que une varios cientos de “amigos de
Romero. Organizamos liturgias y conferencias para promover el conocimiento de su
vida, su enseñanza y su martirio – y también el de los otros mártires salvadoreños.
Ponemos financiamiento a disposición de las Hermanas Carmelitas en el hospital de
cáncer donde él vivió, de la oficina de la arquidiócesis de beatificación y de
pequeños proyectos que promuevan los derechos humanos en El Salvador.
Asistimos con la conservación de las reliquias del Arzobispo Romero en el
Hospitalito y en el Centro Monseñor Romero de la Universidad Jesuita. Nuestro sitio
web www.romerotrust.org.uk es un tesoro de materiales de estudio y de oración
incluyendo todas las homilías de monseñor Romero, cartas pastorales y su diario,
junto con grabaciones de sus homilías predicadas y su diario según dictado en la
grabadora. Tenemos fotografías de su vida y muerte y muchas charlas
conmemorativas
y
filmaciones.
También
tenemos
una
página
en
Facebook https://www.facebook.com/groups/59310777496/ . Junto con Convivium
Press tenemos previsto publicar seis volúmenes de una edición crítica de todas sus
homilías, en el idioma Inglés, en 2013-14.
La beatificación parece estar cercana. ¿Cómo se ha llevado adelante la
Causa?
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Parece que la causa de Monseñor está progresando una vez más después de haber
estado bloqueada por algunos años en la Congregación para la Doctrina de la Fe. El
Papa Francisco felizmente parece mostrar una afinidad natural por Oscar Romero
en muchas de sus acciones y palabras. La causa se ha seguido diligentemente por
monseñor Vincenzo Paglia, en Roma, y por Mons. Jesús Delgado y monseñor Rafael
Urrutia en San Salvador por más de dos décadas. Sin embargo, debemos recordar
que las comunidades cristianas de América Latina hace mucho tiempo “, lo
canonizaron en sus corazones”, como San Romero de las Américas. Así, clamo:
‘santo subito’. Oremus..!
Dr. Julian Filochowski
Presidente de Romero Trust / London (UK)
www.romerotrust.org.uk
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